Está en la página 1de 3

Medio Ambiente y Cambio Climático

El medio ambiente ha ganado cada vez más atención y preocupación por parte de las
organizaciones internacionales y los gobiernos. El abuso o mal uso de los recursos del
planeta lo han puesto en peligro. El aire y el agua se agotan, los bosques se están
reduciendo y muchas especies animales se están extinguiendo por la caza, pesca y la
destrucción de sus hábitat naturales.
Actualmente, temas como el calentamiento global, el cambio climático, la
desertificación, la reducción de la capa de ozono y la escasez de agua adquieren
mayor urgencia y necesidad de acción. En este marco, las Naciones Unidas trabajan
para lograr el desarrollo sostenible, es decir, lograr el desarrollo de los pueblos sin
poner en peligro el ecosistema. Desde hace varias décadas, trabaja con intensidad
para conseguir acuerdos y políticas internacionales que ayuden a preservar el medio
ambiente y a frenar su deterioro.
Entre estas actividades está la creación en 1972 del Programa de las Naciones
Unidas sobre el Medio ambiente (PNUMA), cuya misión es “dirigir y alentar la
participación en el cuidado del medio ambiente, inspirando, informando y dando a las
naciones y a los pueblos los medios para mejorar la calidad de vida sin poner en
peligro las de las futuras generaciones”.
En 1992 las Naciones Unidas celebraron la “Cumbre de la Tierra” en la cual se adoptó
el "Programa 21", que es un plan de acción que explica las medidas para lograr un
desarrollo sostenible. Más de 1.800 ciudades del mundo han hecho su propio
Programa 21 local, basándose en el que se adoptó en la Cumbre para la Tierra. El
principal logro de la Conferencia fue el acuerdo sobre la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que más tarde llevaría al Protocolo de
Kyoto sobre el cambio climático. También se firmaron la Declaración de Río sobre
Desarrollo y Medio Ambiente y la Convención sobre Biodiversidad.
Posteriormente, en 1997 tuvo lugar la Cumbre de Río+5 y en 2002 la Cumbre de
Johannesburgo. Actualmente, el Secretario General Ban Ki-moon considera que el
cambio climático es un asunto que define nuestra época y se propone contribuir a
facilitar la acción internacional para hacer frente al problema. Por eso, en 2007 se
realizó la Reunión de Alto Nivel sobre el Cambio Climático con el objeto de estimular la
voluntad política con miras a la Conferencia de Bali, realizada en diciembre del mismo
año, primer paso tomado por la comunidad internacional para alcanzar un acuerdo
amplio sobre cambio climático en 2009.
En el 2008 se realizó la Conferencia de Poznán, en Polonia, y en diciembre del 2009 la
Conferencia de Copenhague. Como resultado de esta última se produjo el Acuerdo de
Copenhague.
En el Perú
El Perú es uno de los 10 países con mayor biodiversidad en el mundo. Sin embargo
esto lo hace particularmente vulnerable, ya que su alta complejidad y riqueza
ecológica le añade un riesgo adicional, debido a su propia sensibilidad ante los
cambios repentinos, pues en sus ecosistemas habitan especies y floras que son
únicas en el mundo.
En el Perú el cambio climático amenaza, además, el progreso de la lucha contra la
pobreza porque son las poblaciones con menos recursos las que sufrirán los efectos
en salud, seguridad alimentaria, falta de agua y vulnerabilidad ante desastres por
eventos naturales, lo que minará el camino hacia la mejora del desarrollo humano.
En este contexto, organizaciones de las Naciones Unidas como PNUD, FAO, Banco
Mundial, OPS y PNUMA, entre otras, trabajan de manera continua para hacer frente a
este problema.
El Cambio Climático y el Perú desde la perspectiva del PNUD
“La reunión de Copenhague en el 2009 representa una oportunidad para que los
países del mundo acuerden una respuesta global al cambio climático. Demorar no es
una opción”. Jorge Chediek, Representante Residente del PNUD en el Perú.
El cambio climático es el conjunto de fenómenos que se desprenden del aumento
progresivo de la temperatura del planeta. El cambio climático es un hecho comprobado
por la evidencia científica. Si bien es difícil predecir con precisión el impacto de la
acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, hoy sabemos lo
suficiente como para reconocer que los riesgos que enfrentamos son potencialmente
catastróficos.
El cambio climático ya está comenzando a afectar a algunas de las comunidades más
pobres y vulnerables del planeta. Un aumento general de la temperatura de 3 ºC (en
contraste con las temperaturas de la era preindustrial) durante los próximos decenios
se traduciría en serias desregulaciones ambientales.
Este impacto que generará el aumento de las sequías, los fenómenos climáticos
extremos, las tormentas tropicales y las crecidas el nivel del mar, podría tener lugar en
el transcurso de nuestras vidas.
En el mejor escenario, el mundo tiene menos de una década para evitar que la tierra
cruce el umbral de aumento de temperatura de los 2 °C. Las aseveraciones del
Informe Stern del 2006 y las urgentes conclusiones del Panel Intergubernamental para
Cambio Climático (IPCC), indican que el tiempo apremia, pero también sostienen que
las medidas de mitigación y adaptación no tienen un precio exageradamente alto y son
viables económica y socialmente.
En el plano global, la proyección de la magnitud del cambio climático en sus
dimensiones políticas, sociales y económicas, los cronogramas obligatorios para evitar
el punto de inflexión y las propuestas de mitigación, se refrendan en el Informe sobre
Desarrollo Humano, la lucha contra el cambio climático: Solidaridad frente a un mundo
dividido, producido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD).
En el Perú el cambio climático amenaza el progreso de la lucha contra la pobreza
porque son las poblaciones con menos recursos las que sufrirán los efectos en salud,
seguridad alimentaria, falta de agua y vulnerabilidad ante desastres naturales, lo que
minará el camino hacia la mejora de desarrollo humano.
El aporte del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo al Perú para
enfrentar el cambio climático no está planteado en forma aislada; más bien se ha
trasformado en un tema central de la agenda de desarrollo y del mandato de la
organización en todo el mundo. Surge de tres décadas en las que se ha venido
promoviendo el desarrollo sostenible, concepto postulado por el Informe Brundtland de
1987 y ratificado por la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el cambio
climático de 1992.
El concepto de desarrollo sostenible resalta la centralidad de los factores ambientales
del buen uso y conservación de los recursos naturales para no hipotecar el futuro de
las siguientes generaciones con modelos de crecimiento insostenibles.
En una primera instancia y en virtud de la cooperación con el Estado Peruano, y su
posibilidad de trabajar con los tres niveles de gobierno, el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo apoya decididamente al joven Ministerio del Ambiente, en
las líneas que esta cartera ha establecido como prioritarias.
Dentro de esta cooperación se encuentran varios programas: el Fortalecimiento de la
institucionalidad del Ministerio del Ambiente; la ejecución de la Segunda Comunicación
Nacional sobre cambio climático, que incluye estrategias de adaptación y mitigación
desde las plataformas políticas y orgánicas de las regiones; el diseño del proyecto
Promoviendo la Gestión del Uso Sostenible del Suelo en el Área de Influencia de Las
Bambas.
También se incluye en este trabajo una iniciativa modelo en términos geográficos y
temáticos: el Programa Interagencial de Gestión Adaptativa de Recursos Ambientales
para minimizar vulnerabilidades al Cambio Climático en las microcuencas altoandinas,
desarrollado en colaboración con FAO, OPS, PNUMA y el apoyo del AECID en Cusco
y Apurímac, entre otros.
En paralelo a estas acciones concretas, las Naciones Unidas y el PNUD en particular,
proponen al Perú tomar ventaja de la posibilidad que abren las políticas públicas y
económicas a largo plazo de gran impacto y beneficio para el país. Por un lado, dada
su vulnerabilidad el Perú podría acceder a fondos para apoyar la adaptación del país a
los efectos del cambio climático.
Aparte de ser uno de los 12 países con mayor megadiversidad, el Perú concentra la
novena superficie forestal más grande del mundo. Por todo ello, protegerlos hoy con el
objeto de que los bosques sigan almacenando carbono significaría una renta potencial
importante en el mercado de carbono.
Asimismo, la adopción de políticas energéticas, acordes con las nuevas tendencias
globales, significa una oportunidad de desarrollo en la dirección correcta,
especialmente en un esquema de crisis económica mundial, derivada entre otros, de
patrones de consumo ecológicamente insostenibles en detrimento de las siguientes
generaciones. El acuerdo que debiera surgir de Copenhague brindará a naciones
como el Perú la posibilidad de acceder a flujos de capital y tecnología para sostener su
desarrollo en forma limpia.
Por su riqueza potencial como agente mitigador del cambio climático, el Perú está
llamado a aprovechar este contexto para proponer puntos de acuerdo en la agenda de
negociación en Copenhague 2009; capitalizando sobre el compromiso de adoptar una
matriz energética ecológicamente sostenible y la preservación de los bosques que
captan el carbono generado por doscientos años de revolución industrial y por una
matriz energética global que no se pueden sostener.

También podría gustarte