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INTERESES, COBRO EXCESIVO, DEVOLUCIÓN – CADUCIDAD FACULTAD

SANCIONATORIA
Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Cuarta. Sentencia del
26 de julio de 2007. Radicación: 15433.

Síntesis: El cumplimiento de la función de control y vigilancia de las instituciones


financieras encomendada a la Superintendencia Bancaria (hoy Superfinanciera) obliga a
dicho ente a imponer sanciones de orden administrativo a quienes desconozcan la
normativa respecto a tasas de interés en créditos hipotecarios, junto con la devolución al
usuario de los intereses excesivos, lo cual tiene un claro asidero tanto constitucional como
legal y se ejerce en forma independiente y autónoma al conocimiento de la justicia
ordinaria sobre aspectos contractuales.

«(…)

CONSIDERACIONES DE LA SALA

En esta instancia procesal debe la Sala decidir el recurso de apelación interpuesto por la
parte demandante contra la sentencia de primera instancia que desestimó las pretensiones
de la demanda, contra los actos administrativos expedidos por la Superintendencia Bancaria
que sancionaron pecuniariamente a la Corporación (…) por el cobro excesivo de intereses
moratorios en un crédito hipotecario.

De acuerdo con los términos del recurso de apelación incoado por la accionante, considera
que la actuación impugnada es ilegal, en la medida en que no hubo un cobro excesivo de
intereses moratorios, puesto que el interés compuesto aplicado a las cuotas vencidas fue
convenido con el deudor. Se configura caducidad de la facultad sancionatoria a la luz del
artículo 38 del Código Contencioso Administrativo, como quiera que la modificación del
crédito por el cálculo de intereses se efectúo en el año de 1992 y la sanción impuesta por la
Superbancaria fue en 1999. Y es improcedente que la entidad de control ordenara la
devolución de intereses cobrados excesivamente, puesto que ello compete a la justicia
ordinaria, quien en sentencia del 6 de octubre de 2004 [Juzgado 10° Civil del Circuito]
denegó las súplicas de la demanda en tal sentido.

- Cobro excesivo de intereses moratorios

De los antecedentes administrativos se observa que los señores (…) y (…) suscribieron el
pagaré No. 56208 el 13 de septiembre de 1990 a favor de la Corporación (…), para
asegurar el cumplimiento del crédito hipotecario de vivienda a largo plazo concedido por la
entidad financiera el 22 de junio de 1990.

Para el cobro de intereses de mora se convino en el título valor mencionado en las cláusulas
octava y décimo segunda lo siguiente:

"OCTAVO: MORA: En caso de mora en el pago de una cualquiera de las cuotas señaladas
en el numeral Décimo Tercero, durante ella y sin perjuicio de las demás acciones legales de
la CORPORACIÓN, pagaremos intereses de mora liquidados sobre la cuota o cuotas
atrasadas a una tasa equivalente al cincuenta por ciento (50%) adicional a los intereses
corrientes estipulados en la cláusula Décimo Segundo (sic)"

"DÉCIMO SEGUNDO: INTERESES: Que durante el plazo concedido para la cancelación


del préstamo pagare (mos) a la CORPORACIÓN intereses efectivos de SIETE PUNTO
CINCO por ciento (7.5%) anual, los cuales cubriré (mos) dentro de cada cuota mensual de
amortización, conforme al plan de pagos escogido. Dichos intereses se liquidarán sobre el
valor del préstamo pendiente de pago, reajustado de acuerdo con las fluctuaciones de la
Unidad de Poder Adquisitivo Constante UPAC".

Conforme a las cláusulas transcritas del pagaré, la Sala advierte que sobre las cuotas
atrasadas se pactaron intereses corrientes del siete punto cinco por ciento (7.5%) y una tasa
moratoria equivalente al cincuenta por ciento (50%) adicional a los mismos, o sea Intereses
moratorios" del 11.25% efectivo anual.

Por las fechas en que se otorgo el crédito y se firmó el pagaré (22 de junio y 13 de
septiembre de 1990), se encuentra que la disposición vigente en materia de intereses era la
Resolución 5 de febrero 7 de 1990, publicada el 9 de febrero 1 del mismo año, que en los
artículos pertinentes reza:
"Artículo 12. Las tasas efectivas de interés que deben estipular las corporaciones de
ahorro y vivienda en sus operaciones activas de crédito serán las siguientes: (...)

2. En los préstamos para adquisición de vivienda, la tasa de interés será la siguiente:

a. Respecto de vivienda cuyo valor comercial unitario no sea superior a 4000 UPAC,
máximo el 7.5% anual. (...)

Parágrafo: Las tasas de interés fijadas en el presente artículo se liquidarán sobre valores
expresados en unidades de poder adquisitivo constante- UPAC-.

Artículo 13. Las tasas de interés que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
anterior puede convenirse libremente entre la corporación de ahorro y vivienda y el
beneficiario del crédito son fijas. En consecuencia, no podrán variarse durante el plazo del
crédito (...).

Artículo 14. Las tasas de interés que se pacten libremente, de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 12 de la presente resolución no podrán implicar para el beneficiario del
crédito un costo financiero, incluyendo la corrección monetaria, que exceda las tasas
máximas de interés legalmente autorizadas.

Artículo 16. Las corporaciones de ahorro y vivienda podrán cobrar intereses sobre las
cuotas de capital en mora expresadas en Unidades de Poder Adquisitivo -UPAC-. hasta por
un monto del 50% adicional a los intereses ordinarios (...).

1
Boletín No. 220 del 9 de febrero de 1990 de la Junta Monetaria del Banco de la República.
Cuando el deudor presente más de 90 días calendario de mora en el cumplimiento de su
obligación, la corporación podrá adicionar a les intereses establecidos en este artículo, una
sobretasa equivalente al 50% de los intereses ordinarios.

Artículo 20. Lo dispuesto en este capítulo sólo se aplicará a les créditos que se otorguen
con posterioridad a la fecha de entrada en vigencia de la presente resolución.

No obstante, aquellos créditos aprobados con anterioridad a la vigencia de la presente


resolución, sobre los cuales ya existía un compromiso contractual, se regirán en esta
materia por las normas vigentes al tiempo de su aprobación, aunque el desembolso de los
recursos respectivos se produzca durante la vigencia de esta resolución."

De los preceptos trascritos se infiere que la tasa de interés corriente en los préstamos para
adquisición de vivienda cuyo valor comercial no superara 4000 UPACs era del 7.5%,
mientras que la moratoria era de un 50% adicional a los intereses ordinarios, más la
sobretasa de interés equivalente al mismo porcentaje sobre el interés corriente, cuando el
deudor presentaba una mora superior a 90 días calendario, intereses que podían convenirse
libremente entre la corporación y el beneficiario, siempre y cuando no excedieran los
límites señalados, y aplicables a créditos otorgados con posterioridad a su vigencia.
Igualmente, las tasas convenidas eran fijas y no se podían variar durante el plazo del
crédito.

De tal manera, que la Sala encuentra que los intereses corrientes y moratorios acordados en
el pagaré en comento, se fundaron en los lineamientos normativos de la Resolución 5 de
1990, que frente a las cuotas atrasadas o vencidas obligaban a la Corporación al cobro de
un interés corriente del 7.5%, moratorio del 11.25%, más el valor de la sobretasa moratoria.

El acto mencionado fue derogado por la Resolución 5 de enero 30 de 1991 de la Junta


Directiva del Banco de la República, que a su vez fue derogada por la Resolución 19 de
1991 que entró a regir a partir del 3 de enero de 1992, en la que se estableció que las tasas
de interés eran fijas y no podían variarse durante el plazo del crédito y que el cobro de
intereses de mora se sujetaría a las disposiciones generales sobre la materia y eliminó la
sobretasa de interés moratorio [arts. 4, 5, 23].

La Corporación ha señalado a lo largo del debate que en relación con los "intereses
moratorios", aplicó el sistema de "interés compuesto" o capitalización de intereses, en
donde se toma el valor en Upacs de las cuotas atrasadas, tanto por capital inicial, como por
corrección monetaria, intereses de plazo y mora, con la inclusión en estos últimos de la
sobretasa causada a la luz de las normas anteriores y de ahí empieza a aplicar la nueva tasa
de interés moratorio, bajo la modalidad de mes vencido, con el respeto del tope máximo
permitido legalmente, en atención a lo dispuesto en la Resolución 19 de 1991 y al límite de
intereses de que trata el artículo 884 del Código de Comercio.

La entidad financiera considera viable la aplicación del interés mencionado, en atención a


que en la cláusula cuarta del pagaré el deudor aceptó que en "razón de la expedición de
normas nuevas que determinen la modificación por incremento, bien sea de las tasas
máximas de interés, o por variaciones de esta última debidas a la fluctuación de la Upac...",
pagaría cualquier incremento de las tasas de interés plasmadas en preceptos posteriores.

Para la Sala la expedición de un acto general con posterioridad al vínculo contractual


contenido en el pagaré al que se ha hecho referencia, no tiene la virtud suficiente para
modificar lo pactado por las partes en materia de intereses.

En efecto, si bien es cierto que con la Resolución 19 de 1991 se estableció un nuevo


régimen de intereses y el deudor en el título valor aceptó pagar un posible incremento
contenido en una norma posterior, no lo es menos, que la disposición rige para el futuro,
frente a los nuevos créditos que fueran otorgados.

Entonces, la Ley 45 de 1990 en el artículo 64 permitió a los establecimientos de crédito


utilizar sistemas de pago que contemplaran la capitalización de intereses en armonía con la
Resolución 19 de 1991 [art. 3o] sobre el cobro de intereses de mora con sujeción a las
disposiciones generales sobre la materia y su vigencia empezó el 18 de diciembre de 1990
y el 3 de enero de 1992, respectivamente, razón por la cual la Sala reitera que son
disposiciones posteriores a lo expresamente convenido en el titulo valor (pagaré del 13 de
septiembre de 1990) respecto a los intereses corrientes y moratorios, y por ende, no podían
generar un mayor costo financiero para el deudor.

Y es que la aceptación del beneficiario del crédito de una futura variación en las tasas de
interés, no puede llevar a que la Corporación de Ahorro abuse de su posición dominante,
para basarse en una cláusula que afecta el equilibrio del contrato, y va en detrimento del
deudor, quien adquiere una carga adicional de intereses, cuyo ajuste unilateral beneficia
exclusivamente a la institución financiera.

La Corte Constitucional en relación con las tasas de interés en los créditos de vivienda,
señaló que debían ser intervenidas por el Estado y no podían ser pactadas por los
contratantes en un (plano) de absoluta autonomía, por cuanto su fluctuación en el mercado
hace posible que las instituciones financieras, en su posición dominante imponga tasas y
márgenes excesivos, que haga nugatorio el derecho a la vivienda y el crédito, además de
romper el equilibrio contractual.

Es así como dijo:

" ...debe insistir la Corte en que, por ser el del acceso a la vivienda digna un derecho de
rango constitucional que el Estado debe hacer efectivo (art. 51 C.P.), y por haberse
establecido como objetivo prevalente en la Constitución de 1991 la democratización del
crédito (art. 335 C.P.), según los lineamientos del Estado Social de Derecho (art. 1° C.P.),
las tasas de interés aplicables a los créditos de vivienda deben ser intervenidas por el
Estado; no pueden ser pactadas por los contratantes en un plano de absoluta autonomía por
cuanto su determinación según las fluctuaciones del mercado hace posible que las
instituciones financieras, prevalidas de su posición dominante, impongan a sus deudores
tasas y márgenes de intermediación excesivamente altos, haciendo nugatorios sus derechos
constitucionales a la vivienda y al crédito, y que se produzca un traslado patrimonial a favor
de tales entidades que implique la ruptura del equilibrio que debe existir en esas relaciones
contractuales, y por el cual deben velar las autoridades competentes.

Es un hecho públicamente conocido que los deudores de las entidades crediticias no pactan
en realidad con ellas las tasas de interés, ni las discuten, y que, por el contrario, en una
posición de absoluta indefensión, los intereses les son impuestos, de modo que deben optar,
sin remedio, entre aceptarlos y no tomar el préstamo, ya que suscriben contratos por
adhesión. Es allí donde aparece la función interventora del Estado, que está llamado a fijar
topes a las tasas de interés que se cobran y a velar porque esos topes se respeten.”2
Ahora bien, en igual forma la Sala advierte que la actora estaba impedida para calcular la
sobretasa moratoria prevista en las Resoluciones 23 de 1987 (art.10), 5 de 1990 (art.16) y 5
de 1991 (artículo 7°), como modalidad de interés de mora, cuando el deudor presentaba
más de noventa días calendario de mora en el cumplimiento de su obligación, equivalente
al 50% de los intereses ordinarios, como quiera que la Junta Directiva del Banco de la
República a través de la Resolución 19 de 1991 eliminó esa figura, de suerte, que no podía
cobrarse, dado que no hizo salvedad alguna en relación con los créditos otorgados con
anterioridad a su vigencia.

Es más en el informativo se observa que la Superintendencia Bancaria a raíz de la


expedición de la Resolución en comento, emitió la Circular Externa 003 de enero 20 de
1992, dirigida a los representantes legales y revisores fiscales de las Corporaciones de
Ahorro y Vivienda en el sentido de que no se encontraban autorizadas para cobrar suma
alguna por dicho concepto, aún cuando los créditos se hubieran aprobado con anterioridad a
tal acto.

De tal manera, que sobre las cuotas vencidas a partir del 3 de enero de 1992 (fecha en que
entró en vigencia la Resolución 19 de 1991), no era viable incluir dentro del rubro de
intereses moratorios, el cobro de la sobretasa.

Así las cosas, como en la cláusula octava del pagaré 56208, las partes (Corporación y
deudor) acordaron el pago de intereses moratorios en caso de retardo en el pago de las
cuotas mensuales de amortización, que se liquidarían en un cincuenta por ciento (50%)
adicional a los intereses corrientes del 7.5%, es decir, un 11.25%, y ante la derogatoria de la
sobretasa (Resolución 19 de 1991), éstos eran los únicos guarismos que podían aplicarse
sobre los valores atrasados.

De ahí que el "interés compuesto" aplicado por (…), genera el cobro de interés sobre
interés, como se deduce al sumar al capital debido en un período los intereses, para formar
un acumulado o nuevo capital para el siguiente, respecto al cual se vuelven a cobrar
intereses.

Por tanto, aun cuando la nueva norma (Resol. 19 de 1991) permitiera los intereses
compuestos sin que el interés moratorio sobrepasara el doble del bancario corriente (art.
884 C.Co), en el caso en estudio era inviable su aplicación por cuanto la Corporación y el
2
Corte Constitucional. Sentencia C-955 de julio 26 de 2000, expedientes D-2823 y D- 2828, M. P. Dr. José Gregorio
Hernández Galindo.
deudor pactaron libremente una tasa fija de interés que regiría durante la vigencia del
crédito, bajo los límites legales que trazó la Resolución 5 de 1990.

En este orden de ideas, las normas expedidas por la autoridad crediticia y monetaria
constitucional (Junta Directiva del Banco de la República, art. 372 C.P.) son de orden
público de carácter económico, que no son susceptibles de desconocerse por convenios de
índole particular.

La misma Carta Política en el artículo 51 contempla el derecho de los colombianos a una


vivienda, digna, con la obligación del Estado de fijar condiciones necesarias para su
efectividad, con la promoción de planes de vivienda de interés social, así como sistemas
adecuados de financiación a largo plazo, donde la regulación del crédito hipotecario para
vivienda busca la adecuada protección del usuario, lo que se refleja en los actos que adopta
el Banco de la República para el cumplimiento de tal fin.

Por ende, la autonomía privada en materia contractual se ve restringida frente a reglas que
se relacionan con el orden económico y el interés general, por su claro fundamento
constitucional, razón suficiente para que carezca de validez lo convenido entre la
Corporación y el deudor de un crédito en materia de incremento de intereses moratorios, en
donde sólo se beneficia la entidad financiera.

En el sub examine la Sala observa que la Superintendencia Bancaria realizó un análisis del
movimiento histórico del crédito No. 56208 de los señores (…) y otra, en cuanto a la
metodología para el cálculo de intereses desde febrero de 1992 hasta febrero de 1997;
para concluir que el monto adeudado a la altura de la cuota 16 (diciembre 20 de 1994) era
de 174,9229 UPACs y no de 219,0130, por lo que se presentó un doble cobro de las cuotas
adeudadas al liquidarse intereses sobre sumas cuyos componentes eran intereses moratorios
y sobretasas, lo que excedía el interés moratorio pactado, de acuerdo a la explicación anexa
de (…) en comunicación radicada el 27 de octubre 1997 (fl.42 e.).

Se fundamenta la sanción en que la conducta de la Corporación infringe las Resoluciones 5


de 1990, T 5 de 1991, 19 de 1991 además de los numerales 4 del artículo 98 y 3 del 121 del
Estatuto Orgánico del Sistema Financiero. Se advierte que una vez establecido por la
demandada que de acuerdo con las comunicaciones enviadas por la Corporación, se habían
cobrado en exceso intereses moratorios por encima de lo pactado en el pagaré y en
contravía de lo normado en las citadas disposiciones y en particular el artículo 211 del
Ordenamiento Financiero en cuanto la remuneración pactada como tasa de interés es fija lo
cual no puede variarse durante la vigencia del crédito, lo cual configuraba la infracción
descrita por el artículo 211 del Ordenamiento Financiero, antes de la modificación
introducida por el artículo 45 de la Ley 795 de 2003, que indicaba que "Cuando el
Superintendente Bancario, después de pedir explicaciones a los administradores o a los
representantes legales de cualquier institución sometida a su vigilancia, se cerciore que
éstos han violado una norma de su estatuto o reglamento 3 o cualquier otra legal a que deba
estar sometido, impondrá al establecimiento, por cada vez, una multa a favor del Tesoro
Nacional..."Negrilla de la Sala.
3
La Corte Constitucionalidad en la Sentencia C- 1161 de 2000 declaró exequible la
expresión "des-alguna ley o reglamento" contenida en el inciso primero del artículo 209 del
Decreto 633 de 1993 -Estatuto Orgánico del Sistema Financiero-, así como la exequibilidad
de la expresión "reglamentó” del artículo 211 del mismo decreto en el entendido de que "se
trata de leyes que se refieren a la actividad de esos funcionarios en las entidades sometidas
a vigilancia de la Superintendencia Bancaria, y que se trata de reglamentos expedidos por el
Gobierno en desarrollo de las leyes marco previstas por el artículo 150-19 literal c) y que
no deben entenderse incluidos dentro de esos reglamentos las circularen o conceptos
emitidos por la Superintendencia Bancaria".

Lo anterior, evidencia que la actuación administrativa se ajusta a derecho, como quiera que
la entidad demandante acepta que cobró un interés compuesto distinto al pactado en el
pagaré suscrito por el señor (…) que correspondía a un interés corriente de 7.5% y
moratorio de-11.25% sobre las sumas insolutas, lo que lleva a un desconocimiento de la
normatividad legal que en su momento expidió la Junta Directiva del Banco de la
República como autoridad constitucional monetaria y crediticia en cuanto a tasas máximas
de interés, todo lo cual deviene en que para la Sala el cargo no tenga vocación de
prosperidad.

- Caducidad de la facultad sancionatoria

La accionante sostiene que como la modificación del crédito en el cálculo de intereses data
de 1992, la facultad sancionatoria caducó de acuerdo con lo previsto en el artículo 38 del
Código Contencioso Administrativo y que es improcedente computar el término a partir del
conocimiento de la situación con motivo de la queja elevada el 14 de febrero de 1997,
como lo hizo el a quo.

La Sala observa que en la Resolución 0142 de febrero 8 de 1999, notificada personalmente


el 19 de febrero del mismo año, el hecho objeto de sanción se circunscribe a que después de
un estudio de la evolución histórica del crédito realizada por la Superintendencia Bancaria
desde el año de 1992, se encontró que "la reliquidación del crédito a febrero de 1997
(fecha en que los deudores realizaron abono a capital), aplicando la tasa moratoria
pactada (11.25% E.A.), se determinó que existe un saldo pendiente de abonar al crédito por
valor de 292.2881 unidades UPAC por el concepto de mayor valor abonado a cuotas, sin
que (…) a la fecha lo haya acreditado."

De tal forma que el cálculo de intereses en exceso, no se consolidó en un solo instante, sino
que se presentó en forma sucesiva en la medida en que imputaban a cada una de las cuotas
vencidas y a los abonos que efectuaban los deudores al crédito hipotecario, siendo la
conducta que motivó la sanción, la ejecutada respecto a los intereses aplicados al abono
realizado por el deudor en 1997, y que precisamente originó la respectiva queja, por lo que
al sancionarse en febrero 8 de 1999, tan solo habían transcurrido dos años, lo que descarta
la caducidad de la sanción.

No obstante, la Sala aclara que el cómputo del término de caducidad no se efectúa desde el
conocimiento de los hechos que tuvo la Superintendencia a raíz de la petición presentada
por el Señor (…) (14 de febrero/97), sino de la comisión de la conducta tipificada en la ley,
que para el caso corresponde a una reiterada liquidación excesiva de intereses moratorios,
en concreto en relación con el pago imputado a cuotas vencidas en 1997, por lo cual se trata
de una infracción continuada y la prescripción empieza a contarse a partir del momento en
que ella cese.

Por tanto, no prospera el cargo.

- Devolución de los intereses en exceso.

En este punto, la actora manifiesta que la Superintendencia no era competente para ordenar
en el acto que impuso la multa, la devolución de los intereses cobrados en exceso, pues ello
correspondía a la justicia ordinaria, que en sentencia de octubre 6 de 2004 del Juzgada
Décimo Civil del Circuito de Medellín, al denegar las súplicas de la demanda la relevó de
esa obligación.

El artículo 72 de la Ley 45 de 1990 reza:

Sanción por el cobro de intereses en exceso. Cuando se cobren intereses que sobrepasen
los límites fijados en la ley o por la autoridad monetaria, el acreedor perderá todos los
intereses cobrados en exceso, remuneratorios, moratorios o ambos, según se trate,
aumentados en un monto igual. En tales casos, el deudor podrá solicitar la inmediata
devolución de las sumas que haya cancelado por concepto de los respectivos intereses, más
una suma igual al exceso, a título de sanción.

Parágrafo. Sin perjuicio de las sanciones administrativas a que haya lugar, cuando se
trate de entidades vigiladas por la Superintendencia Bancaria, ésta velara porque las
mismas cumplan con la obligación de entregar las sumas que de conformidad con el
presente artículo deban devolverse. (Negrilla de la Sala)

De la norma trascrita se colige que el cobro de intereses remuneratorios, moratorios o


ambos por fuera de los límites legales o determinados por la autoridad monetaria, acarrea al
acreedor su pérdida, aumentados en un porcentaje igual.

Así mismo, independientemente de la sanción administrativa que imponga la


Superintendencia Bancaria a la entidad vigilada, el legislador le encomendó velar porque
cumpla con la obligación de entregar las sumas que por concepto de intereses hubiera
cobrado en exceso.

De tal suerte, que no solamente la Superintendencia tiene la facultad, de sancionar a las


entidades financieras por la aplicación de prácticas que se apartan de los parámetros legales
en materia de intereses, sino que dentro de esa misma órbita administrativa, y con el fin de
propender una adecuada y oportuna protección del usuario del sistema financiero, adopta
las medidas tendientes a que le sean devueltos los intereses pagados en forma excesiva.

Lo anterior no significa una usurpación de una función jurisdiccional como lo entiende la


actora, sino del cumplimiento de un mandato legal que entraña sancionar a la institución
vigilada cuando desconoce las normas a las que debe sujetarse y obligarla a que retorne al
deudor de un crédito hipotecario, lo que indebidamente cobró como réditos en el desarrollo
del negocio.
Frente a este aspecto la Corte expresó:

En efecto, el artículo 335 de la Carta Política, al referirse a la actividad financiera la califica


como de interés público y encomienda a la ley la misión de regular la forma de intervención
del Gobierno en ella y promover la democratización del crédito.

Por otra parte, el artículo 189, numeral 24, de la Constitución le ordena al Presidente de la
República ejercer, de acuerdo con la ley, la inspección, vigilancia y control sobre las
personas que adelanten la actividad financiera, y es evidente que, como lo ha repetido la
jurisprudencia de esta Corporación, los mecanismos a través de los cuales operan los
intermediarios y las modalidades de su gestión, especialmente en créditos sujetos a la
protección y atención especial del Estado -como el de vivienda- están supeditados a
verificación, control, orientación y restricción a cargo de la Superintendencia Bancaria,
organismo que cumple, desde luego en los términos de la ley, la aludida función
presidencial3
En consonancia con lo dicho, el numeral 5 del artículo 326 del Estatuto Orgánico del
Sistema Financiero, dispone que compete a la Superintendencia Bancaria adoptar las
medidas correctivas y de saneamiento, cuando considere que alguna institución sometida a
su vigilancia ha violado sus estatutos o alguna disposición de obligatoria observancia, o
esté manejando sus negocios en forma no autorizada o insegura.

Por tanto, la orden de reintegro de los intereses cobrados en exceso no solo cumple con lo
preceptuado en el artículo 72 de la Ley 45 de 1990, sino que acata la disposición contenida
en el inciso final del numeral 2.5 capitulo 4, Titulo III de la Circular Básica Jurídica 007 de
1996, en cuanto la Superintendencia Bancaria de oficio o a petición del interesado, estará
atenta a que en casos de cobro excesivo de las corporaciones de ahorro y vivienda
reintegren al usuario del crédito las sumas pagadas por concepto de tales intereses,
adicionadas en un monte igual.

En síntesis el cumplimiento de la función de control y vigilancia de las instituciones


financieras, encomendada a la Superintendencia Bancaria (hoy Superfinanciera), obliga a
dicho ente a imponer sanciones de orden administrativo a quienes desconozcan la
normativa respecto a tasas de interés en créditos hipotecarios, junto con la devolución al
usuario de los "intereses excesivos" , lo cual tiene un claro asidero tanto constitucional
como legal [vivienda digna y sistemas adecuados de financiación a largo plazo, art. 51
C.P.], y se ejerce en forma independiente y autónoma al conocimiento de la justicia
ordinaria sobre aspectos contractuales. Por ello, lo decido por el Juzgado Décimo Civil del
Circuito de Medellín en providencia de octubre 6 de 2004 al denegar las súplicas de la
demanda por cosa juzgada y transacción por el cobro adicional de 692,1333 UPACS, carece
de la virtud de generar ilegalidad en los actos administrativos que impusieron a (…) la
obligación de devolver los intereses cobrados por encima de lo pactado en el pagaré No.
56208 de septiembre 13 de 1990. Por tanto, se rechaza el cargo.

3
Sentencia ib.
Corno lo argumentado en el recurso de apelación no tiene prosperidad, la Sala confirmará
lo decidido en la sentencia de primera instancia.

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo,


Sección Cuarta, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley,

FALLA:

CONFÍRMASE la sentencia apelada.

RECONÓCESE personería para actuar a nombre de la demandada al Doctor (…) en los


términos del poder conferido.

Cópiese, notifíquese, comuníquese y devuélvase al Tribunal de origen. Cúmplase.

La anterior providencia fue discutida y aprobada en la sesión de la fecha.

(…).»

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