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Ensayo 31 Pobreza y Exclusic3b3n Social
Ensayo 31 Pobreza y Exclusic3b3n Social
I. Concepto
La pobreza absoluta
La pobreza relativa
II. Historia
Redescubrimiento de la pobreza
III. Causas
Introducción
causas
El concepto de pobreza, tal como el fenómeno que describe, posee una antigüedad
respetable. Su etimología nos lleva a la palabra latina paupertas, que remite
originalmente a la condición de pauperos que significa, literalmente, parir o
engendrar poco y se aplicaba al ganado y, por derivación, a la tierra pobre, es decir,
infértil o de poco rendimiento.2 De esta acepción de pobreza como falta de
potencialidad o capacidad de producir deriva un concepto distinto que apunta a la
carencia misma de una serie de bienes y servicios básicos. Este es el origen del
concepto de pobreza absoluta. También surgió tempranamente el concepto de
pobreza como contraposición al de riqueza, donde el sentido de cada uno de estos
términos se define por la relación misma entre ellos. De allí proviene el concepto de
pobreza relativa.
El enfoque más moderno y en boga sobre la pobreza, es decir, aquel que lleva el sello
del premio nobel Amartya Sen3 se inspira en la acepción primigenia de pobreza como
falta de capacidad de producir o de realizar su potencial productivo. En este enfoque
el énfasis está puesto no tanto en el resultado (ser pobre en el sentido de no disponer
de ingresos o bienes suficientes) sino en el ser pobre como imposibilidad de alcanzar
un mínimo aceptable de realización vital por verse privado de las capacidades,
posibilidades y derechos básicos para hacerlo. Esta forma de ver la pobreza se inspira,
como Sen mismo lo destaca, en la filosofía aristotélica que define la “buena vida”
como aquella en que se han realizado o florecido todas las capacidades encerradas en
la naturaleza de los seres humanos (que según Aristóteles pueden ser muy diversas,
1Los textos que se leerán a continuación han formado parte de las contribuciones del autor a
Wikipedia (“Pobreza” y “Exclusión social”).
2 Sus raíces son paucus (poco) y parire (engendrar).
3Véanse, por ejemplo, Sen, Amartya (1992). “Sobre conceptos y medidas de pobreza”, Comercio
Exterior 42:4 y Sen, Amartya (2003). “Capacidad y bienestar”, en M. C. Nussbaum y A. Sen, La
calidad de vida. México: FCE.
Este concepto de pobreza, actualizado por Amartya Sen y despojado de sus rasgos
incompatibles con una sociedad basada en la igualdad básica de los seres humanos,
podría ser definido como pobreza de desarrollo humano. Este es el enfoque que ha
sido instrumentalizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), estableciendo una serie de criterios de satisfacción de necesidades básicas –
esperanza de vida, logros educacionales e ingreso, que son la base del así llamado
Índice de Desarrollo Humano (IDH)– que formarían la base de recursos y
habilidades que permiten el “desarrollo humano, definido como el proceso de
ampliación de las opciones de las personas y mejora de las capacidades humanas (la
diversidad de cosas que las personas pueden hacer o ser en la vida) y las libertades”.4
A partir de ello el PNUD ha elaborado un Índice de Pobreza Humana (IPH) que se
describe de la siguiente manera: “En lugar de utilizar los ingresos para medir la
pobreza, el IPH mide las dimensiones más básicas en que se manifiestan las
privaciones: una vida corta, falta de educación básica y falta de acceso a los recursos
públicos y privados.”5 El problema de este intento de instrumentalizar el enfoque de
Sen radica en la reducción de sus elementos determinantes a algunas variables –
como la expectativa de vida, la escolarización o el ingreso disponible– que si bien son
relativamente fáciles de medir dejan fuera del análisis del desarrollo a otros
componentes esenciales del mismo como ser la libertad individual o los derechos
democráticos. Se reduce así la perspectiva de la pobreza de una manera que el mismo
Sen ha considerado inaceptable:
4PNUD (2010). Orígenes del enfoque de Desarrollo Humano. Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo.
5 PNUD (2010), Índices de desarrollo humano, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
La pobreza absoluta
A esta forma previa de ver la pobreza, centrada en las capacidades para realizar las
propias potencialidades, se opone otra definición igualmente antigua, aquella que ve
la pobreza y la condición de pobre (pauper) como un estado de privación o falta de
recursos para poder adquirir una “canasta de bienes y servicios” necesaria para vivir
una vida mínimamente saludable. Este enfoque fue sistematizado a comienzos del
siglo XX por el británico Seebohm Rowntree en Poverty: A Study of Town Life
(1901), un estudio pionero sobre la pobreza que se transformaría en el punto de
partida y referencia de futuros estudios sobre el tema. La razón de ello es doble. Por
una parte, este estudio se basa en una amplia investigación empírica realizada en
York, la ciudad natal de Rowntree, que abarcó nada menos que 11.560 familias, lo que
equivalía a unas dos terceras partes de todas las familias de York. La segunda razón
es que para llevar adelante su investigación Rowntree elaboró una serie de conceptos
y métodos de medición que pasarían a formar instrumentos centrales en
prácticamente todos los estudios posteriores sobre el tema. Entre estos instrumentos
se destaca la elaboración de una “línea de pobreza”, que no sólo incluía la
alimentación sino además el acceso a la vivienda, a prendas de vestir adecuadas y
otros ítems absolutamente necesarios para mantener lo que Rowntree llamó “un
6 Sen, Amartya. “Las distintas caras de la pobreza”, El País, 30 de agosto de 2000.
7PNUD (2010), Estadísticas del Informe de Desarrollo Humano. Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo.
La pobreza relativa
Otra forma muy común pero altamente dudosa de usar el concepto de pobreza
relativa es simplemente hacerlo sinónimo de una cierta medida de la distribución del
ingreso en un país dado. Esta pobreza relativa aparente acostumbra a ser definida a
partir de un umbral de ingreso medido como porcentaje del ingreso medio del país
respectivo. Así por ejemplo, es usual llamar pobres o “en riesgo de pobreza” a todos
aquellos que disponen de menos del 60% del ingreso disponible medio de la sociedad
10 Smith, Adam (1997). Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones.
México: FCE.
Mollie Orshansky es la creadora de la línea de pobreza estadounidense. M. Orshansky, Mollie (1969).
11
12 INE (2010). Encuesta de condiciones de vida 2010. Madrid: Instituto Nacional de Estadísticas.
Eurostat (2010). Combating poverty and social exclusion: A statistical portrait of the European
13
Este mismo riesgo corre otro de los enfoques más influyentes sobre la pobreza, aquel
que usa el término de deprivation (privación) para definir la pobreza.14 Se trata de
una medida relativa, que indica la ausencia de ciertos atributos, recursos o estatus
que otras personas poseen. La privación relativa puede ser definida de manera
objetiva, como una medición del contenido real o material de ese “tener menos que
otros”, pero también de manera subjetiva, atendiendo fundamentalmente al
sentimiento de tener menos que otros. Como tal podría ser llamada una medida de la
envidia humana y de hecho, aplicando este criterio, prácticamente cualquiera podría
ser definido como pobre. Ahora bien, para transformar algo tan relativo en un
indicador que realmente tenga algo que ver con la pobreza o la vulnerabilidad se
requiere buscar un umbral de privación o de distancia respecto del nivel de vida
normal de una sociedad que impida mínimos satisfactorios de desempeño o
participación social. Peter Townsend apunta al respecto que es fundamental “definir
el estilo de vida generalmente compartido o aprobado en cada sociedad y evaluar si
[...] hay un punto en la escala de la distribución de recursos por debajo del cual las
familias encuentran dificultades crecientes [...] para compartir las costumbres,
actividades y dietas que conforman ese estilo de vida.”15
14Autores como Robert Merton (1938, “Social Structure and Anomie", American Sociological Review
3), Walter Runciman (1966, Relative Deprivation and Social Justice. Londres: Routledge and Kegan
Paul) y Peter Townsend (1974, “Poverty as Relative Deprivation”, D. Wedderburn, Poverty, Inequality
and Class Structure, Cambridge: Cambridge University Press) han desarrollado, de diferentes
maneras, este concepto.
15Townsend, Peter (1974). “Poverty as Relative Deprivation”, D. Wedderburn, Poverty, Inequality and
Class Structure. Cambridge: Cambridge University Press.
II. Historia
problema
Hasta comienzos del siglo XIX la pobreza era considerada como la norma de la vida
humana, tal como lo eran las enfermedades devastadoras, la falta de educación o de
libertad religiosa y política. Esta normalidad comenzó a cambiar durante la segunda
mitad del siglo XIX, cuando se fue haciendo evidente que la industrialización iniciada
en Gran Bretaña y luego replicada en diversas partes de Europa occidental estaba
haciendo posible un significativo mejoramiento de los niveles generales de vida. Fue
surgiendo así, paulatinamente, una nueva normalidad: la del bienestar como
condición no sólo deseable sino también posible de la vida humana. Con ello apareció
“el problema de la pobreza”, es decir, la pobreza considerada como algo atávico y
anormal, una reminiscencia de épocas pasadas que debía y podía ser superada en
sociedades dónde la abundancia se estaba convirtiendo en la regla.
Posteriormente, Rowntree realizó dos nuevos estudios en York que mostraron con
claridad una tendencia hacia la disminución de la pobreza hasta llegar a
transformarse en un fenómeno marginal. En su estudio de 1936, Poverty and
Progress, la pobreza había disminuido al 18% y en el de 1950, Poverty and the
Welfare State, a tan sólo el 1,5%. Esto a pesar de que Rowntree había ampliado la
“canasta de bienes” que determinaba la línea de pobreza. Estos estudios coincidían no
sólo con la visión optimista del propio Rowntree sino con la idea, cada vez más
dominante durante las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, de que la
pobreza era un hecho residual destinado a desaparecer como fruto del rápido
progreso económico y las intervenciones del Estado del bienestar.
Redescubrimiento de la pobreza
necesario para satisfacer las necesidades básicas de las personas. Se trata de una medida que parte del
estándar de vida estadounidense y, en comparación con otras latitudes, es muy alta. Así, el censo del
año 2000 mostraba por ejemplo que más del 70% de los pobres tenía coche, aire acondicionado,
nevera, microondas, etc.
III. Causas
Eurostat (2010). Combating poverty and social exclusion: A statistical portrait of the European
20
Estos enfoques pueden ser de naturaleza muy diversa, pero su diagnóstico sobre lo
que son la pobreza y la exclusión social así como sobre sus consecuencias son mucho
más pesimistas que en el caso del enfoque anterior. Esta perspectiva ha tenido
muchos de sus principales exponentes en una tendencia altamente crítica, a menudo
de inspiración marxista, al capitalismo o a la economía de mercado en sí misma. Lo
que aquí se postula es la existencia de una dinámica permanente de exclusión y
polarización que trae a la memoria el diagnóstico de Marx sobre el futuro del
capitalismo. Esta dinámica excluyente y polarizante se daría tanto a nivel de las
economías nacionales como del sistema económico internacional. La así llamada
Teoría de la Dependencia fue el exponente más contundente de este punto de vista en
lo que se refiere a la economía internacional. En el marco de las economías
nacionales avanzadas este enfoque ha estado representado por diversas teorías acerca
del mercado de trabajo fragmentado, segmentado o dual.
21 Giddens, Anthony (1994). Beyond Left and Right. Cambridge: Polity Press, p. 148.
Una presentación crítica de este enfoque se encuentra en Rojas, Mauricio (2004). Mitos del
22
23 Rifkin, Jeremy (1995). The End of Work. New York: G. P. Putnam’s Sons, p. xv.
24 Beck, Ulrich (1997). Was ist Globalisierung? Frankfurt am Main: Suhrkamp, p. 85.
25 El más conocido es el formulado por Viviane Forrester en su libro de 1996 L’horreur économique.
París: Fayard.
Estos enfoques subrayan los factores institucionales que estarían generando pobreza
y exclusión. En este caso, lo determinante no es la tecnología en sí ni tampoco el
capitalismo, la globalización u otra fuerza semejante. Lo decisivo es el entorno
institucional mediante el cual diversas sociedades se relacionan con los fenómenos
antes mencionados, regulando así el acceso o la exclusión de distintos grupos sociales
a las posibilidades que cada época ofrece. Las formas de exclusión institucional así
generadas pueden ser inducidas o coercitivamente alcanzadas. El caso de la exclusión
institucional inducida fue paradigmáticamente presentado por Charles Murray en su
26Herrnstein Richard & Murray, Charles (1984). Losing Ground: American Social Policy, 1950-1980,
Basic Books, New York.
27 Marris, Robin (1996). How to Save the Underclass, Macmillan, London.
28 Murray, Charles (1984). Losing Ground: American Social Policy, 1950-1980, Basic Books,
New York.
29 Bartholomew, James (2004). The Welfare State we’re in, Politico’s, London.
Naciones Unidas (2007). Literature Review on Social Exclusion in the ESCWA Region, ESCWA,
30
Pocas veces se ha visto un concepto tan poco claro hacer una carrera tan meteórica en
el mundo político, burocrático y académico como el de exclusión social. Desde que la
Unión Europea hace un par de décadas lo adoptase como una de sus entelequias
preferidas se ha instalado en nuestro discurso político así como en nuestras
administraciones y centros de investigación de aquella manera característica de los
conceptos ambiguos y altisonantes, especialmente cuando se transforman en llaves
para acceder al financiamiento y el reconocimiento públicos.
Esto no quiere decir, sin embargo, que todo lo que se ha dicho sobre la exclusión
social sea una pura patraña. Hay algo de recuperable e interesante es este cajón de
sastre conceptual en el que se ha convertido la exclusión social y no sería cuerdo tirar
el niño con el agua sucia de la bañera, como dice el viejo proverbio alemán. Para ello
hay que dilucidar qué hay de realmente sustancial detrás de toda esta algarabía
conceptual y determinar, con alguna precisión empírica, a qué fenómeno real
estamos apuntando cuando usamos el término exclusión social. Esta es la finalidad de
este ensayo, donde se comienza analizando el concepto y su historia para luego
adentrarse en su contraste con los estudios empíricos y, finalmente, discutir su
capacidad de captar algún elemento significativo de la realidad social.
Ahora bien, después de un par de decenios de entusiasmo y amplio uso del concepto
de exclusión social seguimos esperando una definición relativamente coherente y
compartida y, aún más, una implementación como instrumento de medida y estudio
empírico de aquella realidad que el concepto dice denominar. Esto es lo que
constatan los estudios tanto de Naciones Unidas como del Banco Mundial citados
inicialmente. Según una excelente revisión bibliográfica realizada para la
Organización Mundial de la Salud en 2008, las definiciones del concepto de exclusión
social se cuentan por decenas y sus puntos en común no pasan en realidad de algunas
banalidades sobre sus características dinámicas, multidimensionales y relacionales,
como si hubiese algún hecho social que no lo fuese.33 Es por ello que Hilary Silver,
una de las más destacadas analistas y proponentes del concepto de exclusión social,
concluye su análisis de 2007 sobre el desarrollo del concepto diciendo:
32 Øyen, Else (1997). “The Contradictory Concepts of Social Exclusion and Social Inclusion”, C. Gore y
J. Figueiredo, Social Exclusion and Anti-Poverty Policy, International Institute of Labour Studies,
Geneva, p. 63.
33Mathieson, J., J. Popay, E. Enoch, S. Escorel, M. Hernández, H. Johnston y L. Rispel (2008). Social
Exclusion: A review of literature, SEKN, Organización Mundial de la Salud.
Este aspecto es evidentemente central. La pobreza puede ser vista como algo dado, un
estado en el cuan ciertas personas se encuentran por diversas razones, entre ellas las
deficiencias personales, los accidentes del destino o condiciones objetivas
impersonales como el bajo nivel de desarrollo de una sociedad o las inclemencias del
clima. La exclusión social, por su parte, apunta al “ser excluido por otros” y como tal
denuncia un proceso social en el cual una parte de la sociedad estaría activamente
determinando la exclusión de otra parte. Como dice Hilary Silver, “la exclusión
implica por necesidad la existencia de los que excluyen (excluders), incluyendo
instituciones y políticas de exclusión”.36 Se trata, por lo tanto, de un discurso que
fácilmente se hace condenatorio, con víctimas y victimarios, y por ello con una
importante carga potencial de crítica social o incluso anti-sistema.
En fin, no cabe duda de que estamos frente a una entelequia de difícil definición y,
por ello, apta para “todo uso”. Sin embargo, el éxito del concepto y su importancia
crucial dentro del pensamiento de la UE nos obliga a estudiarlo con mayor
acuciosidad tratando de entender sus méritos.
34 Silver, Hilary (2007). The process of social exclusion: The dynamics of an evolving concept, CPRC
37 Según, entre otros, Hmaid Ben Aziza (2004). “Exclus et exclusion: Réalité et processus”, Cahiers de
la Méditerranée, volumen 69) Pierre Massé usa el término en su informe Les dividendes du progrès
(Rapport du Secrétaire General du Plan, París, 1964). Un año después se lo encuentra en el título
mismo del libro de J. Klanfer L’Exclusion sociale: Étude de la marginalité dans les sociétés (Bureau de
Recherches sociales, París, 1965). Para estudios sobre el nacimiento del concepto véase, entre otros, H.
Silver (Social exclusion and social solidarity: Three paradigms”, International Labour Review, 133,
1994), J. Estivill (Panorama de la lucha contra la exclusión social: Conceptos y estrategias, OIT-
STEP/Portugal, Ginebra, 2003) y D. Béland (“The social exclusion discourse: ideas and policy change”,
Policy & Politics vol. 35:1, The Policy Press, 2007).
38 René Lenoir (1974). Les exclus: Un François sur dix, Le Seuil, París. Lenoir ha dicho que el genial
título de su obra no fue invención suya sino de su editor.
39 J. Estivill, ibid.
40Melissa Benn (2000). “New Labour and Social Exclusion”, The Political Quarterly 71:3, p. 309. La
idea de crear la SEU fue lanzada en el verano de 1997 por Peter Mandelson en un discurso donde
hablaba de 5 millones de personas viviendo en exclusión social y otros 3 millones más en condiciones
de dramática privación. Véase R. Levitas (2005). The Inclusive Society? Social Exclusion and New
Labour, second edition, Palgrave-Macmillan, Londres.
41Com (2010/2020), Europa 2020: Una estrategia para un crecimiento inteligente, sostenible e
integrador, Comisión Europea, Bruselas, pp. 4 y 25.
42 Silver (2007). Ibid., p. 1.
La adopción por parte de la Comunidad Europea del término exclusión social a fines
de los 80 se caracterizó por una mezcla ecléctica de ambos enfoques, donde la idea
original francesa fue pasada por el cedazo inglés. Así describen H. Silver y S. M.
Miller este proceso:
43Joseph Rowntree Foundation (2010). Relative Poverty, absolute Poverty, and social exclusion,
Poverty Site, Joseph Rowntree Foundation.
Este compromiso, donde el tinte inglés ha sido más marcado que el francés, es el que
nos permite entender las diversas definiciones que la UE ha ido dando del término
exclusión social hasta llegar a la actualmente usada, tal como fue presentada en el
Informe conjunto sobre la inclusión social de 2003:
Ahora bien, más allá del énfasis que se le dé a diferentes componentes del concepto
de exclusión social todos los enfoques acentúan ciertas características del mismo, en
particular el tratarse supuestamente de un fenómeno multidimensional y
acumulativo, es decir, en el que coincidirían, reforzándose mutuamente, una serie de
procesos y situaciones de privación y exclusión que empujan a individuos y grupos “al
margen de la sociedad”, amenazando así el lazo o la vinculación que los une con el
resto de la comunidad. Además, la gran mayoría de los autores hacen de la pobreza y
la falta de acceso al trabajo el elemento central de esta “multidimensionalidad
acumulativa”.
44 H. Silver y S. M. Miller (2003). “Social Exclusion. The European Approach to Social Disadvantage”,
fantasma escurridizo
Para realizar esta reseña de los resultados de las investigaciones empíricas me basaré
en el trabajo de Hilary Silver al respecto,46 en el cual se resumen las conclusiones de
siete estudios sobre la exclusión social que usan ampliamente las fuentes de datos
estadísticos disponibles.47 Estas investigaciones tienen como base común datos
reunidos por estudios longitudinales tipo panel, basados en una muestra de hogares
e individuos que son seguidos durante una serie de años, permitiendo así captar la
dinámica real del desarrollo social. El estudio más importante a este respecto es el
European Community Household Panel (ECHP), llevado a cabo entre 1994 y 2001.48
En este estudio se recopiló una amplia serie de datos longitudinales estandarizados,
lo que permite seguir en el tiempo las trayectorias de los individuos y hogares
estudiados y, además, comparar los resultados obtenidos en diversos países. Se trata
46 Silver (2007). Ibid.
47 Se trata de R. Muffels y D. Fouarge (“Social Exclusion and Poverty: Definition, Public Debate and
Empirical Evidence”, en D. G. Mayes, J. Berghman y R. Salais, Social Exclusion and European Policy,
Edward Elgar, Northampton, 2001), R. Tsakloglou y F. Papadopoulos (“Aggregate level and
determining factors of social exclusion in twelve European countries”, Journal of European Social
Policy, 12:3, 2002), E. Apospori y J. Millar (The Dynamics of Social Exclusion in Europe: Comparing
Austria, Germany, Greece, Portugal and the UK, Edward Elgar, UK, 2003), M. Barnes y otros
(Poverty and Social Exclusion in Europe, Edward Elgar, UK, 2002), D. Gallie y S. Paugam (Welfare
Regimes and the Experience of Unemployment in Europe, Oxford University Press, Oxford 2000), C.
Whelan, R. Layte y B. Maitre (“Multiple deprivation and persistent poverty in the European Union”,
Journal of European Social Policy, 12:2, 2002) y T. Burchardt, J. le Grand y D. Piachaud (“Degrees of
exclusion: developing a dynamic, multidimensional measure”, en J. Hills, Understanding Social
Exclusion, Oxford University Press, Oxford, 2002), este último studio está basado en el British
Household Panel y todos los anteriores en el European Community Household Panel.
48 Este estudio involucró inicialmente a unas 130.000 personas adultas de doce países de la
Comunidad, a los que luego se sumaron Finlandia, Austria y Suecia. El ECHP recogió información
sobre una amplia serie de aspectos: ingreso, situación laboral, logros educacionales, relaciones sociales
de distinto tipo, situación de salud y familiar, vivienda, seguridad social, satisfacción en relación a
diversas materias, etc.
49 Silver (2007). Ibid., p. 12.
50C (1989/277). Resolution of the Council on Combating Social Exclusion, Official Journal of the
European Communities, No C 277.
Este punto es crucial no sólo desde el punto de vista de los métodos de investigación
sino sobre todo para comprender lo que en otro contexto he llamado exclusión social
profunda,51 que siempre es colectiva y que se diferencia radicalmente de la vivida
individualmente. Una cosa es ser desempleado o pobre, o tener un acceso limitado a
una serie de recursos básicos y vivir una vida de gran aislamiento social pero hacerlo
como una excepción en ambientes sociales mayoritariamente compuestos por
personas que no viven esas situaciones; otra cosa muy distinta es hacerlo como parte
de un colectivo que abrumadoramente comparte esas características. En el primer
caso tenemos un individuo en una situación difícil, que además vivirá bajo el estigma
de una cultura ambiente donde la inclusión y participación social son la norma. En el
segundo caso, se forma una cultura de la exclusión y formas colectivas de vida y
movilización social que reflejan la situación de exclusión. En el primer caso estamos
ante un hecho lamentable y sin duda digno de atención pero de limitada relevancia
social; en el segundo estamos ante un hecho que, aunque en su conjunto no abarque a
51 El tema lo he tratado teórica y empíricamente en las tres versiones del Mapa de la exclusión
publicadas en Suecia entre 2004 y 2006. En ellos se estudia una amplia serie de áreas segregadas de
Suecia. Ver M. Rojas (2006). Utanförskapets karta (“Mapa de la exclusión”), tercera edición,
Folkpartiet, Estocolmo
Dicho esto no hay que olvidar que el mismo problema estadístico ya antes comentado
se da en el caso de las áreas de alta segregación, privación y exclusión. La imagen que
nos da la estadística habitual oculta una de las características más destacadas que a
menudo muestran estas áreas, a saber, el alto nivel de recambio poblacional de las
mismas. Este hecho es muy conocido gracias a los estudios estadounidenses ya
clásicos sobre los sorprendentes cambios que ha ido experimentando la composición
poblacional y étnica de los guetos urbanos,53 si bien su validez para ciertos grupos,
como ser los afroamericanos, ha sido cuestionada.54 Estudios realizados en Suecia
muestran la misma característica: el recambio anual de población oscila entre una
quinta y una cuarta parte de los habitantes de los barrios más destituidos,
especialmente cuando tienen una alta o muy alta proporción de población
inmigrante.55 El “gueto” es por ello, en realidad, algo muy distinto de lo que la misma
palabra gueto sugiere. No es un área cerrada y aislada sino el escenario de muchas
aves de paso, a menudo de llegada reciente, que encuentran en las áreas más pobres
de la geografía urbana su primera residencia para luego continuar su viaje. Sin
embargo, la investigación también muestra que en las áreas de alta vulnerabilidad y
privación va quedando un remanente permanente que sí puede ser descrito como
“los excluidos” y que le dan su particular atmósfera social y cultural a esas áreas.
Oskar Lewis (1959). Five Families: Mexican Case Studies in the Culture of Poverty, Basic Books,
52
New York.
53 Véanse por ejemplo los estudios reunidos en Robert Park (1925). The City, Chicago University Press,
Chicago.
54 Véase como ejemplo R. Massey y N. Denton (1993). American Apartheid, Harvard University Press,
Cambridge.
55Roger Andersson (2000). ”Rörligheten i de utsatta områdena” (La movilidad en los barrios
vulnerables), en Hemort Sverige, Integratiosverket, Norrköping.