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AL.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.

En un P.·. Geom.·. en el Or.·. del Valle de México a 16 de Julio de 2019 E.·. V.·.

L.·. B.·. R.·. L.·. S.·. Mahatma Gandhi # 63

VEN.·. M.·.
QQ.·. HH.·.

Vicio y Virtud

Vicio: proviene del latin vitium, y el real diccionario de la lengua española la define como mala calidad, defecto o daño
físico en las cosas, entre otras definiciones de esta palabra es la falta de rectitud o defecto moral en las acciones, es el
gusto especial o demasiado apetito por algo que incita a usarlo frecuentemente.

Virtud: esta palabra también proviene del latín virtus, y es definida como la fuerza, vigor o valor, otras definiciones de
este término son la actividad o fuerza de las cosas para producir o causar efectos, integridad de animo y bondad de vida,
las virtudes se dividen en teologales y cardinales, las teologales son la fe, la esperanza y la caridad, cuyo objeto directo
es dios.

Las virtudes cardinales son: prudencia, justicia, fortaleza y templanza, estas solo son principios de otras en ellas
contenidas.

En nuestra liturgia de grado, durante el rito de iniciación se hacen varias alusiones a estos términos, esta misma, define
virtud como el esfuerzo que vence las pasiones y nos indica que para que exista ha de haber lucha y ni debe ser
confundida con la honradez, la benevolencia o la beneficencia, la primera dice se haya en los apáticos la segunda en los
débiles y la tercera puede maridarse con el vicio y ningún apático, ningún débil y ningún vicioso es virtuoso.

El vicio lo define como el hábito de contentar nuestros deseos, hábitos que pervierte y trae desesperación si no son
satisfechos.

Un poco antes de indicarnos en la iniciación estos conceptos realizamos un acto en el cual simbolizamos la humildad que
debe existir en nosotros ya que sin ella no logramos honor, virtud, talento, y menos aun actuamos con buena voluntad,
este acto es el despojarnos de nuestros metales y alhajas.

Mas adelante se nos pone a prueba con tres viajes, gustaría hacer énfasis que estos tres viajes también representan esa
delgada línea entre los el vicio y la virtud y como “se goza de la tranquilidad de la razón y de la paz del alma que son
satisfechas con la conciencia”

El segundo viaje representativo del agua y en algunos textos podemos encontrar que el agua es alegórica de las
emociones de nuestra segunda edad, nos llevan a actuar impetuosamente, esto es actuar bajo el influjo de las
emociones, lo cual se vuelve peligroso ya que fácilmente podemos caer presas de nuestro apetito de satisfacción y por
lo tanto ocasionarnos daños física y espiritual de esta practica.

El tercer viaje que representa alegóricamente al alma con el fuego, nos dice que debemos ser fuertes y conscientes para
luchar contra nuestras propias pasiones (considero que nuestra pasiones como son manejadas en la liturgia son una
forma de hacernos ver que el dejarnos llevar por esas sensaciones y emociones sin el equilibrio de la razón, pueden
hacer que cualquier persona, caiga presa del vicio que ello provoca.

Nuestra palabra sagrada la cual fue transmitida de boca a oído también se relaciona con el termino virtud, si tomamos
como referencia esta, en su definición por el diccionario de la lengua española, y si lo relacionamos con otras partes el
rito de iniciación concluyo que debemos tener la fuerza para poder llegar a ella pero también la inteligencia para saber
utilizarla, no es un camino fácil, ya que primero debemos ser conscientes de nuestros vicios y las pasiones que nos
llevaron a ellos, debemos tener la inteligencia y la humildad (la cual es una virtud) para reconocerlos y reconocernos
como tales, como yo lo percibo las virtudes son el fin pero también son el medio para alcanzarlas, debemos ser fuertes,
humildes, templados, debemos tener fe en que podemos conseguirlo, una frase que aun ronda por mi cabeza y que me
ha dejado marcado es aquella en las paredes del cuarto de reflexiones “si no eres fuerte para continuar, desiste estas a
tiempo” resume perfectamente lo antes tratado, si no eres virtuoso, no quieres serlo o no estas dispuesto a enfrentarte
a ti mismo para serlo, es mejor dejar las cosas como están, ya que una vez dado el salto no hay marcha atrás.

Es cuanto.

Bibliografia:

www.rae.es

liturgia del grado de aprendiz


Ed. Herbasa

Edgar Alfonso Reyes Pérez

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