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Bicicleta PDF
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El imperio del coche como medio de trasporte ur- que España es el paı́s más alejado de cumplir los ob-
bano debe tocar a su fin. Una nueva cultura de la mo- jetivos de Kyoto y que, en la actualidad, las emisio-
vilidad debe surgir en nuestra sociedad. Y esta cul- nes se han incrementado en un 50 % respecto a las de
tura ha de surgir a golpe de pedal. En este cambio, 1990, cuando nuestro compromiso era no superar el
la comunidad universitaria debe asumir su papel y 15 %.
apostar decididamente por el uso de la bicicleta.
Pero es que además, resulta que los conductores,
Nuestras ciudades sucumben asfixiadas por un en proporción, son un grupo mucho menor que los no
tráfico creciente. El coche se ha hecho dueño y señor conductores y sin embargo, aglutinan la mayor par-
del espacio urbano. El tráfico automovilı́stico impreg- te de los espacios públicos ası́ como una buena parte
na y condiciona nuestra vida diaria. de las inversiones municipales. Esto es muy poco de-
mocrático.
Aparcamiento
30 EUBACTERIA
D ESARROLLO S OSTENIBLE
del derecho de los ciudadanos no conductores a dis- vez más abundante en nuestras costas. que esos me-
frutar de la parte que les corresponde de los espacios quetrefes que miro por encima del parabrisas de mi
públicos? Porsche Cayenne.
Frente a esta situación, debe hacerse una apuesta ¿Qué queremos demostrar?¿de qué nos avergonza-
decidida por cambiar radicalmente el sistema de mo- mos?¿qué nos hace tan inseguros como para que ten-
vilidad en la ciudad. El transporte público debe de- gamos que reforzar nuestra autoestima con iconos
sempeñar un papel crucial en este sentido. Pero como materiales como coches ostentosos? No lo sé. Ojalá tu-
suele ocurrir en la vida, los problemas más complejos viera respuesta.
suelen tener la solución más sencilla. Y ésta pasa, sin
duda alguna, por el uso habitual de la bicicleta en el Pero esta cultura debe cambiar. Y nuestra univer-
panorama urbano. sidad debe ser abanderada de ese cambio de mentali-
dad y pionera en apostar por medidas que potencien
En alguno de mis viajes he visitado ciudades como la movilidad sostenible y el uso habitual de la bicicle-
Copenhague, Oslo, Estocolmo o Berlı́n, y me he que- ta.
dado maravillado de lo que gana una ciudad cuando
se reduce considerablemente la presencia del tráfico.
La ciudad se embellece. Los desplazamientos son su-
mamente rápidos. La ausencia del ruido apacigua los
ánimos y la limpieza del aire sosiega el cuerpo y la
mente.
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