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Guía de Apoyo para el

Trabajo con personas


privadas de su libertad

1
Directorio

Dr. Jesús Kumate Rodríguez


Presidente Honorario Vitalicio del Patronato Nacional

Dr. Roberto Tapia Conyer


Presidente del Patronato Nacional

Sra. Kena Moreno


Fundadora de CIJ y Vicepresidenta B Vitalicia del Patronato Nacional

Lic. Carmen Fernández Cáceres


Directora General de CIJ

Lic. Iván Rubén Retiz Márquez


Director General Adjunto de Administración

Dr. José Ángel Prado García


Director General Adjunto de Operación y Patronatos

Dr. Ricardo Sánchez Huesca


Director General Adjunto Normativa

Dra. Laura Margarita León León


Directora de Tratamiento y Rehabilitación

Coordinación Técnica
Mtra. Laura Soubran Ortega

Revisión:
Mtro. Otto Berdiel Rodríguez.

Elaboración
Psic. Esp. Norma G. Juárez Pastor
Mtro. Marco Antonio Hernández Delgado
Mtro. Félix Iván Huerta Lozano

2
CONTENIDOS

Presentación 4

Antecedentes 5

Justificación 6

Marco Teórico 8

Recomendaciones para la aplicación de la guía 14

Metodología 17

Fase I: Sensibilización 19

Fase II: Diagnóstico 21

Fase III: Tratamiento y Rehabilitación 29

Fase IV: Proyecto de Vida y Reinserción Social 40

Fase IV: Seguimiento y Canalización a CIJ 42

Referencias Bibliográficas 45

3
PRESENTACIÓN

El Programa de Tratamiento y Rehabilitación de Centros de Integración Juvenil, AC,


plantea el Modelo Biopsicosocial como marco de referencia para entender como el
fenómeno de la adicción afecta a las personas en las dimensiones biológica, psicológica y
social, enfatizando que la relación entre estas dimensiones es recíproca, por lo que
cualquier cambio que ocurra en alguna de ellas, afecta a las demás. Bajo este modelo, se
considera a la adicción como una intrincada y compleja interacción entre factores
biológicos (funcionamiento del organismo), psicológicos (emociones y motivaciones de las
personas) y sociales (sistema social en el cual interactúa la persona)1. Por lo que la oferta
de servicio debe ser integral, es decir encaminada a abarcar cada una de las áreas. Este
marco de referencia es la guía bajo la cual, los servicios de tratamiento que se otorgan en
CIJ están estructurados, teniendo como objetivos:1) suprimir o reducir el consumo de
alcohol, tabaco y otras drogas; 2) incrementar el bienestar físico, psicológico y social
promoviendo estilos de vida saludable y libre de consumo de drogas, con pleno apego
al respeto de los derechos humanos a través de actividades terapéuticas estructuradas
dirigidas a las personas cuyas vidas han sido afectadas por el consumo de sustancias
psicoactivas, y a sus familiares.

La presente Guía tiene como objetivo apoyar en el diseño e implementación de los


programas de tratamiento para el trabajo con Personas Privadas de su Libertad, que se
desarrollan al interior del Sistema Penitenciario, proporcionando alternativas flexibles
para ajustarlas a sus necesidades y recomendaciones para adecuar a su Programa de
Tratamiento.

En la primera parte, se abordan los antecedentes del trabajo que Centros de


Integración Juvenil ha realizado con el Sistema Penitenciario del país, además de abordar
la importancia de proporcionar servicios de atención al consumo de drogas en este
sistema y finalmente algunos referentes teóricos y conceptuales acerca del tratamiento en
este contexto; en la segunda parte, se plantean algunas recomendaciones para la
aplicación de la guía, así como la metodología de trabajo de CIJ adaptado al contexto del
sistema penitenciario, y finalmente se presenta la descripción de cada una de las fases y
servicios del Programa de Intervención.

1
Coombs, R. y Howatt, W. (2005). The Addictión counselor´s. Desk reference. John Wiley & Sons. Canada.

4
ANTECEDENTES
Centros de Integración Juvenil, AC, interesado en la atención profesional de personas que
se encuentran privadas de su libertad ha participado con sus programas sustantivos en
Centros Preventivos y de Readaptación Social de 16 entidades del país de diversas
maneras, por ejemplo:
1. Con acciones de orientación y asesoría para los familiares de los internos/as.
2. Cursos de capacitación al personal médico-técnico y a los custodios.
3. Servicios de tratamiento a internos, incluyendo tratamiento para dejar de fumar,
terapia individual y terapia de grupo, en colaboración con el personal responsable de
los programas establecidos por la administración de los CEFERESOS.
4. Conformando una Clínica de Atención a Internos con Adicciones (CAIA), en el Centro
de Readaptación Social de Puerto Vallarta, Jalisco, desde el año de 1993.
En el ámbito de la capacitación, 37% de los CIJ han tenido la experiencia de brindar
capacitación al personal técnico de los centros penitenciarios. En la mayoría de los casos
a solicitud expresa de la institución en la que se proporcionó la atención.

Entre las instituciones del Sistema Penitenciario donde han brindado capacitación a
personal técnico del Sistema Penitenciario de diferentes puntos de la República
Mexicana, destacan:

 CERESOS.
 Reclusorios.
 Penales.
 Centro de Medidas Precautorias para Adolescentes (antes Tutelar para Menores).
 Secretaria de Seguridad Publica área de Preliberados.

Las temáticas abordadas en las labores de capacitación hacia el personal técnico han
sido diversas:

1. Tratamiento para Dejar de Fumar. 14. Atención a las familias.


2. Factores de Riesgo y protección. 15. Relaciones de pareja.
3. Prevención de Recaídas. 16. Comunicación.
4. Efectos de cada una de las sustancias 17. Autoestima.
ilegales.
18. Valores.
5. Habilidades sociales.
19. Codependencia.
6. Mujer y drogas.
20. Límites.
7. Intervención en crisis y el estrés
21. El enfoque biopsicosocial del origen
psicosocial.
de las adicciones.
8. Prevención de conductas adictivas.
22. Consejería breve y consejo médico.
9. Círculos de lectura.
23. Entrevista motivacional.
10. Detección temprana y canalización
24. Modelo de Comunidad terapéutica.
oportuna.
25. Talleres: depresión, abuso de alcohol,
11. Conceptos básicos de adicciones.
problemas en las familias, violencia
12. Importancia de la contención dentro familiar, como actuar frente a la venta
de la red social. de drogas.
13. Violencia familiar.

5
Así mismo, CIJ propuso en 2010 a la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y
el Delito, un modelo de formación, con el que capacitó ya a más de 60 trabajadores de la
Subsecretaría del Sistema Penitenciario para el Distrito Federal.
En la actualidad, se está impulsando la implementación de un modelo de tratamiento
fundamentado en la perspectiva biopsicosocial y el paradigma de la complejidad
propuesto por Morin.

JUSTIFICACIÓN
Las personas privadas de su libertad en el Sistema Penitenciario gozan de todos los
derechos humanos reconocidos en las normas nacionales e internacionales. El Estado
debe garantizar el respeto a su dignidad en las mismas condiciones que las personas no
recluidas. Para lograrlo las instituciones deben realizar ciertas acciones que garanticen
que las personas recluidas gocen de los derechos de que no han sido privados por la
reclusión y también tienen que evitar realizar actos que puedan resultar en violaciones a
sus derechos humanos.

Por ejemplo, de alguna manera se ha vinculado al consumo de drogas con actos


considerados delictivos, no obstante, poco se sabe respecto al consumo de drogas como
problema de salud en personas que se encuentras privadas de su libertad.

Al respecto, existe poca información oficial acerca de la prevalencia del consumo de


drogas al interior del Sistema Penitenciario. A partir de información extraída del Sistema
Nacional de Seguridad Pública, se estimó que 94.8% de los internos consumían alguna
droga2. En algunas entidades federativas, como el Distrito Federal, datos de la
Subsecretaría del Sistema Penitenciario, estiman que cerca de 8,000 internos dependen
de alguna droga. Existe también poca información acerca de los programas de
tratamiento llevados al interior del Sistema penitenciario para atender este problema de
salud.
En nuestro país el Código Penal Federal3, en su Artículo 199, describe tres mecanismos
para que las personas que consumen drogas reciban tratamiento:
1. Que el Ministerio Público o la autoridad judicial de conocimiento, tan pronto
conozca que una persona relacionada con algún procedimiento por los delitos
previstos en los artículos 195 ó 195 bis, (relacionados con la posesión de alguno
de los narcóticos señalados en la tabla prevista en el artículo 479 de la Ley
General de Salud) es consumidor de sustancias psicoactivas deberá informar de
inmediato y, en su caso, dar intervención a las autoridades sanitarias
competentes, para los efectos del tratamiento que corresponda.
2. La obligatoriedad de las autoridades de los sistemas penitenciarios de prestar
servicios de rehabilitación al consumidor de sustancias.
3. Que para el otorgamiento de la condena condicional o del beneficio de la libertad
preparatoria, exige que el sentenciado se someta al tratamiento médico
correspondiente para su rehabilitación, bajo vigilancia de la autoridad ejecutora.

2
Modelos de Justicia Alternativa para personas con adicciones en México (2011). Disponible en:
http://www.cicad.oas.org/apps/Document.aspx?Id=1238
3
Código Penal Federal. Diario Oficial de la federación. 20-08-2009.

6
Bajo estas circunstancias, el Sistema Penitenciario se ha dado a la tarea de atender el
complejo fenómeno del consumo de drogas al interior de sus instalaciones, en este
proceso se ha contado con la participación de múltiples actores, organismos no
gubernamentales, grupos de ayuda mutua, asociaciones religiosas e instituciones
públicas de salud, entre otras, los cuales han atendido a la población desde sus marcos
de referencia particulares, por lo que no se cuenta aún con un procedimiento claramente
definido para la atención y tratamiento de la personas que se encuentran privadas de su
libertad.
Existen razones importantes para proporcionar servicios de atención al consumo de
drogas en el sistema penitenciario:
 Un número importante de personas que cumplen penas en prisión tiene
problemas con el consumo de drogas.
 Es un derecho de las personas privadas de su libertad, tener acceso a servicios de
salud, además de ser un mandato constitucional establecido en el artículo 4to.
 Se trata de una población vulnerable.
 El abuso en el consumo de drogas, es un asunto de salud pública.
 Las personas con dependencia a estas sustancias no deben ser criminalizadas,
por el contrario deben ser atendidas adecuadamente a través de políticas públicas
integrales, que incluyan medidas de tratamiento, reducción de daños e integración
social (PNUD, 2014).
Bajo este contexto y con el objetivo de ofrecer un marco conceptual y operacional para la
atención de personas privadas de su libertad con problemas de consumo de drogas al
interior del Sistema Penitenciario, Centros de Integración Juvenil ha desarrollo esta
propuesta de atención, para que sirva de guía en la atención de esta población.

7
MARCO TEÓRICO

Cuando se habla del tratamiento de las adicciones con personas que además han
realizado actos delictivos y que por tanto se encuentran privadas de su libertad, es
necesario partir precisamente del análisis de estas tres características tan importantes: el
síntoma adictivo, la conducta ilegal y la sanción impuesta al sujeto. Análisis que por
supuesto nos permitirá identificar el abordaje terapéutico de mayor pertinencia para dicha
población.

En un primer momento es importante enfatizar que en el modelo biopsicosocial, la


conducta adictiva no es una condición crónica del individuo, sino el resultado de la
interacción de determinantes biológicos, psicológicos, y sociales en un momento dado;
por lo que se considera que las adicciones deben de ser atendidas con un enfoque
integral donde cada uno de los factores biopsicosociales que intervienen en el desarrollo
de la enfermedad, puedan ser atendidos.

En este sentido se puede decir que el tratamiento de las adicciones conlleva una
tarea compleja, misma que parte de una escucha ética y profesional de lo que el paciente
tenga para decir y de un análisis que logre atender la singularidad de cada sujeto y de su
historia personal y familiar.

La adicción implica un síntoma familiar y por ende social, al respecto Pichón-


Rivière4 plantea que entre los integrantes de la familia se encuentra el portavoz del
sufrimiento familiar, el cual denuncia la situación conflictiva y el caos subyacente por lo
que paralelamente, se segrega al enfermo como depositario de la ansiedad familiar, de
los misterios, secretos y la conspiración del silencio (necesidad defensiva de ocultamiento
de ciertos contenidos psíquicos) y del malentendido como enfermedad.

Al respecto se puede decir entonces que el paciente que ha desarrollado un


adicción, está actuando algo que no se ha sido dicho, algo para lo cual no hay lugar en su
contexto familiar, es él entonces quien a través del consumo muestra que algo no marcha
bien, hecho que evidentemente causará malestar en su entorno, un malestar que por
cierto no es causa sino síntoma, mismo que además puede estar perfectamente operando
como un distractor respecto a aquello que realmente está sucediendo al interior del núcleo
familiar.

Como se puede observar el síntoma adictivo se ha constituido para el enfermo en


una fuente de alivio inmediato de tensión y de un malestar que se ha originado al interior
de una estructura familiar que presenta una problemática específica y única, la cual en los
casos que sea posible es importante, también tratar.

Referente a lo mencionado anteriormente Kalina5 plantea que el consumidor


garantiza, sosteniendo su lugar de “enfermo”, la “salud” del resto del grupo familiar, en
consecuencia surgirán fuertes resistencias ante el accionar terapéutico ya que la familia
lucha, de una forma inconsciente y mediante un complejo juego interaccional, por
conservar los lugares asignados a sus miembros y el terapeuta se puede llegar a
transformar entonces, en su enemigo.

4
Aldrete L. Modelos sistémico estructural y psicodinámico vincular, en confluencia a través de un enfoque integrativo
familiar. Tesis para obtener el grado de maestría en terapia familiar. México: IFAC. 2008
5
Kalina, E. Adicciones: Aportes para la clínica y la terapéutica. Paidós. Argentina. 2000.

8
Es aquí cuando empiezan a presentarse un sin número de resistencias en el
trabajo con personas que presentan alguna adicción, ya que por un lado es muy difícil
para ellos abandonar el aparente alivio inmediato que la droga representa y por otro lado
la familia también actuará de diversas maneras para que el paciente no tenga voz y su
palabra siga siendo anulada vía la adicción.

Entonces surge otra de las formas más comunes en que se segrega al consumidor
y se le deja de escuchar, ésta es la cronificación del síntoma, la cual es un modo de
sostener la estructura familiar, de acuerdo a Kalina6 esto se logra cuando se destina al
paciente psiquiátrico por ejemplo, a vivir en hospicios, asilos u hospitales psiquiátricos que
por su propia estructura tienden a condenar al paciente a ser un habitante pasivo de ese
submundo. En este caso puede ser un psiquiatra quien ordena esta muerte civil,
conduciéndola, vigilándola y protegiendo a los “sanos” de aquel sujeto peligroso
designado como “el loco”. Esta dinámica no cuestiona la estructura familiar y legitima al
“loco”, en este caso el “adicto”, en el lugar que le ha sido asignado.

A lo anterior se puede agregar también la función, que para algunos, puede llegar
a tener el sistema penitenciario como recurso de la familia y la sociedad para aislar a
aquellos sujetos que hacen evidente la existencia de un desequilibrio en la estructura de
las mismas y que por tanto son llamados sujetos en conflicto con la ley.

Es sumamente importante entonces darse cuenta de cómo opera el síntoma adictivo


en conjunto con aquellas conductas ilegales que el sujeto ha cometido y que tienen, como
se puede observar, un origen multicausal, no se trata sin embargo de erradicar la
responsabilidad que cada sujeto tiene de respecto a su actuar, si no por el contrario de
apuntar al logro de una visión más amplia de un fenómeno tan importante como lo es la
adicción aunada al delito, y por ende, de la construcción de una dirección de la cura
específica.

Como ya se mencionó anteriormente, a aquellos sujetos que han cometido actos


delictivos se les denomina como personas en conflicto con la ley, lo cual permite formular
una pregunta: ¿De qué ley se está hablando?, es evidente que la jurisprudencia se refiere
al derecho civil o penal, no obstante una visión terapéutica buscaría tener una visión
mucho más amplia de aquello que signifique que alguien no pueda apegarse al orden
social establecido y que incluso pueda cometer actos que tengan una intención franca de
transgredir los límites, haciendo evidente ciertamente un conflicto, la pregunta es:¿con
quién?

Se sabe que la inscripción de la ley delimita el contorno de lo prohibido y hace


posible la conformación de la sociedad y las formas de la subjetividad. Por un lado hace
posible el sostenimiento del lazo social en tanto regula ese lazo, pero como nada es
gratuito, el don que otorga la ley deja como lastre una deuda y una tentación. Una
deuda simbólica que es preciso pagar respetando la ley y de la cual el sujeto es
responsable, pero también una tentación a trasponer los límites de lo prohibido,
conformada como oscura culpa, oscuro goce7. Esto significaría que aunque efectivamente
el orden social y la legalidad son claramente necesarios al interior de cualquier
comunidad, el hecho de que existan reglas implicaría precisamente que aunque algo no

6
Kalina, E. Adicciones: Aportes para la clínica y la terapéutica. Paidós. Argentina. 2000.
7
Gerez Ambertín M. Sujeto ante la ley: culpa y prohibición. Disponible en: www.edupsi.com/culpabilidad

9
se debe de hacer, es posible realizarlo y entonces la prohibición abre a la vez una
posibilidad de satisfacción, aunque esta implique un acto ilegal.

Toda sociedad precisa contar con este dispositivo que delimita lo prohibido, ya
que sin él se destruiría. Quienquiera que cometa un crimen y se precipite hacia lo
prohibido, no hace un simple acto individual, su acto sacude a la sociedad toda, pues su
accionar pone en cuestión lo prohibido, y por ser imputable a alguien, debe ser
relacionado con el principio de legalidad.8

Es así que se hace evidente que la adicción y el acto delictivo tienen una íntima
relación en su génesis, en tanto que ambos apuntan al borramiento de los límites, a
cuestionar el discurso imperante ya sea en el contexto familiar o social, el hecho es que
aquel quien se atreve a traspasar el orden impuesto, la legalidad, será castigado,
excluido, recluido, preso.

Juzgar a alguien como culpable no es sino dirigirle el discurso de las formas,


ligadas a la ley simbólica, gracias a la cual todo sujeto está aprehendido por adelantado.
En ese sentido la culpabilidad subjetiva no es sino el resultado de la ley y el lenguaje que
necesariamente se inscribe en todo sujeto. Esto no debe hacernos desconocer que la
manera en que se juega la inscripción de dicha ley en cada sujeto tiene infinitas
posibilidades y por eso es preciso saber escuchar. 9

Sin embargo es necesario replantearse la escucha al interior de un centro de


readaptación social, debido principalmente a que no se puede obviar el contexto particular
y único con características a tomar en cuenta para el tratamiento de las adicciones. Como
se ha mencionado un centro de readaptación social es una institución, que tiene la
finalidad de segregar a aquellas personas que no han mostrado una adecuada
“adaptabilidad” al orden social y por ello implica paradójicamente de entrada una
intensificación precisamente con ese orden que ha causado su malestar, ya que al interior
de este entorno, las reglas se hacen más rígidas y la manera en que se aborda al sujeto
también se modifica considerablemente.

En este sentido habría que considerar que el sistema penitenciario es una


institución total, al respecto Goffman10 define dicho organismo como:

“Un lugar de residencia y trabajo donde un gran número de individuos en igual situación,
aislados de la sociedad por un periodo apreciable de tiempo, comparten en su encierro
una rutina diaria, administrada formalmente.”

Entre los diversos tipos de instituciones totales se encuentran por supuesto los
centros de readaptación social, los cuales pertenecen a aquellas que han sido
organizadas para proteger a la comunidad de aquellos quienes aparentemente
constituyen intencionalmente un peligro para ella.

Como se puede observar, dichos centros buscan salvaguardar la seguridad de la


comunidad, no obstante habría que tener presente que es justamente en ella donde se
han originado ciertas conductas transgresoras de la ley, es decir, mucho de lo que un
paciente reproduce, pudo ser aprendido en su hogar por ejemplo, repitiendo de esta
8
Ibíd.
9
Gerez Ambertín M. Sujeto ante la ley: culpa y prohibición. Disponible en: www.edupsi.com/culpabilidad
10
Pérez Guadalupe J.L. La construcción social de la realidad carcelaria. Fondo Editorial. Perú. 2000.

10
manera patrones observados desde la infancia en sus padres o tutores, hecho que se
hace evidente cuando se conforman grupos terapéuticos al interior de estas instituciones,
al observarse muchísimas similitudes en las historias de vida de los internos, denotándose
de esta manera aquello que subyace a la adicción.

Otro de los factores esenciales a tomar en cuenta en el trabajo al interior del


Sistema Penitenciario son las consecuencias básicas que pueden producir las
instituciones totales, como son: la escisión entre un gran número de individuos
manejados, llamados internos y un pequeño grupo supervisor, llamado personal, quienes
además tienen entre sus funciones esenciales la de vigilar: ver que todos hagan lo que se
les ha dicho. Además de que cada grupo (internos y personal) puede caer en la tendencia
de representar al otro con rígidos estereotipos o prejuicios.11

A lo anterior Foucault12 agregaría: el sistema penitenciario, con sus formas


múltiples, difusas o compactas, sus instituciones de control, de vigilancia discreta o de
coerción insistente, establece la comunicación cualitativa y cuantitativa de los castigos;
pone en serie o dispone según unos empalmes sutiles las pequeñas y las grandes penas,
los premios y los rigores, las malas notas y las menores condenas. Hecho que puede
causar un malestar emocional más complejo en los internos, lo que aunado a la adicción
implica un gran reto para atención terapéutica.

Por todo lo expuesto anteriormente es de suma importancia que el equipo que


atiende a dicha población al interior de los sistemas carcelarios pueda operar desde una
lógica distinta, misma que le permita posicionarse desde un lugar diferente con respecto a
los pacientes, quienes de primera entrada los verán justamente como parte del personal,
grupo que como se ha visto puede ser considerado como parte de una entidad vigilante o
represora. Si el terapeuta no logra ocupar un lugar distinto en su relación con el paciente,
muy difícilmente podrá su labor, tener efectos positivos en la población atendida.

Es aquí que el enfoque psicoanalítico surge como una perspectiva sumamente


valiosa en cuanto a la labor que los diferentes profesionales de la salud realizan al interior
de los centros de readaptación social, ya que permite primeramente brindar una escucha
ética y profesional, desde una postura amoral que tiene como objetivo primordial prestar
oídos a esas voces que no han tenido un lugar, una escucha que provoca entre otras
cosas que el paciente pueda hablar de sí mismo, de aquello que lo aqueja y que ha
causado entre otras cosas, su ingreso al penal. Esto por supuesto en el marco de un
trabajo interdisciplinario donde las diversas formaciones profesionales y posturas clínicas
puedan converger en la construcción de un plan de tratamiento integral y personalizado.

No obstante hay que tomar en cuenta que la atención terapéutica es un proceso,


que como se ha enfatizado debe tomar en cuenta el entorno de su actuar. Por ello se
considera que el tratamiento de las adicciones puede ser visto en general como una
legalidad prohibidora, censuradora, correctora, que induce a los “buenos
comportamientos” y los pacientes dudan de la intención del terapeuta de investigar en
equipo con el paciente, el sentido de sus síntomas y conductas. Esto se refuerza porque
habitualmente estos pacientes favorecen en el terapeuta una tendencia a colocarse en el
papel de salvador, de ideal, lo que llevará fácilmente a desviar el sentido de su actividad
hacia la corrección de conductas.

11
Ibíd.Pág. 98
12
Foucault M. Vigilar y Castiga. Siglo XXI Editores. Argentina. 2002.

11
Además en muchas ocasiones los pacientes llegan a tratamiento luego de que
decenas y cientos de personas y publicaciones, programas de radio y televisión les
muestran que sus conductas tienen efectos negativos. Ellos mismos ya saben esto y sin
embargo continúan con esta conducta. Tomar la actitud de esperar algo de la advertencia
sobre los efectos negativos de su conducta es creer que el conflicto se halla presente sólo
en la conciencia. No sólo no es así sino que cada advertencia de lo negativo de la
conducta puede tener el efecto adverso ya que se le señala al paciente un camino para
poder permanecer en un constante autocastigo, ya que al estar consciente de la reiterada
transgresión de límites que comete, puede justamente buscar al mismo tiempo de manera
inconsciente, la sanción correspondiente a sus faltas.

Es así que se hace evidente la pertinencia de una postura clínica que no parta de
una intención de corregir o asumir un lugar autoritario frente al paciente, ya que como se
ha visto es justo esto, la intransigencia, la falta de comunicación y el nulo respeto a su
individualidad lo que ha motivado en cierta manera, el consumo, la conducta transgresora
y la irrupción de la ley.

El terapeuta no está ahí para vigilar, castigar o corregir sino para escuchar,
orientar, informar en algunos casos y sobre todo para devolver al paciente aquello que de
su discurso es importante para dar cuenta de lo que está causando su malestar psíquico y
emocional, eso que no ha sido tratado y que la droga, por decirlo de alguna manera,
pretendió anestesiar.

Es importante que al trabajar al interior del sistema penitenciario no se caiga en la


trampa del prejuicio frente a la población atendida, que se cuide constantemente el actuar
frente a los pacientes, sobre todo porque como plantea Foucault13 el efecto más
importante quizá del sistema carcelario y de su extensión mucho más allá de la prisión
legal, es que logra volver natural y legítimo el poder de castigar, y rebajar al menos el
umbral de tolerancia a la penalidad. Tiende a borrar lo que puede haber de exorbitante en
el ejercicio del castigo, que como podemos observar a lo largo de la historia, ha llegado a
niveles de tortura y de nulo respeto a la humanidad del otro.

Una vez que la posición del terapeuta está clara, se puede entonces abordar al
paciente, teniendo como primordial objetivo generar una demanda propia de tratamiento,
esto porque de antemano se sabe que alguien que está privado de su libertad, ha perdido
mucho de su capacidad de decisión, su voluntad se encuentra restringida por el sistema
penitenciario y el tratamiento puede entonces aparecer en su vida como imposición. Es
por ello que a partir de la atención terapéutica discutida se empieza a construir un vínculo
terapéutico, mismo que será el pilar del tratamiento y que tendrá como fin provocar justo
esa demanda.

En psicoanálisis dicho vínculo obedece a una transferencia14, se trata de afectos


que habrán estado orientados originalmente hacia los padres, los hermanos u otras
personas significativas en la infancia y que en la vida adulta mantienen su presencia y su
efectividad psíquica, de modo que es posible transferirlos a escenarios actuales, dicho
fenómeno ocurre de manera completamente espontánea en las relaciones entre seres

13
Foucault M. Vigilar y Castiga. Siglo XXI Editores. Argentina. 2002.
14
Laplanche J. y Pontalis J.B. Diccionario de Psicoanálisis. Editorial Paidós. Barcelona. 1996.

12
humanos, pero cobran una relevancia especial en la relación terapéutica, convirtiéndose
en su instrumento principal, para el cambio psíquico del paciente.

Si bien la transferencia es un fenómeno central al interior de la teoría


psicoanalítica que posibilita una direccionalidad en la cura, éste no es exclusivo de ella.
Podría pensarse que el origen del concepto se deriva del lenguaje común, donde
transferir significa pasar de un lugar a otro y que por tanto puede ser un recurso valioso
en el trabajo terapéutico.

Cuando el terapeuta tiene claro que será depositario de afectos de los pacientes
más allá de lo que provoque su actuar en sí mismo, podrá entonces analizar la manera en
que el interno en este caso, se ha vinculado a lo largo de toda su vida, hecho que
intentará reproducir sin darse cuenta ahora en el contexto del centro de readaptación
social, pasando por la agresión, la labilidad emocional, la transgresión de límites, el no
respeto al otro (así como él no fue respetado por sus figuras parentales por ejemplo), la
seducción contante para conseguir beneficios, la culpa, una bajísima tolerancia a la
frustración y el autocastigo.

Todo ello sin embargo puede cambiar justo si se logra resignificar la manera en
que el paciente se vincula a través de su relación con el terapeuta y con sus compañeros
de grupo en terapia, donde se buscará que la comunidad atendida opere también como
un agente terapéutico que motive los cambios a su interior, donde el respeto al otro y a sí
mismo, el consenso, la escucha profesional, la contención y el acompañamiento
terapéutico sean los pilares del tratamiento.

Uno de los objetivos será logar que el sujeto pueda reconocer y asumir su falta,
otorgando significación alguna a las penas que se le imponen, y por lo tanto a las
consecuencias de sus actos. Esto porque él podría cumplir automáticamente las
sanciones pero sin implicarse o responsabilizarse de aquello de que se le acusa y
penaliza. La falta de reconocimiento y significación del castigo llevaría entonces a
redoblar la tendencia al pasaje al acto criminal.15

Por ello se busca que el paciente pueda dar cuenta de qué lo ha llevado al lugar
donde se encuentra, asumir las consecuencias a sus actos y entonces poder moverse de
lugar, implicarse en su propia historia, ser agente de su propio cambio y actuar.

15
Gerez Ambertín M. Sujeto ante la ley: culpa y prohibición. Disponible en: www.edupsi.com/culpabilidad

13
RECOMENDACIONES PARA LA APLICACIÓN DE LA GUÍA

Objetivo de la guía
 Apoyar en el diseño e implementación de los programas de tratamiento para el
trabajo con Personas Privadas de su Libertad, que se desarrollan al interior del
Sistema Penitenciario, proporcionando alternativas flexibles para ajustarlas a sus
necesidades y recomendaciones para adecuar a su Programa de Tratamiento.

Recomendaciones para el ingreso a Tratamiento


 Pueden acudir personas adultas, mujeres o varones procesados o sentenciados
que acusen consumo de drogas.
 Se deja a criterio de las autoridades penitenciarias, equipo técnico penitenciario y
el interno su ingreso voluntario a tratamiento.
 Se sugiere que en caso de que el interno presente signos y síntomas del síndrome
de intoxicación o síndrome de abstinencia de cualquier sustancia antes de
integrarlo a las actividades psicoterapéuticas debe pasar al servicio médico o al
área de enfermería para su manejo médico/farmacológico.
 Los familiares de los internos podrán participar en actividades de tratamiento y
rehabilitación; en la unidad de atención de Centros de Integración Juvenil que les
sea asignada según su lugar de vivienda y/o zona de trabajo.
 Personas con comorbilidad psiquiátrica grave, trastornos mentales orgánicos
(demencias, trastornos amnésicos, etc.), retraso mental severo, trastorno de
conducta severo que les impida trabajar colectivamente y con patología orgánica
que requiere intervención urgente, se recomienda ser derivados a atención
especializada de acuerdo a sus necesidades.

Recomendaciones clínicas

 En el trabajo al interior de un centro de readaptación social hay que tomar en


cuenta las consecuencias que pueden producir las instituciones totales, como
son: la división entre el personal y los internos, quienes puede caer en la tendencia
prejuiciar al otro grupo, hecho que se buscará evitar para logar una escucha
profesional de la población.

 El equipo terapéutico que atiende a dicha población buscará operar desde una
lógica distinta al resto del personal, que entre otras tareas, cumple con sus
funciones de vigilar o sancionar en caso de que sea necesario. Lo que se
pretendería más bien es poder vincularse de manera diferente con los pacientes.

 El cambio de percepción que se busca generar en los pacientes se logrará


justamente mediante el abordaje terapéutico que se lleve a cabo con la población,
ya que al hacerse evidente que el principal interés del equipo es trabajar en
conjunto por el bienestar de los internos, muchos de las resistencias o prejuicios
caerán, dando paso a un diálogo abierto sin etiquetas ni estigmatización.

14
 Es importante también tomar en cuenta el malestar que provoca a los internos el
hecho de estar privados de su libertad, ya que al estar reclusos han perdido gran
parte de su capacidad de decidir, por lo que el optar justo por adherirse a un
tratamiento en adicciones abre una posibilidad real de elección en un entorno
donde hay pocas oportunidades de cambio.

 Asimismo es significativo enfatizar que el terapeuta no tiene la función de vigilar o


corregir comportamientos desde una posición moral, sino que su objetivo
primordial es orientar, escuchar, informar en algunos casos y sobre todo promover
que el paciente pueda hacer consciente aquello que ha causado su malestar
psíquico y emocional.

 Una tarea primordial al interior de un centro de readaptación social es poder


generar una demanda propia de tratamiento, esto porque el proceso de
rehabilitación puede aparecer en la vida del interno como imposición, entonces es
mediante el vínculo terapéutico tanto con el profesional de la salud como con sus
compañeros, que el paciente puede construir un deseo genuino por mejorar su
salud tanto física como emocional.

 Una de las metas del tratamiento será logar que el sujeto pueda reconocer su falta
y por tanto asumir las consecuencias de su conducta delictiva. Esto porque él
podría cumplir automáticamente las sanciones pero sin responsabilizarse
realmente de aquello de que se le penaliza. Hecho que sería caer en una
simulación y no en un real proceso de readaptación social.

 Además otro factor importante a considerar al interior de un penal, son los distintos
tipos de subgrupos que hay en la población interna, esto porque sabemos que en
un centro de readaptación social, podemos encontrarnos con personas de distinta
nacionalidad, grupo étnico, identidad y orientación sexual, creencias religiosas,
ideologías políticas, edad y demás características importantes a tomar en cuenta
para el proceso de tratamiento, donde una primer etapa de sensibilización sería
útil para fomentar un ambiente de respeto al otro y sus diferencias, elemento
necesario para cualquier proceso en grupo.

 Es de igual manera sustancial tener en cuenta los diferentes niveles de consumo y


comorbilidad presente en los casos a tratar, hecho que como sabemos, será
detectado en la fase diagnóstica pero que es importante considerar a la hora de
formar un grupo terapéutico, donde se busca que la comunidad sea en sí misma
un recurso y no un obstáculo en el proceso de cada interno.

 Lo que se buscaría en general es que el paciente pueda implicarse en su propia


historia, así como en su plan de tratamiento, que sea él mismo un agente de
cambio y que pueda ver su sanción como una oportunidad para tratar no
solamente su adicción, si no todo aquello que ha afectado su entorno
biopsicosocial, logrando de esta manera construir nuevas formas de actuar, que
apunten al respeto de sí mismo, del otro y por supuesto del orden social.

15
PERSONAL RECOMENDADO PARA APLICAR EL TRATAMIENTO.
- Grupo Colegiado: Se sugiere formar un grupo colegiado encargado responsable de la
coordinación del Programa y de tomar las decisiones ante eventuales controversias.
Mucha de la eficacia de la intervención dentro del ámbito penitenciario depende del
funcionamiento de este grupo y su composición debe incluir todas las áreas del Centro, y
si fuera necesario, de otras las instituciones y ONG que intervengan en el tratamiento.
- Equipo de salud: Un segundo grupo lo integra el equipo de salud (médicos, psicólogos
y trabajadores sociales), con funciones de diseño, ejecución y evaluación de las
intervenciones. Este equipo es responsable de las actuaciones de diagnóstico y del
desarrollo de las actividades específicas de Tratamiento, Rehabilitación, Reinserción
Social y Seguimiento.
El número de personas del equipo de salud dependerá del volumen de la población, o de
las posibilidades del Centro. En centros pequeños es posible que un único equipo
desarrolle todas las actividades multidisciplinarias. En centros grandes serán necesarios
varios equipos técnicos de diferentes turnos. El coordinador de cada equipo será uno de
los profesionales con experiencia y capacidad técnica. Cada equipo de salud desarrollará
el programa de intervención del que es responsable con un enfoque biopsicosocial.

PERSONAL DE APOYO RECOMENDADO QUE PUEDE PARTICIPAR EN EL PROCESO DE


TRATAMIENTO Y REHABILITACIÓN (ACTORES INTERNOS DEL PENAL)

 Personal educativo: Sus funciones son promover hábitos saludables de vida, lo que
incluye la prevención de enfermedades y la mejora de las condiciones y prácticas de
higiene. Es por lo tanto imprescindible contar con su colaboración para desarrollar
actividades que exigen control médico y en general los de prevención y mejora de la
salud.
 Maestros y capacitadores ocupacionales. Apoyan la intervención educativa y
ocupacional. El área educativa y ocupacional permite el desarrollo de competencias
personales que son clave para que el interno logre una incorporación social plena.
Sirve de lugar de ensayo para poner a prueba lo aprendido en la terapia, pero
además permite adquirir conocimientos, desde la educación reglada en las escuelas
hasta la preparación profesional en los talleres ocupacionales. Aquí se ubican
maestros, terapeutas ocupacionales, monitores de talleres, etc. quienes supervisan la
puesta en práctica de las habilidades de los internos/as, por lo que tienen un papel de
motivadores e informadores que resulta fundamental para cualquier proceso de
cambio.
 Persona de vigilancia (custodios) y Auxiliares. Son las personas que tienen un
mayor contacto con esta población en las rutinas habituales de la convivencia. Estos
pueden cumplir un papel trascendental si se revitaliza, dignifica y valora su
potencialidad. De hecho, en algunos programas de intervención, los custodios
participan en los mismos de forma activa, colaborando con el cuidado,
acompañamiento y seguimiento de los internos que ingresan al Programa de
Tratamiento.

16
METODOLOGÍA
La modalidad de trabajo se plantea en cuatro fases donde se aborda el problema de
adicciones desde una perspectiva biopsicosocial integrando a todo el personal que
participa en el tratamiento, así como al interno y a su familia.
MODALIDAD DE TRABAJO
Fase Nombre Objetivos Componentes Participantes

-Brindar información acerca de los servicios que Psicólogos


implica programa de tratamiento. - Médicos
-Sesiones de sensibilización y/o
Fase 1 Sensibilización -Generar demanda propia de tratamiento de los -Trabajadores
platicas informativas.
internos. Sociales
-Motivar el proceso de cambio en la población.

- Conocer el motivo por el cual la persona que


consume se encuentra en el penal.
- Indagar sobre el tipo de sustancias que
consume, frecuencia y número de ocasiones en
que lo hace.
- Entrevista Inicial a personas con
- Psicólogos
- Detectar la etapa del consumo en la que se uso, abuso y/o dependencia a
encuentra (uso, abuso o adicción). sustancias adictivas. - Médicos
Fase 2
Diagnóstico - Saber si se encuentra interesado en cambiar y - Entrevista Médica -Trabajadores
mejorar su estado de salud. Sociales
- Entrevista Psicológica
- Ofrecer y/o derivar a la familia al Centro de
- Plan de Tratamiento
Integración Juvenil según su lugar de vivienda y/o
zona de trabajo.
- Brindarle un programa de tratamiento y
rehabilitación biopsicosocial al interno/a para
mejorar su salud.

- Entrevista Motivacional
-Consultas Médicas y/o - Psicólogos
- Motivar a las personas que consumen a que Intervenciones psicológicas
participen en las actividades biopsicosociales para - Médicos
(individuales y/o grupales).
mejorar su estado de salud. -Trabajadores
Fase 3 Tratamiento y -Actividades Psicosociales
- Impartir de forma organizada actividades Sociales
Rehabilitación -Actividades laborales-
biopsicosociales que contribuyan a mejorar la - Custodios
salud y calidad de vida del consumidor. ocupacionales.
- Profesores
-Actividades Psico-educativas
-Personal Auxiliar
- Actividades Lúdico, recreativas y
culturales

- Psicólogos
- Médicos
Proyecto de - Que el consumidor pueda esclarecer metas que - Actividades temáticas
-Trabajadores
Fase 4 Vida y les permitan mejorar su calidad de vida ya sea - Actividades laborales-
Sociales
Reinserción dentro o fuera del penal, evitando el uso de ocupacionales.
- Custodios
Social drogas. - Actividades Educativas
- Profesores
-Personal Auxiliar
-Seguimiento en la institución - Psicólogos
-Valorar los avances presentados por la persona penitenciaria en caso de que el
con base en los objetivos y metas planteadas consumidor continúe cumpliendo su - Médicos
Fase 5 durante la fase diagnóstica, de intervenciones y sentencia. -Trabajadores
Seguimiento proyecto de vida y en caso de ser necesario
-Derivación a Centros de Sociales
establecer nuevas metas de tratamiento.
Integración Juvenil en aquellos - Profesores
casos de que la persona
consumidora salga del penal. -Personal Auxiliar

17
A continuación se presenta un flujograma que permitirá tener una idea gráfica sobre la
dinámica planteada para la modalidad de trabajo propuesto por Centros de Integración
Juvenil para que el personal de salud penitenciario pueda brindar atención a internos/as
que presenten problemas de consumo dentro de los Centros Penitenciarios.
FLUJOGRAMA

A continuación se desglosa la metodología de trabajo sugerida para alcanzar los objetivos


de cada una de las fases consideradas como la columna vertebral del trabajo de salud a
realizar; sin embargo, pueden ser complementada y enriquecida con experiencias
clínicas y contextuales del Sistema Penitenciario.

18
FASE I: SENSIBILIZACIÓN

Objetivo:
Generar una demanda propia de tratamiento por parte de los consumidores antes del
inicio del proceso de tratamiento y rehabilitación como tal, ya que aunque la población a
quien va dirigida dicha intervención se encuentra cautiva en un mismo sitio, existe la
posibilidad de que haya quien se niegue a recibir un tratamiento de este tipo, es decir,
aunque la persona se encuentre privada de su libertad, tiene en algunos casos, por la
ausencia de una orden legal, la posibilidad de rechazar la opción de tratarse.

Desarrollo
En este sentido la sensibilización se refiere justamente a poder provocar que la persona
pueda dar cuenta acerca de la importancia o el valor de una cosa o hecho, o a que pueda
prestar atención16 alrededor de un tema. Esto implicaría que sensibilizar consiste en poder
concientizar a un sujeto o grupo determinado sobre la relevancia que una acción o suceso
está teniendo en su vida y sobre cómo éste lo ha afectado, mostrándole al mismo tiempo
que existe la posibilidad de un cambio.

Un proceso de este tipo buscaría establecer las condiciones necesarias que nos permitan
generar un ambiente propicio para el desarrollo de un diálogo alrededor de una temática
en específico, la cual por supuesto en este caso es la adicción, pero sólo como un primer
punto de reflexión, mismo que por supuesto nos llevará a otros temas a desarrollar.

Por lo regular la fase de sensibilización consiste en un primer acercamiento a la


comunidad a la cual irá dirigida la intervención, teniendo en cuenta que no todos los
individuos de la misma tienen la intención de apegarse al tratamiento, por lo que en una
primer etapa se recomienda iniciar con sesiones informativas, acerca de lo que consistirá
el trabajo al interior del Sistema Penitenciario, sus objetivos y sobre todo beneficios en la
vida de aquellos que se asuman como pacientes; para posteriormente dar paso a que los
integrantes del grupo puedan compartir sus experiencias e inquietudes.

El número de sesiones de dicha fase dependerá de las condiciones específicas de cada


centro, sin embargo generalmente se recomienda que el número de las mismas no se
extienda demasiado, sobre todo tomando en cuenta que aún no se ha iniciado el proceso
terapéutico como tal, es así que por lo regular se habla de 4 a 6 sesiones de
sensibilización.

Es importante tener presente que, como ya hemos mencionado anteriormente, la fase de


sensibilización apunta a desarrollar la motivación en los consumidores para aceptar la
ayuda profesional que les está brindando. Por ello hay que tener en cuenta el encuadre
de este espacio, el cual se sostiene en diversos ejes que podrían describirse de la
siguiente manera:

 La fase de sensibilización será el primer momento donde los consumidores se


concentrarán con el fin de hablar de sí mismos respecto al tema de la adicción, por
lo que empezará a generarse un sentido de pertenencia e identificación entre el
grupo.

16
Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.

19
 Es importante dejar en claro desde el principio que se trata de un espacio de
respeto al otro, donde la confidencialidad y la seguridad puedan generar un
ambiente de trabajo propicio y sensible para el proceso grupal.

 Asimismo se podrá tener un panorama general acerca de aquellas expectativas,


temores, prejuicios, conceptos y resistencias que puedan darse al interior de la
comunidad, y que habrá que ir deconstruyendo para dar paso al interés y apego al
futuro tratamiento.

 Una de las herramientas que nos brinda esta primera fase es que aquellos
consumidores que sí muestren un interés por recibir tratamiento desde el inicio,
puedan permear en el ánimo del resto de sus compañeros, siendo un factor
motivacional en la comunidad.

 El equipo a cargo deberá tener presente constantemente que se trata de una fase
de sensibilización, esto con el objetivo de encaminar todo el material surgido en el
grupo hacia el tratamiento como tal, es decir, provocar que los internos puedan
generar conciencia de enfermedad y darse cuenta de que las experiencias
compartidas, incluyendo la privación de su libertad, no significa que no puedan
hacer cambios que repercutan positivamente en su salud, pero que para eso es
necesario tratarse terapéuticamente.

Otro punto importante a considerar, una vez iniciada la fase de sensibilización es que el
equipo a cargo se encargue de recoger los intereses, percepciones y dudas que vayan
surgiendo en el proceso inicial. Esto permite dar más continuidad, en la medida en que
establece un puente entre las diferentes personas que exponen en cada una de las
sesiones y otras personas participantes de la sensibilización. Las tareas concretas
serán17:

 Recoger notas con aquellas ideas, reflexiones que se expongan en los diferentes
debates, así como sugerencias, dudas o temas en cada una de las sesiones.

 Hacer de enlace entre las diferentes personas que exponen en cada una de las
sesiones, situándoles en el momento en el que se encuentra el debate,
informándoles sobre las aportaciones que se han dado en sesiones anteriores, etc.

 Recabar en el penúltimo día de la sensibilización todas las dudas, sugerencias,


reflexiones o temas pendientes de resolver para que se puedan abordar en la
sesión de cierre y plantear la pertinencia de su continuidad en el tratamiento.

Lo anterior sirve para ir dando sentido a la fase en la cual se sensibiliza a la población, ya


que no sólo se trata de compartir experiencias sino de identificar, registrar y analizar en
conjunto, aquellos factores asociados al consumo que han provocado entre otras cosas
que los consumidores estén privados de su libertad. Es importante que cada uno de ellos
pueda asumir que la adicción representa un problema de salud y que asociado a
conductas delictivas implica evidentemente un desequilibrio en su estado biopsicosial,
mismo que puede tratarse por profesionales capacitados, sólo si ellos están dispuestos a
generar ese cambio que repercutiría positivamente en sus vidas.

17
Hacer los derechos realidad. Talleres de sensibilización sobre cuestiones de Género. Amnistía Internacional

20
FASE II: DIAGNÓSTICO

Desde una perspectiva biopsicosocial, el consumo de drogas involucra la interacción entre


factores biológicos (funcionamiento del organismo), psicológicos (emociones y
motivaciones de las personas) y sociales (sistema social en el cual interactúa la persona,
en este caso la interacción social dentro del Centro Penitenciario), por lo que el
diagnóstico debe construirse evaluando las condiciones físicas, mentales y sociales que
presenta cada persona al momento de iniciar el proceso de tratamiento.

La evaluación de las condiciones biopsicosociales, tiene como objetivo fundamental


comprender las causas por las que los/las pacientes usan, abusan o dependen del
alcohol, tabaco y/u otras drogas, así como para describir y definir las áreas en las que el
consumo de la sustancia ha repercutido. La evaluación es un proceso a través del cual el
clínico obtiene información relevante para el establecimiento del diagnóstico, el cual a su
vez, se construye a través de actividades de valoración clínica e integración de
información.

Una vez que la fase de evaluación ha concluido, el equipo de salud está en posición de
realizar un diagnóstico de el/la paciente y en consecuencia formular un plan de
tratamiento lo más ajustado a las necesidades detectadas.

Como objetivos generales la fase diagnóstica busca:

1. Conocer el motivo por el cual la persona que consume se encuentra en el Sistema


Penitenciario.
2. Indagar sobre el tipo de sustancias que consume, frecuencia y número de
ocasiones en que lo hace.
3. Detectar la etapa del consumo en la que se encuentra (uso, abuso o adicción).
4. Saber si se encuentra interesado en cambiar y mejorar su estado de salud.
5. Ofrecer y/o derivar a la familia al Centro de Integración Juvenil según su lugar de
vivienda y/o zona de trabajo.
6. Brindarle un programa de tratamiento y rehabilitación biopsicosocial al paciente
para mejorar su salud.
7. Comprobar si existe algún motivo de prioridad en la atención (Estilo de consumo
de alto riesgo, ausencia de medidas higiénicas en la administración de la droga,
etc.)
8. Presencia de enfermedades o trastornos físicos que requieran tratamiento urgente.
9. Trastornos psiquiátricos.

Desarrollo

Las actividades de valoración clínica se realizan en el contexto de entrevistas individuales


en las que el Equipo de Salud indaga, escucha y registra la información obtenida durante
el encuentro con el paciente. Las actividades que integran la fase diagnóstica son:
1. Entrevista Inicial.
2. Revisión Médica.
3. Entrevista Psicológica
4. Plan de Tratamiento

21
Entrevista Inicial

Es el primer paso en el establecimiento del diagnóstico. Su objetivo primordial establecer


una relación de ayuda con el paciente, a la vez que se obtiene información respecto de
ciertas áreas de la vida de la persona.

Debe contener como mínimo los siguientes puntos:

1. Ficha de identificación.
En ella se recogen las principales variables sociodemográficas de los pacientes: Nombre,
Apellidos, Fecha de nacimiento, Edad, Sexo, Estado Civil, Escolaridad, Ocupación,
Estrato Social.

2. Situación actual.
Hace referencia a la situación del paciente en el momento de la demanda de tratamiento y
debe incluir los apartados siguientes:

2.1 Motivo de consulta/demanda de tratamiento: Se deberá anotar el motivo


expresado por el paciente.

Este apartado hace referencia a lo mencionado por el paciente como fuente de su


motivación para solicitar tratamiento. Se debe prestar especial atención a las
circunstancias personales que propician la demanda de tratamiento, con énfasis
en si la solicitud es por voluntad o condicionada por algún motivo.

2.2 Disposición actual para el cambio: Se explorará la conciencia acerca del


consumo de sustancias como una enfermedad o problema, los planes para
abandonar el consumo de drogas, las barreras para el tratamiento y la abstinencia,
las expectativas y preferencias acerca del tratamiento futuro.

2.3 Antecedentes de acciones para dejar el consumo de drogas: se describirán las


acciones que los pacientes han realizado para tratar de abandonar el consumo.
Por ejemplo: tratamientos previos (periodos y tipo de tratamiento).

3. Características generales del consumo de drogas.

En este apartado se explorara la Historia del Consumo de cada una de las drogas
consumidas por el paciente concentrándose en los siguientes puntos:
 Edad de inicio
 Frecuencia de consumo (Diario, Semanal, Mensual, Fines de semana, Etc.)
 Dosis de consumo (Cantidad de droga consumida).
 Vía de administración (oral, Intravenosa, esnifada, inhalada/fumada, etc.)
 Periodos de abstinencia.
 Droga de Preferencia.

4. Patrón de Consumo

 Proporciona información sobre las circunstancias del consumidor y del ambiente


en el momento del uso de la droga.
22
5. Consecuencias Asociadas al consumo.

 Se deberá indagar sobre los efectos del consumo de drogas sobre el


funcionamiento cognitivo, psicológico, conductual, social y fisiológico. No debemos
olvidar preguntar por la existencia de tratamientos (farmacológicos
psicofarmacológicos) y de automedicación al margen de la prescripción médica.

6. Funcionamiento global del paciente.

 Permite completar la evaluación de la situación actual (en el momento de la


primera consulta) valorando el impacto del consumo de drogas y de las
complicaciones asociadas en las actividades de la vida diaria de la persona.

7. Impresión diagnóstica.

 En base a los criterios del DSM-IV TR o la CIE10, se deberá anotar el o los


diagnósticos presuntivos acerca del uso, abuso o dependencia a las drogas
considerando la información recabada.

8. Observaciones

 Registre información adicional que considere relevante para el tratamiento como


hechos significativos en el consumo reciente de sustancias, situación legal,
capacidad de adaptación, violencia familiar, etc.

9. Datos del Aplicador.

 Se deberá registrar el Nombre, firma y perfil profesional del responsable que


realizó la entrevista.

Revisión Médica

La Revisión Médica es un servicio en el que se explora el estado de salud que guarda el


paciente en relación al padecimiento actual, las causas, efectos, evolución,
complicaciones y daños a la salud física y mental producidos por el uso, abuso o
dependencia a las drogas, los antecedentes heredo-familiares, personales patológicos, el
examen mental del paciente, la exploración neurológica y valorar la pertinencia y
oportunidad de realizar estudios de laboratorio, radiológicos, ecográficos, etc., debiendo
anotar los diagnósticos médicos según el DSM-IV-TR o la CIE 10.

Como mínimo debe contener los siguientes puntos:

1. Ficha de identificación.

 En ella se recogen los principales variables sociodemográficas de los pacientes:


Nombre, Apellidos, Fecha de nacimiento, Edad, Sexo.

23
2. Padecimiento Actual.

 Detallar síntomas y conductas problemáticas asociados al consumo, intoxicación,


abstinencia y efectos secundarios, de manera general.

3. Antecedentes Heredo Familiares.

 Explorar enfermedades relevantes en familiares cercanos.


 Antecedentes de alto riesgo: Documentar antecedentes que favorecieron el inicio
del consumo: consumo de sustancias en padres, déficit de atención, violencia
familiar, etc. Consigne consumo de alcohol, tabaco y/u otras drogas en padre,
madre, hermanos, tíos, cónyuge e hijos. Especificar si se reportan otras drogas de
consumo.

4. Antecedentes personales patológicos.

 Enfermedades Relevantes: Documentar intervenciones quirúrgicas, comorbilidad


psiquiátrica, problemas de aprendizaje, enfermedades de transmisión sexual,
urinarias, alergias, etc. Anotar padecimientos cuya presencia o influencia son
determinantes para el curso y efecto del tratamiento.

5. Antecedentes no patológicos.

 Grupo sanguíneo.
 Desarrollo físico y psíquico.
 Hábitos y conductas.

6. Antecedentes Gineco-Obstetricios

Menarca
Ritmo Menstrual (F/D/C)
Núm. de embarazos
Núm. de partos
Núm. de cesáreas
Núm. de abortos
Fecha de última
menstruación
Uso de métodos
anticonceptivos
¿Está embarazada?
¿Está lactando?

7. Interrogatorio por aparatos y sistemas

 Documentar las patologías asociadas al consumo reportadas por el paciente.

24
6.1.
Digestivo:

6.2.
Cardiaco:

6.3.
Respiratorio:

6.4.
Renal:

6.5.
Endócrino:

6.6. Musculo
esquelético:

6.7. Piel y
anexos:

6.8. S.
Hematológico:

6.9. S.
Nervioso:

6.10.
Otros:

8. Examen Mental.

25
 Describir aspecto general del paciente, actitud durante la entrevista y conducta
(forma de vestir, de hablar, postura, expresión facial, etc.).
 Orientación, Atención, Concentración, Memoria, Lenguaje, Pensamiento/ Flujo, Y
Contenido, Sensopercepción, Estado De Ánimo, Funciones Cognitivas Superiores,
Juicio.

9. Exploración- Auscultación.

 Registre la estatura en metros y centímetros, el peso en kilogramos. Registre los


valores de Frecuencia Respiratoria (FR), Frecuencia Cardiaca (FC), Tensión
Arterial (TA), Pulso y Temperatura.
 Cabeza: Describir forma del cráneo, cabello, implantación de pabellones
auriculares, etc.
 Cuello: Describir forma del cuello, tráquea, si hay o no adenomegalias, pulsos, etc.
 Tórax: Forma del tórax, ruidos respiratorios y cardiacos, etc.
 Abdomen: Forma, ruidos de peristalsis, megalias, algias, etc.
 Extremidades Superiores: Movimientos, reflejos, pulsos, etc.
 Extremidades inferiores: Movimientos, reflejos, pulsos, presencia de edema,
coloración, etc.

10. Exploración Neurológica.

 Describir la condición en que se encuentra el estado de conciencia, los pares


craneales, reflejos osteotendinosos, marcha y equilibrio del paciente.

11. Impresión Diagnóstica.

 Registre el/los diagnóstico/s presuntivo/s de acuerdo al CIE-10, así como los


correspondientes al DSM IV TR, considerando tanto el consumo alcohol, tabaco
y/u otras drogas como otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica.
 Anote y describa el tratamiento farmacológico en caso de que lo requiera el
paciente.

12. Observaciones

 Registre información adicional que considere relevante para el tratamiento como


hechos significativos en el consumo reciente de sustancias, situación legal,
capacidad de adaptación, violencia familiar, etc.

13. Datos del Aplicador.

 Se deberá registrar el Nombre, firma y perfil profesional del responsable que


realizó la entrevista.

26
Entrevista Psicológica

La Entrevista Psicológica es una herramienta de exploración clínica cuyo objetivo es


conocer el funcionamiento de la personalidad de un sujeto: sus motivaciones,
frustraciones y dinámica de personalidad.

La entrevista no sólo es un instrumento de recolección de información, es básicamente


una relación humana interpersonal, conformada por elementos subjetivos y objetivos. Esta
relación humana permite la creación de vínculos significativos entre el entrevistador y el
entrevistado. Estos vínculos permiten un proceso de comprensión humana que facilitan al
entrevistador para entender cabalmente las necesidades, motivos, procesos cognitivos y
afectivos en general.

En la entrevista se deberá explorar como mínimo los siguientes aspectos:

1. Ficha de identificación.

En ella se recogen los principales variables sociodemográficas de los pacientes: Nombre,


Apellidos, Fecha de nacimiento, Edad, Sexo, Estado Civil, Escolaridad, Ocupación,
Estrato Social.

2. Situación actual.

Describe los hallazgos acerca de las condiciones personales y contextuales actuales del
paciente, salud, hábitos, intereses, vida afectiva, estilo relacional, análisis de la demanda,
análisis de la motivación.

3. Consumo de drogas.

Obtener un panorama general de la historia del consumo de drogas desde una


perspectiva psicológica, contemplando la evolución del consumo en términos de la
relación entre la persona y el consumo de drogas.

Para tal efecto se pueden guiar atendiendo lo siguientes temas:

 ¿Cómo empezó a consumir drogas? ¿Cómo progresa del uso al abuso, o del
abuso a la dependencia?
 Condiciones personales y contextuales en las que ocurre el consumo.
 Motivación para el consumo (significado personal y familiar del consumo).
 Consecuencias asociadas al consumo de drogas.
 Expectativas acerca del tratamiento.

4. Impresión Diagnóstica.

 Registre el/los diagnóstico/s presuntivo/s de acuerdo al CIE-10, así como los


correspondientes al DSM IV TR, considerando tanto el consumo alcohol, tabaco
y/u otras drogas como otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica.

27
5. Observaciones

 Registre información adicional que considere relevante para el tratamiento como


hechos significativos en el consumo reciente de sustancias, situación legal,
capacidad de adaptación, violencia familiar, etc.

6. Datos del Aplicador.

 Se deberá registrar el Nombre, firma y perfil profesional del responsable que


realizó la entrevista.

Plan de Tratamiento

Una vez concluida la fase diagnostica y establecido el diagnóstico inicial se procede a


establecer el Plan de Tratamiento, este debe ser elaborado por el equipo interdisciplinario
de profesionales que intervino en la conformación del diagnóstico. El Plan de Tratamiento
es una actividad Clínico-Administrativa, en la que se identifican y jerarquizan las
problemáticas encontradas, estableciendo un plan de actividades acorde a la singularidad
del paciente, estructurado, fundamentado, integral, oportuno y entendible.

1. Ficha de Identificación.
2. Diagnóstico.
3. Objetivos del tratamiento.
4. Metas a corto y largo plazo.
5. Los servicios de Rehabilitación y en su caso Reinserción Social.
6. Observaciones.
7. Datos del personal de salud que integró la información.

Una vez definido el programa de intervención para cada paciente se procede al desarrollo
del mismo, que consiste básicamente, en poner en juego la metodología, las estrategias,
las actuaciones específicas y los recursos necesarios, ya sean éstos internos del sistema
Penitenciario, o externos a los mismos, conjugando las distintas intervenciones en función
de las necesidades y de la evolución del paciente.

28
FASE III: TRATAMIENTO Y REHABILITACIÓN
Objetivo:
Lograr la abstinencia del consumo de sustancias psicoactivas, así como aprender y poner
en práctica estrategias para manejar el craving y las situaciones de alto riesgo
relacionadas con el consumo.
El tratamiento para el consumo de drogas comprende el conjunto de acciones que tienen
por objeto conseguir la abstinencia o, en su caso, reducir el consumo, así como sus
riesgos y daños, además de abatir los padecimientos asociados al consumo e incrementar
el grado de bienestar físico, mental y social del paciente; además de contribuir a que la
persona vuelva a funcionar productivamente en el ámbito familiar, laboral y social. A este
respecto, algunas formas para medir su eficacia incluyen variables como modificaciones
en el comportamiento antisocial, el funcionamiento al interior de la familia y el trabajo, así
como la condición médica.
Es importante resaltar como parte del proceso, la política de
consentimiento/confidencialidad en la aplicación de los servicios de tratamiento pues
permite crear una alianza de trabajo entre el personal y el paciente. En todos los casos se
le debe explicar al paciente que la información personal que proporcione será meramente
de carácter sanitario y que toda ella será maneja con confidencialidad, con las
excepciones condicionadas por la ley y cuando se sospeche de suicidio; es decir, la
información se compartirá cuando las leyes federales o estatales la requieran o en casos
en que se vea comprometida la vida del paciente.
A continuación, se describen los principales servicios que se pueden aplicar en el
Programa de Intervención, y los cuales pueden adaptarse a las posibilidades de cada
Centro.

1. Intervención Individual
Objetivo:
Colaborar con el paciente para que disminuya o cese su consumo y/o prolongue la
abstinencia de alcohol, tabaco y otras drogas, atendiendo los problemas psicosociales
asociados relacionados con el ámbito emocional, afectivo, familiar, escolar o laboral.
Desarrollo
La Intervención Individual es una herramienta útil y recomendable en el tratamiento con
las personas que consumen sustancias psicoactivas, especialmente en los casos en los
que la intervención grupal no sea la opción más adecuada.

La información obtenida en la Fase Diagnostica, permitirá planear el trabajo


psicoterapéutico y realizar el Plan de Tratamiento.

El número de sesiones dependerá del enfoque que maneje el terapeuta y los aspectos
que se deban trabajar. Se pueden personalizar las intervenciones según las necesidades
específicas del paciente y hacer las modificaciones al Plan de Tratamiento según las
características individuales, esto aumenta las probabilidades de éxito en el tratamiento.

Es importante que la intervención individual no solo se concentre en reducir o detener el


consumo de drogas, sino que también se atiendan problemas psicosociales asociados al
consumo, relacionados con el ámbito emocional, afectivo, familiar, escolar o laboral. El

29
abordaje terapéutico debe ser singular (personal) e integral (abarca las redes vinculares
que sostienen y alimentan la práctica adictiva).

Al concluir el contrato terapéutico se hará una valoración junto con el paciente de su


proceso terapéutico y una revisión de los objetivos logrados. Se trabaja la terminación del
tratamiento con las sesiones que se consideren clínicamente necesarias para otorgar el
Alta Clínica.

Es importante mantener la comunicación con el paciente tanto para constatar el


mantenimiento de la abstinencia y de los logros alcanzados en su tratamiento y
rehabilitación como para prevenir los riesgos de recaídas.

2. Intervención Grupal
Objetivo
Colaborar con el paciente para que disminuya o cese su consumo y/o prolongue la
abstinencia de alcohol, tabaco y otras drogas, atendiendo los problemas psicosociales
asociados, relacionados con el ámbito emocional, afectivo, familiar, escolar o laboral en
un contexto grupal.
Desarrollo
La Intervención Grupal ofrece a oportunidades para aprender acerca de sí mismos/as y
del proceso que los llevo al comportamiento adictivo. Algunas de las principales acciones
que comprende este servicio son:
 Identificación mutua y aceptación por los compañeros que tienen problemas
similares.
 Oportunidad para confrontar actitudes ambivalentes y mecanismos defensivos
propios con actitudes de otros.
 Confrontación, retroalimentación inmediata y presión positiva de compañeros para
lograr la abstinencia.
 Cohesión, identificación, apoyo social mientras se aprende a identificar, nombrar y
comunicar los sentimientos.
 Estructura, disciplina, límites y al mismo tiempo aprendizaje sobre la recuperación
y el uso de sustancias psicoactivas.
 Esperanza, inspiración para el futuro y búsqueda compartida de metas para la
vida.
Las reglas dentro del grupo son establecidas por los miembros del mismo, salvo las
normas inherentes a toda dinámica de esa herramienta curativa, como lo son el respeto,
la confidencialidad y el reconocimiento del valor de las experiencias del otro.
El número de sesiones para cada paciente estará en función de la severidad del
consumo, los recursos del mismo y la evolución de su cuadro clínico.
El terapeuta valorará cuando es momento del Alta Clínica, de acuerdo a los objetivos del
Plan de Tratamiento, o si propondrá una recontratación.

30
Es importante mantener la comunicación con el paciente tanto para constatar el
mantenimiento de la abstinencia y de los logros alcanzados en su tratamiento y
rehabilitación como para prevenir los riesgos de recaídas.

3. Grupos de autoapoyo
La puesta en práctica de esta modalidad de apoyo se realiza bajo una filosofía y
metodología específica de los grupos de autoapoyo, aspectos que se sugiere respetar lo
más posible al adaptar los procedimientos a las características del contexto en el que
realizaran las sesiones de los grupos. Por ejemplo, aún y cuando dentro de los grupos se
cuente con la presencia de alguna autoridad o terapeuta, el objetivo será respetar la
autonomía del grupo en cuanto a la dirección y temáticas que decidan abordar los
integrantes del mismo.
Objetivo:
Disminuir las emociones negativas que amenacen con generar un desajuste psicosocial
incrementando los recursos de afrontamiento para que las personas tengan una mayor
sensación de control de sus vidas, de seguridad y estima personal, y un estado de ánimo
positivo.
Desarrollo
Un grupo de apoyo es una forma de asociación de personas que viven situaciones
similares, las cuales se reúnen para afrontarlas, narrándose mutuamente experiencias
personales e intercambiando información.
Suelen estar compuestos por personas que comparten algún tipo de problema que altera
o modifica aspectos de su funcionamiento normal. El soporte emocional y el sentimiento
de colectividad que se genera en estos grupos favorecen la estima y seguridad personal
de sus integrantes, logrando superar los problemas emocionales o recuperando la
confianza para enfrentarlos.
La característica principal de esto grupos es como todos comparten la misma situación o
problema que se crea un entramado sólido de apoyo, pertenencia y esperanza entre sus
integrantes; los problemas se “diluyen” en esta pequeña red de apoyo especialmente
porque se trata de un trabajo horizontal, en ambos sentidos de la palabra: no es una
terapia dirigida por un profesional sino un grupo con vínculos horizontales y, en segundo
lugar, se propende por abrir horizontes nuevos en las vidas de las personas.
Los pacientes comparten experiencias, hablando en primera persona; no se dan consejos
ni se emiten juicios de valor; además, se evita generalizar y hablar desde el saber o el
deber ser. Por tanto, las experiencias que se comparten constituyen la materia prima, y
narrarlas en primera persona es la forma de trabajarlas.

Cada paciente trabaja su experiencia, narrándola ante el grupo, repetidamente y


escuchando a otros hacer lo mismo. Por ello, es importante escuchar, con toda atención,
a quien analiza la versión de su vida que le ocasiona conflicto. De esta manera, se
reconoce cómo el paciente considera e introduce cambios en la interpretación y
significado de su experiencia; lo que permite a su vez, comprender su transformación, al
mismo tiempo que muestra el camino para la propia.
El desarrollo del grupo puede integrar a las siguientes acciones:
 Un paciente del grupo tomará el papel de moderador (el moderador cambia cada
sesión).

31
 El moderador pasa lista y asiste al grupo con el material necesario para la sesión.

 El moderador abre la reunión de la forma acostumbrada en el Grupo:

 Selecciona un tema para la reunión.


 Pregunta si hay alguna inquietud.
 Permite que cualquier paciente que tenga un problema, lo exponga y
pueda recibir ayuda.
 Abre un turno de palabras y los pacientes que lo deseen pueden hablar,
uno por uno.

 El moderador marca los tiempos para cada participación de acuerdo a la cantidad


de pacientes que deseen pasar a compartir experiencias.
El número de sesiones para cada paciente estará en función de la severidad del
consumo, los recursos del mismo y la evolución de su cuadro clínico.
El moderador en conjunto con el participante valorará cuando es momento del Alta
Clínica, de acuerdo a los objetivos del Plan de Tratamiento.

Es importante mantener la comunicación con el paciente tanto para constatar el


mantenimiento de la abstinencia y de los logros alcanzados en su tratamiento y
rehabilitación como para prevenir los riesgos de recaídas.

4. Grupos Psicoeducativos y de Reflexión


Objetivo
Analizar y deconstruir los discursos culturalmente aceptados relacionados con la
construcción de la masculinidad, feminidad y su relación con la criminalidad, el ejercicio
de la violencia y el abuso de drogas.

Desarrollo
Este proceso se inicia de lo concreto, esto es, la práctica y la experiencia de la vida de
cada paciente. Por ello, se recomienda en las primeras tres sesiones buscar explorar las
experiencias, percepciones, sentimientos vividos en sus familias, vecindarios y
localidades.

En estas sesiones es importante buscar que los pacientes hagan un breve recuento
histórico de la manera en cómo se constituyeron como varones y mujeres, que han
cometido actos delictivos según las prácticas discursivas y relacionales en sus familias y
vecindarios, durante su niñez, así como de los significados atribuidos a las escenas de
violencia y de abuso de drogas en sus familias cuando eran niños/as, y de cómo estos
significados atribuidos pudieron convertirse en verdades narrativas.

En estas sesiones se privilegiará el despliegue de los relatos históricos tratando de


identificar sus dimensiones manifiestas epistemológicas, morales y éticas para
después penetrar en el nivel más profundo en que estas operaciones teóricas hallan sus
sanciones implícitas y precríticas.

En este proceso, los terapeutas podrán apoyarse con preguntas que busquen establecer
conexiones entre sucesos que hagan del relato una historia, por ejemplo: ¿Cómo sucedió

32
eso?, ¿qué paso después?, ¿por qué crees las cosas sucedieron así y no de otro modo?
¿A qué lo atribuyes tú?

Una vez que se ha tramado el conjunto de acontecimientos revisados en las primeras


sesiones se tienen una breve crónica de sus vidas; la crónica de los sucesos se ha
transformado en un proceso diacrónico completo, es decir, en un proceso que se
desarrolla a lo largo del tiempo, sobre el cual los terapeutas tienen la oportunidad de
compartir sus reflexiones como si se estuviera frente a una estructura sincrónica de
relaciones, es decir, una estructura de relaciones que ocurren o se desarrollan a la vez,
tratando de analizar la estructura del conjunto completo de hechos y pidiéndoles a los
sujetos un juicio sinóptico de la relación entre determinado relato y otros relatos que
podrían ser “hallados”, “identificados” o “descubiertos” en las sesiones siguientes.

En las siguientes sesiones se buscará conversar y reflexionar acerca de las experiencias,


percepciones, concepciones y explicaciones acerca de ciertos temas de su vida cotidiana,
por ejemplo, la forma en cómo se relacionan con las drogas, la manera en que
construyeron su sistema de creencias, su habitus corporal (esquemas pensamiento, de
decisión y de acción), la manera en como ejercen el poder, su concepción del amor, entre
otros.

En estas sesiones, el análisis dialógico se va ampliando de a poco, en espiral, a fin de


profundizar en la experiencia subjetiva de cada paciente, ya en su vida cotidiana actual.

En todo este proceso los terapeutas pueden apoyar el análisis con experiencias
personales o incluso ajenas pero sin dejar de interpelar y provocar permanentemente
al grupo para ampliar el nivel de reflexión.

En cualquier momento del proceso, antes o después de cualquiera de estas sesiones, los
terapeutas podrán introducir una sesión con un tema libre, es decir, para continuar
reflexionando y conversando acerca de alguno de los temas sugeridos o para hablar de
otro que pueda ser relevante para el proceso y para los asistentes varones o mujeres.
También es posible que los pacientes elijan trabajar un tema emergente, que sea de
interés para la mayoría de ellos/as.

El tema se elegirá en función de un objetivo y no al revés, y se podrá trabajar con un


encuadre retrospectivo, situacional o prospectivo.
Los terapeutas pueden enriquecer las relaciones colaborativas y las conversaciones
dialógicas con otras técnicas o dispositivos de su propia imaginería.
Abajo se presentan los temas sugeridos para cada una de las sesiones, todas ellas se
trabajan dentro de un encuadre situacional.
Sesión Tema
Identidad de género ¿Qué significa ser mujer en esta sociedad y en mi
Mujeres
familia? (arqueología de la feminidad en casa)
1
Identidad de género ¿Qué significa ser hombre en esta sociedad y en mi
Varones
familia? (arqueología de la masculinidad en casa)

33
Los significados atribuidos al consumo de drogas a partir de la experiencia familiar
2
(arqueología del consumo en la familia)
La violencia familiar a escena: espectadores de la violencia en casa (arqueología y
3
genealogía de la violencia familiar)

4 Mi relación con las drogas: una historia que vale recontar

El conocimiento gnómico: libretos, refranes, proverbios, canciones y demás decires, la


5
paremiología de mi vida
Mujeres Subjetividad femenina. Dependencias y malestares
6
Varones Subjetividad masculina. Privilegios y molestares
7 La violencia simbólica ¿De qué manera usamos el poder en nuestra vida cotidiana?
Mujeres Habitus corporal (cuerpos domesticados). La inmaculada concepción
8
Varones Habitus corporal (cuerpos domesticados). Palimpsestos corpóreos
¿Al amor le importa la democracia? Las relaciones socio-amorosas y de poder
Mujeres
en los con-tratos de pareja
9
¿Al amor le importa la democracia? Las relaciones socio-amorosas y de poder
Varones
en los con-tratos de pareja
10 El cuento de mi vida: narrativa propia, identidad propia

El número de sesiones para cada paciente estará en función de la severidad del


consumo, los recursos del mismo y la evolución de su cuadro clínico.
El terapeuta valorará cuando es momento del Alta Clínica, de acuerdo a los objetivos del
Plan de Tratamiento, o si propondrá una recontratación.
Es importante mantener la comunicación con el paciente tanto para constatar el
mantenimiento de la abstinencia y de los logros alcanzados en su tratamiento y
rehabilitación como para prevenir los riesgos de recaídas.

Rehabilitación
La rehabilitación se define como un proceso por el cual un individuo con un trastorno de
uso de drogas alcanza un estado óptimo de salud, funcionamiento psicológico y bienestar
social (NOM-028-SSA2-2009); a través de un conjunto de acciones y programas dirigidos
a la utilización del potencial máximo de crecimiento personal del individuo que le permita
sustentar o disminuir desventajas adquiridas a causa de su enfermedad en los principales
aspectos de su vida diaria.
Por lo anterior, la rehabilitación en el Sistema Penitenciario tiene como finalidad promover
en el paciente el re-aprendizaje de habilidades para la vida, la obtención y conservación
de un estilo de vida saludable, así como la participación en actividades productivas y en la
vida socio-cultural.

34
La rehabilitación al igual que el tratamiento debe adecuarse a las características
particulares de cada caso.
El resultado de una rehabilitación satisfactoria en el Sistema Penitenciario implica un
individuo con una calidad de vida en franca mejoría, estilos de vida más sanos y un nuevo
sentido de vida, así como un adecuado funcionamiento interpersonal.
Es importante resaltar que los talleres que integran los servicios de rehabilitación pueden
representar múltiples propósitos y beneficios terapéuticos a los pacientes, mismos que se
verán reflejados en actitudes, conductas, valores y habilidades por ejemplo: constancia,
tolerancia, disciplina, respeto, autonomía, socialización, participación en equipo, solución
de problemas, control de impulsos, sensación de logro, entre muchos otros.
Por lo anterior, es importante que los talleres se desarrollen en función de los objetivos
terapéuticos particulares que promueve cada uno de ellos, y tenga el matiz en función de
las características y necesidades de los pacientes.
Objetivo
Apoyar a los pacientes en el desarrollo y/o restablecimiento de habilidades físicas,
psicológicas y sociales disminuidas o alteradas por el consumo de drogas, mediante la
participación, reforzamiento y activación de los vínculos interpersonales y redes sociales
que permitan un proceso de reinserción social duradera, acorde a cada caso.

Área Laboral y de Capacitación para el Trabajo

Objetivo
Proporcionar los conocimientos pertinentes en diversos oficios y profesiones,
favoreciendo la reinserción laboral.

Desarrollo
La realización de los talleres depende de la infraestructura con que cuente cada Centro,
así como de los recursos humanos disponibles para el desarrollo de los mismos. Algunos
talleres que pueden llevarse a cabo son los siguientes: carpintería, plomería y herrería. El
material y/o las herramientas de trabajo a utilizar, corresponderán a las características del
oficio y dependerán de su disponibilidad.
Incluye acciones o actividades para que los pacientes adquieran en principio hábitos, y
después capacidades laborales necesarias para tener la posibilidad al concluir su proceso
de reclusión, de acceder al mundo laboral y apoyar su integración y mantenimiento de sí
mismos.
Además de ser una posible fuente de ingresos futura, el área laboral y de capacitación
para el trabajo con personas privadas de su libertad sirve al mismo tiempo como terapia
ocupacional en la cual el paciente tiene una buena opción para la utilización de su tiempo
libre o tiempo de ocio, que a su vez le deje un beneficio, incluso es común que los
pacientes al salir del Sistema Penitenciario deciden abrir un taller del oficio que
aprendieron en donde puede que participen varios integrantes de la familia, como los
hijos, la pareja o amigos, lo cual además favorece la convivencia familiar y la
comunicación.
La participación en un oficio le brinda al paciente la oportunidad de desarrollarse
laboralmente, socializar y al mismo tiempo comenzar a tener una remuneración
económica, que por sí misma es un reforzador positivo en esta etapa de su recuperación.

35
Además, se promueve el trabajo en equipo y la transmisión de conocimientos, que puede
ser entre conocidos o incluso en la propia familia.
El número de talleres y sesiones para cada paciente estará en función de la severidad del
consumo, los recursos del mismo y la evolución de su cuadro clínico.
El terapeuta valorará cuando es momento del Alta Clínica, de acuerdo a los objetivos del
Plan de Tratamiento, o si propondrá una recontratación.
Es importante mantener la comunicación con el paciente tanto para constatar el
mantenimiento de los logros alcanzados en su tratamiento y rehabilitación como para
prevenir los riesgos de recaídas.

Área Psicosocial

Objetivo
Promover el aprendizaje y reforzamiento de habilidades sociales, cognitivas y de manejo
de emociones en los pacientes, con la finalidad de favorecer la adquisición de
competencias psicosociales que les ayuden a afrontar exitosamente situaciones de riesgo
para el consumo de drogas, así como a asumir comportamientos saludables en su vida
cotidiana.
Desarrollo
La realización de los talleres depende de la infraestructura con que cuente cada Centro,
así como de los recursos humanos disponibles para el desarrollo de los mismos.
Es importante trabajar con el paciente su funcionamiento con respecto a los factores
emocionales (imagen pobre de sí mismo, actitud pasiva ante la vida, baja tolerancia a la
frustración, alto nivel de ansiedad o depresión), de personalidad (trastornos de conducta,
comportamiento de rebeldía, impulsividad, agresividad, egocentrismo e inseguridad) y
cognitivos (bajas aspiraciones educativas, escasa habilidad para la solución de problemas
y la toma de decisiones, así como la baja capacidad de análisis y abstracción).
Algunos temas de talleres que recomendamos llevarse a cabo en esta área son los
siguientes: Habilidades para la vida, Comunicación asertiva, Presión de grupo,
Cooperación y empatía, Resolución no violenta de conflictos, Toma de decisiones y
solución de problemas, Pensamiento crítico, Reconocimiento de valores, Afrontamiento
del estrés, Manejo de emociones, Autoestima, Imagen Corporal, Autoconcepto, Educación
para la Salud, Estilos de vida saludables, Salud relacional, Información sobre drogas,
Psicohigiene.
El número de talleres y sesiones para cada paciente estará en función de la severidad del
consumo, los recursos del mismo y la evolución de su cuadro clínico.
El terapeuta valorará cuando es momento del Alta Clínica, de acuerdo a los objetivos del
Plan de Tratamiento, o si propondrá una recontratación.
Es importante mantener la comunicación con el paciente tanto para constatar el
mantenimiento de los logros alcanzados en su tratamiento y rehabilitación como para
prevenir los riesgos de recaídas.

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Área Físico - Deportiva
Objetivo
Promoción y/o recuperación de un estilo de vida saludable a través de actividades
deportivas.
Desarrollo
La realización de las actividades deportivas depende de la infraestructura con que cuente
cada Centro, así como de los recursos humanos disponibles para el desarrollo de las
mismas. Algunas actividades deportivas que pueden llevarse a cabo son las siguientes:
Fútbol, voleibol, básquetbol, carrera, caminata, pilates, kick boxing, etc.
Entre las actividades más significativas para lograr este objetivo podemos destacar en el
orden de lo fisiológico:
1. El efecto tranquilizante a corto plazo asociado con el incremento de la temperatura
corporal inducida por el ejercicio físico.
2. El incremento de la actividad adrenal, lo que facilita la adaptación al estrés.
3. La reducción del potencial nervioso del músculo, producto del ejercicio físico, lo
que ocasiona una liberación de la tensión.
4. La secreción de sustancias neurotransmisoras como noradrenalina, serotonina y la
dopamina inducida por el ejercicio, lo que provoca una mejora del estado anímico.
5. La liberación de endorfinas como consecuencia del ejercicio físico, lo que induce la
sensación de bienestar.
Y en lo referente a los mecanismos de carácter psicológico se mencionan los siguientes:
a) El ejercicio físico favorece una mejor condición física, lo que dota a las personas
que lo practican de una mayor sensación de competencia, control y
autosuficiencia.
b) El ejercicio físico es una forma de meditación equivalente a un estado de
conciencia alterado más relajado.
c) El ejercicio físico es una forma de retroalimentación que enseña a las personas a
regular su propia activación.
d) El ejercicio proporciona distracción, diversión, tiempo de evasión de pensamientos,
emociones y conductas desagradables.
e) El refuerzo social entre los practicantes durante las sesiones de ejercicio físico,
promueve el reconocimiento social y conduce a estados psicológicos positivos.
f) El ejercicio compite con estados negativos como la ansiedad y la depresión, en los
sistemas cognitivo y somático.
El número de actividades deportivas para cada paciente estará en función de la severidad
del consumo, los recursos del mismo y la evolución de su cuadro clínico.
El terapeuta valorará cuando es momento del Alta Clínica, de acuerdo a los objetivos del
Plan de Tratamiento, o si propondrá una recontratación.
Es importante mantener la comunicación con el paciente tanto para constatar el
mantenimiento de los logros alcanzados en su tratamiento y rehabilitación como para
prevenir los riesgos de recaídas.

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Área Lúdico - Cultural
Objetivo
Favorecer el desarrollo y fortalecimiento de las funciones cognitivas, de psicomotricidad,
la expresión de emociones y sentimientos, así como, desarrollar y fortalecer la capacidad
creadora.
Desarrollo
La importancia del área de rehabilitación lúdica-cultural radica en el sentido que tiene el
juego en la formación de la personalidad, tanto de lo afectivo como de lo cognitivo. Para
comprender la importancia de esto, es preciso dar cuenta del lugar que tiene el juego a
nivel biopsicosocial. El juego, es la puerta de entrada para el lazo social con los otros, de
ahí radica su importancia fundamental para instrumentarla como rehabilitante y
facilitadora de la reinserción social. La entrada al mundo cultural de los infantes está
posibilitada precisamente por el juego. El juego permite la entrada de los sujetos a la
cultura, así como al pensamiento abstracto.
La terapia del arte, realizada de forma individual o en sesiones de grupo, puede ser
utilizada con pacientes de todas las edades, razas y orígenes étnicos que tengan alguno
de los siguientes problemas sociales, físicos y emocionales.
El arte permite proyectar conflictos internos, y permite mejorar las respuestas del paciente
a sus problemas y limitaciones, posibilitándole a través de la conjunción de la creatividad
y motricidad, que mejore progresivamente sus deficiencias físicas o motoras, lo cual lleva
hacia el camino de su curación o de su restablecimiento.
Las actividades lúdico-culturales, favorecen y estimulan, el desarrollo de la
psicomotricidad fina y gruesa; ayuda a mantener y mejorar la atención, la concentración,
las operaciones mentales (la reversibilidad), la memoria, la observación, la iniciativa, la
voluntad y la autoconfianza. En el área socioemocional favorece la autonomía, la
aceptación de sí mismo con sus posibilidades y límites, mejora la capacidad de
comunicar, potencia la autonomía, propicia la cohesión grupal, ayuda a interactuar y a
facilitar la inclusión social. En el desarrollo perceptivo se cultivan y ejercitan los cinco
sentidos, además favorece el desarrollo estético y el desarrollo creativo, estimulando la
imaginación y creatividad.
La realización de las actividades lúdico-culturales depende de la infraestructura con que
cuente cada Centro, así como de los recursos humanos disponibles para el desarrollo de
las mismas. Algunas actividades que pueden llevarse a cabo son las siguientes:
Papiroflexia, Destreza Mental (Juegos de destreza), Elementos teatrales, Percusiones,
Guitarra.
El número de actividades lúdico-culturales para cada paciente estará en función de la
severidad del consumo, los recursos del mismo y la evolución de su cuadro clínico.
El terapeuta valorará cuando es momento del Alta Clínica, de acuerdo a los objetivos del
Plan de Tratamiento, o si propondrá una recontratación.
Es importante mantener la comunicación con el paciente tanto para constatar el
mantenimiento de los logros alcanzados en su tratamiento y rehabilitación como para
prevenir los riesgos de recaídas.

Área Reducativa - Formativa

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Objetivo
Fomentar y facilitar la integración socio-escolar de los pacientes, a través de la realización
de ejercicios y técnicas que fortalezcan los intereses, habilidades y estrategias
relacionadas con el ámbito escolar.

Desarrollo
En esta área es importante tomar como referencia principal a la pedagogía especial que
se enfoca en la “reeducación” como principal tipo de intervención. El concepto de
reeducar conlleva, en ocasiones, aprender nuevamente y en otras aprender a
desaprender patrones que no han funcionado en la vida cotidiana.
Se reeduca una persona que consume drogas y que además tiene conductas delictivas,
para que pueda recuperar su funcionalidad en el contexto social y cognitivo. Reeducar
indica modificar un proceso de reiteración de algo que no ha ido a buen fin, por
insuficiente, no utilizado o dañado.
La reeducación se enfoca en los procesos de crecimiento, aprendizaje, reinserción social
y de prevención, prestándole especial atención a:
 El paciente en su integridad, a la valoración de los recursos y a la recuperación de
sus potencialidades y expresiones.
 Fomentar la integración de los pacientes, en los núcleos familiares, en los
ambientes relacionales y comunitarios.
 La dimensión de escucha y del valor de la libertad de los pacientes.
 Al dar sentido y significado a la experiencia y a partir de ahí construir un saber que
permita hacerle frente de forma distinta a la vida cotidiana.
 A la mediación con la realidad de referencia por medio de lo aprendido.
 A la dimensión informal de la vida de los pacientes y de los grupos sociales.
Por otro lado, la “formación” se refiere al proceso complejo de trasferencia de contenidos
y métodos para hacer adquirir en otras personas niveles intelectuales, culturales,
emotivos y espirituales siempre mayores.
El proceso formativo es diferente para cada etapa evolutiva, por lo mismo es importante
tener presente las peculiaridades de los pacientes para darles una atención lo más
adecuada posible.
En este sentido el fortalecimiento y/o desarrollo se dirige a todas aquellas habilidades
necesarias al aprendizaje de los pacientes que siguen estudiando, que quisieran
incorporarse a un proyecto académico, que desertaron o han tenido problemas para
concluir sus estudios exitosamente.
La realización de los talleres depende de la infraestructura con que cuente cada Centro,
así como de los recursos humanos disponibles para el desarrollo de los mismos. Algunos
talleres que pueden llevarse a cabo son los siguientes: Conocimiento de sí mismo,
Preferencias vocacionales, Métodos de aprendizaje, Periódico mural, Círculo de Lectura,
Expresión Literaria.
El número de talleres y sesiones para cada paciente estará en función de la severidad del
consumo, los recursos del mismo y la evolución de su cuadro clínico.
El terapeuta valorará cuando es momento del Alta Clínica, de acuerdo a los objetivos del
Plan de Tratamiento, o si propondrá una recontratación.

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Es importante mantener la comunicación con el paciente tanto para constatar el
mantenimiento de los logros alcanzados en su tratamiento y rehabilitación como para
prevenir los riesgos de recaídas.

FASE IV: PROYECTO DE VIDA Y REINSERCIÓN SOCIAL

Esta fase del tratamiento tiene el propósito de que los pacientes consoliden los cambios
logrados hasta el momento, realizando y comprometiéndose con una programación de
actividades alternativas al consumo.

El Proyecto de Vida

Objetivo
Promover estilos de vida saludables mediante la estructuración de un proyecto de vida
que incluya actividades alternativas al consumo de drogas.
Desarrollo
Se realizan actividades que contribuyen a la elaboración de un proyecto de vida, partiendo
de la realidad actual de los pacientes. Son guiadas por un facilitador quien orienta al
grupo en todo momento.
Cada actividad sugerida tiene un objetivo particular que busca contribuir al desarrollo
humano de los pacientes y a la construcción de un proyecto de vida positivo:
 Intereses gustos y motivaciones: el objetivo es generar empatía entre los
integrantes del grupo, incluyendo al equipo técnico encargado de la intervención.
 Auto-conocimiento: Este eje temático tiene la intención de que los pacientes
identifiquen en sí mismos las características generales y particulares que los
hacen ser quienes son.
 Auto-concepto: El objetivo de este ejercicio es que los pacientes redescubran y
definan la imagen que tienen de sí mismos.
 Toma de decisiones: Busca dotar a los pacientes de la habilidad de hacer
elecciones conscientes y racionales, basadas en análisis, conocimiento y
comprensión de la situación a resolver.
 Estilo de vida saludable: Este eje temático busca proporcionar herramientas
educativas que impacten en los hábitos y conductas de los/las participantes de
manera positiva.
 Proyecto y plan de Vida: El objetivo de esta actividad es ayudar a los pacientes a
estructurar sus deseos de desarrollo, es decir, lo que quieren lograr en la vida,
animarlos a la acción y establecer las estrategias para lograr las metas
planteadas.
 Mi proceso de Reinserción Social o Institucional: Con esta actividad lo que se
busca es: 1) apoyar la preparación para la vida en libertad de los pacientes o, 2)
Apoyar la integración a la vida en la institución bajo otra perspectiva.

40
REINSERCIÓN SOCIAL (PREPARACIÓN PARA LA VIDA EN LIBERTAD)

Objetivo
Orientar y apoyar la reincorporación del paciente a su ambiente social de pertenencia,
dándole un acompañamiento intensivo y seguimiento a largo plazo.

Desarrollo
El aislamiento y la ruptura con los vínculos familiares y sociales son dos de los problemas
más graves de todo tratamiento en el Sistema Penitenciario. De ahí los programas que
buscan reincorporar al paciente a su ambiente social de referencia y al mismo tiempo
preparar su salida.
Para que un paciente se adapte a la vida exterior tras una estancia en prisión, es
importante prepararlo para afrontar los retos que su nueva vida le traerá. La preparación
para la vida en libertad implica un proceso de integración a la comunidad conocido como
Reinserción Social.
La Reinserción Social es un proceso que tiende a la integración de la población que por
diferentes causas se encuentra en condiciones de marginación, desventaja o
vulnerabilidad social y se desarrolla de manera paralela tanto al Tratamiento como a la
Rehabilitación.
El fin de la Reinserción Social es guiar a los pacientes en la puesta en práctica de los
recursos individuales adquiridos y fomentados en etapas anteriores, con el fin de alcanzar
su completa integración en el desarrollo social y colectivo, la responsabilidad social, las
competencias laborales e interacciónales, a través de la orientación y asesoramiento,
trazados a partir de un acompañamiento personalizado permanente.
Se realizan actividades que contribuyan a la Reinserción Social, partiendo de la realidad
actual de los pacientes. Son guiadas por un facilitador quien orienta al grupo en todo
momento.
Cada actividad sugerida tiene un objetivo particular que busca contribuir al desarrollo
humano de los pacientes y a la construcción de su Reinserción Social:
 Autoconocimiento: Es la habilidad por la cual los pacientes desarrollan el
conocimiento acerca de sus pensamientos, reacciones, emociones, qué les gusta
y qué les disgusta, cuáles son sus límites y sus fortalezas.
 Empatía: El desarrollo de esta habilidad les permitirá imaginar y sentir cómo es el
mundo desde la perspectiva de la otra persona.
 Comunicación asertiva: Con el desarrollo de esta habilidad se busca que los
pacientes sean capaces de expresar con claridad y de forma adecuada los
sentimientos, pensamientos y necesidades individuales.
 Relaciones interpersonales: Es la habilidad que les permitirá a los pacientes
establecer, conservar e interactuar con otras personas de forma positiva, así como
dejar de lado aquellas relaciones que impiden un desarrollo personal.
 Toma de decisiones: El desarrollo de esta habilidad les permitirá a los pacientes
evaluar las distintas posibilidades, teniendo en cuenta necesidades y criterios y

41
estudiando cuidadosamente las consecuencias que pueden acarrear las distintas
alternativas.
 Manejo de problemas y conflictos: Habilidad por la cual los pacientes buscarán la
solución más adecuada a un problema/conflicto, identificando en ello
oportunidades de cambio y crecimiento personal y social.
 Pensamiento creativo: Es una habilidad mediante la cual los pacientes
aprenderán a buscar alternativas diferentes de manera original ayudando a
realizar una toma de decisiones adecuada a la circunstancia.
 Pensamiento crítico: Es la habilidad que permite replantearse y analizar
objetivamente la situación existente de la forma más objetiva posible para llegar a
conclusiones propias sobre la realidad.
 Manejo de emociones y sentimientos: El desarrollo de esta habilidad, permitirá a
los pacientes reconocer las emociones y sentimientos así como su influencia en el
comportamiento y la manera de manejar las emociones más complejas.
 Manejo de tensión y estrés: Esta habilidad les permitirá identificar las fuentes de
tensión y estrés en la vida cotidiana, saber reconocer sus distintas
manifestaciones y encontrar vías para eliminarlas de manera saludable.
El número de actividades de Proyecto de Vida y Reinserción Social para cada paciente
estará en función de la severidad del consumo, los recursos del mismo y la evolución de
su cuadro clínico.
El terapeuta valorará cuando es momento del Alta Clínica, de acuerdo a los objetivos del
Plan de Tratamiento, o si propondrá una recontratación.
Es importante mantener la comunicación con el paciente tanto para constatar el
mantenimiento de los logros alcanzados en su tratamiento y rehabilitación como para
prevenir los riesgos de recaídas.

FASE V: SEGUIMIENTO A LA INTERVENCIÓN

El tratamiento para el uso, abuso y dependencia a drogas, se puede ver como un proceso
continuo cuyo propósito final es mejorar la calidad de vida del paciente. Todo proceso
tiene un inicio y un final, la fase concluyente de este proceso es el periodo de cuidados
posteriores que se conocen como seguimiento a la intervención, el cual también forma
parte de su tratamiento.
El seguimiento es una actividad que permite acompañar a los pacientes durante un
periodo de tiempo programado, el cual se sugiere puede ir de 6 a 12 meses posteriores a
la conclusión de su programa de intervención. Esto es, una vez que la persona ha
alcanzado los objetivos programados, se deben disponer reuniones de seguimiento para
atender cualquier circunstancia en la vida de las personas que pudiera ser un riesgo de
retorno a su estilo de vida anterior.
Con el periodo de seguimiento se busca proporcionar al paciente un recordatorio acerca
de su compromiso de recuperación, ofrecer soporte, retroalimentación, ayudar al
desarrollo de un programa de recuperación individual y estar disponible por si acaso se
presenta una recaída o una crisis.
Objetivo:

42
Otorgar al paciente un espacio de contención y referencia en donde pueda seguir
reafirmando los logros obtenidos durante su periodo de intervención.

Desarrollo
Después de que el paciente ha sido dado de alta del programa de Intervención, como
parte de los cuidados posteriores debe acudir a algunas reuniones de forma periódica a
criterio clínico del equipo de salud.
Se propone que el acompañamiento se lleve a cabo en los siguientes periodos, después
de haber concluido el programa de intervención:
 Primer trimestre: 1 vez cada 15 días.
 Segundo trimestre: 1 vez cada mes.
 Segundo semestre: 1 vez cada dos meses.
 Total: 12 sesiones de seguimiento.
Cuando el seguimiento se realice dentro del Centro se sugiere obtener información en las
siguientes variables
 Frecuencia y cantidad del consumo.
 Necesidad o urgencia de consumir.
 Integración al ambiente específico.
 Relaciones interpersonales y familiares.
La finalización del tratamiento se realizará atendiendo a los siguientes criterios:
 A petición del paciente: objetivos parcialmente cumplidos.
 Consecución del mantenimiento en la abstinencia, según criterios de DSM de
“remisión total sostenida de la dependencia” (no cumple criterios de abuso/
dependencia durante un periodo igual o mayor de 12 meses)
 Consecución de los objetivos consensuados con el paciente: alta terapéutica.

ALTA CLÍNICA
Objetivo
Documentar la conclusión del programa de intervención, los resultados observados así
como las circunstancias adyacentes al cierre de la atención.
Procedimiento
Las Normas Oficiales Mexicanas: NOM-028-SSA2-2009 para la prevención, tratamiento y
control de las adicciones, la NOM-004-SSA3-2012 del expediente clínico estipula que
todos los establecimientos especializados que brinden servicios de tratamiento residencial
o ambulatorio, deberán abrir un expediente clínico, elaborar el diagnóstico, pronóstico,
plan de tratamiento y el egreso cuando el/la paciente haya concluido o suspendido su
tratamiento.
El Alta Clínica constituye la valoración final de un proceso de atención curativa, la cual
queda reflejada en el expediente clínico como una categoría que incluye dos ámbitos:
1) Administrativo y/o 2) Clínico.
A nivel administrativo establece el cierre de un documento de carácter legal.

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A nivel clínico representa el final de un proceso terapéutico/curativo médico y psicosocial.
Una vez concluido el programa de intervención o en caso de ser interrumpido de manera
voluntaria por el paciente que consume drogas, o por sus familiares, se deben registrar
las conclusiones, motivos y circunstancias en que ocurre el alta clínica.
El Alta Clínica es una acción de evaluación clínica, por lo cual no puede dejar de
realizarse.
Es importante considerar además que en un centro de readaptación social el proceso de
alta clínica tiene sus características propias, por ejemplo puede darse el caso donde el
paciente concluya su tratamiento en adicciones pero continúe con su proceso legal al
interior de la Centro donde se encuentre, o también puede ocurrir que el paciente haya
cumplido con su sanción legal y que por tanto sea necesario canalizarlo a otra institución,
como los Centros de Integración Juvenil A.C., para que de esta manera pueda seguir con
su tratamiento, o si éste ya concluyo, para dar el seguimiento correspondiente.

CANALIZACIÓN A CIJ
La atención de las personas con problemas de adicciones requiere de la participación
conjunta y coordinada de los diferentes profesionistas, instituciones y niveles de atención
para proporcionar de manera integral y oportuna la atención médica, suficiente y de
calidad; derivando en forma eficaz a quienes requieran de tratamientos más prolongados
y/o especializados.
Si durante el proceso de tratamiento o al finalizar el mismo, el paciente es puesto en
libertad, este/a deberá continuar con su proceso de tratamiento o seguimiento en Centros
de Integración Juvenil para que le proporcionen los servicios requeridos.
Procedimiento
La canalización/referencia se realizará al CIJ más cercano al domicilio del paciente
mediante el llenado del formato de referencia que se maneje en la institución de
procedencia u oficio de derivación.
El personal que realice la canalización deberá ponerse en contacto con el/la director del
CIJ para dar seguimiento a la canalización.

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REFERENCIAS
 Coombs, R. y Howatt, W. (2005). The Addictión counselor´s. Desk reference. John Wiley &
Sons. Canada.
 Modelos de Justicia Alternativa para personas con adicciones en México (2011). Disponible
en: http://www.cicad.oas.org/apps/Document.aspx?Id=1238
 Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014. Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo.
 Modelos de Justicia Alternativa para personas con adicciones en México (2011). Disponible
en: http://www.cicad.oas.org/apps/Document.aspx?Id=1238
 Código Penal Federal. Diario Oficial de la federación. 20-08-2009.
 Aldrete L. (2008) Modelos sistémico estructural y psicodinámico vincular, en confluencia a
través de un enfoque integrativo familiar. Tesis para obtener el grado de maestría en
terapia familiar. México: IFAC
 Kalina, E. (2000) Adicciones: Aportes para la clínica y la terapéutica. Paidós. Argentina
 Foucault M. (2002) Vigilar y Castiga. Siglo XXI Editores. Argentina.
 Gerez Ambertín M. Sujeto ante la ley: culpa y prohibición. Disponible en:
www.edupsi.com/culpabilidad
 Pérez Guadalupe J.L. (2000) La construcción social de la realidad carcelaria. Fondo
Editorial 2000.Perú. Pág. 95
 Laplanche J. y Pontalis J.B. (1996). Diccionario de Psicoanálisis. Editorial Paidós.
Barcelona
 Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.
 Hacer los derechos realidad. Talleres de sensibilización sobre cuestiones de Género.
Amnistía Internacional
 CIJ (2013). Guía Técnica. Consulta Externa Básica. México: Centros de Integración
Juvenil, A. C., Dirección de Tratamiento y Rehabilitación, Subdirección de Consulta
Externa.

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