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ÍNDICE
INTRODUCCIOÓ N................................................................................................................... 1
ANTECEDENTES Y EVOLUCIÓN..........................................................................1
OBJETIVOS................................................................................................................4
GOBIERNO CORPORATIVO...................................................................................5
VALORES ÉTICOS.....................................................................................................6
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INTRODUCCIÓN
En muchos países, la presumible crisis de gobierno que han sufrido las empresas, puesta de
manifiesto en unos pobres resultados para sus accionistas, se ha atribuido precisamente a
un deficiente funcionamiento del consejo de administración, diagnóstico que ha impulsado
iniciativas tendentes a reforzar el papel de este órgano de gobierno como mecanismo que
debe velar por los intereses de los accionistas ejerciendo una estricta supervisión del equipo
directivo (Salas, 2002). Los códigos de conducta ética de los consejos de administración
constituyen un tema de debate actual en muchos países, iniciándose la corriente de
reformas en el Reino Unido con la creación de PRONED, una sociedad dedicada a la
búsqueda y selección de consejeros no ejecutivos; a partir de aquí, a principios de los años
noventa se reabre el debate sobre el gobierno de las sociedades, dando lugar al
informe Cadbury , compuesto por un informe y un código de conducta dirigido
principalmente a las sociedades cotizadas, y reforzado por otros dos documentos de
naturaleza similar, el informe Hampel y el informe Greenbury ; por otro lado, Francia se une
con el informe Viènot , Holanda con el informe Peters y España con el
informe Olivencia (Fernández- Armesto y Hernández, 2000). Recientemente, en España el
informe Olivencia es reforzado por el informe Aldama publicado el 8 de enero de 2003.
ANTECEDENTES Y EVOLUCIÓN
El modelo Cadbury fue desarrollado por el llamado Comité Cadbury (UK Cadbury
Committee). Adopta una interpretación amplia del control y representa una limitación en la
responsabilidad de los reportes de control a la confiabilidad de los financieros.
Desde finales de la década de los años ochentas y comienzos de la de los noventas el tema
de Gobierno Corporativo (GC) comenzó a atraer la atención de hombre de negocios y
académicos. Tanto en la prensa popular como en la especializada comenzó a discutirse el
tema con un interés creciente. Gran parte de los escritos aparecidos se concentraron en
identificar las que se consideran las mejores prácticas. El Informe Cadbury publicado en el
Reino Unido en 1992 fue el pionero en esta materia (en 1998 el Comité Hampel emitió el
Código Combinado que reemplazó al informe Cadbury. En el año 2000 el Código
Combinado fue enmendado para incorporar algunas guías de control interno y de gerencia
de riesgo- Labelle, 2002, p.33). En 1993 la Bolsa de Valores de Toronto creó un comité para
evaluar el gobierno de las corporaciones de dicho país, el cual produjo el denominado
informe Dey4. Sur África promulgó informe similar en 1994. En Francia se publicó
originalmente en 1995 el Informe Viénot en 1995 (posteriormente actualizado en 1999) en
Holanda el Informe Peters en 1997, en España el Informe Olivencia en 1998 y en el mismo
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año el Informe Cardon en Bélgica. (Becht, Bolton and Röel (2002: 66)) En 1998, la cumbre
de ministros de la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico- OCDE-
llevada a cabo entre el 27 y 28 de abril de 1998 pidió a tal organización que desarrollara,
conjuntamente con los gobiernos nacionales y ciertas organizaciones internacionales, y con
el sector privado, unos lineamientos en materia de gobierno corporativo5 . En la cumbre de
ministros de esta institución llevada a cabo el 26 y 27 de mayo de 1999 fueron aprobados
los Principios. Su promulgación tiene como finalidad asistir a los gobiernos de países
miembros y no miembros en sus esfuerzos por evaluar y mejorar los marcos legal,
institucional y normativo sobre el gobierno corporativo en sus países, así como proporcionar
directivas y sugerencias para las bolsas de valores, los inversionistas, las sociedades y otras
partes implicadas en el proceso de desarrollo de unas buenas prácticas de gobierno
corporativo (OCDE, 1999). Aunque los principios fueron desarrollados teniendo en mente a
las empresas inscritas en las bolsas de valores, su utilidad se extiende también a las
medianas y pequeñas. La OCDE es clara en expresar su punto de vista de que no existe un
modelo único de buen gobierno. Por esto los principios no son vinculantes y son de
naturaleza evolutiva ya que deben revisarse cuando se presenten cambios importantes en el
contexto. Los principios se desarrollaron con base en las experiencias comunes de buen
gobierno identificadas en los países miembros de la OCDE y fueron agrupados en cinco
categorías: 1. Los derechos de los accionistas; 2. El tratamiento Equitativo; 3. La función de
los grupos de Interés; 4. Comunicación y transparencia; 5. Las responsabilidades del
consejo.
Se enfoca básicamente en las políticas de gobierno, analizando el código ético sobre los
aspectos financieros del gobierno de las sociedades, que permite una contribución positiva a
la promoción de este en su conjunto y los principios de actuación derivados de ellos. Los
valores éticos son de gran importancia para la aplicación de este modelo en una
organización, además de que son altamente seleccionados teniendo en cuenta la ética
discursiva, como un intento de explicar qué significa “buen” gobierno y justificar la elección
de valores realizada. A través de la historia se han visto problemas y crisis financieras a
causa de no manejar un control confiable, transparente, claro, íntegro y responsable. Por
este motivo surge el modelo de Cadbury, como una guía para estas organizaciones, sin
necesidad de ser una obligación legal que quite al ente iniciativa; en base a este modelo han
surgido nuevos modelos que han evolucionado este concepto para mejorar y alcanzar el
éxito y control de una organización.
OBJETIVOS
Es un modelo cuyos objetivos están orientados a proporcionar una razonable seguridad de:
Los elementos clave de este modelo son en esencia similares al modelo COSO, salvo la
consideración de los sistemas de información integrados en los otros componentes y un
mayor énfasis respecto a riesgos.
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GOBIERNO CORPORATIVO
Principales Factores
Principales Factores externos que
Internos que Intervienen
Intervienen
ACCIONISTAS Estado(Impuesto)
Sector financiero
Participantes Proveedores
Empleados
Clientes
DIRECTORES
Contadores
Auditores
Agentes de Clasificadoras de
Información riesgo
Bancos de inversión/
Analistas
ADMINISTRACION
Estándares,
leyes y
regulaciones
PRINCIPALES Factores
Mercados Productos
FUNCIONES Control
corporativo
Servicios
gerenciales
VALORES ÉTICOS
Son aquellos que guían tanto el código de procedimientos óptimos como las
recomendaciones que el comité hace para el mejoramiento de todas las sociedades
enmarcada en el mismo sector:
A la luz de este contrato implícito con su entorno, las sociedades cotizables necesitan de la
confianza de la sociedad para su permanencia en el mercado. Por otra parte, la confianza
como capital activo de la empresa puede reducir costes de coordinación interna y externa,
aumentar la cooperación entre sus miembros y con sus relaciones externas, disminuir
riesgos e incertidumbres, mejorar la competitividad, etc. El informe del comité afirma que
aquellas sociedades que delimiten y definan con claridad cuáles son las responsabilidades
del consejo de administración conseguirán elevar el nivel de confianza de la sociedad en su
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actividad, pero sobre todo el nivel de confianza de los inversores. Y, sin duda, elevar o no la
confianza de estos últimos constituirá la pieza fundamental para la continuidad de la
empresa. Dicho en otras palabras: “Una mayor claridad de las responsabilidades de los
miembros del consejo, accionistas y auditores reforzará la confianza en el sistema
empresarial. Las sociedades cuyos niveles de gobierno son elevados ganarán más
fácilmente la confianza y el apoyo de los inversores para el desarrollo de sus negocios”. Si la
confianza es el pilar básico en el cual reside en definitiva el buen gobierno de las sociedades
éste se apoya a su vez en tres valores que rigen el marco común para el desarrollo de toda
actividad empresarial relacionada con las sociedades cotizables. Estos valores básicos que
deben guiar la actividad de la institución son la franqueza, la integridad y la responsabilidad.
De este modo, no es suficiente que el código sea expuesto, discutido y publicado a todos los
grupos que poseen interés en las empresas o el gobierno de sociedades, sino que éstas
debe evaluar a posteriori cuál es el nivel de cumplimiento del mismo, en qué áreas no se
cumple y por qué no es así. Teniendo en cuenta que es un horizonte normativo de actuación
pero que no siempre se cumplirá íntegramente, es necesaria esta revisión o balance del
mismo pues facilitará a la empresa el mejoramiento de la organización al conocer qué
puntos son los más difíciles de cumplir por la misma. Estas revisiones deberán ser
estudiadas por los auditores antes de su publicación, en su parte referente a las
disposiciones del código cuyo cumplimiento pueda comprobarse.
Transparencia. Este valor debe guiar sobre todo a la información que sobre la sociedad
emiten su consejo de administración como las auditorias que son las “piedras angulares
del gobierno de sociedades”. Como señala el informe del comité, “El elemento vital de
los mercados es la información, y las barreras a la circulación de información relevante
constituyen imperfecciones del mercado. (...) Cuanto más transparentes sean las
actividades de las sociedades, con mayor precisión se valorarán sus títulos”. La
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transparencia en la información financiera es uno de los problemas más acuciantes con
los que se enfrentan hoy los gobiernos de sociedades, pues la necesidad de examinar y
corregir la información presentada por las sociedades aumenta los costes y la
incertidumbre de la función de fijación de precios que desempeña el mercado. Claridad,
hace referencia sobre todo a la información que se espera tanto del consejo de
administración como de los auditores del gobierno de sociedades. Una explicación clara
de las cuentas y los informes que estos presentan puede llegar a ser una ventaja para
los usuarios de estas informaciones, pero también es un factor que influye en la marcha
futura de la sociedad. Así la claridad se considera un valor adicional para el
comportamiento de las sociedades que “… deben aspirar al máximo nivel de divulgación
en consonancia con la presentación de informes que sean comprensibles y con evitar
perjuicios a su posición competitiva. Y, procurar garantizar la integridad y coherencia de
sus informes, y deben respetar tanto el fondo como la forma de las normas de
declaración financiera”.
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