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Taxonomias y tipos de inferencias £ 24, INTRODUCCION Lo revisado en el capitulo introductotio supone tan s6lo una pequefia muestra de lo que est acon- teciendo sobre este tema. La importancia de las in- ferencias est creciendo tanto que ya ocupa buena parte del marco de investigacién de la comprensién del discurso. Pero este avance tan significativo no podra materializarse en toda su amplitud si no se desarrolla un modelo teérico lo suficientemente potente como para dar cuenta de todos los procesos, inferenciales que tienen lugar durante la compren- sién, Este avance requiere también de una taxono- mia lo mas completa e integradora posible que per- mita conocer tanto las caracteristicas especificas de una inferencia particular como sus semejanzas y diferencias dentro de un mismo marco comparati- vo. En otras palabras, una aproximacién precisa al estudio de las inferencias que se desarrollan en el contexto de la lectura y la comprensién del discur- So requiere de una elaboracién taxonémica que des- criba las inferencias dentro de un contexto lo mas claro, integrador y exhaustive posible. _ En este capitulo describiremos la problemética que supone precisamente la ausencia de una taxo- nom{a general. Para ello, comenzaremos Por EXPO- ner Jos distintos obstéculos que los investigadores tendrian que salvar para elaborar una clasificacién de este tipo, asf como los criterios mas comuinmen- te desarrollados en las miiltiples clasificaciones ¢n- contradas a lo largo de Ia literatura sobre este fem. Continuaremos con la descripcién de algunos ejem= © Ediciones Pirémide JOSE A. LEON OLGA PEREZ, plos concretos que se vienen desarrollando desde los afios setenta, En este punto, cabe sefialar la evo- lucién que se ha observado recientemente, en los afios noventa, con motivo de mejoras en el estudio de las inferencias. Esta circunstancia ha permitido entender mejor los procesos cognitivos implicados en el procesamiento de inferencias, asf como cla- borar nuevas agrupaciones mas ricas, completas € . En este periodo destacan, sin duda, ‘malista y la teoria construccionista. Dado que estas dos perspectivas ya fueron tratadas en la introduc- cidn (véase Le6n, en este mismo volumen), aqui nos centraremos inicamente en la informacién referen- te a la clasificacién de inferencias. Concluiremos, con una valoracién general de las clasificaciones de inferencias que se han desarrollado hasta el mo- mento, con el objeto de proponer algunas suge- rencias encaminadas a la elaboracién de taxonomias con un cardcter més integrador. Estas sugerencias pasan por tener en cuenta un ntimero mayor de fac- tores que provienen del texto, del lector y de la in- teraccidn entre ambos factores. 2.2, OBSTACULOS PARA LA | ELABORACION DE UNA TAXONOMIA DE INFERENCIAS GENERAL La ausencia de un marco global donde integrar todas las inferencias ha desembocado en el desa- 46 / Conocimiento y discurso rrollo de un importante nimero de clasificactones. ete sentido, algunos autores han optado por agrupaciones estéticas, bien definidas y con limi- tee claros (v. g., Keefe y McDaniel, 1993; O'Brien, Schank, Myers y Rayner, 1988). En este tipo de agrupamientos predominan las taxonom/as que poseen una marcada naturaleza dicotémica, es decir, aquellas clasificaciones que \inicamente po- seen dos categorias diferentes. Otros autores, en cambio, prefieren clasificaciones mas dindmicas y menos resirictivas, situando una inferencia de- ierminada en un continuo en el que, segin opere un tipo de factor u otro, la inferencia puede ocu- par distintas posiciones (Fincher-Kiefer, 1993; Per- fetti, 1989; van den Broek, Fletcher y Risden, 1993). Si comparamos todas estas clasificaciones po- demos observar que no estén exentas de proble- mas. En algunas ocasiones, la nomenclatura se convierte en fuente de controversia cuando se emplean idénticas etiquetas para referirse a di tintas inferencias (segtin los autores y segtin el dominio de donde se procede). O viceversa, en otras ocasiones se proponen tipologfas que, aun- que tengan distintas denominaciones, se refieren frecuentemente al mismo grupo de inferencias. Un ejemplo claro de estos malentendidos es el de las andforas, denominadas también inferencias refe- renciales, inferencias puente 0 conectivas, que no siempre responden a las mismas caracteristicas y criterios. Pero, aunque la nomenclatura pueda ser una fuente de solapamiento, los problemas depen- den, en realidad, de tres tipos de factores que pue- den ser los causantes de su origen, a saber, los problemas derivados de la teoria, los que provie- nen de la metodologia empleada y los que nacen de los objetivos de la investigacidn. A estos tres obstaculos nos vamos a referir brevemente. aat, La falta de consenso sobre una taxonomfa uni- versal estd sustentada, al menos en parte, por la ausencia de un marco tedrico comin, lo que pro- porciona diferentes posiciones en lo que se refiere a qué inferencias se producen y cémo, donde y Marco teérico cuando se realizan, Estas propuestas tebricas von a lo largo de un continuo que va dese distribuy« tina posicion maximalista hasta una posicién my, vnalista extrema (para una revision completa niMpritton y Graesser, 1996). De todas ellas, dog sen las mas relevantes: Ia hipstesis minimality {MeKoon y Ratcliff, 1986, 1992, 1995) y la teora eastruccionista (Graesser, Singer y Trabasso 1994), Como ya hemos mencionado en la intry. duccién, las diferencias mas importantes entre mibas posiciones teoricas provienen de su concep. mon de la comprension y de Ia representacisn frontal (Leén, en este mismo volumen). Estas di Ferencias provocan el planteamiento de taxonomias Lmbién distintas, como veremos mas adelante 2.2.2, Metodologia Los problemas metodolégicos que dificultan la generacién de un marco integrador de las infe- rencias se pueden resumir en dos. Uno de ellos alude a la diversidad de tareas empleadas en el estudio de la comprensién y de las inferencias Estas tareas abarcan desde técnicas cualitativas (por ejemplo, entrevistas y protocolos verbales) hasta otras de corte mas cuantitativo y objetivo (por ejemplo, decisién léxica y técnica de nom- brado) que requieren de medidas tan precisas como el tiempo de reacci6n. Todas ellas son, en definitiva, medidas indirectas del proceso de ge~ neracién de inferencias, lo que conlleva una se- rie de limitaciones que se deben tener en cuenta a la hora de interpretar los resultados (véanse Haberlandt, en este mismo volumen; Leén y Es- cudero, en este mismo volumen). De esta mane- ra, la ausencia de un marco metodolégico comin podrfa explicar, al menos parcialmente, el hecho de que a lo largo de la investigacion sobre infe- Tencias se hayan detectado resultados y conclu- siones no siempre convergentes El segundo problema metodolégico proviene de a heterogeneidad del material experimental utili- zado. Suele tratarse de materiales que varfan am- Pliamente, ya sea en su longitud (desde unas po- cas oraciones hasta textos completos), en la forma de presentacién (palabra a palabra, frase a frases © Ediciones Pirdmile con ventana fija © MBvil, ete), en su contenido: complejisad y estructuracién (explicita o implici. fa, bajo una estructura causal, descriptiva, etc.) o gnel genero al que pertenecen en el caso de texton (narrativo, expositivo, periodistico, ete.), En cuante ala longitud. mientras que en algunos estudios se preliere utilizar pocas frases simples, en otros, en ambio. Se opta por textos completos, En este sens tido es preciso tener en cuenta que la presentacion de textos Muy cortos puede evitar, por ejemplo, la generacién de inferencias mas complejas. pues estas requieren de un mayor tiempo de proces. miento. O'Brien y cols. (1988) sefialan a este res pecto que una de las formas de motivar a le tores para que realicen inferencias consiste en mostrarles, preci que contenga incluirse en dos lee elaborativas ‘amente, materiales: informacién de ta que puede frases simples. 2.2.3. Objetivos de investigacion Por tiltimo, y respecto a los objetivos que han interesado a los investigadores, también se obser- va que existe una gran diversidad. Entre ellos, resaltamos como mas relevantes los siguientes a) Determinar qué inferencias son las nece- sarias para obtener la coherencia local y si tales inferencias se producen en el mismo momento de la lectura (on-line). b) Identificar qué inferencias no resultan ne- cesarias para establecer dicha coherencia local y si tales inferencias se desarrollan con posterioridad a la lectura (off-line). cc) Profundizar en los procesos cognitivos im- plicados en el momento en que se realiz una inferencia. 4) Otros objetivos mé pectos parciales y concretos de la invest gacién como, por ejemplo, el estudio de las relaciones entre las inferencias y los tipos de memoria implicados (Trabasso y Magliano, 1996a), la pertenencia de las diferentes inferencias a los niveles de representacién mental (Fincher-Kiefer, 1996) 0 el uso compartido de los mismos © Esiciones Pirémide Taxonomias y tipos de inforencias | 47 recursos cognitivos entre distintos tipos de inferencia (Pérez, 2002). Respecto a los tres primeros, se trata de objeti- Vos basados, casi de manera exclusiva, en el estu- dio del curso temporal de las inferencias. 2.3. CRITERIOS DE CLASIFICACION Si en el apartado anterior menciondbamos tres importantes obstdculos para una unificacién de las taxonoméas, este apartado lo dedicaremos al am- plio nimero de criterios que se derivan de estos, aspectos. Estos criterios han sido utilizados de ui manera aislada 0 combinada con el objeto de agru- par las inferencias en continuas 0 discretas, glo- bales o especificas, distinciones que analizaremos mas adelante. En este apartado se describira bre~ vemente cada uno de estos criterios de manera ais- ada, Sefialamos los siguientes: 1. Grado de probabilidad versus certeza. Un primer criterio fue el propuesto por Harris y Monaco (1978). Estos autores conside- raron que una inferencia puede ser légica © pragmatica dependiendo de su grado de probabilidad o de certeza sobre la informa- cin que se ha deducido a partir de un enun- ciado determinado. Como ya se ha mencio- nado en el capitulo anterior, las inferencias l6gicas se ejecutan fundamentalmente so- bre la aplicacién de reglas formales que permiten obtener el grado maximo de cer- teza (es decir, el 100 por 100). Estas infe- rencias légicas pueden subdividirse, a su vez, en inferencias inductivas, deductivas y analégicas (Kintsch, 1993). Todas ellas Se construyen mediante sistemas de razo- namiento formal independiente de dominio. Las inferencias pragmaticas, por el contra- rio, se basan en el conocimiento general de las personas, y son de naturaleza probabi- listica, puesto que, aunque creamos que algo puede ser cierto, no tiene necesaria- mente que ser asi. Este criterio es el mas 48 / Conocimionto y oiscurso ratar en este apartado, puesto que aot © todas las inferencias posibles. Jo momento en él 4! Curso Se El curso temporal de realiza la infe! Tiosa in- rencias proporciona una val fein joerca del proceso mismo de =nsién, permitiendo establecer dife- comprensién, Ps mane Feneias entre grupos de inferencias q pongan a prueba las predicciones de las istintas posiciones teéricas. Ademés, la metodologia mas reciente empleada en la vvestigacién sobre inferencias suele ba- sarse en medidas de tiempo de reaccién, dando lugar a resultados precisos sobre el tiempo que se requiere para procesar un determinado material 0 para acometer una tarea especifica (v. g., Calvo y Casti- llo, 1996; Leén y Pérez, 2001; McKoon y Ratcliff, 1992). Seguin los diferentes pun- tos de vista, las inferencias se pueden agru- par en torno al momento en que se produ- cen, bien sea éste en el mismo momento de la lectura (on-line) 0 con posterioridad al proceso de lectura (off-line) (Graesser y cols., 1994). Sobre este punto, hay au- tores que han llegado a establecer un If- mite temporal entre ambas. Este limite se ha fijado en toro a 750 ms en una tarea de reconocimiento (McKoon y Ratcliff, 1992), Buena parte de la investigacién actual y de la discusi6n te6rica se centra en confirmar estas posiciones tedricas, tra- tando de comprobar si una determinada in- ferencia puede ser considerada on-line u off-line dependiendo de la técnica emplea- da, de los materiales seleccionados 0 del contexto en que ésta se produce, El estu- dio de las inferencias predictivas y causa. les antecedentes es un claro ejemplo de esta situacién (Calvo y Castillo, 1996 Keefe y McDaniel, 1993; Magliano, Bag. Bet, Johnson y Graesser, 1993), Niimero de recursos cog Muy relacionado con el terio se basa en la cantik nitivos implicados. I anterior, este cri- idad de recursos que ctor debe poner en juego para realizar el le neste criterio, las infe. inferencia. Sez! tee pen agruparse en duos y estrarégicas (0 elaborativas). Las prime. ye se realizan de manera no consciente, apenas consumen recursos COsnilives y ve generan en un corto espacio de tiempo. Las Sooundas, por el contrario, requieren de la puesta en marcha de estrategias por parte Fel lector, 1o que conlleva una mayor can- tidad de tiempo como consecuencia de un mayor nivel de procesamicnto (Vv. g., Mc- Koon y Ratcliff, 1992). La direccion en la que el lector busca 0 conecta la informacion. Este es otro de los criterios mas utilizados. Desde esta pers- rse entre inferen- pectiva, suele diferenci r cias hacia atrds © retroactivas © inferen- cias hacia adelante 0 proactivas. Se han denominado también explicativas y predic- tivas (Leén y Pérez, 2001; Trabasso y Ma- gliano, 1996a). Las inferencias hacia atris © explicativas suponen la bisqueda de los antecedentes 0 lo que se haya podido leer © producir con anterioridad. Por el contra rio, las inferencias hacia adelante predicen informaci6n derivada de lo que se esté le- yendo en ese momento y de las expectati- vas que genera el lector. Desde el campo de la induccién causal es tradicional la s diagndsticas indez y Alma- + Waldmann, 2000; Waldmann y jencn lugar ere la cau- distincién entre inference: Y predictivas (v. g., Fern: raz, 199. Holyoak, 1992), Las primeras ti cuando, dado el efecto ¥, se infi efecto Y. Necesidad de o r En este caso, afes equisito para comprender. . el criterio de clasificacién toto a Hts necesidades de la comprensién, © es, si la realizacién de la inferencia folsiderada contribuye decisivamente a la onion de un modelo mental adecuado rePOr el contrario, s6lo sirve para «enti- Auecer» ese modelo mental (v. g., Just ¥ © Ediciones Pirdmide Carpenter, 1987; O”Brien y cols., 1988). A esta distincién corresponden las inferen- cias denominadas necesarias u obligato- rias, por un lado, y las elaborativas, por otro (v. g.. Clark y Haviland, 1976; Reder, 1980). Entre las inferencias necesarias para Ja comprensién, suelen incluirse las infe- rencias «puente>, la repetici6n de argumen- tos, las inferencias anafiricas y las antece- dentes causales. Entre las inferencias no necesarias para la comprensién o elabora- tivas, se incluyen las inferencias hacia ade- Jante 0 proactivas, las instrumentales y predictivas. Establecimiento de la coherencia local y global. Este criterio trata de diferenciar el nivel de procesamiento de cada inferencia, pudiendo ser éste de cardeter local 0 glo- bal. Las inferencias que contribuyen al es tablecimiento de la coherencia local esta- blecen una conexién o «puente» entre dos frases, tratando de conectar la informacion que en ese momento se esta leyendo con la que se acaba de leer, como serfa el caso de las inferencias automaticas (McKoon y Ratcliff, 1992). Probablemente, la forma mds simple de coherencia local sea la and- fora. Estas inferencias se producen cuando un pronombre o un nombre tiene que rela~ cionarse con un nombre 0 una frase men- cionado previamente (por ejemplo, Luis fue a visitar a Pedro y éste le ensenié su casa). La comprensién de estas dos frases requiere de la inferencia puente para que «éste» se identifique con Pedro antes que con Luis. El género (por ejemplo, Luis fue a visitar a Marta. Ella le enseiié su casa) y el nt- mero (Luis fie a visitar a los Garcia. Ellos le ensefaron su casa) ayudan a establecer la coherencia local. Por su parte, las infe- rencias que contribuyen a la coheren global permiten la conexién entre partes muy distantes en el texto o entre éste y el conocimiento previo del lector. Las infe- rencias instrumentales y predictivas son ejemplos de este tipo de inferencias. © Esiciones Pirdmide 7, Taxonomias y tipos de interencias | 49 Tipo de contenido, Otra forma de agrupar las inferencias es a través del tipo de infor- macién que contienen. Este eriterio se pue- de entender de dos formas diferentes segtin se refiera al contenido o informacién de la inferencia en si o al tipo de pregunta que trata de responder (Graesser, 1981). Asi. segiin su contenido, una inferencia puede ser instrumental, temitica, superordinada, de rasgo, clinica, emocional, ete. En este sentido, podemos sefialar que hay inferen- cias que por su contenido se ajustan mejor un tipo de textos que a otros (por ejem= plo, la reaccién emocional del personaje es propia de las narraciones). En relacion con las preguntas, el lector puede desencade: nar un tipo diferente de inferencia segtin responda a la pregunta por qué (por ejem- plo, inferencia causal antecedente y expli ativa), a cémo (por ejemplo, inferencia instrumental) oa qué ocurrird después (pot sjemplo, inferencias causal consecuente y predictiva) (véase Leon y Escudero, en este mismo volumen). La fuente de informaciin de la inferencia, Dos suelen ser las principales fuentes a las que el lector acude para recoger la in- formacién que utilizaré para generar la inferencia: el texto y el conocimiento pre- vio del lector (Graesser, Swamer, Bagget y Sell, 1996). Las primeras suelen deno- minarse inferencias basadas en el texio, mientras que las segundas reciben el nom- bre de inferencias bayadas en el conaci- miento. Otros autores (v. g., Trabasso y Magliano, 1996a) aftaden una tercera fuen- te de informacién que proviene de otras inferencias realizadas anteriormente y que reside en la MLP. Nivel de representacién 0 grado de codifi- cacion, Otra designacién muy utilizada en las taxonomfas es la que se refiere al nivel de representacidn en el que se lleva a cabo Ja inferencia, Desde esta perspectiva, la comprensién se asume como un continuo de procesos de inferencias en el que el nivel 50 / Conocimiento y discurso de representacién que se est desarrollan- do determina el tipo de inferencia que tie- ne lugar en cada momento (Perfetti, 1989) Esta concepcién de 1a comprension y de las inferencias se basa en los modelos ini- ciales propuestos por Kintsch y van Dijk (1978: van Dijk y Kintsch, 1983). De esta manera, para algunos autores la codifica- cidn de la estructura superficial no daria lugar a inferencias. Estas se producirfan mas bien durante la construccién de la es- tructura proposicional y del modelo de la situaci6n (Fincher-Kiefer, 1994). Las in- ferencias generadas durante la construc- cidn de la estructura proposicional con- sistirfan en asociaciones entre conceptos y tienen el objeto de mantener la cohe- rencia local. Durante Ia construccién del modelo de la situacién, sin embargo, ten- drfan lugar las inferencias elaborativas. Estas inferencias tratan de contextualizar la informacién, permitiendo generar una interpretacién coherente de lo lefdo. Un claro ejemplo es el caso de las inferen- cias predictivas. Operaciones que se llevan a cabo en la ‘memoria. Teniendo en cuenta que la ca- pacidad de la memoria de trabajo es li- mitada, no siempre puede activarse toda Ja informacién relacionada con el texto simulténeamente. Tanto el tipo de infe- rencia como su probabilidad de ocurren- cia dependerdn de la cantidad de in- formacién que la memoria sea capaz de activar simulténeamente (van den Brock, 1990). Este punto de vista ha Ilevado a algunos autores a establecer diversos cri {erios de clasificacién, describiendo una inferences acfones explicitas entre Jas ; las fuentes de la informacion necesarias para llevar] aliano (1996a) han identifi Faciones de la memoria faneo distintas que f eS ope- memoria funcionalmente facilitan el acceso ala in- Y formacién necesaria para realizar inte. rencias: a) la activacién de conocimien, to general acerca del mundo; 6) el man. tenimiento de informacién en la memoria de trabajo a lo largo de oraciones suce. sivas, y c) la recuperacin de informa, cin desde la representacién del texto en la memoria a largo plazo. Segdin estos autores, la activacién del conocimienty general del lector aporta la base funda. mental para las inferencias generadas durante la comprensién. Ademis, rela. nan cada una de estas operaciones con uno de los tres tipos de inferencias que proponen (explicaciones, prediccio. nes y asociaciones). En primer lugar, | explicaciones estarian més asociadas al mantenimiento de informacién en la me- moria de trabajo (operacién b); en se- gundo lugar, las predicciones se rela- cionarian mas con la recuperacién de informacién desde la representacién del texto en la memoria a largo plazo (ope- racién c): y, por tiltimo, las asociacio- nes se corresponderian en mayor grado con la recuperacién de informacién pro- veniente del conocimiento general del lector sobre el mundo (operacién a) (véa- se Ledn y Escudero, en este mismo yo- lumen), 2.4. CLASIFICACIONES MAS REPRESENTATIVAS, DE Los ANOS SETENTA Y OCHENTA Varios fueron los Intentos pioneros a la hora de clasificar las inferencias, Autores como Frederik- sen (1975) 0 Kintsch (1974) ya incorporaron a sus modelos sobre e] discurso escrito inferencias que S¢ generaban «a través de proposiciones». Ambos autores Consideraron que estas inferencias inter- a 1 te bectos muy relacionados con la estruc- Eee Seu son identificar Ja estructura del texte. lablecer una referencia, La estructura ® Por consiguiente, la base sobre la que © Exdiciones Piraide as infere , ides se desarrollab Mlerencias, Muy lejos qued: ba atin la consideracién de las inferencias basadas en el conocimieno del lector, ‘Tanto Frederiksen como Kintsch consideraran que estos tipos de in ferencias posefan una raiz idiosinerdsica muy fuerte y, por ello, eran imposibles de incluir Sentaciones Por otro lado, desde la perspectiva de las pra mdticas de la historia (v, g., Mandler y Johnson, 1977; Rumelhart, 1975; Stein y Glenn, 1979) la lizacion de camatan producto «natural» de la comprensién del texto ¢ Le6n, 1986). Septin esta perspectiva, el lee: tor, a medida que va procesando la histor {ruye una representacién interna de la misma a tra vés de un proceso de integracién semantica. En este proceso, el significado y las relaciones entre Jos clementos individuales que forman el discurso se integran dentro de representaciones més globa- les. Entre Jos autores que se interesaron por el es tudio de las inferencias destacan Glenn (1978) Mandler y Johnson (1977). En un estudio sobre la influencia de diversos aspectos de las historias en el recuerdo, Glenn (1978) observ que los nifios de segundo grado (7 aiios) anadian con frecuencia informacién propia cuando reproduefan historias. Esta informacién afadida fue clasificada por la autora dentro de dos clases de inferencias: susti- tuciones y extensiones. Las primeras consisten en aportaciones nuevas que realiza cl lector para sus tituir la informacién original del texto (supuesta- mente no recordada) y que manticnen Ja misma funcién dentro de ta historia que cumplia la origi- nal, Las extensiones corresponden a afiadidos que el lector realiza con el objeto de ampliar o aclarar la informaci6n original. Por su parte, Mandler y Johnson (1977) propusieron otra taxonomfa basa da en los protocolos de recuerdo, distinguiendo tres Clases de inferencias: adiciones enfiiticas, elabo- raciones racionales y elaboraciones irrelevantes. Las adiciones enfiiticas se identifican con aque- Hos adjetivos y locuciones que otorgan un mayor Enfasis a ta proposicién correspondiente, asi como las redundancias cometidas cuando se repite la informacién bajo dos formas distintas (semejante 4 una pardfrasis). Las eltboraciones racionales se Ss Fepre- werencias se Concebi © Faiciomes Pivdmide Taxonomias y tipos de interencias / 51 corresponden con lay explicaciones acerca del cémo 0 porqué de un suceso. Por tltimo, lay cla boraciones irrelevantes se corresponden con inte= Fencias consideradas «incorrectas» en el sentido de que no se deducen directamente del texto. Nuevas propuestas sobre inferencias surgieron de la mano de a teoria del discurso (Kintsch y van Dijk, 197%; van Dijk, 1977). Kintsch y van Dijk asumicron que dos de sus tres macrorreglas, la generalizacion y la construcci6n, eran las respon- sables de relacionar la microestructura y la ma- croestructura mediante la generacién de inferen- cias, Hegando incluso a determinar diferencias entre ambas. Por ejemplo, consideraron que s6lo las in- ferencias de generalizacién eran verdaderas por definicién, La tercera macrorregla, la macrorregla de supresion, sin embargo, no estaba implicada directamente en la realizaciGn de inferencias, aspecto ha sido revisado mas recientemente por Kintsch (1993), quien considera que la macrorre- gla de supresin también podria implicar un pro- ceso inferencial que en lugar de afiadir informa cidn la suprime y la abstrae, de la misma forma que ocurre en la realizacién de un resumen. 2.4.1. Relevancia de las inferencias en los procesos de comprensién Por otro lado, autores como Clark y Haviland (1976) 0 Schank (1972, 1973, 1975b) se conside- ran entre los precursores que enfatizaron la impor- tancia del conocimiento previo en la generacién de inferencias durante el proceso de comprensién Clark y Haviland (1976) realizaron una curiosa clasificacién basada en dos criterios dicotémicos interrelacionados: la direccién en que tiene lugar el proceso de inferencia y la autorizacién (0 no) de la inferencia por parte del autor del texto, De esta forma, las inferencias pueden dirigirse hacia atris, si conectan la oracién que se esté leyendo con la anterior, 0 hacia adelante, si se aportan ex- pectativas a la informacién dada, El segundo c terio, la autorizacién de la inferencia, otorga al autor el papel decisivo para sugerir, demandar 0 autorizar al lector la realizacién de una determi nada inferencia con el fin de alcanzar un nivel de i 52 / Conocimiento y discurso ign efectivo. Este criterio, a diferencia ne corte eminentemente estructuralista (Reder, 1980). Del eruce entre ambos criterios surgen tres tipos de inferencias: inferencias hacia atrds auto- jhadas, inferencias hacia atrds no autorizadas e inferencias hacia adelante. Las dos primeras co- nectan la oracién lefda con las anteriores, como. por ejemplo aquellas inferencias que sirven de puente o enlace entre una oracién y su anteceden- te, haciendo posible la comprensién. Los epitetos y referencias son claros ejemplos de «puentes» 0 «enlaces» entre oraciones. El tercer tipo de infe- rencias, las inferencias hacia adelante, quedan exi- midas del criterio de autorizacién al no ser deman- dadas por el escritor. En relacién con la cantidad de inferencias, Clark y Haviland concluyeron que el lector debe realizar el minimo ntimero de infe- rencias posible (tanto hacia atrés como hacia ade. Jante) a la hora de comprender un texto, ya que su produccién supone una ralentizacion de la lectu- ra. Segin ellos, el lector debe buscar siempre el camino més corto para asociar 0 conectar las ora ciones. Por el contrario, Schank (1972, 1973, 1975b) sostenfa que el lector debe realizar un gran nimero de inferencias, especialmente hacia atrés, ya que con ello se facilita la elaboracién de las condiciones suficientes para garantizar la comprensidn del tex- to. Ante este supuesto, Schank distingue entre infe- rencias que surgen como consecuencia de condi- ciones absolutamente necesarias y de condiciones razonablemente necesarias para la comprensién. De esta manera, ante la lectura de la frase Juan comen- 26 a cortar su césped, ejemplos de inferencias ab- solutamente necesarias serian aquellas que activa- ian el conocimiento relativo a que Juan tiene césped, que Juan tiene un cortacésped o a que Juan esté vivo. Como condiciones razonablemente necesarias podria aludirse a que no hace frfo, a que no Ilueve 0 @ que no hay nieve sobre el césped. - Desde otra perspectiva, Reder (1980) postuld Su modelo de elaboracién de guiones en un im- Portante esfuerzo por demostrar la necesidad de Benerar inferencias mas elaboradas en el curso de Ja comprensién. En este modelo se otorga al pro- cesamiento elaborativo la relevancia que, se etn autora, le corresponde tanto en la retencidn enn F come en la comprensién del discurso. Respecto a su. sificacién, Reder diferencid entre dos tipos de ix ferencias: aquellas que representan los concept, Sfundamentales de un guidn o esquema y las elg. boraciones. Cuando el texto omite acciones o ca. ceptos clave de un guién, el lector los genera ge vando su propio conocimiento. Estas inferenciag suelen ser muy probables y comunes 0 universa, les entre individuos pertenecientes a una misma cultura. Por el contrario, las elaboraciones son de naturaleza idiosincrésica, variando en gran medi. da tanto su nimero como su contenido de unos lectores a otros. En este sentido abordan des ciones fisicas y rasgos psicolégicos de los perso- najes, metas o intenciones del autor. En cuanto & la cantidad de elaboraciones que pueden realizar- se, ésta depende de multiples factores, entre los que se encuentran la experiencia previa. las carat teristicas del material escrito, el interés del lector por la materia, el grado de comprensién del texto, el tiempo dedicado a su lectura 0 el nivel de con- centracién, Ademis, Reder puso de manifiesto algunas im- plicaciones educativas relativas a las elabora- ciones al considerar que una via para mejorar la comprensién seria, precisamente, entrenar a los alumnos a inferir de manera automiitica la infor- macién implicita del texto, lo que probablemente resulte necesario para comprender la informacién venidera. Consider, importante el hecho de saber de antemano el nivel de conocimiento del que par. ten los estudiantes acerca de los conceptoy neh, dos en el texto, de tal forma que puiliceen sens lizar las inferencias requeridas y completar elaboracin de la informacién. Por ditime, cabe seflalar que esta autora afirmaba que las infexere cias y elaboraciones que tienen lugar durante fa comprensién deberian reflejarse en una estrucrais que trate de representar como se almacena wa to en la memoria, especificdndose el mecanicery Sobre e6mo y por qué se realizan tales inferen En otras palabras, resaltaba la necesidad de pa car un modelo te6rico sobre comprensidn que foes eapaz. de dar cuenta de todos los proceso in goes ast la ciales que tienen lugar durante la comprensién del discurso. 2.4.2. La direccionalidad de las inferencias ‘Al igual que Schank, Just y Carpenter (1987) también concedieron un papel muy relevante a las inferencias en el proceso de la comprensién, otor- gindoles una presencia importante. Estos autores aplicaron como criterio predominante la necesidad de integrar todas las partes del texto que resulten indispensables para garantizar una correcta com- prensidn. Pero ademés de este criterio, Just y Car- penter introducen otros dos, a saber, la direccio- nalidad de la informacién a conectar y el nivel de representacién que el lector debe alcanzar en fun- cién de sus objetivos (por ejemplo, una lectura superficial versus una lectura mas profunda). La consideracién conjunta de todos estos criterios per- mite a Just y Carpenter aseverar que son los obje- tivos del lector los que Hevan a que una inferencia se realice 0 no. De este modo, si lo nico que pre- tende el lector es realizar una lectura superficial 0 rapida, puede que ni siquiera alcance a desarrollar todas las inferencias necesarias. Sin embargo, si st objetivo es examinar hasta el ditimo detalle del texto, puede necesitar de todas las inferencias po- sibles para obtener una representaci6n lo mas com- pleta y elaborada posible. ; Tras recopilar datos a partir de diversos estudios, Just y Carpenter establecieron dos tipos de inferen- cias: hacia atrds y hacia adelante. Las primeras tnen o conectan ei texto lefdo con algiin segment del texto anterior. Se producen siempre que las metas de comprensién del lector requieran de una intB cién completa de la informacion lefda. Bstas infe- rencias también se han denominado inferencts Puente, integrativas y conectivas. Por el contrario, las inferencias hacia adelante suelen «enriquecehy con detalles la representacién del texto, cumplien- do ast un propésito més bien estético. Pueden 2° nerarse también cuando el lector trata de anticip®t Jo que va a ocurrir después. En cualquier caso, se trata de inferencias opcionales, y son menos proba- bles que las inferencias hacia atrés. También s° conocen como inferencias predictivas, extrapotati- © Ediciones Pimide Taxonomias y tipos de inferencias / 53 vas 0 elaborarivas, Just y Carpenter consideran este tipo de inferencias especialmente utiles en la lectu~ ra de textos expositivos, dado que. en estos textos, la construccién de un argumento requiere de una lectura y de un proceso de comprension muy minu- ciosos. Ademés, la comparacién de las inferencias hacia adelante generadas por uno mismo con la in formacién que aparecerd a cont sirve para verificar que la informacién se ha com- prendido correctamente. De manera general, y teniendo en cuenta un criterio temporal, estos autores afirman que las inferencias hacia atris son esenciales para la co- herencia del texto, ya que se llevan a cabo durante la lectura de la palabra o la frase que debe relacio- nar las partes previas del texto. Por el contrario, las inferencias hacia adelante se realizan mucho después de la lectura del texto, cuando el lector hat tenido la oportunidad de reflexionar sobre las im- plicaciones de su contenido. nuacidn en el texto 2.4.3. La necesidad o la contribucion a la coherencia local como criterio de comprensién También en los aos ochenta, O'Brien y cols. (1988) retomaron de nuevo el criterio de necesi- dad. Segiin estos autores, dos son los grandes gru- pos de inferencias: inferencias necesarias para Ja comprension (por ejemplo, la repeticién de ar- gumentos, andforas y relaciones causales) ¢ in ferencias elaborativas que, aunque amplian la in- formacién explicita en el texto, no son esenciales para la comprensin (por ejemplo, instrumenta- les, hacia adelante o inferencias acerca de suce- sos predecibles). O’Brien y cols. confirmaron em- piricamente una mayor presencia de inferencias del primer tipo que del segundo. Este resultado se justifica, en el caso de las elaborativas, por- que, al no ser necesarias para la comprensién, no resulta facil para el investigador saber en qué con- sisten (fundamentalmente debido al cardcter idio- sincrasico de su contenido) 0 el momento exacto en el que se producen. ‘Ante la falta de conerecién de tan manido ¢ terio, Vonk y Noordman (1990) cuestionaron se- 54 / Conocimiento y discurso «necesidad» en este con- fiamente el aie ear aclarar aué scars exacmente becesario qu rea accesoro para la campresion meant ua el acién basada en dos dimension clara enel gue la nfrencia puede deducise& pamtir de la informacién que aparece en el texto y 4a medida en que la inferencia contribuye a la re- preseniaién del texto, De la combinacion de « tas dos dimensiones surgen los cuatro tipos de in- ferencias siguientes: 4) Inferencias que pueden ser deducidas ne~ cesariamente del texto 0 autorizadas por ¢ltexto (por ejemplo, presuposiciones, vine culaciones, implicaciones convencionales © inferencias transitivas) 5) Inferencias probablemente ciertas 0 no aus ‘oricadas, también lamadas pragmdticas inferencias inducidas (por ejemplo, los pro- {otPOS, las categorias y las relaciones eau sales). ©) Inferencias gue con ntribuyen a la coheren- i focal (Por ejemplo, las andforas y algu- has relaciones causales). 4) Inferencias que contribuyen a la elabora- cin de una representacién, Con esta nueva taxonor que Vonk y Noordman Por su pante, Sy sificaron las inferen inney y Osterhout (1990) cla- S atendiendo al grado de complejidad de los procesos en la comp, sion, distinguiendo asi entre interencias pe reptivay ¢ inferencias cognitivas. Las inferencias perc Plivag se caracterizan por ser automiticas, obligae es } de realizacién inmediata durante et procern per. ceptivo del lenguaje, mientras que lay inferenciag cognitivas, por el contratio, se encuentise bajo control cognitive y dependen de esteatering ae emplean conocimiento general. Las anitunay rian un claro ejemplo del primer tipo de inferen. cias, mientras que las inferencias instrumentates Podrian formar parte del segundo, 2.4.4. A modo de resumen En fa tabla 2.1 aparecen algunas de lay Posivio- nes de naturaleza dicotémica descritas j 15, Seatin lo expresado en la tabla, dos parecen ser {28 Brandes categorias © bloques que vlan mente Se deducen del andilisis de todos lox trabajos men- muonados ¥ que, siguiendo a Reder (1OX0), deno- munaremos de manera general inferencias oblig torias y elaboraciones. De nteriormen- te esta manera, la primera sforias estaria formada por aquellas in. ® absolutamente necesarias para la com: Pasion, siendo retroactivas o hacia ates en cuanto ala direcci6n en ta que el lector busca la informa Cin para tealizarlas. Ademas von inferencias que se deducen directame, torizadas por el blecimiento de | tiempo de reali ANto al inferencias muy ‘ante las primeras Como ejemplo podemos citar S referenciales, ‘as © hacia adelante en e} senti- do de que el lector trata de adelantar In informa. fot Ue aparecers en el texto mis tarde, y at basan fundamentalmente en el conocimiento previg de] lector. Por todo ello, se trata de inferencias cic! © Ediciones bie mide TABLA 2.1 Taxonomias y tipos de inferencias / 5S Algunas taxonomias dicotémicas de inferencias propuestas en la década de los aos setenta y ochenta Reder (1980) Obligatorias Elaboraciones Frederiksen (1975) y Kintsch (1974) Inferencias a través de proposiciones Estructura del texto. Por ejemplo, causalidad y referentes. Kintsch y van Dijk De generalizacién (1978) — Verdaderas. Clark y Haviland Hacia atras Hacia atris Hacia adelante (1976) Autorizadas No autorizadas — No autorizadas — Conectan informacién, — «Adornos» 0 el — Pocas en mimero, Schank (1972, 1973, 1975b) Condiciones absolutamente necesarias Condiciones razonablemente necesarias Reder (1980) Obligatorias o necesarias — Conceptos omitidos de un guién — Apenas diferencias individuales. Elaboraciones No necesariamente ciertas, idiosinerisicas, opcionales. Funciones de busqueda de ci rexiones entre oraciones. generacién de pectativas, deteccién de anomalias o ayuda ala retencidn (por ejemplo, enriquecimiento de descripciones 0 la intencion del autor), Just y Carpenter (1987) Hacia atras 0 Puente, integrativas 0 Conectivas Necesarias para la comprensi6n. Hacia adelante 0 Predictivas, extrapolativas 0 elaborativas. «Adornany la representacién o predicen lo que ocurrirs, O’Brien y cols. (1988) Tecesarias para la comprension Bcnpow repericion de argument Elaborativas No son necesarias para la comprensién, Ejemplos: instrumentales, hacia adelante y predictivas, Vonk y Noordman 1990) “@) Deducidas autorizadas por el texto i vinculaciones, Ejemplos: presuposiciones, b) Deducciones probablemente ciertas 0 no autorizadas por el texto © pragmiiticas (por ejemplo, protoripas, ca- tegorias y relaciones causales), (1990) 750 ms), — No esenciales para la coherencia loc Ejemplos: semdnticas, instrumentales y cau sales consecuentes, On-line — Durante ta lectura, Graesser y cols (1994), Teoria construccionista global, — Contribuyen a ta coherencia local y Ejemplos: Metas superordinadas y temditicas. Off-tine — Después de la lectura. — Elaborativas — Pragmaticas. — Explicativas. Ejemplos: Causales consecuentes, predic- tivas, instrumentales y meta subordinada- accion, Keefe y McDaniel (1993) — Necesarias, — Durante la lectura. Requeridas para la coherencia textual Elaborativas — No necesarias para la coherencia, Ejemplos: Instrumentales, semuinticas y pre- dictivas, Murray, Klin y Myers, (1993) Hacia atras — Conectan con el texto previo, — Se realizan siempre, Hacia adelante o pred — Sobre lo que prob: el texto, ctivas rablemente ocurrira en — No se realizan salvo si se rompe la cohe~ herencia causal o es muy predecible, 2.6. CLASIFICACIONES GENERALES MA INTEGRADORAS HES mAs ue la concepcién dicotémica de la ‘legorizacién de inf 2 ferencias ha sido, si mas hegeménica, exi ee muy ce 2.6.1. Retomando e integrando criteriog artiendo de una concepeién construccionista, van den Broek y cols. (1993) acuden a la direc, cidn que el lector sigue para establecer las cone: nes como criterio principal de agrupacién, p, forma, estos autores dividen las inferencias ¢, tro categorias que aparecen representadas modelo de la figura 2.1 y que son as siguiente’! inferencias hacia arrds, inferencias hacia delay te, elaboraciones ortogonales © inferenciag 44” e esta n Cua- en el © Euiciones py, imide Taxonomias y tipos de inferencias / 61 Inforencia basa p rincipalmente O eentarepresentacign del ene ,, Inferencia basada principalmente en el conocimiento previo. Conocimiento previo Elaboraciones hacia ates +, Elaboraciones } ortogonales Representacién del texto Inferencias § cconectivas Elaboraciones Afirmacién focal Ha adelante (amtecedente causal, (consecuente causal anstfora) ‘mantenimiento de un suceso, catifora) Figura 2.1.—Un modelo del proceso de generacién de inferencias durante la lectura (van den Broek, 1994), ciativas. De cada uno de los grupos de inferencias, 2. Las inferencias hacia adelante predicen podemos decir que: formacién que atin no ha aparecido en el texto, anticipando la ocurrencia de hechos Las inferencias hacia atrds se subdividen, a © indicando a futura relevancia de la i su vez, en inferencias conectivas, reactiva- formacién que se esta leyendo en ese mo- ciones y elaboraciones hacia atrés, segiin sea mento. Coe ere aaa mais las propos 3. Las elaboraciones ortogonales activan in- ciones implicadas. Las inferencias conecti- formacién que viene dada por (0 coexiste Coa cats macin que se est Ieen- con) la informacién de ta oracién que se do con informacién procesada recientemente lee (por ejemplo, informacién visual 0 es- (ala que ain se esté atendiendo 0 que se en- eee Ce eee age trabajo); as eacti- —4.-_Lasinferencias asociativas son aquellas que Vaciones conectan lo que se estd leyendo con setvan informacion esociada a frase que informacién que se encuentra en la memoria eae a largo plazo, y las elaboraciones hacia atrs de propagacién en un marco asociacionis- son las que establecen la conexién con el Co- ta, ai aves Ce’! ° . blecidos. Nocimiento previo del lector. © Ediciones Pisgenide 62 / Conocimiento y sours? he esta clasificacion, se pue has unicamente en bi direc javiones, sino que nie de don ALanalizar en det combi et iT A ecto pr dleproviene Tinocon quel one Fa a depententes del to, yt ue fae fnentes de fa informacion pueden intraciar centre si, Ademts, van den Brock y cols. ( : i i tean una clastieacion de inferencias atendlicndo al tipo de relacidn (0 contenido de la relacién) que conecta los stcesos, estados © hechos individuales del texto, Segtin este criterio, las inferencias: pue- den ser anaforicas, causales, instrumentales y te= maticas. Las relaciones anaféricas proporeionan identidad, estableciendo que la persona u objeto en una eliusula es la misma que la que aparece en otra, Las relaciones causales establecen que tn suceso descrito en una cldusula determinada puede ser la causa de otro suceso. Una relacién causal también puede conectar scesos en el texto con anteceden- tes que no se mencionan, pero que es muy posible que se afiadan desde el conocimiento previo del lec~ tor. Del mismo modo, las inferencias instrumenta- les activan herramientas o métodos que se emplean en los sucesos descritos en el texto. Por tiltimo, las inferencias temiticas reflejan la moraleja o la esen. cia del significado global del texto. Es preciso se- ialar que esta clasifi jones, 2.6.2. Nivel de representacién y tipos de conocimiento Durante los tiltimos afios, han ido emergiendo RBs clasificaciones igualmente sugerentes que se las inferencias se. cl de representacién en el que tienen lu. paca, Geum el tipo de conocimientos en lox que se mau. Autores como Perfeiti (1989) identifiean el reese’ de comprensién con un continuo de pron cesos inferenciales que tienen lugar a través de los Suctentes niveles de representacion em el Ieee praceite autor, la diferencia entre el signiticads 441 texto (determinado por su estructun proposi- cional) y ke interpretacion del texto (seterminagy por ef moxdeta de Ta situacion) se encuentra, pret samicnte, en bat riquevat eke inferencras que se ot fan, De esta forma, atunyue kt estructura props cinmal del texto sea Tinsdisticamente tert ey oe embargo, eseasat en inferenciats, Como eseasa et fambien ta participacion de intormacion que pus cede det fondo de conocimientos det lector. ty modelo de la situaciin es, en cambio, lingiistieg mente pobre, pero abundante en mimero y tipy de inferencias, asi como ch EL USE que se hace det conocimiento general que posce el lector En esta linea incide tambien la clasificacion de Fincher-Kiefer (1994), Esta autora desarroll tivamente distinta a las des. critas hasta ef momento, ya que alude, mis que a una estructura dicotomica, aun continuo en el que las inferencias van surgiendo sizuicndo un mos delo de representacion multinivel, Asi, desde su punto de vista, lay inferencias que se realizan guardan relacién con cada uno de los niveles de Procesamiento: la estructura superficial, la pro- posicional y el modelo de la situacién, Durante codificacién de la estructura superficial del texto no se generan inferencias, mientras que la construccién de la estructura proposicional im- Plica un procesamiento inferencial limitado. Es en este nivel de procesamiento donde se generan las inferencias automa una taxonomia cualit nici ieas, destinadas a mante ner la cohereneia local mediante asociaciones entre conceptos. Finalmente, durante la construc: cidn del modelo de la situacién es cuando se pro- ducen las inferencias claborativas, como seria el caso de las inferencias predictivas, Ya que el nedelo de ta situacisn supone una interpretaciGn del texto, la produceién de predicciones facilita- ria el procesamiento del texto posterior, durante el cual se contirmarfan o anularfan tales predic= clones. El resultado final se traduciria en una mayor eficiencia del procesamiento, puesto que no requerirfa la adici6n de mas proposiciones a la estructura proposicional del texto, consumien- do asf menos recursos. Esto es consistente con una visin estratégica de la comprensién. Un criterio mucho menos corriente que los an. leriores es ef que atiende al tipo de conocimienty perioenel area ne {a inferencia (Winne. Gra- Riny Prock, 1993), Para Winne y cols, el conecr Mento sobre el que SE sustentan las inferencine Voie set declarativo 0 procedimental. A lay he Prencias que dependen del conocimiento declan giro. formado principalmente por esquemas, se les gienamina inferencias de especificacion (McNamee a, Miller y Bransford, 1991) 0 inferencias basa. das en el esquema (Whitney, 1987), Por el contras ando el conocimiento en el que se basan las inferencias es un método para operar en la infor macion representada en el texto, nos encontramos anie inferencias basadas en el texto. Los lectorea menos capaces suelen toparse con dificultades para desartollar inferencias basadas en el texto, al ca, recer normalmente de un conocimiento procedi- mental suficiente. Eltipo de conocimiento previo en el que se basa la inferencia tiene, por asi decitlo, otra acepcién, que implica la procedencia de dicho conocimien. 10. Autores como Graesser y cols. (1996) conside- raton gue las inferencias son susceptibles de agru- parse en torno al tipo de conocimiento sobre el que se sustentan, bien sobre la estructura del texto (muy restringido y pobre), bien sobre el conocimiento del lector (muy rico y amplio). De tal manera que las inferencias basadas en el conocimiento pue- den abarcar un amplio campo de conocimientos que incluye el escenario de una accién, las pro- Piedades de los objetos, los rasgos de los persona- Jes, sus conocimientos y sus creencias, las reac Clones emocionales del lector, etc. Estas inferencia construyen cuando las estructuras de conoc miento de la MLP se incorporan a la representa- Cin del significado del texto. Esta representacion Senutre tanto de la base del texto como del mode, pila situaci6n (v. g., Garnham y oo ae ’ ithtson-Laird, 1983; Kintsch, 1988: van Dit intsch, 1983). La base del texto contiene proPe ‘iciones del texto explicitas y un pequefio nimero ‘inferencias que otorgan coherencia semédntica aon 2 las proposiciones. El modelo de i ee tance interpreta como una representacién Mot re los personajes, escenarios, acciones. Sy sucesoy ate se emeneionan explicitamente €0 ny, eeS0S que se mencionan explicitamente & 00 on sugeridos implicitamente por € cs ‘tions Piimide Taxonomias y tipos de inferencias | 63 estructuras paren be sonociniento previo incluyen tanto mundo y fe pete de conocimiento acerca del reopen ges sesiones humanas (guiones,este- wel eae ros 0 esquemas) como representacio- of ats acerca de una experiencia previa 0 ¢ una parte del texto ya comprendido, 2.7. VALORACION DE LAS TAXONOMIAS ACTUALES Una sensacién que genera el estudio de las taxo- nomias de inferencias es el grado, quiz excesi- vo, de ambigiiedad con el que se suelen definir gran parte de ellas, especialmente aquellas més elabo- radas 0 mas estratégicas, Esta ambigtiedad dil ta, segtin nuestro punto de vista, la identifi de miltiples inferencias enmarcadas en contextos, con cierto grado de especificidad. Un claro ejem- plo lo constituye el contexto social 0 el contexto médico, en los que se ubican las inferencias de rasgo y las inferencias clinicas, respectivamente. Sin embargo, encontramos criterios originales y sugerentes que han tenido en cuenta otros factores tan importantes como los sefialados en los traba- jos tradicionales. Por ejemplo, cabe destacar aque- Ios que han otorgado un valor al nivel de repre- sentacién mental, a la continuidad en la direccién 0 a los tipos de conocimiento (declarativo, proce- dimental). Estos trabajos ofrecen, sin duda, nue- vos campos que se deberfan abordar con mayor profundidad en el futuro. En general, en nuestra opinién, existen tres limitaciones importantes que deberian superarse en el estudio de inferencias, las, cuales sefialamos a continuacién. ‘Una de las limitaciones se refiere a la metodo- Jogéa en el estudio de las inferencias. La aporta- cin de los estudiosos del tema en los afios setenta fared de manera decisiva las taxonomias que si- fentando hoy en dfa las actuales. Un cam- ncial que se ha producido ha sido el es- jar avance metodolsgice que, sin duds ha jtido avanzar en el estudio y clasificacion de Pee inferencias. Esta biisqueda de a metodolgicas mas precisas probable fjsionada por problemas propios de las medidas icidn guen sust bio sust pectacul uso 64 / Conocimionto ¥ 4 » facilitaban per se ta de memoria que intrtertan o faeiitahan per se Le ee ec ncntarsean iiiivenWod s e actualmente sean 1 y ha ecasionado que aetuatmente sean sUmierosen y ward fos mts de investi ees area ese dispone, Fruto de estr dive Se aed aes rere se eirenentucleatiorsos so los resis que we oblienen del extudio so bre una misma inferencia que pueden resulta vergentes al aplicar distintos paradigmas metodo= logivos (Keenan, Potts, Golding y Jennings, 1990). Hechos como éste deberian Hevarnos a reflexio- nar sobre la forma en la que debemos plantear una onomia determinada, considerando las caracte risticas especiticas de los diferentes métodos an- de sacar conclusiones detinitivas (véase Ha- berlandt, en este mismo yolumen). Una segunda limitacién de las teorias 0 de las as hace alusion a su caricter strictivo o dicotémico. La division entre auto. Initicofestratégico wu on-line/off-line constituye dos claros ejemplos. Como alternativa a esta lic mitacin, cabe plantearse una distribucién a lo largo de un continuo, una continuidad probabi. listica entre los diferentes tipos de inferencias clasificadas por los distintos modelos y teorias en funcién de los miiltiples factores que inciden en su desarrollo. Gutiérrez-Calvo (1999) mencio. na algunos de estos factores clasificdndolos en dos grupos segiin su procedencia: los que provie~ nen del texto y aquellos que provienen del lec- ‘or. Entre los factores del texto, este autor desta ca la implicacién del propio texto (causalidad, Secuencialidad temporal, proximidad es Asociacién semantica, pragmitica, etc.), asf como !a importancia de la informacién en su estructura Jerarquica y la distancia en él. Por otro lado, en- tre las caracteristicas del lector, este autor men- fiona el conocimiento previo o Ia capacidad de {a memoria operativa (Estévex y Calvo, 2000), Ademis de lo expuesto, nosotros afiadirfamos dos Factores mas: la motivaciGn y las expectativas del lector a la hora de enfrentarse al texto por un lado Yal género del texto por otro. Varios estudios han ePortado evidencia de la influencia de algunos de Estos factores en la realizaciGn de inferencias: el fonocimiento previo (v. g., Fincher-Kiefer, 1992: Leon y Pérez, 2001; Pérez, 2002), el tipo de tex, ener to (vg. Leon, va den Broek y Escudny, jg Millis y Giraesser. 1994) 0 tas expecta OM lector (por ejemplo, Zwaan, 1994). 8; bien to que algunos de estos factores que de In activacion de una inferencia si se han gon | rado en muchas de las elasificaciones (por cien, | plo, aspectos relacionados con la cohereneia dey | texto), existen otros que, a pesar de ser iguatinl importantes, atin no se incluyen de va dl &S cig te una forma audecuada. como son el conocimient previa oy | contexto en el que tiene lugar la inferencis | Enfocado de esta manera, una interencia que puede activarse en una tarea durante el proces, de comprensién puede no ser tan imprescindible en otra situacidn similar. El continuo puede eq plicarse también desde la perspectiva tedrica de que una inferencia puede ser codificada en cienty grado antes que en un todo o nada, tal y como lo avalan muchos de los modelos construccionistas (v. g.. Kintsch, 1988; Sharkey y Sharkey, 1992), EI grado con el que una inferencia es coditicads depende del fortalecimiento o atenuacién de la informacién que est recibiendo. De esta mane. a, cuando se afirma que una clase de inferencia es generada durante la comprension, se esté atir- mando que posce un fortalecimiento mayor 0 una Probabilidad mas alta de generarse que otras in- ferencias consideradas con posterioridad a la lee. tura y a la comprensién. Una itima limitacién que puede sumarse a la anterior tiene que ver con el contexto en el cual las inferencias han sido estudiadas, Tradicional- mente, éste ha sido el narrative. En contraste con las narraciones, los textos expositivos se encuen- {ran menos contextualizados, ya que, como es six bido, estos materiales se escriben para informar al lector acerca de nuevos conceptos, realidades ge- néricas y materiales técnicos, El lector no suele tener un conocimiento previo muy amplio acerca de los temas que se tratan en ellos y, por este mo- tivo, generan muy pocas inferencias durante la comprensién. La diticultad del estudio de este tipo de textos se acentia por la poca aplicabilidad de las taxonomias realizadas, demasiado dependien- tes de la estructura narrativa. Actualmente sees. tin Hevando a cabo estudios para confirmar sj bue- © Ediciones Pirsig . parte de Io estudiado en el &mbito narrativo es mplcable a otros Ambitos. Asf, por ejemplo, en dis. atria como la medicina o la psicologta la reso. jueian de un problema (es decir, la elaboracién de in diagnéstico) también parece depender de la gomprensidn e integracién de los sintomas descri. tos por el paciente, ya que el andlisis e interpreta. ion del problema en estos campos requiere de jn construcci6n de bloques de conocimiento en la memoria del terapeuta necesarios para establecer En este capitulo hemos considerado la proble- mética que supone la ausencia de una taxonomia general y consensuada sobre inferencias para abor- dar con garantfas su estudio, tal y como se desc be en la literatura de Ia psicologfa del discurso. Hemos aludido varias de las posibles circunstan- cias que pudieran haber obstaculizado esta clasi- ficacién, tales como Ia inexistencia de un marco 'e6rico comin, 1a carencia de una metodologia directa o 1a ausencia de un tinico objetivo de in- vestigacién. En este capitulo hemos revisado al- gunas de las clasificaciones mas representativas de |a psicologia del discurso dentro de su contexto histérico y cémo una serie de hitos pueden haber Pesado en Ia eleccin de unos criterios frente @ Otros, Asi, en esta revision hemos podido compro- bar que, en un primer momento, las clasificacio- "ss se basaban en criterios difusos (v. 8.» neces «para la comprensién) y restrictivos. Mas tarde, ie lores fueron adoptando criterios més conere~ cig 2 el curso temporal de las inferencias EF ton gOS avances teenol6gicos que se introduyy” vee ¢! ambito experimental hasta Hegar & “sidad de las taxonomfas actuales. en Ha de todas las dificultades posibles se hace legis tanto por razones te6ricas como a ine disponer de una clasifieacién gener) cape teias. La propuesta que se articula en este dhon 0 SUBiere desarrollar una serie de pasos que ‘enerse en cuenta a la hora de poner en mar ° Sei oes Pirie Taxonomias y tipos de inferencias | 65 un diagnéstico correcto (Patel y Groen, 1986; Pa- ‘el, Groen y Frederiksen, 1986). De esta forma, los procesos de comprension y de inferencias es- tn también implicados en la realizacién de un diag- NOstico, siendo éste en iiltima instancia un pro- ceso de categorizacién a partir de un cuadro de Conductas, verbalizaciones y sintomas mostrados Por un paciente (Leon y Pérez, 2001; Le6n, Pérez, Ferndndez-Llorente y L6pez-Gironés, en este mis- mo volumen; Pérez, 2002). cha cualquier investigaci6n sobre inferen: sideramos los tres pasos siguientes: El primero consiste en elaborar una defini lo mAs precisa y exacta posible de la inferencia que serd objeto de estudio. No es suficiente iden- tificar una inferencia mediante una etiqueta sin més, como por ejemplo explicativa, elaborativa 0 necesaria. Segin hemos observado en este capitu- lo, en muchos casos este tipo de etiquetas no su- pone una descripcién exhaustiva del proceso, sino mas bien un nombre que puede interpretarse de distinta manera segdn la perspectiva tedrica que se adopte. Por ello, consideramos que la defini- cin de una inferencia debe incluir una serie de criterios que ofrezcan a priori informaci6n concreta y precisa sobre el tipo de proceso que queremos studiar. En este sentido, pensamos que podrian resultar titiles los términos que hacen referencia a la direccién del proceso (v. g., hacia adelante y hacia atrés) 0 al contenido mismo de la inferencia (v. g., causales o instrumentales). Otros criterios mis difusos © peor definidos como, por ejemplo, Ja necesidad para la comprensi6n o la autorizacién por parte del autor, deberian, en nuestra opinién, ser desechados en esta definicién inicial Una vez definida la inferencia 0 el proceso que estudiar, otro paso indispensable es de- forma mas exhaustiva posible la situacién er lugar Ia investigaci6n. En esta wnta el mayor nimero de queremos finir de la en la que va a ten fase se debe tener en cuel 66 / Conocimiento ¥ discurso ar influyendo en 10s pro~ ee mprension. Entre estos Factores cesos de eta y COMPETI EN noc Fguranaspetos decor coma sO mento previo o 1a cafe como son su género rtvao bien specs mds sistema de 1a au contenido. Un es ips Pativoncia de estos Factores nos permitiia ir eva" Tt su amportancia dentro del proceso de com pension y realizacién de inferencias. Ademés, hecho de controlar estas variables permitirfa com- parar los datos obtenidos en diferentes estudios por diferentes autores. El ercer paso tiene lugar en la fase experimen tal propiamente dicha, Esta fase comprende la de- finicién de unos objetivos y una serie de hipstesis en relucién a la inferencia y la situacién concreta del objeto de estudio. Como es sabido, un objeti- vo muy frecuente en este tipo de investigaciones suele orientarse a desvelar el curso temporal o el ‘momento en el que se realiza una determinada in- ferencia. De esta manera, el curso temporal, més que un criterio capaz de definir una inferencia a priori, se convierte en un indice fundamental don- de establecer comprobaciones de las distintas posiciones te6ricas sobre cémo se producen las inferencias. Este criterio puede servir, ademas, para deducir otros aspectos te6ricos fundamenta, les como es, por ejemplo, el nivel representacio. nal en el que se desarrolla la inferencia, En esta linea existen aproximaciones muy sugerentes como la ya comentada de Till y cols. (1988), factores que pueden est Pero en esta fase no debemos dejar de jy necesidad de emplear varios tipos de Meteo adoptando paradigmas integradores como gg) cn del método de tres punts (para mis informa véase Ledn y Escudero, en este mismo volun” Sélo de esta manera pueden aleanzarse resulta Jo suficientemente validos como para poner apr ba las predicciones de las teorias sobre inferen y los modelos mais generales de comprensisn, Peg Samos que gran parte de las investigaciones soin inferencias comienzan directamente en ta tercey fase, y es por ello por Io que luego resulta tan dif, cil conciliar los resultados obtenidos en todas ellay Silos autores dedicaran un mayor esfuerzo a la iden, tificacién de las variables intervinientes en la sit in experimental, el resultado de muchas inves. gaciones podria ayudar a elaborar esa clasificacidn de inferencias general, capaz de englobar una serie de criterios bien definidos que nos permitiera po ner a prueba las diversas teorfas sobre inferencias y, en tiltima estancia, los modelos de comprensién, En este punto no serfa justo ser pesimistas pues recientemente han sido varios los intentos por esti- diar de manera sistematica algunos de los Factores intervinientes en el proceso de comprensién. Pen- mien ia —_ ser un buen comienzo en un eee de obstaculos terminolégicos cuya Cindble en cone sesetse- Un consenso imps neste yetalauier diseiptina y que, en ©, Pasarfa necesariamente por el desi- ‘axonomia general de inferencias © Ediciones Pidenide

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