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See ee ey face cinco afos que tuvo que huir de su casa en medio de una ee cr Ta ee ooo ennai Peer eee ee ek ert ete ere Sec et eee Peer eer reer tae chal aN yo Tee dg CCI ID. “WAT ITA, PCLIZS rd -_ ZONA LIBRE La noche del polizén ANDREA FERRARI payee 1 "te net meet Srior incl denice Ate Arie ad anor Snes he Aina. {lend Sar BSE Gy My here nes Se desperté cuando ef agua ya lo habia cubierto casi por completo, Apenas que daba afuera su cabeza inclinada, Ia boca buscando el aire con desesperacion, En e imisme instante en que abris los ojos se in- conporé violentamentey la cama entera se balances, como un barco a la deriva, No pasaba nada, intents tranquilizarse, solo ln sue, pero el ahogo seguia apretén- dole el pecho. ¢Qué hora seria? Volvi6 a moverse en la cama para alcancar el rela ¥ desde abajo llegs el queido malhumo- rado de Ahmed. Seis quince. Demasiado temprano, pero no tenia sentido tratar de Andrea erat ‘seguir durmiendo. Se puso la ropa que habia dejado ccolgada del barral y salt6 al piso. EL pasilo estaba horriblemente helado, aunque de sierto, Era Ta ventaja de madrugar tanto: no tenia que esperar turno para el bano. En el espejo su cara le desagrad, Las rayas bajo los ojos, el pelo pegoteado. or qué se veia tan mal cuando finalmente habia le- gado el dia? Mientras esperaba que el agua se calen= tara, se quité el reloj y volvi6 a chequear Ia hora, Seis veinticinco, Se pregunt6 qué estaria haciendo Momo. Gentirfa el mismo nudo en el estimago? éHabria mi- rado ya mil veces su reloj? Aunque, penséndolo bien, seguramente no tenia reloj ‘Ahora iba a concentrarse en qué decirle primero. Porque no podia perder el tiempo con cualquier cosa, Le habjan avisado que las lineas eran malas, que la ‘comunicacién podia cortarse y entonces era necesario limitarse a lo importante, -Lo im-por-tan-te Ast lo habla dicho la mujer gorda de la Cruz Roja separando innecesariamente las silabas. éPero que era lo importante? éLo mas importante? Karmo sintié que cl malestar se deslizaba por su pecho junto al agua ti- bia, hasta instalarse en el estémago. Tenia miedo de hacer las cosas mal, ¢s0 era. De quedarse mudo con el teléfono en la oreja y perder la oportunidad. Aunque si es0 pasaba, podia mirar cl cuademo, en el que habia anotado algunas cuestiones basicas. Preguntas que tenfa que hacerte. éPero si no reconocia su voz? éSi no se entendian? éSi se ponia a La noche del potizén Morar? Cuando ceré la canila las manos le temblaban. Era increfble, después de todo lo que habia pasado, ponerse asf por un llamado, Hacia quince dias que no pensaba en otra cosa, Desde que la gorda de la Cruz Roja le dijo a Daima que nece- sitaban verlo porque tenfan novedades importantes. En Jos dos aftos pasados desde que habia llnado los pape~ les era la primera vez que querian hablar con él. Y ade~ rs personalmente. Eso le habia sonacio a mala noticia, dor qué personalmente? =le habia preguntado a Dalma, No st, Ka, pero no te preocupes Va a estar todo bien Mientras esperaban en esa sala grande cubierta de alfembras, Dalma le habia apretado la mano. El quiso ‘La noche del polizén no [a recordaba. Lo tinico importante podia resumirse fen tres palabras: Sekou estaba muerto In ese momento empez6 su época gris. No podia dejar de pensar que era la persona con peor suerte de mundo. Después de estar una eternidad encerrado en tun barco, muerto de fio y de hambre legaba aun pais equivocado y su tinico amigo se moria HI médico seguia hablando, pero él no queria otto mas. Trat6 de levantarse de golpe y a su alrededor todo tembl6. Entonces las cosas se pusieron muy oscuras y cayé desmayado. 16. Estaba en et bano cuando oyé el 2umbido dal teléfono que anunciaba un mensaje de texto. Corrié a mirarlo y, al fin, una buena ‘Muy buena: era un mensaje de Lucia, Catorce cuarenta. Solo dos palabras e¥a Tams? Era un cambio, un cambio importante, No sabia por que se habia producido, pero ahora lla pareciainteresada. Le respondié inmedia~ tamente. Catorce cuarenta y cuatro. oe Andrea Fear ‘Todavia no, estoy esperando. éNos podemos ver? Sie deca que seb a proponer que quedaran para sa misma noche, después del lamado, Asi se lo contaba Y si no podia, entonces el viernes. Los viernes siem- pre sala, Miré el celular Tres minutos y ain no habia respuesta. Quizd no estaba ten interesada. Cinco rainu- tos mas. Nada, Probablemente solo habia querido ser ‘amable. Cuatro més ¥ nada, Pero ahora si otro bip. Catorce cincuenta y ses Puede ser. Llamame mas tarde. Puede ser era cast un si, De eso estaba seguro, Bien, bien, bien. Muy bien. Ahora solo faltaba que llama- ra Momo y todo se iba a enderezar. Una época ver~ de, Pero tenia que cuidarse, manejar las esperanzas. No meter la pata con Lucia, sobre toda eso: no val~ ver a meterla Las mujeres, habia descubierto, eran algo dificil Sobre todo en este pais, Iba a explicérselo a Momo si'venia porque aunque ain era joven tenia que ir centendiendo cémo eran las cosas, Para él al princi- pio habia sido un shock. A la primera ~podria decir se que fe la primera, al menos la primera ala que le habia prestado verdadera atencin- la habia visto en un cartel levaba pocos dias en el pais y recién se animaba a salir slo a la calle. Se detuvo ante un semaforo y al Jevantar la vista vio un cartel gigantesco en el que La node de poliin habia una mujer que Gnicamente tenia ropa interior ‘Una ropa interior muy escasa, nunca habia visto algo ast. Casi un hilo que no Te tapaba nada. Le sorprendio tanto que no se dio cuenta de que el semforo cam- biaba y tuvo que esperar el siguiente. Dos chicas que paseron a su lado se vieron, seguramente porque debia tener la mirada extraviada. Luego supo que el cartel ‘ra una publicidad para que otras mujeres vieran esa rope y la compraran. Pero es que en su pals no habla nada parecido, ‘Alas mujeres les gustaba: eso era evidente, Apenas cempez6 el verano vio que agut toda la ropa parecla cencogida. Y pegada. Las chicas hasta tomaban sol en. bikini en medio de la ciudad y nadie se inmutaba ‘Mujeres asi tenian mucho carécter: habia descubier to eso enseguida, No les gustaba que nadie les dijra lo que tenian que hacer o pensar Querian saber todo de un hombre. Todo, absolutamente todo. Eran, ademas, horriblemente celosas: un tipo no podia ni mirar a otra, ‘Algo que le tenia que explicar a Momo era que aqui se podia tener una sola esposa. No convenia opinar pi- blicamente, como habia hecho él en un mal momento, due tener tres © cuatro, como se hacia en Liberia, era bbueno y variado. No si uno queria evitar que e sacaran los oo. De modo que. al elegi, habia que elegir bien 1 crey6 que habia elegido bien con Lucia, Quince cero nueve y seguis esperando.

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