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LOM p¡LAenA DE LA LENGTJA yñrtrr

e*i Ranciére
Eü reDurt o d,e
serís ible
ffiü,*U¡rmtlu n p** r[írtica
O LOM Ediciones
Primera edición 2009
I S.B.N. : 978-956-00-0067-5 lllfili¡urud|¡ry'*r,,rru '$t t -r-r=tóLal Durán. Helga
l,, fl ¡ ¡ s el. I v án Truj illo
llFltrunu¡,rt¡rL-'-"Irflni"
Títtrlo original: Le partoge du sensible rw lfli'¡lr*n"*..' úo L uJurlaga. Realizada
,'rnúr ,til :o¿-- r,
'lL¿ las actir it{ades tlel
La Fabrique éditions, 2000
Stsirmm¡ürr.rr ri,'r ü-f ¡":torado dictado por'
lmagen dc portada: Juno Ludovisi
'lldlt
pn',uillir**,': Fr¿.llri=n-o tle Undtrlraga en
A cargo de esta colección: Patricio Mena
,lldli lüih,rnlrir,r¡, i, , em, F¡losolía con mención
e lr-án Tr¡n iür
'¡rrIrr
Lfr *ii: -: !,¡ .r r Troría cle las Artes.
Diseño, Composición y Diagramación: Iti[ nnu,e-'*'ciu,r 'i" t-hile. Prirner semestle
Editorial LOM. Concha y Toro 23, Santiago iütüü;
'fll&{,
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Inrpreso en los tallcres de LOM


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Impreso erl Santiago de Chile

Estr lmno, nuertcADo


(PA.P), H,A RECIBIDo EL
EN EL pnocrrrrr m.{,- ,t
MARco oet
Apoyo onl Mmst¡n¡o os F"..*-nmnmus
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oe Fneucta, ¡E t¡ Eug¡¡¡o¡ oe FqANclA. rx Cunr , -r-
Fra¡¡cÉs os S,ml¡.co. tOfi,i!
Prólogo

l-as páginas que siguen obedecen a vna doble


petición. En su origen, estaban las preguntas
planteadas por dos jóvenes filósofos, Muriel
C¡mbes y Bernard Aspe, para su revista Alice, y
más especialmente para su sección "La fábrica de
lo sensible". Esta sección se interesa por los actos
estéticos como configuraciones de la experiencia,
que dan cabida a modos nuevos del sentir e inducen
formas nuevas de la subjetividad política. Es en este
rnarco que me preguntaron sobre las consecuencias
de los análisis que mi llbro Ia Mésententel había
dedicado al reparto de lo sensible, que es el lugar
en que s
una cierta estética de la política. Sus preguntas,
suscitadas también por una reflexión nueva sobre
las grandes teorías y experiencias vanguardistas de
la fusión del arte y de la vida, rigen la estructura
del texto que leeremos. Mis respuestas fueron
desarrolladas y sus presuposiciones fueron, dentro
de lo posible, explicitadas ante la petición de Eric
Hazan y Stéphanie Grégoire.
Pero esta petición particular se inscribe en un
contexto más general, La multiplicación de los
discursos que denuncian la crisis del arte o su

I
Jacques Ranciére, La Mésentente. Politique et philosophia Paris, Galilée, 1995.
Tr. El desacuerdn. Pohtica 1 fbsofa, Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión,
1996.
captación fatal por el discurso, la generalización contribuciones contemporáneas al pensamiento de
del espectáculo o la muerte de la imagen, indican los desastres del arte o de la imagen acuñaban en
suficientemente que el terreno estético es hoy Llna prosa más mediocre este vuelco primero.
aquel en el cual prosigue unabafalla que ayer tenía
Ese paisaje conocido del pensamiento
por objeto las promesas de la emancipación y las
contemporáneo define el contexto en el cual
ilusiones y desilusiones de la historia. Sin duda la
se inscriben estas preguntas y respuestas, pero
trayectoria del discurso situacionista, proveniente
en ningún caso slt objetivo. No se trata aquí de
de un movimiento artístico vanguardista de la reivindicar nuevamente, contra el desencanto
posgueffa, convertido en los años 1960 en una
posmoderno, la vocación vanguardista del arte
cútica radical de la política y hoy en día absorbido
o el impulso de una modernidad que vincula
en lo ordinario del cliscurso desencantado que las conquistas de la novedad artística con las de
realiza el doblez "crítico" del orden existente, es
la emancipación. Estas páginas no proceden de
sintomática de las idas y venidas contemporáneas
la preocupación por una intervención polémica.
de la estética y de la política, así como de las Más bien se inscriben en Lln trabajo a largo plazo
transformaciones del pensamiento vangtrardista
que apunta a restablecer las condiciones de
en pensamiento nostálgico. Pero son los textos inteligibilidad de un debate. Eso quiere decir, en
de Jean-FranEois Lyotard los que marcan mejor
primer lugar, elaborar el sentido mismo de lo que
\a manera en que "la estética" ha llegado a ser, el término estética designa: no la teoría del arte
en los últirnos veinte años, el lugar privilegiado
en general o Llna teoría del afie que lo remitiría a
en el cual la tradición del pensamiento crítico se
sus efectos sobre la sensibilidad, sino un régimen
ha metamorfoseado en pensamiento del duelo. específico de identificación y de pensamiento de
La reinterpretación del análisis kantiano cle lo
las artes: un modo de articulación entre maneras
sublime importaba al arte ese concepto que Kant
de hacer, formas de visibilidad de esas maneras de
había situado más allá del arle, para hacer del arte
hacer y modos de pensabilidad de sus relaciones,
un testigo del encuentro de lo impresentable que
que implican una cierta idea de la efectividad del
desampara todo pensamiento -y, por esa vía, un
pensamiento. Definir las articulaciones de este
testigo que carga contra la arrogancia de la gran
régimen estético de las artes, los posibles que éstas
tentativa estético-política del devenir-mundo del
determinan y sus modos de transformación, ese es
pensamiento-. Así, el pensamiento del arte se
el objetivo presente de mi investigación y de un
convertía en el lugar en que se prolongaba, luego de
seminario realizado desde hace algunos años en
la proclamación del fin de las utopías políticas, una
el marco de la Universidad París MII y del Colegio
dramaturgia del abismo originario del pensamiento
Internacional de Filosofía. No se encontrarán aqruí
y del desastre de su desconocimiento. Numerosas

6
los resultados, cuya elaboración seguirá su ritmo 1. Del reparto de lo sensible y de las
propio. He, no obstante, intentado marcar algunos relaciones que establece entre política y
puntos de referencia, históricos y conceptuales, estética
adecuados para replantear ciertos problemas que
confunden irremediablenente nociones que hacen Ez El desacuerdo, la política es intenogada
p^sar a priori conceptuales por determinaciones a partir de lo que usted llama el 'Teparto de
históricas y recortes temporales por determinaciones lo sensible". ¿Esta expresión es a sus ojos la que
conceptuales. En el primer r¿rngo de estas nociones brinda la claue de la unión necesaria entre
figura por supllesto la de modernidad, principio prdcticas estéticas y prácticas políticas?

hoy en día de todos los desórdenes que sitúran


juntos a Hóldedin o Cézanne, Mallarmé, Malevitch o Llamo rg4rtg_ge_!9*s9l\qiQ!" ese sistema cle
Duchamp en el gran torbellino en el cual se mezcl¿rn
"
el'idencias sensibles que al mismo tiempo hace
la ciencia cartesiana y el parricidio revolucionario, visible la existencia cle un común y los recortes
la edad de las masas y el irracionalismo romántico, que allí definen los lugares y las partes respectivas.
la prohibición de la representación y las técnicas de L]n reparto cle lo sensible fiia entonces, al mismo
la reproducción mecanizada, lo sublime kantiano dempo, un comúrn repartido y partes exclusivas.
y la escena primitiva freudiana, la huida cle los Esta repartición de partes y de lugares se funda en
dioses y el exterminio de los judíos en Europa. un repafio de espacios, de tiempos y de formas de
Indicar la poca consistencia de estas nociones no actividad que determina la manera misma en que
irnplica evidentemente ninguna adhesión a los un comúrn se ofrece a la parlicipación y donde los
discursos contemporáneos del regreso a la simple unos y los otros tienen parte en este reparto. El
realidad de las prácticas del arte y de sus criterios ciudadano, dice Aristóteles, es aquel que tienepane
de apreciación. La conexión de estas "simples en el hecho de gobernar y de ser gobernado. Pero
prácticas" con modos de discurso, formas de vida, otra forna de reparlo precede a este tener parte:
ideas del pensamiento y figuras de la comunidad, no equel que determina a los que tienen parte en é1.
es el fruto de ningún desvío maléfrco. En cambio, el El animal hablante, dice Aristóteles, es un animal
esfuerzo para pensarla obliga a abandonar la pobre político. Pero el esclavo, si es que comprende el
dramaturgia del fin y del retorno, que no acaba de lenguaje, no lo "posee". Los aftesanos, dice Platón,
ocupar el terreno del arte, cle la política y de todo no pueden ocuparse de cosas comunes porque
objeto de pensamiento. ¡to tienen el tiempo de dedicarse a otra cosa que
su trabajo. No pueden estar en otro sitio porque
el trabajo no espera. E!19pa_11_o_"d9_ lo__q9n"-s!Q19
hace ver quién puede tener. p4fie gn lo comúrn en
fylcjón de lo que hace, del tiempo y el esp_a_cio en de las maneras de hacer y en sus relaciones con
los cuales esta acliüda=d-sq gjgrcg, Te.ner tal o cutl_ mtneras de ser y formas de visibilidad. Antes de
"ocupación" define competencias o incompetencias tundarse en el contenido inmoral de las fábulas, la
respecto a lo común. Eso define el hecho'de ser proscripción platónica de los poetas se funda en la
o no visible ü"-espacio común, dotado de una imposibilidad de hacer dos cosas al mismo tiempo.
""
palabra comúrn, etc. Hay entonces, en la base de la El problema de la ficción es primero un problema
política, una "estética" que no tiene nada que ver de distribución de lugares. Desde el punto de vista
con esta "estetización de la política" propia de la phtónico, la escena del teatro, que es t Ia vez el
"época de masas", de la cual habla Benjamin. Esta espacio de una actividad pública y el lugar de
estética no puede ser comprendida en el sentido erhibición de "fantasrnas", confunde el reparto de
de una captación perversa de la política por una údentidades, de actividades y de espacios. Sucede
voluntad de arte, por el pensamiento del pueblo lo misno con la escritura: yéndose a la derecha y
como obra de arte. Si nos apegamos a la analogía, a le izquierda, sin saber a quién hay o no hay que
podemos entenderla en Lln sentido kantiano h¡blar, la escritura destruye toda base legítima de
-eventualmente revisitado por Foucault- como tr¿ circulación de la palabra, de la relación entre
el sistema de formas a priori que determinan ü06 efectos de la palabra y de las posiciones de
lo que se da a sentir. Es un recorte de tiempos y cuerpos en el espacio común. Platón desprende
de espacios, de lo visible y de lo invisible, de la nsí dos grandes modelos, dos grandes formas de
palabra y del ruido que define a la vez el lugar esistencia y de efectividad sensible de la palabra,
y la problemática de la política como forma de el teatro y la escritura -que serán también formas
experiencia. La política tra.fa de lo que vemos y de estructuración para el régimen de las artes en
de lo que podemos decir al respecto, sobre quién general-. Ahora bien, éstas se revelan de entrada
tiene la competencia para ver y la cualidad para conprometidas con un ciefto régimen de la política,
decir, sobre las propiedades de los espacios y los un régimen de indeterminación de identidades,
posibles del tiempo. de deslegitimación de posiciones de palabra, de
Es a partir de esta estética primera que podemos desregulación de repafios del espacio y del tiempo.
plantear la cuestión de las "prácticas estéticas", en Ese régimen estético de la política es propiamente
el sentido en que nosotros las entendemos, es decir el de la democracia, el régimen de la asamblea de
formas de visibilidad de prácticas del arte, del lugar ltrs artesanos, de las leyes escritas intangibles y de
que ellas oclrpan, de lo que "hacen" ala mirada de [r institución teatral. Al teatro y a la escritura, Platón
lo común. Las prácticas artísticas son "maneras de üpone una tercera forma, una buenarforma del arte,
hacer" que intervienen en la distribución general [¡ fornra coreograJica de Ia comunidad que canta y
úetua su propia unidad. En slrma, Platón desprende

10 ll
tres maneras cuyas prácticas de la palabra y del nodos los sujetos es la negación de toda relación
cuerpo proponen figuras de comuniclad. Está la de necesidad entre una forma y un contenido
superficie de signos muclos: superficie de signos determinados. Pero esta indiferencia, ¿qué es en
qlre son, dice, como pinturas. Y está el espacio del defrnitiva sino la igualdad misma de todo lo que
movimiento de los cllerpos que se divide él mismo ndr-iene sobre una página de escritura, disponible
en dos modelos antagónicos. Por un lado está el para toda n-rirada? Esta igualdad destruye todas las
movimiento de los simulacros de la escena, ofrecido prarquías de la representación e instituye también
a las identificaciones del público. Por el otro, está Ilrr comunidad de los lectores como comunidad sin
el movimiento auténtico, el movimiento propio de negitimidad, comunidad dibujada por la sola circu-
los cuerpos comunitarios. Iación aleatoria de la letra.
La superficie de signos "pintados", el desdo- Hay así una politicidad sensible atribuida de
blarniento del teatro, el ritmo del coro danzante: entrada a grandes formas de reparto estético
he ahí tres formas de reparto de lo sensible que {como el teatro, la página o el coro. Esas "políticas"
estftlcturan la manera en que las artes pueden ser siguen su lógica propia y r.'uelven a proponer sus
percibidas y pensadas como artes 1l como forrnas sen-icios en épocas y en contextos muy diferentes.
de inscripción del sentido de la comunidad. Estas Pensemos en la manera en que esos paradigmas
formas definen la manera en que las obras o per- hen funcionado en el nudo arte/política a finales
formances "hacen política", cualesquiera sean por del siglo XIX y a comienzos del siglo )O(. Pensemos,
otra parte las intenciones que ahí rigen, los modos por ejemplo, en el rol asumido por el paradigma de
de inserción sociales de los artistas o la maneras en ne página en sus diferentes formas, que exceden la
que las formas artísticas reflejan las estructuras o los meterialidad de la hoja escrita: existe la democracia
movimientos sociales. Cuando aparecen Madame norelesca, la democracia indiferente de la escritura
Bouatlt o La educación sentimental, esfas obras son úll como la simbolizan la novela y su público. Pero
inmediatarnente percibidas como "la dernocracia e\iste también la cultura tipográfica e iconográfica,
en literatura", a pesar de la postura aristocrática qse entrelazaniento de poderes de la letra y de la
y el conformismo político de Flaubert. Incluso su imagen, que ha jugado un rol tan importante en
rechazo de confiar a la literatura mensaje alguno es el Renacimiento y que las viñetas, [culs-de-lampel
considerado como un testirnonio de la igualclad de- e innovaciones diversas de la tipografía romántica
mocrática. Es demócrata, dicen sus adversarios, por hen despertado. Este nodelo confunde las reglas
sll toma de partido por pintar en lugar de instruir. de correspondencia a distancia entre lo decible
Esta igualdad de indiferencia es la consecuencia r lo visible propias de la lógica representafiva.
de una toma de partido poética. La igualdad cle Confunde también el repafio entre las obras del

t2 13
arte puro y las decoraciones del arte aplicado. Es participó, en el Renacimiento, en la valorización
por esto que ha jugado un rol tan importante -y de la pintura, en la afirmación de su capacidad
generalmente subestimado- en el trastorno del de captar Lln acto de palabra viva, el momento
paradigma representativo y en sus implicaciones decisivo de una acción y de una significación. La
políticas. Pienso particularmente en su rol en el poética clásica de la representación quiso, contra
movimiento Arts and Craftsy en todos su clerivados el rebajamiento platónico de la mimesis, dotar de
(Artes decorativas, Bauhaus, constructivismo) donde una vida a lo "plano" de la palabta o del "cuadro",
se definió una idea del mobiliario -en sentido de una profundidad específica, como manifestación
amplio- de la comunidad nueva, que inspiró de una acción, expresión de una interioridad o
también una idea nueva de la superficie pictórica rrznsmisión de una significación. Ella ha instaurado
como superficie de estructura común. entre palabra y pintura, entre decible y visible, una
El discurso modernista presenta la revolución relación de correspondencia a distancia, dando a

pictórica abstracta como el descubrimiento por la imitación su espacio específico.


parte de la pintura de su "medium" propio: la Es esta relación la que está en cuestión en la
superficie bidimensional. La revocación de la ilusión pretendida distinción de lo bidimensional y de
perspectivista de la tercera dimensión devolvería üo tridimensional como "propios" de tal o cual
a la pintura el dominio de su propia superficie. arte- Es entonces sobre lo plano de la página,
Pero precisamente esta superflcie no tiene nada en el cambio de función de las "imágenes" de la
de propia. Una "superficie" no es simplemente Llna lferatura o el cambio del discurso sobre el cuadro,
composición geométrica de líneas. Es una forma [rero también entre los trazos de la tipogrufía, del
de reparto de lo sensible. Escritura y pintura eraÍr afiche y de las artes decorativas, que se prepara en
para Platón superficies equivalentes de signos gran parte la "revolución anti-representativa" de la
mudos, privados del soplo que anima y transporta pinrura. Esta pintura, tan mal denominada abstracta
Ia palabra viviente. Lo plano, en esta Iógica, no se y supuestamente devuelta a su medium propio,
opone a lo profundo, en el sentido tridimensional. forma parte de una visión de conjunto de un nuevo
Se opone a lo "vivo". Es al acto de palabra "viva.", bombre alojado en nuevos edificios, rodeado de
conducida por el locutor hacia el destinatario obietos diferentes. Su planicie está ligada a la de
adecuado, que se opone la superficie muda de los ln página, del afiche o de la tapicería. Ésta es la cle
signos pintados. Y la adopción por la pintura de una interfase. Y su "pureza" anti-representativa se
la tercera dimensión fue también una respuesta a inscribe en un contexto de entrelazamiento del ane
ese reparto. La reproducción de la profunclidad puro y del arte aplicado, que le da de entrada una
óptica estuvo ligada al privilegio dela historia.Ella significación política. No es la fiebre revolucionaria

t4 15
ir

ir

que lo rodea la que hace al rnismo tiempo de *formal" de un arte y principio


de re-partición
Malevitch el autor del Cuadrado negro sobrefondo político de la experiencia común. Podríamos, del
blanco y el cantor revolucionario de las "nuevas misfi¡s modo, reflexionar sobre las otras grandes
formas de vida". Y no es algún ideal teatral del formas, la del coro y del teatro que mencionaba,y
hombre nllevo lo que sella la alianza momentánea otras. Una historia de la política estética, entendida
entre políticas y artistas revolucionarios. Es primero en este sentido, debe tomar en cuenta la manera
en la interfase creada entre "soportes" diferentes, en que estas grandes formas se oponen o se
en los lazos tejidos entre el poema y su tipografía entremezclan. Pienso, por ejemplo, en la manera en
o su ilustración, entre el teatro y sus diseñadores la cual este paradigma de la superficie de signos/
y afrchistas, entre el objeto decorativo y el poema, formas se opuso o mezcló al paradigma teatral
que se forma esta "novedad" que va aligar al artista de la presencia -y a las diversas fbrmas que este
que suprime la figuración, al revolucionario que paradigma pudo él mismo tomar, de la figuración
inventa la vida nlleva. Esta interfase es política en simbolista de la leyenda colectiva al coro en acto
tanto que revoca la doble política inherente a la de los hombres nuevoF. La política se juega ahí
lógica representativa. Por una parte, ésta separaba el corno relación entre la escena y la sala, significación
mundo de las imitaciones del arte y el mundo de los del cuerpo del actor, juegos de la proximidad o de
intereses vitales y las grandezas político-sociales. Por la distancia. Las prosas críticas de Mallarmé ponen
otra, su organrzación jerárquica -y particularmente ejemplarmente en escena el juego de referencias
el primado de la palabra/acción viva sobre la cruzadas, oposiciones o asimilaciones entfe esas
imagen pintada- constituía una analogía respecto formas, desde el teatro íntimo de la página o la
al orden político social. Con el triunfo de la página coreografía ca\igráñca hasta el nuevo "oficio" del
novelesca sobre la escena teatral. el entrelazamiento concie¡to.
igualitario de las imágenes y los signos sobre la Por una parte, entonces, esas formas apafecen
superficie pictórica o tipográfica, la promoción del
cono portadoras de figuras de comunidad iguales
arte de los artesanos al gran arte y la pretensión a sí mismas en contextos muy diferentes. Pero,
nueva de poner el arte en el decorado de toda inversamente, ellas son susceptibles de ser asignadas
vida, es todo un recorte ordenado de la experiencia
a paradigmas políticos contradictorios. Tomemos el
sensible que zozobra.
ejenrplo de la escena trágica. Para Platón, ella es
De manera que lo "plano" de la superficie de portadora del síndrome democrático y al mismo
los signos pintados, esa forma de reparto igualitario tienrpo dela fierza de la ilusión. Al aislar la mimesis
de lo sensible estigmatizado por Platón, interviene en su espacio propio, y al circunscribir la tragedia
al mismo tiempo como principio de revolución en una lógica de los géneros, Aristóteles redefine,

16 t7

i-
incluso si no es su propósito, su politicidad. ! en He citado tres formas a causa de su identificación
el sistema clásico de la representación, la escena conceptual platónica y de su constancia histórica.
trágica será la escena de visibilidad de un mundo Evidentemente, no definen la totalidad de las maneras
en orden, gobernado por la jerarquía de sujetos y en que las figuras de la comunidad se encuentran
la adaptación de situaciones y maneras de hablar e$éticamente bosquejadas. Lo importante es que es
de esta jerarquía. El paradigma democrático se en este nivel, el del recofie sensible de lo común
habrá vuelto un paradigma monárquico. Pensemos de la comunidad, de las formas de su visibilidad
también en la larga y contradictoria historia de y de su disposición, qLle se plantea la cuestíón
la retórica y del modelo del "buen orador". A lo & la relación estética/política. Es a partir de ahí
largo de toda la época monárquica, la elocuencia que podemos pensar las intervenciones políticas
democrática demosteniana signifrcó una excelencia de afistas, desde las formas literarias románticas
de la palabra, ella misma planteada como el atributo del desciframiento de la sociedad hasta los modos
imaginario del poder supremo, pero también contemporáneos de la performancey la instalación,
siempre disponible para retomar sll función pasando por la poética simbolista del sueño o la
democrática, al prestar sus formas canónicas y sus zupresión dadaís¡a o constructivista del arte. A partir
imágenes consagradas a la aparición transgresora de ahí pueden ponerse en tela de juicio numerosas
en la escena pública de locutores no autorizados. historias imaginarias de la "modernidad" artísÍicay
Pensemos incluso en los destinos contradictorios bs vanos debates sobre la autonomía del arte o su
del modelo coreográfico. Trabajos recientes han sumisión a la política. Las artes no prestan nunca a
recordado los avatares de la escritura del movimiento bs empresas de la dominación o de la emancipación
elaborada por Laban en un contexto de liberación más que lo que ellas pueden prestarles, es deci¡
de los cuerpos y convertida en el modelo de las simplemente lo que tienen en común con ellas:
grandes demostraciones nazis, antes de encontrar, ¡rosiciones y movimientos de cuerpos, funciones
en el contexto contestatario del arte perfomativo, de la palabra, repafticiones de lo visible y de lo
Llna nlleva virginidad subversiva. La explicación invisible. Y la autonomía de la que ellas pueden
benjaminiana por medio de la estetización fatal de gozar o la subversión que ellas pueden atribuirse,
la política en "la era de las masas" quizá olvida el descansan sobre la misma base.
lazo muy antiguo entre el unanimismo ciudadano y
la exaltación del libre movimiento de los cuerpos.
En la polis hostil al teatro y a Ia ley escrita, Platón
recomendaba mecer sin tregua a los niños de
pecho.

l8 r9
2. De los regímenes del arte y del escaso es identificado tal cual, sino que se encuentra
interés de la noción de modernidad s¡bsumido por la pregunta por las imágenes.
Hay un tipo de seres, las imágenes, que son
Algunas de las categorías más centrales para obieto de una doble interrogación: la de su origen
pensar la creación arthtica del siglo W, a saber,
5r'; por consiguiente, de su contenido de verdad; y
las de modernidad, de uanguardia 1, dude Ea de su destino: los usos a los cuales sirven y los
hace algún tiempo, de posmodernidad, resultan
cfectos que ellas inducen. Depende de este régimen
tener igualmente un sentido político. ¿Le parece
que ellas posean aQún interés para concebir en
h cuestión de las imágenes de la divinidad, del
derecho o de la prohibición de producirlas, del
términos precisos eso que liga 'la estética" con h
'político"? G$tatuto y de la significación de las imágenes que
han producido dicho régimen. Depende también
No creo que las nociones de modernidad y mda la polémica platónica contra los simulacros
de vanguarclia hayan sido suficientemente de la pintura, del poema y de la escena. Platón no
esclarecedoras para pensar las nuevas formas del Mrete, como frecuentemente se dice, el arte a ta
arte del último siglo, ni las relaciones de la estética política. Esta distinción misma no tiene sentido para
con lo político. Ellas mezclan en efecto dos cosas éL El arte paraPlatónno existe, sino solamente afes,

muy diferentes. Una es la historicidad propia de Ímrineras de hacer. Y es entre ellas que lrazalalínea

un régimen de las artes en general. La otra, son de reparto: hay artes verdaderas, es decir, saberes
las decisiones de ruptura o de anticipación que fundados en la imitación de un modelo con fines
operan en el interior de ese régimen. La noción de definidos, y simulacros de arte que imitan simples
modernidad estética recubre, sin darle concepto ryariencias. Estas imitaciones, diferenciadas por su
alguno, la singularidad de un régimen particular de uigen, lo son además por su función: por la manera
las artes, es decir, de un tipo específico cle vínculo cn que las imágenes del poema dan a los niños y a
entre modos de producción de obras o de prácticas, loo espectadores ciudadanos cierta educación, y se
formas de visibilidad de esas prácticas, y moclos de úrrriben en el repafio de ocupaciones de la polis.
conceptualización de unas y de otras. Es en este sentido que hablo de régimen ético de
las imágenes. En este régimen se trata de saber
Aquí se impone un rodeo para esclarecer esta
err qué medida la manera de ser de las imágenes
noción y situar el problema. En relación con lo
concierne al etbos,la manera de ser de individuos
que llamamos arte, podemos en efecto distinguir,
yde colectividades. Y esta cuestión impide al"arfe"
en la tradición occidental, tres grandes regímenes
individualizarse como tal2.
de identificación. En primer lugar se encuentra
!
lo que propongo denominar un régimen ético Fodemos comprender a partir de esto el pualogismo contenido en todm las
de ls a¡tes del estaruto onrológico de
rúÍ¡tivas por deducir las cuacte¡ísticro
de las imágenes. En este régimen, "el arte" no Ir irágenes (por ejernplo, lu incesartes tentativm de extraer de la teología

20 21
Del régimen ético de las imágenes se separa el Lo que destaca en primer término es el heobo del
régimen poético -o representative de las artes, Éste poema, la f'abricación de Llna intriga que dispone
identifica el hecho clel arte -o más bien de las arter acciones que representan a hombres actuando, en
en la pareja poiesis/m,imesls. El principio mimético detrimento del ser de la imagen, copia examinada
no es, en su fondo, un principio normativo que en base a su modelo. Ese es el principio de este
diga que el arte deba hacer copias que se asemejen c¿mbio de función del modelo dramático del cual
a sus modelos. Es en primer lugar un principio hablé antes. Así, el principio de delimitación externa
pragmático que aísla, en el dominio general de de un dominio que consiste en imitaciones es al
las artes (de las maneras de hacer), cieftas aftes mismo tiempo un principio normativo de inclusión.
particulares que ejecutan cosas espec-lficas, a saber, Este se desarrolla en formas de normatividad
inritaciones. Estas imitaciones se sllstraen alaveza que definen las condiciones segúrn las cuales
la verificación ordinaria de los proclllctos de las aftes [as imitaciones pueden ser reconocidas como
por su uso y a la legislación de la verdad sobre los ¡rertenecientes propiamente a Lln afie, y apreciadas,
discursos y las imágenes. Esa es la gran operación en su mafco, como buenas o malas, adecuadas o
efectuada por la elaboración aristotélica de la únadecuadas: repartos de lo representable y de lo
mim,esis y por el privilegio dado a la acción lrágicl irrepresentable, distinción de géneros en función
de los representados, principios de adaptación de
bmlas de expresión a los géneros, y por lo tanto a
ib temas representados, distribución de semejanzas
CIqgún principios de verosimilitud, conveniencia
@ correspondencias, criterios de distinción y de
mrparación entre artes, etc,
Ilan-ro a este régimen poético en el sentido en
qre identifica a las artes -lo que la época clásica
nfuará "bellas artes"- al interior de una clasificación
les maneras de hacer, y define por consiguiente
de hacer bien y de apreciar las imitaciones.
llrmo representati'Lto, en tanto que es la noción
representación o de mimesis la que organiza
rlaneras de hacer, de ver y de iuzgat Pero,
r"ez más, la mimesis no es la ley que somete
anes a la semejanza. ElIa es en primer lugar
de dioses el tiernpo del desamparo del "ser-expuesto" del hombre.

22 23
el pliegue en la distribución de maneras de hacer mismo: producto idéntico al no-producto, saber
y de ocupaciones sociales que hace visibles a las transformado en no-saber, /ogos idéntico a un
artes. No es un procedimiento del arte, sino un patbos, intención de lo inintencional, etc. Esta
régimen de visibilidad de las artes. Un régimen idea de un sensible que se ha r,uelto extranjero
de visibilidad cle las artes, es a la vez lo que a sí mismo, sitio de un pensamiento que a Ia vez
autonomiza las artes, pero también lo que articula se ha vuelto extranjero respecto a sí mismo, es el
esta autonomía con un orden general de maneras núcleo invariable de las identificaciones del arte
de hacer y de ocupaciones. Es lo que evocaba hace que configuran originalmente el pensamiento
un rato a propósito de la lógica representativa. Ésta estético: el descubrimiento por parte de Vico del
entra en una relación de analogía global con una terdadero Homero" como poeta pese a é1, el
jerarqtÍa global de ocupaciones políticas y sociales: 'genio" kantiano que ignora la ley que produce,
el primado representativo de la acción sobre los el "estado estético" schilleriano, hecho de la doble
caracteres o de la narración sobre la clescripción, suspensión de la actividad de entendimiento y de
la jerarqtía de géneros según la dignidad de sus fa pasividad sensible, la definición schellinguiana
temas, y el primado mismo del arte cle la palabra, del arte como identidad de un proceso consciente
de la palabra en acto, entran en analogía con toda y de un proceso inconsciente, etc. Esta idea recorre
una visión ierárquica de la comunidad. iguahnente las autodefiniciones de las artes propias
A este régimen representativo se opone lo que de la época moderna: Ia tdea proustiana del libro
llamo régimen estético de las artes. Estético, ya enteramente calculado y absolutamente sustraído
que allí la identifrcación del arteya no se hace por de la voluntad; la idea mallarmeana del poema del
una distinción en el seno de las maneras de hacer, espectador-poeta, escrito "sin aparato de escriba"
sino por la distinción de un modo de ser sensible por los pasos de la bailarina iletrada; la práctica
propio de los productos del arte. La palabra estética surrealista de la obra qlle expresa el inconsciente
no remite ni a una teoría de la sensibilidad, ni del del artista con las ilustraciones pasadas de moda
gusto ni del placer de los aficionados al arte. Remite de catálogos o folletines del siglo precedente; la
propiamente al modo de ser específico de lo que idea bressoniana del cine como pensamiento del
pertenece al arte, al modo de ser de sus objetos. cineasta extraído del cuerpo de los "modelos" que,
En el régimen estético de las artes, las cosas del repitiendo sin pensar en ello las palabras y gestos
arte son identificadas por sll pertenencia a un que éste les dicta, manifiestan en su ignorancia y
régimen específico de lo sensible. Este sensible, en la ignorancia de éstas su verdad propia, etc.
desligado de sus conexiones ordinarias, es habitado Es inútil continuar con las definiciones y los
por una potencia heterogénea, la potencia de ejemplos. En cambio, es preciso señalar el corazón
un pensamiento que se ha vuelto extranjero a sí del problema. El régin-ren estético de las aftes es el

25
que propiamente identifrca el arte con lo singular cl paso a la no-figuración en pintura. Este paso
y desliga a este arte de toda regla específica, de ñ¡e teorizado en una asimilación sumaria con un
toda jerarquía de los temas, de los géneros y de las destino global anti-mimético de la "modernidad"
artes. Pero lo realiza haciendo estallar en pedazos '¡rtística. Cuando los cantores de dicha modernidad
la barrera mimética que distinguía las maneras de wüeron los lugares donde este sabio destino de
hacer del arte de otras maneras de hacer y separaba lir modernidad se exhibía, invadidos por toda
sus reglas del orden de ocupaciones sociales. flrerte de objetos, máquinas y dispositivos no
Afirma la absoluta singularidad del arte y destruye Sentificados, comenzaron a denunciar la "tradición
al mismo tiempo todo criterio pragmático de esta de lo nuevo", una voluntad de innovación que
singularidad. Funda a su vez la autonomía del arte tduciría la modernid ad aftística al vacío de su auto-
y la identidad de sus formas con aquellas por las ¡roclamación. Pero es el punto de partida el que es
cuales lavtda se fo¡ma ella misma. El estado estétíco mlo. El salto fuera dela mimesrs no es para nada el
schilleriano que es el primer -y, efl un sentido, ¡echazo de la figuración. Y su momento inaugural se
insuperable- manifiesto de este régimen, marca ba denominado frecuentemente realisrno, el cual no
bien esta identidad fundamental de los contrarios. El significa en absoluto lavalorizacíón de la semeianza,
estado estético es puro sllspenso, momento en que sino la destrucción de los marcos en los cuales ella
la forma es probada por sí misma. Y es el momento funcionaba. Así, el realismo novelesco es en primer
de formación de una hurnanidad específica. fugar la inversión de jerarquías de la representación
A partir de esto, podemos entender las funciones (el primado de lo narrativo sobre lo descriptivo
desempeñadas por la noción de modernidad. o la jerarquía de los temas) y la adopción de un
Podemos decir que el régimen estético de las modo de focalización fragmentado o amplificado
artes es el nombre verdadero de lo que designa que impone su presencia bruta en detrimento de
el confuso apelativo de modernidad. pero la los encadenamientos racionales de la historia. El
"modernidad" es más que Lln apelativo confuso. régimen estético de las artes no opone lo antiguo
La "modernidad" en sus diferentes versiones es el a lo moderno. Opone más profundamente dos
concepto que se aplica para ocultar la especificidad regímenes de historicidad. Es en el seno del régimen
de este régimen de las artes y el sentido mismo mimético que 1o antiguo se opone a lo moderno.
de la especificidad de regímenes del arte. Dicho En el régimen estético del afie, el futuro del arte,
concepto tÍaz^, para exaltarlo o para deplorarlo, su separación con el presente del no-arte, no deja
una línea simple de pasaje o de mptura entre lo de volver a poner en escena el pasado.
antiguo y lo moderno, entre lo representativo y Quienes exaltan o denuncian la "tradición de
lo no-representativo o 1o anti-representativo. El lo nuevo" olvidan en efecto que ésta tiene como
punto de apoyo de esta historización simplista fue complemento estricto la "novedad de la tradición".

26 )7
El régimen estético de las artes no comenzó con espacios y los tiempos de la vida común, proponen
decisiones de ruptura artística. Comenzó con un fin del arte como identificación con la vida de
decisiones de reinterpretación de lo que hace o de la comunidad, que es tributaria de la relectura
quién hace el arte: Vico al descubrir al "verdadero rhilleriana y románfica del arle griego como modo
Homero", es decir, no a un inventor de fábulas y de vida de una comunidad - y comunican, por otra
de caracteres, sino a un testigo del lenguaje y clel flnrte, con las nuevas naneras de los inventores
pensamiento llenos de imágenes de los pueblos del prblicitarios, que no proponen ninguna revolución,
tiempo antiguo; Hegel al señalar el verdadero tema sino solamente Llna nueva manera de vivir entre
de la pintura de género holandesa: ya no historias hs palabras, las imágenes y las mercancía*-. La
de posada o descripciones de interiores, sino la iiea de modernidad es una noción equívoca que
libertad de un pueblo, impresa en reflejos de luz; querría ahondar en la configuración compleja del
Hólderlin al reiventar la tragedia griega; Balzac nÉgimen estético de las artes, retener las formas de
al oponer la poesía del geólogo que reconstituye úuptura, los gestos iconoclastas, etc., separándolos
mundos a partir de l-ruellas y de fósiles, a aquella del contexto que los autoriza: la reproducción
que se contenta con reproducir algunas agitaciones generalizada, la interpretación, la historia, el museo,
del alma; Mendelsohn al'interpretar nuevamente la el patrimonio... Ella quisiera que haya un sentido
Pasión según San Mateo, etc. El régimen estético úmico ahora que la temporalidad propia del régimen
de las aftes es, en primer lugar, un régimen nuevo egético de las artes es la de una co-presencia de
de relación con lo antiguo. Constituye, en efecto, uerrporalidades heterogéneas.
como principio mismo de artisticidad, esa relación La noción de modernidad parece entonces
de expresión de un tiempo y de un estado de mmo inventada expresamenfe para conftrndir la
civilización que, anteriormente, era la parte "no- ireligencia de las transformaciones del arte y de
atlística" de las obras (aquella que era excusada srs relaciones con otras esferas de la experiencia
invocando la rudeza de los tiempos en que había colectiva. Existen, me parece, dos grandes formas
vivido su autor). Inventa sus revoluciones sobre la de esta confusión. Ambas se apoyan, sinanalizaia,
base de la misma idea que le hace inventar el museo en esta contradicción constitutiva del régimen
y la historia del arte, la noción de clasicismo y las estético de las artes que hace del arte una forma
nuevas formas de la reproducción... Y se consagra a autónoma de la uiday plantea así, al mismo tiempo,
la invención de nuevas formas de vida sobre la base la autonomía del afte y su identificación con un
de una idea de lo que el arte fue, ba sido. Cuando momento en un proceso de autoformación de la
los futuristas o los constructivistas proclaman el vida. Las dos grandes variantes del discurso sobre
fin del ante y la identificación de sus prácticas la "modernidad" se deducen de ella. La primera
con aquellas que edifican, ritman o decoran los quiere una modernidad simplemente identificada

28 29
con la autonomía del arte, una revolttción "anti- "forma" estética. Lo que es valorado es entonces
mimética" del arte idéntica a la conquista de la la determinación del arte como forma y auto-
forma pura, finalmente puesta al desnudo. Cada formación de la vida. En su punto de partida está
arte afirmaría entonces la pura potencia del arte la referencia insuperable que constituye la noción
explorando los poderes propios de su medio schilleriana de la educación estética del bombre.
específico. La modernidad poética o literaria sería Es ella quien ñjó la idea de que dominación y
la exploración de los poderes de un lenguaje sen idumbre son primero distribuciones ontológicas
desviado de sus Llsos comunicacionales. La (actividad del pensamiento contra pasividad de la
modernidad pictórica sería el retorno de la pintura Íl¿'teri^ sensible) y quien definió un estado neutro,
a lo que le es propio: el pigmento coloreado y la un estado de doble anulación donde actividad de
superficie bidimensional. La modernidad musical ¡rensamiento y receptividad sensible se vuelven
se identificaría con el lenguaie de doce sonidos, una sola realidad, constituyen algo como una
liberado de toda analogía con el lenguaje expresivo, nueva región del ser -la de la apariencia y del
etc. Y estas modernidades específicas estarían en bre juege que hace pensable esa igualdad que
relación de analogía distanle de una modernidad la Revolución Francesa, según Schiller, mllestra
política, susceptible de identificarse, según las inposible materializar directamente. Es este modo
épocas, con la radicalidad revolucionaria o con específico de habitar el mundo sensible lo que
la modernidad sobria y desencantada del buen debe ser desarrollado por la "educación estética"
gobierno republicano. Lo que se denomina "crisis ¡nra forrnar hombres susceptibles de vivir en Lrna
del arte" es, en lo esencial, la derrota de este mrrnunidad política libre. Es sobre esta base que
paradigma modernista simple, cadavez más alejado re ha construido la idea de la modernidad como
tanto de las mezclas de géneros y de soportes consagrado al cumplimiento sensible de
como de las polivalencias políticas de las formas humanidad aún latente del hombre. Sobre
contemporáneas de las artes. punto podemos decir que la "revolución
Esta derrota está evidentemente sobredeterminada
ica" ha producido una idea nueva de la
por la segunda granforma del paradigma modernista, ión política, como cumplimiento sensible
que se podría llamar modernitarisrzo. Entiendo por una htrmanidad común que existe fodavía
nte como idea. Es así que el "estado estético"
esto la identificación de formas del régimen estético
riano se convirtió en el "programa estético"
de las artes con las formas de cumplimiento de ttna
romanticismo alemán, el programa resumido
tarea o de un destino propio de la modernidad. En
ese borrador redactado en comúrn por Hegel,
la base de esta identificación, hay una interpretación
específica de la contradicción matricial de la rlin y Schelling: el cumplimiento sensible de
flibertad incondicional del pensamiento puro en

30 3t
las formas de la viday de la creencia popular. Es el retorno de la línea curva y del ornamento; la
este paradigma de autonomía estética el que se ruina del modelo pictórico/bidimension al/ abstracto
convirtió en nuevo paradigma de la revolución, a Íravés de los retornos de la figuración y de la
y permitió posteriormente el breve pero decisivo significación, y la lenta invasión de las formas
reencuentro de artesanos de la revolución marxista tridimensionales y narrativas en el espacio en que
y de artesanos de las formas de la nueva vida. El se cuelgan las pinturas, del arte pop al arte de las
fracaso de esta revolución determinó el destino -en instalaciones y a los "cuartos" del video-art3; las
dos tiempor del modernitarismo. En un primer nlrevas combinaciones de la palabra y de la pintura,
momento, el modernismo artístico se opuso, en de la escultura monllmental y de la proyección de
su potencial revolucionario auténtico de rechazo sombras y de luces; el estallido de la tradición serial
y de promesa, a la degeneración de la revolución a través de las nuevas mezclas entre géneros, épocas
política. El surrealismo y la Escuela de Frankfurt y sistemas musicales. El modelo teleológico de la
fueron los principales vectores de esta contra- modernidad se ha vuelto insostenible, al mismo
modernidad. En un segundo momento, el fracaso de tiempo que sus repaftos entre los "propios" de las
la revolución política ftre pensada como el fracaso diferentes artes, o la separación de un dominio
de su modelo ontológico-estético. La modernidad puro del arte. El posmodernismo, en un sentido,
se volvió entonces algo así como un destino fatal ha sido sirnplemente el nombre bajo el cual ciertos
fundado sobre un olvido fundamental: esencia artistas y pensadores han tomado conciencia de lo
heideggeriana de la técnica, corte revolucionario que fue el modernismo: una tentativa desesperada
de la cabeza del rey y de la tradición humana, y por fundar un "propio del arte" enganchándolo
finalmente, pecado original de la criatura humana, con una teleología simple de la evolución y de
olvidadiza de su deuda con el Otro y de su sumisión la ruptura históricas. Y verdaderamente no había
a las potencias heterogéneas de lo sensible. necesidad de hacer, de este reconocimiento tardío
Lo que se denonina posmodernismo es de un dato fundamental del régimen estético de las
propiamente el proceso de este vuelco. En un artes, un corte temporal efectivo, el fin real de un
primer momento, el posmodernismo ha puesto período histórico.
al día todo lo que, en la evolución reciente de las Pero precisamente sll cllrso ha mostrado que
artes y de sus formas de pensabilidad, arruinaba el posmodernismo era más que eso. La alegre
el edificio teórico del modernismo: los pasajes licencia posmoderna, su exaltación del catnaval
y mezclas entre artes que arruinan la ortodoxia de simulacros, mestizajes e hibridaciones de todos
lessingiana de la separación cle las artes; la ruina
del paradigma de la arquitectura funcionalista y t Cf, Raymond Bellour, "La Chambre", en: L'Entre-innges, 2, Paris, P.O.L.,
1t99.

33
los géneros, se transformó rápidamente en un y la política. Su éxito depende menos de la conexión
cuestionamiento de esta libertad o autonomía que cómoda que ella propone entre la idea artística de
el principio modernitario daba -o habría dado- al la novedad y la idea de la dirección política del
arie la misión de cumplir. Del carnaval hernos movimiento, que de la conexión más secreta que
regresado entonces a la escena primitiva. Pero la ella efectúa entre dos ideas de la "vanguardia".
escena primitiva se toma en dos sentidos: el punto Está la noción topográfica y militar de la fuerza
de partida de un proceso o la separación original. La que marcha ala cabeza, que detenta la inteligencia
fe modernista estaba enganchada ala idea de esta del movimiento, cornpendia sus fuerzas, determina
"educación estética del hombre" que Schiller había el sentido de la evolución histórica y escoge las
extraído de la analítica kantiana de lo bello. El vuelo orientaciones políticas subjetivas. En resumen,
posmoderno tuvo por sostén teórico el análisis existe esta idea que liga la subjetividad política con
lyotardiano de lo sublime kantiano, reinterpretado cierta forma -la del partido, destacamento avanzado
como escena de una separación fundadora entre la que extrae su capacidad dirigente de su capacidad
idea y toda presentación sensible. A partir de ahí, el de leer e interpretar los signos de la historia-, y
posmodernismo entró en el gran concierto del duelo existe otra idea de la vanguardia que se arraiga enla
y del arrepentimiento del pensamiento modernitario. anticipación estética del porvenir, según el modelo
Y la escena de la separación sublime ha venido a schilleriano. Si el concepto de vanguardia tiene
resumir toda suerte de escenas de pecado o de un sentido en el régimen estético de las artes, es
separación original: la huida heideggeriana de por este lado: no por el lado de los destacamentos
los dioses; lo irreductible freudiano del objeto avanzados de la novedad artística, sino por el lado
insimbolizable y de la pulsión de muefte; lavoz dé de la invención de formas sensibles y de marcos
lo Absolutamente Otro que pronuncia la prohibición materiales de una vida por venir. Esto es lo que la
de la representación; la muerte revolucionaria del vanguardia "estética" ha aportado a la vanguardia
Padre. El posmodernismo se ha convefiido entonces -política", o lo que ella ha querido y creído aportarle,
en el gran treno de lo irrepresentable/intratable/ al transformar la política en programa total de
irredimible, que denuncia la locura moderna de la vida. La historia de las relaciones entre partidos
idea de Llna autoemancipación de la humanidad del y movimientos estéticos es primero la de una
hombre y su inevitable e interminable acabamiento confusión, a veces mantenida complacientemente,
en los campos de exterminio. en otros momentos violentamente denunciada, entre
La noción de vanguardia define el tipo de sujeto esas dos ideas de la vanguardia, que son de hecho
que conviene a la visión modernista, y que es dos ideas diferentes de la subjetividad política: la
apropiado según esta visión para conectar la estética idea archipolítica del pafiido, es decir Ia idea de una
inteligencia política que compendia las condiciones

35
esenciales del cambio, y la idea metapolítica de la 3. De las artes mecánicas y de la
subjetividad política global, la idea de la virtualidad promoción estética y científica de los
en los modos de experiencia sensibles, innovadores anónimos
de anticipaciones de la comunidad por venir. Pero
esta confusión no tiene nada de accidental. No es En uno de sus textos usted establece una relación
que, según la doxa de hoy, las pretensiones de los entre el desarrollo de ks artes "mecdnicas", nles

artistas por una revolución total de lo sensible le como la fonsroflo y el cine, y el nacimiento
hayan hecho la cama al totalitarismo. Es más bien de la'hueua historia"a ¿Podrla explicitar esa
relación? ¿La idea de Benjamin segin la cual a
la idea misma de la vanguardia política la que
comienzos del siglo XX las masas adquieren, en
está repartida entre la concepción estratégica y la
tdnto que tales, una uisibilidnd gracids a estas
concepción estética de la vanguardia.
artet, corresponde a esta rekción?

En primer lugar, puede que haya un equívoco en


lo concerniente a la noción de "artes mecánicas".
Aquello que yo relacioné es un paradigma científico
y uno estético. La tesis benjaminiana supone otra
cosa que me parece dudosa: la deducción de
propiedades estéticas y políticas de un arte a partir
de sus propiedades técnicas. Las artes mecánicas
inducirían, en tanto que artes mecánicas, un cambio
de paradigma artístico y una relación nueva del arte
con sus temas. Esta proposición nos envía a una
de las tesis maestras del modernismo: aquella que
hga la diferencia de las artes con la diferencia de
sus condiciones técnicas o de su soporte o medio
específico. Esta asimilación puede entenderse ya
sea según el modo modernista simple o según la
hipérbole modernitaria. Y el éxito persistente de
las tesis benjaminianas sobre el arte en los tiempos

¡'Linoubliable" Comolli y lr¡lr sur histoire,


en Jeur-Louis Jacques Ranciére.
hris, Centre Georges Pompidou, 1997.

37
de la reproducción mecánica se slrstenta, sin duda, El régimen estético de las artes es, en primer
en el paso que ellas aseguran entre las categorías lugar, la mina del sistema de la representación, es
de la explicación materialista marxista y las de la decir de un sistema donde la dignidad de los temas
ontología heideggeriana, asignando el tiempo de dirigía aquella de los géneros de representación
la modernidad al despliegue de la esencia de la (tragedia para los nobles, comedia para el pueblo;
técnica. De hecho, ese vínculo entre la estética y pintura de historia contra pintura de género, etc.).
la onto-tecnología sufrió el destino general de las El sistema de la representación definía, con los
categorías modernistas. En el tiempo de Benjamin, géneros, las situaciones y las formas de expresión
de Duchamp o de Rodtchenko, acompañó la fe que convenían a la bajeza o a la elevación del
en los poderes de la electricidad y de la máquina, tema. El régimen estético de las afies deshace esta
del hierro, del vidrio y del hormigón. Con el giro correlación entre tema y modo de representación.
llamado "posmoderno", acompaña la vuelta al Esta revolución sucede, en primer lugar, en la
icono, aquel que muestra al velo de Verónica como literatura. Que una época y una sociedad se lean en
esencia de la pintura, del cine o de la fotografía. los rasgos, los hábitos o en los gestos de un individuo
Es necesario, por lo tanto, desde mi punto de cualquiera (Balzac), que la escoria sea lo revelador
vista, tomar las cosas a la inversa. Para que las aftes de una civilización (Hugo), que la hija del granjero
mecánicas puedan dar visibilidad a las masas, o y la mujer del banquero sean comprendidas en Ia
más bien al individuo anónimo, deben primero ser potencia igual del estilo como "manera absoluta
reconocidas como artes. Es decir, deben primero de ver las cosas" (Flaubert), todas estas formas de
ser practicadas y reconocidas como otra cosa anulación o de inversión de la oposición de lo alto
que técnicas de reproducción o de difusión. Es, y lo bajo no solamente preceden a los poderes
entonces, el mismo principio el que da visibilidad a de la reproducción mecánica. Ellas hacen posible
cualquiera y hace que la fotografía y el cine puedan que ésta sea más que la reproducción mecánica.
ser artes. Se puede incluso revertir la fórmula. Es Para que una manera técnica de hacer -sea ésta
porque el anónimo se ha vuelto un sujeto de arte una forma de utilizar las palabras o ta cámara- sea
que su registro puede ser arle. Que el anónimo sea calificada como perteneciente al arte, es necesario,
no solamente susceptible de arte, sino portador de en primer lugar, que su tema lo sea. La fotografía
una belleza específica, eso es 1o que propiamente no se constituyó como arte a causa de su naturaleza
caracteriza al régirnen estético de las artes. No técnica. El discurso sobre la originalidad de la
solamente éste comenzó mucho antes de las artes fotografía como afie "indicial" es un discurso muy
de reproducción mecánica, sino que es propiamente reciente que pertenece menos a la historia de la
este régimen el que las ha hecho posibles por slr fotografía que al retorno posmoderno mencionado
nueva rnanera de pensar el arte y sus temas.

38 39
más arciba5. La fotografía tampoco se ha vuelto arte mundos a partir de sus vestigios, ese programa es
por imitación de las maneras del arte, Benjamin lo literario antes de ser científico. No entendamos
muestra bien a propósito de David Octavius Hill: solamente qr,re la ciencia histórica tiene una
es a través de la pequeña pescadora anónima de prehistoria literaria. Es la literatura misma la que
New Haven, no por sus grandes composiciones se constituye como una cierta sintomatología de la
pictóricas, que él hace entrar a la fotografía en sociedad y opone esta sintornatología a los gritos y a
el mundo del arte. Igualmente, no son los temas las ficciones de la escena pública. En el prefacio de
etéreos y las imprecisiones artísticas del pictoralismo Cromwell, Hugo reivindicaba pra la literatura una
que han asegurado el estatus del arte fotográfico, es historia de las costumbres opllesta a la historia de los
más bien la asunción del quien sea6: los emigrantes acontecimientos practic ada por los historiadores. En
de L'entrepont de Stieglitz, los retratos frontales de La gu,ema y la paz, Tolstoi oponía los documentos
Paul Strand o de \Valker Evans. Por una parÍ-e,Ia de la literatura, erlraídos de los relatos y testimonios
revolución técnica viene después de la revolución de la acción de innumerables actores anónimos, a
estética. Pero también la revolución estética es, en los documentos de los historiadores extraídos de los
primer término, la ¡¡loria de un cualquiera -que archivos -y de las ficciones- de aquellos que cleen
es pictórico y literario antes de ser fotográfico o dirigir las b¿rtallas y hacer la historia. La historia
cinematográfico. erudita ha retomado a cuenta suya la oposición, al
Agreguemos que aquello pertenece a la ciencia confrontar la historia de los modos de vida de las
del escritor antes de pertenecer a la del historiador. masas y de los ciclos de la vida material, fundada
No son el cine ni la foto los que han determinado sobre la lectura y la interpretación de los "testigos
los temas y los modos de focalización de la "nheva mudos", a la vieja historia de los príncipes, de las
historia". Son, más bien, la ciencia histórica nueva y batallas y de los tratados, fundada sobre la crónica
las afies de reproducción mecánica que se inscriben de las cortes y las relaciones diplomáticas. La
en la misma lógica de la revolución estética. Pasar aparición de las masas en la escena de la historia o
de los grandes acontecimientos y personajes a la en las "nuevas" imágenes no es, en primer término,
vida de los anónimos, encontrar los síntomas de un el vínculo entre la época de las rnasas y aquella
tiempo, de una sociedad o de una civilización en de la ciencia y la técnica. Es, en primer lugar, la
los detalles ínfimos de la vida ordinaria, explicar la lógica estética de un modo de visibilidad que, por
superficie por las capas subterráneas y reconstruir una parte, revoca las jerarquías de grandeza de
t
la tradición representativa, y por otra, revoca el
La vocación polémica anti-modernista de este descubrimiento tardío del
"origen" de la fotograffa, calcado del mito de la invención de la pintura por modelo oratorio de la palabra en beneficio de la
Dibutades, aparece claramente, tanto en Roland Barthes (I¿ Cámara Lilcida\ lectura de los signos sobre el cuerpo de las cosas,
como €n Rosalind Ktarss (Le photographiqte).
6
N. del T. Tiaducimos tqrl quehonque, el que refiere aquí a un sujeto inde- de los hombres y de las sociedades.
terminado.

40 4t
Es esto lo que la historia erudita hereda. Pero 4. Si es necesario concluir que la historia
ella pretende separar la condición de su nllevo es ficción. De los modos de la ficción
objeto (la vida de los anónimos) de su origen
literario y de la política de la literatura en la cual Usted se refiere a la idea de ficción como
se inscribe. Lo que ella abandona -y que el cine y es encialmente positiua. ¿ Qué dc bemos comprendrr
la foto recuperan- es esa lógica que deja aparecer exactamente por eso? ¿Cuáles son los uínculos
la tradición novelesca, de Balzac a Proust y al entre la Historia en la cual nos encontramos
surrealismo, ese pensamiento de lo verdadero del "embarcados" y las historias qae son contadas
(o desconsnuidas) por las artet del relato? ¿Y
cual Marx, Freud, Benjamin y la tradición del
cómo comprender que los enunciados poéticos o
"pensamiento crítico" son herederos: 1o ordinario
literarios 'lomen cuerpo", tengalt efectos reales, en
se vuelve bello como huella de lo verdadero. Y se
uez de ser reflejos de lo real? ¿Las ideas de "cuerpos
transforma en huella de lo verdadero si se lo arranca
políticos" o de'tuerpos de la comunidad" son algo
de su evidencia para hacer de él un jeroglífico, una más que metlforas? ¿Esta reflexión inuolucra una
figura mitológica o fantasmagórica. Esta dimensión redefnición dr la utopía?
fantasmagórica de lo verdadero, que pertenece al
régimen estético de las artes, jugó un rol esencial en
Hay dos problemas que algunos confunden para
la constitución del paradigma crítico de las ciencias
construir el fantasma de una realidad histórica que
humanas y sociales. Lateoríamarxista del fetichismo
no estaría hecha más que de "fi.cciones." El primer
es el testimonio más evidente de esto: es necesario
problema concierne a la relación entre historia e
affancaÍ la mercancía de su apariencia trivial, hacer
historicidad, es decir la relación del agente histórico
de ella un objeto fantasmagórico para leer ahí la
y el ser hablante. El segundo, concierne a la idea de
expresión de las contradicciones de una sociedad.
ñcción y la relación entre la racionalidad ficcional
La historia erudita quiso seleccionar dentro de la
y los modos de explicación de la realidad histórica
configuración estético-política que le da su objeto.
y social, entre la razón de las ficciones y Ia razón
Aplastó esta fantasmagoria de lo verdadero en los
de los hechos.
conceptos sociológicos positiüstas de la mentahdad/
expresión y cle la creencia/ignorancia. Lo mejor es comenzat pot el segundo, esta
-positividad" de la ficción que analizaba el texto al
que ustedes se referíad. Esta positividad implica
una doble pregunta: está la pregunta general por la
racionalidad de la ficción, es decir, de la distinción

-
J. Ranciére, "La fiction de mérnoire. A propos dt Tombeau dAltxandrc de
Chris Marker", Tiafc, n"29, Primavera de 1999, pp. 36-47.

42 43
entre ficción y falsedad. Y está aquella otra de la la historia y de su ciencia.
distinción -o de la indistinción- entre los modos
La revolución estética redistribuye el juego al
de inteligibilidad propios de la construcción de las
volver solidarias dos cosas: la confusión de fronteras
historias y aquellos que sirven para la. inteligencia
entre la razón de los hechos y la razón de las
de los fenómenos históricos. Comencemos por el
ficciones, y el nuevo modo de racionalidad de la
comienzo. La separación entre la idea de ficción y
ciencia histórica. Al declarar que el principio de la
la de mentira define la especificidad del régimen
poesía no es la ficción, sino un cierto arreglo de
representativo de las artes. Es este último el que
signos del lenguaje, la época romántica confunde la
vuelve autónomas las formas de las artes con línea de reparto que aislaba el arte de la jurisdicción
respecto a la economía de las ocupaciones comlrnes
de los enunciados o de las imágenes, y también
y a la contra-economía de los simulacros, propia aquella que separabala razón de los hechos y la de
del régimen ético de las imágenes. Eso es lo que las historias. No es que haya, según se dice a veces,
está en juego enla Poética de Aristóteles. Ésta libera
consagrado el "autotelismo" del lenguaje, separado
las formas de la mimesis poética de la sospecha
de la realidad. Es todo 1o contrario. Hunde, en
plafónica sobre la consistencia y el destino de efecto, el lenguaje en la materialidad de los trazos
las imágenes. Proclama que el agenciamiento de
mediante los cuales el mundo histórico y social
acciones del poema no es la fabricación de un
se vtrelve visible a sí nismo, esto en la forma del
simulacro. Es un juego de saber que se ejerce en un lenguaje n-rudo de las cosas y del lenguaje cifrado
espacio-tiempo determinado. Fingir no es proponer de las imágenes. Es la circulación en este paisaje
señuelos, sino elaborar estrltcturas inteligibles. de signos lo que define la nueva ficcionalidad: la
La poesía no tiene cllentas que rendir sobre la nueva forma de contar historias, que es antes que
"verdad" de lo que dice, porque, en su principio,
nada una manera de afectar con sentido al universo
no está hecha de imágenes o de enunciados, sino 'empírico" de las acciones oscuras y de objetos
de ficciones, es decir, de agenciamientos entre los
cualesquiera. El agenciamiento ficcional ya no es el
actos. La ofta consecuencia que saca Aristóteles
encadenamiento causal aristotélico de las acciones
de esto es la superioridad de la poesía, que -según la necesidad y la verosimilitud". Es un
otorga una lógica causal a un agenciamiento de
agenciamiento de signos. Pero este agenciamiento
acontecimientos, por sobre la historia, condenada
literario de los signos no es de ningúrn modo una
a presentar los acontecimientos segúrn su desorden
auto-referencialidad solitaria del lenguaje. Es la
empírico. Dicho de otra forma -y es evidentemente
identificación de los rnodos de la construcción
algo que a los historiadores no les gusta mirar muy
ficcional con los de una lectura de signos escritos
de cerca- el claro reparto entre realidad y ficción
sobre la configuración de un lugar, de un grupo,
es también la imposibilidad de una racionalidad de
de un mllro, de una vestirnenta, de un rostro.

44 45
Es la asimilación cle las aceleraciones o de las lo banal y de lo oscllro que se opone a los grandes
desaceleraciones del lenguaje, de sus mezclas de agenciamientos aristotélicos y que se constituirá
imágenes o saltos de tonos, de todas sus diferencias en la nueva racionalidad de la historia de la vida
de potencial entre lo insignificante y lo sobre- material, opllesta a las historias de los grandes
significante, con las modalidades del viaje a través hechos y de los grandes personajes.
del paisaje de los trazos significativos dispuestos De este modo, se encuentra revocada la Iínea
en la topografía de los espacios, la fisiología de de reparto aristotélica entre dos "historias" -la
los círculos sociales, la expresión silenciosa de de los historiadores y la de los poetas-, la cual
los cuerpos. La "frccionalidad" propia de la época no separaba solamente la realidad y la ficción,
estética se despliega entonces entre dos polos: sino también la sucesión empírica y la necesidad
entre el poder de significación inherente a toda construida. Aristóteles fundaba la superioridad de la
cosa muda y la desmultiplicación de los modos de poesía, la cual cuenta "lo que podría pasar" según
palabra y de los niveles de significación. la necesidad y la verosimilitud del agenciamiento de
La soberanía estética de la literatura no es, acciones poéticas, en la historia, concebida como
por consiguiente, el reino de la ficción. Es, por el sucesión empírica de acontecimientos, de "lo que
contrario, un régimen de indistinción tendencial pasó". La revolución estética trastorna las cosas:
entre la rtzón de los agenciamientos descriptivos el testimonio y la ficción dependen de un mismo
y narrativos de la ficción y los de la descripción y régimen de sentido. Por un lado, lo "empírico"
de la interpretación de los fenómenos del mundo lleva las marcas de lo verdadero en la forma de
histórico y social. Cuando Balzac instala a su lector huellas e irnpresiones. "Lo que pasó" depende,
delante de los jeroglíficos entrelazados sobre la en consecuencia, directamente de un régimen de
fachada oscilante y heteróclita de La casa del gato verdad, de un régimen de manifestación de su
que .iuega con la pelota o lo hace entrar, con el propia necesidad. Por otra parte, "lo que podría
héroe de la Piel de Zapa, en la tienda del anticuario, pasar" no tiene ya la forma autónoma y lineal del
en la cual se amontonan confusamente objetos agenciamiento de acciones. La "historia" poética
profanos y sagrados, salvajes y civilizados, antiguos articula de al-rí en adelante el realismo que nos
y modernos, que resumen cada uno de ellos un muestra las huellas poéticas inscritas en la rriisma
mundo, cuando hace de Cuvier el verdadero realidad y el artificialismo que monta máquinas de
poeta al reconstituir un mundo a paÍtir de un fósil. comprensión complejas.
establece un régimen de equivalencia entre los Esta articulación pasó de la literatura al nllevo
signos de la nueva novela y los de la descripción arte del relato, el cine. Éste lleva a .su más alta
o de la interpretación de los fenómenos de una potencia el doble recurso de la impresión muda
civilización . Balzac forja esta nueva racionalidad de

46 +/
que habla y del montaje que calcula las potencias de un mismo régimen de verdad, Esto no tiene
de significancia y los valores de verdad. Y el cine nada que ver con tesis alguna sobre la realidad o
documental, el cine abocado alo "real" es, en este la irrealidad de las cosas. En cambio, es claro que
sentido, capaz de una invención ficcional más un modelo de fabricación de historias se encllentra
fuerte que el cine de "ficción," fácilmente abocado ligado a una ciefia idea de la historia como destino
a una cierta estereotipia de las acciones y de los común, con una idea de aquellos que "hacen la
caracteres. Ia tumba d,e Alejandro de Chris Marker, historia", y que esta interpenetración entre razón
objeto del artículo al cual ustedes se refieren, de los hechos y r^zón de las historias es propia de
ficciona la historia de Rusia del tiempo de los una época en la cual cualquiera es considerado
zares en el tiempo del post-comunismo, a través cooperando en la tarea de "hacer" la historia. No
del destino de un cineasta, Alexandre Medvedkine. se trata, por consiguiente, de decir que la "Historia"
Chris Marker no hace de éste un personaje ficcional, no está hecha más que con las historias que nos
no cuenta historias inventadas sobre la URSS. Juega contamos unos a otros, sino simplemente que la
con la combinación de diferentes tipos de huellas "nzón de las historias" y las capacidades de actuar
(entrevistas, rostros significativos, documentos de como agentes históricos van juntos. La política y
archivos, extractos de películas documentales y el arte, como los saberes, construyen "frcciones,"
ficcionales, etc.) para proponer posibilidades de es decir, reagenciamientos materiales de los signos
pensar esta historia. Lo real debe ser ficcionado para y de las imágenes, de las relaciones entre lo que
ser pensado. Esta proposición debe ser distinguida vemos y lo que decimos, entre lo que hacemos y
de todo discurso -positivo o negative según el cual lo que podemos hacer.
todo sería "relato," con alternancias de "grandes" Reencontramos aquí la ofra cuestión que trata
y de "pequeños" relatos. La noción de "relato" de las relaciones entre literariedad e historicidad.
nos encierra en las oposiciones de lo real y del Los enunciados políticos o literarios tienen efecto
artificio en que se pierden por igual positivistas sobre lo real. Ellos definen modelos de palabra o
y desconstruccionistas. No se trata de decir que de acción, pero también regímenes de intensidad
todo es frcción. Se trata de constatar que la ficción
sensible. Construyen mapas de lo visible, trayectorias
de la época estética ha definido modelos de entre 1o visible y lo decible, relaciones entre modos
conexión entre presentación de hechos y formas
de ser, modos del hacer y modos del decir. Definen
de inteligibilidad que confunden la frontera entre
variaciones de intensidades sensibles, percepciones
nzón de hechos y razón de la ficción, y que estos y capacidades de los cuerpos. Se apoderan así
modos de conexión han sido retomados por los
de humanos quienes quiera que sean, marcan
historiadores y por los analistas de la realidad social.
separaciones, abren derivaciones, modifican las
Escribir la historia y escribir historias dependen

48 49
maneras, las velocidades y los trayectos según los Dibujan, de esta fbrma, comunidades aleatorias
cuales éstos adhieren a una condición, reaccionan que contribuyen a la formación de colectivos de
frente a situaciones, reconocen sus imágenes. enunciación que vuelven a poner en cuestión la
Dichos enunciados reconfiguran el mapa de lo distribución de roles, de territorios y de lenguajes
sensible al confundir la funcionahdad de los gestos -en resllmen, de esos sujetos políticos que ponen
y de los ritmos adaptados a los ciclos naturales en tela de juicio el reparto dado de lo sensible-.
de la producción, de la reproducción y de la Pero precisamente un colectivo político no es un
sumisión. El hombre es un animal político porque organismo o un cuerpo comunitario. Las vías de la
es un animal literario, que se deja desviar de su subjetivación política no son las de la identificación
destino "nattJral" por el poder de las palabras. imaginaria, sino aquella de La des-incorporación
Esta literariedad es la condición al mismo tiempo "literaria".8
que el efecto de la circulación de los enunciados No estoy seguro de que la noción de utopía dé
literarios "propiamente tales". Pero los enunciados cuenta de buena manera de este trabajo. Es una
se apropian de los cllerpos y los desvían de str palabra cuyas capaciclades definicionales fueron
destino en la medida en que no son cuerpos, en el completamente devoradas por sus propiedades
sentido de organismos, sino cuasi-cuerpos, bloques connotativas: ya sea el loco ensueño que conduce
de palabras que circulan sin padre legítimo que a la cafásfrofe totalitaria, ya sea a la inversa, la
las acompañe hacia un destinatario autorizado. apertura infrnita de lo posible que resiste a todas las
Tampoco prodtrcen cuerpos colectivos. Más bien clausuras totalizantes. Desde el punto de vista que
introducen, en los cuerpos colectivos imaginarios, nos ocupa, que es aquel de las re-configuraciones
líneas de fractura, de des-incorporación. Esa de lo sensible comúrn, la palabra utopía es poftadora
siempre ha sido, lo sabemos, la obsesión de los de dos significaciones contradictorias. La utopía
gobernantes y de los teóricos del buen gobierno, es el no lugar, el punto extremo de una re-
inquietos del "desclasamiento" producido por la configuración polérnica de Io sensible, que rompe
circulación de la escritura. Es también, en el siglo con las categorías de la evidencia. Pero es también
XIX, la obsesión de los escritores "propiamente la configuración de un buen lugar, de un repafio
tales" que escriben para denunciar esta literariedad no polémico del universo sensible, en donde lo que
que desborda la institución de la literatura y desvía hacemos, lo que vemos y lo que decimos se ajustan
sus producciones. Es cierto que la circulación de exactamente. Las utopías y los socialismos utópicos
estos cuasi-cuerpos determina modificaciones de han funcionado sobre la base de esta ambigüedad:
la percepción sensible de 1o comírn, de la relación
entre lo común de la lengua y la distribución
8
Sobre esta cuestión, me permito remidr a mi libro l,¿r mots de I'histoire. Esaí
dz poétique du sauoir Editions du Seuil, I 992. Tx Cnst- Los nombres d¿ la hitoria.
sensible de los espacios y de las ocupaciones. Una poética del sabex 8.A., Nueua Visión, 1993.

50 5l
por un lado, como revocación de las evidencias 5. Del arte y del trabajo. En qué las
sensibles en las cuales se enraíza la normalidad de prácticas del arte son y no son una
la dominación; por el otro, como proposición de excepción respecto de las otras prácticas
un estado, de cosas en el cual la idea de comunidad
tendtía sus formas adecuadas de incorporación, en En la hipónsis de una'ftbrica de lo sensible", el
la cual sería por lo tanto suprirnida esa contestación uínculo entre la práctica artística I tu aPalente
sobre las relaciones entre las palabras y las cosas afuera, a saber el trabajo, es esencial. ¿Cómo, por
que constituyen el corazón de la política. En Ia su parte, concibe usted tal uínculo (exclusión,
nocbe de los proletarios, analicé desde ese punto distinción, indiferencia. . . ) ? ¿Podemos hablar de
"el actuar humano" en generaly englobar allí ks
de vista el encuentro complejo entre los ingenieros
prácticas artísticas, o bien éstas son una excepción
de la utopía y los obreros. Lo que los ingenieros
respecto de las o*as prácticas?
sansimonianos proponían era un nuevo cuerpo
real de la comunidad, en donde las vías férreas y
En la noción de "fábrica de lo sensible," podemos
las de agua trazadas en el suelo substituirían las primero entender la constitución de un mundo
ilusiones de la palabra y del papel. Lo que hacen
sensible común, de un hábitat común, como
los segundos no es oponer Ia práctica a la utopía,
el trenzado de una pluralidad de actividades
sino devolver a ésta su carácter de "irrealidad", humanas. Pero la idea de "reparto de lo sensible"
de montaje de palabras y de imágenes aptas implica algo más. Un mundo "común" nllnca es
para reconfigurar el territorio de lo visible, de 1o
simplemente el etbos,la estancia común, que resulta
pensable y de lo posible. Las "ficciones" del arte y
de la sedimentación de un cierto número de actos
de la política constituyen, en este sentido, más bien
enlrelazados. Éste es siempre una distribución
heterotopías que utopías.
polémica de maneras de ser y de "ocupaciones" en
un espacio de los posibles. Es a partir cle ahí que
se puede plantear la pregunta por la relación entre
la "ordinariedad" del trabajo y la "excepcionalidad"
artística. Aquí la referencia platónica aírn puede
ayudar a plantear los términos del problema. En el
tercer libro de Ia Republica, el sujeto mimético es
condenado ya no simplemente por la falsedad y por
el carácter pernicioso de las imágenes que propone,
sino segúrn un principio de división del trabajo que
ya sirvió para excluir a los afiesanos de todo espacio

52 53
político común: el mimetistae es, por definición, un y en la identidad del ciudadano deliberante. El
ser doble. Éste hace dos cosas alavez,mientras que desdoblamiento mimético que opera en el espacio
el principio de la comunidad bien organizada es teatral consagra yvistaliza esta dualidad. \ desde el
que cada uno no hace allí más que una sola cosa, punto de vista platónico, la exclusión del mimetista
aquella a la cual su "naturaleza" lo destina. En un va a la par con la constitución de una comunidad
sentido, todo está dicho ahí: la idea del trabajo no donde el trabajo está en "su" lugar.
es en primer lugar la de una actividad determinada,
El principio de ficción que rige el régin-ren
cle un proceso de transformación material. Es la
representativo del arte es una manera de estabilizar
de un reparto de lo sensible: una imposibilidad la excepción afiística, de asignada a una tekbné,lo
de hacer "otra cosa", funclada sobre una "ausencia que quiere decir dos cosas: el arte de las imitaciones
de tiempo". Esta "imposibilidad" forrna parte de es una técnica y no una mentira. Deja de sef un
la concepción incorporada de la comunidad. Ella simulacro pero, al mismo tiempo, deja de ser la
considera el trabajo como la relegación necesaria visibilidad desplazada del trabajo, como reparto
del trabajador en el espacio-tiempo privado de de 1o sensible. El imitador no es más el ser doble a
su ocupación, su exclusión de la participación quien hay que oponer la polis donde cada uno no
en lo común. El mimetista aporta la confusión hace más qlle una cosa. El afie de las imitaciones
en este repafto: él es un hornbre de lo doble, un puede inscribir sus propias jerarquías y exclusiones
trabajador que hace dos cosas al mismo tiempo. Lo en el gran repafto de las artes liberales y de las
más importante es qtizá el correlato: el minetista artes mecánicas.
ofrece al principio "privado" del trabajo una escena
El régimen estético de las artes trastorna esta
pública. Él constituye una escena de lo común con
repartición de los espacios. Éste no cuestiona
1o que debiera determinar el confrnamiento de cada
simplemente el desdoblamiento mimético en
uno en su lugar. Es esta re-partición de lo sensible
beneficio de una inmanencia del pensamiento en
lo que constituye su nocividad, aúrn más que el
peligro de los simulacros que debilitan las almas.
la materia sensible, sino que también cuestiona
Así la práctica artística no es el afuera del trabajo,
el estatuto neutralizado de la tekbné, la idea
sino su forma de visibilidad desplazada. El reparto
de la técnica como imposición de una forma
de pensamiento a una materia inerte. Es decir,
democrático de lo sensible hace del trabajador un
que pone al día el reparto de las ocupaciones
ser doble. Éste saca al artesano de "su" lugar, el
que sostiene la repartición de los dominios de
espacio doméstico del trabajo, y le da el "tiempo'
actividad. Es esta operación teórica y política la
de estar en el espacio de las discusiones públicas
que está en el corazón de las Cartas sobre la
eclwcación estética del bombre de Schiller. Tras la
' N. delT. Le miméticien designa aquí al sujeto que produce la mimesis.

54 55
definición kantiana del juicio estético como juicio se afirma como el principio de un nuevo reparto de
sin concepto -sin sumisión de lo dado intuitivo lo sensible, en la medida en que une en un mismo
a la determinación conceptual-, Schiller marca el concepto los términos tradicionalmente opuestos de
reparto político, que es lo que está en juego en la actividad fabricadora y de la visibilidad. Fabricar
este asunto: el reparto entre los que actúan y los quería decir habitar en el espacio-tiempo, privado
que padecen; entre las clases cultivadas que tienen y oscuro del trabajo que da el sustento. Producir
acceso tJfla totalización de la experiencia vivida une el acto de fabricar con el de poner al día, el
^
y las clases salvajes, hundidas en la parcelación de definir una nlleva relación entre el bacer y el
del trabajo y de la experiencia sensible. El Estaclo uer. El afie anticipa el trabajo porque realiza su
"estético" de Schiller, al suspender la oposición principio: la transformación de la materia sensible
entre entendimiento activo y sensibilidad pasiva, en presentación de la comunidad a sí misma. Los
quiere arcttinar, con una idea del arte, una idea de textos del joven Marx que danaltrabajo el estatuto
la sociedad fundada en la oposición entre aquellos de esencia genérica del hombre no son posibles
que piensan y deciden, y aquellos que se dedican más que sobre la base del programa estético del
a los trabajos materiales. idealismo alemán: el arte como transformación
EsÍa suspensión del valor negativo del trabajo del pensamiento en experiencia sensible de la
llegó a ser en el siglo XIX la afirmación de su comunidad. Y es este ptogtam inicial el que funda
valor positivo como forma misma de la efectividad el pensamiento y la práctica de las "vanguardias"
común del pensamiento y de la comunidad. Esta de los años i920: suprimir el arte en tanto que
mutación pasó por la transformación del suspenso actividacl separada, devolverlo aI ttabajo, esto es,
del "Estado estético" a una afirmación positiva de a la vida que elabora su propio sentido.
la uoluntad estética. El romanticismo proclama el No pretendo decir con esto que la valorización
devenir-sensible de todo pensamiento y el devenir- moderna del trabajo sea el único efecto del nuevo
pensamiento de toda materialidad sensible como la modo de pensamiento del arte. Pof una parte,
finalidad rnisma de la actividad del pensamiento en el modo estético del pensamiento es mucho más
general. El arte vuelve así a ser un símbolo del trabajo. que Lln pensamiento del arte. Es una idea del
Anticipa el fin -la supresión de las oposiciones- que pensamiento, vinculada a una idea del reparto de
el trabajo no está aún en condiciones de conquistar 1o sensible. Por otra parte, hay que pensar también
por y para él mismo. Pero lo hace en la medida la manera en que el arte de los afiistas se encontró
en que es producción, identidad de un proceso definido a partir de una doble promoción del
de efectuación malerial y de una presentación a sí trabajo: la promoción económica del trabajo como
mismo del sentido de la comunidad. La producción nombre de la actividad humana fundamental, pero

57
también las luchas de los proletarios par^ sacar
el trabajo de su noche -de su exclusión de la
visibilidad y de la palabra comunes-. Es necesario
salir del esquema perezoso y absurdo que opone el
culto estético del arte por el arte al poder creciente
del trabajo obrero. Es como trabajo que el arte
puede tomar el carácter de actividad exclusiva.
Más sagaces que los desmistificadores del siglo )C(,
los críticos contemporáneos de Flaubert señalan
lo que vincula el culto de la frase a la valorización
del trabajo llamado sin frase: el esteta flaubertiano
es un rompedor de piedras. Arte y producción
podrán identificarse en el tiempo de la Revolución
rusa porque dependen de un mismo principio de
re-partición de lo sensible, de una misma virtud
del acto que abre una visibilidad al mismo tiempo
que fabrica objetos. El culto del arte supone
una revalorización de las capacidades unidas a
la idea misma de trabajo. Pero ésta es menos
el descubrimiento de la esencia de la actividad
humana que una recomposición del paisaje de 1o
visible, de la relación entre el hacer, el ser, el ver y
el decir. Cualquiera que sea la especificidad de los
circuitos económicos en los cuales se insertan, las
prácticas artísticas no se hallan "en excepción" en
relación con las otras prácticas. Ellas representan y
reconfiguran los repartos de estas actividades.
Índice
Prólogo

1. Del reparto de lo sensible y de las relaciones


que establece entre política y estética

2. De los regímenes del arte y del escaso


interés de la noción de modernidad 2t
3. De las artes mecánicas y de la promoción
estética y científica de los anónimos 39

4. Si es necesario concluir que la historia


es ficción. De los modos de la ficción 45

5. Del arte y del trabajo, En qué las prácticas del


arte son y no son una excepción respecto
de las otras prácticas 55

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