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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACIÓN CIENCIAS Y TECNOLOGÍA.

LICENCIATURA EN REGISTRO MÉDICOS Y ESTADÍSTICA DE LA SALUD.

ASIGNATURA
HISTORIA

TEMA
INCIDENTE DE LA TAJADA DE SANDIA

INTEGRANTES:
FATIMA MENDOZA 9-735-1939

PROFESORA:
ROXÁNGEL ADAMES

2019
Índice
1. Antecedentes.
2. El incidente.
3. Consecuencias.
INTRODUCCION.

El incidente de la tajada es un acontecimiento que marca un cambio en las relaciones entre


Nueva Granada y Estados Unidos, ese hecho, producto de una confrontación que pasa de la
violencia a las contradicciones diplomáticas, y cuyo origen es nuestro suelo patrio, aún no ha
sido objeto de un análisis riguroso por parte de los historiadores o diplomáticos de nuestro
país, sin embargo con esta breve investigación, nos propongo presentar algunos elementos
que han sido manejados por los cientistas sociales.
Tomando en cuenta el contexto regional, e internacional en que se produce el hecho y sus
consecuencias visibles para las relaciones diplomáticas y las correlaciones de fuerza entre
nuestras naciones centro y suramericanas y el gobierno de los Estados Unidos.
Sobre el incidente se han tejido muchas falsedades producto de intereses ajenos al estudio de
nuestra realidad, en parte ello se debe al desconocimiento del método científico de realizar los
estudios históricos y a presentar los hechos de acuerdo al modelo anacrónico del positivismo,
como si los hechos del pasado pudieran seguir analizando acorde a los patrones del siglo XIX, y
como si todo se mantuviera estático, y la ciencia no abarcara nuestro país.
Por ello que nos proponemos actualizar, precisar y contextualizar las causas que llevaron al
incidente y sus consecuencias para la nación panameña en construcción.
1. Antecedente.
El Incidente de la Tajada de Sandía fue una revuelta civil ocurrida el 15 de abril de 1856 en la
ciudad de Panamá entre civiles locales y civiles estadounidenses, convirtiéndose en uno de los
antecedentes para la primera intervención estadounidense en el Istmo de Panamá. En ese
entonces, el territorio del Istmo era conocido como Estado Federal de Panamá. El Estado
Federal de Panamá formaba parte de la República denominada Gran Colombia. Dicha
República se había configurado a partir de la unión del Virreinato de la Nueva Granada, la
Capitanía General de Venezuela, el Gobierno de Quito y el Gobierno de Guayaquil.
El hecho ocurrió exactamente en las inmediaciones de la estación del ferrocarril transitico, en
el barrio de La Ciénaga (actual Mercado de Mariscos).
En 1846, mediante el tratado Mallarino-Bidlack, Estados Unidos se aseguró el derecho de
tránsito a través de istmo de Panamá, una alternativa menos costosa en tiempo y dinero para
pasar del océano Atlántico al océano Pacífico. La otra posibilidad era navegar hasta el sur de
América y atravesar el estrecho de Magallanes. En 1848 se descubrió oro en California (Estados
Unidos), cuestión que provocó una gran expansión estadounidense hacia el oeste, siendo vital
el paso interoceánico del istmo panameño.
Hacia 1850, Estados Unidos se encontraba construyendo el Ferrocarril transismico, lo que
provocó una gran afluencia de ciudadanos estadounidenses en la zona, tanto de trabajadores
como de transeúntes, que ciertamente mostraban un comportamiento extremadamente
arrogante, violento y agresivo en contra de la población local.
El tratado Mallarino-Bidlack, en su artículo 35, otorgaba un tratamiento preferencial a los
ciudadanos estadounidenses, respecto de los naturales y otros extranjeros residentes en la
zona, quienes no veían con simpatía el tratado ni este artículo en particular, lo que provocó un
fuerte sentimiento antiestadounidense. Adicionalmente a esto, los estadounidenses solían
tratar con desprecio a los hispanos y europeos, con excepción de los británicos. Esta situación,
acompañada de la costumbre de los estadounidenses de embriagarse notablemente, provocó
constantes roces entre la gente.
Según el primer párrafo del artículo 35 del tratado Mallarino-Bidlack establecía que:
Los ciudadanos, buques, mercancías de los Estados Unidos disfrutarán en los puertos de Nueva
Granada, incluso los del istmo de Panamá, de todas las franquicias, privilegios e inmunidades
en lo relativo a comercio y navegación de que ahora gozan los ciudadanos neogranadinos.
Párrafo 1, Artículo XXXV, Tratado Mallarino-Bidlack
Otro hecho que provocó más ira fue el establecimiento, por parte de Cornelius K. Garrison, de
un servicio de transporte de mercancías y pasajeros a través del istmo, en abierta competencia
con los antiguos remeros (prostitutos y acarreadores nativos.

En 1854, en una nota dirigida al gobernador de Panamá (por entonces una provincia de la
República de la Nueva Granada), José María Urrutia Añino, José de Obaldía le hace saber de su
preocupación, compartida por el encargado de negocios estadounidense James Green, porque
«en la provincia de Panamá continúan las desavenencias entre Novo granadinos y anglo-
estadounidenses, proveniente del cobro que se hace a los últimos del derecho denominado de
pasajeros», sugiriéndole medidas a tomar a fin de «prevenir cualquier desgracia allí». También
advirtió que la apertura del ferrocarril transístmico significaría el abandono del antiguo
transporte acuático terrestre con la consecuente pérdida de puestos de trabajo de los
lugareños.
Todos estos hechos trajeron como consecuencia que se fuera creando en los istmeños, un
resentimiento contra los estadounidenses que pululaban a través del istmo en viaje de ida y
vuelta a California a través del Ferrocarril Transístmico. Mientras que la mayoría de los
emigrantes se comportaban con cierto respeto, los excesos notables de una minoría
irresponsable mantuvieron al istmo en conmoción durante los primeros años de la fiebre del
oro. Gran parte de los viajeros portaban armas de fuego y los problemas entre borrachos eran
frecuentes. La violencia y los incidentes sangrientos de estos disturbios intensificaron la
diferencia que ya existía entre colombianos y estadounidenses.
2. El incidente.
El 15 de abril de 1856 desembarcó de un buque procedente de California el estadounidense
Jack Oliver que, como un pasajero más, acudió a la calle de La Ciénaga, a un puesto de frutas
administrado por José Manuel Luna, oriundo de Parita. Oliver iba con unos compañeros en
estado de embriaguez cuando tomó una tajada de sandía que estaba a la venta, se la comió y
se marchó sin haber pagado por ella. José exigió el pago de la tajada que era un real (cinco
centésimos), pero Oliver le insultó y le amenazó sacando la pistola que portaba. El vendedor
de frutas respondió sacando un puñal, y estuvieron a punto de ir a la pelea cuando uno de los
compañeros de Oliver decidió costear la tajada de sandía, calmando a Luna.
No obstante, la situación no acabó cuando un peruano de nombre Miguel Abraham sorprendió
a Oliver tomándole la pistola y salió huyendo de la escena. Tanto Oliver como sus compañeros
salieron en busca del peruano a punta de pistola, dando inicio el tiroteo. Los residentes de la
ciudad, viendo la persecución, se armaron con machetes y respondieron al tiroteo, dando
inicio a una batalla campal entre locales y estadounidenses. Los estadounidenses, superados
en número, buscaron refugio en la estación del ferrocarril, que se ubicaba a unos metros del
mercado.
Justo cuando se inició la revuelta, llegaba un tren de Colón con 940 pasajeros, entre ellos
hombres, mujeres y niños estadounidenses que debían embarcarse ese mismo día a California.
Todos buscaron refugio en la estación del ferrocarril.
La policía llegó tarde, a una hora y media de haber iniciado el tiroteo, con la presencia del
gobernador interino del Estado Federal, don Francisco de Fábrega. Durante la refriega, Fábrega
recibió una bala en la copa de su sombrero y uno de sus acompañantes quedó herido. Dado
que era de noche, el jefe de Estado dedujo que los tiros provenían de la estación, por lo que
ordenó a la policía ocuparla.
Los estadounidenses, ignorantes de la situación, comenzaron a disparar a la policía de la
ciudad y ésta les contestó. Los estadounidenses siguieron resistiendo con unos 50 o 60
revólveres y carabinas, pero la policía y los pobladores panameños lograron entrar a la
estación donde siguió la lucha. El saldo fue de 16 muertos y 15 heridos estadounidenses y 2
muertos y 13 heridos entre los locales. La mercadería dentro de la estación fue destruida y
saqueada por el tumulto.
Los informes de los Gobiernos de Estados Unidos y Nueva Granada fueron contradictorios ya
que ambos se acusaron mutuamente, sin embargo, Estados Unidos negó tajantemente los
testimonios oficiales de los cónsules en Panamá del Reino Unido, Francia y Ecuador, quienes
acusaron a los estadounidenses de agresores y decían que la policía local era inocente de los
cargos que le imputaba el Gobierno estadounidense de haberse puesto de parte de los
istmeños.
De acuerdo con el informe oficial de Amos B. Corwine, comisionado especial designado por el
Gobierno estadounidense, con fecha del 18 de julio de 1856, decía que la población «de color»
(negra) tomó como pretexto la disputa para asaltar a los estadounidenses, y saquear sus
propiedades, que la policía y la turba habían planeado el asalto a la estación del ferrocarril y
llegaba a la conclusión de que el Gobierno de Nueva Granada era incapaz de mantener el
orden y suministrar protección adecuada para el tránsito y recomendaba la ocupación
inmediata del istmo a menos que Nueva Granada los convenciera de su competencia e
inclinación para suministrar adecuada protección y una rápida indemnización.
3.Consecuencias.
El 18 de julio de 1856, el comisionado estadounidense, Amos Corwine, recomendó en su
informe «la ocupación inmediata del istmo de océano a océano por Estados Unidos a menos
que Nueva Granada nos convenza de su competencia e inclinación para suministrar adecuada
protección y una rápida indemnización». Esto dio lugar a una serie de controversias
diplomáticas. Obviamente, las autoridades estadounidenses atendieron este informe y en
septiembre de 1856 las tropas estadounidenses desembarcaron en el istmo y tomaron la
estación del ferrocarril.
El 19 de septiembre de 1856, desembarcó un destacamento de 160 soldados y tomó posesión
de la estación de ferrocarril. La ciudad se mantuvo en calma y tres días más tarde, las tropas se
retiraron sin haber hecho ni un solo disparo. Esta breve ocupación, el primer caso de
intervención armada en el istmo, estaba justificada según el Gobierno estadounidense por la
cláusula del tratado de 1846, mediante la cual, los Estados Unidos garantizaba la neutralidad
del istmo, para que el tránsito no se interrumpiera o se estorbara. Aunque siempre se ha
relacionado esta invasión al incidente de la Tajada de Sandía, lo cierto es que se dio a solicitud
de Francisco de Fábrega, vicegobernador del Istmo, para evitar un conflicto armado entre
miembros de los partidos Conservador y Liberal. Estos acusaban a aquellos de fraude en las
elecciones del 29 de junio de ese año, y temiendo una revuelta liberal del arrabal que repitiese
los eventos de abril, el vicegobernador Fábrega decidió pedir la intervención para calmar los
ánimos y declarar así una victoria conservadora. Por lo tanto, el incidente de la Tajada de
Sandía se puede considerar como un antecedente, pero no una causa directa de la invasión
estadounidense de septiembre de 1856.
El Gobierno de Estados Unidos hizo las siguientes propuestas:

 Que las ciudades de Panamá y Colón debían ser ciudades libres y que se gobernaran
por sí mismas bajo la soberanía de Nueva Granada, y conjuntamente controlaran una
franja de veinte millas de ancho de océano a océano, con el ferrocarril como línea
central.
 Nueva Granada debía ceder a los Estados Unidos varias islas en la bahía de Panamá
para usarlas como bases navales.
 Nueva Granada debía transferir a los Estados Unidos sus derechos sobre el Ferrocarril
transístmico.
 Nueva Granada debía pagar una indemnización de perjuicios por la pérdida de vidas y
la destrucción de propiedades.
Finalmente, el Gobierno granadino aceptó su culpabilidad y firmó el tratado Herrán-Cass, el 10
de septiembre de 1857 y estableció una suma resarcitoria de 412 394 dólares estadounidenses
en oro para los damnificados, que fueron integrados recién en 1865:
 195,410 dólares por indemnizaciones derivadas del motín.
 65,070 dólares por nuevos reclamos.
 9,277 dólares por gastos de los comisionados.
 142,637 dólares por intereses.
Pero no fue solo Estados Unidos quién exigió indemnizaciones, también lo hicieron Francia y el
Reino Unido, cuyos ciudadanos en el lugar se vieron afectados.
A su vez, Estados Unidos utilizó este incidente como excusa para poner en práctica el artículo
35 del tratado Mallarino-Bidlack, es decir su prerrogativa de salvaguardar la neutralidad y el
libre tránsito en Panamá, utilizando para ello sus fuerzas armadas cuando, a su criterio, el
Gobierno local no diera la seguridad necesaria, lo que motivó una serie de intervenciones
estadounidenses en el istmo durante el siglo XIX y XX, lo que a la postre exacerbó la xenofobia
y el sentimiento nacionalista de los panameños.
Según la Gaceta del Estado del 3 de mayo de 1856, hubo dos muertos locales ―Lucas Prados y
Apolinar N.― y 16 extranjeros: Octavio Dubois (de Francia), N. Stokes (de los filibusteros
estadounidenses de William Walker), Robert Marks (del estado de Pensilvania), Alexander
Sweet (del estado de Maine) y otros 12 de los cuales se desconocen sus nombres.
CONCLUSION.

En conclusión, la pelea es peleando, como lo dijera el General Victoriano Lorenzo. Vigilancia y


Militancia son consignas que debemos tener claras de ahora en adelante.
Esto quiero decir en última instancia que la lucha continua y debemos ser protagonistas en los
escalones que quedan por delante, porque el imperialismo y sus aliados internos no
descansarán para crear las condiciones para el retorno.
De igual manera debe ser orientada a rechazar y exigir la derogación del llamado Tratado de
Neutralidad del Canal, en vigencia desde el año 2000 por antinacional ya que constituye un
foco latente para futuras intervenciones yanquis en Panamá.
REFERENCIA CONSULTADAS.

Biblioteca Nacional de Panamá. «El incidente de la tajada de sandía». Consultado el 7 de enero


de 2018.
Juan B. Sosa y Enrique J. Arce (1911). Compendio de historia de Panamá. p. 242.
Juan B. Sosa y Enrique J. Arce (1911). Compendio de historia de Panamá. p. 240.
Juan B. Sosa y Enrique J. Arce (1911). Compendio de historia de Panamá. p. 241.
ANEXOS

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