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1- El padre sin cabeza

Los frailes y religiosos son protagonistas de muchos cuentos terroríficos


originados en la época de la colonia en América Latina.
En la ciudad de León una vez existió un sacerdote que defendía a los
indígenas. Por tal razón lo decapitaron, aproximadamente en 1550.
Transcurría la Edad Media, época de oscurantismo y de mucho pánico
causado por la superstición.
Desde ese día, el padre sin cabeza anda rondando en pena por las noches.
Hace su aparición cuando se encuentra con personas que andan de juerga
en las madrugadas. Estos son atraídos por una especie de embrujo y el padre
lo lleva a la iglesia en donde da la misa en latín.
Acto seguido, el padre muestra su herida producto del degollamiento. Dicen
que aquellos que han sido embrujados han pasado semanas sin habla.

2- El cacique Diriangén
Los maribios son del oeste de Nicaragua y adoraban al jaguar como símbolo
divino de poder. Existe una leyenda sobre la muerte del cacique Diriagén que
cuenta que un día él subió de noche al cerro Casitas para hacer una
ceremonia que lo haría convertirse en el dios Sol.
El cacique subió a punta del cerro y se dejó caer hacia las tinieblas. La
mitología cuenta que el cacique murió al caer por el despeñadero, pero que
su espíritu voló hacia el cielo y siempre surca hacia el oeste.

3- La serpiente iracunda de Catedral


Dicen que una serpiente gigante habita debajo de las aguas de la zona de
Catedral. Es tan grande que su parte posterior se guarda en la iglesia de
Sutiaba, en la localidad de León.
La Virgen de la Merced es quien tiene sujetada por un pelo a esta serpiente
rebelde para que no destruya la ciudad. Cuentan que la serpiente es fiera y
se sacude, pero la Virgen hace su mayor esfuerzo para controlarla.
Cuando la serpiente logre soltarse, la Tierra temblará y se inundarán las
calles para que esta pueda salir a la superficie.

4- El Punche de Oro de los sutiabas


Cuentan que en la región de Sutiaba hay un tesoro escondido cuyo espíritu
se materializa en un enorme cangrejo dorado y brillante que sale del océano
y “enciende las playas de Poneloya”.
La mitología indígena señala que todo aquel que intente agarrar al Punche
de Oro se quedará sin habla. Y si alguien logra atraparlo alguna vez, se
desencantará al cacique Anahuac, a quien los colonizadores asesinaron en
un palo de árbol de tamarindo que aún se exhibe en Sutiaba.
El Punche de Oro también sale para que un sutiaba lo agarre, encuentre el
tesoro y se haga rico.

5- La Cegua
Ésta es una anciana noctámbula con aspecto de bruja que va espantando a
los hombres mujeriegos. Tiene unos silbidos de ultratumba y su cabello es
largo hasta la cintura.
Su voz es hueca. Cuando ataca junto a otras ceguas, golpea, pellizca y le
arranca los cabellos a su víctima hasta dejarlo inconsciente en la intemperie.

6- Los Cadejos
La leyenda del Cadejo es conocida en varios países de Centroamérica. Estos
son dos perros de ojos encendidos, uno negro y otro blanco, uno malo y otro
bueno.
El bueno escolta a los hombres honrados que deben trabajar de noche. El
malo espanta a los que se trasnochan por irse de juerga.
Cuando alguien exclama “lo jugó el Cadejo”, quiere decir que a alguien lo
dejaron moribundo en el piso.

7- La Mocuana de Sébaco
Según el relato, a las tierras del cacique de Sébaco llegaban muchos
españoles a quienes este trataba con cordialidad y les regalaba oro con una
condición: que se fueran de sus dominios y nunca más regresaran.
Como era de esperarse, los españoles hicieron lo contrario y quisieron
robarlo. El cacique, enterado, escondió toda su fortuna confiándole el secreto
solo a su hija.
Años después la hija del cacique se enamoró de un español y huyó de la
comunidad. El europeo resultó ser un loco que la encerró dentro de una
cueva, pero la muchacha, conocedora del lugar, logró escapar por un
boquete.
Dicen que esta muchacha se aparece a los transeúntes y los invita a que la
sigan hasta la cueva. Nadie le ha podido ver su cara, pero sí su larga cabellera
y su esbelta figura.
8- La coyota de El Viejo
Cuentan que en un pueblo llamado El Viejo vivió Teodora Valdivieso, una
mujer coyota. Después de que su esposo se dormía, ella se iba detrás de su
rancho, pronunciaba el conjuro “abajo carne, abajo carne”, y se
transformaba para ir a reunirse con una manada.
Una noche de esas su marido la espió y le echó un puño de sal justo antes
de que dijera el conjuro para volver a ser humana, acto que la dejó con su
forma de coyota para siempre.
Algunos dicen que aún se oyen sus alaridos de lamento y que, en ocasiones,
se la ve avanzar por la llanura acompañada de sus cachorros.

9- Chico Largo del Charco Verde


Cerca de las aguas de la laguna Charco Verde se pasea el Chico Largo.
Dicen que, si las personas se meten en la laguna durante jueves y viernes
santo, corren el riesgo de ser atrapados por el Chico Largo y ser apresados
en su cueva, lugar de donde solo pueden salir transformado en vacas que
luego serán vendidas a un matadero.

10- La mona

La Mona, también conocida como Mona Bruja o Mico Brujo, es un personaje


de una leyenda centroamericana de origen chorotega. Según esta leyenda,
las monas eran brujas que, mediante oraciones indígenas ancestrales, se les
desprendía la piel y les crecía el pelo, se les alargaban las manos y los pies,
transformándose en un ser similar a un mono monstruoso de gran tamaño.
Las monas podían desplazarse a gran velocidad a través de los árboles,
generalmente para hacerle daño a sus enemigos en forma sorpresiva. Lo
hacían en medio de carcajadas escalofriantes y alaridos espantosos que
helaban la sangre de sus víctimas, dejándoles atontados o sin habla para el
resto de la vida.

La manera de librarse de estas entidades era cuando la víctima dominaba su


miedo y decía oraciones cristianas de contra, clavaba una cruceta (un
machete en forma de cruz) en el suelo, arrojaba un puño de maíz, de semillas
de mostaza o de sal, y tiraba el sombrero boca arriba, de modo que hacía que
la Mona amaneciese recogiendo los granos, sin soltarla hasta que
se arrepintiera de sus sortilegios y jurara no volver a molestar a nadie en toda
la comarca.
PROFESORA: MARTHA

GRADO: TERCERO

SECCION: A

TURNO: MATUTINO

ALUMNA: ARIANA JULISSA ALFARO SANCHEZ

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