Está en la página 1de 2

Al comienzo de ese día, la única preocupación de los héroes era lo vacio de sus arcas y el cómo

hacer para mantener a flote su recién construida fortaleza. Como obra de los dioses, o los
demonios porque no, una paloma mensajera del Rey llego a su palomar. En ella pedía su ayuda
urgente, pues no ha tenido noticias de su hijo mayor, quien salió hace una semana a realizar
un encargo cerca de la fortaleza de estos y no ha regresado, ni el ni nadie de su guardia.
Alistaron su equipo y junto con la nueva servidora de Nobukatsu, Samara, partieron a pie hacia
el lugar indicado.

En el camino atravesaron un antiguo campo de batalla, donde debieron cruzar armas con
exploradores de la tribu [nombre pronto aquí] a la vez que eran acosados, ambos bandos, por
los espíritus de los soldados caídos en una antigua guerra. Tras vencer a todos continuaron su
marcha, llegando alrededor del atardecer al sitio en cuestión: unas antiguas ruinas que datan
del tiempo en que los ajenos malignos gobernaban en Galvan. En ellas encontraron los
cadáveres de la guarida real, pero no al príncipe, una rápida investigación señalo que una
especie de explosión fue culpable de la masacre. El grupo siguió investigando pidieron a
Samara que se quedara con los cuerpos. El mismo, siguiendo un grupo de ratas, cae en un
hoyo de 6 metros de profundidad, quedando atrapados en un extraño edificio subterráneo,
comienzan su camino por el pasillo más ancho, en donde Amnon vio un par de cofres,
abriendo el primero y cayendo víctima de un hechizo de sueño que se escondía al fondo del
cofre. Parvaan lo recupero del lugar y lo sacudió para despertarlo, informando que había un
rastrillo con una palanca a su costado. Al activar la palanca, el rastrillo se alza y pueden pasar
sin problemas, pero en la pequeña habitación circular que ingresan son atacados por una
fuerza invisible, por lo que atraviesan con velocidad la misma sala e ingresan en un enorme
salón, con rasgos de capilla.

Al adentrarse en este salón, con apariencia a un dios de la guerra, escuchan ruidos de pasos al
lado donde se suponía estaría el altar, descubriendo en su avance que mas que a un dios, este
lugar le pertenecía a un infernal, lo que corrobora Parvaan al reconocer los símbolos de
Asmodeus en el altar. Y detrás del mismo, un ser parecido a un chacal antropomorfo el cual
buscaba en un librero y Amnon reconoció como un Arcanoloth, un mercenario de los 7
infiernos. El mismo converso telepáticamente con el grupo [insert diálogos cuando recuerde
algo]

Tras escapar con mágia el Arcanoloth, el grupo decide descansar en la capilla, encontrando
después el cuarto del sacerdote en donde se crea una pared ilusoria al estar alguien dentro del
mismo.

Deciden volver por su camino, pero inspeccionando otra puerta que no los lleve a la
habitación de los golpes invisibles. Al volver al salón de los cofres, Amnon no resiste la
tentación, y va en busca del cofre dejado de lado, sufriendo daño con una enorme lanza que
sale del cofre atravesándole el vientre, salvado de la muerte por su increíble aguante.

Continuaron la investigación hacia una puerta cercana, donde hayan un grupo de caninos de
gran tamaño dormidos en un rincón, deciden ir despacio hacia el otro lado donde vieron una
puerta; al abrirla, encuentran hongos de poco mas de un metro de altura, los cuales al sentir la
luz, comienzan a chillar horriblemente, despertando a los perros detrás del cuarto, el grupo se
amotina en la habitación con los hongos que no dejan de chillar y antes que los perros tumben
la puerta, la abren y combaten contra ellos, descubriendo a 5 sabuesos del infierno y un can
trasgero que funcionaba como alfa. Amnon al reconocer a estos como infernales, lanza un
conjuro de Destierro sobre el alfa y uno de los sabuesos, retirándolos del plano, mientras se
concentra en mantener el conjuro debido al ruido y los ataques, tanto de fuego como los
mordiscos. Nobukatsu lucho en cuerpo a cuerpo a través de la puerta, mientras Parvaan se
metió en medio de ellos con el conjuro de espíritus guardianes, a fin de causar el mayor daño
posible. Muertos los sabuesos y desterrados el resto, el grupo cierra la puerta hasta que los
hongos se callan.

También podría gustarte