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PAR AN Á,

A LA LEGISLAT URA
S / D:

Se som ete a consideración de l a Legisl atura el


presente proyecto que apun ta a dar c um pl im iento en l a provincia de
Entre Rí os al
m andato del Consti tuyente N acion al originar io , qu e
establ eció, ya en 1853, que l os juicios crim inal es deben real izarse por
jurados, ar tí cul os 24°, 75° inciso 22 y 118°, preceptos és tos que,
adem ás, han recib ido ratificación e xpresa en l a reform a del año
1994.

Nuestra Corte Suprem a de Justicia de l a Nación , en


el reciente fal l o Canal es, de mayo de 2019, ha val idado
í ntegram ente l as notas caracterí sticas que aquí se l egisl an. Del
m ism o m odo l o ha hecho l a Corte Interam ericana de Derechos
Hum anos en el fal l o RPV vs Nicaragua de m ayo de 2018.

La l ey que aquí se propone cuenta con el respal do


consti tucion al y convencional de l os m encionados m áxim os
tribu nal es de justici a.

Fue el cél ebre procesal ista Tom ás Jofré quie n


señal ó, a inicios del sigl o XX, que l as tres disposiciones
consti tucion al es sobre el juicio por jurados fueron v o tadas por
unanim idad por todos l os constituyen tes de aquel entonces. A fines
del sigl o XX, l os procesal istas del Litoral y de l a Argentin a señal aron
que l a opción constituci onal por el juicio por jurados para todos l os
fueros im pl icaba l a adopción de un m odel o de justici a acus atorio ,
adversarial , públ ico y oral , bien l ejano del m odel o inquisi tori al
secreto, escri to y por expedien tes.

Nuestra Provinci a fue una de l as pioneras en discutir


l egisl ativam ente el juicio por jurado s, al punto que una l ey m uy
parecida a esta estuvo a punto de ser sancionada hace ya casi
quince años.
Hoy, Entre Rí os exhibe con orgul l o l a puesta en
m archa exitosa de un m odel o acusatorio procesal penal de úl tim a
generación y se encuentra en pl eno proceso de avance hacia l as
form as m ás m odernas de enjuiciam iento adversarial . Con esta l ey de
jurados, l a provincia de Entre Rí os profundiza aún m ás l a adecuación
absol uta de su procedim iento -al m enos el penal - con l a Constituc ión
Nacional .

Debe destacarse que es el jurado po pul ar quien se


encuentra en una si tuació n m ás favorabl e para resol ver un caso con
l a m ayor im parcial idad posibl e y al ejada de presiones – tan to
externas com o internas - que pudieran afec tar su independenci a
frente al caso concreto.
A su vez, perm ite hacerse eco de un recl a m o de l a
ciudadaní a por tener m ayores posibil idades de participación en l a
tom a de decisiones de gobierno –l as sentencias judici al es son actos
de gobierno- , for tal eciendo cada vez m ás a l as dem ocracias. El
jurado po pul ar es l a m áxim a expresión de l a dem ocr atización de l a
justic ia.
Dentro de l as distintas m odal idades de juicio con
jurados, se ha preferido l a del sistem a tradicion al cl ásico por sobre el
escabin ado, por que responde m ás adecuadam ente al diseño
consti tucion al y a l a división republ icana del inte nso poder punitivo.
En efecto , el juicio con jurados tie ne un rol esencial dentro del
sistem a de frenos y contrapesos del sistem a republ icano de gobierno
porque:

a) es el control directo sobre l os actos de o tros


poderes del Estado, uno ejercido por repres entantes directos (Poder
Legisl ativo) y otro por representan tes i ndirectos (Poder Judici al ), pues
el puebl o se expresa en l os casos concretos en form a directa;

b) el m odo en que el Puebl o resuel ve l os confl ictos


de m anera reiterada y continua m uestra a l o s tres poderes del Estado
el sentido com unitario que l e da a l a norm a, su vis ión de l a real idad
y su sentido de justici a y equidad;

c) im pl ica una m ayor garantí a de im parcial idad,


pues l a constitución únic a y accidental de cada Jurado -que no
form a parte del Estado y que l o hará quizás un a sol a vez en su vida -
evita que l os jueces profesional es dicten fal l os pensando en l as
consecuencias de l a sentencia en su futuro person al .

d) l a división entre veredicto a c arg o del Puebl o y


sentencia a c argo del juez estatal brinda a l os ciudadanos l a m áxim a
garan tí a de desconcentración del poder punitivo , evitando así que
l a decisión quede en m anos de un sól o sujeto, tal cual hoy sucede
con l os jueces profesional es. Cabe recordar al respecto, que l os
jueces son seres hum anos, fal ibl es y perm eabl es com o cual quier otro,
y que buenas y m al as sentencias h abr á con y sin jurados ; l a cuestión
no pasa, entonces , por l acal idad de los fal l os ni por l a s preferencias
de un sistem a judicial sobre otro , sino por el cum pl im iento del
m andato constituc ional para com pl etar el sistem a el egido por l os
consti tuyentes p ara el control de l a gestión públ ica.
Por otr a par te, el sistem a de jurados está previsto en
l a parte de Decl araciones, Derechos y Garan tí as de l a Consti tución
Nacional (ar t. 24), pues nace com o una garan tí a a ser juzgado por
l os pares, pero tam bién com o derecho inal ienabl e de l a ciudadaní a
a par tici par directam ente en l a adm inistr ación de justicia c u ando se
juzguen l os así l l am ados “crí m enes” (art 118).

Entre Rí os juzgará por jurados, en un prim er térm ino,


a l os del itos m ás graves del Código Penal , quedando propuestos
aquel l os que tengan una pena de prisión en abstr acto super ior a l os
20 años de prisión.
Todos el l os "se term inarán por jurados ", conform e l a
l etra expresa del artí cul o 118 de l a CN, sin perjuic io que en el futuro
se agreguen otros del itos graves.

Para com pl etar el proceso de transfo rm ación de l a


justic ia penal y l a profundización del s istem a acusator io , el presente
proyecto de l ey, par te de l a consideración de que l a adm inistración
de l a justici a pen al configura un eje esencial en el diseño de l as
pol í ticas públ icas del estado dem ocrático de derecho, debiendo
resguardarse equil ibradam en te en el l a l os intereses de l os acusados y
de l a sociedad en su conjunto.
Que se debe avanzar h aci a l a im pl em entación del
juicio por jur ado, el l o por considerar que se trata de un pil ar
fundam ental en el sistem a dem ocrátic o de adm inistración de justicia,
asegurando l a particip ación c iudadana en l as decisiones judicial es,
así com o l a publ icidad y transparenci a que debe signar l a actividad
de todos l os órganos estatal es del sistem a republ icano. Perm ite el
acercam iento recí proco de l a sociedad civil al sistem a judicial com o
el sistem a judicial a l a sociedad civil , l ogrando un fructí fero
intercam bio de visiones que invol ucren l a adm inistración de jus tici a
con l a real idad social y l os val ores com unitarios diversos y pl ural es.

Por otra par te , al facil itar el acer cam iento del


puebl o a l a justicia, co adyuva en l a construcci ón de un ejercic io
responsabl e de l a ciudadaní a; com prom etiendo a l os habitan tes con
su decisión, y l egitim ando así dem ocrátic am ente, l as resol uciones
judicial es en l os casos m ás graves en m ateria penal .

Perm ite adem ás que el acusado sea juzgado por sus


pares , l o cual proporcion a l egitim idad dem ocrática al veredicto de
cul pabil idad o no cul pabil idad y facil ita l a transm isión de l as razones
jurí dicas que habrán de tenerse en cuenta para l a resol uci ón de l os
casos, en l a m edida en que deberá em pl earse un l enguaje cl aro y
entendibl e, l o cual perm itirá una m ayor com prensión de l os
justic iabl es y de l a sociedad toda respecto del sentido de l as
decisiones.

El juicio por jurados , en su m odel o cl ásico, po tencia


l as garantí as de l a seguridad individual a su m áxim a expresión y ,
adem ás, perm ite l a m áxim a partici pación de l a sociedad en el
juzgam iento de l os crím enes. Asim ism o, establ ece un generoso
régim en de control de l as decisiones con am pl ias causal es de
procedencia, com o para poner en evidencia eventual es
irregul aridades en el veredicto de culpabil idad del jurado.

Nuestro p aí s está viviendo un podero so renacer del


juicio por jurados , al cal or de cél ebres veredictos sucedidos en l a
provincia de Buenos Air es y M endoza y del respal do contundente de
nuestra Corte Su prem a de Justicia y de l a Corte Interam ericana de
Derechos Hum anos.
En Córdoba, l a l ey de jurados fue aprobada el 22 de
septiem bre de 2004 y está funcionando desde enero de 2005. Se
real izaron m ás de 300 juicios por jurados obl igatorios par a del itos
graves y/o aberrantes y de corrupción de funcionarios. Su Corte
Suprem a de Justici a, en su prim er fal l o sobre jur ados en 2005, sostuvo
tex tual m ente: “El Jurado l l egó para quedarse” En Chaco , se aprob ó
en septiem bre de 2015 l a l ey 7.661 de juicio por jur ados,
prácticam ente sim il ar a esta l ey, sal vo que al lí existe un jurado
especial para com unidades indí genas cuando el del ito invol ucre
com o ví ctim as y acusados a m iem bros de l os puebl os originarios
qom , wic hí o m ocoví . En Neuquén, el Nuevo Código Procesal Penal
establ ecido por Ley 2.784 en 2011, adopta y regul a un m odel o de
enjuici am iento obl igatorio con jur ado cl ásico integrado por doce
ciudadanos que deciden cul pabil idad o inocencia, para del itos
graves.
Y a se han real izado m ás de treinta ju icios y cuenta
con un am pl io respal do y aceptaci ó n ciudadana. La l ey 14.453 de
juicio por jur ados de l a Provincia de Buenos Aires , s ancion ada en
2013 ya ha provocado m ás de 300 juicios por jurados con gran
aceptación ciu dadan a y de l a com unidad jurí dica en general ,
especial m ente con un sonado caso de condena unánim e por
fem icidio que al canzó trem enda repercusión n acion al e
intern acion al , en nuestros paí ses herm anos l im í trofes. Tal es l a
potenc ia pol í tica de l os veredictos de l os jurados. El propio Tribu nal
de Casació n de Buenos Aires pus o de m anifies to su s atisfacción an te
el cum pl im iento defini tivo de tan e sperada m anda consti tucion al
con l a frase “El jurado ya no tiene vu el ta atrás”. Ado ptó un m odel o
de enjuiciam iento co n jur ado cl ásico renunciabl e para del itos graves
con veredicto unánim e (en casos m uy graves) y posibil idad de un
nuevo juicio a pedido del acusador si el l a no se l ograre. Rí o Negro
sancionó su nuevo código procesal penal que contem pl a el jurado
cl ásico obl igatorio de doce vecinos y veredicto unánim e. M endoza
sancionó una l ey igual a esta en tie m po record y ya cel ebró tres
sonados juicios con todo éxi to. Lo m ism o ha hecho San Juan.
Chubu t, Sal ta y Santa Fe se apres tan a sancion ar
este año su l ey de jurado cl ásico en sintoní a con el m odel o de Entre
Rí os y el Gobierno Nacional anunció su vol untad de im pl em entar el
juicio p or jurados a n ivel nacional (CN , 75 inc 12o in fine).

En cuanto a l a facti bil idad de l a puesta en m archa


de un sistem a de decisión por jurad os de l os casos m ás graves, cabe
destacar que según l os inform es de gestión provinci al , se
proyectaron l a real ización de entre no m ás de 10 y 15 juicios por
jurados anu al es. Esta proyección perm ite concl uir que la
im pl em entación del juicio por jurado s es e structural m ente posibl e y
económ icam ente viabl e.

Con respec to al juicio por jur ados sancionado e n


esta l ey, fiel al m odel o de jurado cl ásico, jun to a l os doce jurados y
l os supl entes hay un Juez de Derecho con un poder fundam ental : el
juez es quien dirige l a audiencia, perm ite l a producción de pruebas ,
hace el control de adm isibil idad y pertinenci a de l a prueba; e fectú a
l a crucial audiencia de voir dire para sel eccionar l os jurados
im parcial es, con am pl ias posi bil idades de recusación con y s in caus a
para am bas partes en pie de igu al dad; da ins trucciones al jurado; y
l uego el jurado del ibera y da un veredicto que expres a de m anera
unánim e si l a persona acus ada es no cul pabl e, no cul pabl e por
razones de inim putabil idad o cul pabl e del del ito por el que l o acus a
el fiscal (o por un del ito m enor necesariam ente incl uido en el cargo
princip al ). Final m ente, sól o el juez es quien im pone l a pena o m edida
de seguridad.

A fin de resguardar l a garantí a de l a prueba y


perm itir l a m ás am pl ia recurribil idad por hechos , pru e ba y derecho
del condenado (l a absol ución es inim pugnabl e, com o garantí a del
no bis in idem , sal vo que se com pruebe que el veredicto fue
obten ido feh acien tem ente por soborno), el juicio í ntegro será
fil m ado en audio y video. Está prohi bida l a incorporació n de actos
por l ectura. Toda l a prueba se producirá en el juicio públ ico y será
fal ta grave poner en conocim iento del jurado l os antecedentes del
acusado o el l egajo de investigación.

Adem ás será fal ta grave poner en conocim iento del


jurado l os anteceden tes del acusado o el l egajo de investig ación.
Del m ism o m odo, quedan prohi bidos l os testim onios de oí das, con
ciertas exce pciones puntu al es, tal com o siem pre ha sido tradic ión en
nuestro m argen jurí dico.

Tam bién se determ ina que l as partes (incl uidos l os


acusadores) podrán sol icitar l a revisión de l a decisión del juez en l a
etapa prel im inar a l a adm isibil idad o rechazo ar bi trari o de l as
pruebas sol icitadas.
Se propone que tal negativa pueda ser control ada
en una audiencia inm ediata an te otro juez , con l as protestas
incl uidas ante eventual es recursos.

La l ey tiene un avance notabl e respecto de otras


l eyes de jurados del paí s, ya que incorpora regl as de evidencia,
regl as de ética de l a abogací a y estándares pro bator ios obje tivos ,
com o el principio de m ás al l á de toda duda razonabl e, que in tegra
l a presunción de inocencia del artí culo 18 de l a CN.

Conform e puede advertirse en el articul ado,


cl aram ente al Jurado l e com pete dictar el veredicto y decidir
sol am ente l as cuestiones de hecho, prueba y el del ito por el que
debe responder el acusado, a instancias de l as instrucciones y
expl icaciones del juez sobre el derecho apl icabl e. El jurado, tal com o
funcion a en todo el m undo, decl ara al acusado cul pabl e indicando
el del ito por el que deberá responder (el acusado por el fiscal o uno
m enor incl uido en él ). En todos l os casos, será el juez quien l e
expl icará en sus ins trucciones esos del itos, cóm o se prueban , de
m odo que el jurado apl ique el derecho a l os hechos que determ ine,
pero sól o bajo l as instrucciones del jue z, el único que puede
efectuarl as. Dichas ins trucciones son obje to de una previa audienci a
con l as partes de fuerte con tenido l itigator io. Al l í se harán todas l as
objeciones p ara el futuro recurso y el juez será el que decida
después de escuchar a am bos ab ogados.

La sentenci a pos terior al veredicto es com petencia


excl usiva del juez l etrado y dictada al final izar l o que se denom ina
“cesura del debate” , es decir una instancia de discusión posterior al
veredicto popul ar donde se discuten sus consecuencias jur í dicas: l a
pena o l a m edida de seguridad.

A su vez, el veredicto deberá ser unánim e por


al guna de l as propuestas som etidas al jurado (tan to para absol ver
com o para condenar). La exper iencia de todos l os paí ses con jurado
cl ásico –sim il ar a l o que está suc edien do en l as provincias argen tin as
con jurados - dem uestra que al canzan l a unanim idad en el 96 o 98%
de l os casos. Para el jurado l a unani m idad es al go natur al . Esto se
debe, en gran parte , a que al jurado se l e som eten distintas
al ternativas de veredicto ; con l o cual son infrecuentes y escasí sim os
–y justificados por l o am biguo de l a prueba - l os juicios que no l l egan
a l a unanim idad y que se deben repetir sol o una vez m ás si así l o
requiere el acusador, tal com o se hace pací ficam ente desde hace
ocho sigl os en el m undo del com m on l aw con jurados. El nuevo juicio
– que se puede repetir sol o una vez y que este proyecto prevé varios
m ecanism os para sal var el estancam iento – en m odo al guno supone
un bis in í dem , desde que no ha habido veredicto vál ido. El resto
term ina en sal idas negociadas en tre l as partes o l os acusadores
desisten del nuevo juicio. Si se vuel ve a estancar , el Juez debe
absol ver. V a de suyo que el Jurado no im pl ica inval idar l os otros
m odos de resol ución com o el Juicio Abrevi ado, que en todos l os
casos queda vigente.

Al al canzar l a unanim idad, tras una prol ongada


del iberación, l a l egitim idad de l a decisión del jurado es indispu tabl e.
La unan im idad es l a que l a da a l a decisión de condenar o absol ver
una fuerza soci al y pol í tica inconm ovibl e. Y tam bién l e brinda a
nuestro sis tem a judicial otro val or inestim abl e: l a firm eza de l os
veredictos y un ansiado punto fin al a l a l itigación. L os sistem as
inquis itor ial es siem pre se caracterizar on por l a "provisoriedad" de l a
sentencia del juez. La sente nci a de real val or siem pre es l a que
dictan l os m al l l am ados "tribunal es superiores". De es te m odo, l os
juicios duran décadas, al go incom prensibl e para l a cul tura de l os
paí ses juradistas de todos l os tiem pos (incl uida l a Grecia y Rom a de
l a Antigüedad) y una verdadera viol ación a l os derechos hum anos.
Al l í , un veredicto unánim e del jurado, l e da un final concreto y fuerte
en el tiem po, a l a l itigación.

En absol uto respeto a l a garantí a consti tucion al de


prohibición de persecución pen al múl tipl e (ne bis in i dem ) y a l as
disposiciones del Pacto de San José de Costa Rica (ar t 8°, inc 2°,
CADH) y del Pacto Intern acion al de Derechos Civil es y Pol í ticos (ar t
14° inc 5°, PIDyCP) , el veredicto absol utorio del jurado es irrecurribl e
para l os acusadores (sal vo el caso que se com pruebe
fehacien tem ente el soborno) y sól o el condenado y su defensor
podrán im pugnar l a sentencia condenator ia o l a que im ponga una
m edida de seguridad para obtener un dobl e conform e.

El recurso previsto para l a defensa, m erced a l as


instrucciones del juez, a l os argum entos en l a audiencia recursiva y al
soporte que provee l a grabación í ntegra del juicio en audio, video
y/o taqu igrafí a, perm ite l a revisión am pl ia de l a condena o m edida
de seguridad por m otivos de hecho, derecho y prueba, con form e l a
doctrina l egal de l a Corte Europea de Derechos Hum anos en el
reciente fal l o Taxque t vs. Bél gica del año 2010 y Thom as Judge vs
Reino Un ido del año 2011. Los Tri bu nal es revisores de Neuquén y
Buenos Aires, por su par te, ya han intervenido y resuel to si n ninguna
dificul tad num erosos recursos de condenados por jurados, sea por
cuestiones de hechos, prue ba o derecho apl icabl e.

El jurado del ibera en absol uto secreto, un a de sus


grandes protecciones y garan tí as de todos l os tiem pos. Al exigirse l a
unanim idad de tan im presionante nú m ero de jueces, se rescata del
ol vido l a fundam ental garantí a consti tucion al de l a del iberación
sobre l a prueba y l a l ey. El portavoz del jurado deberá l l enar el
form ul ario de veredicto que l e entregará el juez y l uego l o anunciará
en corte abier ta. El juez podrá com probar que el veredicto expresa
l a decisión de cada jurado, otro gran control final sobre l a decisión.
Si absuel ve, l a decisión es final e irrevocabl e.
No hay recurso al guno contra el l a. Si condena o
decl ara inim putabl e al acusado, se hará una inm ediata cesura del
debate p ara tratar l a pena o m edida de seguridad a im poner. El
acusado podrá recurrir por m úl tipl es ví as l a condena (arbi trar iedad
del veredicto, fal ta de pruebas , viol ación al principio constituci onal
de m ás al l á de duda razonabl e, discrim inación en l a sel ección del
jurado , error en l as instrucciones o en l as decisiones sobre l a prueba
o cual quier cl ase de injustici a). Por s u par te, se prevé l a apl icación
supl etoria del Código Procesal Penal , pues su estructur a adversarial y
oral izada es perfectam ente com patibl e con el institu to que nos
ocupa.

Han sido fundam ental es l os aportes y propues tas de


l a AAJ J (Asoci ación Argentina de Jui cio por Jurados) y del INECIP,
(Institu to de Estudios Com parados en Ciencias Penal es y Social es),
insti tucio nes pioneras en l a im pl em entació n de juicio por jurados en
Argen tin a y Am érica Latina. Tam bién han sido actores cl aves en el
presente proyecto de l ey l os aportes real izados por parte del Col egio
de Abogados de Entre Rí os y l a Asocia ción de l a M agistratur a de
Entre Rí os.

El proyecto de l ey pone a l a Provincia de Entre Rí os


entre l as provincias argenti nas pione ras en cum pl ir con su m anda
consti tucion al , con el proyecto que com pl eta en l a Provincia el
espí ritu innovador que s iem pre hem os ten ido, s iendo una de l as
provincias prim eras en apl icar el sistem a m ixto en l a década de l os
70, l uego en consagrar un sistem a acusatori o ya im pl em entado en
todo el territorio , que se com pl etarí a sin dudas con l a partici paci ón
de Jurados en el juzgam ie nto de l os del itos m ás graves, ten iendo así
una jus tici a acusatori a, adversarial y con par tici paci ón popul ar. Por
el l o se sol icita su apro bació n .-

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