Está en la página 1de 1

Han pasado cinco años desde que Isabel entró a la compañía telefónica, intentó salirse

muchas veces, pero por la necesidad, por gastos de estudio, comida y transporte, sabe que
no es una buena idea renunciar a la compañía. En los cinco años solo tomó una vez sus
vacaciones de un mes, en los cuales aprovechó para realizar algunos cachuelos y recibir
dinero extra. Debido a que su tiempo estaba repartido entre el trabajo y los estudios, Isabel
no tenía tiempo para tener vida social, o para dedicarse un momento para ella.
Era lunes e Isabel se despertó a las 7 a. m., como cualquier día, sin embargo, esta vez se
sentía indispuesta para realizar cualquier actividad. Trató de reponerse, pero no dejaba de
sentir escalofríos y cada vez se ponía más pálida. Llamó a su jefa y pidió que le den el
día libre, su jefa le sugirió que era mejor ir al doctor. Al alistarse para ir al doctor, Isabel
notó que sus pantalones antiguos le quedaban sueltos y su cabello estaba seco, algo que
anteriormente no se había detenido a observar ya que no tenía tiempo para ella. Al llegar
al hospital, la enfermera le midió la estatura y el peso, Isabel angustiada se subió a la
balanza, ya que no se medía el peso hace casi dos años y es así como se da cuenta que
había bajado siente kilos y comenzó a preocuparse. El doctor le recomendó tomarse
algunos exámenes y le indicó que lo mejor era descansar por al menos una semana,
semana en la cual era muy importante dedicar su tiempo solo para ella y para su salud.
Al siguiente día, decidió ir a la piscina para relajar su cuerpo y despejar su mente. Su
pasatiempo favorito era nadar, aunque principalmente, le gustaba flotar. Decía que al
flotar sus cinco sentidos estaban alertas y sentía cada parte de su cuerpo funcionar, era
como la meditación, solo que en agua. Y mientras flotaba, se dio cuenta que descuidó
mucho su salud, su cuerpo no se sentía igual, sus piernas estaban más débiles al igual que
sus brazos, había descuidado su cuerpo por haberle dedicado tanto tiempo al trabajo y
nada para ella, así que decidió por fin renunciar y buscar algo que no le quite tanta energía,
más bien algo que le haga sentir viva y llena de salud.
Finalmente, Isabel se sintió aliviada, se quitó un peso de encima y sabe que por fin podrá
averiguar que es lo que le gusta.

También podría gustarte