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Fernandez, P. & Ruiz, M. (1990). Cognicién y Modularidad. Barcelona, PPU. Uf. FACULTADES HORIZONTALES vs. VERTICALES O DE COMO LA MENTE ES EXPLICADA CON DOS TERMINOS En el estudio del SCH se han dado ha distinguir dos grandes concepciones: la de un sistema en el que todo esta prdctica- mente relacionado con todo y la de un sistema en el que existen 34 partes del mismo ~o subsistemas— que son independientes de] resto del sistema. Esta distincién no es, ni muchisimo menos, algo nuevo. Dentro de la tradicién filoséfica algunos autores habfan sefia- lado ya con bastante anterioridad alguno de estos dos modos de entender el funcionamiento de la mente humana y es lo que Fodor (1983) en su conocida obra The modularity of Mind ha tebautizado con el nombre de facultades horizontales y faculta- des verticales, “Una facultad horizontal puede definirse como un ‘sistema cognitivo” funcionalmenté distinguible cuyas operaciones se extienden a través de dominios cognitivos diferentés” (Fodor, 1986, p.34). Por su parte, una facultad vertical puede definirse como un ‘Sistema cognitive cuya~actuacion recae sobre. un dominio especif€S "(otras caracteristicas serfan que viene dé- terminada “genéticamente, que se encuentra asociada a es- tructuras neurales diferenciadas, etc, pero que por ahora no nos interesan), Debe tenerse en cuenta que hablar de facultades no equi- vale a hablar de las capacidades de la mente sino a la estructura de los mecanismos causales que subyacen a las capacidades de la mente, Se puede estar de acuerdo en lo Primero sin estarlo nécesariamente en lo segundo (aunque no estamos ‘tan seguros de que se pueda estar de acuerdo en lo segundo y no estarlo en lo primero). Dicho con una terminologfa més informatica: se puede estar de acuerdo con la arquitectura virtual del sistema y en desacuerdo con la arquitectura, fisica del mismo, Veamos ahora, brevemente, en qué consisten cada una de estas concepciones. Refrescar estas ideas nos ird muy bien para adentrarnos posteriormente en algunas de las cuestiones mds problemdticas que en torno a las mismas se plantean. 35 1, La concepeién horizontal: los dominios de conocimiento Lo que esta postura mantiene es que los distintos procesos mentales (percepci6n, memoria, razonamiento, lenguaje, etc.) no son otra cosa més que “simples” manifestaciones de un mismo sistema cognitivo general subyacente. Baddeley (1982) entiende que un dominio es esencialmente un 4rea de la me- moria que contiene una extensa y rica red de asociaciones y conexiones; tales dominios pueden estar 4 menudo asociados con sisternas de procesamiento cognitivo separados, aunque no de forma oblgatoria. Los dominios estén conectados con otros dominios y pueden estar, @ st ve2, divididos en subdominios. Por otra parte, la jnformacién puede ser procesada por un nimero ilimitado de dominios simulténeamente (en paralelo). El representante més signiticativo de esta postura €S, sin duda, JR. Anderson tal y como se desprende de su famosa obra The Arquitecture of Cognition. En concreto, Anderson consi- dera que si existe alguna caracteristica que distinga al ser humano del resto de los seres vivos es la capacidad que este tiene para adquirir nuevas habilidades y habilidades a menudo complejas (como jugar al ajedrez, practicar esgrima, idear un nuevo pastel de chocolate, interpretar una partitura musical, resolver un jeroglifico 0 aprender a programar en Lisp, por poner sélo algunos ejemplos). Evidentermente todas estas actividades podemos —0, por lo menos, pueden algunos de los humanos— redlizarlas gracias @ un proceso previo de adquisicién. Aunque ha de reconocerse que ciertamente existen una serie de aspectos innatos que posibilitan esa adquisicién resulta totalmente implausible ima- ginar que existan una serie de “facultades” —U “6rganos” men- tales en la terminologia chomskiana— que sé hayan 36 desarrollado para la realizacidn concreta de estas u otras actividades semejantes. Mas especificamente Anderson (1983) aduce tres tipos de evidencia empirica “pro-isotropismo” en el SCH. Estas son: 1) la breve historia evolutiva de la yr nes_inteleciuales superigres humanas. Sdlo hace falta pensar, por ejemplo, en tareas como las que resuelve cualquier profe- sional dentro de su respectivo 4mbito de trabajo: los andlisis matematicos implicados en el cdlculo de la estructura de un puente colgante por parte de un equipo de ingenieros, el tratamiento de los residuos de una central nuclear por parte de un grupo de fisicos, el andlisis pormenorizado de las fluctua- ciones de la bolsa durante un periodo determinado por parte de economistas y empresarios, el diseifio por parte de un equipo de psicdlogos de entornos de interaccién hombre-méquina que tenga presente los factores cognitivos del sujeto, etc. 2) k ici¢ isicidn de nuevas funcio- nes_para las que no_existia~una anticipacidén_evolutivg. {Se imaginaba vd. que dentro de unos afios se encontrarfa mane- jando un ordenador de caracteristicas similares -o si cabe incluso mejores- que los que se utilizaron en la NASA para enviar al hombre a la Luna?, O retrocediendo un poco y si Vd. no es muy joven (operacionalicemos un poco: no tiene menos de 30 afios) jimaginaba su padre que algin dia se encontrarfa conduciendo un automévil, eso que sdlo los muy ricos de por aquel entonces se podian permitir?, O avanzando un “poco” —que es lo mds interesante— ;quién puede negar que dentro de 40 0 50 afios los viajes interplanetarios tal vez sean tan habi- tuales como hoy dia irse de vacaciones a Marbella? 3) la cantii $ rasgos en comiin. Ejemplo de ello podria constituirlo la reali- 37 zacién de tareas tan aparentemente distintas como la redaccién de un artfculo centffico, la creacién de una obra de arte con- tempordnea o el aprendizaje de un reciente videojuego. En cualquiera de ellas es preciso, en primer lugar, tener acceso a una serie de representaciones mentales acerca de la materia en cuestién. Sin embargo, también se requiere que tales rep- resentaciones sean concatenadas y/o combinadas de una ma- nera mds o menos adecuada con el fin de lograr los objetivos propios de cada una de ellas. Parece. pues, que las diferencias cabria encontrarlas antes en los contenidos espectficos de cada una de las tareas que en los procesos implicitos en la ejecucion efectiva de las mismas. Vistas las razones principales que se exponen para justificar una concepcién isotrépica —y también quineana, aunque sé snsista normalmente menos en ello- del SCH, nos parece importante resaltar el aspecto de las cuestiones terminoldgi- cas, que en ocasiones son fuente de tantos malentendidos. Mas especificamente creemos que conviene sefialar que una de las “etiquetas lingiifsiticas” que se le han adscrito a los sistemas basados en esta forma-deconcebir el SCH es el de modelos interactivos. Ahora bien, la interactividad puede hacer refe- rencia a muy variados y distintos significados, Veamos, pues, cudles son éstos. Con frecuencia se habla de que dos procesos interaccionan cuando éstos se ven obligados a compartir unos mismos Tecur- sos (atencionales, de almacenamiento en memoria, 0 de lo que sea). Ocurre, por tanto, que en este procesamiento simulténeo de ambos procesos alguno de ellos queda mermado o deterio- rado (como consecuencia de la incapacidad del procesador central para dar respuesta a todas las demandas). Por interactividad puede entenderse también los efectos que diferentes procesos tienen sobre el resultado de otro u 38 otros procesos llevados a cabo por el sistema. Dicho en otros términos: la facilitacién o inhibicién en el procesamiento de la informacién de un subsistema del SCH seré, en gran parte, una consecuencia de la informacién que se encuentre disponible en esos momentos en otros lugares del sistema. Una versién particular de este modo de interaccién la constituye aquella en la que el resultade de un proceso es Ja principal fuente de datos para el siguiente’. Por ultimo, interactividad puede hacer referencia igualmen- te a aquella situacién en la que un proceso se encuentra fuer- temente influfdo, ya no tan sélo por los iesultados de los procesos inmediatamente precedentes sino también por todos los restantes (vg. los que ocurren en los niveles superiores del sistema). 2, La concepci6n vertical: los médulos cognitivos Lo que esta otra postura mantiene es que el SCH esté estructurado por un Conjunto de médulos (luego explicaremos por qué propiedades se caracterizan éstos) independientes entre sf y especializados eri la realizacién de determinadas funciones. Utilizando la terminologfa informética una vez mds ~que tan esclarecedora resulta en estos casos (para los que sepan algo de informdtica, claro esta) podemos decir que aqui en lugar de proponerse un sistema de propésito general lo que 6 Més adelante tendremos ocasién de comprobar que €s este precisamente ¢1 Unico tipo de interaccién que se admite en los sistemas encapsulados, ya que en éstos el flujo de la informacién es unidireccional, Pero una interaccién asf no es més que —si se nos permite la expresién— una “Gnteraccién pasada por agua”, 39 se propone es la existencia de una serie de sistemas de propd- sito especifico. E] més claro representante de esta postura es J.A. Fodor. El ha sido, de hecho, quien Ja ha presentado formalmente a la Piscologia, aunque ya se conocian de vista desde hacfa algun tiempo. Fodor, en su polémico ensayo, propone como candi- datos a médulos los “sistemas de entrada” (los distintos siste- mas encargados de la recepcién de la informacién externa: sistema visual, sistema auditivo, ... y el sistema lingiifstico) y los “sistemas de salida”’. Pero, gqué es, en definitiva, un médulo cognitive?. Por médulo cabe entender mecanismos computacionales especia- lizados en el tratamiento de determinados tipos de informa- cién y cuyo soporte fisico se encuentra estrechamente ligado a sus aspectos funcionales, siendo su misién la de elaborar rep- resentaciones del mundo que sean accesibles al lenguaje del pensamiento. En su ensayo Fodor propone nueve caracteristicas adscribi- bles a todo mddulo cognitivo, a saber: - 1) Especificidad de dominio. Esto es, los médulos son es- pecfficos respecto a la modalidad de informacién a pro- cesar, pero no con respecto al contenido de la misma 2) Obligatoriedad de su funcionamiento. Lo cual equivale a decir que actiian siempre que se Jes presenta la oportu- nidad de hacerlo e independientemente de la voluntad 7. Aunque estos tiltimos no son tratados por Fodor, ciertamente parece ser que los sistemas de salida comparten las caracteristicas propuestas para los sistemas de entrada. Lo que sucede es que existe mucha menos unvestigacién acerca del sistema motriz que sobre los sistemas sensoriales y de ahi que sea mas dificil legar a conclusiones al respecto. 40 3) 4) 6) 1) del sujeto, ademés de resultar imparables una vez pues- tos en funcionamiento Accesibilidad limitada del procesador cenrral a las repre- sentaciones mentales computaaas por las sistemas de entrada. A decir verdad, segiin la propuesta de Fodor, los sistemas centrales tan sélo tienen acceso a los pro- ductos finales del procesamiento de los sistemas de entrada, desconociendo por completo los medios a par- tir de los que se ha legado a dicho resultado Elevada velocidad de procesamiento. Fenémeno éste que se explica por el hecho de poseer una arquitectura neural espectfica, tal y como se verd algo mds adelante Encapsulamiento. informativo. Seguin esta caracteristica, tanto los procesos como los productos intermedios de dichos procesos no son sensibles a los sucesos que tie- nen lugar en los restantes sistemas de entrada, ni son accesibles a ~o controlables por- la conciencia (corres- ponde a lo que Pylyshyn [1984] denomina “impe- netrabilidad cognitiva”). “Superficialidad” de los productos. Esto a equivale a decir que las salidas de las compuatciones realizadas por los médulos son mds bien limitadas, lo cual es compren- sible si sé considera la tercera de las caracteristicas mencionadas Arquitectura neuronal espectfica. Es decir, puede afir- marse que existe un cierto isomorfismo entre los aspec- tos funcionales (de computacién) y los mecanismos fisicos encargados de los mismos (un hecho que, por otro lado, resulta natural habida cuenta de que una caracteristica esencial de las médulos es precisamente el encapsulamiento informativo). 41 @ 8) Exhibicién de patrones de disfuncionamiento espectficos. Fenémeno que puede explicarse claramente si se acep- tan las caracteristicas anteriormente sefialadas, en par- ticular !a 3 y la 7. 9) Secuencialidad caracter{stica durante el desarrollo onto- genético que, segtin el propio Fodor, deberfa interpre- tarse antes que nada como una hipétesis de trabajo, dada la fragmentariedad de la informacién disponible al respecto. Estas son, pues, en definitiva las caracteristicas que permi- ten considerar a un sistema de procesamiento como médulo cognitivo, unas caracteristicas muy distintas ciertamente de las examinadas con anterioridad al hablar de los dominios de conocimiento. 3. Pero, son suficientes los médulos para explicar la arquitectura funcional humana? Si intentamds apoyar empiricamente la teorfa de Fodor nos encontramos con sorpresa, por una parte, un ciimulo suficiente de datos como para establecer que los registros de informacién son modulares (tal como se muestra en el capitulo IIT referente a la percepcién). En cambio, con Tespecto a otros procesos hay datos un tanto contradictorios, tal como ocurre con los estilos cognitivos (ver capitulo VIM). Y en lo referente a procesos mas centrales, como es el caso del lenguaje existen amplias dudas de que, mds alld de su percepcién fonética, sea modular (Gree- ne, 1986; Riviére, 1987; Schank, 1985). La aplicaci6n, por tanto, del concepto de mddulo a diferentes procesos cognitivos nos inclina a pensar que entre la modularidad y la no-modularidad existe todo un continuo o diversos eradientes de modularidad. 42 Nuestra critica se cieme, pues, en un doble sentido: 1. La arquitectura funcional (tal como Ja entiende Pylyshyn, 1980) no es modular en su versién fuerte o fodoriana, sino que existen mas bien gradientes de mo- dularidad. Tal como ha sefialado el propio Gardner (1985), simpati- zante abierto de las tesis de la modularidad: Quizds los modulistas tengan raz6n en suponer que muchos dominios se rigen por sus propias le- yes, y los centralistas, en creer que existe un reino intelectual sintético donde los procesos modulares son insuficientes y es preciso recurrir a los procesos horizontales. Puede ocurrir entonces que el debate se centre en el hecho de si al-guno de los médulos puede incluirse como un aspecto especial dentro de una concepcién de procesamiento central (pag. 152). En esta linea de pensamiento Rumelhart, McClelland, yel PDP Research Group (1986) han planteado que existen niveles de modularidad. En la terminologfa de dicho grupo un mddulo es un conjunto de unidades que estdn fuertemente interconec- tadas entre si, y débilmente con respecto a los ottos conjuntas de unidades. Este concepto permite todas las gradaciones de modularidad posibles, dependiendo del grado de cohesidén intra/inter de las urlidades. En cuanto a si la interconexiones o mddulos estén o no genéticamente determinados, susodicho grupo mantiene una postura también bastante diferente de la de Fodor. Para ellos, evidentemente, toda conexién tiene su soporte fisico ("hardware'’), pero, a su vez, es “sottware” (y, por tanto, puede ser modificable). Aunque quizds no todas Jas conexiones puedan ser tan pldsticas, al igual que los mecanis- mos subcorticales, como para que puedan ser modificadas, De este modo su postura puede considerarse como interaccionis- 43 ta. en el sentido de que si los médulos existen estos estarén determinados por el estado inicial del sistema (conjunto de predisposiciones genéticas de la especie) y por el ambiente. 2.- Nuestra segunda objecién se centra en que aquellos sistemas cuyo grado de no-modularidad es muy elevado, sf pueden ser estudiados. Si Wevamos la postura fodoriana hasta sus iltimas consecuencias nos encontramos en un estrecho camino que tiene a su derecha un fuerte precipicio: la irénica Primera Ley de Fodor sobre la inexistencia de la Ciencia Cognitiva, que nos imposibilita estudiar aquellos mecanismos del sistema cogni- tivo humano que son globales (de cardcter isotrépico y quinea- no) tales como la memoria y el razonamiento. Segtin Fodor s6lo pueden ser considerados aptos para el estudio cientifica los algoritmos mediante los cuales la percepcién logra repre- sentaciones del mundo que sean accesibles al pensamiento. Pero cémo acceden, elaboran, distorsionan y cemprenden nuestros procesos centrales tales representaciones resulta incognoscible para la ciencia. Fodor (1983, p4gs. 161-165) ha criticado los intentos realiza- dos hasta ahora para dar cuenta de los procesos no modulares por considerarlos simplemente como sistemas de notacién, i.e. las teorfas de guiones (Schank y Abelson, 1977), de marcos (Minsky, 1975) y de esquemas (Rumelhart, 1975). De acuerdo, estas teorfas han tenido algunas limitaciones (consultar Ru- melhart, Smolensky, McClelland y Hinton, 1986), pero no en el sentido sefialado por Fodor, sino en el de que ninguna de ellas ha sabido “capturar” todas las caracteristicas cualitativas que se supone que tales “constructos” (guiones, marcos, esque- mas) tienen. 44 Las peculiaridades o rasgos distintivos que tendrian los dominios como entidad conceptual explicativa del sistema cog- nitivo humano, en contraposicién a los mdédulos, han sido desrrolladas por Rybash, Hoyer y Roodin (1986) tal como se muestra en la Figura 2. 45 DIMENSION Caracteristicas basicas Funciones basi- cas Evolucién Relacién entre médulos y domi- nios_ Direccion del procesamiento MODULOS Mecanismo —determinado genéticamente por las pe- culiaridades neurofisiolé- gicas de la especie (similar al “hardware” del ordena- dor) Estdtico Permanente Impenetrable (no accesible a la conciencia) Auténomo Independiente Introducir informacién en el sistema cognitivo huma- no El niimero de médulos per- manece fijo a lo largo del desarrollo Las caracteristicas idiosin- craticas de cada mddulo son permanentes Los médulos no estén in- fluenciados ni por el niime- ro ni por la fuerza de los dominios existentes Abajo-Arriba e@ DOMINIOS Autoconstruido a través de la interaccién con el mundo (similar al “soft- ware” del ordenador) Dinaémico Modificable Penetrable (susceptible de introspeccién) No auténomo Potencial- mente interdependien- te Dar significado y expre- sién a la informacién que ha sido introducida en el sistema cognitivo El niimero de dominios se incrementa a lo largo del desarrollo Su importancia y signifi- cacién van aumentando a lo largo del desarrollo El nimero y la impor- tancia de los dominios est4 directamente in- fluenciada por el mime- ro de médulos existen- tes Arriba-Abajo Figura 1.2.- Adaptado de Rybash, Hoyer y Roodin (1986, p. 124), 46

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