La historia de BKP Berolina tiene su origen en dos fábricas independientes una de la otra y especializadas ambas en el tratamiento de plásticos. Por un lado, se trata de la fábrica de tratamiento de plásticos VED de Staatken (situada en los confines de Berlín), que comenzó a producir una gama muy variada de piezas de uso corriente a principio de los 60. Durante la transición y la ola de privatizaciones ligada a la misma, esta fábrica fue comprada por el grupo Berolina, que en aquellas fechas era el grupo líder en cajas porta botellas fabricadas de plástico. Pero el grupo Berolina, con sus diversas áreas de negocio, tuvo que declarar concurso de acreedores en 1998. Gracias a dos ideas de producto, BKP Berolina sobrevivió, que es la parte de la sociedad dedicada al tratamiento de plástico reforzado con fibra de vidrio.
Desde 2011, la sede de la empresa se encuentra en Velten. Aquí se producen el
Berolina-Liner y la protección GFK de la superficie de tubos de acero y se suministran a todo el mundo.