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Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental

Modelación Ambiental
ICYA 3604
2019-10

Fracking en Colombia: Al borde del agravio y a espaldas del amparo

María José Lugo Saavedra (201615389) – Manuela Alejandra Parra Escobar (201616443)

Mayo 8 de 2019

El fracturamiento hidráulico, más conocido como fracking, es una técnica mediante la cual es posible
realizar la extracción de hidrocarburos presentes en rocas, a una profundidad de 2 a 3 kilómetros bajo
tierra, en las cuales se creía que los recursos petroleros eran irrecuperables. Igualmente, es importante
mencionar que estos medios rocosos a grandes profundidades en los cuales existen reservas de
hidrocarburos se les conoce como yacimientos no convencionales. Mientras tanto, los pozos a los cuales
se puede acceder con técnicas convencionales se les conoce como yacimientos convencionales, estos se
encuentran más cerca al suelo que los no convencionales. De esta manera, la técnica del fracking consiste
en inyectar un líquido de fracturación (en su mayoría agua mezclada con aditivos químicos) a altas
presiones, con el cual se busca generar una ruta de salida para los hidrocarburos y/o gas natural (Orduz,
et al., 2018) En los últimos años, Colombia ha estado en debate acerca de la prohibición o aceptación de
la práctica del fracking, de esta manera, se han expuestos argumentos a favor y en contra. En cuanto a los
argumentos a favor, se establece que la implementación del fracking es necesaria con el fin de mantener
las reservas energéticas (gas natural) y petroleras que necesita el país, con el propósito de no importar
dichos recursos (Orduz, et al., 2018). Además, muchos de los promotores argumentan que se puede
garantizar una práctica segura del fracturamiento hidráulico al realizar construcciones de calidad y
monitores constantes (Pardo, 2018). Sin embargo, es importante tener en cuenta que, el fracking no debe
realizarse en el suelo colombiano, puesto que, tanto como las compañías petroleras como el gobierno, en
la práctica, no pueden garantizar este proceso como una practica segura que no genere afectaciones
ambientales irreversibles y peligrosas.

Para empezar, en cuanto a el fracking como una práctica segura, una de las grandes falencias de
Colombia en el sector ambiental es la falta de información para realizar construcciones responsables con
el medio ambiente. Adicionalmente, asegurar un monitoreo constante en proyectos de extracción
actualmente en Colombia es ideal y no real. Por otra parte, aun si se realizan prácticas responsables existe

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un gran riesgo de contaminación hídrica, especialmente en aguas subterráneas y tratamiento o infiltración


de las aguas residuales (liquido de fracturación) del proceso. Colombia es un país en el cual realizar
construcciones responsables ambientalmente es difícil, puesto que no se cuenta con la información
geológica e hidrológica necesaria para garantizar que no habrá problemas de salud pública o geológicas
en el futuro. Principalmente, el debate del fracking está orientado a la protección del medio ambiente,
debido a la contaminación que puede generar este proceso. De esta manera, el ministerio de minas y
energía ha expuesto que implementar esta tecnología en Colombia es posible siempre y cuando las
construcciones de los pozos garanticen no filtraciones y distancias prudentes entre acuíferos y otros pozos
(Pardo, 2018). Sin embargo, según el informe de la contraloría general de la república (2018), en el cual
exponen los posibles riesgos y afectaciones de la implementación del fracking se menciona que, debido a
las características geológicas de Colombia, es necesario realizar estudios en los cuales se caractericen los
componentes sismotectónicos y geología estructural. Esto para minimizar riesgos de rupturas o grandes
deformaciones en los terrenos, principalmente en la zona del Magdalena medio y la cordillera oriental
(lugares objetivo para la implementación de fracking). Análogamente, en el mismo informe se expone es
necesario suplir la falta de información hidrogeológica de los acuíferos y de posible estrés hídrico
generado al aplicar proyectos de fracturación hidráulica, puesto que no se cuentan con Planes de Manejo
Ambiental de Acuíferos u otros que reglamenten la protección de estos sistemas hídricos importantes en
el país. Lo anterior significa, que el estado Colombia no cuenta con todas las herramientas necesarias para
analizar los efectos de la aplicación del fracking en la población colombiana. En conclusión, cualquier
construcción realizada quedara sesgada, puesto que no incluye las necesidades de la población o la
totalidad de las condiciones geológicas necesarias a tener en cuenta para ser una estructura responsable
con el medio ambiente.

Igualmente, teniendo en cuenta la situación política de país, los monitoreos ambientales, en su


mayoría, no se realizan con frecuencia y rigurosidad o en casos no se cumple con los requisitos legales
para la realización de proyectos ambientales y aun así prácticas como el fracking son realizadas en
Colombia. El gran problema ambiental en Colombia se basa en que las leyes enfocadas a la protección del
medio ambiente existen, sin embargo, en la realidad dichas legislaciones no son ejercidas o monitoreadas.
Un gran ejemplo de esta situación es la minería ilegal en el Magdalena, la minería en los páramos, la

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deforestación en el Amazonas. Todos los casos anteriores tienen cosas en común, primero la mayoría de
los lugares son zonas protegidas, sin embargo, las actividades de extracción son realizadas ilegalmente y
los entes ambientales que tienen que controlar dichas acciones, no toman todas las acciones necesarias
para frenar estas actividades. En el caso puntual del fracking, un ejemplo de estos es que en 2014 la agencia
nacional de hidrocarburos (ANH) adjudicó bloque de yacimientos no convencionales para la explotación
de petróleo y gas natural. Sin embargo, no se contaba, ni con el conocimiento básico para la realización
el fracking en Colombia, ni con restricciones o regulaciones ambientales necesarias para asegurar
prácticas seguras (Contraloría general de la república, 2018). De esta manera, es evidenciable que muchos
entes u organizaciones, tanto legales como ilegales, no cumplen las legislaciones ambientales y/o
monitoreos para asegurar la protección del medio ambiente. Por lo tanto, asegurar que pueden realizarse
monitoreos constantes para la verificación del buen funcionamiento del fracking es difícil y, si llega a
aprobarse, probablemente no se hagan correctamente.

Por otro lado, enfocando la problemática hacia un contexto medioambiental se tiene evidencia y
estudios que prueban una relación entre esta técnica y la contaminación no solo de fuentes hídricas sino
también del aire y degradación irreversible de los suelos de la zona al igual que un alto desperdicio de
agua. En lo que corresponde a la contaminación de fuentes hídricas, se sabe que a las fracturas del suelo
se les inyecta una mezcla de agua, arena y químicos que facilitan la extracción por presión del petróleo;
el problema yace en que, ya que esta fracturación no es totalmente controlada, puede llegar a perforar un
acuífero y se sabe que en muchos lugares de Colombia la fuente principal de agua potable son los acuíferos
por lo que corre se pone en riesgo la salud de estas personas (Segura, 2015). Osborn et al. (2011) hicieron
un análisis de calidad del agua en zonas aledañas a los pozos de extracción Marcellus en Pensilvania y
aunque no encontraron aumentos significativos de sales y metales, si encontraron concentraciones bastante
altas de metano y etano que pueden poner en riesgo la salud de la población.

Adicionalmente, el agua empleada en esta técnica es otro inconveniente debido no solo a las altas
cantidades que se emplean en la inyección, que puede ser de 1,5 a 16 millones de galones por pozo (USGS,
s.f.). Sino también la disposición y tratamiento que se le da a estas, ya que no solo contiene altas
concentraciones de diferentes químicos sino también contiene ‘agua producida’ que de acuerdo con

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Jackson et al. (2014) es “un líquido de origen natural que emerge a la superficie terrestre después de
procesos largos de extracción, que refleja la química y composición de aguas profundas de formación y
fluidos capilares conjuntos. (…) Suelen ser hipersalinos y contienen niveles tóxicos de bario, arsénico y
radio”. De acuerdo con esto, se puede decir que el riesgo yace en que en muchos lugares, y teniendo en
cuenta el poco control de calidad de Colombia, esta aguas residuales no se tratan de manera correcta y
pueden terminar en ríos, arroyos o lagos lo que puede afectar de manera drástica la calidad de agua y
temperatura de la misma lo que incide en la biodiversidad de la zona (Segura, 2015).

En cuanto a la contaminación del aire que puede generar esta técnica se sabe que desde la
producción y distribución hasta el uso de hidrocarburos siempre ha implicado la emisión de gases de
manera directa (procesos) o indirecta (filtraciones o combustión incompleta). Es por esto que ya sea a
través de las válvulas, chimeneas, separadores o compresores, camiones, entre otros, estos hidrocarburos
llegan a la atmósfera y junto con las altas emisiones de óxidos de nitrógeno provenientes de los camiones
transportadores que usan diesel, forman ozono atmosférico bajo durante el día, el cual es nocivo no solo
para el humano sino para toda la biodiversidad de la zona aledaña (Schade, 2017). Igualmente, en lo que
respecta a la degradación de suelo, en el fracking se emplean extensas zonas donde se realiza la extracción,
transporte y demás procesos. La afectación no solo es a las poblaciones cercanas debido a la
contaminación acústica y pérdida de territorio, sino que desde el momento en el que se realiza la
sismicidad inducida se pone en riesgo la estabilidad del terreno y aumenta la posibilidad de erosión del
mismo ( Albert, s.f.).

A pesar de todos los impactos y consecuencias negativos descritos anteriormente, existen


argumentos a favor del fracking que se fundamentan en las ventajas economicas y políticas que esta
práctica trae y en pruebas científicas (no totalmente certeras) que avalan su implementación. En cuanto a
las ventajas políticas y económicas se dice que no solo es un generador masivo de empleo sino también
un impulsor de la economía, de hecho de acuerdo con Santos (2018) un ejemplo claro es la economía
americana que desde que empezó a implementar esta técnica a través de entes privados a aumentado el
PIB del país al punto de igualarse a grandes potencias del petróleo como lo son los Emiratos Árabes.
Adicionalmente, al ser esta práctica tan potente y eficaz, se ha visto que países como Estados Unidos, que

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no contaban con reservas suficientes de petróleo y de hecho estaban entrando en crisis económicas debido
a esto, están empleandola como un ‘colchón’ para su futuro, generando alianzas entre petroleras y grandes
empresarios. En cuanto al aval científico, Davies (2011) constata como en el estudio realizado por Osborn
y compañía los altos niveles de metano encontrados en el agua de las poblaciones aledañas a los pozos en
Pensilvania, no se deben directamente a la filtración generada por la fracturación hidraúlica sino que son
reservas de metano que se encuentran en las subcapas de la corteza terrestre y que en cualquier parte
yacen. Sin embargo sale a flote ciertas preguntas, ¿quién paga por estos estudios? ¿a quién beneficia
económicamente los resultados?.

A modo de conclusión, el fracking siempre será un tema arduo de debatir y de conflicto de interéses
ya que aunque hayan pruebas de sus implicaciones negativas sobre el medio ambiente y la vida en la tierra,
tiene ventajas ecnómicas las cuales, en un mundo como en el que vivimos, que sobrevive a merced de los
hidrocarburos y del consumismo fomentado por estos mismos siempre va a prevalecer y será la salida
fácil de sustento energético. Con base en esto, necesitamos poner sobre la mesa las necesidades reales del
planeta teniendo en cuenta nuestra situación actual, ¿vale la pena un futuro cercano lleno de consumismo
consecuencia de una explotación abrumadora del esqueleto de nuestro planeta? ¿o por qué no mejor
invertir en nuevas técnicas que nos aseguren un futuro viable, sin fuentes hídricas contaminadas,
poblaciones con problemas de salud producto de estas y una biodiversidad renaciente?. El debate continua
pero el tiempo se agota, esta en manos de nosotros como nueva generación velar por nuestros intereses
como humanidad.

Referencias:

Contraloría general de la república. (2018). Riesgos y posibles afectaciones ambientales al emplear la


técnica de fracturamiento hidráulico en la exploración y explotación de hidrocarburos en
yacimientos no convencionales en Colombia. Recuperado de:
https://docs.google.com/viewerng/viewer?url=http://www.wradio.com.co/docs/2019040384203e
80.pdf

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Davies, R. J. (2011). Methane contamination of drinking water caused by hydraulic fracturing remains
unproven. Proceedings of the National Academy of Sciences, 108(43), E871–
E871.doi:10.1073/pnas.1113299108

Jackson, R. B., Vengosh, A., Carey, J. W., Davies, R. J., Darrah, T. H., O’Sullivan, F., & Pétron, G.
(2014). The Environmental Costs and Benefits of Fracking. Annual Review of Environment and
Resources, 39(1), 327–362. doi:10.1146/annurev-environ-031113-144051

Orduz, N., Pardo, A., Herrera, H., Santiago, A., Gómez, A., Sánchez, J., Puerta, O., Ángel, A. & Hofman,
J. (2018). La prohibición del fracking en Colombia como un asunto de política pública. Asociación
Interamericana para la Defensa de Ambiente (AIDA). Heirich Boll Stiftung: Bogotá, D.C
Recuperado de:
https://co.boell.org/sites/default/files/20190329_hb_publicacion_fracking_web.pdf

Osborn SG, Vengosh A, Warner NR, Jackson RB. 2011. Methane contamination of drinking water
accompanying gas-well drilling and hydraulic fracturing. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 108:8172–
76

Pardo, R. (2018). Una oportunidad llamada fracking. Revista SEMANA. Recuperado de:
https://www.semana.com/contenidos-editoriales/hidrocarburos-son-el-futuro/articulo/una-
oportunidad-llamada-fracking/590019

Santos, B. (2018). El éxito del fracking, nuevo impulso de la economía. El Nacional. Recuperado de:
http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/exito-del-fracking-nuevo-impulso-
economia_222685

Schade, G. (2017). How has the US fracking boom affected air pollution in shale areas?. Periódico The
Conversation. Recuperado de: http://theconversation.com/how-has-the-us-fracking-boom-
affected-air-pollution-in-shale-areas-66190

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Segura, Y. (2015). ¿Existe relación entre el fracking y los pozos de agua potable contaminados?. Revista
Online AguasResiduales. Recuperado de: https://www.aguasresiduales.info/revista/blog/existe-
relacion-entre-el-fracking-y-los-pozos-de-agua-potable-contaminados

USGS. (s.f.). How much water does the typical hydraulically fractured well require?. Recuperado de:
https://www.usgs.gov/faqs/how-much-water-does-typical-hydraulically-fractured-well-
require?qt-news_science_products=0#qt-news_science_products

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