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El que quisiera saber una cosa de mi nombre, esta pista le daré: está en San Bartolomé.
Solución: El melón
Soy la redondez del mundo, de esperanza estoy vestida y no hay noche para mí, porque
conmigo está el día.
Solución: La sandía
De colores verderones,
ojos grandes y saltones,
tenemos las patas de atrás
muy largas para saltar.
(Las ranas)
El roer es mi trabajo,
el queso mi aperitivo
y el gato ha sido siempre
mi más temido enemigo.
(El ratón)
No hay forastero que venga de mala gente, ni viejo que no haya sido valiente.
Nunca es tarde para bien hacer; haz hoy lo que no hiciste ayer.
Mezcladas andan las cosas: junto a las ortigas nacen las rosas.
Ira de hermanos, ira de diablos.
A buen entendedor, pocas palabras bastan.
A buen hambre no hay pan duro.
Agarrar para el lado de los tomates: Interpretar mal alguna explicación o respuesta, irse
por las ramas. El origen se relaciona con la planta del tomate, que es propensa a contraer
pestes, por lo que es necesario plantarla en un lugar alejado. Otra versión asegura que la
frase se origina en la facilidad con que esta planta se desarrolla hacia cualquier sentido si no
se la guía en su crecimiento y entonces, "agarra" para cualquier lado.
Agua que no has de beber, déjala correr: No debemos acaparar cosas que no
necesitamos. Retengamos todo aquello que nos es imprescindible para la vida y no nos
quedemos con lo superfluo.
Ahí está la madre del borrego: Expresión que se utiliza como interjección, para dar a
entender que, finalmente, la persona que la exclama ha comprobado una verdad o ha
descubierto un hecho. Podría equivaler a ese es el quid de la cuestión.