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ie: fa, El ltbro de Jan Patocka plantes: una seflexdén de transcendente actualidad: I» posielin de Jectuales en y ante la socledad socialist sociedad y en un tempo dominado por geniea, Ia erectente ‘Tradueeléa de Fernando Valenzuela ARAL EDITOR, 1976 Ramén Akal Gonzalez Sinches Barcdizegul, 40. Madrid, Tlf, 251 08 98 TSN B47 S89 3b4 eee Princ Shai: Impeesoea Espata Impreso en: Grileas (Ce. Vicvar a Costads, 5 - Madi Jan Patocka Los intelectuales ante Ja nueva sociedad Prétogo de Carlos Paris Sin An oes Jiarrot se J41008LALF, Prélogo Llega a mis manos este libro de Jan Patocka, dentro de cusa riquesa temdtica la reflexién sobre la funcion de tos intelectuales en la nueva sociedad Constituye uno de los mativos centrales, justamente cuando estoy tratando de ordenar y redactar algunas ‘ideas sobre este mismo campo problematico: concre- tamente sobre las mecanismos de poder de una sociedad dominada por la revoluctin cientifica. En- contrarse en esta coincidencia de preocupaciones —al margen de la natural simpatia que inspire— no Tepresenta por supuesto ningin milagro cuando se rate de 1m lugar tan frecuentado por los pensadores de nuestra época, de un dgora tan concurrida y en ‘que todos queremos dejar ofr nuestra vor. Pero sf puede eriginse en un posible punto de partida de estas eonsidevaciones introductorias el porqué de la actua lidad del tema y mds asin la manera concreta de modularse en nuestros dias este viejo motivo de preocupncién, Yes que hoy lo hace con acentas muy beculiares Bn principeo parece natural que todo trabajador del intelecto, si ademds de organizar sus ideas en un campo conereto se inguieta por la creaciin de una ‘oviedad liberada de las vigjas lacras de la humanidad historica, se interrogue por su propia funcién como (al intelectual en la dindrmica liberadora. En el mo- 5 ximjento de la Ilustraci6n se eonsideraron los “filéso Jos", con protagonizante optimismo, cual élite Nama: ‘ia a una mision satoadara en cuanto vektculo de ta rmzin hacia el pueblo. En otros momentos ha sido mas bien la angustia de une individualidad que se desclasa y trata de encontrar su lugar natural. Hoy es el descubrimiento de la problemdtica de toda una clase, impulsada por et desarrollo de las. fucrsas producticas en los paises acanzados. Buscandose @ st ‘masmo, el intelectual se descubre de repente formando arte de una muchedumbre que se interroga, repitien do el mismo gesto. Se reencuentra en ef seno solidario de ia colectividad. Por ello el tema se hace un tépico, un inevitable lugar de encuentro. Y cuando eretamos blantear wna cuestion personal nos sentimas arvastradas por el torrente de la racionalidad de las fuerzas econdmicas y su evoluetén. Hemos hablado de una nueva clase. ¢Cémo es asit El grupo social de los profesionales del saber — casta, estamento 0 estrato problematic en la socie dad de clases— ha venido existiendo desde los cha manes hasta el escritor 0 ef sabio del sigl XIX, dilatados en el profesional liberal, el mgenieroy el funcienaria. Mas ahora estamos en presencia de un sector social erecientemente numeroso que pasa de las dimensiones minoritarias a las de masa. Ya Ortega, certero fenomendlogo —aungue menos acerado wlorador de los fendmenos por él detecta: dos— consideré, hace casi medio siglo, al investigador ‘como prototipo del hombre masa ¥ tal masa en los paises neocapitatistas va adqui riendo cada vez mds tos caracteres de ten nuevo proletariado. Esta afirmacién, naturaimente, ha de set lefda en ef context de la realizacién actual del 6 proletariado de dichas zonas —no de su imagen Ulecimondntca 0 tercermundista y debemos puntua- lisar su aleance. No se refiere, en efecto, a un problema de niveles econdmicas, sino a la evolucion tle las condiciones de trabajo. Extas desbordan con reciente intensidad las posibilidades individuales Imponen ta colecticizacisn y division det trabajo y enajenan los linslados medios propios. El intelectual, sea investiqador 0 profesional, se va comvirtiendo ine’ luctablemente ea un asalariado de entidades privadas eslatales que le facilitan los instrumentos de su hacer, le integran en una organizacién grupal y le programan fa tarea. Se cumple ast en el orbe inte- lectual una evolucién paratele @ la que represent para ef mundo def trabajo manual et paso de la fartesena a la manufacture y la industria. Como ‘lustracién hritérica podemos recordar los testimontos autobiogréficos de nuestro Ramén y Cajal en ou dohardilla haciendo histologia con su microscapio y platicando con el vectno sastre que se extasiaba ante las prepasaciones comparéndolas con estampados de chaleeos fi Comparemos esta imagen con su simpatico aire de" sinete, con ta del actual investigador en una planta sometida a numerasas controles contra el esponase industrial Si la proletarizacion por una parte se define coma transiciOn del trabajo endividual independiente «la situaciin de ocupacién asalariada, por otra —y en profunda unidad— es concebible también a través de la ya mentada masificacion. De aqui la presencia de una nueva fuerza —la fuerza histOrica de las masas ponderadas por Marx— 9 la aparicién de una nueva gama de los fendmenos en la conflictividad social t protagonizados desde los estratos intelectuales pero revestides de las ttpieas formas de la conflictividad broletaria. Pensemos en las huelgas de médicos, por ejemplo, tan desconcertantes para la opiniin publica equipada con las categorlas tradivionales que roden ban a la sacrosantas profesiin, Todo ello significa, ‘ues, la trrupeiin de una inédita problematiea en las lensiones y crisis del mundo capitalita actual. Pero de otva parte, en ef universo de tos patses socialistas btontea el critico problema de la lvbertad, la esponta neidad y la organtzacién, dentro de las conflictos mas profundos que surgen al tratar de dar ef gran salto hacia una transformacion radical de las relactones humanas. Los fundamentos histéricos de toda esta serie de fenomenos sun bien evidentes. Determinados por una logica que ha impuesto el mismo desarrollo de las fucraas de produccién, absolwamente dominadas por la ciencia, ef proceso de la revnlucién «cientifico-tée- ‘nieas, En primer lugar se ha trasmutado la relactin del hombre con la maquina. Ya no ¢5 cuestion del vidiotismos en la sercedumbre que caractertsé el pri ‘mer proceso de industrialixacion capitaliva, en la epoca epaleotécnicas. La méquina va integrando iuestros mecanismos nerviosos mis elementales, lhe rindonos a las tareas a ellos iigadas. Por otra parte, le organizacion del proceso de orodueciOn prolanga esta realizaciin mas allé de Ia fabricacién estricta requiere complejas tareas de programacién, planifica- cidn, regulacién, que implican al economista, al 30 cidlogo, al peicélogo a todo ef mundo de las nuevas humantdadess Ya no son silo las ciencias de la naturaleza, especialmente ta fisica 9 la tecnologia, los ingredientes 8 ——... = at elal epistemologicos de la produccion. La ruptura de la ‘ea escision entre cienttficos y humanistas es, sin luda, uno de los elementos mds importantes en la edefinicion del concept del intelectual. Y como to dltimo se produce un mundo en el cual la iwcactOn fabrica el producto mds importante, la cualtficacion humana, en proceso constante de adap laciin innovadora, conuirtiéndose en Ia mas decitiea industria La expansion de las vieias Profesiones intelectua: 5 resulia, pues, inevitable. Y expresa ta humaniza: cidn del mismo proceso de producciin, del cual inmediatamente resulta, superando los siniestros as pecios de la industrializactin paleotéonica en que ‘sitio Munford. En esta linea podemos plantearnos la Concepcion de esta clase como clase genérica, que va udquiriendo en su desarrollo caracteres undversaliza- dores, trnscendiendo sus timites y asuméendo en sus Intereses las de la especie humana. Especialmente si bensamos este rltimo conceplo, la humanidad, en términos de futurizacion al ition, que transforma profundamente los esquemas tradicionales dela lucha de clases —y atin os blanteanientos gramscianos det «intelectual organi: co», no ha dejado de presentarse de uno o de otro modo en ta teoria y en la praxis de los siltimos tiempos. Podemos ponerla en relaciin com ciertos aspectos de ta obra de Marcuse y también con una serie de hechos hist6ricos referentes a las acciones de protesta irradiadas de los centros intelectuales. No se ‘rain ye de tas antes aludidas hucleas, que planteando bisicamente problemas profesionales ingresan en et radio de consideraciin de las luchas sindicales, conso- antes como velamos con la proletarizacién intelec: 9 tual. Sino mas bien de las acciones que independien- temente de cualquier problema de grupo se plantean objetivos genéricos de enfrentamiento con ta sociedad eonstituita, cuya injusticia es demunciada. En este doriden se sitsen fas acciones de los académicos ameri ‘anos frente « la guerra del Vietnam, pero sobre todo el fendmeno de la rebeliin estudiantil que, como ha subrayada Searle, rorprendio tan despreventidos no Silo @ los poderes establecidos » a ta conciencta social instalada, sino a las ciencias de nuestra sociedad. La imagen de fa clase intelectual como la clase Hamada a constituise en ia palanca de ta revolucisn, sin duda, puede resultar gratificante para el intelec tual. Por otra parte sirve una imagen fécit menos conflictia del proceso revolucionarin, como un despe- fue del desarrollo ctentiiico 9 teenoligieo, ma irra diacion de ta raxim sobre la historia. ¢No se trata del retorno ideal de las elustrados hecho postbilidad histo riew en la medida que la razin se ha convertide en Juersa historic al apoderarse de las masas? La pregunta nos pone sobre ta pista de que se trata de una utopia faciltadora, no una utopia creadora que regresa con nueva sugestin Inmediaamente nos asalta la sospecha de que ‘estamos incidiendo en la féctl ilusién sociocéntrica, en lo que podriamos designar como una perspection rintelectual-céntricar, vieja tentacion de tos kumanos eculiar del ideadismo de los inteleetuales y que nuestra Uision de la vfda intelectuel y demasiado tdflica frente a su dura historia e impregnacion en ta lucha. Un primer frente de ertticas para situar on sus, justos limites el papel de la clase intelectual se puede ‘establecer desde ed andlisis de sus habitos de compor tamiento en relacién con su posible eficacte revolucio 0 ria, Reatmente, con nuestra herencia pequeto bur- ueia, nuestro alejaméento —mds 0 menos mandari uta del trabajo fésico y de ta reatidad mas dura, lemos aspirar @ convertirnas en representantes 9 usuardia de una transformacién radical de la socie laid? La rebelt6n estudiantil no ha dejado de testimo or antensos fendmenos de inmadurez y mitificacion ealiste. Y a veces las reivindicactones profesionales Ue la clase intelectual se musven atin en una linea lufousivu de viejas pricilegios. Quizd sea necesario que iyiarexea un nuevo tito de trabajador intelectual moldeado en una moral socialista, que haya pasado por el campo det trabajo manual, que conozcn véve- nuente ese auténticn mundo de las masas histériens del protetariado, para aprender de é y de su exacto oalismo, no para admivario distantemente 0 instru: Inentarlo desde construcciones de laboratorio. Esta ‘moral sociabisia, tan brevemente apuntada, supone habitos de solidaridad, de renuncia at elitiimo, que \querdmosto 0 no presan sobre nosotros. Con estas consideraciones criticas no se excluye et que en ta vieia moral det intelectual se den valores otados de cierta permanencia. Valores que deben ser ‘iportados al proceso revoluctonaria, No se trata exac lamente de continuar y proseguar el cultivo de dichos valores sino de recrearlos, 9a que su vtvencia en la comuntitad académica tradicional, bajo et dominio de las formas capitalisias ha sido muchas wees mas declaractén werbal que precisa realivacién. Los valores 1 que estoy aludiendo residen en la libertad, la creatividad, a racionatidad rebelde ¢ insobornable Jronte a cualquier dogmatismo, el sentido de la tarea humana como algo siempre abierto y revisable, la fe nagotuble en la diseusion racional. Exigencias axioio u sicas que resultan justamente de la toma de contacto que verifican el intelectual com su zona de realidad ‘nds propia y en conseeuencia descubrimienios a que no debe renunciar. Desde ellos se define un sentido de la individualidad creadora, que no es incompatible con ta solidaridad, sino que reasume y recupera en Sus valores mas profundes, inseparables del hombre, ¥ que ilustra cjemplarmente la superacion del falo conflict que opone al individuo y el grupo én la medida en que ef progreso cientifico es resultado siempre de la dialéctica entre la comunidad investiga dora y la iniviativa indevidual La proclamacion y mantanimiento de estos wale res se conuterte en una decisiva tarea polémica tanto fen el interior del mundo capitalista como en el socialsta. En el primero reviste los caracteres de una lucha frente a la manipulaciOn econdmica y politica del untverso de ta cultura, 0 al intento de integracion falicnante del intelectual. En wn orden mds amplio es una llamada a la Iucidez, desenmascaradora de los Imitos » uses de una sociedad profundamente hipscr’ ta, En el camino de la construceiin det socialismo, por otra parte, frente a tos peligros det burocratismo ¥ del divigismo representa la afirmacion desde wna ona de experiencia directa de realidades absoluta mente necesarias fara In liberaci6n det hombre y ta consecucién de wna verdadera democracia popular. Tnciable, como sefalaba yo Rose Luxemburgo, sin tina itimitada libertad de grensa, sin la libertad de asocincion y reunion. Indudablemente tiene, pues, el mundo, ta clase intelectual, una importante funcion que cumplir en uestra hora, dentro desu propio cardcter y dindmica. Lin ef momento, ademds, en que grandes sectores det 1 proletartado occidental han sido hipnotisadas, en su ‘asconso a la zona de consumidores, por los objetos de una industria. necesita de mercados. Seciores ‘que han inmolado su zoluntad de poder y sus capaci dades creativas de una nueva sociedad para instalarse fon ef lugar que una hibil manipulacién capitatista les ha otorgado en wna wa alienada y orgullosa de evtenecer al mundo savansados Pera de este deber y pasibilidad a se motto de realizacién se da wna ancha zona problematica, que fen estas Hneas es imposible explorar. Quede s6lo ta indicacin de que la accién de la clase intelectual no puede ser ni pure comparsa, ni protagonismo directs va. Debe ineertarse, comunicanda sus experiencias » valores mds propios, en la totalidad del movimiento social de nuestra éboce. Y ello no s6lo en el interior de las sociedades nddustriales acanzadas, en el cual se han mowdo hasta ahora nuestras consideraciones. Justamente es éste tuio ie los ashectos en que deben ser corregidos los posibles errores de la perspection socioeéntrica a que antes nludiamos, EI andlisis det desarrollo de las ‘fuerzas productions que desemboca en esta evolucién tie la mano de obra ¥ nos presenta una sociedad y luna fuerza do trabajo crecientemente intelectuatizada en im proceso de crecimiento incesante no puede olvidar que tal situaciin de rostro risweRo —y cuya tilima utopia serfa la transicion evolutivn, no traumd- tica, ata sociedad sin clases— se encuentra de hecho fresasla en et traslado de los mecanismos de explotacion, en importante medida @ las relaciones con el tercer mundo. Es un peligro que ficitmente acecha at fnelectual que realiza sus andliss sobre la sociedad cientifico tdenica, oltédar la realidad inmensamente 13 nds ampli del mundo actual en pleno subdesarrollo, a existencia de un proletariado universal, y tomar como de la humanidad se tratase su peguena feristocracia mundial Es un peligro, ciertamente; pero también es ef Jntelectual quien més cabalmente puede abrirse a esta perspectiva, en la medida en que ef ejercicio de la inteligencia espontdneamente tiene que trascender lo timediatamente dada, el horizonte de la vida cotidia hia. No es de extrartar que hayan sido los intelectuales Junto a la solidaridad de los grupos étnicos despla- ados— las que en Norteamértca realizaron la denun tia de le guerra de Vietnam, como antes recorddba mos. Es un caw limite que ha puesto al vivo fa constante maniobra sobre la cual se asienta la Superioritad, @ veces paternalista y a woes salvaje mente violenta de los desarroliados. Esta insercion de os intelectuales en ta problemétiea de ta tucha mundial tiene que representar uno de los aspectos mds propios de sw accién que arvastre la protesta creciente de las masas, ‘No hemos queria sino abrir una serie de inte rrogaciones y posibilidades sobre uno de los temas Inds intensamente abordados en este libro de Jan Paiocka. No he pensado este prélogo como resumen y ‘erivien ~tarea pedante y falseadora— sino como wna colaboracién, una digresién al roce de un tema que hho puede sino disparar un torrente de ideas para cwalquiera que trata de asumir en nuestra hora su cametido de trabajndor intelectual. Jan Patocka ha ogado a plantearse estos temas después de una larga rayectoria dedicada a ta filosofia y cristaliada en twa rigurose obra que le ha convertido en el verdadero patriarca de las actuales letras checas Ahora bien, el contenido temdtéco y el interés de este rr ae bro de Patocka no se queda en la problemética aludida en estas paginas de presentaciin —y aunque creo que constituye el iltimo motivo animador y uuificante— por muy palpitante que éta sea EL lector podré enriquecer se curiosidad intelec tual en variados campos. El panorama de Ia filosofia dde la ciencia, el sentido de la creacién artistica, los hhilos conductores de la evolucién del pensamiento checo. Personalmente he podido encontrar wna gran satifacciin en el modo de plantear la filosofia de la Ciencia desde una perspectiva centroeuropea amplia, ‘atenta al interés del movimiento dialéctico, que puede ser itil contribuyendo a romper la undlateral atencién @ los planteamientos anglosajones, que polariza el trabajo de algunos de nuestros cuttieadores det dome- nio, La trisqueda de la propia identidad en el desarrollo de la personalidad historica € intelectual del mundo en que la obra se encuentra inserta me harece también uno de sus aspecto mas apasionantes. EL pensamiento checo actual ha empexado a interesar en los tiltimos ajtos en Espaita a travds de Karel Kosik y Richta y enriquece con este idtimo libro su presencia. Que a partir de este contacto se extablezca un didlogo fecundo entre tos pensadores esparioles actuales » las checos es fa intencién a que querrian sercir estas lineas, y cuyo primer momento se hhallard en la lectura de las paginas que siguen, labor que no querrfa demorar dilatando més este prélogo, CARLOS PARIS Universidad de Madrid Los intelectuales y la oposicién. En una época que pretendia vanagloriarse de haber sometido a la propia historia al dictado de la voluncad de organizacién de la razén humana y de la direccién previsora, volvemos a ser, una y otra vez, asombradas testigos de cosas imprevisias, inauditas Luego siempre aparecen los anilisis que nos ensefian a entender estos procesos v demuestran que, para quienes fueron eapaces de una vision més profund, las cosas no eran incomprensibles — pero en To que se reliere a la historia la visidn profunda va siempre con retraso respecto a la realidad ‘Citemos algunos acontecimientos que en la posgue- rra sorprendieron al mundo ya sea por el mero hecho de haber sido posibles o, al menos, por la magnitud de su influencia, El primero de ellos es Ia descomposicién del, sistema extaliniano en la Unién Soviética, que tuo lugar —sin la incervencién de una factible presion extema— a través de un proceso interno apenas perceptible y dficilmente descifsable por la multiplici= ‘dad de sus causas, a pesar de que el sistema en sf parect asegurado por una concentracién y organizacion del poder tan inmensa, que quizi no tenga paralelo en Ia historia, Entre esta causas se cuenta un imponderable especial —el derrumbamiento de la leyenda de Sta lin, imponderable cuyo caracter intelectual le confie ze una significaci6n especial dentro de nuestro tema 7 hace algunos afi la Uamada revolucién dirigida por los partidarios de Mao por inicia tiva de éste, fie caracterizada como algo completamen: te incompzensible, como una especie de barbarie orien: fal que no tenia comparacién posible en el razonable mundo de occidente. Movimientos similares, aunque ris espontineos, llevan hoy al borde de la eatéstrole a las sociedades y formaciones estatales mas estables de Europa occidental y estos movimientos tienen, con derecho o sin él, el nombre de Mao en los labios. Las ecisiones del presidente Johnson en su altima época, ‘especialmente la de detener les bombardeos a Vietnam del Norte, fueron indudablemente influenciadas por faspectos intelectuales, ante odo por Ia agitaciin estudiandil en los Estados Unidos, coparticipe de ta creacién de un clima de oposicién a la politica vierna, ita del Estado, Cualquiera que conozea un poco Alemania occi: dental nota la transformacién de la atméslera politica ¥ ‘spiritual general en los dltimos afios. Sin duda se debe fen gran parte a las acciones de los estudiantes y a las organizaciones estudiantiles. Y en nuestro pals, Checoslovaquia, hemos visto ‘cémo una de las menos gloriosas resonancias de la era de Stalin, el éximen de Novotng, que 2 pesar de care: cer hace tiempa de popularidad posefa una plenitud de poder tal que una manipulacién medianamente habil parecia garantizar su duracién, entré en su fase final al nrentarse con los escritores y estudiantes. Es posible que alguien se pregunte sino hemos fo bajo una misma rdbrica temas demasiado stantes. cQué tienen que ver el fin del estalinismo o La revolvcidn cultural de Mao con la oposicién intelectual? Ho este cayo lamaria la atencién sobre un aspecto que 1" Deutscher remarea en sus estudios sobre la era pos: sstalinista el fin del estalinismo en la Unién Soviética cesta relacionado con el nuevo sistema de instruccion y educacién y con Ia elevacién del nivel de vida general. En cuanto a la revolucién cultural de Mao, en Tr prenca irquierdista alemana se defendié la idea de que estaba dirigida contra un determinado tipo de sestablishments burocratico que constituye un especifi coy tradicional peligro en China, al cual es imprescin dible oponer la vigilancia intelectual. Por otra parte parece que Mao comprendié muy pronto un fenémeno que en otras latitudes pasaba desapercibiddo, esto es, Ia masificacién del estudiantado actual y, por tanto, I posibilidad de apelar al estudiamtado como masa. Desde entonces se presta acencidn en el resto det mundo 4a violenta oposicién intelectual que pasa de un pais 2 orre cambiando su forma de aeruacién, adquiriendo experiencias y adaptando su tictica a las condiciones dadas, desarrollando inclusive una estrategia a largo plazo. Se trata de fenémenos que anteriormente no existian y con los que no era necesarip contar. La incelectualidad era hasta hace poco un elemento aislado odiseminado que, por si relasiva limitacion numérica y su dependencia de Tas fuerzas decisivas —las eapas que poseen el eapital yel poder o las masas significativas por su ndmero, constitula un factor relativamente poco importante en la vida pablica, La sociedad de consumo ‘secidental como «masa solidaria: no daba al intelectual otra alternativa que la de estar atento, orientarse, informarse..., ¥ ninguna posibilidad de acruar_ No es posible afirmar avin que el inteleevual haya adquirido la influencia recesaria para que fads la sociedad tenga la sensacién de que en ella es posible, sobre la base de Ja intenci6n, llevar a cabo algo positivo que pueda hacer 19 frente a las manifestaciones perniciosas del desarrollo, Pero ya no es tan impotente o; al menos, no ko « en algunos grupos y fracciones. Los trabajadores intelectuales, especialmente los estudiantes, salen a la calle organizando luchas calleje- ras o huelgas y ocupaciones, que estaban antes reserva das exclusivamente a los obreros. Los consresos de escritores se convierten en acontecimientos de primera magnitud en los cuales —de forma velada— tienen lugar ya cambios politicos. Antes podiamos prever el ‘cardcter de este suceso, hoy ya. contamos con ejemplos. ‘Aqui hace su apariciéa un nuevo elemento de la sociedad, una fuerza con la que ser necesario contar desde ahora y por un largo perfodo. Podemos afirmar ‘que el politica que no la tome en cuenta habré de Famentazl. ‘Los estudiantes —por ejemplo los de las actuales universidades en crecimiento de Europa oceidental, con decenas de miles de alurmnos— se han convertido en tuna masa que est siempre reunida, que difleilmence se puede organizar por si misma y es sumamente movil Decenas de miles de personas en las calles —0 poten: cialmente en as calles — representan una fuerza que no fs tan facil de neutralizar por un aparato de poder normal, especialmente teniendo en cuenta la impopula: fidad del uso de la fuerza precisamente contra quienes son considerados en todas partes como la flor y nata, como la esperanza de Ia sociedad. ‘A pesar de todas las caracteriaticas diferenciales de este fentémeno en las distiatas comunidades nacionales fstatales, se ve que se trata de un fendmeno social de po internacional, en todos los paises occidentales, o en fesi todos, se presentan procesos y fenGmenos andlogos. En los paises orientales, con una estructura social distinta, las diferencias son notables, pero el movimien- fo de masas, especialmente el estudiantil, también aparece, En los paises oecidentales et movimiento, el cenriquece con mucvos elementos pasar de un pafs a otr fu programma y su accién, Asi en Alemania surgi Jos estudiantes de izquierdas un programa de accion que pasé a los sindicatas y a amplias capas obreras. En Francia, este programa —hasta que las estructuras tradicionales despertaron de su espanto~ casi lleg6 a su realizacin, En Polonia comenz6 enere los escritores un ‘movimiento de oposicién que fue severamente reprimi: do, En nuestro pals, por el contrario, se Tes ‘mpliamente, dando a los politicos ejemplo de cémo ha de hablarse con algunos de los deventadores del poder paiblico. Ya he sefidlado que, a mi juicia, todos estos fendmenos estan relacionados con que la masificacion dela sociedad moderna ha aleanzado ahora al elemento intelectual, Las masas estudiantiles se han extendidlo ‘chormemente durante la posguerra en todos los patses y fn especial en occidente, donde Ja sociedad invirtié € invierte sus excedentes en Ia edificaci6n de universida es, en tanto que las posibilidades de ssimilacién spiritual no responden a los ritmos de crecimiento, Tas universidades no tienen fuunea suficiente personal docente y medio suficiente que estén a la altura de la Spoca, tanto en To que hace a la espectalivacién como fla situacion social, de modo que con su actividad Constante demuestre que Ia universidad funciona en contacto cone] momento histérico y no de un modo lemasiado cargada de tradiciones y temas carentes de vitalidad, de intereses mezquinos, dejando pasar de largo a la vida real y a los problemas acuciantes. De este ‘modo las universidades se convierten interiormente en a un explosivo y exteriormente en un campo de batalla, La intelectualidad joven, en su intenta de conocer la verdad acerca de su propia situacién, llega a la negacién radical de la realidad de que forma pane. Elconocimiento de aquello que merece ser techa- zado es para ella relativamente sencilla, ya que dispone de varios aiios durante Jos cuales, a diferencia de! resto de Ia poblacion, permanece al margen del minucioso sistema de control que constituye la inmévil y compléja sociedad occidental actual. Pero esto no es en modo alguna suficiente para entrever una solucion positiva Por eso no es extrafio que la intelectualidad joven de occidente se dedique a la negacidn, ya que &te cs cl nico Ambito de que dispone su libertad. Pero la sociedad real es un engranaje cuya potencia impide cualquier transformacién parcial, de modo que su negacidin, en tanto no implique cualquier transforma cién revolucionaria fundamental, trae consigo la pérdi da de contacto com Ia realidad 0 se convierte en una rebelign salvaje, carente de sentido y limitada a la simple destruccién. La imtelectualidad de oecidente ya no es un insignifieante ruedecilla dentro de una enorme maqu aria, condenada a dar yueltas sin que de nada valga su voluntad: ya no es impotente, pero su poder es 360 Gestructivo. Esto puede tener sus aspects positives, enue ottos, de destruir los tabas intelectwales que pesaban antes sobre la atmésfera espiritual. En la Alemania de la Repiblica de Wiemar nadie podia permititse atacar el tema de la culpabilidad en la guerra, el del sentido de la concepciéa del exado de Bismarck para el futuro de Alemania, etc., en tanto que hoy todos estos atrasos se ponent al dia. Pero la Ey propia destruceién de tabsises silo un sintoma de exisis Cuando no se sabe, sin los tahis, a donde ir. ‘A pesarde lo dicho creo que todos estos fendmenos dc] mundo actual son sélo el preludio de una misica fiatura y que por eso ticnen un significado positivo o, all ‘menos, pueden tenerlo, La sociedad del futuro, con una base técnia completamente nueva —una sociedad cuva riqueza no consistira tanto en los bienes como en Ta pesibilidad cada ver mas formalizada y creciente de producirlos — kendra necesidad de intelectuales en una proporciéa yun némero cada ver mayores y, sobre todo, en posiciones mas decisivas. Se tratara sin duda de. expecialisias, pero lot especialistas, al especializarse ejercitan su. capacidad general de orientacién, de pensamiento y decritica, No serfa loxico peasar que la foma de conciencia de una capa tan importante de la sociedad, sw organizacion como grupo capaz de accién, solidaria, de protesta y rechazo, podria ener en. el fatuso una importancia decisiva para la racionalizacion, y la racionalidad de la sociedad? En esta capa pod: por Primera vez en la historia, la racionalidad misma, fensu forma mds pura, convertise tanto en un medio de la reptoduccion de la vida como en un fin de ta sociedad. Aqui coincidisfan el interés de una capa con Cl de la razon humana, Sus intereses como capa social ‘deberfan constitu el nicleo de cualquier complejo de ideas que aspirase a ser adoptado por ella. La elabor Gidn de un complejo tales lo que, con estas perspeetivas, se presenta como la tarea mas urgente de la inteleezuali- dad. Dentro de esto se inserta la necesidad de investigar racionalmente la estructura de Ta sociedad actual, con tL objetivo de comprender a qué clase pertenece la intelectualidad desde el punto de vista de su esencia y de fqué modo puede poner estructuralmente a disposicién 23 de la sociedad su fuerza eminentemente acti revitalizadora. Fs can evidente que esta investigaci enlaza con el tradicional analisis de la sociedad de clases y su dialéctica, como que es imprescinilible analizar sin prejaicios la situacién actual, original e imprevisible en el siglo XIX. Es posible que, por esto mismo, no esté del todo fuera de lugar recordar a la intelectualidad alguno de los rolegémenas de su toma de conciencia como tal Enel momento en que les intclectuales #e convierten en masa, cs necesario que no pierdan, sino que aumenten su canciencia de que son inteleetuales. Los estudiantes sc han convertido en masa en el sentido de que saben que en el momento preciso pueden recurrir alas Geclamaciones a coro, convertirse en manifestamtes e inclusive en luchadores, que estan preparades para la acwuacién emocional y hasta pasional y que producen lideres espontineos capaces de manipularlos, Pero no se hhan convertido en masa en el sentido de que fuesen fundamentalmente pasivos, receptives, sin iniciativa y sin sentido para la argumentacién intelectual. Deben superar, por supuesto, el peligro que Tes amenaza: la pérdida del sentido de la discusion y de la argumenta cién intelectual que los caracteriza hasta ahora. No deben perder el sentido del interrogate. Deben refor: var todos los instrumentos de erftica y autocritica en lugar de la emocionalidad 0, mejor dicho, como emocionalidad dirigida. No deben permitit que la intelectualidad se vea reducida a lo que en las culturas anteriores, en el mejor de los casos, era: un instrumento de la clase —o atin del grupo— gobernante, tal coma cn las primeras formaciones culeurales altamente desa rrolladas o en la alta edad media. Deben impedir la icién de la que fue objeto la intelectualidad sdesarraigada» de la era moderna, especialmente en la época burguesa. Tienen que acentuar su conciencia de Jo qué ela falsa conciencia, la mentiza social y en este sentido deben fortalecer su situacién independiente dentro de la sociedad accual a la que deben ensenar respctar a los intelectuales como componente poderoso yorranivado, El estudiantado, como masa estacionaria, pera mévil ¥ cambiante deberla convertirse en su ‘vanguardia. Quiza un modesto primer paso para todas ‘estas tareas sea la reflexién acerca del propio concepto de inteligencia, con respecto al cual quisiéramos resumir algunas consideraciones. Giertamente no es casual que un determinado ‘grupo social haya recibido en herencia un nombre que analogfa latina del griego NOUS» y que sefala la presencia primigenia directa de Ios orfgenes del ser en la percepcién de nuestra mente, es decir, entre otros, de ‘se sentido y fin dltimo que da forma al mundo como totalidad (el propia concepto presupone la existencia de un fin ta). Claro que inteligencia significa una determinada capacidad del alma, en especial de la humana, En uno de sus arvfculos, Gadamer muestra imo esta expresién, que originalmente denominaba tuna capacidad que iba mas alld del simple raciocinio, se hha convertido en denominacién de la shabilidad de comprender ¥ enjuiciar» —que caracteriza por igual al hombre y a otros animales superiores—, del concepto de rendimiento formal y, finalmente, de algo toralmen: te mediatizado e instrumental. El término sinteligen: cae, como titulo para un cierto rendimiento, nacural- mente no menciona nada que sea exclusivamente 25 Jnumano, sine que degrada al hombre a la categoria de un fin exteriormente establecido (estructura instintiva 2e la vida), de modo que determina al hombre desde un punto de vista animal, theriomérfico. Exta degrada ci6n theriomérfiea del 1érmino procede fundamental mente de sa utlizacién masiva por la. sicotécni ‘moderna, mientras que cuando se lo comenz6 a usar como categoria sociolégica, con el fin de dominar un erto tipo de profesiones y empleos, no tenfa aun esa ‘connotation, Por exo cuando decimos de alguien que percenece a la inteligentsia» en el sentido de que puede ser ficilmente manipulado por el aparato burocraico, refiriéndonos en general a su. dependencia social, Jhacemos una ucilizacion del término tipica de la época actual; en tanto que en sus comienzos sin duda significaba también la capacidad de determinar libre: mente sus objetivos, Ja capacidad de adoptar una orientaci6n espiritual en [a vida, tal como sefiala L.A, Blaha en su «Sociologia de la inteligentsias. Este uso se extendi6 en la primera mitad del siglo pasado y smerecerfa sin duda un historia semantico, Denomina al hombre espiritual, al que forma su vida en Ia actividad spiritual, ya sea’ ejerciendo una profesion expiritual ‘derecho, justicia, predicacién y docencia—, sobre todo en sus grados superiores, profesiones sliberales+ 0 dedicando toda su vida 4 objetivos espirituales, También se refiere sencillamente a quien ejercita su profesion en base a un titulo académico. Debido a que 1 primer significado no ha desapasecido de la concien. ‘cia general implica aGn un juicio de valor. Esto se relaciona con una problemética que ya seflalé Gada: mer: La inteligencia, el pensamiento auténomo, no es algo como el talento, para cuya utilizacién es suficiente Ia decisién, sino que debe ser conguistado en la lucha 26 contra fueraas vitales que Jo frenan, personales y Sociales, Por eso en ¢l cardcter del intelectual nos encontramos con un cierto sentido y sensuciin de la problematica de nuestra relacién con In verdad, u festa conciencia de la existencia de aquellos «Kdolow a lov que se referia Bacon, No se trata de una relacién cxpresamente reflejada, sino que es de un tipo tal que las personas sensibles La practican en. la vida al no entregarse a elertas tentaciones y tendencias. Al slistaneiarse de ellas se va creando la eautenticidads, un huevo yo que se distancia del interés particular y Ia situacién particular y strasciendes en este sentido a ambos, Este amortiguamiento de los objetives inmedia. tos (dietadas por el instinto y la tradicién) posibilita y inulténeamente obliga al planteamiento de objetivos individual y expresamente conformados y ele \lados sino libzemente erigidos. Por esto, si la ‘ualidad esté siempre ligada, en el sentido de la libre reflexion, a la postura ética, a la eleccion entre lo correct 'y lo ineorrecto que se relaciona con la mneecucién ola pérdida del verdadero yo espiritual, fentonces su base mas. profunda es ese reino al que enetramos a través del la sdiferenciacién moral, a pesar de la degradacién del significado del término intelectual desde su utilizacién por Tos fil6sofos antiguos hhasta la significacién «theriomérfica» de la sicotécnica smodlerna y de a sicologta de la smultitud solitarias, Del rcino al que Hegamos 4 través de la diferenciacién mo: ral podemas en verdad decir que eno es de este mundos, ¥ya que este reino no se constata, sino que se abre al oft uuna determinada exigencia ¥ responder a ella ‘Tenemos asf ante nosotros toda la estructura que caracteriza_al intelectual y a su_pensamiento:_la \dde reflexiin, de pensamienio independiente, 27 que no ¢s estercotipade sino que presupone Ia resol cidn de situaciones nuevas, consiituye una fuerza de reestructuracion de nuestra experiencia que sabe en Ccontrar en sf misma lor medios adecuaclos para aleanyar los objetivos dados. Pero los objetivos deben ser, al menos reconocidos 9 aceptadas, no como en el animal simplemente dados en su propia estructura genérica, Dioldgica. Esto presupone la capacidad de autodeter: minacién, Can la autodeterminacién, con la capacidad de degerminar nuestros propios objetivos, rraspasemos toda la esfera de lo dado. Surge asi un yo firme, que podemos denominar, con Hegel, generalidad y catego- ria o elemento filosifico dentro de nosotros. Este ele ‘mento filosfica tiene ademés otra condicién previa: la vision de aquello que no esta munea wdlados, que «no es de este mundo», del reino moral En esta estructura espiritual reside la posibilidad de que las profesiones espitituales se desliguen de la servidumbre social a la que habfan estado en principio someridas. Las profesiones espirituales debian su presi ‘gio social en principio a las fuerzas magicas a cuya ‘consecuci6n se relacionaban y mas carde al deseubri- miento de la palabra escrita y a la relacién de ésta con la vida del estado. La primera circunstancia hacfe de la profesion intelectual una casta, Ta segunda la ponta al Seraizia de Ia clase dominante. En esta segunda estin al mismo tiempo contenidos los gérmenes de la posibi- lidad de que el escritor libre, o aiin de opasicién, se separe del eseribiente sometida a la superioridad, EI censayistasocidlogo americano Hoffer intenta seguir la pista de la génesis de la oposici6n intelectual hasta las fases deeadentes de Jas grandes civilizaciones del anti sguo oriente y cita ejemplos de Rgipto, Mesopocamia y Palestina, Los profetas hebreros son para él la pri 28 oposicién sisemética, Para la época moderna, para el surgimiento de los sintelectuales independientesr serfa necesario retrotraerse a la tradicién de los herejes tmedievales, en los que por ver primera se manifiesta la necesidad de libertad espiritual, anticipande las gran- Ges ofertas sociales de la época moderna. ‘De modo que la inteligencia no leva su nombre en vano y ain su degradacién, que tan bien capto Gadamer, refleja una gran’ parte de la historia spiritual modema. En este sentido sigue siendo intere- sante un trabajo de Emanuel Radl, de 1927, llamado ‘La crisis de la jnteligencias. Radi afirma que ct amtecesor directo del intelectual mederno es el clérigo medieval. Eo el renacimiento fue remplazado cl clérigo como ejemplo y centro, como tipo dirigente de la espiritualidad humana, por el fil6sofo, clente transcendente fue puesto en cuestion. Al ‘au ver lo reemplaz6, después de siglos, el especialita Gentifico, Este. corre el peligro de verse desplazado por eLhombre de objerivos practicos cotidianos. El esquema de Rad puede recordar Ja ley de los tres estadios de Comte, Pero en tanto que el positivista ve un progreso ‘en estos cambios, Radl considera que se trata de una decadencia basada en la gradual destrucciém de las condiciones de posibilidad de la inteligencia, que permiten -transcenders, sobrepasar el mundo inmedia. to, dado a os objecivas simplemente aceptados. En hnuestroandlisis constatabamos que la inteligencia practica esté condicionada por la capacidad sfilosd Fiear, la capacidad de percibir lo general, y ésta a su ver por el sfeino que no ede este mundo, que corresponden asi al filgsofo y al clérigo del esquema de desarrollo de Radi, Sélo falta la reflexién del intelectual acerca de los tipos de vida no trascendente: 29 estos tapes son los cel hombre natural ¢ instintivo, el hombre como trabajador y productor, el hombre de éxito en el sentido masivo, por ejemplo, el businesman americano 0 el politico que s6lo persigue el poder. Sélo falta que los justifique, que zesigne a su intencin de ocupar una posicién importante en el mundo, «uc acepte su papel instrumental del mismo mode en que su propio Grgano, la inteligeneia, que era un fin en sf misma, se ha convertide en una habilidad instrumental Desde un punto de vista critico diré: es verdad que fl clérigo medieval reconocia lo espiritual en su transcendencia, en su imposibilidad de convertirse en nada mundano, en su oposicién a lo mundano, en su cardcter de fundamento de toda verdad incluyendo la conscatacién, Pero en la préctica estaba al servicio de tun orden social que se hallaba lejas de responder a esta verdad, en donde lo espiritual estaba condenado a servir de hecho a la distribucion dada del poder y a la situaciéa legal existente. En la edad media nos encom: tramos con un prineipio que posibilicaba toda verdad, reflexion libre, transcendencia y oposicién a lo dado: pero en la realidad, salvo excepciones (nombré a los hereies) tal oporicién no tenia lugar, En la época modema se aplica la fuerza de oposicién de la intelecwwalidad de un modo antes nunca vista e, inclusive, como trat6 de mostrar, cada vez més; pero, al mismo tiempo, existe el peligro de que el principio de toda oposicion desaparezca de la vista. Esto se debe 2 que la mediacién, Ia efectividad se hacen en la époce ‘moderna posibles y por Io tanto cemécieas, en canto que las condiciones que las posiblitan se pierden en la oseuridad. Esta figura del acontecer espiritual moderno ‘se nota, por ejemplo, en la relacién entre los conceptos ‘de movimiento hist6rico de Marx y Hegel. En Hegel la 30 Gialéctica de la historia tiene un sentido, un fin (y coda lla depende de este fin y de su comprensién), en la autorrealizacion de la rax6n que, simultneamente, es aprehendida como fundamento de code ente. Lo que falta en Hegel es la realizacion mediadora de ese fin y éste es el porqué del cardicter esquematicorabstracto de su concepto de la historia y el motive por el que no tiene fen cuenta aquella que en un sentido no figurative podrfa llamarse sder Ernst, der Schmerz, die Gedald lund die Arbeite (la seriedad, el dolor, la paciencia y el trabajo —en aleman en el original). EL marxismo también contempla la transcendencia como critica del cstado actual de Ia produccion capitalist a través de autoconcienciacion del proletariado; sin clla no cs posible ninguna transformacion histérica. Para ella es imprescindible la alianza del intelectual con el obrero, con el proletario, Pero se trata de una transcendencia estrietamente horizontal, que va desde un estadio de la produccién social a otro, gracias a la devolucién del (abajo alienado a sus productores. EL concepto mate: rialista dela ereproduccidn de la vidas se presenta como siel momento significante fuese dado en su contenido por la vida inmediata, instintiva y sus foerzas. Ya no se reflexiona acerca de que la transcendencia horizontal tiene sentido s6lo en tanto que posibilita otra dimensién, gue Ia inmediaca y en general en tanto que sirve de mediadora de una mayor oportunidad de veracidad y personalidad y no s6lo una mayor riqueza de la vida inmediata (Gensorial). De este modo se justifica la oposicién de la intelectualidad, es decir, de quienes compreniden el proceso histérieo, contra una sociedad alienada y alienante, pero se oculta que hay una doble ‘oposiciéin, poraue Ia transcendeneia también es doble: horizontal, desde et sistema social dado que debe ser a reemplazado por otro y vertical, contra la inmediater en general, siendo ta ls que crea el Ambito para la tanscendencia horizontal. Tanto en Marx como eo Hegel es la razén, Ia légiea interna de las cosas la que impulsa a la vida, al cambio y al desarrollo. Pero el acento sobre la actividad hace que Marx en la logica vea findamentalmente las cosas, en tanto que Hegel ve ance todo Ta Légion La tarea de los intelectuales, su scosas, es precisa mente la conservacion de Ia diferenciacion y la relacién rmutua de ambos modos de transcendencia, No se trata de una simple vision de 1a existencia, del sreino del espiritue y de su adoracién quietista, como en la‘ edad antigua o en el medioevo, Se trata de lograr un verdadero _gobiemo del espiritu sobre Ia base del deseubrimiento de la insuficiencia del mundo dado. ‘Kant hablaba del reino del espfritu, 0. mejor dicho, del reino de los esplritus, como de la esfera de Io moral Esta es para 6l la esfera de validez de la raz6n, es decir de aquelio que es general y necesario. Los filésofos posteriores crataton de trasladar esta esfera de lo general desde el imperio de la intemporalidad al cosmos histérico. Hegel ensefia que la razén se realiza en Ia historia, C, Mars ensena que se realiza en la historia a tuavés de Ia dialéctica del desarrollo econbmico-social, de las relaciones de las fuerzas productivas y de Ia forganizaci6n de la produccién en In sociedad humana La razin de Hegel es un principio teologico-meta: fisco. La razén de Marx es antropol6gica, pero lo specifica de Ia antropologia, el principio de la doble transcendencia, no ha sido, lamentablemente, elabora: do por él. Marx conoce s610 Ia transcendencia horizon tal, su antropologia quiere enlazar con Ia objetividad de las ciencias naturales y su principio de desarrollo. Al 32 igual que sx modelo, (Ia_antropologia de Feuerbach) apunta hacia lo especificamente humano, hacia la plenitud de sentido, pero no acierta, por los motivos falados, a su objetivo. La filosofia existencial y la Fenomenologia han aportado el principio antropologico original, 1a explicacién al nivel de la plenitud de sentido, de la actividad y la motivacién, sin limitarse a la sola casualidad impersonal. Desde agul es posible ‘encontrar el camino hacia el concepto antro- polégico de la razén en Mare, pero para esto es nnecesario someter antes a critica a la filosofia existen ial. La mayorfa de os [il6sol0s existencialistas separa rmuevamente la transcendencia vertical, el impulso que va mas alla de lo dado, el impulso creador de fines (la cexistencia es aquello para quien la cuestién es su pro: pio ser), de la trascendencia horizoneal, del impulso hhacia el mundo, hacia lat cosas. La condicién nece- saria para enlazar con la dimensién historica es la su peracidn de este coneepto de la existencia, Ya Sartre y. fundamentalmente, Merleau-Ponty, vieron este im pulio bisico desde st hacia fuera que caracteriza a la existencia, como algo positivo. Pero no solo es positivo, sino que inclusive es una orientaci6n hacia s{ mismo. Si no es cada orientacién desde sf mismo hacia el mundo, crientacién hacia sf, pedemos por el contrario afirmar que no hay orientacién hacia sf mismo que no sea drientacién hacia el mundo. Nuestro propio intento de antropologia fenomenolégica que enlaza con Merleau- Ponty, persigue como objetivo mediato la conexién del principio antropolégico —del principio de la exis: tencia como autodeterminacién final — con el proceso histérieo. Es necesario comprender que la existencia no cae simplemente al mundo, no se desgaja sencillamente de sf misma, no pierde simplemente su autenticidad, 33 para luego recuperarla en la anticipacién dela muerte y cena relacién eon el no-ser: sino que el camino hacia el mundo tiene un earacter «dialécticon, que extesalirse de si mismo es, a un tiempo, pasibilidad de resreso, ex ne- cesario comprender en qué forma se da esa posibilidad de regress. ‘Creemos que esta ¢area tiene en la época actual unos rasgos especifieos debido a que la realizacién de la xaz6n llega al estadio en que por primera ver ent la historia la oposicién entre el carécter racional de la vida humana y la materialidad de su reproduccién no slo es factible de resolucién, sino que lo es a través de Ia raz6n, Marx vefa la racionalidad del desarrollo social en due la alienacion extrema del erabajador y el trabajo por el sistema capitalista alcanza su propia desinuceisn a través de la autoconcienciacién del proletariado y la transformacién revolucionaria. El proletariado con” la produceién masiva asegura la posbilidad de supervi vencia para todos, la organizacién socialist de las relaciones de propiedad, ascgura su realidad. Pero Ts produccion continda siendo algo material: Ia dedica cién de la vida al trabajo fisico. En las condiciones modernas de automatizacion, cibemnética y eliminacion gradual de la fuerza fisica en general, Ix propia producci6n se convierte en un proceso primordialmente racional y no ya orgénico-material. Por eso va no escansa en los hombros del proletariado, sina en los del técnica. Pero el técnico es un intelectual, que a pesar de oda Ia especializacién se halla unido por una red de estrechas relaciones con el conjunto de la incelectuali dad. La intelectualidad es hoy intelectualidad técnica no porque no esté de acuerdo con la idea de la autodeterminacién de la vida, sino porque la técnica es la forma decisiva de la razén’en la €poca actual, de la 4 rarén que, como tl, es fuerza productiva. Pero la técnica no puede ser auténtica, no puede producir, no puede desarrollayse ¥ brindar su mis pleno frute si se Ja utiliza para descubrir en Iugar de crear, si se 1a pone al servicio de un grupo en lugar de servir a la generalidad, sino dispone, contra el peligro de este seeuestro, de Ta seguridad del autocontrol de su utiliza ‘ign, El interés de la téenica es el de la intelectualidad \éenica, El interés de la produccién es simultsneamente tun interés de grupo, personal y general. Esto significa ‘que nos hallamos ante una clase productiva que es realmente general, lo cual a su vex implica: el interés de la produccién no es sélo interés por los bienes y sit ccantidad, no esta dictado unicamente por este aspecto material, sino que es en sf mismo, por su cardcter de genevalidad, un interés moral. La téenica en la fase de dominio de la intelectualidad —de ta intelectualidad productiva que penetra toda la produccidn e influye por su peso creciente a toda la sociedad — cx fundamental rence internacional ¥ unitaria; es siequierdista» en el sentido de oposicién al «establishments de los grupos de interescs, ya se tate de élites econémicas o politica: es emocrstica porque reelama control, e decir piblico, es decir un modo de participacign de todos. Lo material, quello alo que nos somete el objeto y a lo que hacemos frente con nuestra fuerza fisica, con nuestra corporei dad, se sublima hoy a si mismo hasta una forma de rarén, es dirigible por la raxin. Los propietarios de raz6n tratan de conseguir el poder en el mundo y, como tales propietarios de raxén, no pueden reclamarlo para si, sino para todos, Los propietarios de razén no son ni ‘el 6rgano espiritual y el gobierno de la humanidad de Comite, ni la élite teenocratiea, ni un nuevo consoreio de managers, sino la masa intelectual, cuyo ndcleo son 35 Jos técnicos, productores de posibilidades, que alcanzan cl cielo y la tierra y erean el contacto y la relacién entre ‘ambos, Su vanguardia son aquellos talleres en donde se crea esta intelectualidad que es la masa decisiva de hoy: las universidades ¢ inclusive la multitud de estudiantes, aluunnos y aquellos que se hallan en lax diversas ecapas de preparacién técnica, En la etapa de superaciéa del capitalismo que tenfa en mente Marx, en las condiciones de produccion del siglo XIX, en’ aquella fase (bsazo incluida la mano, en el sentido en que se emplea en castellano al decir: cortar lun brazo) srukar (mano) es secundaria, en tante que ol franeés y el alemin las ve arciculadas, por eso ‘Ann Hand son tan poeo permutables coma bras-main, Yen elidioma siempre debe adoptarse una concepcén, un principio de articulacién, porque las cosas en si nunca son dadas, sino concebidas a través de nuestros significades. Los puntos de vista significativas que adoptemos son euestién de la posicién que tomemos, 0 Sea, de un principio de eleceién subjetivo Lo curiaso ¢ importante es akora que la situaciona: lidad y la concingencia de la lengua no la veamos desde 4 el comienzo, a pesar de ser en Ta reflexin tan basica y Mamativa, Esto se debe a que a través de Ia lengua ‘estamos junto 2 Ta cosa, que lengua no es un fin en si, sino que sefiala desde sf hacia afuera, hacia la cosa. En la vida corriente [a lengua no es nunca nuestro tema, Af se fumdamenta en la lengua desde el principio la orientacién a la objetividad. La tendencia objetivadora se muestra ya en la actividad primaria de la lengua, de modo que, cuando se entiende « través de 1a lengua, piensa lo mismo el aye tiene una cierta experiencia (por cjempla el paciente que tiene un dolor) como cl que no Ia tiene, aquél a quien se la comunican (el médico que le interzoga): por medio de Ia lengua nos introducimox en las profundidades de lo que no podemes experimen: tar originalmente sin por eso permanecer meramente en, la region de la fantasia subjetiva En la situacton patlante original, en su estruceara general esta simultineamente contenida la posibilidad de clevarse por encima de ella. La estructura original de cada siuacién parlante es el yo hablance, el wi o la pluralidad de tds al cual, 0 a los cuales, me dirijo y lo tercero acerca de lo que se habla sin que pertenczca a Jos participantes de la conversacién; extos tres aspectos son indispensables einseparables. La situacién parlance norinal es una situacin doble en la que cada yo es simultineamente ti y cada ti un segundo yo, que se hllan en intercambio mutuo y en reflejo simétrico: Io gue para uno es actividad para el otro es receptividad, oque para uno es aqui, para el otro all, mientras que Jos dos se relacionan a un tercero como miembro conjuntamente concebido y pensado, a quien se ve de mods diversos, pero que es, en esta diversidad, el mismo. En Ta noticia, en Ta informacién, en el discurso, este algo comin se convierte en tema, desapareciendo la 95 particularidad de la situacion propia, de manera aniloga a como se pierde de vista el cambio de campo Visual cuando nor movemos por un paisaje al que vernos como inmévil. A este algo comin pertenece el yo en forma de sels al que se traduce automsticamente cada manifestacién del yo propio 0 ajeno, asi surge la impresién de informacién puramente objetiva que alcanzamos en la situaci6n parlante. De aqui se desprende la posibilidad de expresarse de manera que la relacién con Ja situacién parlance ‘quede completamente fuera de foro, de modo que lo due se dice se convierta en internamente comprensible por si mismo, Este es el cardeter que posee una arraeiéa coherente que pueda ser entendida por cualquier persona que la oiga, No necesitamos estar presentes para entender como en una conversacion en vivo. La propia habla se encarga de las referencias a circunseancias sobre las que quiere Hamar la atencién, ella misma nos guia, Las cireunstancias originalmente ligadas a la situacion parlamte se independizan, las referencias a cosas se convierten en referencias a palabras, frases, conjuntos verbales. Cada grupo de oraciones que contenga un relative © un demostrative es tung de estos eslabones de relacién puramente verbal, El cdificio verbal puede entonces crecer hasta comencat & tener caricier universal. Surge ast Ia postbilidad de aprehender objetivamente acontecimientos completos relaciones, experiencias y grupos de cosas. La estructu ra idiomatiea, que era originalmente un simple compo nente del mundo, un trozo de reaceién humana frente a Ia vida circundante, se convierte en un maxco en el cual 6 posible captar'y representar gran parce de la ‘estructura de mundo. Lentamente legamos a captar en el relato no s6lo la parcicularidad, sino el sentido global 96 de as cosas; la ligazén funcional final que para nosotros fexpresan 0 parecen expresar; la relacion que para nosotros tienen entre si; Ia forma en que tunas presupo: nen a las otras; las peripecias y los conflictos que de ‘estas relaciones se derivan. Un relato asf puede alejarse ‘completamente por nt tema de la realidad dada, puede ser eomplecamente o en parte fantastico y, sin embarse expresar el sentido global real o el que asi se considera. ‘Talesel caso del mito —Ia primera gran manifestacion verbal objetiva en la que se refleja la situacién original del ser hablante— donde e] habla, como un especial fenémeno en el mundo, se convierte en manifestacién ideomatica que capta —y en ese sentido contiene— al mundo. EI siguiente nivel de la dialéctica por la cual el hombre se convierte expresamente en un ser que vive espiritwalmente, es decir, en una relacién expresa, cons Cente, con el mundo, es la excritura, la ijacién de le manilestacion verbal. La necesidad de fijacion es an- tigua, primaria: se nota en la exereotipia del relato original hablado, en la precisién ritual con que se transmiten los mitos,en las figuras que facilitan el recitado y Ia memorizacién. Con la escritura, 0 sea, coala palabra que se convirtié en algo que puede guar arse, la objetivacién de la palabra y las responsabilida: es del hombre alcamzan un grado en el que es posible Ja acumalacién, el control, la revision y, en general, la vida en la region de la memoria objetiva. Tanto la regién de la actualidad como la de la no-actualidad disponible se ensanchan enormemente y se fijan. Aqui semuestra precisamente ¢6mo el camino humano hacia Jas prafundidades, hacia adentro, es originalmente un camino hacia afuera, Sin esta fijaciin de la palabra, si ‘sta exterior técnica de la eseritura, sin Ia transforma: ” ion dela palabra en algo firme y, por lo tanto, sin su enearnacién, el hombre no tendria pasado, no podria vivir en él, no tendria historia, no tendrfa poesia en el sentido de una amplia compasieibn, plena de habilidad formal, en donde las partes y el tode se presupone mutuamente, no tendria, por supuesto, ciencia, ni siquiera en el sentido de una recopilacién de recetas, pricticas y téenicas relacionadas con determinado objeto. ‘Con el nacimiento de la escritura y la posibilidad ‘que ésta otorga de controlar a Ia expresién verbal y all significado en ella fijado, se abren tres posibilidades discintas de usilizacion de este significado fijado y objetisizade. La primera es la que se realiza en la carta, en el documento, en la noticia, hoy sobre todo en el periédico, Hs la tendencia a alcanzar al destinatario, a conservar y multiplicar los documentos, a ampliar ¥ acelerar la documentacién, En todas estas manifesta ianes se conserva su eardecter situacional, su subjetivi dad —todos tratan de aquello que es importante para ‘auien lo comunica y para el destinatario—, lo que varia son los medios a través de los cuales las tendencias citadas se realizan. Fstos som cada vez mis cosificades, mis mecinicos, mis técnicos, mas seguros, més rapi dos, mis alcanzables, de modo que nos posiblitan una’ presencia casi inmediata de las eomponentes relevantes del mundo y con ello también la relacién, el inter cambio de ideas, a conversacién a nivel réenico, a nivel de la presencia artificial y del contacto téenicamente mediatizado. EL idioma conserva aqui el. caricter concreto que caracteriza a la situacién parlante — a lengua desaparece inadvertida ante aquello de que s habla 98 La segunda posibilidad es 1a que en su esfuerzo conjunto aleamzaron Ia antigua ciencia griega y la Slosofia: la determinacién, la definicién de los signifi cados que se utlizan en la vida eorriente yen Ta praxis expecializada, La filosofia deseubrié muy pronto que utilizamos las palabras sin poseer su significado preciso xysin saber formular con su ayuda més que ocurrencias ¥ pensamienios inestables que no concuerdan con otros no menos plausibles, dando impulso a la bdsqueda de lo incontradictorio. Con la geometria se encontré el primer objeto clemental, las simples figuras acerca del cual era posible hablar sin contradic de forma que cada palabra cenfa su significado estrictamente establecide al que era posible volver a referirse y en el cual estaban de acuerdo todos los peasantes. Inclusive se demost ir de unos ppocossignificados, representaciones y proposiciones era posible en la geomettia agocar todas las aseveraciones vélidas sobre el tema dado. La tendencia a la deter minacién de los significados, a su definiciéa, a la decerminacion de su ubicacién en el sistema se hizo asi posible y siguié desarrellindose constantemente. Se creé entonces un nuevo idioma, distinto del idioma de Ja vida comdn, un idioma de la univocidad, de los significados idealmente precisos, no slo separados de la situacién, sino también liberados de todo punto de vista © posicién subjeriva. Esta tendencia a la objetividad por caracteriza ya a la ciencia antigua y mas atin a la ‘moderna, en especial a la ciencia natural matemética La antigua dominé asi algunos islotes de la realidad (Jas formas planas y los cuerpos, el equilibrio de los cuerpos, la reflexi6n de Ja uz), la moderna trata de dominat a la haturaleza en su conjunto, 99 EE altimo camino —para nosotros el mis interesan: te eselesfuerzo par captar el sentido de la vida, por apresarlo expresamente mediante el idioma natural. Existe una diferencia fundamental entre el sentido simplemente vivido y el apresado expresamente, cl formulado. Vivimos mucho mas de lo que somos ‘capaces de recoger, formular, expresar. Pero también ces verdad que la vivencia no formulada es una vivencia famedias, ya que la orientacién original de nuestra vida hho es hacia st misma, sino hacia aquello de lo que La vida se ocupa, hacia las cosas que nos interesam, de Tas ‘que nos ocupamos, aquéllas en las que incorporamos ¥ transmutamos nuestra vida, La vida en el olvido de si mismo es la vida original. La huida de sf mismo consiste fen que no reflexionamos sobre nosotros misimos, no nos vernos, no nos ballamos en el centro de muestra atencisn Y por eso la relacién de sentidos que nuestra actividad Ge hecho realiza sélo esti en nuestra vida y no delante de ella como tema, En la vida corriente estamos plenamente ocupatlos por la resolucté de la situacion, sin que veamos ch absolute a la situacién como tal: slo To que ésta requiere de nosotros o se nos muestra, silo exto.es fenémeno, A través de nuestra situacién estamos fentonces como encerrados en el mundo en tanto que ‘conjunto de las distintas situaciones y acontecimientes, a través de la situacion inmediata nos relacionamos siempre con lo particular: con esta tarea escolar, con festa clase, en la cual tengo que ensefar a estos nifios precisamente esta leccion con las casas ylas paradas que hay precisamente en esta calle de esta ciudad en que vivo y donde estén mi casa y mi trabajo, etc. Hemos visto cémo, con Ia objetivacion de la lengua, esta situacion puede en gran parte revertirse Con la formacion de arquitecturas idiomsticas objetivi 100 zadas, cosficadas, constantes, creamos alge que no es tuna simple cosa en cl mundo, sino que es capar simultincamente de scanteners en sf al mundo, de ser su expresidn, algo gue nos permite tenerla ante nosotros, objetivarlo. La objetivacidn del idioma es ast un ejemplo especialmente nicide de la transcendencia del hombre, de que en cada fase de la vida el hombre ya ha dado siempre et paso mis alla de eualquier conjunto de cosas particulares, Hemos admitido la opinién de que el primer fruro, de exte cambio es el mito, Ia fabula, tal coma lo hemos seiialado anteriormente. Pero lo que une al mito y a la fabula es el sentido unitario: unitario porque la rama, el argumento, la situacién vital, la tarea, debe ser Nevada @ buen 0 a tragica fin, pexo siempre de modo que esta terminacion sea respuesta, sea soluciin del sentido de la trama. Ast se objetivan Ia relacién vital sus referencias internas, su forma y su contenido, Es ast como se expresan las tendencias més originales de la vida, los stefios alrededor de los cuales da vueltas, los obstaculos a los que evita y en los que tropieza, en la forma de un relato objetivo — aqui encontramos al hijo que se convierte en marido de su madre despucs de dleshacerse de su padre, aqui encontramos al progenitor apresado y cascrado por la conspiracién de sus hijos, la eterna tentacién del poder que conduce al vencedor, ‘con su eneantamiento, ala catdstrofe y obliga a quienes conocen sus favores @ traspasar el limite —aqut se cexpresa la original impotencia del hombre frente a las Iuerzas verdaderas, la afinidad entre las ingenuidad y el dlestino feliz— y esto brinda la oportunidad y_ Ia inspiracion al verdadero creador individual para unirlo en un todo que, en un marco mitico, capta a totalidad ‘lel mundo tal’ como puede ser comprendido por el 101 hombre de una época determinada mediante una representacién ideal Pero el mito es ahora una creacion eminentemence colectiva y en consonancia no nos ofrece el mundo (en tanto que contenido global, pleno de sentido, de la vida) de un hombre individual, sino el sentido de la vida de un cierto nosotros. En las Tases mas antiguas de La verdadeza literatura escrita, que naruralmente conserva el contacto con el mito, este motivo se expresa por la orientacién de la literatura hacia lo que es general. No slo en la épica griega, sino también en la liriea y la diferencia del eonocimiento abstracto de lo general; de lh aprehensin de lo que es completamente general, surgiende asi no sélo la impresion, sino también una expresa tendencia a la esenelalidad. Se expresan de exte modo el impacto amoroso y el Extasis de los sentimienros y la sed de venganza. El triunfo de esta primera expresin tiene la fuerza de aquello que en el mismo. instante de su nacimiento alcanza el éxito en su intent {de expresar lo esencialy se convierte ast en fundamental para cualquier otra creacién, inclusive en Ia época en. {que el pocta yel escritor hablan ya sélo por sf mismos Para cl nacimiento de la literatura en sentido propio, de la literatura de los escritores, tiene una\ especial importaneia la desaparician de Ia conciencia iitiea ysu unidad y la influencia que sobre la expresién del sentido de la vida tienen otras formas de objetiva cid eserita dela palabra. Dentro del ambito de muestra civilizacién, esta desaparicién tuvo lugar en Grecia a partir del fin del siglo VI. Entonces aparece una nueva posibilidad de relacin con cl universo que modifica nuestra ligazn original no reflejada, instintiva: ta filosofia. En Ia atmésfera de la apariei6n de la filosofia Jos recetarios véenicos se consirtieron en ciencia siste loz rmética, De las noticias, Jos documentos, los testimonios y las earacterizaciones parte la historia. Todas estas manifestaciones verbales son, por tanto, individuales, en llas habla el individuo, el auzor (de las pruehas o de Ia sistematizacion, de las ocurrencias o de la teoria, de las visiones © las noticias) por si solo, cargando con su responsabilidad; pero lo que se persigue es el sentido objetivo y no el wal. En la antigiedad clisica no nos fencontramos estrictamente eon Titeratura en el sentido moderno, al menos no es seguro que la hubiese. La Ieratura antigua se mueve entre el mito ¥ el sentido objetivo, conservando este caricter an cuando el mito se ha convertido en una simple convencidn, La edad media suplanté al mito con una teologia y una mitologia sin dioses, rebajada a simple motive morali zante o alegérico, Para el ulterior desarrollo modemo, ‘que no puede ser resumido aqui, lo caracterSstico es Ia captacién indivedual del sentido de ta vida, captacién dle la que es garante el propio autor, por supuesto dencro de un contexto social, pero no en relacién eon un poderoso nosotras anénimo que funciona automati Para el escritor moderne — poeta o prosista— lo decisive es esta aprehensién individual de sentido de la Vida. En el artista-escritor lo que valoramos es como es capar con el idioma corriente, que parte de la utilizacion préctica cotidiana, relacionado con la orien. tacion hacia las cosas y con lo que sabemos (con el ido objetivo), de deseubrir to utal. La tarea que iferencia al escritor-artista de todos las demas tipos de eseritura —dol fil6sofo, del historiadar, del cientifico, el sabio, del rerdrico— es la de utilizar al idioma para algo distinto de aquello para lo que normalmente estaba aquf, hacia lo que aparentemente no estaba 103 brientado, para transformarlo de expresion de las cosas en expresién de Ia vida que mana en nosotros de Ia esencia viva, que en este manar se integra creativamen- tecon todas las conquistas anteriores, El escrtor-artista ‘no es segan esto solamente un hombre eon fantasia, con sidease, que crea composiciones verbales, histori enearnaciones de conceptos, El escritor es quien descu dre a vida, el sentido vital, en el todo y en las partes, Aparte del punto de vista objetivo, de la sicologia, de la Sociologia, de la historia, etc., existe otro ‘modo ‘completamente distinto de eaprar la vida en su funcio hamiento concreto, en sus fendmenos concretos. En esta aprehension se trata de lo esencial, no de lo real y la realidad, Por eso su campo es la fantasfa, Se trata de esencial y no de Ia esencia, por eso su campo es la presentacién de lo Gnico y no de la generalidad. Lo csencial no esti definide sino sugerido y presentado, mostrado. Por eso cl elemento no es el habla univoca de los eonceptos, sino el idioma corriente, con su capaci Gad de trasladar, ampliar y hacer mas exacto el significado con la Tuerza de su sugestion, La representacié del escritorsitéa al lector en una ccuasi presencia, 1a cuasi realidad se le presenta de tal modo que la recorte coma si fiuese real. Lo que se le presenta no es su propia realidad vital, sino otra a la que s6lo observa, pero no la observa desde fuera, sino como sl ocurriese dentro de él. Es una realidad vida y ‘embargo vista y por lo tanto reffajada. Fs una reflexion que no posee el caracter de una introspeccion teal sino el de una fantasia, el de una transformacién fantastica en Ia que se apela a la propia experiencia ‘acerca de lo esencial. Bajo la sugestiOn de las palabras Gel poeta realizamos una reflexién fancistica, vemes a la vida desarrollarse en la posicion requerida, resolver ly 108 situacién planteada segin las condiciones determnina- das, a veces Gnieas —no siempre se erata de situaciones que se repiten, sino también de situaciones tnicas a pesar de lo cual se presentan estructuras comprensibles, que van mas alla de lo que nos e¢ familiar por la costumbre: zquién no ha hecho la experiencia, ante la exposicién poética de la resolucién de una trama sicoldgica, de una situacién complicada que él mismo nunca ha vivido realmente, de ofr una vor que le dice: asf es, exactamente asf tiene que haber sido? Mucho antes de que fueve elaboraca la tcoria del sicoanalisis Hbidinoso o existencial, los escritores ya habfan presen tado los conflietoyinternas yu soluci6n «internamente» Tolstoi nos dejé toda una fenomenologia del ser hacia la muerte que contiene situaciones tan extremas ‘que no es posible en absoluto suponer que puedan ser realmente vividas y sin embargo son sinternamentes Intentemos, en contraste con otras opiniones, eterminar qué es ese «sentido vital> del que hablamon, ‘que debe ser el propie contenido y secreto de la obra de] escritor, aquello que no puede ser reemplazado ni climinado por ninguna otra actividad espiritual como la Ciencia, la filosofia ola religion, Tan a menudo se anda ‘ededior de este fendmeno, que al final estos reeorridos deverminan casi con exactitud el sitio del mapa del spiritu en el que se halla, sin legar a penetrar en ¢l Sentimos, desde siempre, que la obra poética enriauece no s6lo nuestra sensibilidad y nuestra relicion subjetiva ‘om las cosas. sino nuestro saher, aguello que del mundo conocemos. De ahi que se busaue este modo especifies diel conocer que es propio del poeta. Se habla enton ces del econocimiente intuitivar de lo singular a 105 Uiferencia del conocimiento abstracto de lo general; de la sexpresién» en lugar del concepto: del conocimiento mediante representaciones y percepeiones en lugar de conceptos y. leves. En todo esto hay algo de verdad pero, gauién no ve la vaguedad de estas determinacio: nes? aDénde esta el objeto de cadas estos «modes de conocimiento si es que el conocimiento sigue aqui siendo la que normalmente es, la aprehensién del objeco Sel que se ocupa Ia actividad espisitual? ¢Qué sentido tiene hablar del sconocimientor de Hamlet? Por otra parte es indudable que en Ia actividad postica existe el ‘objeto, Hamlet es en ella objeto, pero la euestion es si es ‘objeto del conocimiento poétice 9 literario. La estétiea sicolégica de hace cincuenta aos hablaba de la compenceracién y entendié. por esto la proyeccién de vivencias y estados originalmente subjetivos hacia el obejto. Thomas Mann, en un exeepeional ensayo (Bilze und ich) habla de la sespiritualizacions: para a, el poeta no e¢ en primer lugar inventor, por el contrario gusta de atenerse a la realidad dada, la invencion, tanto ide personas como de acontecimientos es allo secunda rio, pero lo que cs plenamente suyo propio, lo que produce cl insalvable abismo que hay entre la obra y la realidad dada es la espiritualizacién que otorga a lo encontrado. La espiritualizacién de Thomas Mann recuerda un poco a Ja compenecracién cuando continda’ diciendo que el poeta se incorpora a si mismo a sus freaciones, que es €1 mismo el que esta aprehendido en clas, Sin embargo, creo que Thomas Mann esta much mas alli que la teoria de la compenetracién, que expresa con los medios que le son propios la idea del sentido vital, Ia idea de la reflexién de | fantasia, Hay otros que se hallan cerca como, por ejemplo, nuestro Vaelay Cerny, cuando al 106 tratar de los temas de la estética idealista alemana hhabla de que la obra escrita completa la formacidn de tun sentido que no habla sido terminado de expresar en ‘clmundo real. La obra poética tendria asf, en tanto que scomacimiento-, el valor de una especie de hipdtesis personal o de una confesién filoséfiea, que, habiéndolas expulsado de codos Ios demas dmbitos, estariamos ispuestos a tolerar en éste. Pero In obra postica no pretende captar algo que quia es, sino lo que e ¢, inclusive, Io que es ante todo. Creo que la solucién Ia aporta en concepto. Huserliano del munde de la vida. Aquello en lo que originalmente vivimes no es un «mundo en sf que ‘obtenemos mediante el difteil proceso de eliminacién de odo «antropomorfismor, sino el mundo dela vida, cuyo sentido es elaborado y entiquecide permanentemente por las funciones eanénimass de la vida. Estas funciones son andnimas porque tenemos constantemente ante nosotros sus resultados sin remitente. El objevo de la vida no es originalmente la vida misma, sino el mundo al que la vida provee de sentido, elabora, espiritualiza, 1 mundo como eco constante (en el ewsl oimos tambien la vor propia desde fuera, desde lejos). En la. praxis vital, que se ocupa principalmente de las cosas en su Independencia, este eco no mos interesa: se trata de licgar a tiempo al sitio de trabajo, alimentar bien la caldera, realizar bien el trabajo en el torno, ete. El que constantemente descubre y muestra el eco del mundo es cl eseritar-poeta. Por eso no completa el sentido, no lo termina de formar, no lo pone, sino que, mucko mas sencillamente, lo recogey lo descubre. Na le hace como 1 filosofo en su zeflexidn, que desde la plenitud de sentido del mundo vuelve hasta Ia subjetividad de la cual este sentido es ejecucién, sino que deja a la 107 anonimidad como anonimidad, limicandose a subrayar sas resultados, la sespiritualizacién del mundo», que siempre ocurre le nuevo y nunca tiene fin, El escritor descubre el proceso creador de la propia realidad, lo que en ella no forma parte de la sustancia y, embargo, indudablemente, es. La relacién del escritor con el mundo esti come si dijésemos a mitad de camino centre la praxis vital y a rellexi6n del filosofo. Por eso cada verdadera ereacion poético-literaria es a Ia ver revelacién del mundo en su esencia, sin dejar de estar lena de secretos, de aquello no resuelto pero que, sia embargo, ext8 agai a cada paso, 2Cual es el modo en que el escritor alcanza estos resultados? Unicamente subrayando aquellos ecos vitales con laa medio en el cual naturalmente se zelleja y se expresa el mondo: con Ia ayuda de la lengua. Las esiructuras idiométicas, orientadas originalmente hacia la praxis, pero que conservan también huellas imborrables de sa prigen vital, ce urlizan asf de un modo nuevo. Por esto sin la genialidad en el idioma, que es capaz de cambiar la orientacién que se viene dando al uso de la Teng sin volverla de afuera hacia adentro, no hay produc liceraria, Los anilisis formales pueden por sopucsto constatar esta nueva fiancin del lenguaje poétien, pero no lo captan en su intencién ltima, sino en su resultado, como una cosa terminada, fuera del drama de la transcendencia humana que se lanza hacia la realidad convirtiéndose en parte de ella, para volver a conquistarsu situaciénsabre lascosas, su mundanalidad ‘La «espiritualizacién, el «eco» del mundo no debe ser interpretada sicoldgicamemte como un conjunto de asociaciones, proyecciones, etc, La asociaciom, la pro: yeecion es denominacion ‘de algo subjetivo, para an proceso vivencial que a su ver se refiere a algo objetivo, 108, ‘a.aquelloa lo que ests ligado. La espirieualizacion no es luna acodacién sino, como mis, su resultado, su Giercicio, Por eo noes posible decir que el poeta con su lenguaje metaforico, figurative, ensanchador, resalta dor, cree la realidad de su obra; de lo que en realidad se trata —yde ahi el caricter de conocimiento del trabajo del escricor— ex de, com Ia ayuda de todas las Creaciones, de las estructuras idiomatieas y representa tivas, de los exquemas de personajes ¥ acontecimientos ‘aprehender al mundo en ss aspecto vivo, al mundo de tuna vida determinada. Por eso el objeto de la obra del poeta no es Hamlet, sino que un mundo de un cierto tipo y estilo es captado con la ayuda y por intermedtio de Hamlet, El mundo vital es el mundo de una cierta vida ya pesar de que en los diversos mundos y vidas hay rasgos comunes en cada uno de ellos se entreteje de un morlo especifico relacionado con su destino y su resolucién. Podemos compenetrarnos y adentrarnos eon ‘comprension en distintos munddos, pero no nos identifi ‘eamos con ellos, na Tes hacemos nuesttos, no es valido para nosotros lo que es inseparable del mundo de Hamlet, esto es: el destino de Hamlet. Por eso campoco podemos hablar de conactmiento (que es. siempre objetivo, es decir intersubjetivamente idémtico y com prometedor), sino de comprensidn como base y presu puesto de toa objetivacion en el sentido de elimenacién metddiea de toda subjetividad. El mundo en su axpecta vivide es wn todo. Bs una totalidad, es decir. esté siempre antes que las particula ridades, las supera y las contiene en si, de modo que est ‘en todo implicado en cada una de ellas , sin embargo, no estd aqut como algo terminado, sino como marco de posibilidades de un ser libre que constantemente tacha algunas de sus posibilidades y se apropia de otras y las 109 asa ds Re ees provecta; a algunas las'coge, a otras las reehaza, hasta Fealizarse au manera de modo que este ser es un ser de ‘ete mundo y el mundo es mundo de sus posibilidades. EI mundo es un todo porque es correlative de algo que ces siempre como todo simultneamente dado y no dado fen el doble sentido de dejado de lado y ain no realizado); el mundo es un todo como temporal, en su fundamento se halla el tiempo original El mundo es un mundo de posibilidades: todos sus contenidos son sélo cortelativos a las posibilidades de padecer o realiear algo, étas a su ver estin en relacion con aguello hacia lo que se orienta como primeras posibilidades inmediatas: se relacionan con la dotacién de sentido global que en cllas se manifiesta y esta dotacidn de sentido esun aspecto de un cierto programa vital individual y de una dimensién y un destino que van Tigaclos «él. De este modo el mundo sigue siendo mundo te posbilidades geaeraies y por lo tanto es comprensi ble para todos, pero le pertenece esa sdliferenciacion personal» que hace que ef mundo no sea en absoluto posible sin subjetividad, que la aparicidn, el descubri miento de las cosas, que cs obra suya, no pueda tener lugar de otra manera, En tanto, a pesar de esta clave individual, se descubre siempre implicicamente y coro) ceneubierta la foralided universal de Ins cosas. Dado que ¢ escritor es el descubridor primario, original, de estas ligazones del sentido de la vida, podemos all mismo tiempo afirmar cue es quien, ea sentido prapio y original, administra la totalidad de Ia vida y, conjum tamente, la totalidad gniversal. Mientras que el resto de: la actividad espiriwual se ve cada ver mas sometido a la ley de la especializacin ya la dispersion individual, a la ‘gue sélo pueden hacer frente la divisién social del icin de la eooperacion expecializa da, la literatura sigue haciéndose cargo de la totalidad individual, dl sentido vital no disperso y personalmente realizable y, en consecuencia, de una instancia espiri tual insoslayable que demuestra la sndieidualidad de la existencia espiritual del hamabre como ens realiss Hoy hasta la filosofia, que dentro del ambito del ‘conocimiento conceptual representaba contra las cien cias especializadas la integridad de la visi6n espititual del todo, no es capaz en a préctica de mantener esta cexigencia mas que de un modo meramente formal. Et arte eseltinico que mantiene hoy la reivindicacién de la ‘otalidad vital yla individualidad y dentro de él quien To hace en la forma més directa es el eseritor, ya que todas las demis obras artisticas crean objetos que pasan necesariamente por la interpretacién verbal, mientras que en la obra literaria la expresion verbal cs el elemento directo del que vive Lassignificacion de la obra literaria crecer& por es0 en el fururo en la misma medida en la que las demas ramas del esprit, en especial su actual centro cientifi co-técnico, fortalezcan su poder de penewrar en las cosas, gobernarlas y conformarlas, fortaleciendo ct poder de la divisién y la especializacion. Cuante mayor sea la divisin, mayor serd la necesidad de compensa- cidn y de recordar el todo vital, la imegridad de la relacién con el universo. Es la literatura la que en primer lugar defiende esta integridad. Por eso su sitio ‘st allf donde se hace frence a algunas de las grandes tendencias que se derivan del cardeter de la sociedad setual en oriente y occidente. Se trata en primer término de la industrializacion dle fa cultura y en especial de la actividad literaria, que hace del eseritor una muedecilla de Ia compleja maa naria de la oferta y la demanda, de modo que si aqui 11 __ cede correel peligro de convertirse en un simple objeto de la demanda externa, En segundo lugar se erata de la presion de la sociedad organizada que recluta escritores para fines exteriores, para un compromiso que no se desprende interiormente de su propia decisin sino de algo externo su funcién propia de escriter. El Glkimo término se trata de la influencia de lox rmedios de comunicacién de masas que atraen no solo por motivas econdmicos sino por su oferta de influencia sobre el piiblico, de acceso 2 amplias capas de otro ‘modo inaleanzables, planteando unas exigencias tan cestrictas que hacen de esta expresion un mero stereo: tipo, lo privan de diferenciacién, de elasticidad y de profundidad. No se trata de que el eseritor deba dejar este campo a la sola masa periodistica, pero debe ser consciente del peligro del pblico que siempre implica una influencia mutua que lo arrastra a la conformidad atin allf donde se siente ser aparentemente libre Tados estos motives conducen al eseritar que ¢s conseiente de sus intereses eseneiales al centra mismo del movimiento de la intelectualidad de la época actual Precisamente como indreidualidad debe aqui sentirse solidario con esa concepeién del interés comein que es tun claro signo de la época en la cual esta tendencia ya tno es una simple protesta moral impotente, sino una fuerza que llevar a la sociedad hacia un nuevo fatto, ne La filosofta checa su época actual En su estudio sobre el clasicismo en la literatura J Jungmann pedia que el cultivo del iiora inclayesc las formas verbales supcriores, Ia poesia, Ia historia, Ia Filosofia. Su idea al respecto respondia al desarrollo de festas actividades envueltas en un ropaje idiomatico nacional y no tanto a un servicio a la Filosoffa, la poesia y la historia como a las formas del espirita de la cnaciOn». En cierto sentido se eumplié Jo que Jungmann poutlaha —el cultivo, el desarrollo de la propia problematica espiritual checa fue por ese camino, a ‘través de la poesia, de la historia ¥de la filosofia pero, especialmente en el easo de esta Glkima, no tuvo higar en el ropaje nacional, al menos no exclusivamente: ésta es otra prueba del cardcier artificial de la teorka Tingiistica de la nacionalidad y de emo no responde a nuestra situacion historiea ‘La vida de las ideas en nuestro pals desde el comienao del siglo XIX, desde las épacas del surgimien to de la moderna nacién checa, es una interesante ‘moditicaciOn del proceso general que tiene lugar en Europa por aquellas fechas y que re la toma de conciencia y la farmulacién ideoldgica de Ins transfor- Imaciones sociales clasicas que srajeron los aconteci Inientos revolucionarios del siglo XVIII y las guerras ‘que fueron su consecuencia y que generalizaron la toma ile conciencia en todo el continente y la imposicién del ns sobierno de la burguesia a pesar de todos los retrocesos restauradares de la nueva ola revolucionaria, Podris mos afirmar que el problema del pensamiento modern6 pensamiento que va tomando gradualmente concien cia de que modernidad es igual a revolueién es el problema de la recolucién. El pensamiento checo, que tiene su base real en el acontecer social checo (le caracteristicas singulares dentro del contexto europea), se movers alrededor de esta apesar de que to sera siempre un movimiento revolucionario, ya que, por supuesto, el conservadurismo, la reaccién, forman parte del pensamiento acerca de la revolucién ella misma medida en que lo hacen la transformacién, el salto, la iberacién, ete La moderna nacién checa, que nacié de Ja problemarica de la emancipacién moderna, del avant lt Tere revolucionario de la ilustracién, que rave que resolver desde el comienzo el prablema de la conquista Gela independencia ya igualdad por la clase oprimida, two naturalmente que centrar el esfuerzo de su pensamiento hacia estos problemas y esta ver, verdade ramente, su realidad Fleséfica La clase oprimida y desprovista de derechos que sirve de base a la nacion checa no cs el proletariado industrial sino la elase eampesina liberada, de la cual se reeluta en parte el naciente proletariado. La parte de Ja capa campesina emancipada que permanece en 1a tierra se convierte en un elemento cercano a la pequefia burguesfa, apegade a su propiedad privada, a sus oportunidades de trabajo, donde cada trabajador es propietario y al que le es extrana In idea de la transformacién de las relaciones sociales, convirtiéndola enna perspectiva de ascenso en la excala social y de un reeonocimiento de la igualdad que se hace cada vex mis na notable, El proletariado industrial, que crece con el tiempo, permanece maturalmente durante un largo periodo —quizss durante un periodo mayor que en tras sociedades—arrastrado por este proceso, de modo que las tendencias campesino pequeiio burguesas como motivos ideologicos conscientes y elaborados son las que predominan La expresién natural de esta problemética la cconstituyen dos conceptos filos6ficos que se mueven alrededor de la cuestién social moderna: la corviente que converge con la teoria lingtistica de la nacién como sGrgano natural de humanidade yla idea de Bolzano de aleanzar —a través de la gencralizacidn de la ilustracion Joselinista— la jqualdad de todos en una especie de socialismo utopia. Del primer motiva nace et nacions lismo checo, el segundo contribuye al surgimiento de ese sobrio mozalismo que caracteriza al pensamiento checo durante todo el siglo XIX y que representa una wadicién de ilustracion propia, inseparable de la imagen general de la cultura checa. En el primer motivo encontramos elementos de la caracterologia nacional que se apoyan en especulaciones historicas ¥ construcciones que se mantienen firmes hasta la época positivsta. El segundo motivo fundamenta la idea nacional como contribuci6n a la solucién del problema de Ia desigualdad social y la eliminacién de las injusticias sociales cometidas en la historia Bolzano, el mayor pensador dentro de Bohemia, es al mismo- tiempo el representante principal de’ Ia ilustracién tarda que cre6 wna wnién subterranea entre cl antiguo racionalismo del tipo Leibniz y el renovado racionalismo de la época que sucede al apogeo de la filosoffa alemana, al criticismo, al idealismo y su eafta en el positivism. Su obra pucde ser dividida en ns fl teol6zico-practiea v teorético-1ogica. En ambos campos fnos encontramos can relevantes resulkados, Al primero dedica fundamencalmente su setividad hasta ser relega lo de la universidad, del segundo se ocupara hasta su muerte, existiendo en la primera época resultados cexeepeionales que pertenecen al segundo campo y viceversa. Fstos dos grandes problemas estan en Bolzano ceencialmente unidos, ensamblando ast la problematica Tingiistico-légica con la cuestion social pero, al mismo tiempo, cerrando todos los caminos a 1a problematica de Ia sintesis espivitual, a la actividad creativa del ‘spirica y, de igual modo, al prablema ce la historia (su utopia del estado yla reforma del catolicismo exclusiva mente por Ia idea general del significado peciagésico moral del trabajo Tingtistico, muestran los. limites interaos de su pensamiento, Bolzano se queda en el anilisis y en el método matemético que son para él modelo de toda ciencia, incluyendo la filosofia. Hasta sus ideas de reforma social parten del anilisis de conceptos como el del principio superior de Ia moral, su aplicacién al estado, ete. Slo que el anilisis de Bolzano fs, en comparaci6n con la tradicién, extremadamente ‘util y formalizado. A consecuencia de esto es eapar de resolver problemas esirictamente analiticos, como el problema kantiano de la posibilidad de los juicios sintéticos a priori, sin el concepto de intuicién pura, del que Kant creia que era indispensable como punto de partida de la matematica, Bolzano anticipa ast una’ metodologia totalmente moderna y la investigacion matematiea basica). (*). (9) Este upecto peofundo de la ica y ta metodologta de Relsson cut (ots pose impertotia pact eae See raves de os Tovestigacioneslgicas de Huser] y ta eenon Mi 16 10, en su demosteacion abstracta de la dela légiea y la matemdtiea nunca lleg6, ni estaria dispuesto a admitir, que las ideas, a través de cuyo analisis lograba sus representaciones ut6pico-so- cialistas, se realizan en Ia historia y que la histor debide & esto, tiene una cierta armazén que ¢ posible igualmente obtener mediante la esquematizacidn de la realidad, sélo que de otza realidad distinta de aquélla de la que parte Ia ligica corriente de los objetos ahistéricos. Por eso no ve en el idealismo aleman mis que una fantasmagor‘a légica y se pone abierta mente en contra del método dialéetico de Hegel y Schelling. Mayores son las simpatias que siente por Herbart, pera no reconoce su método de eliminacion de contradiceiones de los conceptos metalisices, sencilla mente porque no ve tales contradiceiones en estos conceptos. De todos modos una cierta aversién @ la especulacion, el distanciamiento de la filosofia alema- na la vsi6n sobria y conereta que caracterizan a gran parte del pensamienta checo del siglo XTX, levan el sello de Bolzano, Bolzano debilité la influencia de la filosoffa alemana en nuestro pafs. Havifeek, influencia do por Bolzano a través de Schneider, valoré su significado con palabras contundentes: «st mas bello monumento, que perdurara en el tiempo, consiste en ‘que el libre movimiento del espiricu en nuestra tierra es frato de la simiente que él sembrés. Havlicek, que adopt6 el programa cultural de Jungmann, ‘pudo apoyarse en Bolzano en su oposicién critica al eslavismo ‘que partia de Herder y Jungimann. Es igualmente un mérito de Bolzano el que Palacks a Ge Tencioulidad por Brentano, sobre la. hase dela ‘ierrninaion del julio gems que feaze Bolen, ito tuo pu ifacnctaen et pensarient chee uy no se halla ahogado en el eslavismo como algunos de sas contemporincos, eentrindese en lo espectfico de la hiscoria checa, En su obra podemos observar con qué fuerza se manifiesta, sin llegar 2 resolverse, sin madu rar, Ia contradiceiéa entre los motivos de Herder y los de Bolzano, que estin aguf en una amalgama tan estrecha que casi no es pesible separarlos y, sin embargo, se contradicen mutuamente. Palack§, mas que cualquier o:ro pensador del renacimiento nacional, est afectado por la filosofia alemana, por Kant, Schiller y Fries, lo cual responde a su orientac istérica; en comparacion con Bolzano es mucho més La estética de Palacki est marcada por Kant y Fries, por la interpretacion que de Kant hace Fries, Esto significa que esta mareada por esa version liberal que acenttia la inmediacin y la inaprehensién mental del centro de la existencia que se da en el sentimiento de vi modo indivisible tal, que de aqui parten Tas ideas fundamentales que dan sentido a la vida, que permiten superar los aspectos sensoriales en el herofsme moral y en la biisqueda de lo absoluzo. Pero aqui Palacki abandona a Fries y sigue a Schiller y a dable instinto bisico bumano, lo cual le hace posible trasladar el pensamiento ahistOrico de Fries al campo de la historia Palacké diferncia entre humanidad pura y humanidad fen tanto que imitacién de Dios, como doble version de la idea superior del hombre que determina al ser spiritual del hombre. La humanidad pura es la armonfa inmediata de todos nuestros instintos y fuerzas ‘ain no desarrolladas. Su realizacién conereta se leva a cabo mediante un proceso simplificador (y en este sentido violentadar de la humanidad pura), de division us que persigue el objetivo de humanidad como seme: Janza a Dies. 'Al decir Palak de Ia historia que este fruto Gltimo de la cultura de las naciones sélo crece allf donde una hacién espiritualmente despicsta, unida por leyes propias en un estado, lucha para fines sociales por su libre voluntad contra las fuerzas enemigas, de modo que este combate le interesa tanto que suele querer fefrescar su memoria; se asi a la idea de la humanidad como esfuerzo por semejarse a Dios, tal como la encontramos en Ii «Ciencia de lo bello». Ast vemos que la bumanidad como imitacién de lo divine fen tanto que sentido de la historia, en tanto que realizacin dela idea en la historia, tne que ver con la concepeién del reino de lo moral, del reino de los fspiritus y, por lo tanto, con una ley moral vélida para todos por igual, Este es el ideal liberal, revolucio~ hario, de los burgueses modernes; Palacky ve a la historia como un camino hacia él. Pero este camino el del equilibrio, del apaciguamiento de los contrarias, tal como en Schiller. Esto significa que el acontecerhistorico no realizaelideal radical, sino el mo- erado, de forma semejante a las tsis de Schiller, Y los ‘medics para estas realizacionesson las naciones, o mejor Jos grupos ¢nicas su cardcter. En la historia checa estas faerras aparecen como germanismo romanizado y cslavismo, El primera representa un cierto instinto de tando, jerarguia y subordinacién, algo asi como instinto material. EI segundo, por el contrario, repre. ‘a la autonomia, Ia libertad y la igualdad, cl demoeratismo original, la moralidad, la espiritualidad. B] estado checo representa la concepcion de los principios romano-germanicas por un elemento eslavo. EI husismo ¢s la vuelta al elemento original eslavo de ng hnuestra historia, Abt reside Ia continuidad entze el pasado checo y la situaci6n actual, entre el siglo XV y el renaeimienro nacional, Por este complicado camino llega Palackf a la misma concepcién que con palabras sencillas habia Gibujado Bolzano (en el discurso sobre las relaciones de las nacionalidades en 1816); existe continuidad entre los ideales de la ilustracién y el movimiento checo del siglo XV que difundié la primera luz de la iluminacién entre las naciones al oponerse al despotismo espiritual y a la violencia, La famosa teoria de la continuidad es originalmente una teoria liberal, una proyeccién del moralismo heredado de la ilustracién hacia una época pasada que no pensaba en érminos racional-hamants. ticos como Bolzano y Palacks, sino en términos de revelaciGn y teocentrismo. Fl elemento eslavo se justfica moralmente, lucha con los otros, pero representa un principio moral superior que al mismo tiempo da al contrincante la posibilidad de hacerse valer y posibilica asf la sintesis apaciguadora, La sintesis pacificadora, este principio original de Bolzano, no aparece aqui, a diferencia de Bolzano, como principio de la sociedad nacional, sina como alo supranacional, por ejemplo, estatal. Palack§ Ia aplica nuevamente en su aldea del estado austriacos, que sewtin él consiste en que Austria se convierta en el estado de la igualdad y de la concordia nacional. Palacky intenta asi una sintesis de los principias de los elementos de Herder con otros de Bolzano; claro que reconociendo bdsicamente la teoria de Herder sobre el cardcter nacional como algo ante-histérice, como algo con lo que la historia cuenta y que Ia explica . Con el reconocimiento dado en la historia y la distribucién de Jos papeles histsricos segtin el caracter nacional, Pale 120 Kg, a pesar de su intento de apoyarse en la filosofia alemana de la época post-kantiana, cae en el naturalis- mo de Herder que, no menos que el racionalismo abstracto de Bolzano, impedia la penetracién de los temas mis importantes del pensamiento alemin post- kantiano en nuestro territorio La sintesis de Palacky (construccin de la historia por combinacién, por composicién de las fuerzas originales) no va mas alls que el andlisis de Bolzano y. fen cuanto a las consecuencias sociales de Bolzano, Palacky no las aleanza nunca, Mientras que el pensamiento checo sigue por estos ambos, permaneciendo en la antesala de la verdadera problematica de entonces, que signifiea el Wlrimo gran esfuerzo del pensamiento flos6fico sistemftica, en si vecindad tiene lugar el apogeo y la calda de este pensamiento, iin qué consiste este limo esfuerzo de la idea floséfiea? ¢Cual es su tema central? Es sumamence Alfie captar de qué se trata porque el proceso de que abkamos en cierto sentido ain no ha terminado, estamos sumergidos en él y, por eo, no tenemos la suficiente distancia con respecto a él. Nuestros intentos de decir lo esencial acerea de él son sélo opiniones parciales que se imertan en la dialéetiea des desarrollo, son aspects y no la aprehensién del todo, ‘A pesar de esto nos encontramas, en comparacisn con otras épocas filos6ficas, con bastantes diferencias como para que la diferenciacién sea posible, Comen zando con Kant penetra en el pensamienta filosbfieo tuna conviecién que cada ver gana mas terreno y sadquiere formas siempre nuevas, la de que es necesario planteat nuevamente tados los problemas y pensarlos fesde el punto de vista de la primacia de lt actividad, 1 dol hacer, de la'realizacién, de Ta_praxis en el sentido ‘més amplio de la palabra. En relacién con esta lo dado, Jo que esti terminado y sélo puede ser constatado ¥ reconocido, pierde aquel significado fundamental que le pertenecta en Ia historia de Ia Filosofia, Por eso las ccateyorfas que definen lo que reconocemos y constata: os pasan a segundo plano, de explicadoras se convier- ten en gran medida, o al menos en parte, en explicadas ‘yaquellos concepzosen los que se centra fa expresion de la actividad, et proyecto, Io que adn no esti dado, sganan importancia ste proceso de repensamiento de toda la eadicin largo, vacilante y muchas veces eonfuso, Come todo pensar tiene que partir dela tradicién ys6lo a partir del aniliss de éta y de su superacién encuentra su forma autéatica, encuentra aguello que forma su problema ‘central y que es una conquista suya. No se debe, por lo tanto, aun destino irvacional, extemo, sino que surge destle dentro del propio praceso que tenga que past por el derrumbaniento de aguella que ain dura de lo ‘que se ha heredado, Dificimente podriamos dudar que toda esta co. sriente de pensamiento corresponde a ese rasa hisico te la época moderna que se manifiesta en que l hombre no acepta la realidad como dada, sino como algo que puede ser arreglado, transformado, que est destinado a la transformacién, Este eambio de postura tanto con respecto a la naturaieza como con respecto a la sociedad es, segin Ia profunda apreciacién de H Arendt, la verdadera esencia del espiritu revolucionario dle la época moderna. La época moderna es toda una épeca de revolucién, de cambio en la rc hombre con Io dada. No toma ya simplemente su 122 cién_ del determinacién de aquello que ya esté aqut, sino que pretende conformar lo dado segiin sus exigencias 1a filosoffa de la primacia de la actividad y la praxis, comenzando por Kant, ya pesar de su conserva uri en cuanto a la persona y 4 la sociedad desde la ue se filosofa, se mucve alrededor de las cuestiones de la revolucién. Por eso en muchas oparcunidades aleanza sus cotas mis clevadas alli donde es capaz de decir algo esencial acerca del problema de la revolucién, de contribuir a sa esclarecimiento, De ahi que sea una completa inversiGn de sa sentido interna el dejar de lado aquella fase de este pensamiento que es en sf misma ensamiento della revolucién —Ia idea de los hegeliancs de izquierda de C. Marx. La idea de Marx es parte indivisible de esta concepcién. Se la expulsa de aqui en nombre de aquello que gobernaba antes del derrum: bamiento la concepein metafisica del mundo como sustancia que dura en su eternidad y plenitud—, Esta metafisica también se aduené de Ia teologta tradicional, Por eso era una concepeién teolégico-metafisica. En la cera post-kantiana se impone en la flosofia el intento de ampliar los problemas tradicionales de la metafisica con un instramento nuevo: la filosofia del espiritu ereador, esencialmente activo, no dado. Las pruebas de esta Filosofia debien tener en si mismas cardcter ercativo, era la filosofia de la alibertad absolutas, de la infinitud, Esa fue la concepeién que se vino abajo interiormente por su contradiccién con su propio principio, por su falta de practicidad, por el caricter cstrictamente ccontemplativo del problema de la libertad absoluca, al ‘como se lo planted; ya que si admitimos que rechazar el problema de la infinitad pertenece a la rilbriea del dogmatismo tanto como anteponeslo a todos los demas, dlebemos reconocer que desde ef punto de vista de la 198 praxis ta primacia la tiene ta antropologia, que es necesario a partir del hombre en su comportamiento y cn sus actitudes pricticas (y ain en la eventual amada ‘que Dios le haw) ¥ no de representaciones metafticas condicionadas por un punto de partida filos6fico anticuado acerca del ser superior y su relacién con los demas seres, Entonces el fin del idealismo alemn, de la Filosofia de la libertad absoluta, del espiritu absoluto que en su conciencia absoluta est4 en todo ente basicamente dentro de si, no fue el fin absoluto de la filosafia, Sélo fue el paso a la fase antrapologica «final» de la filosofia, ‘que debfa reconocer su punta de partida en algo dado pero, sin embargo, retener el problema que ya formula ra Kant, el problema de Ia autofundamentacion, de I autojustificacién de todas las relaciones existentes de esto dado, de esta finited, a través de la propia actividad, del propio comienzo creative, De ahi que ¢l indice de novedad, de modernidad de la filosofia, reside en que el hombre sea en ella (a pesarde toda finitud, de todo condicionamiento exierior por aquello que ‘mismo no es y no puede ser) un principio autnomo que se produce asf misino, una libertad y no una cosa. Otro {indice es la oposicién contra cualquier cosificaciéa como motivo central, pero sin que este motivo central sea aceptado simplemente como una tesis y un dogma, sino que su propio sentido es también problemitico como, por lo demas, el propio carseter del hombre. ‘Ahora queda claro que toda esta situacién lleva ficilmente a decerminados embrollos y confusiones filoséficas. Una concepcion de hombre como finito y sit embargo autOnomo conduce ficilmente a una com prensi6n que vuelve a exer en una concepcidn ahistorica oa la confusion de la finitud con cl empirismo y de ese 124 modo a la tenuncia a toda autonomia det hombre 0, finalmente, a una acentuacién de lx autonomia que busca la tarea del hombre en contraposicion con quello que lo condiciona en el mundo y la historia, a Ta confrontacién con el puro absoluta. Fl siglo XIX ha adoptado gradualmente todas estas versiones y a su Claboracion esta dedlicada buena parte del siglo XX Por eso creo que el complejo de ideas que va desde el final del siglo XVIH1, comenzando por Kant, forma un todo que sigue siendo actual v que es necesario, desde distintos cabos, volver una y otra ver a repensar: ‘La concepein segiin la cual es necesario ver al hombre dentro de la sociedad y la naturaleca como un ser objetivamente condicionado es una de las tramas mis importantes del pensamiento del siglo XIX.La ampliacién de la esfera de manipulacion —a la que ya se someti6 a la naturalera— ala esfera de lo humano, la aplicacién, aqui también, de los métodos inductivos, Ia busqueda de las eyes para sobre esta base dirigir el de sarvollo, he aqui_una idea que coneuerda con la rientaciin del saber moderne. Pero a muchos, @ la mayorfa de los representantes de esta orientacion, se les ‘eseapé, en todo 0 en parte, que esta tarea tiene dos vertientes, una que coincide y otra que rechaza Ta autonomia humana, La objetivacién puede significar bisicamente das cosas: el intento de ampliar y hallar nuevas posibilidades para la personalidad del hombre o el intento de despersonalivar al hombre; este peligro de luna gran ambigGedad fue desatendido. En gran parte sucumbicron a él los representantes de la orientacin antropologia y se dejaron ganar y someter por cl positivismo empirico. La caida en el empirismo pode: mms apreciarla ya desde Feuerbach y su insistencia en log sentidos, en el aspecto sensorial del hombre, en tanto 195 que Io sensorial suele ser entendido en el sentido del Antiguo empirismo, como dato que no puede ser mis {que aceptado pasivamente y no como un ejercicio que debe ser comprendide en eelaciin con la actividad de dotar de sentido que el hombre desarvolla en tado lo que toca, Con exto se relaciona la confusion entre «las fuerzas esenciales que hacen al ser del hombre» y las fuerzas naturales, entre la motivacién y la causalidad en el sentido objetivo de la palabra entre el mundo humano vivido y el mundo de las ciencias naturales objetivas. La alianza de ineerese entre la antropologia ¥ Ia aceneuacion que el positivismo hizo de la ciencia especializada contra la especulacién, la metafisica y la teologia completaron la confusi6n: la vision histérico: social del hombre desde el punto de vista de la econo ‘mia, la division del trabajo y la organizacion social del trabajo fue faeilmente incorporada a la misma riibriea ‘que Ia visiém de las ciencias naturales desde el punto de vista de la lucha por In vida, In seleccion natural y el carfcter hereditario de las cualidades adquiridas. De este modo se fue constituyendo lentamente un sistema, de concepciones positivo-materialistas de la natuvaleza yel hombre, que en todo lo exenecial reeuerla el Systeme de ta nature del siglo XVII, enriquecido por una nueva mubrica econémico-histrica, sujeta al mismo tipo de objetivacion propio de las ciencias naturales. Como consecuencia natural de todo este proceso, el aparato dialéctico de esta docirina fue —vavo mecesariamente que ser— considerado como algo exterior, superado por el progreso real de la ciencia objetiva especial, Esto es solo el resultado de una alianea desigual, en la cual el componente filos6fico se resign6, desde el comienzo, a ser una simple metodologta, Jimivindase asi a denomi nar y organizar los distintos capitulos, a convercirse en 126 tuna simple forma, estando condenada a desempefiar 4a papel marginal Exte problema de las relaciones entre dos finitudes, dos mundas, dos objetividades, no ha sido esclarecido en todo su aleance hasta hoy. Su planteamiento ha requerido una labor intelectual de todo un siglo y ex posible que requiera ain mas trabajo; la situacion de poderosa influencia del pensamiento cientifico especia lizado, la preponderancia de la concepcién segin la cual el pensamiento que puede ser aplicado en la prietica eaineide con lo que nos ofrecen una eiencia y luna téeniea cada ver mas especializadas, continGa en la Spoca actual e inelusive se agudiza. En esta situacion la Filosolfa complacientemente se degrada a sf misma en lun andlisis puramente formal de los supuestos del lenguaie cientifico, se limita a aguzar los sentidos del Tenguaje de Ia ciencia y cada vez se atreve menos a empresas auténomas. A pesar de Esto, es posite demostrar mediante el anélisis de toda la situacion histérica y de acuerdo a la légica interna de las cosas, que el mencionado problema del doble sentido del concepta histérieamente activo y auténomo de la Filosofia fue el que condujo i todas lis ideas ilosfieas fundamentales de la nueva Epoca y que canstituye, por lo tanto, sa propia urdimbre. Pero regresemos después de esta excursién al ‘campo de nuestro tema principal, al desarrollo de la Filosofia checa, En los afios cuarenta del siglo pasado toda esta problematica mundial irrumpe en el imbito checo, en Ta universidad y fuera de ella. Nos encontra ‘mos aquf con una gran cantidad de curiosas peripecias personales ¢ ideoldgicas que estin ligadas a esta lnrupeién —se trata de una pléyade de personalidades para las cuales querer no siempre es poder, pero 137 siempre implica el mis sincero y verdadero esfuerzo spiritual conformado as', podriamos afirmar, una de las etapas de mayor intensidad filosbfica en muestro pais que, si bien fue bruscamente alcanzada por una intervencién exterior, estan inolvidable, que después de cien afios volvemos a revivirla y tratamos de continua Ia, Comunmente se habla del shegelianismo checos, pero ésta es una denominacion demasiado imprecisa para una enorme amplitad de tendencias espirituales unidas Gnicamente entre si por cl modo intensive, radical y posteriormente revolucionario, en que tratan Jas mencionados problemas de una posicién activa con respecto a la realidad. Por este motivo se justifica el intento de inclair dentro de esta cortiente la obra postica y el pensamiento de Macha como prelu parte integrante de ella. Nos encontramos aquf con los poetas que subrayan Ia eontraposicidn, lo wigieo, la contradiccién en lo individual yen la historia (Macha, Nebesks); los poetas que partiendo det antropologismo subjetivo egan al radicalismo y a la rewuelea social (Sabina); los entusiasmados propagadores que cogen Tos frucos donde los encuentran, ya sea en Hegel, en Feuerbach 0 en otros (Klécel, Bratranek, etc.); las personalidades que se atreven a adentrarse en la corriente especulativa ¢ historioséfica general, tratando de convertit a la orientacién teorétiea del idealismo alemén ea una praxis (de un modo similar al de Giesekowski y otros jovenes hegetianos), pero claboran también motives sumamente distintos que constituian el iniicleo del acontecer filoxbfico de entonces: el Schellins dela nueva fate de la sfilosofla positivas y la retirada del mundo histérico de Herbare (A. Smetana). También cestan aqui los periodistas politicos y los radicales que habrfan de impulsar y dejar sin terminar un episodio 128 imporeante del avo cuarenta y ocho, que ya no sélo meditaban acerca de la praxis, sino que, dentro de lo posible, 1a realizaban (KE. Arnold, Sabina, Fric) y, finalmente, la versién erudita del hegelianismo sisternd: tico modificada por las leeturas de los aftos cuarenta, desde Feuerbach y los jovenes hegelianos hasta. los articulos periodisticos det joven Marx (J. Hanus). No es nuestro objetivo analizar de cerca aqui toda esta fase de nuestra vida espiritual y, sobre todo, intelectual; esto superaria Ios limites de esta publieacién y requeriria cencarara cada uno de los personajes y las cuestiones que plancea de una forma mucho més detallada de la que es gut posible y de Ta que nos proponemos. Lo dinico que uisiéramos remarcar es la potencia de esta covtiente de creatividad liberada por la aparicién en nuestro territo rio del motivo central del esfucrzo intelectual moderna, Esta corriente, por su estrecha ligazan con los aconte: cimientos revolucionarios de 1948-49, fue oficialmente perseguida —el gobierno austrfaco no vacil6 en cargar con el oprobio de la persecucién por motives puramenite ideol6gicos y aparecer asi como un régimen policial diguo de la época de antes de marzo, Es necesario resaltar un hecho importante, esto es que toda esa ebulliciin de ideas traspasa lns fronteras idiomdticas ‘que pensadores como Smetana, Hanus, en parte Klicel, escriben exclusivamente 0 en parte y paralelamente en alemén, que pertenecen a este proceso conciudadanos como Exner, propagador del herbartismo y enemigo jurado del hegelianismo, con quien tendr& que enfren- tarse Smetana yde quien paste Hanus para llegar luego al hegelianismo; 0 como Springer, que sélo cuando ya vivia en el extranjero eligi6 ser aleman. De lo dicho anteriormente también se desprende por qué las ¢a sientes conciliadoras, coma el herbartismo, a pesar de 129 contar con el pliveme y el apoyo oficiales, no fueron capaces de hacer frente a la presign del positivismo: habiendo abandonade e] terreno de Ta sutonomia y de Ja primacfa de fa actividad tuvieron que sucumbir ante la insistencia del positivismo en To dado, en la autosu ciencia de los hechos. Socavados por elementos positivis tas en Ia sicologfa, 1a sociologia, Ia eitética, ete, las corrientes como el herbartismo se consintievon en sstaciones imeermedias hacia un positivismio en el verdadero sentido de la palabra que, en lo esencial, ya habia abdicado a la filosoffa, tanto en su fase meralsica como en la eritiea-madema, En nuestro pais esto ccurrié con mayor facilidad, por cuanto existia wna tradicion de pensamiento basado en la ilustracibn, que, ‘como hemos sefialado, vela con desconfianza volo cl desarrollo filos6fico desde Kant, Para la filosfia de Ta moderna nacién checa, para la que siacié del sector de habla checha de la sociedad tradicional de Bohemia y adopts el programa cultural de Jungmann fue, por Ssupuexo, altamente significativa el haberse desarvolla do.cn estas condiciones, bajo la influencia del eclecti cismo herbattista yen la era del postivismo, es decir, em condiciones en las que la tradicion filosofica habia sido Tiquidada 0, al menos, desacteditada Fue un positivismo muy especial cl que Neg a nuestra paisen los aftos achenta, en gran parte debido a Jainfluencia de Masaryk —un pesitivismo que no tenfa, tuna fe total en sf mismo, con tendencia al racionalisme, que dirigia la vista ansiosamente hacia la problemitica filosbfica sin lograr encontrar la clave de ésta~ . Creo que a Masaryk lo llevé hacia el positivismo el ambiente vienés, en donde especialmente Brentano sucumbio casi totalmente al pestivismo de Comte, unido al de Mill, al ratar —con la ayuda del principio positivista del paso. 130 gradual ala etapa cientifica de las distintas ramas de la iencia— de demostrar el earscter cientifico de la flosofia apoyada en la sicologia, reaccionando asi contra el desaliento dentro del campo filoséfico. Este ‘motivo, al igual que el intento de desarmar al empiris mo dle Hume mediante el cilculo de probabilidades, lo hheteda el joven Masaryk de Brentano, con el cual comparte también las reminiscencias racionalistas (Descartes, Leibniz, Aristoteles), asi como su oposicién a Kant y al idealismo alemén. Masaryk es tun descubri dor de problemas, pero el modo en que busca el camino del laberinto dela filosofia es a menudo decepcionante. G. Ehrenfels dijo en una oportunidad que Masaryk iene unos titulos extraordinarios @ los que cl contenido ho responde en absoluto, Uno de esen titulos es slégica concretae: tarea excepeional seria Ia de ensefiar la logiea de las cosas, su estructura intema sobre la que se yerguen nuestros esquemas de pensamiento y abstrac: ciones, pero en la obra se trata s6lo el problema de la clasificacidn de las ciencias y esto desde la concepeién positivista del paso gradual de las ciencias al «estadio positivo» (mientras que es posible plantear la cuestién Al desarrollo de Ta ciencia y su relacién con la Filosofia de un modo més diferenciado histiricamente més justificado); queda sin resolver la euestion de la relacion nize las ciencias eabstractivase y Ia «concretasy; la metodalogia, que no tiene el coraje de esclarecer radicalmente la relacion entre subjetividad y objetiv dad y la raz6n de la primacia de esta objedividad —todo esto en un pais en el que ya Bolzano habia puesto los cimientos, de na forma totalmente clasica, para la primacia de la objetividad en la metodologia consti luye una Gpica ambigtiedad positivista, AT igual que el problema del positvismo trata Masaryk otros temas’ 1B plantea la cuestion checa, pero de un modo tal que J: Pekar poclia demostrar que en gran parte presupone los mismos principios romanticos a los que en apariencia rechaza; tomé de Palacky la filosoffa de la historia checa incluida su caracterologia nacional, cerrindose asi el camino hacia el esclarecimiento de Ia radical hovedlad y Ia originalidad social de Ia moderna naciGn cheea; eapté correctamente la existencia de una fuerte sensibilidad religiosa en nuestto renacimiento nacional adn fuera de Eslovaquia, pero por este motivo adopt6 la postura de nuestros liberales de considerar 4 muestra “reforms como una anticipacién de la época modema G la que le faltan los principios teolégicos de la reforma), dejando de lado la importancia de Bolzano y oda Ia fase bilingze de la vida de nuestra nacién en la Epoca moderna. Planteé la euestiin social en una época en la que Marx y Engels cran considerattos exclusiva mente camo tebricos econdmico-politicos y fue uno de los primeros en resaltar su significado fllosstico, pero tomé sin mas las ideas de Engels como base de su anilisis ilosofico del marxismo, eerrando asi el acceso a toda la problemitica de la marxologia moderna. all Aescubrimiento del verdadero puesto del pensamienco filosbfico de Marx e jgualmente a una postura erftica original, en lugar de la cual aparecen los loci communes rmetafisicos, Comprendié en seguida, y no recién en 1905, ef problema que significa Rusia para Europa y comenz6 a estudiar sistematicamente la historia expiri tual rusa, para la cual su famoso libro se convirtio en fceidente, durante mucho tiempo, en la Gnica fuente conocicla —s6lo que era antes un depésito de materiales que una penetracién a los problemas fundamentales—. Planteé la cuestidn de la guerra de 1914-1918 como cuestién de la revolucién mundial, pero no subray6 12 aquellos aspectos que agudizaron la crisis de Buropa en lagar de resolverla Lo que aqui afirmamos erfticamente in. philoso phicis no debe ser intexprerade como desmedro de la fuerza moral y la magnicud de la figura de Masaryk que superaba con mucho a todo Io que habfa a su alrededor, El democratismo de principios, el norinalis mo y el individualismo que su actividad propagaba tienen un significado eritico v revitalizador que atin hoy no esti agotado. El mismo planceé el problema de la superacién del positivismo, que de él comé la filosofia de la priniera repibliea, a pesar de que el positivismno ide Drtina, Krejel y Cada, ya estaba agotado en los altos veinte, La personalidad filesofica mas imporcance de la primera replica, Emanuel Radl, continGa tratando los problemas de Masaryk, pero ya con otros medios. La Stuacién filossfiea en el mundo mientras tanto ha variado, en lugar del desaliento nos encontramos una vee mas con excepeionales impulses lilosbficos; las ciencias especiales, por su parte, van de una crisis a otra, ss prineipios se revisan y aparece asi nuevamente, en todos los sectores de la propia ciencia, la problems ca filosofica, se muestran otra ver como inseparables de su corpus files6fico, cal como las vieran Aristétcles y Descartes. El mecanismo de los siglos XVIII y XIX esaparece, el darwinismo en su concepeién antigua se halla en crisis yel sentido, como ya constata Radl en 1929, se convierte en integrante, en tema de la ciencia objetiva, Ademas del positivismo Rad] desarrolla tam bien la enestion checa mas alla que Masaryk. Su propio impulso lo leva a descubrir la problematicidad el concept cheeo tradicional de nacién, y toda otra serie de cuestiones actuales, relacionadas con el replan: 138 teamiento que la problemitica que la filosoffa, a través el positivisme, habia dejado de lado. Las corrientes mas importantes del siglo veinte no fueron mae que un intento de pensar conjuntamente la autonomfa yla finicud, sobre la base de la primacia de Tn actividad y la praxis, El pragmatiemo enlaza com hherencia del positivismo pero trata de cimentar en lo vital el significado de las formas y las operaciones del pensamiento. [a fenomenologia comenz6 aparente mente con an completo objetivismo, pero luego se muestra que entiende la objetividad como el punto de Negada de una actuacién subjetiva orientada con sentido pleno, La filosofia existencial, que enlaza con Ia protesta de Kierkegaard contra la pérdiéa de libertad por la incorporacion al sistema, puso el acento sobre quello que en el hombre no puede ser objetivizado, su siruacionalidad, las dimension de lo futuro; en contra posicién con la reabsoreién por el mundo y sus cosas tesalta la inalienable eleccién de la existencia y la libertad de su decision, cara a cara con la trascenden- cia, la seguridad de la comunicacién transobjetiva, etc. Como continuaei6a de Kierkegaard, pero separdndose inmediatamente de él, comienzan a desarrollarse los intentos de un nuievo pensamienco teol6gico, Liberado de los sistemas metafisicos tradicionales, que aprovecha dialécticamente la destrucci6n de la teologia tradicional ppor la antvopologia y Ia flosofia de la existencin. Todo {esto tuvo su eco en el pensamiento checo, pero no canto como para conducir a un esclarecimiento radical de la situaciin, que puede ser aleanzado sélo mediante a la ‘yuelta a Tas fuentes y el encuentro y el descubrimiento de si nuevo sentido, Creo que este aspecto de regreso creador que no: cs ie hacia atris, sino hacia adelante, esta al menos 134 potencialmente contenido en esos intentos de desarro Ilo creative de la problemitica filossfien actual desde el punto de vista del marxismo, que tuvieron lugar en la década de los cincuenta. Nuestre marxismo es por tna parte continuacion de Ia tradicién filosofiea europea que se vio interrumpida en nuestro pals, interna y externamente, a comienzos de lot aos cincuenta del siglo pasado: por otra parte es un imtento de dominar toda la problemitica filosofica ‘modema, especialmente la actual, partiendo del pro pio concepto de las categorias centrales de Marx De nuestra obra filossfica marsista acwual debe- mos resaltar: 1) La reanudaci6n del estudio de nues. luvs afios cuarenta (1840. N. del T.) y la nueva comprension de los distintos fenémenos y sus relacio nes. No es necesario aqui citar los diversos trabajos, aleanza con sefialar Ia nueva eraduccién y ediciin de la obra de Agustin Smetana (Michfakovd, Bayerova): la intensa labor que dedica Loutil al eselarecimiento de la obra de 1. J. Hanut; el estudio de algunos fendmenos de segundo orden pero de relevancia poll tico-cultural como Bratranck (Peskova) y. en especial, el trabajo de sintesis de Kostk sobre la socialdemocra cia radical checa, que consticuye en realidad una nueva aportacion muy seria al estudio de la cuestién checa desde un punto de vista social consecuente. EL significado fundamental del trabajo de Kostk no reside fn la renovacién de algunas figuras empalidecidas ni en la revalorizaciéin de personalidades conocidas, sino reciente en exte nuevo punto de vita slbal dela cuestién eheea 2) Blaboracion de ta temitiea filosifica de la li Kant-Marx-actualidad. Estas tres denominaciones seta 135 lan s6lo los limites de la problematica y no, por supuesto, el contenido, dentro del cual se hallan tambien Fiche y Hegel, Feuerbach y los jovenes hegelianos, Schiller, Holderlin, los romanticos y ta joven Alemania, Kierkegaard y la teologia dialéctica la fenomenologia, Scheler y Heidegger, Sartre y Mer: eau Ponty, Lukacs y la escuela de Frankfurt. Esta es Ja tarea central de la apropiacién de la tradicion. En este sentido e necesario subrayar especialmente los trabajot de Sobotka, Dubski y Zelenj. EI problema Gel trabajo, estudiado por Dubsky comparativamente cen Marx y Hegel, fue elaborado por Sobotka deste un punto de vista hist6rica, con muvha mayor amplitud y tomando en consideracién ocros temas. Zelenf. que se dedica desde hace ticmpo al estudio de 1a Logica dialéetica en la versién de Marx, ampli dlimamente su campo a todo el period que va de Kant a Marx y festudia a Marx desde el punto de vista de Ia supera: cin creadora de la problemética critica. En su trabajo encontramos muchas aportaciones parciales valiosas al desarzollo filos6tico de Marx, Pero también ccs importante e] trabajo de nuestros comocedores del siglo XIX fuera de Ja linea directa Hegel-Marx. Expecialmente, J. Zume brinda aportaciones originales al problema de las relaciones entre el herbartisio, los jJévencs hegelianos ye] marxismo, cuyo significado no se Timita al plano de la historia, sino que alcanza a la chien de los sistemas. 3) Lo mas importante es, por supuesto, el propio trabajo sistematica filossfico. Es aqui donde la fertil dad de este nuevo comienz0 puede demostrarse. La obra de Kostk, -Dialéctica de lo concretos, se plantea los objetivas mas clevados, ‘Trata dle demostrar que la eprasiss es el concepto que nos brinda la clave para 136 todos los problemas oncoléiticos, naseolbateos y exis: tenciales, E] libro de Kosik no es una obra sistematica, sino una serie de cuatro estudios que pretenden mostrar ‘como los conceptos de praais y totalidad concreta, {esto es, totalidad que no esta slo simplemente sobre las partes, nies una simple suma delas partes, sino un todo ‘que sé estructura internamente de forma dindmica, consticuyen el verdadero fundamento filosofico para la resolucién de los problemas de la existencia, la cultura y Ia historia, La «Dialéetica de lo concretor est basada en tuna profanda intencian central, pero no desarvalla el coneepto de de praxis de una forma sistematica, sen orden de causass, No se describe y se analiza en conjunto la estructura de la praxis, sino que se ofrecen s6lo aportaciones parciales. La conirontacién con el cancepto de subjetividad de Huser! yl concepto de existencia de Heidegger no es sicemaciea y por eso tiene Ia filosofia de la praxis de Kosik un cardcter muchas veees aforistico ‘La concepeién de la praxis de Kostk no_pretende ser una antropoloxia, sino una. introduccidn. ala ontologia. Como si olvidase aquella eircunstaneia que reconaeia el ontologe por excellence, Hegel: a Ia onto: logfa, al punto de vista del absoluto, de la totalidad. hay que llegar desde el punte de vista de la relatividad y la conciencia cotidiana reelama justficadamente quc s¢ le abra el camino que conduce a lo absoluto. Pero esta apertura de camino implica la considerscign ¥ la vision antropologica. Aunque la filesofla no sea una simple antropologia debe tener un fundamento lenomene: logico esto €s antropoldgico—, lo humane como fenémeno debe de see su punto de partida, 137 El hombre como fenémeno es el hombre tal como vive su vida. El hecho antiopologico de que el hombre vivo vive su vida a través de a actividad, que todo su ser se centra en su praxis es lo que es necesario analizar Mosofieamente. Aqui se demuestra: 1) Que coda la problernstiea eritice que Knat planeeo contra el dogmatisme de la ohjetividad inme- data puede ser ligada a este andlisis de la vida vivida. 2) Que el anilisis de vida vivida no implica ning idealisme subjetivo, que como andlisis del sentido se diferencia profundamente de cualquier método, de conocimniento natural y especialmente del conocimiento ‘que la ciencia natural tiene de la objetividad, que no se trata de un andlisis del objeto, sino del sentido del objeto '3) Que nos encontramas aqui eon un camino hacia la historia, ya que no podemos meternos en ella sencillamente de buenas a primeras, sino que es necesario encontrar un acces antropoldgico-vital hacia lla Sélo desde este punto de vista podemos contrapo- ner claramente la concepcién del hombre como exis tencia y como praxis. Se diferencia basicamente en la concepcién de Ia relaci6n del hombre con el mando. En ambos casos el hombre se caracteriza por su ser, por su estadia en el mundo. Pero cl ser ahi, como existencia, se determina como caida del mundo Ja forma original y mayoritaria de la existencia es 1a caida cotidiana en un impersonal, 0 mejor dicho, seuddo-personal, eso se... Pero es necesario, en primer ugar, mostrar a través del andlisis de las estructuras personales de la situaeién del hombre en el mundo de ‘qué modo se incluye en ellas la seudo personal y, en segundo lugar, mostrar que la relacién con el mundo 138 tno es desde el origen exclusivamente negativa, sino que constituye la base de todo auodesarrollo. espiri- tual del hombre y que en esto reside lo espectfica de la praxis humana: [No es posible esperar de los conceptos de existen: cia, vor de la conciencia, adelancarse hacia la muerte, tuna comprensién plena del espiritu ni por lo tanto, la supresién del estado de alienacién, sino, como maximo, la comprension de la forma en que la vida del ser mundano logra su contenido verdadero, pleno, a waves de la colaboracién humana y la lucha, No es el todo, sino wna parte de la estructura lo que analiza el filésofo existencial y lo que presenta como sentido total de la vida Ya Hogel, el descubsidor de In praxis humana, vio correctamente que el momento existencial del adelantarse hacia la muerte cs silo parte de una estructura mas rica, cuando pone a la lucha, el siesgo, la muerte y Ia angustia, en relacin con el ‘trabajo como protoforma de la praxis humana Kosik establece una continuidad con esta idea de Megel tratando ast de superar el concepto de exister cia de Heidegger y su ontologia fundamental, Se entra asi en el concepto de trabajo como praxis humana fundamental que atraviess todas las activida des humanas y Jas determina. El hombre no es para Lun ser que trabaja ademds de jugar, luchar, amar, crear el arte, ete., sino que es un ser trabajador en todo esto. Fsto implica una extension del concepto de trabajo mis alld del uso corriente, La eucstiin ex si esto es indispensable, De cualquier modo serfa ento ces necesario diferenciar el concepto de trabajo en trabajo como género y como tipo de praxis La novedad del concepte de trabajo en Kosik es 139 ‘que el trabajo ha de ser esa protesituacién dialéetica ¥ protoforma de la dialéctica en la que el hombre se convierte no s6lo en ereadar de ciertos entes, de sus productos, sina en ereador del ser. de su propio ser a distancia de las cosas y en relacién con su cotalidadl con el mundo. El trabajo noes s6lo Gntico, es contolozico. Esta pretensién de explicar mediante el trabajo el surgimiento de las propias estructuras del ser de lo amano, en especial del tiempo, en tanto que tempo: ralidad original se entronca con Ja dialéetiea hegelia ra de la comencién de la apctencia. La apetencia contenida, al colocarse entre ella y su satisfaccin la mediacion de la actividad préctica, da lugar al surgi miento de la estructura temporal. El trabajo se halla, de este modo, en el propio momento del nacimiento de hombre y es posible afirmar que constituye el acceso cereador hacia él Se nota que Kosik interpreta aqui en un sentido ‘ontologico Ia tesis de Engels sobre la transformacién del mono en hombre mediante el strabajo>. Queda claro que en ambos casos se trata de un caso de ialéetiea de la naturaleza: una forma no humana de la praxis se convierte en humana, una praxis que persigue la satisfaccién directa en wna praxis media ta, euyo mediador seré la relacién con el mundo en ica del surgimiento del hombre que plantea Kosik no es menos objetiva y metallsica que Ta dialéerica de Ia naturaleza de Engels. Sus portado, res no son el hombre y las estructuras humana, sino! cl animal, dentro del conjunto de estructuras dialécti ‘eas, e5 decir racionales, comprensibles de la natura: Teaa, 140 Una dialéctica asf concehida no ex In diaketien viva, visida, de nuestra vida y nuestra historia, sino una metafisica objetivista que se mantiene gracias 2 determinadas estructuras abstractas de las evales de duce ciertos fenémenos eoncretos. No & la dialéctica de lo conereto, sino un prineipio constructiva. No es la produccién’ del hombre por el hombre, sino la produccién del hombre a partir de lo extra humano, lo que sirve de tema. La palabra «trabajoy no aleanza_a disimularlo, ya que aqui signifiea sole aquella distancia primaria que earacteriza toda activi ad humana en contraposicién con la inmediater animal, En este caso seria mas adecuado afirmar que el twabajo. no es el momenta ontolégica ereador del hombre, ese aspecto de la praxis que conforma al ser. sino que se trata de una logica dialéctica objetiva que, 2 través del factor trabajo como negacién de la Satisfaccion inmediata de las necesidades, transforma la forma animal en humana No queremos ni tenemes por qué seguir a Kostk en este campo de la dialéetica objetivista, Solo puede reivindiear para la praxis humana una fincién onto- logica presuponiendo una légica dialéctica objetiva que por si misma ya tiene una funcién ontolégica. No puede, por tanto, corresponder en realidad la funcién ontogenética, la formacién del ser, al trabajo como simple factor de ésta Si, por el contvario, not representamos el surat mienta del hombre como un acontecimiento histarico conereto, como una mutacién biolégica de la forma viral, nos encontrames entonces eon una forma vital hbumana, con aquella que, ain fuera de la satisfac 141 cién directa, es capar de mantenerse siondo ya siem pre wn todo acabade y no podemos considerar un determinado aspecto suyo, por ejemplo la distancia enire la apetencia y Ia satisfacei6n, como mas original ‘que otro, por cjemplo, la forma temporal. Por el contrario, resultard que la citada distancia presupon: ddr tanto la temporalidad como viceversa miento dialéctico del hombre en la natu raleza explica al hombce partienda de lo no humana sobre la base del sentido objetivo (la srazém>) de Ia cosa, el etrabajor ce silo tin aspeeto de esta estructus ta, Se trata de una dialéctiea exclusivamente spensadae yen ese sentido abstracta. La dialéctica del trabaio que sivimot y que es por lo tanto conereta, siempre prestupone las estructuras humanas bisieas y. en espe- al, 1a temporalidad. Para estudiar esa dialéctica concreta que el pro- pio hombre realmente crea, no es necesario echar mano de aquella dialéetica objetiva que posiblemente —pero sin garantias reales crea la forma éntica fundamental shombres. El hombre se crea a sf mismo Porque su esencia es vabiertas, requiere que se con werta en aquello que es, que elija, que realice y con esto que limite y vuelva’ a crear nuevas posibilidades dle tg que es y de como to es. En este sentido el hombre se produce a sf mismo, no est nunca cerrado ¥. a pear de esto, se reconoce en otra modar de humanidad a st mismo, al mismo fundamento éncico, En eta autoformacién el trabajo jueza un papel importante, hist6ricamente fundamental, pero no ya en el sentido general de que el hombre es un ser trabajador atin cuando juega, ama y lucha, sino en cl sentido especial de Ia formacion de la objetividad, El resus wae del paso del sujeto a las cosas en tanto que aplicacién de la vida, del tiempo, en esta formacién. La obra de Kostk acentia, como puede observar se, que se trata de una dialéetica materialista. Protes: ta contra Ta eposicién de la naturaleza como identi dad y la historia como dialéctica. Protesta contra la concepcién de que la materia no tiene capacidad de snegatividads, capacidad de oposicién creativa, de autosuperacidn. Pero de este modo reivindica para la rmareria las determinaeiones fundamentales del esptri- ta. El interrogante es si la materia de las ciencias naturales y la que postula en si concepcion dialéctica de la naturaleza Kosik son lo mismo. De la materia de las ciencias naturales debemos aprender en las Giencias naturales ¥ no en la filosofia; la materia de las ciencias naturales en conereto ni ve ni presupone en ninguna pare la negatividad. Resumiendo auestras notas crticas: el trabajo de Kostk muestra verdaderamente una profunda comp sién de que la problematica de Ia filosolia clasica ‘alemana, fandamentalmente de Hegel, el marxismo ¥ Ja moderna fenomenologia y el existencialismo perce necen aun mismo todo significative y offece para la resolucién concreta de estas relaciones una importante ccontribucién al poner el concepto de praxis en el lugar ‘en que la filosofia existencial y la ontologia que de ella se desprende colocan la existencia, Pero esta varea queda, a mi juicio, a medias, porque su edialéctica de lo coneretos no ¢ ain una dialéctica de la vida vivida que es lo que sin duda somos, sino que sata este problema hasta una dialéetica de las cosas —que ya es mas dudeso que seamos— hasea una hipotétiea dialee rica de la naturaleza que no es la de las ciencias naturales. 143 No creemos que sea fértil basar Ia dlialéctica concreta de la praxis, que es algo dado por la experiencia, en una dialéetiea metalisca, cuando es posible, sin esta metafisica, especificar el campo de investigaciones de la praxis como esfera del sentido en la cual lo exterior interviene sélo en tanto, en cuanto da oportunidad a ia edificacién del sentido. A la praxis es necesario estudiarla fenomenolégicamente y i luego 8 necesario, ontoléaieamente. La fenomeno: logia de Ia vida es el fundamento de la antropologia y ésta puede serlo para la ontologia, en tanto que en la praxis humana se trata de Ja comprensién del ser y no solo de los entes como son las cosas y nosotros Es posible que haya sido precisamente el coraje con que Kostk emprendié su intento especulativo lo gue le impidié encarar una tarea mas cercana_y ‘quizis mas urgente que la incorporacién del hombre al proceso ao sila de los entes, sino del propio ser: festa tarea consiste en diferenciar a Ia teoria de Ia praxis en toda su extensién con respecto a la flosofta de la existencia, es la tarea de mostrar que la praxis ‘3 el dominio del sentido y no de los echos en cercera persona y que el regreso desde el absolut de Hegel al terreno de la realidad humana, se pone en duda en el momento en que Feuerbach no es eapaz de encom: trar el método de investigacién del sentido de la praxis humana y tiene que recurrit finalmente al viejo sensualismo y al empirismo. Asi se abrié la puerta a ‘ot confusidn en la relacion entre la naturaleza y Ia historia, entre Iz naturaleza impersonal y la siwuacio) nalidad personal en Ia que vive coneretamente el hombre, entre la causalidad procesal objetiva de la naturaleza y la causalidad motivacional de las accio. 144 nes humanas que el materialismo didactico heted6 de la metalisica sustancial, A pesar de estas notas que responden a mi punto de vista personal, me apuro a sefalay que el libro de Kostk significa una ruptura y en cierto modo marca una épo" cca: enlaza creativamente con la gran y profunda problematica de la que hasta ahora es a tiltima fase del rpensamienta filos6fico. Kostk logré lo que no habian aleanzado todas las generaciones posteriores a los afios cuarenta del sigio pasado, claborar de una forma original los temas fundamentales que mueven al ppensamiento actual. Alcanzar la (losofia le Kostk signi fica ponerse al nivel de los problemas eratados por los pensadores fundamentales de los siltimos dascientos alos. Con el trabajo de Kosik nuestro pensamiento regresa allf donde esencialmente querfa etar ya en la primera mitad del siglo pasado, en ol exclarecimiento de Ta cransformacion que ha tenide lugar en el hombre de Ia época moderna, que consiste en que el hombre na acepta lo dado, sino que lo cambia y se forma a si mismo, a sus posibilidades espiricuales y a su. mundo, No puedo analizar aqui detalladamente otras ‘obras de la filosofia checa que Mevan las huellas de la iniciativa de Kosik, como los trabajos de Michnak, Pesek y otros: lo Gnica que hariamos seria senalar hasta ‘qué punto sigue vivo el impulso que dio Kostk y que lleva a estos autores a elaborar la profunda problemaci ca de la época moderna que hemos tratado de cireunseribir con estos conceptos de praxis, finiwud y fauonomia, a intentar abordar a 1a. fenomendlogia factual y especialmente su problema dela temporalidad También los limos trabajos de Zeleng, reunides en un libro, intentan, con un mayor apego a los textos de los 145 clisicas, desde Kant hasta Marx, de afrontar Is misma Lo curioso es que toda esto, este encuentzo consig mo y con ¢l problema central del pensamiento moderno, tiene lugar conjuntamente con un acontecer politico que es para nosotros lo mas serio que habia ‘ocurride hace mucho tiempo. Fue esta filosofia la que se declaré abiertamente como filesofiz de la revolucién —como niicleo alrede- dor del cual se mueve toda la problemética moderna hhaciéndolo come filosofia, en una discusiéa extricta mente conereta, a través de las fronteras de los sistemas sociales, sin la asistencia de los politicos y sin asstirle a ellos, significando en nuestras condiciones, la sefial de nuestra situacion histétiea y espiritual La filosolia de Kesik, con la que en mucho no estamos de acuerdo —ya hemot espuesto muestra opinién— es la filosoffa cheea de la época actual. 146 Nuestro programa nacional y el momento actual Los anivervarios naciomales y estatales tienen el peligro de servir para la autoelevacion y la reafirmacién dle Jos mitos con los que Ia sociedad se halaga a si misma. A nosotros nos han defendido de este peligro extraordinarios acontecimientos histéricos de aleance mundial. Hoy podemos, sin recrimin sentido critico, meditar acerea de lo que somos y fo que querems, del sentido de nuestro propio ser nacional y estatal, Seria una insensater que quisiésemos ahogar con palabras nuestvas actuales angustias, resalear nues tra superioridad moral y coavertirnos as! en vietimas de los pasados laureles. Pero es bueno que nos pregunte mos qué es lo que hemos querido en el pasado y lo comparemos con lo que podemos querer hoy. Fl nacimiento del estado checaslovaco hace cin: cuenta afios fue el cumplimiento de una vieja aspiracién {que se hacta cada vez mis fuerte desde el surgimiento de las modernas naciones checa y eslovaca. El recuerdo de nuestra propia formacién nacional, una de las mas importantes de Europa central, reavivaba ya la aurora deesta nueva sociedad nacional que exisia sin estado 0 mejor dicho, sin su reeanocimiento expreso. El recuerdo el original cardcter de la historia checa servia de acicate para el futuro, El significado del estado y la iniciativa histériea evan el sentido de la vida de aquella antigua sociedad 17 | | que, por su cardecer, se diferenciaba de la nacién en sentido moderno, basada en la comunidad de idioma y de tradiciones eulturales. La antigua sociedad checa era luna formacion medieval del estilo jerarquice, entonces corriente, organizada en estamentos ¢ idiométicamente plural, aunque con primacia y siendo resaltado el elemento checo. Debido a que Ta vida estatal y la iniciativa historica, excepto perfodos excepcionales y sin resultados duraderos, estaban en manos de las capas privilegiadas, también Ia sociedad nacional se hallaba andamentalmente en manos de estas capas, de la nobleza superior ¢ inferior, y de los burgueses que, por supuesto, en la divioria entre la edad media y la epoca moderna perdieron importancia, Fl contenido vital de esta sociedad desde el origen de la corona de San Wenceslao, era muy rico y en todo lo esencial estaba libre de exelusivismo y provincialismo. Se trataba de Formar, para el espiriew europea comin un ucvo potente nucleo oriental, se trataba de la devocio modema, de los primeros soplos del espiritu. del renacimiento sis alld de los Alpes, de una nueva ntesisartistica, de la problemética de la wansforma ign de la iglesia prezreformista, del concepto quilidsti co del reino de Dios en la tierra, de la iglesia estatal separada de Roma, del humanismo y la reforma, de la nueva astronomfa y la cieneia natural, cuya fase de. cisiva se realizaba adn en los iltimos instantes ances de nuestra catéstrofe, de la unificacion del corpus protes ‘antorum, luego de la contra reforma, del ideal atistico y teligioso barroco... El ambiente en que vivia esta sociedad era el de los grandes problemas europeos y en ol ajedrer de las relaciones europeas era un factor nacla despreciable que en ocasiones llevaba la iniciativa EL primer tema ewopeo que esta sociedad no fue 8 capaz de asimilar sin una profunda transformacion fue la Hlustracién, El absolutismo de Ia iustracién, con su ‘oncepte buracratico-racional del estada y sa primacta dle la rarén de estado, con st incomprension, hacia las Formaciones histérieas orgénicas, condujo al intento de nivelizacién de todos los territories en poder de los Habsburgo en un estado austriaco unificado. La n Hlegd a nuestras tierras a través del idioma aleman Io cual, junto con el sistema educative del gobierno austriaco, asexsuré una superioridad absoluta para cl elemento aleman, La alta y baja nobleza y los bbargucses ricos ya habfan abandonado previamente, a consecuencia de los acontecimientos histiricos, la esiesa Jdiomatiea checa. Por el contrario, gracias a los eeretosliberadores jasefinos, las capas campesinas y la barguesia pobre, que carecian antes completamente de todo derecho politico o espiritual, se convirtieron en importantes factores sociales, en ciudadanos estacales en potencia. Estos grupos, junto con la estrecha capa intelectual que al mantener a antisna tradieién histo ‘ca aseguraba la continuidad con el pasado, erearon una uunidad que eta cada ver mas eapaz de desempenar todas las funciones que caracterizan @ tina formacion social independiente, unida y completa. Estas capas ‘staban ligadas por la conciencia comtin de la opresién yel peligro, Se complementaban matuamente de forma solidaria: las eapas populares formaban un fundamento demogritico relativamente importance y los intelectaa- les a su vez les brindaban la oportunidad de expresarse, dde tomar conciencia, de instruirse, cumplienddo asf en principio as funciones activas espirituales y posterior mente las politieas: resumiendo> aquellay que hacen que una comunidad sea capaz de vida propia. De este modo la sociedad tradicional de Bohernia a principio de 9 siglo se dividio en dos, de las cuales una tenfa una base popular relativamente inferior v heredaba tuna estruc tura social tradicional, en gran parte jerirquiea mientras que la otra —la que hablatva en checo— era tuna sociedad esencialmente popular y en ese sentido de tun democratismo espontaneo. Algunas de las ideas de la epoca acerca de la evencia y el cardeter de la nacién Hegaron muy a punto para el proceso de autoconcienciacién nacional. Las teorfas de Herder de que los estados nacen y mucren como simples manifesiaciones del cardeter nacional que puede perdurar y manifestarse espiritualmente a través del idioma y la poesfa nacional, atin fuera de la Vida estatal, eran precisamence lo que se buscaba. Pero fn esa misma época aparece en Bolzano y sus alurnnos ora idea de nacién que es, a un tiempo, mas realista y mas profunda: la nacién en general es un intento dé realizacién de la comunidad humana. del derecho y de la justicia para todos los que en condiciones historico: sociales similares habitan un determinado tervitorio, la vida nacional es un intento de superacién de las injustcias ¢ legalidades que mortfican y dividen a la nuestro programa nacional en el que, junto con los componentes idiomatieos y culturales, nos encontramos desde el comienza con un vivo motivo social. El problema de nuestra nacién moderna fue, desde el principio y de ralz, el problema social Queremos resaltar una ver més estas partieulari- @ades de nuestro desarrollo: su democratiemo esponta neo que se deriva de la compasician fundamentalmente popular de nuestra sociedad: la inteleetualiad popular como capa dirigente que no se separa de las amplias 150 ‘masas, sino que permanece estrechamente unida a cllas, gozando por otra parte de una eonfianza natural y te una posieién de plena autoridacd; problema social como verdadero niicleo de nuestras perspectivas y tareas hist6rieas, Ninguno de nuestros vecinat se desarrolla en eitcunstancias similares ni del mismo ‘modo: los palacos, los hiingaros y los alemanes tenian su alta y baja nodleza, su gran burmuesfa. que los dirigian dando a la sociedad, sega las circunstancias, un aspecto tradicional 0 de pompasa revuelta, mientras ‘que nuestra sociedad moderna erecia desde abajo y desde shajo, de un modo ampliamente democritico ¥ popular, formaba su base nuestra incelectualidad mo derna, que contaba con todos v estaba abierta a todos, Nuestra literatura moderna tiene pocas figuras. de relieve internacional, pero en cambio muchas de las que nuestra sociedad precisamente necesitaba en su vida concreta, Nuestra mdsica no era en su etapa cldsica una miisica para elegides, sino un cons.ante recordatorio y lun acompafiamiento de nuestra lucha historica. Es Tégieo que la coronacién de esta lucha contra la injusticia de les privilegiades, ya se tratase de individuos ‘o sociedades naciomales inturas, no podia ser mis que independencia nacional en cuanto apareciese una oportunidad. La oportunidad aparcci6 en cuanto las potencias centrales, temiendo por su futuro y tratando de asegurar su siuacién de grandes potencias, prefire ron en 1914 la guerra antes que la reestructuracién interna, dando asi a nuestra nacin, sin ningun tipo de culpabilidad en la tragica conflagraci6 que destruy6 la privilegiada situacion de Europa en el mundo, de separarse del contexto histérico-estatal en el que se fa oprimida E nuevo estado, que se consideraba heredero del 11 antiguo estado checo, se enfrentaba desde el comienzo ged po ech artElpronreneacisljnie hake Sido suiclente en Ta época anterior Icons Clon del estado, most er insfilente al tener que Srontar las tareas de ettado, Una idcologia nacional defomniva y negativa no era suficiente como programa para un extada compen con una poblaciSn mixta que Ain vite el reentiniento nacional, Aparecieron com tradiecones¥ confictes fundamentals entre los com: ponentes de In ideologfa nacional que habiamos trade Sel pasado sin acer a profundizaria, modificarlay ampli, como era necesrio. Eto a pesar de que en racrira més auténtca herenciahistrica habia elemen tos sumamente adecuadon en eae sentido que, cM las Conttadiecionesincernas ce lu primera repablica, apa fecleron como tendencias del desrrallo. Nuestro demo. ‘ratio eapontinco podia haber si¢o, sin vacaciones, slevao a principio de estado, por encima del estrecho ideas idiomitico de lax istintas nacionalidades, El Problema wcll, la euestin de la eliminacion de codas Tas injunticias yresentimientos en la eaferasoio.econ6 mien, podfa haber sido convertido en parte fundamen Ual del programa extatal, en lugar de haber permane Gido toda una serie de extaintany dirgentes politicos atados las ideas Hberals tradicional hasea el ocaso el estado. Checeslovaauia cont6, durante una Targa serie de afos, con um estadita como Masaryk, cuye hombre representaba en gran parte ext posbiidad de ampliacion y alirmacion de muesto. democratimo dlentzo de una ides fundamentalmente supranacional del estado. Pero, sin embargo, no se supo convertir 2 rie dl extadoen algo que ave por encima delos partidos, de lo interes nacionales ye gra La tragedia del primer estado checosovaca e® la tragedia de un democratismo inconsecuente en nues- tuo pais, de Ia aislacién de nuestra demoeracia en Europa central y de la crisis abierta de la democracia ‘en el mundo occidental, El democratismo espontiineo ‘que nos trajo la independencia estatal com formas democriticas, puso, veinte aios mas tarde, a todos nuestros veeinas contra nosotros en Ia época de la ‘gran crisis politica europea, y el nuevo reparto de fuerzas en el continente impidié 4 las atemorizadas democracias oecidentales defender en nuestro pats sus propios intcreses vitales y cl equilibrio de Ia paz europea El estado perecié y, sin embargo, si snaliramos la cuestion desprovistos de prejuicios, no podemos con- enarlo, Los veinte afios de la primera repGblica, a pesar de todas las insuficiencias, fueron para nosotros lun periodo de una gran vitalidad espisitual, que demuestra que nuestro desarrollo democritico es alo posible y féril, que uo tiene porque enfrentarse con circunstancias externas absolutamente contrarias ‘enemigas. A pesar de todas las profundas divisiones que separan ala épora de preguerra de la de posguerra, podemos afirmar que hay una cierta eontinuidad ininterrumpida en Ia época de Inego de la guerra y después de febrero de 198. EI nuevo estado. que persigue Ia solucin radical del problema social, en tronca sin duda eon uno de los rasgos esenciales desde un principio determinantes de nuestro progra: ma nacional. Por sna pare la simplifeacion de la siouacion de las nacionalidades hizo menos acuciante Ia problemdtica nacional. Por ta otra Ja inclusion en cl contexto del eampe socialista trajo consigo nuevos problemas, a menudo de tragico aleanee, ya que 153 nuestro sobrio humanisme no coincidia en absolute ‘con la praxis social del resto del munda socialista, con su exigencia de una absoluta supeditacién del indivi duo y de los grupos a una férvea disciplina colectiva La llamada época del culo a la personalidad afcet6 profundamente a la unidad moral de la nacién, pero condicioné simulténeamente una enérgica busqueda y profundizacion del sentida del propio esfuerzo y de la esencia de la idea del socialismo —bisqueda y pro- fundizacién que despertaron primero en algunos, go en la mayoria de la nacién, enormes esperanzas—. El camino de regreso hacia el sentido original del socia Jismo come liberacién del hombre, se convireis cada vez més en un camino hacia los propios puntos de partida del programa nacional. Se abria la perspectiva de una antosuperacion que no fuese una renuncia a si rmismno, sino una autorrealizacion. En la situacion actual de un mundo dividide, una de euvas partes declara constantemente ser partidaria del principio de la ibertad individual, al que no responde la realidad social y la otra intenta grandes cambios extructurales que requieren una diseiplina colectiva absoluta, seme Jaba aparecer un punto luminoso de posible sintesis ae ro se basaba en el eclecticisma, sino en una salucién creadora La realidad nos ha ensefiado que hemos sobrees timado nuestras posibilidades, nuestras fuerzas y la situacida internacional. Pero ha ocuttide algo impor: ante: aparecié una idea gue es. simuleéneamente explicacion de toda nuestra existencia desde el co- mienzo de nuestro ser nacional modemo, contribu cién al esfuerzo de toda la humanidad actual e indice de un futuro posible, Al manifestarse a favor de esta stan idea de la época actual, la nacién checa ha 154 dado un gran paso adelante en relacion con su estado historico anterior, Mantenerse firme en esta idea, mantener esta idea aiin en condiciones difciles, signi fica salvar y profundizar su existencia espisitual y ésta cs la tarea de la época que nos aguard. Prologe Losinteleciaiesy la oposicion Acerea del principio de la conciencia cient ‘ca, (Intervenci6n en la asamblea preparatoria de la Union de Trabajadores Ciemificos) La moral general y la moral del eientifico La ciencia_y su filosofla en los akimos cineuenta afios El escritor y sa cosa, Conttibucién a la filosofia de la literatura es La filosofia checa y su época actual ‘Nuestra programa nacional y el momento actual ‘ 4 Indice a 49 3 3 ns Mt

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