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ANALISIS DE LA PELICULA AMOR POR CONTRATO

Los Jones son los nuevos vecinos, recién han llegado y ya son la sensación del vecindario. Kate
(Demi Moore) y Steve (David Duchovny) forman un matrimonio atractivo y jovial, visten ropa y
accesorios de marca, conducen automóviles de lujo último modelo, ella pasa el tiempo en tiendas,
salones y restaurantes y él jugando al golf. La armonía entre ellos es envidiable. Por otro lado, la
popularidad de sus hijos Jenn y Mick (Amber Heard y Ben Hollingsworth) es deslumbrante; Mick
presume a sus amigos lo último en electrónicos y videojuegos y Jenn se exhibe con ropa juvenil y
atrevida mientras comparte con sus compañeras sus preferencias en cuanto a cosméticos y
perfumes.

Lo que la comunidad ignora es que los Jones son en realidad un equipo profesional de ventas que
utiliza la imagen de “familia perfecta” para inducir el consumo de los artículos que exhiben. Todo
en ellos es apariencia, desde los productos que usan hasta el “afecto” que se demuestran. El
objetivo es vender a pesar de los efectos perniciosos que ello puede causar en algunas familias.

Utilizando eficazmente la ironía, el director Derrick Borte hace una crítica a la sociedad de
consumo poniendo énfasis en la vacuidad de un estilo de vida fundamentado en la capacidad de
compra y la ostentación. Pone en la picota la voracidad de las empresas y la falta de escrúpulos de
los ejecutivos de la mercadotecnia. Es curioso sin embargo el tratamiento que da a las
desviaciones de los “hijos” de los Jones: Jenn siente una atracción enfermiza por hombres
mayores y Mick es homosexual. A la chica se le hace ver su error pero al muchacho se le alienta, lo
que nos hace ver que también los directores son vulnerables a la mercadotecnia, en este caso a la
de la agenda homosexual de Hollywood.

CONCLUSIONES

Como podemos ver en la actualidad es muy común que las personas se dejen llevar por
situaciones superficiales, o bien imiten o quieran tener los productos que otras personas poseen,
ya que pensamos que vamos a lucir igual o que vamos a obtener un grado de reconocimiento más
alto en la sociedad, sin embargo no evaluamos bien las necesidades ni los beneficios que vamos a
obtener con los productos, por lo que tomamos decisiones de compra apresuradas y como
consecuencia nos encontramos viviendo en un mundo consumista, donde cada día los productos y
servicios son los que marcan el futuro del mundo.

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