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Ballenas

La ballena pertenece al orden de los cetáceos. Las ballenas son los mamíferos marinos más
grandes de la Tierra. Su adaptación al agua es tal, que parecen pertenecer a la familia de los
peces. Pero según nos indica la investigación científica, y según sus esqueletos, las ballenas
descienden de animales terrestres con cuatro extremidades.

Dentro de los cetáceos existen dos grandes grupos:

1. Las ballenas con barbas: En este grupo se incluyen las ballenas de gran tamaño, como el
caso de la ballena azul. Esta clase de cetáceos se caracterizan por tener barbas en lugar de
dientes. Estas barbas las utilizan para filtrar el agua y así poder atrapar el alimento. El número de
barbas que poseen oscila entre 160 y 360 en cada lado de la mandíbula y éstas presentan en su
borde interior un aspecto filamentoso. Otro rasgo de este grupo es que cuentan con un
respiradero doble.

Las ballenas pertenecientes a este gran grupo suelen pasar el verano en las aguas polares, donde
abunda el plancton. Antes que llegue el invierno emigran hacia zonas templadas y tropicales. Allí
pasan el invierno y se reproducen.

2. Las ballenas dentadas: Las características de este grupo son que suelen tener entre 1 y 260
dientes, que utilizan para retener el alimento. Sólo tienen un orificio para respirar y poseen la
habilidad para la ecolocación. La mayoría de las ballenas pequeñas, delfines y marsopas,
pertenecen a este grupo. Un ejemplo de ballena con dientes es el cachalote.

A continuación vamos con una serie de características comunes a los dos grupos. Empezaremos
aclarando que las ballenas, como todos los mamíferos, necesitan respirar aire para vivir. Para ello
cuentan con grandes pulmones, respirando a través de los orificios que tienen en la parte superior
de su cabeza.

Las ballenas hembra son siempre más grandes que los machos. Suelen estar preparadas para la
reproducción cuando alcanzan una longitud entre 13 y 16 metros, más o menos una edad de 3-4
años. Suelen vivir en parejas o pequeños grupos, aunque también existen ballenas solitarias, y su
apareamiento se hace posible en mares templados o cálidos.

El cuerpo de la ballena está recubierto de una capa de grasa espesa que mantiene su temperatura
corporal en una media de 36 grados. Las dos extremidades de delante son las aletas. Su cuerpo
acaba en una gran aleta horizontal, de potente musculatura y fuerza, lo que le permite alcanzar
velocidades de 40 a 50 km/h.

La coloración y forma de la cola varía de una ballena a otra y es tan importante para distinguirlas
e identificarlas como lo puede ser la huella digital en las personas.

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