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6 Razones por las que la limpieza hepática es una estafa y no

funciona

Curiosamente, uno de los posts más visitados de este blog es ​el que dediqué a la práctica
curanderista llamada Limpieza Hepática​, gracias a la que Andreas Moritz ha llegado a ser muy
conocido. El número de comentarios que ha alcanzado es ya bastante impresionante y cada
poco algún defensor de esta excéntrica terapia intenta defenderla, con bastante entusiasmo
pero poco razonamiento.

La verdad es que la actividad e interés en torno a esta insensatez no disminuye. Incluso a


veces me parece que hasta aumenta. Por ejemplo, hace no demasiado tuve la oportunidad de
participar en la web​Astropuerto​ con unos comentarios, en la que, con buena intención, han
hecho pequeñas investigaciones caseras de las famosas piedras que se expulsan durante el
proceso.

Pero lo que me molesta un poco más es que cada poco tiempo alguien de mi entorno me
sorprende contándome que tiene algún conocido o familiar que la ha probado, con resultados
de lo más variados. Y como suelo repetir una y otra vez los mismos argumentos, creo que es
momento de enumerar, uno por uno, todos los puntos básicos que evidencian que la limpieza
hepática que propone Moritz no es más que una mamarrachada.

1. En el hígado no hay piedras

Copio-pego el inicio de su libro: ​"La mayoría de los cálculos biliares se forman en el hígado y
comparativamente pocos ocurren en la vesícula"​. Es decir, Moritz parte de una enorme falacia:
Dice que el hígado de todas las personas (que no siguen sus consejos) está lleno de piedras.
Que nadie (o casi nadie) lo sabe, que los médicos y expertos están muy despistados y no se
enteran, y que se debe a los aliados típicos de este tipo de curanderos: Tóxicos, estrés,
alimentos poco naturales, etc... A él le consta porque todos los que hacen su limpieza hepática
las expulsan, así que todos los manuales y libros sobre el hígado y sus patologías están
equivocados, según su visión.

Parece que es cierto que todos los que hacen la limpieza hepática expulsan piedras verdes,
pero si tu le hablas de piedras en el hígado a un médico especialista, pensará que te estás
equivocando de órgano y que te refieres a la vesícula. O que estás de cachondeo, como me ha
pasado a mí al hablar con algún especialista. Aquellos que ven y "tocan" hígados casi a diario
nunca los ven con piedras. Los que los operan, los que hacen endoscopias, los que los
trasplantan, los que los analizan cuando hacen autopsias, nadie ve piedras. Por poner un
ejemplo, en ​este estudio​ en el que se analizaron casi un centenar de hígados de cadáveres, en
ningún caso se reportaron piedras. Y eso que encontraron de todo y un montón de patologías,
pero piedras no. En ninguno. O, si queremos ver más casos concretos, basta hacer una
búsqueda por internet para encontrar unas cuantas fotos de hígados humanos seccionados en
autopsias (por ejemplo, ​este​ o ​este​), y en ninguno de ellos aparecen piedras. ¿Será que han
elegido para la foto a los que acababan de hacer la limpieza hepática?

2. Moritz nunca ha presentado una prueba fiable de que su tratamiento sirve para algo

Para justificar que nunca presenta pruebas concretas, Moritz utiliza el típico recurso de decir
que es imposible hacerlo. En su libro repite una y otra vez que, por su composición, no hay
manera de detectar las piedras porque tienen la misma densidad que el tejido del hígado. Ni
rayos X, ni ecógrafo, lo afirma explícitamente, solo se pueden ver al expulsarlas con su
limpieza. Y problema solucionado, no hacen falta más pruebas. Este truco es muy utilizado por
los vendedores de misterios y estafadores, decir que sus afirmaciones son imposibles de
demostrar por terceros. El filósofo Bertrand Russell ya explicó esta treta mediante su famosa
analogía de la tetera, que puede leerse en ​este enlace.

Sin embargo, hay otras técnicas de visualización de las Moritz que no habla. Hace tiempo que
se utiliza la resonancia magnética para explorar el hígado, mediante la que se puede encontrar
y ver de todo, en cualquier parte del cuerpo. Para el hígado también es una herramienta muy
útil, como se explica en libros ​como este​ o en artículos como ​este otro​. Si queremos
comprobarlo nosotros mismos y no tenemos un aparatito de estos a mano o en la despensa,
basta introducir en Google "​hepatic magnetic resonance​" para ver un montón de imágenes de
hígados, con todo tipo de patologías. Pero ninguno con piedras.

3. El libro está lleno de falsedades y falacias

Además de la primera ​superfalacia​ sobre las piedras en el hígado, desde casi la primera línea
el libro está plagado de otras afirmaciones y explicaciones en lenguaje pseudocientífico, pero
que son falsas. Retuerce conceptos e ideas a su interés, se inventa principios que nunca nadie
ha demostrado y utiliza todos los tópicos habituales, criticando la medicina convencional.
Siempre sin presentar una sola prueba.

Estos son unos cuantos ejemplos extraídos de las primeras páginas de su libro:
● "Los cálculos biliares en el hígado son el principal obstáculo para adquirir y mantener la
buena salud, la juventud y la vitalidad (...) , son una de las principales razones por las que la
gente se enferma y tiene dificultades de recuperación de la enfermedad."
● "Todas las enfermedades o síntomas de mala salud son causados por algún tipo de
obstrucción".
● "Un engrosamiento de la sangre causado por comidas o bebidas altamente creadoras de
ácidos puede restringir su flujo por los capilares y arterias, y puede terminar en numerosos
problemas en el cuerpo, desde la simple irritación de la piel a la artritis, un ataque cardiaco
o un derrame cerebral".
● "Al descongestionar los conductos biliares en el hígado y la vesícula, los 60-100 trillones de
células en el cuerpo podrán ‘respirar’ más oxígeno, recibir suficiente cantidad de nutrientes,
eliminar eficazmente sus productos de desecho metabólico y mantener perfecta
comunicación con el sistema nervioso, endocrino y con el resto de las partes del cuerpo".
● "Las toxinas atrapadas constantemente irritan partes del revestimiento gastro-intestinal (el
cual comienza en la boca y termina en el ano) hasta que se da la inflamación o
ulcerización."
Esto no es más que una pequeñísima muestra de todas los sinsentidos que se ha inventado
este hombre, en cada página hay varias.

4. Existe una explicación alternativa, mucho más razonable, para las piedras que se
expulsan con su tratamiento

Como ya se explicó someramente en ​el artículo publicado en The Lancet​ hace años,
mezclando aceite, zumo de limón y sales de magnesio (que es lo que prescribe este
tratamiento), al interaccionar con las enzimas digestivas, además de unas poderosas diarreas y
una deshidratación memorable se nos formarán unos compuestos en el estómago a causa de
la reacción entre estos compuestos. Que después saldrán por donde tienen que salir, claro.
Existiendo esta explicación, ¿no es más fácil de creer que la que propone Moritz, que existen
unas piedras en nuestro hígado que nadie nunca ha detectado (excepto él mismo), que nadie
puede ver con ningún instrumento y que supuestamente se expulsan al tomar mezclas
nauseabundas y aplicarse lavativas?

5. Ningún médico especialista la conoce ni la utiliza

Aunque algunos no lo crean, los médicos quieren que sus pacientes se curen. Y no le gusta
que sufran y mucho menos que se mueran. Y los hospitales quieren ahorrar, sobre todo ahora
que no hay dinero para la sanidad. Por eso, siempre que hay más de un tratamiento con
posibles resultados similares, recomiendan el menos agresivo y costoso. Y ninguno se inclina
por las ideas de Moritz. De hecho, la mayor parte de las veces los cálculos biliares solo pueden
extraerse con cirugía, por desgracia.

No creo que todos los médicos tengan acciones en la empresa que fabrica los bisturís o en la
que vende la anestesia. Ni que todos sean idiotas. Ni que ninguno haya escuchado hablar de
ella (yo he hablado con alguno que le sonaba la idea pero que le parecía tan ridícula que nunca
había buscado más información). Estoy seguro de que si yo fuera mecánico y existiera una
forma de arreglar las juntas de la culata de los coches en un ratito y sin tocar el motor, me
habría enterado. O si fuera fontanero y se pudieran arreglar todos los atascos de tuberías con
un líquido, también lo sabría. Sobre todo su hubiera un libro a la venta contando cómo hacerlo.

6. El curriculum y los antecedentes de Moritz asustan

Para empezar, sus titulaciones son un poco raras, por decir algo. En su web cuenta que ha
conseguido titulos de todo tipo, de disciplinas de lo más exóticas, obtenidas en centros cuando
menos originales: Iridiología, medicina ayurvédica, shiatsu, estudio de la conciencia... No
enseña ningún título oficial, no sé si será por respetar la ley de protección de datos o por
alguna otra razón...

Sus libros dejan bien claro que no tiene ningún reparo a apuntarse a cualquier conspiranoia:
Afirma que ​las vacunas son venenosas​ y hay que evitarlas, ​el cáncer no es una enfermedad​ y
el virus del VIH no existe​. Y no sé como no le han dado ya el Premio Nobel, porque dice que es
capaz de curar casi cualquier cosa ​con la luz del sol​: Cáncer, enfermedades cardiovasculares,
hipertensión, artritis, enfermedades infecciosas...

El ​no va más​ de los timos que vende son sus obras de arte, pinturas hechas por el mismo (y
que llama ​Ener-chi art​) que asegura ​están llenas de energías de luz codificada, que curan
enfermedades y equilibran​ nosequé. En este caso el timo es tan cutre que el tío ni siquiera
vende los originales, sino copias. Por cierto, en su libro de la limpieza hepática nos recuerda
que las copias digitales de estas obras no "funcionan", así que si queremos copias "de las
buenas", solo las conseguiremos comprándoselas a él. ¡Eso sí que es un buen método para
eliminar de un plumazo la posibilidad del pirateo!

Y ahora, teniendo en cuenta todos estos previos, ¿crees que la limpieza hepática se merece un
minuto más de tu tiempo?

Actualización
Desde la web de Andreas Moritz se informa que ha fallecido en octubre de 2012, a los 58 años
de edad. ​http://www.ener-chi.com/

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