”, y ella le responde: “No trabaja porque tiene mucho que hacer”.
Se festeja los grandes avances de la mujer en el trabajo
externo, pero conviene paralelamente no subestimar, o penalizar, la función de la mamá a tiempo completo. De aquella que trabaja en casa tanto o más que la que tiene ocupaciones fuera del hogar.
Igualdad de oportunidades… el control de la natalidad
disminuyó los embarazos y el cuidado de hijos pequeños, las mujeres pudieron empezar carreras en puestos antes reservados a los hombres.
Sin embargo, esta gran conquista para
muchas mujeres Modernas no implica que las que deciden quedarse en casa a cuidar a sus familias, ejerzan una función de calidad inferior.
Porque la gran conquista de la mujer más que poder salir a
trabajar es sobre todo poder decidir si desea aportar a su familia trabajando fuera o dentro de su casa, ambos aportes de inmenso valor. Por esta razón, así como la sociedad valora mucho hoy el aporte económico de las mujeres en las empresas, convendría que valore mejor la función de quienes deciden quedarse en casa.
Sería entonces un gran homenaje a esas madres el reconocer,
de manera más explícita y más allá de su valor afectivo, el inmenso aporte que hacen dedicándose al cuidado de la familia.
Si analizáramos bien el valor económico que tiene el trabajo del
ama de casa veríamos, por ejemplo, su aporte a la paz social debida a su esfuerzo en inculcar, a tiempo completo, valores morales a sus hijos. Y que la salud de la sociedad pasa por tenerla haciendo diariamente comida sana para su familia, y tener una enfermera cuidándola con esmero cuando alguien se enferma.
La posición de aquellos esposos machistas, creen que el único
aporte importante es el de quien trae dinero al hogar.
Feliz día a todas las madres que trabajan, fuera y dentro del hogar.