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EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR.

Adaptación de José María Rodríguez Sorroche, del cuento: ”La tela milagrosa”,
incluida en la obra medieval: “El Conde Lucanor” del Infante Don Juan Manuel.

Se levanta el telón y aparece un salón con un trono.


EMPERADOR: (Bostezando y tapándose la boca con la mano) A ver, dime qué
visitas tengo hoy...
SECRETARIO: (Abriendo el pergamino, comienza a leer) Están esperando que le
reciba... una emisaria del país vecino, para resolver el problema de la sequía.
EMPERATRIZ: Hazles pasar aquí.
SECRETARIA: Ahora mismo Majestad. ¡Que pase la emisaria Marquesa Diqueseco!
MARQUESA: (Haciendo una reverencia) Majestad... Vengo para tratar del trasvase
del río Enebro. ¿Mi rey tiene ya el oro preparado para pagar la obra?Todos los
estudios están realizados.
EMPERADOR: Esa obra no hace falta, lo que hay es que ahorrar más agua.
MARQUESA: Los ahorros de agua están al máximo, sólo se riegan los naranjos
una vez a la semana y ya no nos bañamos, sino que nos duchamos una vez cada
dos días.
EMPERATRIZ: Querido esposo, también se han arreglado ya las canalizaciones y
se aprovechan las aguas residuales.
EMPERADOR: ¡No se hable más! ¡No hay dinero para tanto en este reino! Debemos
atender otros asuntos. (Dirigiéndose a la Marquesa) Le invito a quedarse con
nosotros, si lo desea.(Con una reverencia, la Marquesa se retira y se sienta)
SECRETARIA: (Abre de nuevo el pergamino) Ahora viene el Conde Llamas, que
trae un plan de mejora de la ganadería.
EMPERATRIZ: Decidle que pase. (El Emperador bosteza mientras tanto)
CONDE LLAMAS: Majestad... La ganadería de nuestro país cada día dispone de
menos cabezas, debido a la competencia extranjera y a que no se investiga lo
suficiente.
EMPERADOR: ¡Otro pidiendo oro y plata!
EMPERATRIZ: ¿En qué sería necesario investigar?
CONDE LLAMAS: En una mejora de la alimentación ganadera; en enfermedades
como la peste africana...
EMPERADOR: ¡Imposible!, los animales están perfectamente alimentados y las
enfermedades sólo acaban con los animales débiles.
CONDE LLAMAS: También habría que abaratar las cercas para no perjudicar a los
agricultores.
MINISTRO: Esto depende de mí y ya está en marcha, hemos llegado a un acuerdo
con los fabricantes de vallados y el precio lo han reducido a la mitad.
EMPERATRIZ: Tomaremos nota de lo anterior y lo estudiaremos. Ahora, estimado
Conde, quédese con nosotros. (Con una reverencia, el Conde se retira y se sienta)
SECRETARIO: Han venido a cobrar los veinte pares de zapatos de piel de
cocodrilo que encargó...
SECRETARIA: ... Y los seis sombreros de pluma de avestruz con cinta a juego de
piel de cocodrilo que también encargó.
EMPERADOR: (Con cara de ilusión y muy animado) ¡Que pase!
SASTRE DE ZAPATOS Y SOMBREROS: (Haciendo la reverencia habitual)
Majestad, aquí estoy esperando que le hayan gustado y dispuesto a trabajarle en
los modelos que me ordene.
EMPERADOR: ¡Qué preciosidades de zapatos, a cuál más bonito! Y los
sombreros... ¡Qué sombreros tan maravillosos! ¡No hay uno que me siente mal!
¡Claro que con mi elegancia natural ...! Todo lo que me pongo me sienta bien
¿Verdad?
TODOS: (A coro) Sí, majestad.
SASTRE DE ZAPATOS Y SOMBREROS: Estoy muy orgulloso de trabajar para esta
corte, por lo agradecidos que son sus majestades con mi humilde trabajo.
EMPERATRIZ: Paga lo estipulado a este hombre. Se lo ha ganado dignamente. (Se
queda allí el sastre de pié)
MINISTRO: Lo haré en cuanto finalice esta audiencia. Ahora, (A la secretaria)
¡Prosigue!
SECRETARIA: También está aquí el sastre de trajes y vestidos.
EMPERADOR: (Con la cara iluminada de emoción) ¡Que pase!
SASTRE DE TRAJES Y VESTIDOS: Majestad, me honra verle vestido con los trajes
elaborados por mí. Gracias a su majestad, todos los cortesanos y demás
habitantes del reino, me hacen pedidos que me obligan a trabajar sin descanso.
EMPERATRIZ: ¿Y no es agotador tanto trabajo?
SASTRE DE TRAJES Y VESTIDOS: En absoluto Majestad, el trabajo para mí es un
honor que permite ganarme la vida y las de mis familiares con honradez.
EMPERATRIZ: Paga lo estipulado a este hombre. Se lo ha ganado dignamente. (Se
queda allí el sastre de pié)
MINISTRO: Lo haré también en cuanto finalice esta audiencia. Ahora, (Al
secretario) ¡Prosigue!
SECRETARIO: Ha venido el jefe de vuestros ejércitos, para pedir honores para tres
soldados que han actuado como verdaderos héroes en el campo de batalla.
EMPERADOR: (Vuelve a poner cara de aburrimiento) Rápido, que pase, tengo que
irme a elegir unos broches nuevos para mis pañuelos.
JEFE DE LOS EJÉRCITOS: Majestad, pido honores para tres soldados, que han
salvado muchas vidas humanas, son auténticos héroes.
EMPERATRIZ: ¿Qué han hecho?
JEFE DE LOS EJÉRCITOS: Arriesgando sus vidas, detuvieron a espías que, de
acuerdo con nuestro enemigo, iban a destruir nuestro Cuartel General y nuestra
flota.
EMPERADOR: Lo que deben es venirse del campo de batalla, y realizar trabajos
que hagan esta corte más bella.
JEFE DE LOS EJÉRCITOS: Majestad, la grandeza de nuestro país depende de
perseguir a nuestros enemigos fuera de nuestras fronteras, antes de que vengan
aquí y nos destruyan.
EMPERATRIZ: No se hable más, quédese ahí si lo desea (Dirigiéndose al Jefe de
los Ejércitos) y pasemos a la siguiente audiencia.
MINISTRO: Por último, han venido unas tejedoras de un país lejano, que dicen
poseer el secreto para realizar una tela muy especial, única en el mundo.
EMPERADOR: Pero... ¿Cómo no me lo han dicho antes? (Muy entusiasmado)
¡Vamos, rápido! ¡Hazles pasar!
Entran las tejedoras, hacen una reverencia al Emperador.
CORTESANO 1º: Si son tan buenas tejedoras, trabajarán en la Corte.
CORTESANO 2º: Con los tapiceros y decoradores.
EMPERADOR: Mi Ministro me ha dicho que sois capaces de tejer una tela única en
el mundo. ¿Es eso verdad?
TEJEDORA 1ª: Sí, Majestad. Es única por su belleza inigualable.
TEJEDORA 2ª: Pero lo más importante es que el traje hecho con este material tiene
una virtud.
TEJEDORA 3ª. Que la ven sólo las personas honradas.
TODOS: ¡Oooooooohhhhhhh!
EMPERADOR: (Aparte) ¡Eso es maravilloso! Si yo llevase ese traje descubriría a
los hombres y mujeres del Imperio que son indignos de su cargo. (A todos)
¡Decidido! Quiero que me hagan inmediatamente un vestido con esa maravilla.
TEJEDORA 1ª: En primer lugar, tendremos que trasladar aquí todas nuestras
máquinas y telares.
TEJEDORA 2ª: Después nos daréis oro y plata suficiente para poder realizar
nuestro trabajo.
TEJEDORA 3ª: Pues, nuestros hilos han de ser de oro y plata de los más fino.
TEJEDORA 1ª: Sí, porque debéis saber que nosotras no tejemos con hilos de lana,
ni de algodón, ni de seda, ni de materiales groseros.
CORTESANO 1º: Dar inmediatamente siete bolsas de oro y plata a esas señoras y a
trabajar.
CORTESANO 2º: ¡Que vayan a sus habitaciones!
EMPERATRIZ: Que los vean en su trabajo hombres y mujeres, para que aprendan
sus técnicas.
Salen todos y mientras tanto se oye una música palaciega. Después aparecen en el
escenario las tejedoras con sus falsos telares y simulan trabajar afanosamente,
sentadas en unas banquetas, ante unos telares imaginarios.
TEJEDORA 2ª: Este Emperador es más tonto de lo que creíamos, se lo ha tragado
todo.
TEJEDORA 1ª: Vamos a llenar nuestros bolsillos de oro a su costa, y de telas,
nada.
TEJEDORA 3ª: Sí, de esta salimos ricos.
TEJEDORA 1ª: No volveremos a pasar penalidades, ni tendremos necesidad de ir
estafando de pueblo en pueblo a pobres gentes.
TEJEDORA 2ª: Me encanta el sonido del oro. (Agitando una de las bolsas que le ha
dado el Emperador) Es la música mejor del mundo. Alegra mi cuerpo y le hace
danzar a su ritmo. (Comienza a danzar por toda la estancia)
TEJEDORA 3ª: ¡Eh, cuidado! Se oyen pasos. ¡Siéntate y simula trabajar!
Entran los hombres y las mujeres.
HOMBRE 1º: ¡Buenos días! Nos envía el Emperador para preguntarles que cómo va
la tela y para que vayamos mirando y aprendiendo de vuestro trabajo.
MUJER 1ª: Está ansioso de ver la tela, no olvidéis que quedan cuatro días para el
Gran Desfile y su majestad quiere estrenarla ese día ante todo el pueblo.
TEJEDORA 1ª: ¡Muy buenos días, ilustres señoras y señores! ¡Pasen, pasen!
Ustedes mismos podrán comprobar qué increíble tela estamos construyendo.
¡Miren, miren!
Las tejedoras simulan tener entre sus manos la preciada tela y los hombres y
mujeres ponen cara de asombro y disimulan.
HOMBRE 2º: ¡Qué colores tan exquisitos!
MUJER 2ª: ¡Qué bordados tan maravillosos!
HOMBRE 3ª: Estoy seguro que estos colores serán de su agrado.
MUJER 3ª : Y los bordados son los que a él le gustan, le pediremos más oro para
vuestro trabajo y espero que no descanséis en estas tres noches que quedan para
poder acabar esta gran obra.
HOMBRE 4º: Yo mismo traeré las bolsas con el oro y la plata, este trabajo lo
merece.
MUJER 4ª: El desfile comienza el sábado a las diez de la mañana, ¿Estará acabado
a esa hora?
TEJEDORA 2ª: Comentarle al Emperador que esté tranquilo, estará puntual y podrá
lucirlo en el desfile.
Salen los hombres y mujeres, y las tejedoras reirán a carcajadas.
TEJEDORA 3ª: Sí, el emperador es un necio, pero lo peor es que se rodea de gente
cobarde y embustera.
TEJEDORA 1ª: Esto es pan comido, pues si un grupo así dicen que ven la tela,
nadie se atreverá a confesar lo contrario.
TEJEDORA 2ª: (Imitando al hombre 2º y mujer 2ª) ¡Qué colores tan exquisitos!
¡Qué bordados tan maravillosos!
TEJEDORA 1ª, TEJEDORA 2ª Y TEJEDORA 3ª: ¡Ja, ja, ja ...!
TEJEDORA 3ª: Bueno, continuemos nuestra labor. No sea que venga alguien, nos
descubran y nuestro plan se venga abajo.
Entran de nuevo hombres y mujeres. Las tejedoras simulan trabajar el telar y
secarse el sudor con el pañuelo, como muestra de agotamiento.
HOMBRE 4º: Buenas tardes, honorables tejedores. Les traigo unas bolsas de oro y
plata.
MUJER 4ª: Toda una fortuna.
HOMBRE 1º: El emperador, al escucharnos, se ha sentido generoso y ha querido
recompensar todos vuestros esfuerzos y desvelos. (Al ver tanto oro, las tejedoras
ponen cara de admiración)
MUJER 1ª: No rechacéis tanto oro, pues, ha querido el emperador, recompensar
vuestra dedicación sin límites.
HOMBRE 2º: El emperador sabe que, con este traje, será el Desfile Anual más
soberbio de todos los tiempos.
MUJER 2ª: Este desfile no se olvidará jamás.
TEJEDORA 1ª: Lástima que nosotras no podamos presenciarlo.
TEJEDORA 2ª: Debemos estar ese día en otro reino, lejos de aquí, porque el
monarca nos espera con impaciencia.
TEJEDORA 3ª. El deber es el deber.
HOMBRE 3º: ¡Oh, qué vida la vuestra! ¿De qué os sirve ganar tanto oro si no
disponéis de tiempo para disfrutarlo?
MUJER 3ª: Desde luego, siempre viajando y trabajando, sin poder dedicar tiempo a
vuestras familias y amigos. Bien, ahora nos iremos, el emperador espera
impaciente nuestras noticias.
Salen todos y mientras tanto se oye una música palaciega. Aparecerá el
emperador andando de un lado a otro, la emperatriz está en su sillón. Entran los
hombres y mujeres.-----luego saldrán y entrarán secretario, secretaria, ministro,
cortesanos-----
EMPERADOR: Así que habéis visto los vestidos.
HOMBRES Y MUJERES: ¡Sí, majestad!
EMPERADOR: ¿Y qué os han parecido?
MINISTRO: Señor, todos los elogios que pudiera haceros palidecerían ante
realidad tan maravillosa. Pero vos mismos juzgaréis, pues los tejedores vienen
para acá a toda velocidad.
El emperador se sienta en el trono. Entran el secretario y la secretaria.
SECRETARIO: El traje está terminado. Vienen los tejedores con él.
EMPERADOR: ¡Déjate de ceremonias! ¡Vamos, estoy impaciente, hazles pasar!
(El secretario hace un gesto y pasan las tejedoras, que entran como si llevaran la
primera, una casaca, otra un pantalón y una tercera ayudando.. El emperador que
se había puesto de pié, queda horrorizado y se sienta desolado, llega a marearse,
la secretaria lo atiende dándole aire)
SECRETARIA: Majestad, ¿Os encontráis mal? ¿Qué os ocurre?
EMPERADOR: ¡Ay! Ya estoy mejor. No sé qué me ha sucedido. (Mirando al público
dice...) ¡Es que no veo nada!
TEJEDORA 1º: Majestad, esta es la casaca ¿Os agrada?
EMPERADOR: (Abriendo los ojos más y más, se seca con un pañuelo el sudor y
responde) Es impresionante. ¡Qué colores! No tengo palabras para expresar mi
asombro.
TEJEDORA 2º: Aquí están los pantalones.
MUJER 1ª: ¡Qué elegantes! ¡Qué delicadeza! ¡Qué delicada trama!
HOMBRE 1º: ¡Qué finura! ¡Qué perfección en su corte!
MUJER 2ª: ¡Qué primoroso pantalón! ¡Qué colorido!
HOMBRE 2º: ¡Qué perfección de detalles! ¡Qué sutiles bordados!
MUJER 3ª: ¡No es posible expresar con palabras la perfección de estas prendas!
Se dirían que no han sido hechas por manos humanas.
HOMBRE 3º: ¡Qué suavidad y qué finura! ¡En mi vida he tocado nada semejante!
TEJEDORA 3ª: Si lo desea puede ponerse el traje ahora mismo.
EMPERADOR: Estoy deseando.
TEJEDORA 1ª: Majestad, meta el brazo derecho por la casaca. ¡Muy bien! Ahora el
izquierdo. ¡Fenomenal!
TEJEDORA 2ª: Yo le abrocharé los botones de perlas y diamantes. ¡Oooohhhh!
¡Cómo le sienta! Le queda magnífico.
TEJEDORA 3ª: ¿Se encuentra cómodo?
EMPERADOR: ¡Sí, sí,! Tan cómodo que parece que no llevo nada... ¡Ja,ja,ja...!
Todos sonríen la broma del monarca.
TEJEDORA 1ª: Ahora, si me lo permite su majestad, le ayudaré a ponerse los
pantalones.
TEJEDORA 2ª: Tóquelos primero y vea qué tacto y qué suavidad.
EMPERADOR: Encantado. (Mirando al público) ¡Que me aspen si entiendo algo de
esto, no veo ni toco nada, pero me guardaré bien en confesarlo, pues si lo hago se
descubrirá mi falta de honradez.
TEJEDORA 1ª: ¿Podría meter aquí su pierna izquierda?..., ahora la derecha... ahora
abrochemos los botones y... ¡Ya está!
CORTESANO1ª: ¡Qué maravilla! ¡Le sientan fantásticamente!
CORTESANO 2ª: Majestad, está elegantísimo, como ningún monarca ha estado
jamás.
MINISTRO: ¡Que le traigan un espejo! ( Lo trae la mujer 3ª) y (A la tejedora 2ª) Oye,
¿Tú crees que abrigarán?
TEJEDORA 2ª: Por supuesto, la sutileza de la trama no será obstáculo para
proporcionar al cuerpo el necesario calor.
TEJEDORA 3ª: Esto abrigará, claro que abrigará, no lo dudéis.
MUJER 4ª: Efectivamente, es un traje que hasta le hace más delgado.
HOMBRE 4ª: Verdaderamente es milagroso eso de que sólo las personas honradas
sean capaces de verlo.
MUJER 3ª: Por fortuna, eso no es inconveniente para que aquí todos podamos
apreciar su belleza. Aquí todos somos gente honrada, gracias a Dios.
MINISTRO: Eso por descontado.
EMPERADOR: (Muestra el traje) ¿Os gusta?
TODOS: En un grito de admiración. ¡¡Oooooohhhhh...!!
EMPERATRIZ: Hay que ver lo bien que os sienta.
Entran el conde Llamas, la marquesa, el jefe de los ejércitos y los sastres.
MARQUESA: Perdonad señor, (Hace como que le arregla la casaca en el hombro)
Ya está. Os hacía un pequeño pliegue aquí.
CONDE LLAMAS: Ahora está perfecto, era una insignificancia.
SASTRE DE ZAPATOS Y SOMBREROS: Trabajaré mis zapatos y sombreros de
acuerdo con este nuevo estilo tan ligero y alegre.
SASTRE DE TRAJES Y VESTIDOS: Tomaré ideas para mis futuros trajes y
vestidos.
EMPERADOR: Tengo que felicitaros por el magnífico trabajo realizado. ¿Verdad?
Dirigiéndose a la emperatriz.
EMPERATRIZ: ¡Efectivamente, digno de vuestra elegancia y buen gusto!
EMPERADOR: (Dirigiéndose a los tejedores) Siento que no podáis quedaros al
desfile.
EMPERATRIZ: Tengo entendido que os esperan en otros lugares
TEJEDORA 1ª: Efectivamente, majestad, nos esperan en un lejano país para vestir
a su monarca.
TEJEDORA 2ª: Cuando lo preciséis, no tenéis más que llamarnos de nuevo.
TEJEDORA 3ª: Somos cada día más conocidas por todo el mundo.
EMPERADOR: Pues, buen viaje y hasta la próxima. (Las tejedoras hacen una
reverencia y salen.) ¿Cómo están los preparativos?
SECRETARIO: Todo está listo, majestad, el pueblo entero espera ansioso el día del
Gran Desfile.
SECRETARIA: Desean ver a su majestad con su traje nuevo.
EMPERATRIZ. ¡Me encanta ser emperatriz de un pueblo tan entusiasta!
Entran un niño y una niña jugando.
NIÑO: ¡Mira cuánta gente hay hoy en la corte!
NIÑA: Habrá alguna fiesta. ¿Vamos a quedarnos?
NIÑO: ¡Qué elegantes van todos! ¿Qué estarán esperando?
NIÑA: A que se vista el emperador, ¿No ves que va en prendas menores?
NIÑO: Será que es el que queda por vestirse.
NIÑA: A mí me daría vergüenza estar así delante de tanta gente.
NIÑO: Pues a mí también, podría estar así en verano, en la playa o en una piscina.
NIÑA: Pues va andando muy tirado para atrás, para ir en prendas menores.
NIÑO: Le preguntaré a mi madre, a ver lo que pasa. (A la mujer 3ª) Mamá, ¿Porqué
va el emperador sin traje? (Se hace un silencio y todos miran al niño). Sí, mamá,
¿Porqué no se viste como todos?
HOMBRE 1º: ¿Oís lo que dice ese niño?
MUJER 1ª: Se dice que los niños siempre dicen la verdad.
NIÑA: Sí, ¿Por qué el emperador va sin vestir? ¿Por qué está en calzoncillos?
HOMBRE 2º: ¡¡No lleva traje!! ¡¡Los niños dicen que no lleva traje!!
MUJER 2ª: Los niños tienen razón. ¡Está en paños menores!
HOMBRE 3º: ¡Es verdad! ¡Qué gracioso está nuestro emperador!
MUJER 3ª: ¡Qué elegante resulta su ropa interior!
TODOS : ¡Va desnudo! ¡Va desnudo!
EMPERADOR: (A su ministro) ¿Es eso verdad?
MINISTRO: Pues, ya que me lo preguntáis... os diré que mucho me temo que sea
así.
EMPERATRIZ: Para mí, que estáis en camiseta y calzoncillos.
EMPERADOR: ¿Y me lo decís ahora? ¡Trae eso!. ( Quita una capa al ministro y se
cubre con ella) ¿Porqué no me lo habéis dicho antes?
MINISTRO: Por la misma razón por la que su majestad mismo no se ha atrevido a
confesarlo.
SECRETARIO: Ni tampoco lo ha confesado toda esta gente.
SECRETARIA: Todos teníamos temor a no parecer honrados.
EMPERADOR: ¡Que suspendan el Desfile!
EMPERATRIZ: ¡Se han burlado de nosotros!
EMPERADOR: ¡Traed inmediatamente a esos estafadores en mi presencia! (Sale el
jefe de los ejércitos, murmullos, vuelve enseguida)
JEFE DE LOS EJÉRCITOS: Majestad, las tres tejedoras se han ido sin dejar rastro,
llevándose todo el oro y la plata que le ha dado para tejer sus telas.
MINISTRO: No pararemos hasta dar con ellas.
JEFE DE LOS EJÉRCITOS: Las buscaremos, si es preciso, hasta en el centro de la
tierra.
EMPERADOR: Esto me servirá de lección, me dedicaré en adelante a los temas
que afectan a todos mis súbditos y dejaré los trajes en el segundo plano que es
donde siempre tuvieron que estar.
TODOS: ¡¡Bién!! Aplauden la decisión del emperador.
EMPERADOR
SECRETARIO
EMPERATRIZ
SECRETARIA
MARQUESA
CONDE LLAMAS
MINISTRO
SASTRE DE ZAPATOS Y SOMBREROS
JEFE DE LOS EJÉRCITOS
CORTESANO 1º
CORTESANO 2º
TEJEDORA 1ª
TEJEDORA 2ª
TEJEDORA 3ª
HOMBRE 1º
HOMBRE 2º
HOMBRE 3º
HOMBRE 4º
MUJER 1ª
MUJER 2ª
MUJER 3ª:.
MUJER 4ª:
NIÑO
NIÑA

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