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Y así es como nos volvemos un mar de dudas

Desde nuestra infancia nos damos cuenta que soñar nos permite fabricar realidades adaptadas a
“nuestras necesidades”, que no necesitamos mucho para construir un imperio ni para flotar en el
espacio, allí podemos vivir experiencias que solo con la imaginación y la creatividad de un niño se
podrían forjar, es así como elefantes rosados, conejos voladores, sapos encantados, suelen estar
presentes en los primeros años de vida del ser humano, conforme entras a la escuela, empiezas a
darte cuenta que la vida tiene “obligaciones”, y es alii donde aparece el primer problema.
Personas que han dejado de soñar, les enseñan a soñadores innatos a que de sueños no se vive, y
empiezas apegarte a la realidad que moldean en tu cabeza, y allí las cosas ya no son tan alegres
porque tu compromiso desde pequeño es realizar tareas y exámenes que posteriormente serán
calificados y que contribuirán a que te etiqueten como bueno o malo,

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