Está en la página 1de 8

Desarrollo del carácter cristiano.

Fondo Bíblico: 2Pedro 1:1-11

Verdad Central: Dios no nos llama sólo a la salvación del pecado sino también a
la madurez espiritual.

Texto Aureo: Nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas
llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la
corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. 2Pedro 1:4

OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

1. Descubrir las cualidades del carácter verdaderamente cristiano.

2. Reconocer que la fe es la base para desarrollar un carácter semejante al de


Cristo.

3. Consagrarnos más al llegar a ser como Él es.

BOSQUEJO GENERAL

I. La provisión divina

A. La justicia de Cristo

B. Gracia, paz y conocimiento

C. Las promesas de Dios

II. La diligencia cristiana

A. Añadirle a la fe

B. Las virtudes cristianas

III. La victoria garantizada

A. Una vida fructífera

B. Una vocación firme

C. Entrada al cielo

INTRODUCCION

Cuando Pedro escribió esa epístola ya sabía que su muerte estaba cercana
(1:14). En su mensaje final a los cristianos dispersos dedica su atención a algunas
situaciones que habrían de venir cuando él ya no se encontrara en la lucha.

Pedro era un apóstol, pero en ningún momento se aferra a una posición de


prominencia sobre los cristianos. El y todos los demás creyentes tenían "una fe
igualmente preciosa" (V.1)
Una cosa que le interesaba al apóstol era el continuo desarrollo espiritual de los
cristianos. El estaba seguro de que Dios ha provisto todo lo que se necesita para
nuestra madurez espiritual. Pero también reconocía que cada individuo es
responsable de hacer algo. Por eso él procede a presentar una lista de
características que debe desarrollar cada cristiano en su vida y deja bien claro que
hay que esforzarse mucho para ello. El creyente que no progresa en sus relaciones
con el Señor está en peligro de fracasar. Sin embargo, Pedro concentra su atención
en lo positivo, asegurando a sus lectores que les aguarda un futuro glorioso si
viven victoriosamente en Cristo. Como prueba de ello habla de la "amplia y
generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo".

EXPOSICION BIBLICA

I. La provisión divina 2 Pedro 1:1-4

A. La justicia de Cristo

Pregunta: ¿Por qué hace tanto énfasis Pedro en la justicia de Dios?

Como judío, el apóstol Pedro estaba bien enterado de que muchos trataba de
justificarse mediante la observancia de la ley. Pero como cristiano ahora estaba
seguro de que todos esos esfuerzos son inútiles. La ley no podía justificar a nadie.
Todo lo que hacía la ley era revelar el pecado y demostrar que el ser humano es
incapaz de cumplir con las normas divinas.

Como creyentes en Cristo, nosotros no nos apoyamos en nuestra propia justicia.


Cristo fue el único que pudo guardar la ley con exactitud. Cuando creemos en El
como nuestro Salvador, su justicia nos es imputada, o lo que es igual: nos es
acreditada.

Enseñanza práctica

¿Hay algunos dentro de la fe cristiana que pueden adquirir mayor estabilidad y un


grado más elevado de madurez espiritual que otros?

Los creyentes muchas veces tienden a evaluar su estatura espiritual en relación


con algunos "campeones de la fe" o con esos "gigantes’ espirituales que están
siempre en el escenario principal de la iglesia. Muchas veces como resultado de
estas comparaciones se cae en ciertos complejos de culpa, inferioridad o
dependencia. Algunos se preguntan: "¿Cómo pudiera yo llegar a ser
espiritualmente como esa persona?"

Lo que tenemos que hacer es reconocer que todos hemos recibido "una fe
igualmente preciosa" que la de otros grandes cristianos. En otras palabras, cuando
aceptamos a Cristo como Salvador obtenemos una fe igual a la de cualquier otro
creyente. Esto es posible porque nuestra fe está arraigada en la justicia de
Jesucristo, quien es completamente justo.

Sin embargo, la médula del asunto está en nuestra determinación de crecer en


gracia, santidad y justicia. Todo creyente tiene la posibilidad de llegar a la
perfección, pero para eso hay que ser esforzado y atento a la Palabra y la voluntad
de Dios.
La "fe igualmente preciosa" a la que Pedro se refiere es más que un mero
concepto intelectual del evangelio. Es una entrega y consagración total al Salvador
quien se entregó por nuestros pecados.

B. Gracia, paz y conocimiento

Pregunta: ¿Qué conexión existe entre la gracia, la paz y el conocimiento?

La gracia es el favor inmerecido de Dios. Esa es la base de todas las bendiciones


que fluyen de Dios hacia nosotros. Nosotros nada logramos por nuestros méritos.
El derramamiento de su gracia fue posible sólo mediante la muerte de Jesús por
nuestros pecados y su ascensión al cielo. Ahora recibimos esa redención por la fe
en la gracia de Jesús.

La fe que Pedro describe no es una mera ausencia de problemas. Es una


sensación de bienestar que afecta toda la personalidad: el cuerpo, la mente, las
emociones y el espíritu. Eso sólo llega cuando la conciencia ha sido limpia de la
culpabilidad. Eso nos asegura una perfecta relación con Dios. Pero aquí también
tenemos que depender de la gracia. Jamás hubiéramos podido adquirir esa paz si
no hubiera sido a través de Cristo.

Pedro dice que ese sentido de la paz y la gracia de Dios en nuestro corazón debe
ser una experiencia que crezca y sea multiplicada. También indica que dicho
crecimiento tiene lugar mediante el conocimiento. Pero no se refiere a cualquier
conocimiento, sino al "conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús". Cuanto
más crezca en nosotros ese conocimiento mayor será nuestra paz. Nuestro
entendimiento de la gracia de Dios también se acrecienta.

El conocimiento de Dios nos viene a través del estudio de su Palabra, a medida


que el Espíritu Santo nos la revela. Los cristianos que descuidan el estudio de la
Palabra de Dios pierden la oportunidad de aumentar su conocimiento de Dios. Esto
estorba la obra de gracia en su vida y no les permite disfrutar de la plenitud de la
paz de Dios.

C. Las promesas de Dios

La declaración de Pedro sobre el poder de Dios es bastante amplia. Ese poder


provee todo lo necesario para vivir una vida de santidad. Aquí el apóstol
nuevamente hace mención del conocimiento. El poder que lo provee todo fluye a
través del conocimiento de Jesucristo. Pedro recuerda a sus lectores que el llamado
de Dios es más que una liberación de la ira. Incluye la participación de su gloria y
su virtud: "su gloria y excelencia".

El poder de Dios se nos ha revelado por medio de las promesas de su Palabra.


Dichas promesas son de un valor inestimable: "preciosas y grandísimas".

Cuando nos apropiamos de ellas llegamos a ser "participantes de la naturaleza


divina".

Pregunta: ¿En qué sentido huyen los creyentes "de la corrupción que hay en el
mundo"?

Físicamente todavía estamos en este mundo; estaremos aquí hasta que el Señor
nos llame, mediante el rapto o la muerte. Pero en el sentido espiritual, ya no
somos del mundo. Ya no tomamos parte de sus ideales, motivos y estilo de vida. El
mundo ya no ejerce su influencia sobre nosotros. Ya no nos atraen sus encantos.
Cuando hicimos a Jesús el Señor de nuestra vida, Satanás perdió el control sobre
nosotros. Mediante el influjo del Espíritu Santo vencemos las obras de la carne
para que escapemos de la corrupción y la decadencia moral que ella produce.

II. La diligencia cristiana 2 Pedro 1:5-7

A. Añadirle a la fe

Pregunta: Si somos salvos por la fe y no por obras ¿por qué hay que agregarle
algo más a la fe?

En este pasaje no se están discutiendo los requisitos para ser salvos.

Igual que Santiago, Pedro enseña aquí sobre la clase de vida que manifiesta fe
después de ser salvos.

Enseñanza práctica

¿Por qué estaba tan interesado Pedro en enumerar las virtudes que se dar en los
versículos 5-7? ¿No es el desarrollo espiritual un resultado natura de nuestra
experiencia de salvación?

Desafortunadamente, algunos cristianos piensan que no tienen nada que hacer


con su desarrollo espiritual. Asumen que, puesto que ya son salvos todo lo que
tienen que hacer es disfrutar las bendiciones de Dios y que El hará todo lo demás.

Eso es como sembrar una hortaliza y pensar que, siendo que habrá sol todos los
días y lloverá de cuando en cuando, ya no hay nada más que hacer sino esperar el
tiempo de la cosecha Si queremos que crezca maleza podemos asumir esa actitud.
Pero si queremos flores, frutas, viandas y verduras, tenemos que atender nuestra
hortaliza con todo cuidado. Debemos arrancar la mala hierba, aplicando fertilizante
a las plantas, regarlas cuando no llueve y trabajar con esmero. Espiritualmente
también tenemos que hacer esto. Esa es la lección que se enseña en este pasaje.

"Poniendo toda diligencia" es la frase que usa el apóstol para indicarno1 que no
se refiere a un cuidado a medias. Lo que él requiere aquí es una consagración
completa. El Señor nos salvó del pecado, pero nosotros somos responsables de
buscar el desarrollo de nuestro carácter cristiano.

La traducción "añadid" no es la mejor manera de expresar lo que se dice en el


término griego el cual significa "suplir plena y abundantemente", Otros pasajes en
que se usa esa misma expresión pueden ilustrar esto. Por ejemplo, en 2 Corintios
9:10 se dice: "El que da semilla al que siembra, y pan al que come." Gálatas 3:5
dice: "Aquel, pues, que os suministra el Espíritu." En Colosenses 2:19 leemos: "En
virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose... crece con el crecimiento que da
Dios.’ Y en 2 Pedro 1:11 se dice: "Se os otorgará amplia y generosa entrada en el
reino eterno."

B. Las virtudes cristianas

Preguntas: ¿Encuentra usted alguna similitud entre este pasaje y la lista de


frutos del Espíritu que da Pablo en Gálatas 5:22,23?
Ninguna de esas listas enumera todas las virtudes cristianas. Pedro menciona
algunas de las cualidades que describe Pablo y agrega otras. Los cuadros sugeridos
por ambos pasajes son distintos entre sí. Al referirse a estas virtudes como
"frutos", Pablo trae a la imaginación una vid cargada de uvas, las cuales revelan su
vida interna. La enseñanza de Pedro sugiere un edificio en el cual se ha puesto el
fundamento y luego se va poniendo un ladrillo sobre el otro hasta completar la
construcción.

La "virtud" mencionada aquí no es la cualidad de la que frecuentemente se habla


en el mundo. Lo que aquí se tiene en mente es esa excelencia moral que es
inherente en la misma naturaleza de Dios. El es nuestro modelo. Debemos luchar
por ser santos así como El es santo. Es imposible pensar en que una persona
profese tener fe en Cristo y no manifieste virtud en su vida cotidiana. Muchos se
burlan de esta cualidad hoy. Pero para el creyente la virtud es una de las piezas
indispensable para que el carácter pueda llamarse cristiano.

No es incidental que Pedro persista en hacer mencionar el conocimiento. El recién


convertido tiene muy poco conocimiento de Dios. Ha nacido de nuevo y va hacia el
cielo, pero todavía hay muchas cosas acerca de la vida cristiana de las que tiene
que aprender. Por eso es saludable que los creyentes nuevos empiecen
inmediatamente a cultivar una vida de estudio bíblico y meditación cristiana. La
Palabra nos abre los ojos espirituales para que sepamos qué hacer y qué evitar. No
importa cuanto tiempo llevemos de ser cristianos, todavía podemos seguir
incrementando nuestro conocimiento. Nadie ha llegado a la cumbre; siempre
aprendemos algo nuevo al caminar con el Señor.

El dominio propio puede referirse a la abstinencia de bebidas embriagantes, pero


básicamente se refiere al control de sí mismo. Dios nos ha conferido muchos
poderes, pero debido al pecado el ser humano puede abusar ellos. Aun un cristiano
maduro puede caer en la trampa de Satanás y perder el control de su vida.

Es interesante notar que el dominio propio se menciona después del conocimiento


en la lista de Pedro. El conocimiento que tengamos de Dios ha de indicarnos lo que
es agradable o desagradable delante de Dios. Esto puede ser un incentivo para
controlar las tendencias que pudieran impulsarnos actuar en contra de la voluntad
Dios.

El dominio propio se ha hecho m difícil porque vivimos en una sociedad que cada
día se hace más permisiva. No podemos ganar la victoria por nuestra propia
fuerza, pero con la ayuda del Espíritu Santo que mora en nosotros venceremos los
impulsos de la carne

La paciencia se desarrolla a medida que encontramos experiencias desagradables


y difíciles de soportar. Casi siempre dichas experiencias tienen lugar en nuestra
relación con personas de mal carácter. Lo que debemos hacer es recordar la
paciencia que tuvo Jesús con sus discípulos cuando éstos se disputaban los
primeros lugares en reino. Cuando no comprendían sus enseñanzas, Jesús no los
abandonó. No hay característica que revele más la influencia del Espíritu Santo en
nuestra vida que la paciencia: la paciencia que tuvo Jesús.

La verdadera piedad hace que el creyente realice los actos que son agradables a
Dios. Las personas piadosas no pueden actuar de otra manera. Ellas se niegan a
seguir las corrientes de este mundo. El espíritu de una persona piadosa es muy
sensible al Espíritu Santo Para ella no es un sacrificio, sino un deleite agradar a
Dios.
El pueblo de Dios es una familia. Nosotros somos hermanos y hermanas Cristo.
Entre los miembros de la familia se observa un afecto fraternal muy especial. Pedro
no habla simplemente de "afecto" sino de "afecto fraternal".

Aunque el amor es la última cualidad mencionada por Pedro, ésta es la verdadera


motivación de la vida de un cristiano. Las demás cualidades pueden ser mecánicas
y frías aparte del amor.

Enseñanza práctica

El amor es la característica más importante de la lista presentada en 2 Pedro 1:5-


7. Es cierto, porque esta es la virtud que nos identifica inequívocamente con Cristo
Jesús. "En esto conocerán que sois mis discípulos."

En este sentido el amor del que se habla aquí es el amor ágape. Esta clase de
amor no pone condiciones ni restricciones. Este amor abraza con la misma
intensidad al santo y al pecador.

El amor ágape es la culminación de las virtudes mencionadas por Pedro. Este no


se puede realizar plenamente aparte de la gracia cristiana. Este es un verdadero
desafío para que los creyentes se esfuercen por adquirir las virtudes morales y
espirituales más excelentes y alcanzar esa cualidad especial que es la característica
dominante del cristianismo.

III. La victoria garantizada 2 Pedro 1:8-11

A. Una vida fructífera

Pregunta: Después de exigir que todas estas cualidades estén en nosotros ¿por
qué agrega Pedro: "y abundan"?

El apóstol presenta un equilibrio entre lo que hace Dios y lo que debemos hacer
nosotros para el desarrollo de nuestro carácter cristiano. Sólo Dios puede salvarnos
y limpiarnos del pecado, pero después de eso empieza nuestra responsabilidad.
Dios nos da su poder cada día. Tenemos también el recurso de la Palabra de Dios y
la presencia del Espíritu Santo, pero no podemos sentarnos pasivamente y decir:
"Bueno, Señor, todo está en tus manos."

Pedro no sólo esperaba que sus lectores poseyeran las cualidades que él enumera
sino que exigía que éstas siguieran creciendo. Si andamos con Cristo, el fruto del
Espíritu debe verse más y más. Si nos quedamos parad pronto caeremos. Debemos
mantenernos en acción hacia la meta que Dios nos ha propuesto.

Si estas cualidades abundan en nosotros no seremos deficientes ni infructífero.


Luego Pedro toma una posición negativa para advertir de lo que le puede suceder
un cristiano si no incrementa estas cualidades de su carácter. Puede llegar a ser
como un miope, sin poder ver lo que está distancia. El que ve sólo lo que está
cerca no puede ver más que el pecado y la mundanalidad que caracteriza a la
humanidad perdida. La persona que pierde la visión de Dios es vencida por los
engaños del diablo

Pregunta: ¿Puede una persona olvidar la experiencia de su salvación?

Pedro habla del peligro de que la persona que no crece puede llegar olvidar que
una vez fue liberada de sus pecados. Cuando la experiencia de su salvación ya esté
borrosa, el diablo se aprovechará de su letargo. La sensibilidad al Espíritu Santo es
una posesión de gran estima. El que poseamos tal bendición ahora no debe
servirnos de excusa para que la descuidemos. Si dejamos de ejercitar nuestros
sentidos espirituales, éstos pueden llegar a la insensibilidad. Quizá usted sepa de
alguien que tuvo una experiencia con Cristo, pero hace tanto tiempo que ya casi no
la recuerda. Tal cosa es trágica, pero Pedro dice que la manera de evitar dicho
peligro es seguir creciendo en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

B. Una vocación firme

Todas las promesas de Dios son condicionales, como lo es ésta. "Porque haciendo
estas cosas, no caeréis jamás." Aquí vemos nuevamente la responsabilidad
humana. Esto no es hacer buenas obras para ser salvos. "Estas cosas" son las que
Pedro ha venido discutiendo. Son las cualidades que debemos proveer en
abundancia para añadirlas a nuestra fe. Este tipo de crecimiento espiritual nos
permitirá andar como es debido. Así no caeremos. Nuestra experiencia en el Señor
no tendrá altibajos. Es más, tendremos la capacidad de ayudar a otros, en lugar de
estar solamente sobreviviendo en la fe.

Esta estabilidad nos ayudará a hacer firme nuestra "vocación y elección". Eso no
quiere decir que no podemos estar seguros de nuestra salvación. Lo que significa
es que el desarrollo del carácter cristiano es un testimonio constante de que
nuestra experiencia en el Señor es genuina. La misma palabra que se traduce en el
versículo 10 como "firme" se usa para describir la promesa de Dios a Abraham
(Romanos 4:16), la esperanza del creyente (Hebreos 6:19) y la palabra profética
(2 Pedro 1:19). Nuestra relación con Dios se fortalece y afirma a medida que nos
dejamos guiar por el Espíritu en el camino cristiano.

C. Entrada al cielo

Pedro mismo estaba pensando en el cielo, sabiendo que pronto daría su vida por
Cristo. El estaba seguro de terminar su carrera con victoria y que se desplomaría
ya llegando a la meta como aquel que apenas llega a su destino. Da la impresión
de estar seguro I del feliz recibimiento que se le da a todo aquel que vive la clase
de vida que describe en este pasaje. Ningún cristiano debe contentarse con sólo
ser salvo del infierno; aunque ya eso en sí es algo maravilloso. Mientras Dios nos
tenga en esta tierra debemos reconocer que El nos ha dado una tarea que cumplir.
Debemos ser como luz y sal en ese mundo. Debemos demostrar al mundo cómo es
Jesús, mediante nuestra vida y nuestras palabras.

Nuestra vida no terminará en derrota. No será como la puesta del sol en el oeste
y la caída de la noche sobre el hemisferio. "Os será otorgada amplia y generosa
entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (y. 11). Ese es
el clímax de una vida cristiana victoriosa. Vale la pena esforzarnos por añadir a
nuestra fe todas estas virtudes que hacen que mundo vea a Cristo en nosotros.
Recordemos que el Espíritu Santo nuestro Ayudador y que no estamos luchando
solos.

Practicar la verdad

Cuando surge la pregunta: "¿Qué tenemos qué hacer?" inmediatamente nuestra


atención se fija en las instrucciones de los versículos 5-9. Ciertamente tenemos la
gran responsabilidad de luchar hasta alcanzar un carácter cristianó que agrade a
Dios. Las virtudes descritas en esta lección no se reciben automáticamente en el
momento de ser salvos. Es necesario ser diligentes y atentos a la Palabra de Dios,
orar, adorar a Dios, tener comunión con los hermanos y dar testimonio de la
verdad para llegar a ser lo que podemos y debemos ser en Cristo.

Porciones de E. dominical -Editorial Vida.

http://www.adorador.com/estudios/desarrollo_del_caracter_cristiano.htm

También podría gustarte