Está en la página 1de 4

188 Enrahonar 45, 2010 Ressenyes

ante todo su «identidad mediterránea cos- ningún caso concreta, multiplicada y


mopolita»; el principal motivo de la bús- única que construye los espacios urbanos
queda de esta identidad fueron los Juegos en la actualidad. Unos paisajes urbanos
Olímpicos de 1992, pero con el tiempo híbridos y globales.
ha derivado en un espacio urbanalizado, UrBANALización concluye con un
un parque temático que vende cultura epílogo llamado «Contra la urbanaliza-
modernista característica del lugar y en el ción», toda una declaración de intencio-
que los servicios están más dedicados a nes sobre la necesidad de conocer y ana-
los visitantes que a los habitantes. lizar con seriedad las consecuencias de la
Cuatro ciudades repensadas en con- urbanalización, como lo son el monocul-
ceptos de urbanización que, por diferen- tivo turístico, la estandarización del paisaje
tes motivos, teniendo la economía un y la elitización social, y como éstas agre-
especial protagonismo en todos los casos, den, de modo muy sutil, al derecho a la
han sido reordenadas y reconstruidas en ciudad que tiene el habitante.
función de los principios básicos de urba-
nalización nombrados anteriormente, toda La ciudad puede y debe ser mucho más
una creación de itinerarios urbanales. que una superficie limpia, rasa y pulida.
Puede y debe ser mucho más que una
El capítulo quinto, «Banalscapes, los lámina transparente ante la cual ver refle-
paisajes de la urbanalización», viene a ser jada la propia sonrisa y la de los que saben
una conclusión del anterior clarificando o pueden sonreír. La ciudad puede y debe
que el proceso de urbanalización ya no ser el lugar donde poder recuperar la varie-
sólo afecta a los distritos de negocios, sino, dad de gestos perdidos en el camino hacia
como hemos visto anteriormente, aque- lo urbanal.2
ja a los centros históricos, frentes maríti-
mos, periferias suburbanas y viejas áreas
industriales. Por lo tanto, estos Banalsca- Laura Benítez Valero
pes contienen una naturaleza genérica, en Universitat Autònoma de Barcelona

NOGUÉ, Joan (ed.) (2007)


La construcción social del paisaje
Madrid: Editorial Biblioteca Nueva
El paisaje forma parte de nuestra vida propone, por una parte, el acceso a
cotidiana, lo miramos, y no sólo, sino modos inéditos de comprensión del pai-
que también lo tocamos, olemos y saje, y por otra, una reflexión sobre éste
oímos; de modo que percibirlo es una desde múltiples perspectivas que enri-
forma de construirlo. El paisaje, como quecen sus posibilidades discursivas,
indica el título del libro, es una cons- actualizando nuestro vocabulario a la
trucción social, un diseño colectivo y una hora de referirnos a él.
proyección cultural de la sociedad. Los El libro se constituye como una obra
textos reunidos en este volumen proble- colectiva dirigida por el catedrático de
matizan el paisaje desde una base común: Geografía Humana de la Universitat de
su concepción procesual y la delegación Girona y director del Observatori del Pai-
de su autoría en nosotros mismos como satge de Catalunya, Joan Nogué, quien
sociedad. El libro que aquí reseñamos nos presenta un patchwork de discursos

2. MUÑOZ, F. (2008). Op. cit., p. 215.


Ressenyes Enrahonar 45, 2010 189

sobre el paisaje en donde cada reflexión Entre ellas se reconocen las de los lum-
nos invita a mirarlo y comprenderlo pen, las relacionadas con actividades ile-
desde un nuevo enfoque. Los diversos gales, las de la sexualidad, las de los mer-
paisajes son expuestos por distintos espe- cados ambulantes, etc. Estos paisajes
cialistas procedentes de campos variados carecen de cartografías y, faltos de ellas,
que se dieron cita dos años consecutivos se conforman como geografías excluidas,
—2004 y 2005— en torno al Seminario como «otros paisajes». Entre los paisajes
Internacional sobre Paisaje del Consor- de los sentidos predominan los construi-
cio Universidad Internacional Menéndez dos por la visión, pero también el olfato,
Pelayo de Barcelona-Centro Ernest Lluch, oído y tacto, generan sus propios paisa-
en la ciudad de Olot (Girona). Asimis- jes; sin embargo, apenas nunca nos refe-
mo, este libro forma parte de la recien- rimos a ellos. Existen también los paisajes
temente iniciada colección Paisaje y Teo- emocionales, los cuales son generados desde
ría de la editorial Biblioteca Nueva, las diásporas, el exilio o la emigración.
donde también han aparecido publica- Dentro del primer bloque del libro,
dos, entre otros, los siguientes títulos: «El cuerpo como paisaje. Identidad, géne-
Breve tratado del paisaje, de Alain Roger ro y sexo», encontramos dos textos cuyos
y El arte del paisaje, de Raffaele Milani. ejes para abordar el paisaje se sitúan en
Es importante destacar el relieve que los el propio cuerpo. El cuerpo mismo es
estudios sobre el paisaje comienzan a considerado como un paisaje, conectan-
tener actualmente, lo cual se ve reflejado do su propia identidad con la urbana. Las
en esta colección que aúna reflexiones en autoras de este primer bloque compren-
torno a estos temas dotándonos de las den el paisaje como algo indisociable del
herramientas necesarias para su com- sujeto que lo percibe. Éste sólo existe si
prensión. existe un observador, quien incorpora ele-
El libro se compone de tres bloques mentos de su percepción, proyectándo-
en los que los autores se refieren al paisa- se él mismo sobre el paisaje. Desde el
je y su relación con: 1) la identidad, el cuerpo, María Ángeles Durán destaca la
género y el sexo; 2) los conflictos sociales y dimensión social de los colores, del soni-
políticos, y 3) el paisaje urbano y su cons- do y el olor, como componentes identi-
trucción social. Pese a su división, lo tarios que construyen un paisaje definido.
común en estas tres secciones es el modo El segundo texto, de Josepa Bru, acentúa
en el que los paisajes son concebidos. la importancia de la experiencia del pai-
A saber, como lugares que encarnan expe- saje, concibiéndolo como resultado de
riencias, símbolos, significados, ideas, pen- una vivencia entre el mundo y nosotros.
samientos y emociones de los seres huma- Cuerpo y palabra son, para la autora, pai-
nos. Entendiendo el paisaje como un sajes.
lugar de constante transformación y cam- El segundo bloque del libro, titulado
bio, como un proceso de construcción «Paisaje y conflicto social y político», está
nunca anquilosado y perenne, sino cam- conformado por tres textos que abordan
biante, movedizo, efímero y proteico. el paisaje como producto de luchas, pujas
Podríamos agrupar básicamente en y decisiones políticas y sociales. Los pai-
tres los diferentes acercamientos al paisa- sajes de la inmigración son una constan-
je abordados en este libro: los paisajes te en los dos primeros escritos. Don Mit-
invisibles u ocultos, los de los sentidos y chel estudia el paisaje económico, político,
los emocionales. Los paisajes invisibles son los social y cultural construido a partir de los
que pasan desapercibidos, se encuentran inmigrantes mexicanos que intentan
escondidos, se agrupan dentro de lo que entrar en Estados Unidos en búsqueda de
se podría denominar «otras geografías». empleo. La movilidad de la mano de obra
190 Enrahonar 45, 2010 Ressenyes

transforma el cómo hacemos, percibimos sil. Detecta la presencia de dos tipos de


y vivimos los paisajes. Para ello, toma por paisajes, los de la aglomeración, que serían
caso de estudio el cementerio de Holtvi- las favelas, y los de la interferencia, cor-
lle, paisaje simbólico en el que se eviden- tiços o conventillos y barracos, que irrum-
cia el triunfo de la economía norteame- pen en la ciudad formal. Desde el análi-
ricana. La catedrática de Teoría e Historia sis de estos dos tipos de paisajes, la autora
del Arte Contemporáneo Carmen Pena nos enseña la nueva relación entre los
se refiere a la existencia de un paisaje doble espacios públicos y privados, en los que
en el emigrante, analizando la obra pic- unos se transforman en otros y viceversa.
tórica de Castelao y la fotografía de Viei- Los paisajes ocultos son también aborda-
tez. La construcción del paisaje se da aquí dos como paisajes invisibles por Alicia
por la superposición del paisaje vivido y Lindón, sólo que aquí estos son conside-
el recordado, ambos en permanente ten- rados paisajes del miedo. Con ello la auto-
sión. Finalizando el bloque, Mireia Folch- ra se refiere a la inclusión de elementos
Serra presenta el paisaje como un palimp- no materiales en el estudio del paisaje
sesto de capas culturales y geológicas como, por ejemplo, la subjetividad social.
abordado desde un punto de vista post- Por otra parte nos encontramos con
moderno, a modo de pastiche que aglu- nuevas tipologías del paisaje, como la que
tina diferentes períodos. El paisaje es per- Daniel Hiernax nos muestra, los llama-
cibido y entendido como la acumulación dos paisajes fugaces presentes en las geo-
de contribuciones públicas que se mate- grafías efímeras. Los paisajes fugaces res-
rializan en proyectos políticos y sociales. ponden a las nuevas formas de
El tercer y último bloque, titulado organización de la vida cotidiana, lo que
«La construcción social de los paisajes implica un cambio radical en nuestras
urbanos», es la sección más extensa y se maneras de habitar el mundo. Dentro de
refiere, sobre todo, a los paisajes de las los diferentes paisajes urbanos podemos
ciudades, sus arquitecturas, topografías, encontrarnos aquellos con-texto y sin-texto,
etc. La primera entrada pertenece a Itziar según la propuesta de Xerardo Estévez.
González Virós, quien nos habla del pai- Los paisajes con-texto se encuentran lle-
saje en clave arquitectónica, entendién- nos de vibraciones históricas, de activi-
dolo como un diálogo entre el ser huma- dad humana, etc.; en cambio, los sin-texto
no y la naturaleza. Para el geógrafo Oriol se caracterizan por su falta de contexto y
Nel·lo existen tantos paisajes como mira- la pérdida de sentido. Por último, Fran-
das se dirijan a él. Sin embargo, éste no cesc Muñoz renueva nuestro vocabulario
es el caso de la ciudad como paisaje, ya al enfrentarnos a la transformación de los
que ésta puede ser sentida pero no vista. paisajes urbanos; nos prové de nuevas
El autor se refiere a la ciudad como un herramientas para nombrar la prolifera-
paisaje invisible en un doble sentido, ción de territorios reducidos a imágenes.
como paisaje latente y como lugar de con- Estos son denominados paisajes aterrito-
vivencia de usos y personas. De modo que riales o paisajes en huelga, y se refiere a
la experiencia urbana actual invisibiliza el aquellos paisajes producidos que son inde-
paisaje urbano y lo fragmenta, sólo deján- pendientes del lugar y no traducen sus
dose percibir la ciudad desde sus partes a características sobre el territorio. Este iné-
través de la selección de lugares, pero dito sistema de producción de paisajes
nunca como un todo. Raquel Memerly nos presenta un nuevo tipo de urbaniza-
Tardin Coelho nos muestra la ciudad ción banal del territorio, al que Muñoz
oculta o la ciudad informal a través del denomina urBANALización.
análisis de los diferentes asentamientos El epílogo del libro es a cargo de
informales en los paisajes urbanos de Bra- Eduardo Martínez de Pisón, quien pro-
Ressenyes Enrahonar 45, 2010 191

pone el entendimiento del paisaje filtrado ciencia paisajística a la que hace alusión
por la cultura, como resultado de un Martínez de Pisón. El lector podrá encon-
entramado complejo en donde se entre- trar entre las páginas de este compendio
cruzan morfologías, ideas, imágenes y un esfuerzo altamente valorable de bús-
vivencias. A su vez el autor nos motiva a queda y creación de un entendimiento
entender el paisaje como educador, capaz común del paisaje que nos permita per-
de producir una conciencia paisajística a cibirlo como una construcción social, ubi-
través de la cual podamos valorarlo, cui- cándonos a nosotros mismos como los
darlo y generarlo. Esta compilación de responsables tanto de su producción,
textos nos invita tanto a renovar nuestro como de su preservación y destrucción.
vocabulario ante la prolífica insurrección
de modos de ver, entender y hacer paisa- Alejandra Mizrahi
jes, como también a producir esa con- Universitat Autònoma de Barcelona

NOGUÉ, Joan (2009)


Entre paisajes
(fotografías de Maria Rosa Russo)
Barcelona: Àmbit Servicios Editoriales

Vivimos entre paisajes, y sin embargo, no por la Unesco. Otro avance paulatino en
son pocas las veces que en nuestra coti- el contexto más específico de Europa,
dianeidad éstos nos pasan desapercibidos. hecho posible gracias al discreto esfuerzo
Es como si postergáramos la experiencia de un grupo de profesionales, ha sido la
no sólo de mirar sino de habitar, de vivir conformación en el año 2000 del ELC o
los paisajes, a momentos extraordinarios European Landscape Convention (en cas-
de nuestro tiempo libre como lo son los tellano Convención de Florencia), cuya
paseos o los viajes. Todo ello vinculado a acta fundacional, que articula un marco
que nuestras concepciones tradicionales para la protección, gestión y planificación
tanto geográficas como estéticas sobre el de los paisajes de Europa, entró en vigor
paisaje son en general bastante reduccio- en 2004 y ha sido firmada y ratificada
nistas, si tomamos en cuenta la diversa hasta la fecha por veintinueve de cuaren-
índole de paisajes intangibles todavía por ta y seis países pertenecientes al Consejo
cartografiar, que exceden por mucho nues- de Europa. Subrayo este Convenio para
tro sentido de la vista. Vivimos pues introducir una cuestión común que com-
—entre paisajes—, sin realmente cono- parte con el libro Entre paisajes, de Joan
cerlos ni tomar en cuenta la interacción Nogué. A decir, la amplitud del concep-
entre los elementos abióticos, bióticos y to de paisaje entendido no sólo como una
antrópicos que en ellos acontece. extensión de terreno que se —ve— desde
Sin embargo, en el ámbito global pro- un determinado sitio, sino como un área,
fesionalizado, poco a poco hemos apren- tal como es —percibida— por la pobla-
dido a valorar y a conservar el patrimo- ción, cuyo carácter es el resultado de la
nio paisajístico desde una noción que interacción entre diversos factores natu-
rebasa la mera naturaleza, hasta el punto rales y/o humanos.
de que, por citar algún ejemplo, los pai- Pero sin menoscabar estas mejoras,
sajes culturales formen parte de la lista del ¿a qué otras exigencias nos enfrenta en la
Patrimonio de la Humanidad declarada actualidad la defensa del paisaje?, ¿qué

También podría gustarte