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Historia Del Perú Temas de 5°-120117194801-Phpapp02 PDF
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CONTENIDOS
La República Aristocrática (1899-1919)
Repaso I
Repaso II
Durante este periodo el Estado fue controlado por la oligarquía agroexportadora así como por la burguesía
comercial y financiera, en alianza con los gamonales serranos y el capital imperialista. Las grandes potencias
industrializadas vivían la «Paz Armada», el esplendor de la «Belle Epoque», y desde 1914, la Primera Guerra
Mundial. El Perú en su posición dependiente reforzó su condición de proveedora de recursos naturales. Su clase
propietaria sacó provecho de ello, sin embargo las grandes mayorías populares se mantuvieron al margen de
los beneficios, más aún sus movilizaciones se reprimieron duramente por parte del estado oligárquico.
El auge exportador de caña de azúcar y algodón, favoreció a las familias propietarias (por ejemplo: Pardo,
Larco, Gildemeister, Candamo, Aspillaga) que, agrupadas en el poderoso Partido Civil, controlaron el Estado
durante estas dos décadas (Segundo Civilismo). Este grupo oligárquico tenía fuertes lazos con la gran burguesía
extranjera inglesa, francesa y estadounidense, y con los gamonales, que eran los hacendados serranos. El
incipiente desarrollo de la industria dio nacimiento a la clase obrera. El proletariado (obreros) urbano y rural se
mostró activo tempranamente e influenciado por las ideas del anarcosindicalismo, dirigió grandes jornadas de
luchas por sus derechos sociales.
Este rico hacendado arequipeño llegó al poder por la alianza entre el Partido Civil y el Demócrata. Su gobierno
se caracterizó por el impulso a una economía abierta a los capitales extranjeros y exportadora de materias
primas (azúcar, algodón, minerales, etc.). Para ello impulsó una legislación favorable a las inversiones del gran
capital imperialista. Por ejemplo, el nuevo Código de Minería exoneró de fuertes cargas fiscales a los capitales
extranjeros. En 1902, se instaló en nuestro país la Cerro de Pasco Minning Company, una empresa
estadounidense que controló un gran enclave minero en la sierra central del Perú.
En el contexto del auge cauchero, continuaron las exploraciones y colonizaciones de la región amazónica.
Figuras destacadas fueron Alfredo Mesones Muro y Pedro Portillo.
En el plano internacional, se agudizó la cuestión de Tacna y Arica que aún se encontraba bajo administración
chilena. La política de «chilenización» de ambas provincias obligó al gobierno peruano a romper relaciones
diplomáticas con el vecino del sur. Mientras tanto, se firmó con Bolivia el Tratado Osma-Villazón, que delimitó la
frontera en la región de la Meseta del Collao.
Miembro de una de las familias más afortunadas del país, este rico hacendado y capitalista asumió el gobierno
representando al Partido Civil, sin embargo, a los ocho meses de iniciar su régimen falleció por una dolencia
reumática, en Arequipa.
Es entonces que lo reemplaza el Vicepresidente Serapio Calderón, quien convocó a elecciones donde triunfó
José Pardo y Barreda, representante del Partido Civil.
Era hijo de Manuel Pardo y Lavalle, el fundador del Partido Civil, y representaba una nueva
generación de civilistas con anhelos renovadores para el desarrollo del país. En este sentido le
dedicó especial atención fomentar de la educación. Dictaminó la obligatoriedad de la
educación primaria, apoyó las escuelas municipales, organizó la Escuela de Artes y Oficios y
promulgó la Ley que permitía el ingreso femenino a la Universidad.
En materia económica, este gobierno disfrutó del crecimiento del presupuesto, mediante la
contratación de empréstitos y la mejora en la recaudación fiscal.
Las constantes movilizaciones de las los obreros obligó al Gobierno a plantear la
necesidad de implementar una legislación laboral, acorde a la realidad del nuevo siglo.
En ese sentido, el diputado civilista José Matías Manzanilla elabora un proyecto de Ley
que reconocía diversas reivindicaciones del proletariado.
Otros hechos dignos de mención son: la compra de los Cruceros Grau y Bolognesi,
para la defensa nacional; la construcción de la Cripta de los Héroes; y la inauguración
del monumento a Francisco Bolognesi en 1905.
Leguía llegó al poder a través de una alianza política entre los civilistas y caceristas (Partido Constitucional),
marginando a los demócratas. Esto significó el inicio de una furibunda oposición pierolista. Estos llevaron a
cabo un plan para derrocar al Gobierno. Dirigidos por Carlos, Isaías y Amadeo de Piérola, tomaron prisionero al
Presidente y le exigieron renunciar bajo amenaza de muerte. Leguía se resistió respondiendo firmemente: “No
firmo”. En medio de una balacera en la Plaza del Congreso, el ejército salvó a Leguía matando a varios de los
golpistas. Los leguiístas celebraron este acontecimiento como el “Día del Carácter”.
En estos años se agravaron los conflictos con los países vecinos. Con Chile se produjo el “Incidente de la
Corona”, cuando el Ministro de RR.EE. Melitón Porras rechazó una Corona de Bronce que Chile envió para la
“Cripta de los Héroes de la Guerra del Pacífico”. El motivo fue la actitud hostil de Chile a los peruanos de Tacna
y Arica. Con Ecuador, se estuvo a punto de empezar la guerra. El motivo fue el fallo del Rey de España, sobre
la cuestión de Maynas que favorecía al Perú. En Ecuador hubo manifestaciones hostiles al Perú, no hubo
conflicto bélico por la intervención de Argentina, Brasil y Estados Unidos. Ecuador declaró que rechazaría el fallo
por lo que el Rey se abstuvo de emitirlo. Con Colombia, se produjeron choques armados, cuando sus tropas
ingresaron a la región del Caquetá. El Estado peruano envió fuerzas dirigidas por Óscar R. Benavides quien
venció en el Combate de la Pedrera, desalojando a los invasores.
Con los vecinos del oriente se logró firmar acuerdos limítrofes definitivos. Con Brasil, el Tratado Velarde-Río
Branco, y con Bolivia, Tratado Polo-Bustamante. Ambos en 1909, en un contexto difícil para el Perú, pues
estábamos al borde de la guerra con Chile y Ecuador. Eso condicionó a nuestros diplomáticos a aceptar la
cesión de grandes extensiones de territorio de las regiones del Acre y el Beni, a Brasil y Bolivia,
respectivamente.
En el aspecto social, el movimiento obrero se fortalecía cada vez más y, después de largos paros y
movilizaciones, consiguieron la aprobación de la Ley de accidentes de trabajo. La acción del proletariado
demostró una gran fuerza y cohesión, cuando en 1912 convocaron y llevaron con éxito el gran Paro General en
apoyo de los trabajadores de Textil Vitarte.
LECTURA
C uando, durante la niñez y la adolescencia, recorrí vastamente el país, recuerdo que el Perú estaba más
dividido en su entraña, y frenado. Anduve a caballo con mi padre por muchas provincias. Atravesé el país de
Este a Oeste. Hice a caballo el camino del Cusco hasta Ica. Viví en un feudo, dos haciendas establecidas en las
faldas de las montañas que orillan el río Apurímac. Una era de caña de azúcar. La otra de panllevar. Pertenecían
a un solo dueño. Creo que entre ambas tenían unos quinientos siervos indios. Estos siervos podían ser azotados y
aún muertos por el hacendado. Vi como mandó flagelar a un indio, haciéndolo colgar de un árbol de pisonay.
Había escondido debajo de su poncho unos cuantos plátanos. La hacienda producía muchos plátanos que el dueño
mandaba cosechar y meter en un depósito donde se podrían. El mercado más próximo era Abancay, y allí los
plátanos costaban menos que lo que valía llevarlos desde la hacienda a esa ciudad. Después del castigo acompañé
al indio azotado durante todo el camino que escalaba la montaña no me dirigió la palabra, ni volvió la cara hacía
mi. Pero me abrazó en el abra de la cumbre. Su rostro estaba conmovido por una especie de serena gratitud
hacia mí y de cierta gran indiferencia. Me pareció majestuoso, cuando empezó a bajar el cerro, hacia el otro lado.
Yo descendí la montaña a toda carrera, casi triunfalmente. El siervo flagelado parecía ser mucho más grande y
fuerte que sus verdugos. Yo tenía, entonces, quince años. La hacienda aquella está en la zona donde el río ha sido
encajonado entre montañas, nevadas inmensas, cuyas faldas son temibles precipicios: ocupa una especie de
andén natural entre abismos.
En esos mismos años, fui testigo de cómo un terrateniente del pueblo en que vivía, dejaba morirse de hambre y de
sed al ganado que había encontrado de «daño» en los potreros que le pertenecían. Pedía por el rescate de los
animales sumas exageradas y caprichosas. Las víctimas se negaban a pagar, por indignación o impotencia, y las
vacas morían lentamente en el corral. En la costa, cierto día de 1936, visité la hacienda «Casa Grande» y recorrí el
«caserío» en que vivían los peones. Salí del maloliente cúmulo de viviendas miserables conteniendo las lágrimas y
jurando luchar para que tan injusto y absurdo trato a los trabajadores fuera denunciado y rectificado. No encontré
diferencia entre el menosprecio con que en «Casa Grande», el más extenso ingenio azucarero del mundo, se
trataba al obrero y el que padecía el siervo de Apurímac. Recuerdo que me indignó aún más el de «Casa Grande».
El desprecio de los dueños y administradores de los latifundios costeños por los peones parecería ser menos
explicable que el que había visto y sufrido en la sierra aislada, donde las diferencias culturales daban a los señores
un argumento, aparentemente «racional» para justificar el trato brutal que se daba al indio «inferior», «todavía
idólatra».
Pract iquemos
2. ¿En qué actividades intervinieron los capitales imperialistas durante la República Aristocrática?
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1. Menciona a los tres partidos políticos más importantes del periodo de la República Aristocrática.
7. ¿A qué países exportaba el Perú sus recursos minerales durante la República Aristocrática?
LA REPÚBLICA ARISTOCRÁTICA
(SEGUNDA PARTE)
I. INTRODUCCIÓN
En la primera mitad del siglo XX importantes acontecimientos internacionales influyeron en la economía, política
y sociedad peruana. La Revolución Mexicana, la inauguración del Canal de Panamá, la Primera Guerra Mundial,
la Revolución Rusa, el avance del movimiento socialista en todo Europa, repercutieron en la vida nacional. En
ese contexto las clases populares peruanas, apoyadas por los intelectuales progresistas, consiguieron algunas
reivindicaciones, pero sin poder amenazar seriamente los intereses del capital extranjero y de la oligarquía que
tenían el control de todas las actividades económicas del país.
Este rico comerciante salitrero fue Alcalde de Lima y un carismático líder populista que marcó
la excepción durante este periodo. Buscó acercarse al pueblo, y era llamado cariñosamente
“El Pan Grande”. Sus planes reformistas entusiasmaron a la pequeña burguesía (medianos
propietarios) y a los sectores proletarios (obreros). Esto le permitió derrotar al civilista Antero
Aspíllaga en 1912.
1. ASPECTO SOCIAL
Se dieron reformas importantes como la Ley de Derecho de Huelga, la Jornada de Ocho Horas para los
trabajadores del muelle Dársena del Callao y la Construcción de Barrios Obreros. También intentó disolver el
Congreso que estaba controlado por la oligarquía civilista, hecho que aceleró su caída a través de un “Golpe
de Estado”.
2. CAÍDA
Los grupos de poder oligárquico (civilistas) que controlaban el Parlamento siempre buscaron boicotear las
reformas populistas de Billinghurst. Los civilistas se apresuraron en derrocar al Presidente luego que éste
amenazara disolver el Congreso. En su intento contaron con el apoyo de sectores militares para derrocar a
Billingurst. El coronel Óscar R. Benavides fue puesto al mando del movimiento, que el 4 de febrero de 1914
atacó Palacio de Gobierno, provocando la renuncia de Billinghurst quien salió exiliado a Chile donde murió.
III. GOBIERNO DE ÓSCAR R. BENAVIDES (1914-1915)
Durante este gobierno se producen trastornos económicos y comerciales debido al estallido de la Primera
Guerra Mundial. Se produjeron la fuga de los depósitos bancarios, se decreta una moratoria frente a los pagos
de la deuda externa, las monedas de oro desaparecieron dando paso al billete y la moneda feble.
Durante su gobierno sucedió la inauguración del Canal de Panamá (1914). Esto favoreció económicamente a
los grandes exportadores ligados a Europa y EEUU. Otro suceso fue el inicio de la Primera Guerra Mundial.
Benavides entregó el gobierno al líder de la oligarquía aristocrática, José Pardo, elegido por una convención de
los partidos tradicionales.
Su elección marca el retorno del Civilismo al poder y el final del apogeo de la República Aristocrática. Este
gobierno se benefició inicialmente por la Primera Guerra Mundial que aumentó las exportaciones. El precio de
las materias primas como el café, algodón, petróleo, minerales y otros aumentaron de precio.
1. LA REBELIÓN DE RUMIMAKI
Teodomiro Gutiérrez Cueva era un militar que se mostró partidario de las reivindicaciones de la masa
indígena enfrentándose al abuso de los gamonales.
En 1913, el presidente Billinghurst lo había enviado a Puno para averiguar los problemas sociales de la
región. Elaboró un informe que presentó al Presidente, en éste denunciaba las usurpaciones y abusos de los
gamonales a los indígenas y recomendaba acciones para solucionar el problema. Sin embargo, esto sólo
quedó en el papel debido al Golpe de Estado de Benavides.
Teodomiro Gutiérrez fue atacado ferozmente por los hacendados. El hacendado puneño y diputado
Bernardino Arias Echenique lo acusó de agitador. Teodomiro fue obligado a retirarse del Ejército, huyó a
Chile y Argentina donde asimila ideas anarquistas. El año 1915 retorna al Perú, se dirige a Puno donde toma
el nombre de Rumimaki o Mano de Piedra.
Sublevó a los indígenas de Huancané y Azángaro, atacó la Hacienda San José, pero los gamonales se
organizaron y derrotaron a los campesinos que fueron masacrados. Rumimaki fue capturado y entregado a
la Policía, pero logró escapar huyendo a Bolivia (1917), y más tarde a Argentina donde se pierde su rastro
sin conocerse cual fue su destino final.
3. FIN DE SU GOBIERNO
Se convocaron a elecciones, presentándose como candidatos: Antero Aspíllaga del Partido Civil y Augusto B.
Leguía, representante de la oposición y apoyado por sectores de la clase media. Leguía era el virtual
triunfador con el apoyo de los grupos anticivilistas.
Se corría el riesgo de un fraude y para evitarlo el 4 de julio de 1919, Leguía dirigió un Golpe de Estado y
asumió el mando con carácter provisional. Inmediatamente convocó a una Asamblea Nacional que lo eligió
Presidente Constitucional. Cabe recordar que dicho Golpe de Estado fue respaldado por un sector del
Ejército.
LECTURA
... La mejor manera de comprender hasta qué punto los monopolios imperan, es (examinar) cómo los ciudadanos
son afectados en su vida diaria por algunas de las 200 corporaciones mayores. «Estas grandes compañías forman
la verdadera armazón de la industria americana. El individuo entra en contacto con ellas casi constantemente ...
está de continuo aceptando sus servicios. Si viaja a alguna distancia, es seguro que lo hará en uno de los grandes
sistemas ferroviarios. La locomotora que lo arrastra, probablemente, ha sido construída por la American
Locomotive Company o la Baldwin Locomotive Works y el carro en que toma asiento ha sido fabricado por la
American Camand Foundry Company o una de sus subsidiarias ... Los railes, es casi seguro que han sido
suministrados por una de las once empresas del acero en lista, y el carbón debe proceder de una de las cuatro
grandes compañías carboneras, si es que no viene de una mina propiedad del mismo ferrocarril. Tal vez, el viaje
sea en un automóvil. Entonces el carro ha sido manufacturado por la Ford, la General Motors, la Studebaker o la
Chrysler, con gomas producto de Firestone, Goodrich, Goodyear o United States Rubber Company ...
Acaso el individuo permanezca en su propio hogar, en relativo aislamiento privado. ¿Qué significa para él las
doscientas corporaciones mayores? Su electricidad y su gas, probablemente, le son suministrados por una de estas
compañías de servicio público, el aluminio de sus utensilios de cocina, por la Aluminium Company of America. Su
refrigerador eléctrico puede ser producto de la General Motor Electric y la Westinghouse. Probablemente, la Crane
Company se encargó de sus instalaciones de plomería y la American Radiator and Standard and Standard Sanitary
Corporation de su equipo de calefacción. El individuo compra, por lo menos, parte de sus víveres a la Great
Atlantic and Pacific Tea Company y obtiene algunas de sus drogas, directa o indirectamente, de la United Drug
Company. Las latas que contienen sus alimentos pueden haber sido hechas por la American Can Company, su
azúcar ha sido refinada por una de las principales compañías; su carne seguramente ha sido preparada por Swift,
Armour o Wilson; y sus galleticas y bizcochos por la National Biscuit Company.
Si el individuo busca diversión a través de la radio, ha de usar un receptor construído bajo licencia de la Radio
Corporation of American. Si va al cine, le exhibirán una película de la Paramount, Fox o Warner Brothers (hecha
con Eastman Kodak Film), en un teatro controlado también por uno de esos grupos productores. No importa a
cuál anuncio de cigarrillos haya sucumbido: fumará una de las muchas marcas que le ofrecen las «cuatro grandes»
compañías tabacaleras. Y, probablemente, comparará la cajetilla en la tienda que la United Cigar tiene en la
esquina de su casa».
Pract iquemos
EL ONCENIO DE LEGUÍA
(PRIMERA PARTE)
I. INTRODUCCIÓN
La presencia de Leguía en el escenario político representó la aparición de nuevos grupos e intereses locales,
burocráticos, profesionales, estudiantiles, etc. Era el tiempo de la clase media urbana para modernizar el país
que la oligarquía civilista no había conseguido.
Con la crisis y fragmentación del Civilismo, Leguía aparecía como la alternativa viable por su origen mesocrático
(clase media) y su amplio conocimiento, por su experiencia europea, de las finanzas internacionales. Esto
produjo en la población la idea de que Leguía representaba el hombre providencial que podría superar la crisis
de la Primera Guerra Mundial.
A este nuevo régimen caracterizado por el personalismo y carácter autocrático de Leguía se le denomina “El
Leguiísmo”, como referencia a su concepción política. Se le llama “El Oncenio de Leguía” en alusión a los años
de gobierno que alcanzó el Gobierno. Podemos afirmar, asimismo, que el gobierno de Leguía se puede
catalogar como una Dictadura Civil.
En esta etapa de nuestra historia se acentuaron los cambios económicos producidos desde la República
Aristocrática. Se produce el apogeo y la crisis del modelo exportador de materias primas, se consolidan las
nuevas clases sociales: el proletariado y la clase media; los partidos de masas (el APRA y el Partido Socialista)
toman la representación del proletariado.
1. EL ASCENSO
Para las elecciones de 1919, los candidatos principales eran Ántero Aspíllaga del Partido Civil y Leguía. Aun
cuando los resultados daban como virtual vencedor a Leguía, se produjo un Golpe de Estado apoyado por la
entonces gendarmería -dirigida por el veterano Andrés A. Cáceres- contra el saliente gobierno de José
Pardo. La razón del golpe -aun cuando el vencedor era Leguía- se explica en el control del Parlamento, pues,
la mayoría era civilista y la renovación por tercios era cada cuatro años. Resultó más práctico destituir a
Pardo, disolver el Parlamento, y llamar a otro legislativo que sea funcional al nuevo sistema.
2. LA PATRIA NUEVA
Leguía asumió el mando a los 56 años de edad y con la propuesta de una «Patria Nueva» cuyo contenido
esencial fue:
• Democratizar el régimen político nacional a través del voto plebiscitario, en oposición a la fenecida
República Aristocrática. De esta forma se inicia la desarticulación del modelo político civilista.
• Educar a las masas mejorando la instrucción pública, la justicia, y buscando la cooperación de las
distintas clases sociales.
• Consolidar nuestra economía exportadora de materias primas con una previsora política para atraer
capitales extranjeros y así aumentar nuestras reservas y aminorar el costo de vida.
• Industrializar al país hasta conseguir el equilibrio económico interno entre todas las clases sociales.
• Desarrollar proyectos de irrigación, colonizar la selva, desarrollar granjas modelo en la sierra y aplicar el
plan de conscripción vial, para conseguir el desarrollo industrial esperado.
3. EL ASPECTO POLÍTICO
Para que las medidas económicas y financieras funcionaran y se alcanzara el sueño de “La Patria Nueva”, se
aplicaron una serie de medidas aunque en distinto grado y que a la larga no pudieron contener a las fuerzas
reivindicativas de cada uno de los sectores involucrados.
En primer término, promulgó la CONSTITUCIÓN DE 1920 cuyo artículo 113º prohibía la reelección
presidencial, sin embargo y apelando a la figura de las enmiendas constitucionales, Leguía se reeligió en
1924 y 1929 con las modificaciones constitucionales de 1923 y 1927 respectivamente.
El régimen tenía dos claros propósitos: Liquidar el viejo orden aristocrático del Estado peruano y detener el
avance del Comunismo. Respecto a lo primero, los grupos tradicionales, habían desaparecido y aunque se
mantenían las mismas relaciones económicas del régimen anterior, políticamente los partidos tradicionales
se habían extinguido. Para frenar a sus opositores se aplicó la figura de la deportación, fórmula eficaz que le
permitió desaparecer sistemáticamente a todos aquellos que criticaban al Leguiísmo. Entre los tantos
exiliados, tres jugaron un papel gravitante en nuestra historia: Víctor Andrés Belaúnde, José Carlos
Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre. Respecto al segundo problema, aplicó la misma estrategia que
Billinghurst para neutralizar al Comunismo: desarrollar una unión o coalición entre el capital y el movimiento
obrero. Sin embargo, los esfuerzos de Leguía también se enfocaron en otros sectores conflictivos de la
sociedad.
Con respecto al Ejército se buscó un delicado equilibrio atendiendo a las necesidades de la institución. A
pesar de ello se produjeron muchos levantamientos y conspiraciones, como el de 1922 – donde participó
Sánchez Cerro – o los que se produjeron después de la crisis de 1929.
El régimen enfrentó el problema de la descentralización desde las reformas de 1919 y se cristalizó con los
congresos regionales, pero estos no funcionaron. Se desactivaron las Juntas Departamentales y el
presupuesto se dirigió a los consejos provinciales, irónicamente beneficiando el centralismo.
El problema del campesino fue sin lugar a dudas el más complejo que enfrentó Leguía. Lo particular de todo
ello es que el problema campesino se superpuso al problema del indio, e inclusive se decía que el campesino
era el indio, de manera tal que los asuntos económicos eran mezclados con los asuntos raciales. Respecto al
indígena, el Estado tomó una serie de medidas como establecer el Día del Indio, crear el patronato de la
raza indígena con una oficina de asuntos indígenas, fundar las escuelas agrarias, reconocer a las
comunidades indígenas desde 1920. Aun así, su papel – de los indios- como ciudadanos y como campesinos
productores nunca fue claro, y acaso por ello, al finalizar los años 20, los emergentes grupos políticos
enfocaron este problema de manera muy enfática.
En lo que respecta al sector estudiantil, Leguía había ganado un espacio importante entre ellos desde 1918
– proclamado "Maestro de la juventud" – y planteó, además, una reforma universitaria contra "la esclerosis
educativa", estableciéndose las cátedras libres y apoyando al primer congreso de estudiantes en 1920 -
dirigido por Haya de la Torre y donde se propuso la creación de la Universidad Popular –; pero todo ello se
trastocó a partir de 1923 tras los reclamos universitarios y obreros contra la consagración del Perú al
corazón de Jesús. La muerte de estudiantes y obreros, así como la deportación de Haya de la Torre a
Panamá, hicieron que Leguía pase de Maestro de la juventud a enemigo de los estudiantes universitarios.
José Carlos Mariátegui (1895-1930) como político y pensador peruano, fue uno de los ideólogos
marxistas latinoamericanos más influyentes del siglo XX. En 1926, fundó la revista «Amauta» (el nombre en
quechua significa maestro, filósofo, y fue aplicado después a él mismo), que se publicó hasta 1930. Colaboró
con distintas revistas literarias como «Mundial» y «Variedades», fundó la Confederación General de
Trabajadores (CGTP) en 1929. Su ruptura con Haya de la Torre le llevó a la fundación del partido marxista-
leninista denominado «El Partido Socialista» (1928), que luego de su temprana muerte se convirtió en el
Partido Comunista Peruano. Pero sus posiciones heterodoxas respecto del comunismo internacional,
provocaron el distanciamiento y la crítica de los dirigentes de la Internacional Comunista. Publicó pocos
libros en vida, pero su obra, recopilada póstumamente, llena numerosos volúmenes. Del conjunto de su
obra, nada supera en importancia y difusión a sus célebres Siete ensayos de interpretación de la realidad
peruana (1928), que han sido reeditados incontables veces. Esta obra representa el primer examen integral
de la problemática política, social, económica y cultural del país desde un punto de vista marxista, dotado
de una gran precisión para detectar la raíz de los grandes males nacionales y, sobre todo, de una notable
capacidad para aplicar un enfoque marxista con flexibilidad y lucidez, evitando las limitaciones ideológicas
que abundan en los estudios de ese tipo.
Víctor Raúl Haya de la Torre (1895-1979) es otro pensador y político peruano de la época que
estudiamos. Nació en Trujillo. Como líder estudiantil enfrentado a la dictadura civil del presidente Augusto
Bernardino Leguía, tuvo que exiliarse en Panamá, Cuba, y finalmente, en México, donde en 1924 fundó la
Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). De retorno al Perú, tras la destitución de Leguía (1930),
defendió una política indoamericanista, antiimperialista y reformista. Perdió las elecciones de 1931 frente a
Luis Sánchez Cerro, fue encarcelado en 1932, y su partido resultó perseguido en condición de partido ilegal
con la Constitución de 1933. En 1945, el movimiento aprista fundó el Partido del Pueblo, y apoyó al
candidato José Luis Bustamante y Rivero, que ganó las elecciones presidenciales. Su obra cumbre es el El
Antiimperialismo y el Apra.
5. EL ASPECTO ECONÓMICO
En este periodo se produjo el incremento del capitalismo norteamericano en nuestro país a través de sus
inversiones y de los empréstitos, los que dejaron una cuantiosa deuda externa al Estado peruano. Cabe
destacar que las principales inversiones estadounidenses en aquellos años se dieron en los sectores minero,
petrolero y textil.
El régimen concebido como intervencionista –el Estado regula las relaciones económicas- se distingue
claramente con la Constitución de 1920, que otorga una serie de poderes al Gobierno para apoyar al sector
exportador de materias primas de manera ilimitada. Para ello se desarrolló todo un proyecto de construcción
de infraestructura de transporte y comunicación necesaria para los centros de producción de materias
primas y sus respectivos puntos de embarque. Así, los ingresos del Estado quedaban asegurados con los
impuestos recaudados por la exportación de materias primas y con los préstamos externos. Debe
recordarse, sin embargo, que el efímero éxito de Leguía estaba en función a los altos precios de la materia
prima en el mundo, lo que permitió que los banqueros de Nueva York nos facilitaran créditos. El costo de
este proyecto fue muy alto: la deuda externa pasó de 12 millones de libras esterlinas en 1919 a 116
millones en 1929 y la deuda interna de 27 millones en 1919 se elevó a 30 millones de libras esterlinas.
Para desarrollar el proyecto vial, Leguía no solo hecho mano de los créditos externos; sino también del
recurso humano, pues, en 1920, dio la tan criticada «Ley de Conscripción Vial» que establecía el trabajo
obligatorio para todos los varones entre 18 y 60 años por doce días al año, en la construcción y reparación
de carreteras, trabajo del que podían redimirse, si pagaban el equivalente a los jornales dispuestos por ley.
Al final, la conscripción solo la cumplieron aquellos que no podían pagar las exoneraciones: la población
indígena.
Especial énfasis se puso en la construcción de obras hidráulicas, siendo las más destacadas: Imperial en
Cañete, La Chira y Sechura en Piura, Esperanza en Chancay y Olmos en Lambayeque.
Durante este Gobierno se crearon varias instituciones financieras como: El Banco de Reserva, El Banco
Hipotecario y El Banco Agrícola. El objetivo de los dos últimos era transferir parte de los recursos del Estado
a sectores de clase media urbana y rural respectivamente.
LECTURA
JOSÉ C. MARIÁTEGUI : PRINCIPIOS PROGRAMÁTICOS
DEL PARTIDO SOCIALISTA
(1928)
El Partido Socialista adapta su praxis a las circunstancias concretas del país; pero obedece a una amplia visión de
clase y las mismas circunstancias nacionales están subordinadas al ritmo de la historia mundial ... El Imperialismo
no consiente a ninguno de estos pueblos semi-coloniales, que explota como mercado de su capital y sus
mercaderías y como depósito de materias primas, un programa económico de nacionalización e industrialismo. Los
obliga a la especialización, a la monocultura, (petróleo, cobre, azúcar, algodón, en el Perú). Crisis que se derivan
de esta rígida determinación de la producción nacional por factores del mercado mundial capitalista ... La
economía pre-capitalista del Perú republicano que, por la ausencia de una clase burguesa vigorosa y por las
condiciones nacionales e internacionales que han determinado el lento avance del país en la vía capitalista, no
puede liberarse bajo el régimen burgués, enfeudado a los intereses imperialistas, coludido con la feudalidad
gamonalista y clerical, de las tazas y rezagos de la feudalidad colonial. El destino colonial del país reanuda su
proceso. La emancipación de la economía del país es posible únicamente por la acción de las masas proletarias,
solidarias con la lucha antiimperialista mundial. Sólo la acción proletaria puede estimular primero y realizar
después las tareas de la revolución democrático - burguesa, que el régimen burgués es incompetente para
desarrollar y cumplir.
Tomado de: Víctor Raúl Haya de la Torre, Obras Completas. Lima: Mejía Baca, 1977
La organización de la lucha antiimperialista en América Latina, por medio de un frente único internacional de
trabajadores manuales e intelectuales (obreros, estudiantes, campesinos, intelectuales, etcétera), con un
programa común de acción política, eso es el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana)
Su Programa: El programa internacional del APRA consta de cinco puntos generales, que servirían de base para los
programas de las secciones nacionales de cada país latinoamericano.
Los cinco puntos generales son los siguientes:
El APRA es una nueva organización internacional formada por la joven generación de trabajadores manuales e
intelectuales de varios países de la América Latina. Fue fundada en diciembre de 1924 cuando los cinco puntos
generales de su programa fueron enunciados. El APRA representa, consecuentemente, una organización política
en lucha contra el Imperialismo y en lucha contra las clases gobernantes latinoamericanas que son auxiliares y
cómplices de aquél ... La palabra de orden del APRA sintetiza sin duda la aspiración de veinte pueblos en peligro
contra el imperialismo yanqui, por la unidad política de América Latina, para la realización de la justicia social.
Haya de la Torre regresó al Perú en 1931, recorriendo el país candidato a la Presidencia de la República. En Lima
organizó una connotada manifestación popular en la Plaza de Acho. Desde temprano tuvo diferencias con
Mariátegui sobre el significado del Imperialismo, el carácter del capitalismo en los países atrasados y el papel de
las clases medias en una revolución. Para Haya el desarrollo histórico de América Latina había sido diferente al
europeo. El capitalismo no era el resultado de la evolución de un feudalismo nativo, sino de la llegada del
imperialismo extranjero. Por ello las clases oprimidas nativas debían aliarse para desarrollar el capitalismo nacional
desde el Estado, antes de pensar en iniciar una etapa socialista dirigida por los trabajadores. Es decir, según
Haya, un frente de varias clases sociales dirigido por las clases medias, y no por el proletariado industrial, que era
una minoría, iba a poder enfrentarse con éxito al imperialismo norteamericano e iniciar una etapa de verdadero
capitalismo nacional.
2da. Edición Historia del Perú Contemporáneo IEP, 2000
Pract iquemos
1. Explica la importancia del artículo 113 de la Constitución de 1920 para el régimen Leguiísta.
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5. Resume las ideas principales que encuentres en las lecturas sobre el pensamiento político de Haya de la Torre y
Mariátegui.
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TAREA DOMICILIARIA
3. Investiga cómo fue y qué planteó la reforma universitaria durante el Oncenio de Leguía.
4. Explica en qué sectores de la economía peruana invirtió más Estados Unidos de Norteamérica durante el
Oncenio de Leguía.
EL ONCENIO DE LEGUÍA
(SEGUNDA PARTE)
I. INTRODUCCIÓN
Durante el «Oncenio» también se produjeron cambios en lo referido a nuestras fronteras, algunos irreversibles,
como la demarcación territorial mediante la firma de tratados limítrofes con Colombia y Chile, y la sesión de
propiedades a las empresas norteamericanas mediante contratos vergonzosos como El Laudo de París.
El Leguiísmo ingresó a una dramática y devastadora crisis económica producto de la crisis del capitalismo
mundial acentuado con el crack de 1929. Esta depresión económica desarrolló la activa participación de las
masas populares en la vida política nacional y desembocó en una sangrienta guerra civil durante los años
próximos.
Al concluir el «Oncenio» se percibían dos fenómenos: la alianza política entre los militares y la vieja oligarquía,
conformada por civilistas y no civilistas para acceder al poder. El otro fenómeno fue la guerra civil que dividió a
los peruanos en partidarios y detractores del Partido Aprista Peruano (PAP) que terminó en un enfrentamiento
entre el Ejército y los militantes apristas.
Ya desde su primer gobierno Leguía entendió la importancia de sellar nuestras fronteras y por ello trazó un plan
a largo plazo que continuó durante el «Oncenio».
Durante el primer gobierno había solucionado los diferendos con Brasil – Tratado Velarde Río Branco – y con
Bolivia – Tratado Polo Bustamante – pero quedaba pendiente el problema de la selva con Colombia, y las
provincias «cautivas» de Tacna y Arica con Chile.
Desde antaño Colombia reclamaba los territorios de Maynas. La situación se agravó en 1911 con los incidentes
del Río Caquetá y Putumayo, afortunadamente se libró positivamente la situación tras el enfrentamiento de La
Pedrera, dirigido por el entonces coronel Óscar R. Benavides. Para 1922, Leguía autorizó la firma del Tratado
Salomón Lozano, el mismo que fue ratificado por el Congreso peruano en sesión secreta de 1927. El Perú
cedió el Trapecio Amazónico, además del territorio que comprendía el espacio entre los ríos Caquetá y
Putumayo, la comunidad de Leticia y la tan ansiada salida al Río Amazonas. A cambio, el Perú recibió el
triángulo de San Miguel de Sucumbios que luego cedimos a Ecuador en 1942.
El problema con Chile se remontaba al tratado incumplido de Ancón de 1883. Se estipuló un plebiscito para las
provincias de Tacna y Arica luego de los 10 años de cautiverio, pero esto nunca ocurrió. Recién en 1929 se
solucionaría el problema con el Tratado Rada Ramio – Figueroa Larraín o también denominado Tratado de Lima
–. Mediante este documento, Perú cede a perpetuidad Arica y recupera Tacna, Chile nos indemnizó con
6.000.000 de pesos y entregó las servidumbres de Arica (un muelle, un terminal ferroviario y una aduana).
El documento más lesivo para la soberanía nacional fue El Laudo de París que se firmó con la Internacional
Petroleum Company (IPC). El Perú cedió el suelo y subsuelo de La Brea y Pariñas a la empresa norteamericana,
compro-metiéndose a no cobrarle impuestos por 25 años y entregarle las tareas de explorar, explotar y
craquear el petróleo por 50 años. Debido al contrato firmado, esta empresa cobraría protagonismo en la política
nacional durante los próximos años.
Para 1919, se estimaba un total de 296 000 hectáreas de tierra irrigada artificialmente en la costa, 3 000
kilómetros de ferrocarriles, y 198 kilómetros para vías automovilísticas. El régimen estimaba ampliar las tierras
agrícolas a 494 000 hectáreas, 4 500 kilómetros de ferrocarril y 49 000 kilómetros de carreteras. Aunque ello
resultó fundamental para comunicar a Lima con algunas zonas productivas del Perú, gran parte de nuestro país
seguía aislado del mundo.
IV. ASPECTO CULTURAL
Durante este régimen se arraigó El Indigenismo como respuesta inmediata al problema del indio y su influencia
se prolongó hasta los años 70 del siglo XX.
Fue la Constitución de 1920 la primera que reivindicó el derecho de los indígenas. Así, el artículo 41 establecía
la protección a la propiedad de las comunidades indígenas, y el artículo 58 señalaba que el Estado protegía a la
raza indígena, dictando leyes especiales para su desarrollo y cultura en armonía con sus necesidades. Entre los
pensadores e intelectuales de la época destacan: José Sabogal, Hildebrando Castro Pozo, Abelardo Gamarra,
José Carlos Mariátegui, entre otros.
El Perú se afectó con la baja de precios de nuestros productos en el mercado internacional y perjudicó
directamente al presupuesto nacional, se devaluó la moneda, y se paralizó la producción en la mayoría de
sectores, se elevó el costo de vida, aumentó el desempleo, se incrementó el porcentaje de trabajadores con
sueldos impagos, disminuyó el poder adquisitivo de la población urbana, entre otros problemas
socioeconómicos. El Estado atacó el problema económico reduciendo el presupuesto nacional y dejando de
pagar la deuda externa. Los pagos se retomaron a partir de 1947.
A todo ello, debe sumarse el estilo personalista y autocrático de su gobierno que generó resentimientos entre
sus detractores. La caída del Leguiísmo era inminente.
LECTURA
LA MUJER
A lo largo de los primeros lustros del siglo XX fue constante la propaganda de un grupo decidido de mujeres a
favor de los derechos de su sexo. En esta labor se destacaron entre otros: Dora Mayer, María Alvarado Rivera,
Miguelina Acosta Cárdenas, Zoila Aurora Cáceres.
La primera mujer que recibió el título de abogado fue Rosa Dominga Pérez Liendo en 1920. Por ese hecho la
Municipalidad de Lima le dió un diploma en 1921. Llegó a ser luego la primera mujer con un cargo directivo en el
Colegio de Abogados de Lima y Directora del Colegio Santa Rosa, donde implantó allí los «test» mentales.
Una victoria feminista fue la Ley No. 4526 del 26 de setiembre de 1922 que declaró que las mujeres mayores
de treinta años podían formar parte de las Sociedades Públicas de Beneficiencia. Antes de la aprobación de esta
ley algunas mujeres habían sido elegidas para que integraran esas instituciones. Tal fue el caso de Esther de
Ballón, María Tizón de Díaz y Celestina Ocampo en Abancay; y asimismo, el de Carmen Vargas de Roaminville,
María Benavente de Paredes, Julio Adriansén de la Torre, Julio Umeres de Osma y Elvira García y García llamadas a
participar en las labores de la Beneficiencia Pública del Cuzco en 1915.
Beneficiencia de Lima, en cumplimiento de la Ley No. 4526,fueron elegidas María Lacroix de Olavegoya y
Virginia Candamo de Punete.
El Consejo Nacional de Mujeres llegó a ser organizado como organismo representativo de todas las asociaciones
femeninas del Perú. Contó con treinta y seis sociedades afiliadas. Lo presidió durante algún tiempo Mercedes
Gallagher de Parks.
Entre otras de las entidades que se destacaron durante el Oncenio cabe mencionar : la Liga Antituberculosa de
Damas, la Asociación Humanitaria, la Sociedad de los Roperos Infantiles, las cunas anexas a la Junta de Defensa
de la Infancia, el Comité Patriótico de Damas. Un representante femenino fue incorporado al Consejo Superior del
Trabajo.
Anterior en algunos años al Oncenio en cuanto a su fundación, se desarrolló en esta época la Industria Femenil
que tenía un bazar para poner en venta labores confeccionadas por la mano de la mujer y a la vez dirigía buena
parte de los talleres del Estado. Presidenta del Directorio fue Isabel Ferreyros de Swayne.
En 1918, Angélica Palma publicó con el seudónimo de Marianela, la novela Vencida. Allí apareció un tipo de
mujer limeña, la hija de familia aristocrática que, por haber perdido su fortuna, se ve obligada a trabajar. Pero la
vencen los prejuicios del medio; en la época a que se refiere este libro era vergonzoso en Lima que una señorita
de las llamadas «bien» se emplease y Nelly, la protagonista, se siente derrotada. En la segunda edición aparecida
en 1933, la autora tuvo el cuidado de expresar que los problemas sociales que atormentaron a la romántica
heroína de "Vencida" habían sido ya superados.
El número de mujeres que trabajan en oficinas y fábricas y que acudían a estudiar en los colegios y
Universidades aumentó notoriamente durante el Oncenio. En 1929, se graduó la primera ingeniera nacional, la
señorita Mary Doris Clark. Durante el periodo en que fue J.M. Ramírez Gastón presidente de la Sociedad de
Empleados de Comercio (1922 - 1924) comenzó la inscripción de socias mujeres. En el capítulo referente a la
situación educacional en este periodo se alude a la implantación de la instrucción industrial femenina, el Bien del
Hogar y al Colegio Nacional de Mujeres de Lima.
Pract iquemos
5. Señala porqué se considera al Laudo de París como un documento vergonzoso y lesivo para el Perú.
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TAREA DOMICILIARIA
3. Dibuja un mapa del Perú señalando los territorios que cedió Leguía durante sus dos gobiernos (1908 – 1912 y
1919 – 1930).
EL TERCER MILITARISMO
(1930-1939)
I. INTRODUCCIÓN
Los principales candidatos en estas elecciones fueron Víctor Raúl Haya de la Torre
(Partido Aprista Peruano) y Sánchez Cerro (Unión Revolucionaria). El vencedor fue David Samanez Ocampo
el candidato de la Unión Revolucionaria, Sánchez Cerro, quien contó con el respaldo de
la oligarquía. Los apristas y sus seguidores no quedaron conformes con los resultados de las
elecciones y denunciaron un fraude electoral.
III. GOBIERNO DE LUIS MIGUEL SÁNCHEZ CERRO (1931-1933)
Los apristas respondieron con un atentado fallido contra la vida del Presidente (marzo de 1932), luego
organizaron una revolución armada en la ciudad de Trujillo (julio de 1932). El Gobierno respondió enviando
tropas que reprimieron sangrientamente el levantamiento, con un saldo de centenares de militantes apristas
muertos, muchos de ellos ejecutados en las ruinas de Chan Chan.
3. LA CONSTITUCIÓN DE 1933
Esta Carta Magna reemplazó a la Carta promulgada por Leguía en 1920. Entre los artículos más importantes
mencionamos:
Según la Constitución de 1920 no existían vicepresidentes, por eso el Congreso nombra como Presidente
provisional a Óscar R. Benavides, posteriormente en 1936, luego de anular las elecciones, le prorrogó su
mandato hasta 1939.
El régimen había reanudado la persecución contra los apristas después del asesinato de Antonio Miro
Quesada, dueño del diario El Comercio. El APRA se mantuvo en la clandestinidad.
En el contexto internacional, son los años de avance del fascismo italiano y el nazismo alemán. Mussolini y
Hitler ayudaron a los franquistas en la Guerra Civil Española. En setiembre de 1939 las tropas alemanas
invadieron Polonia, desatando la Segunda Guerra Mundial, el presidente Benavides declaró la neutralidad del
Perú.
En diciembre de 1939, Óscar R. Benavides entregó el mando a Manuel Prado Ugarteche, del Movimiento
Democrático Pradista, un prominente miembro de la Oligarquía, quien había ganado en las elecciones de
aquel año.
LECTURA
A raíz de la depresión del capitalismo en 1930 se hicieron evidentes, en toda su diversidad y magnitud, los
cambios que la sociedad peruana venía experimentando desde principios de siglo. Estos cambios se
manifestaron a través de una ola de conflictos sociales y políticos que dejaron ver la incapacidad política de los
diferentes sectores de la clase dominante y del Estado para resolverlos, a fin de recrear legítima y
hegemónicamente el estatuto de dominación social. Tales cambios mostraron también la impotencia de los
sectores medios, que dirigían a las clases populares movilizadas políticamente, para destruir la dominación
oligárquica e imperialista existente. La crisis política que se inició en 1930 resultó de esta doble situación.
La depresión acarreó la drástica caída de las exportaciones e importaciones, mayormente controladas por el capital
extranjero; la retracción de las transacciones comerciales de los terratenientes con el capitalismo costeño; la
reducción de los ingresos fiscales y la paralización de las obras públicas, con la congeneralizada desocupación y
reducción de los ingresos de las clases populares y sectores medios, así como la ruina económica de prominentes
familias de las clases dominantes.
Esta situación significó que la relativa centralización estatal que Leguía había logrado desarrollar se
desmoronara y que las tendencias centrífugas latentes en la sociedad se manifestaran plenamente; al mismo
tiempo que resultaban evidentes las contradicciones entre clases sociales.
En efecto, en este clima de disolución de las fuerzas capitalistas dominantes, un grupo de terratenientes y
sectores medios sureños auspiciaron un Golpe de Estado, encabezado por el teniente coronel Luis M. Sánchez
Cerro, que recibió un amplio apoyo popular y ninguna oposición del Gobierno ni de sus múltiples allegados,
permitiendo la reaparición y surgimiento de viejas y nuevas figuras políticas.
Pract iquemos
TAREA DOMICILIARIA
INVESTIGA
1. ¿Cuál fue la influencia en la sociedad peruana durante este periodo del Partido Aprista, Partido
Comunista y del Fascismo?
Durante el periodo que vamos a estudiar se instalaron dos gobiernos democráticos y una dictadura. Durante
estos años, el escenario político se complejizó por la irrupción de sindicatos, federaciones estudiantiles y los
partidos antioligárquicos y antiimperialistas. La oligarquía fue incapaz de recuperarse para ejercer directamente
su dominio sobre la sociedad y terminó apoyándose en los militares, lo que los llevó a perder vigencia como
clase política. El ejército empezó a tener mayor protagonismo político y a presentar cada vez mayor autonomía
respecto de la clase dominante, como se evidenciaría en los años de 1962 y 1968. Las clases populares se
identificaron más con los apristas y comunistas, pero ante las frustradas reformas que exigían, radicalizaron sus
protestas hasta desencadenar movimientos campesinos, migraciones masivas a las principales ciudades. Fue
durante estos años que empezó a tratarse el tema de una necesaria reforma agraria y a evaluarse el rol de la
IPC –empresa norteamericana que controlaba el petróleo de la Brea y Pariñas en nuestra economía.
En el aspecto internacional, Prado presentó un acercamiento peligroso hacia los aliados durante la Segunda
Guerra Mundial. Le declaró la guerra al Eje, firmó el tratado de préstamos y arriendos con EE.UU. de Norte
América, permitió la instalación de una base aérea norteamericana en Talara y deportó a los japoneses y
alemanes de nuestro país a EE.UU. Curiosamente el APRA y el P.C. respaldaron estas medidas. Los comunistas
por su rechazo al fascismo, los apristas, que ya habían redefinido su posición frente al gobierno del norte,
señalaban que las empresas norteamericanas permitirían una relación de inversiones más equilibradas en
América Latina y no eran lo mismo que el gobierno norteamericano (aunque ya el gobierno del Norte planteaba
un respeto a los regímenes democráticos en América Latina en coincidencia con las nuevas máximas del APRA
que sacrificaban sus ideas radicales).
Acaso el acontecimiento que marcó el gobierno de Prado fue la guerra contra Ecuador en 1941. Tras varios
años de tensas negociaciones y ante la impotencia de solucionar los problemas fronterizos, los ecuatorianos
invadieron nuevamente nuestro territorio, haciéndonos recordar sus principales reclamos: Salida al Río
Amazonas y control de Tumbes, Jaén y Maynas. A comienzos del mes de julio de 1941, los ecuatorianos
avanzaron de la provincia de El Oro hacia la margen oriental del Río Zarumilla, para atacar a nuestras tropas.
Las fuerzas peruanas dirigidas por los generales Antonio Silva Santisteban (frente oriental) y Eloy Ureta (Frente
occidental) iniciaron la contraofensiva. El incidente más serio fue la Batalla de Zarumilla (del 23 al 25 de julio)
con la consecuente victoria peruana y la ocupación de la provincia de El Oro. Uno de los artífices del triunfo
peruano fue el Cap. FAP José Abelardo Quiñones González. Silva Santisteban se encargó de expulsar a los
invasores desde la Cordillera del Cóndor hasta el Río Putumayo. En octubre de ese año se firmó El Armisticio de
Piura creándose una zona desmilitarizada. Los países mediadores como Estados Unidos, Brasil y Argentina –
sumado Chile en noviembre – se convertirían en los garantes del Protocolo de Paz , Amistad y Límites de Río de
Janeiro de 1942 (firmado por Alfredo Solf y Muro de Perú y Julio Tovar Donoso de Ecuador). Ecuador consiguió
su salida al Río Amazonas, ganó las regiones de Quijos y San Miguel de Sucumbios y no pagó indemnización
por gastos de guerra al Perú. En 1945, el protocolo fue complementado con el fallo arbitral del juez brasileño
Bras Díaz de Aguiar.
Aunque la guerra con el vecino del norte fue prácticamente en la costa, se desató un inusitado interés por la
modernización y desarrollo de la selva -acaso por ser el territorio ambicionado por Ecuador- siendo una de las
empresas más representativas La Compañía Norteamericana de Reserva de Gomas encargada de identificar y
conseguir nuevas fuentes de gomas o caucho.
Durante su gobierno también se realizó el censo de 1940, se incendió nuestra Biblioteca Nacional -recuperada
por el historiador Jorge Basadre- creó la Compañía Peruana de Vapores y la Corporación Peruana de Aviación
Comercial (CORPAC).
Venció en las elecciones de 1945 a Eloy Ureta gracias al apoyo que le brindara el Frente Democrático Nacional
(coalición de partidos liderados por el APRA).
Su régimen se caracterizó por la falta de estabilidad política evidenciada en el clima de inestabilidad. El APRA
había alcanzado la mayoría parlamentaria y desde el Congreso controlarían al Presidente, inclusive coparon las
principales áreas de la administración pública -aunque terminaron en actos de corrupción masiva. Se
incrementaron las movilizaciones sindicales, se crearon nuevas organizaciones populares, y se expandieron los
medios de prensa y manifestaciones de carácter nacionalista y popular. El Parlamento aprovechó esta
circunstancia para presionar al Gobierno y lograr el reconocimiento de los sindicatos y solucionar los conflictos
laborales a favor de los trabajadores.
Económicamente, el Perú ingresaba a una época compleja: nuestras exportaciones habían descendido tanto en
valor como en volumen, mientras que las importaciones aumentaban. Para controlar tal situación el Gobierno
decidió manejar el cambio de moneda, controlar el precio de determinados productos, incrementar los
impuestos directos para aumentar los gastos públicos, subsidiar algunos alimentos – sobre todo los importados
– cuyos precios subían rápidamente de precio en el mercado mundial. Todo ello perjudicó al sector exportador,
los obreros mejoraron su calidad de vida pero a la larga traería como consecuencia el desabastecimiento,
racionamiento de productos, largas colas para adquirir productos, especulación de precios y la inflación
generada por el populismo con que actuó el Gobierno.
El 1 de agosto de 1947, por Decreto Supremo 781, el Gobierno declaró la soberanía marítima sobre las 200
millas del Mar Peruano adyacente a nuestro litoral, y sobre su zócalo continental para aprovechar los recursos
del subsuelo como de las aguas e islas. Según este decreto publicado por el entonces ministro Enrique García
Sayán la soberanía sobre el espacio mencionado era para “reservar, proteger, conservar y utilizar los recursos
y riquezas naturales de toda clase que en o debajo de dicho mar se encuentren”.
El mismo año, Bustamante y Rivero aprobó la Ley del Yanaconaje, imponiendo una remuneración salarial en las
haciendas, fijando un monto específico de arriendo por tierras cedidas a los yanaconas, prohibiendo a los
hacendados desalojarlos de las tierras ocupadas en sus dominios. Además proscribió la obligación de los
yanaconas a vender su producción a los hacendados, eliminando así el sistema de explotación que más tiempo
se ha prolongado en la historia del Perú. Las consecuencias a largo plazo no fueron las mejores, pues, los
yanaconas - quienes fueron en aumento - se dedicaban más a sus parcelas que al trabajo en las tierras del
hacendado.
En 1947 se cumplieron los 25 años del Laudo de París, para dar cumplimiento a lo estipulado, el Gobierno creó
La Empresa Petrolera Fiscal la cual tomó el control del petróleo en el país. Extrañamente, y con clara
responsabilidad aprista, se firmó El Contrato de Sechura, defendiendo los intereses de la empresa
norteamericana (IPC) para que explore y explote una vasta zona a cambio de mayores impuestos.
Para 1947 además, se tornaba conflictiva la relación entre el Gobierno y varios sectores del país. Los
exportadores no compartían la política económica del régimen, la presión popular en la capital aumentaba de la
mano de las huelga y las manifestaciones de protesta; mientras que en la sierra se producían levantamientos
campesinos. El APRA responsabilizó de todo al ejecutivo y se alejó del Presidente, dejándolo cada vez más
aislado. Ese año, la crisis se agudizó por la fuerte oposición que realizara la Alianza Nacional -nucleada por
Pedro Beltrán- que consiguió un ausentismo parlamentario e impidieron que se instale el Congreso en 1947.
Sumado a todo ello, el director del periódico La Prensa -Francisco Graña Garland- fue asesinado y se
responsabilizó a los apristas. Todos estos acontecimientos hicieron que el APRA sea declarado fuera de la ley.
En los primeros días de octubre de 1948, los apristas alentaron una sublevación de La Marina de Guerra en el
Callao. Tal acto fue reprimido con severidad por el gobierno, suspendiendo de inmediato las garantías
constitucionales y reanudando la persecución a los militantes apristas. Unas semanas después, se sublevaba
en Arequipa, quien había sido ministro de Hacienda del régimen: Manuel A. Odría. Fue el final del esfuerzo –
fallido- por instaurar un régimen democrático en el Perú, y el inicio de la dictadura militar «odriísta» que se
prolongó hasta 1956.
LECTURA
LA EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA Y LA MIGRACIÓN A LA CIUDAD
M uchas cosas habían cambiado con relación al Perú de comienzos del siglo. Tal vez la más importante era que
el país iniciaba desde los años cuarenta una verdadera explosión demográfica, donde se empezaría a reducir
la tasa de mortalidad infantil, se mantendría una relativamente alta tasa de nacimientos y se empezaba a controlar
los estragos de las principales enfermedades infecciosas. La población del país se duplicó en treinta años: siendo
de seis y medio millones en 1940, llegó a nueve millones novecientos mil en el censo de 1961 incrementándose las
necesidades de salud, vivienda y educación, lo que significaría desde entonces un campo fértil para el populismo
de cualquier tendencia.
Lo cierto era que desde todas las posiciones políticas se proponían políticas sociales populistas, más o menos
radicales, sobre todo en las áreas de la expansión de la educación secundaria y superior y la asistencia
hospitalaria. La expectativa de que la Universidad era un efectivo canal de ascenso social, alentó el progresivo
crecimiento y posterior masificación de la educación superior, haciendo cada vez más precarias las posibilidades de
una educación de calidad en la universidad pública. Estas empezaron a politizarse, reflejando la organización y las
tendencias presentes en los movimientos sindicales que ocurrían fuera de los claustros. La Universidad de San
Marcos, donde apristas y comunistas habían logrado importantísima presencia, fue una decisiva sede de la
oposición durante los años cincuenta y sesenta.
En la medida que los analfabetos estaban excluidos del voto según la Constitución vigente de 1933, y dado que
los alfabetos se concentraban en las ciudades, dichos servicios crecieron sobre todo en las áreas urbanas,
propiciando una masiva migración desde el campo a la ciudad y, al mismo tiempo, de la sierra hacia la costa. Lima
sobrepasó el millón de habitantes en 1950 y alcanzó los dos millones doce años después; la costa ya reunía el 39
por ciento de la población, de acuerdo al censo de 1961. Esta migración interna, que convirtió al Perú al cabo de
unas décadas, en un país con un perfil predominantemente mestizo, urbano y costeño, fue favorecida por el
control, con técnicas modernas, de enfermedades endémicas de la costa como la malaria, que tradicionalmente
atacaban a los nativos de la sierra.
La migración abrupta de jóvenes serranos, alimentada no sólo por el espejismo de la educación superior, sino
por la crisis de la agricultura en la sierra, incapaz de competir con los alimentos importados que los avances en el
transporte marítimo habían abaratado, dio inicio a la formación de barriadas precarias alrededor de la capital. Ahí
se incubó un “lúmpenproletariado” fácilmente movilizable y conquistable políticamente. El origen de la primera
barriada en Lima se remonta a la invasión del Cerro San Cosme en 1946, cuando poco más de un centenar de
personas decidieron construir en sus laderas, precarias viviendas. Posteriormente se generalizó esta forma de
conseguir vivienda en Lima y otras ciudades. Los tugurios de las viejas residencias del centro de Lima y sus
callejones “de un solo caño”, comenzaron, desde los años cincuenta, a dejar de ser el exclusivo lugar de residencia
de los sectores populares urbanos. El nulo acceso al crédito de los bancos entre las oleadas de inmigrantes, su
imposibilidad de pagar alquileres, dados sus bajos ingresos, junto con el desconcierto y ambigüedad del Estado
frente al fenómeno de las invasiones, crearon esta gráfica expresión del “desborde popular”, que en los años
sesenta el presidente Belaúnde bautizaría con el eufemismo de “pueblos jóvenes”.
Pract iquemos
2. Explica las razones que impulsaron la industrialización del Perú durante el primer gobierno de Prado.
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TAREA DOMICILIARIA
INVESTIGA
Desde mediados de 1947 el Perú había ingresado en un peligroso espiral de inestabilidad política el cual,
además, estaba acompañado de una agobiante crisis económica. Dicha inestabilidad tenía su explicación, como
sabemos, en la confrontación directa entre el presidente Bustamante y el Partido Aprista, el cual terminó por
abandonar el Parlamento y dejarlo sin quorum, lo cual obligó a su cierre inmediato. La situación se agudizó aún
más debido a una serie de alzamientos contra el régimen, muchos de ellos auspiciados por los apristas, como el
caso del levantamiento de la marinería del Callao el 3 de octubre de 1948, el cual arrojó un saldo sangriento
de varios muertos y heridos. En medio de tal estado de desgobierno que vivía el país, por la falta de liderazgo
de Bustamante, los altos mandos del Ejército con el respaldo de un sector de la Marina de Guerra auspiciaron
el golpe militar del 27 de octubre de 1948. Dicha asonada estuvo liderada desde Arequipa por el general
Manuel A. Odría. Por más que Bustamante intentó debelar el alzamiento, se dio cuenta que los altos mandos
militares apoyaban la insurrección. Finalmente el Presidente fue deportado y a los pocos días el general Odría
juramentaba el cargo de Jefe de la Junta Militar.
El régimen de Odría se divide en dos periodos: La fase de la Junta Militar (1948 - 1950) con una clarísima
tendencia dictatorial, y la fase del “Gobierno Constitucional” (1950 – 1956). Siguiendo la vieja tradición de los
caudillos peruanos, los cuales buscaban legitimar su poder mediante elecciones, Odría convocó a elecciones
presidenciales para el año 1950. El 1 de junio, 31 días antes de las elecciones, Odría renunció a la Junta Militar
para quedar únicamente como candidato (la llamada «bajada al llano»). En tanto el general Zenón Noriega,
mano derecha de Odría, asumió provisionalmente la jefatura del Estado. Ante la falta de un candidato civil que
se presentara como alternativa de gobierno, el general Ernesto Montagne presentó su candidatura a la
presidencia, auspiciado por el diario Jornada; sin embargo, el régimen de Noriega lo acusó de traición contra
el país ordenando su encarcelamiento e impidiéndole participar en las elecciones. De esta manera Odría quedó
como candidato único, ganando como era obvio, en los comicios presidenciales. La juramentación como
flamante Presidente “constitucional” se produjo el 28 de julio de 1950.
Como se puede apreciar, este régimen fue una dictadura, la cual a partir de 1950 se intentó disfrazar de
democracia. Sin embargo, en la práctica la realidad fue muy diferente, pues el gobierno jamás tuvo la voluntad
de respetar las libertades constitucionales. Esto se plasmó claramente con la llamada Ley de seguridad
interior la cual suspendía las garantías individuales, con lo cual el Gobierno estaba en libertad de allanar
domicilios, arrestar, encarcelar, desterrar, etc. por simple denuncia, debiendo el acusado probar su inocencia.
Con dicha ley el Gobierno pretendía principalmente reprimir a los apristas y comunistas, cuyos líderes estaban
encarcelados, asilados en embajadas – como el caso de Haya de la Torre que permaneció cinco años asilado
en la embajada de Colombia – o deportados. En cuanto a la libertad de prensa, ésta estuvo restringida, y si
bien hubo cierta permeabilidad a las críticas, ésta fue con límites. En todo caso el único medio de prensa que
mostró una radical oposición al Gobierno fue el diario “El deber" de Arequipa. Los responsables de la
seguridad interior fueron el ministro del interior Temístocles Rocha y el temido jefe de la policía secreta
Alejandro Esparza Zañartu, de quien se decía aplicaba métodos de tortura muy refinados pero a la vez muy
crueles para los interrogatorios a los enemigos políticos del Gobierno. Por todo lo descrito anteriormente, el
régimen odriísta, es conocido como el de «pan sin libertad», pues si bien el Perú experimentó una relativa
bonanza económica, ésta se vio opacada por las acciones al margen de las leyes a las que recurrió el régimen
para consolidarse en el poder.
Cabe recordar también, que es en este régimen que se va a producir la fundación del Centro de Altos
Estudios Militares (CAEM), el cual, bajo la dirección de su fundador el general José del Carmen Marín, se
convirtió en un centro de formación humanística, económica y política para los oficiales del Ejército.
Con el ascenso al poder del general Manuel A. Odría, se va a producir un considerable viraje en materia
económica hacia el liberalismo, esto debido a las sugerencias dadas al Gobierno por la misión económica del
economista estadounidense Jules Klein. El Gobierno va a aprobar una serie de normas legales que tendían a
favorecer a los inversionistas extranjeros. Esto a través de la reducción de impuestos que gravaban a las
principales actividades económicas, la mayoría de las cuales eran de carácter extractivo. Es así que se van a
promulgar el Código de Minería, la Ley del Petróleo y la Ley de Electricidad.
Sin embargo, Odría fue muy hábil y logró contrastar estas medidas de corte liberal con medidas de apoyo y
asistencialismo a los sectores de menor poder adquisitivo de la sociedad. Así por ejemplo, va a dictar la ley que
obliga al reparto del 30% de las utilidades de las empresas entre sus trabajadores, o evitar que los precios de
los productos de primera necesidad se eleven drásticamente. Pero tal vez su mayor mérito en materia
económica sea haber logrado dejar satisfechos, aunque sea parcialmente, a sectores económicos muy
influyentes en el país, como es el caso de los importadores, exportadores y los sectores laborales.
Si bien es cierto que el régimen adoptó un modelo económico liberal, éste no fue totalmente ortodoxo debido a
que Odría lo combinó con una política de subsidios y de control de precios de los productos de primera
necesidad. Por otra parte, también debe de ser considerada la coyuntura internacional de la guerra de Corea, la
cual provocó la elevación de los precios y de los volúmenes de nuestras exportaciones tradicionales como son el
algodón, el azúcar, el café, el cobre, el hierro, etc., lo cual trajo consigo un mayor ingreso de divisas al Perú.
Uno de los pilares del régimen odriísta fue la política asistencialista aplicada por el Gobierno. Para tal efecto se
fundó la Junta de Asistencia Nacional, a cargo de la esposa del mandatario doña María Delgado de Odría.
Esta junta prestaba asistencia principalmente a los niños menores de edad y madres de familia que
necesitaban de una ayuda especial. Por otro lado, se va a producir la creación del Seguro Social del
Empleado y la construcción del moderno Hospital Central N° 2 – hoy Rebagliati- , con lo cual quedaba
reflejada la voluntad asistencialista y populista del régimen. Por otro lado, la educación recibió gran atención
por parte del Gobierno, el cual le destinó casi el 5% del Presupuesto Nacional, destinándose el dinero
principalmente a la construcción de grandes unidades escolares y a la formación y actualización del
profesorado. Tampoco puede quedar excluida la edificación del Estadio Nacional de Lima, como parte de la
política estatal de impulso al deporte y a la recreación.
Asimismo, es imposible dejar de recordar que es durante el gobierno de Odría que se va a modificar la
Constitución para permitir el voto femenino en elecciones presidenciales y para el Parlamento.
Para 1955 la popularidad del Gobierno había caído en un franco proceso de deterioro, el cual se debía al
proceso de desaceleración del crecimiento económico, así como por los excesos cometidos por el régimen en
materia de respeto a los derechos constitucionales, lo que provocaría el alejamiento del Gobierno de personajes
como Esparza Zañartu o Zenón Noriega. Finalmente, para 1956 Odría convocó a elecciones generales, las
cuales no podrían ser un calco de las fraudulentas elecciones de 1950. Se presentaron tres candidatos:
Hernando de Lavalle –respaldado por Odría-, Fernando Belaúnde Terry –por el Frente de Juventudes
Democráticas- y el expresidente Manuel Prado Ugarteche –Movimiento Democrático Pradista- quien contó con
los votos apristas, que había logrado obtener luego de haberles prometido el regreso a la legalidad.
Finalmente Prado se impuso con más del 40% de los votos, convirtiéndose por segunda vez en Presidente del
Perú. De esta manera llegaba a su fin el llamado «ochenio» de Odría, quien nuevamente tentaría la
presidencia de la república en las elecciones de 1962 y 1963 sin tener mayor éxito.
LECTURA
EL FENÓMENO DE LA RADIO
L as campañas de la oposición contaban ahora con unos medios de comunicación más desarrollados que décadas
atrás. La prensa periódica se había fortalecido. En buena parte debido a la extensión de la alfabetización
(entre los censos de 1940 y 1961 el analfabetismo retrocedió del 58 al 27 por ciento), lo que incluso llevó a la
difusión de muchos periódicos en provincias. Durante los años cincuenta aparecerían semanarios políticos como
Caretas, o como Rochabús, que más bien practicaba el humorismo político. “Sofocleto”, pseudónimo del conocido
humorista Luis Felipe Angell, daba inicio a su prolongada trayectoria en el periodismo peruano. El economista
Pedro Beltrán modernizó el antiguo diario La Prensa, donde se formaría toda una promoción de periodistas
peruanos.
A ello se sumó la impresionante difusión de la radio en la sociedad rural. El aparato de transistores, totalmente
portátil y alimentado por económicas pilas de manganeso, comenzó a ser parte común del mensaje de las casas
campesinas y un acompañante frecuente del trabajador minero o el del servicio doméstico, durante sus labores.
Precisamente la radio, junto con el ya mencionado fenómeno de la migración a la capital, dieron paso a la
aparición en los años cincuenta de las figuras populares de la canción vernácular. El “jilguero del Huascarán”, el
“Zorzal Andino”, el “Picaflor de los Andes”, junto con la “Flor Pucarina” y muchas otras cantantes, surgieron como
símbolos populares a escala casi nacional. Además de transmitir su música por la radio, llenaban los coliseos de las
ciudades (una suerte de teatros populares) y campos deportivos en los fines de semana. De esta manera la música
campesina dejó de ser una expresión solamente localista; alcanzó dimensión nacional y sus compositores eran
invitados a las radios, aparecían en los periódicos y eran tentados por empresas discográficas.
En torno a los mercados y algunas plazas de la periferia del centro histórico, como las del Dos de Mayo y la Ramón
Castilla (Plaza Unión) en Lima, apareció una floreciente actividad comercial que atendía las demandas de la
población migrante. Ropa, calzado, comida y bebidas al paso, menaje doméstico, entre otros productos, eran
vendidos bajo el fondo musical de discos de 45 revoluciones con los temas folklóricos de moda. Eran los inicios del
comercio ambulatorio, que década más tarde, llegarían virtualmente a tomar por entero el centro de la capital.
Todas estas transformaciones: la extensión de la educación secundaria y superior, la migración a las ciudades y la
“nacionalización” de la cultura y la música vernacular, dieron paso a la aparición de un nuevo personaje social: el
mestizo ilustrado. Hombres provenientes del mundo campesino, cuyos padres jamás se acercaron a un periódico,
eran ahora “normalistas” (profesores secundarios), dirigían publicaciones locales, o habían adquirido profesiones
como la de abogado o ingeniero. La sociología llamó a este fenómeno “cholificación”; una forma de incorporación
de la población campesina a la comunidad nacional. El “cholo” era el antiguo indígena, que gracias a su educación
y al esfuerzo personal, había ascendido socialmente y logrado una integración, por lo menos parcial, a la sociedad
urbana. En ella sus roles fueron generalmente subalternos y padeció de formas más sutiles de racismo y
discriminación.
La “cholificación”, un término creado por Aníbal Quijano, comenzó a cuestionar los roles sociales adscritos a las
razas, del tipo: blanco = profesional o propietario; mestizo = artesano, pequeño comerciante u obrero; indígena =
campesino analfabeto o sirviente doméstico. Pero en los años cincuenta la sociedad peruana - sobre todo en el
interior - era aún lo bastante rígida y jerarquizada como para merecer ser descrita como un orden social de
“castas”, como lo hizo el sociólogo francés Francois Bourricaud en su monografía acerca de Puno, ciudad que visitó
y estudió en 1953.
Pract iquemos
3. ¿Por qué Odría es considerado como el Presidente del Perú que en el siglo XX más obras realizó para la
Educación?
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4. ¿Por qué fue decisiva la participación del APRA en las elecciones de 1956?
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TAREA DOMICILIARIA
1. ¿De qué manera favoreció la coyuntura de la guerra de Corea en la economía del Perú?
3. ¿Podría decirse que el gobierno de Manuel Odría (1950-1956) fue verdaderamente constitucional? ¿Por qué?
4. ¿Qué modelo económico adoptó el gobierno de Odría y cuáles son sus principales características?.
REPASO I
I. INTRODUCCIÓN
Durante este bimestre hemos estudiado la evolución histórica de nuestra sociedad entre 1899-1956. Durante
este periodo se produjeron importantes cambios -políticos, económicos, sociales y culturales- que hicieron
cambiar el rumbo de nuestro país. Además de lo estudiado durante el bimestre, podemos señalar tres
características principales que distinguen dicho período:
• En el aspecto político, el sistema democrático intenta consolidarse y ampliarse (derecho al voto para las
mujeres, surgimiento de nuevos partidos políticos, participación mayoritaria de los sectores populares, etc.);
sin embargo, los “Golpes de Estado” encabezados por los militares -Sánchez Cerro y Odría- alteraron el
orden jurídico político establecido. Si a ello sumamos el “Oncenio” de Leguía (gobierno civil pero autoritario)
son aproximadamente 30 años de gobiernos con poco respeto por la institucionalidad democrática del país y
de los derechos civiles de la ciudadanía.
• En el aspecto social, el cambio fundamental para nuestra sociedad se produjo, especialmente, a partir de la
década de 1940 con el aumento de la población y las migraciones del campo a la ciudad. La crisis de la
agricultura, la explosión demográfica y el centralismo que beneficia Lima, fueron decisivos en la decisión de
miles de personas para abandonar sus tierras y trasladarse rumbo a la capital.
LECTURA
«Hasta la década de 1950 en el Perú en lo social coexistían firmemente separados un mundo identificado con la
matriz cultural hispano europeo norteamericana, y otro de raigambre andina y amazónica tradicional. La cultura
criolla era presentada como el paradigma de la cultura nacional» y el vals y la marinera eran proclamados la
«música nacional». La imagen del puente y la alameda asociaron el criollismo, que en tanto fenómeno cultural
tuvo orígenes plebeyos con la imagen aristocrática de la Lima colonial. Criollismo era sinónimo de tradición y ésta
de hispanismo. Musicalmente junto con los géneros criollos, donde lo negro tampoco tenía mayor peso tenían una
importante presencia el bolero romántico y la música tropical. A pesar de que la Iglesia condenó al mambo por
inmoral y excomulgó a sus bailarines en la década de 1950 éste logró imponerse, así como la guaracha, el cha-
cha-cha y géneros tropicales como el merengue y otros de éxito más coyuntural como el dengue del creador del
mambo Dámaso Pérez Prado.
A nivel juvenil desde mediados de la década de 1950 fueron ganando terreno los géneros asociados a la matriz del
rock anglosajón, alcanzando su mayor fuerza en la década de 1960 con la invasión de Los Beatles, Los Rolling
Stones, Jimi Hendrix y el movimiento contracultural que surgió en Estados Unidos asociado a la resistencia contra
la guerra de Vietnam y la lucha por los derechos civiles. En el país y en particular en Lima, surgieron grupos
rockeros nacionales, la denominada «Nueva Ola», con grupos como Los Doltons, Los Belkings, Los Silvertons, Los
Steivos, Traffic Sound, Los Shains, We All Together, Los Saicos, etc. así como cantantes de éxito como Gustavo
«Hit» Moreno, Pepe Miranda, César Altamirano y otros. El fenómeno no fue exclusivamente limeño aunque era en
Lima donde estaba la mayor cantidad de conjuntos: algunos grupos surgieron en la sierra de influencia más bien
local, como Los Siderales de Ayacucho, Los Speaders de Jauja y Los Datsuns de Huancayo.
La música andina tradicional era simplemente desconocida en la costa vista a lo más como algo exótico, cuando
no despreciada y marginada. Fue recién a comienzos de la década de 1950 que el "Jilguero del Huascarán" logró
grabar un disco gracias al padrinazgo de José María Arguedas. Para la sorpresa de los empresarios disqueros
existía un gran mercado para la música folklórica. Los migrantes serranos en la capital cultivaban la música de sus
pueblos de origen en las fiestas de los clubes de migrantes y después en los coliseos folklóricos. La grabación de
discos primero y la radio a transistores después permitieron la constitución de un vigoroso mercado de música
folklórico en la que destacaron, entre muchos grandes intérpretes, Ernesto Sánchez Fajardo el ya citado Jilguero
del Huascarán y la Pastorita Huaracina. Para la industria discográfica este fue un hecho afortunado. Los mayores
ingresos de las disqueras estuvieron asociados al consumo de la música andina y ésta se abrió paso a pesar de la
hostilidad del mundo criollo gracias al enorme peso de los migrantes serranos. Un estudio realizado por José María
Arguedas en base al catálogo de una tienda de discos en Chosica mostró que a fines de la década de 1960 la
mayor parte de discos que se vendía era de música del valle del Mantaro en la región central y a cierta distancia
del callejón de Huaylas, Ancash.
En la década de 1950 se configuraron los elementos fundamentales que caracterizarían la dinámica social de la
siguiente media centuria. Se iniciaron las grandes migraciones del campo a la ciudad y de la sierra a la costa
especialmente hacia Lima, y así entraron en contacto las diversas tradiciones culturales del Perú. Avanzó el
desarrollo capitalista sin que se reestructurara la gran propiedad en el campo el agro entró en decadencia mientras
se expandía la industria y el comercio la clase terrateniente perdió poder quedando finalmente incapacitada para
defender sus intereses cuando Velasco Alvarado, conduciendo a las fuerzas armadas decretó la reforma agraria.
Las reformas del gobierno militar pusieron el grueso de las actividades productivas bajo el control del Estado a
través de las nacionalizaciones, pero no lograron cambiar al país e iniciar la ansiada integración.
El Estado que no pudo reformarse desde la esfera de la política fue finalmente desbordado por los cambios que
se operaban desde la sociedad. Su papel como redistribuidor, importante desde la época de Odría -
particularmente gracias a la bonanza producida por la demanda de la guerra de Corea y la expansión de la
explotación de minerales estratégicos- fue puesto en cuestión particularmente cuando la crisis económica iniciada
en 1974 debilitó su capacidad de intervención y control generando un vacío de poder que fue llenado por la
actividad creativa y emprendedora de los sectores populares que desbordaron la institucionalidad por la
incapacidad del Estado. Este desborde popular definió el nuevo rostro del Perú.
Pract iquemos
3. ¿Qué importancia tuvieron para la vida política del país el APRA, el Partido Comunista y los sindicatos de
trabajadores?
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5. ¿Cuál es la importancia de las migraciones para la vida social, económica y cultural del país?
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TAREA DOMICILIARIA
INVESTIGA:
* ¿Qué fueron y por qué se produjeron las migraciones del campo a la ciudad?
EL PERÚ ENTRE 1956 Y 1968:
PERÍODO DEMOCRÁTICO
I. INTRODUCCIÓN
En 1956, el Perú culminaba un largo periodo autoritario y represivo liderado por el general Odría. Con la
elección de Manuel Prado Ugarteche se inicia una nueva fase democrática que concluirá, nuevamente, en un
«Golpe de Estado» sucedido en octubre de 1968 contra el gobierno de Fernando Belaúnde Terry. Este periodo
democrático significó una etapa de libertades políticas que puso fin a las persecuciones que realizaba el
gobierno militar, y el intento de un desarrollo industrial a partir de la sustitución de importaciones. El gobierno
de Belaúnde Terry representó un momento de renovación en el escenario político peruano pues llegó al poder
con un ambicioso proyecto de reformas que el país necesitaba urgentemente; sin embargo, la oposición en el
Congreso y la crisis económica, hicieron naufragar dicho régimen que concluyó envuelto en el escándalo por el
acuerdo firmado con la empresa petrolera norteamericana I.P.C. El epílogo del intento reformista fue la
destitución violenta del presidente Belaúnde por el general Velasco Alvarado.
Cuando Prado tomó el poder, inmediatamente derogó la Ley de Seguridad Interior, hecho
que causó algarabía en los apristas y socialistas. Se terminaba así los tiempos de miedo y
represión de la dictadura odriísta.
2. LA ECONOMÍA Y EL LIBERALISMO
La economía buscó fomentar el Liberalismo, ello se acentuó con la llegada al Ministerio de Hacienda de
Pedro Beltrán, dicho ministro tuvo como objetivo eliminar todo tipo de medidas proteccionistas y fomentar el
desarrollo de las leyes del mercado. Sin embargo, poco después, ante la inminente crisis económica el
Gobierno volvió a tomar medidas proteccionistas.
La economía giraba en torno a la minería, bajo el control de los capitales extranjeros, y la agricultura de
agro-exportación en manos de la oligarquía. Un sector que se desarrolló durante estos años fue el de la
pesca industrial. El Perú se convirtió en un gran exportador de harina de pescado. Este sector estuvo
controlado por capitalistas peruanos, entre quienes destacó el tacneño Luis Banchero Rossi.
3. EL PROCESO DE “CHOLIFICACIÓN”
Los migrantes indígenas que llegaron a las ciudades, especialmente Lima, para lograr su inserción al mundo
urbano criollo de la capital tuvieron que asumir algunos patrones de la cultura occidental criolla (idioma,
vestimenta, educación, etc.) y se asimilaron a la sociedad urbana, pero cabe destacar que estas personas
seguían manteniendo sus patrones culturales andinos “hacia adentro” (sus hogares o círculos de amigos de
su pueblo) generándose un mestizaje cultural. A este nuevo personaje que surgía principalmente entre los
sectores populares de la ciudad capital, la literatura sociológica lo denominó “cholo”.
Esto provocó la reacción norteamericana que presionó a los países en la O.E.A. para condenar el régimen
castrista y someterlo a un bloqueo comercial y diplomático. A pesar de la digna actitud del canciller peruano
Raúl Porras Barrenechea, que rechazó la imposición estadounidense, el gobierno de Prado Ugarteche se
alineó con los intereses del gobierno norteamericano.
5. ELECCIONES Y “GOLPE INSTITUCIONAL”
Al acercarse el final de su gobierno, Prado convocó a elecciones. Durante el proceso electoral de 1962
ninguno de los candidatos obtuvo la mayoría solicitada por la Constitución para ser Presidente. El que
obtuvo la primera votación fue Víctor Raúl Haya de la Torre; en segundo lugar se ubicó Belaúnde Terry; y en
el tercer puesto el expresidente Odría. Entre los candidatos mencionados el Congreso debía de elegir al
nuevo Presidente, ante el temor que odriístas y apristas pactaran una alianza, el Comando Conjunto de las
Fuerzas Armadas se pronunció a través de un Golpe de Estado encabezado por el general Ricardo Pérez
Godoy.
6. OTROS ACONTECIMIENTOS
• Se promulgó la “ley de barriadas” que legalizaba las ocupaciones de los territorios realizada hasta ese
momento.
• Desarrollo de la siderúrgica de Chimbote.
• El destacado historiador Jorge Basadre colaboró con el Gobierno.
• Creación del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
• Ecuador se niega a culminar con los acuerdos establecidos en el Protocolo de Río de Janeiro.
Este fue un Gobierno breve que preparó las condiciones para un nuevo proceso electoral. Inicialmente el
Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas fue encabezado por Ricardo Perez Godoy; pero luego fue
reemplazado por Nicolás Lindley. Veamos los acontecimientos más importantes:
ELECCIÓN DE BELAÚNDE
La Junta Militar, dirigida por Nicolás Lindley, convocó a elecciones en 1963. Esta vez el vencedor fue Fernando
Belaúnde Terry, con más del tercio de votos requeridos por la Constitución; sin embargo, en las elecciones para
el Congreso no alcanzó la mayoría. Los apristas y odriístas se unieron y formaron una alianza denominada «la
coalición del pueblo».
1. ASPECTO POLÍTICO
Durante este gobierno, por la falta de mayoría en el Legislativo, se produjo el
enfrentamiento entre el Ejecutivo, controlado por Acción Popular (aliado al Partido
Demócrata Cristiano) y el Congreso, dominado por la alianza APRA-Unión Nacional
Odriísta. Esta situación no se pudo salvar y generó constantes pugnas políticas. La
consecuencia inmediata fue que muchas iniciativas del gobierno de Belaúnde eran
rechazadas o modificadas; además noventa y tres ministros fueron censurados muchas
veces.
3. ASPECTO ECONÓMICO
Durante los primeros años del gobierno de Belaúnde se incrementó el déficit en la balanza comercial, se
redujo la inversión extranjera y se gastaron las divisas; esto generó la crisis de 1967, ante la cual el
Gobierno trató de aplicar un ajuste ortodoxo, el mismo que causó profundo descontento entre las clases
populares. El proceso de reforma agraria fue lento pues no expropió más de un millón de hectáreas; esto
generó conflictos políticos y sociales.
4. EL COLAPSO DEL RÉGIMEN
El comienzo del fin del régimen se produjo cuando el Estado Peruano y la International Petroleum Company
(IPC), firmaron el Acta de Talara. Los yacimientos de la Brea y Pariñas pasaban a manos de la Empresa
Petrolera Fiscal (EPF) del Estado. En un primer momento el acuerdo fue recibido con beneplácito, sin
embargo al darse una serie de concesiones que favorecían a la IPC (la propiedad de la refinería de Talara, el
monopolio de la gasolina, etc.) las protestas se hicieron sentir.
En medio del descontento estalló un escándalo por la pérdida de “la página once” del Acta de Talara,
documento firmado entre la IPC y la EPF. Allí se estipulaba el precio de venta del crudo a la IPC y algunas
ventajas adicionales para la empresa extranjera. El incidente hizo tambalear al régimen y fue aprovechado
por un grupo de oficiales nacionalistas que el 3 de octubre de 1968 tomaron Palacio de Gobierno dirigidos
por el general Juan Velasco Alvarado. Era un nuevo Golpe de Estado.
5. OTROS ACONTECIMIENTOS
LECTURA
LAS GUERRILLAS DE LOS AÑOS 60
C uando la población estudiantil eclosionaba en la década de 1960 y las frustraciones de los universitarios
crecían,
el éxito repentino e inesperado de la Revolución Cubana, así como la fragmentación del comunismo
internacional, captaron rápidamente su atención e imaginación. Estos sucesos quebraron también a la vieja
izquierda, que comenzó a dividirse en una serie de nuevos partidos revolucionarios que abrazaban diversas
ideologías y programas, desde el maoísmo al castrismo. Por ejemplo, tras la ruptura chino - soviética, el Partido
Comunista del Perú (PCP) se dividió y la mayor parte de su ala joven abandonó la égida de Moscú para formar el
PCP Bandera Roja, de orientación maoísta. Bandera Roja volvió a dividirse, formando el grueso de sus integrantes
el PCP Patria Roja, en tanto que quienes permanecieron en él se aliaron con los comunistas albaneses. Por último,
un tercer grupo, situado en Ayacucho, formó el PCP Sendero Luminoso que abrazaba una versión fundamentalista
del maoísmo.
Entretanto, el ala izquierda del APRA, frustrada por el giro de Haya hacia la derecha e inspirada por la Revolución
Cubana, rompió con el partido en 1960 y formó el APRA rebelde, que posteriormente se convirtió en el Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR). Su líder era Luis de la Puente Uceda, el hijo de un hacendado trujillano y un
pariente lejano de Haya de la Torre, que había sido un miembro militante y dinámico del movimiento de las
Juventudes Apristas. De la Puente viajó a La Habana poco después de que Castro llegara al poder en 1959 para
asistir a una conferencia y según Manrique (1995; 305), allí conoció a Hilda Gadea, una ex-dirigente de las
juventudes apristas que se había casado con el Che Guevara. A su regreso al Perú, se graduó en Derecho en la
Universidad de Trujillo, con una tesis titulada La Reforma del Agro Peruano (1966).
Pronto, él y sus camaradas del MIR estaban listos para emprender un movimiento guerrillero mediante el cual
probarían la teoría insurreccional del foco, desarrollada a partir de la experiencia de Castro en la Sierra Maestra.
Este planteamiento, expuesto en 1960 por el Che Guevara, contradecía la ortodoxia comunista largo tiempo
defendida, afirmando que «no siempre es necesario esperar hasta que existan todas las condiciones para la
revolución; el foco insurreccional puede crearlas» (citado en Gott 1971: 381); esto es, una pequeña vanguardia
guerrillera puede ganarse el respaldo de los campesinos en un área aislada y desde allí iniciar una guerra
revolucionaria exitosa.
En 1965, De la Puente y el MIR establecieron su cuartel general en la meseta de Mesa Pelada, en la cordillera
oriental de los Andes, cerca del Cusco y no lejos de La Convención, uniéndoseles otros jefes guerrilleros para
planear las operaciones conjuntas de otros dos grupos, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), fundado por
Héctor Béjar y con vínculos con el PCP, y Túpac Amaru, una facción del MIR dirigida por Guillermo Lobatón. Dos
años antes, el ELN había enviado un pequeño grupo de jóvenes intelectuales que retornaban a Cuba para que
ayudaran a Hugo Blanco en La Convención. El destacamento incluía a Javier Heraud, un poeta laureado de
veintiún años de edad, proveniente de una familia limeña de clase alta. Cruzando la frontera desde Bolivia, el
puñado de aspirantes a revolucionarios arribó el 15 de mayo a Puerto Maldonado, en Madre de Dios, pero fueron
detectados rápidamente por las autoridades y arrestados. Heraud y un compañero lograron huir, pero fueron
capturados y muertos al día siguiente por una cuadrilla de policías y terratenientes locales.
Desafortunadamente para los «foquistas» peruanos de Mesa Pelada, las fuerzas armadas peruanas estaban
más que preparadas para hacer frente al inminente desafío guerrillero. Las tácticas de contrainsurgencia no eran
nada nuevo para el Ejército y se remontaban a la influencia de las misiones de entrenamiento francesas anteriores
a la Segunda Guerra Mundial, que prepararon a los oficiales a partir de sus propias experiencias coloniales. Las
Fuerzas Armadas aprovecharon esa preparación cuando reaccionaron rápidamente a la victoria guerrillera de
Castro en 1959. Además del entrenamiento antisubversivo desarrollado en la Escuela Superior de Guerra y en el
Centro de Altos Estudios Militares (CAEM), se envió a oficiales a la Escuela de las Américas de los EE.UU. en la
zona del Canal de Panamá, así como al Army Special Warfare Center and School (Centro y Escuela del Ejército de
Guerra Especial) en Fort Bragg, Carolina del Norte. De hecho, entre 1949 y 1964; 805 oficiales peruanos fueron
preparados en la Escuela de las Américas que, después de 1960, se orientó cada vez a las tácticas de
contrainsurgencia. Según Masterson (1991 : 212), a comienzos de la década de 1960, existía dentro del Ejército
una unidad de contrainsurgencia plenamente equipada y lista para responder al brote guerrillero dirigido por De la
Puente.
Así, cuando las guerrillas efectuaron su primera acción en junio de 1965, las fuerzas armadas reaccionaron rápida
y eficazmente al reto. En seis meses, los tres focos guerrilleros habían sido derrotados en una masiva campaña
que costó la vida no sólo a De la Puente y a Lobatón, sino también a más de ocho mil campesinos indios, víctimas
de estos enfrentamientos. La derrota de la insurgencia tuvo tanto que ver con las severas debilidades de las
guerrillas, como con la capacidad contrainsurgente de las Fuerzas Armadas.
Pract iquemos
5. ¿A qué sector social representaba el partido Acción Popular en la década del 60?
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TAREA DOMICILIARIA
INVESTIGA
Los generales nacionalistas plantearon que la erradicación de los “enclaves imperialistas” y el desarrollo
industrial autónomo eran la solución. Según el historiador Peter Klaren, para alcanzar estos objetivos
desarrollistas fundamentalmente populistas, el nuevo gobierno militar pedía que se estableciera una solidaridad
social y la armonía entre las clases sociales bajo la tutela del Estado.
2. EL CAPITALISMO DE ESTADO
El proyecto militar durante “El Plan Inca” buscó combinar la
acumulación del capital estatal con el privado para mejorar la
redistribución de la riqueza. Mediante el Capitalismo de Estado el Velasco: “Esto no es un golpe más, es una revolución”
Gobierno tomó el control de las industrias estratégicas (la
expropiación de los yacimientos petroleros de La Brea y Pariñas a la IPC, por ejemplo) mediante las
estatizaciones; sin embargo se mantuvo las puertas abiertas al capital
externo.
Con el objetivo de mantener el nivel de producción, el Gobierno creó las Cooperativas Agrarias de
Producción Social (CAPS) y las Sociedades Agrarias de Interés Social (SAIS) asesorados por técnicos y
funcionarios estatales.
Los inscritos en el SINAMOS eran movilizados por el Gobierno en las gigantescas manifestaciones que
aclamaban al Presidente cuando anunciaba públicamente alguna medida de la «revolución».
6. POLÍTICA INTERNACIONAL
Con el lema: «Ni capitalista, ni comunista», el régimen «velasquista» planteó
cierta autonomía con respecto a la órbita de los imperialismos norteamericano y
soviético. En este sentido, apoyó la iniciativa de los líderes «tercermundistas»
para impulsar el movimiento de los países No Alineados.
Sin embargo, fue notorio el acercamiento comercial, técnico y diplomático con los
países socialistas como URSS, Cuba, Hungría y el breve gobierno de Salvador
Allende en Chile.
A nivel regional el Perú integró el Pacto Andino y cuando Augusto Pinochet inició
su dictadura en Chile luego de destituir a Salvador Allende, el Perú tuvo fuertes
tensiones que avizoraban un posible conflicto bélico con el vecino del sur.
8. OTROS ACONTECIMIENTOS
• El 31 de mayo de 1970 se produjo un terremoto.
• Estableció el «Día del Campesino».
• Electrificación e instalación en los «Pueblos jóvenes».
• Reforma Educativa: Ley General de Educación.
• Establece el quechua como lengua oficial.
• Se conmemoraron 150 años (1971) de la Independencia.
• Asesinato del comerciante pesquero Luis Banchero Rossi (1972).
LECTURA
LA REVOLUCIÓN “MILITAR” DE 1968
L a razón por la cual las Fuerzas Armadas decidieron tomar el poder en este momento es una cuestión intrigante.
Ellas ciertamente habían mostrado, desde la década de 1930, una abierta hostilidad a las ambiciones
populistas del a menudo violento Partido Aprista y su jefe, Haya de la Torre. Esta oposición coincidió con la fobia
de la oligarquía al APRA, que constituyó la base de la alianza entre ella y los militares. Desde entonces, el cuerpo
de oficiales predominantemente conservador había vetado con regularidad los esfuerzos concertados del APRA por
llegar al poder. Sin embargo, más de tres décadas después, un cuerpo de oficiales más liberal, cuyo origen social
se ubicaba en los ascendentes sectores medio y medio bajo antes que en la elite, había revertido sus razones para
oponerse a Haya y al APRA, que también había vivido una metamorfosis ideológica y política, aliándose, desde la
convivencia de 1956, con la vieja oligarquía y con el capital extranjero.
En consecuencia, muchos jóvenes oficiales progresistas vieron al APRA como el obstáculo más importante que
bloqueaba las reformas estructurales que ellos pensaban eran necesarias para modernizar el país y detener el
peligroso avance de la izquierda radical. De modo que a partir de la década de 1960, el Ejército, junto con
muchos profesionales de clase media, sectores de la Iglesia y otros, respaldaron la estrella política en ascenso de
Bealúnde, el reformista auto-proclamado, cuyo llamado al nacionalismo y su visión tecnocrática de la
modernización era compartido por muchos oficiales. Cuando Belaúnde no solamente no cumplió con las reformas
prometidas sino que además se vio manchado por el escándalo, el cuerpo de oficiales - cada vez más seguro de
que ellos tenían la voluntad, la responsabilidad cívica y los conocimientos necesarios para llevar a cabo la
transformación del país- intervino para deponer su régimen e instituir un cambio radical.
Es más, la división y el descrédito de Acción Popular, y el reducido tamaño del PDC, daban toda la ventaja al
APRA y Haya para vencer en las elecciones presidenciales programadas para comienzos de 1969. Aunque Haya era
ahora un político anciano cada vez más conservador, seguía encabezando el partido mejor organizado y
disciplinado del país. De modo que el veto militar fue aplicado nuevamente contra su enemigo histórico, esta vez
por razones distintas. En este contexto, el fiasco de la IPC no solamente planteó una preocupación auténticamente
nacionalista, sino que además simplemente constituyó el pretexto necesario que el GRFA requería para justificar su
toma del poder.
KLAREN, Peter
Nación y Sociedad en la Historia del Perú (I.E.P. Lima, 2004)
Pract iquemos
6. ¿Qué relaciones mantuvo el Perú con la URSS durante la década del 70?
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TAREA DOMICILIARIA
6. ¿Qué relaciones mantuvo el Perú con la URSS durante la década del 70?
II. LA REESTRUCTURACIÓN
El nuevo Gobierno, autodenominado «Segunda fase», estuvo determinado por una tendencia moderada,
reformista y tecnócrata, la misma que fue plasmada en el «Plan Túpac Amaru». Los militares que acompañaron
a Morales Bermúdez pensaban que todo se solucionaría a través de medios técnicos; de igual manera sostenían
que las reformas ya habían llegado a su límite. A partir de este momento comienza nuevamente el auge del
capital privado nacional y extranjero en nuestra economía.
La «Segunda fase» se inició en medio de una severa crisis económica. Ésta se desencadenó como ya hemos
visto hacia el final del gobierno de Velasco. La recuperación de los salarios reales y la ampliación del mercado
interno en virtud de las reformas de la propiedad, llevaron a una mayor demanda de alimentos y bienes de
consumo. La agricultura, bajo el sacudón de la reforma agraria, no pudo responder a esa mayor demanda y
hubo de procederse a la importación de alimentos. La industria, por otro lado, era muy dependiente de la
maquinaria e insumos importados, por lo que la presión sobre las divisas
se tornó agobiante. El sector exportador había perdido dinamismo por las
estatizaciones y la ausencia de inversión privada y extranjera. (Contreras
y Cueto).
gradual de los subsidios, el congelamiento de los salarios; así como un encabezó el movimiento que derrocó a Velasco
drástico recorte del gasto público. La crisis se agravó por la caída de nuestras exportaciones y de los precios
internacionales de la materia prima.
El 19 de julio de 1977 el país se vio remecido por un masivo paro nacional de trabajadores, el más contundente
del siglo XX. El éxito de la medida de lucha se expresó en la inmediata reacción del Gobierno. Francisco Morales
Bermúdez, en su mensaje a la Nación por Fiestas Patrias, anunció un cronograma para la realización de
elecciones constituyentes y presidenciales; es decir, se acercaba la transferencia del poder hacia los civiles y los
generales se replegarían a los cuarteles.
El presidente que dirigió esta Asamblea Constituyente fue Víctor Raúl Haya de la
Torre, quien ya tenía ochenta y tres años de edad. La nueva Carta Magna fue
culminada en 1979. Entre sus principales reformas planteó: un periodo presidencial
de cinco años, el derecho al sufragio universal, la ciudadanía a los 18 años de edad y
la creación del Tribunal de Garantías Constitucionales. Además, se incorporaron los
derechos sociales conseguidos en el «Septenato» y se restringió el papel de las
FF.AA. en la vida política nacional.
En las elecciones de 1980 los principales candidatos fueron: Luis Bedoya Reyes
(PPC), Armando Villanueva del Campo ( Partido Aprista) y Fernando Belaúnde Terry El 18 de junio de 1978 el gobierno
(AP). El triunfo fue para Belaúnde, quien asumió el mando político del país el 28 de militar convoca a elecciones para
una Asamblea Constituyente,
julio de 1980, el mismo día que entró en vigencia la nueva Constitución Política del presidida por Haya de la Torre, que
Perú. elaboraría la Constitución Política de
1979
Un día antes de las elecciones ganadas por Belaúnde Terry realizó su primera acción pública, en la localidad de
Chuschi (Ayacucho), contra el Estado peruano el movimiento subversivo «Sendero Luminoso». De este modo
comenzaba una guerra interna que enfrentó nuestro país durante dos décadas con consecuencias terribles para
la sociedad civil.
ACONTECIMIENTOS :
LECTURA
MORALES BERMÚDEZ Y LA SEGUNDA FASE
1975-1980
A unque no fue inmediatamente evidente, el golpe efectuado por el general Morales Bermúdez deponiendo a
Velasco en agosto de 1975, inició una fase más conservadora del gobierno militar. Aunque posteriormente ella
fuera calificada por un prominente General progresista como «contrarrevolución», también puede considerarse
como un cambio de rumbo del régimen, ahora conocido como la Segunda Fase para distinguirla de la Primera,
bajo Velasco. A pesar de que al inicio manifestó su intención de conservar la revolución en la misma dirección, sin
«desviaciones ni personalismo», Morales Bermúdez intentó mantener un curso medio entre lo progresista
«velasquista» de izquierda y los generales de derecha, que mostraban tendencias autoritarias similares a las de los
regímenes militares de las vecinas Bolivia (Bánzer) y Chile (Pinochet). A diferencia de Velasco, el nuevo Jefe de
Estado buscó remozar el papel decisorio de la Junta, restando, al mismo tiempo, importancia a su propia posición
para así incrementar las consultas entre las armas y armonizar los puntos de vista contrapuestos dentro de las
Fuerzas Armadas.
Presionado por los Estados Unidos y por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la política económica,
Morales Bermúdez, el ex Ministro de Hacienda fiscalmente conservador, comenzó a instituir medidas tendentes a la
liberalización, esto es, a reducir el papel del Estado y al mismo tiempo a incrementar el de la economía de
mercado. Hacer esto conllevaba a un esfuerzo inicial para lograr que las empresas públicas fuesen más rentables
y tomar medidas de austeridad para reducir el creciente déficit presupuestario, haciendo así frente al problema de
pagar la deuda externa que ahora era de $ 4 000 millones, y fomentar una mayor inversión extranjera y privada.
El nuevo Gobierno pidió a los trabajadores y al público en general que aceptara sacrificios tales como la reducción
de los subsidios estatales y del gasto social, necesarios, según planteaba, por el inicio de una recesión global.
Morales Bermúdez sostuvo, asímismo, que una mayor austeridad era necesaria para «consolidar la revolución».
La liberación fue extendida cautelosamente al ámbito político, a través de una apertura a los partidos
tradicionales que Velasco había evitado. Morales Bermúdez avanzó significativamente en este sentido durante un
viaje a Trujillo entre abril y mayo de 1976. Dejando de lado el hecho de que su padre había sido muerto por
apristas en 1939, el Presidente cruzó la gran divisoria histórica entre las Fuerzas Armadas y el APRA, ofreciéndole
la rama de olivo de la reconciliación. Sin embargo, el precio que Haya de la Torre puso al inicio de este diálogo con
el Gobierno fue insistir en la convocatoria a elecciones y el retorno del país al gobierno democrático y
constitucional.
Pract iquemos
2. Menciona y explica dos diferencias entre los gobiernos de Velasco y Morales Bermúdez
a. _____________________________________________________________________________________
b. _____________________________________________________________________________________
3. ¿Cuál fue la situación económica del Perú durante la “Segunda fase” del gobierno militar?
_______________________________________________________________________________________
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_______________________________________________________________________________________
6. Redacta una reseña sobre el gran paro general del 19 de julio de 1977.
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7. Menciona las principales obras del gobierno de Morales Bermúdez.
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TAREA DOMICILIARIA
2. Menciona y explica dos diferencias entre los gobiernos de Velasco Alvarado y Morales Bermúdez.
3. ¿Cuál fue la situación económica del Perú durante la «Segunda fase» del gobierno militar?
4. Explica las características del plan Túpac Amaru y realiza un breve comentario.
6. Redacta una reseña sobre el gran paro general del 19 de julio de 1977 e indica por qué se dio.
1. INTRODUCCIÓN
Fernando Belaúnde Terry asumió por segunda vez la presidencia del Perú en el año 1980, luego de obtener
relativamente una cómoda victoria en las elecciones presidenciales de mayo de aquel año, sobre sus más
importantes contendientes: Armando Villanueva (APRA) y Luis Bedoya (PPC). De esta manera, con la llegada
de Belaúnde al poder, llegaba a su fin el controvertido Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, el
cual, paradójicamente tomó el poder tras derrocar a Belaúnde en 1968. Sin embargo, el Perú de 1980 ya no
era el mismo país que Belaúnde dejó en 1968; el rostro del país había cambiado muchísimo tras los doce
años de régimen militar en los cuales se habían producido importantes cambios económicos, políticos y
sociales.
2. ASPECTO POLÍTICO
En 1980 Acción Popular, al igual que en 1963 no logró conseguir consolidar
su triunfo presidencial con la obtención de la mayoría en el Congreso. Esto
obligó a los acciopopulistas a buscar por todos los medios no repetir la
misma historia que en 1963 – cuando la coalición APRA UNO tomaron el
control del Congreso – y procurar tener control del Parlamento. Los líderes
acciopopulistas lograron pactar una alianza de gobernabilidad con el Partido
Popular Cristiano (PPC) de Luis Bedoya Reyes; y de esta manera se aseguró
la mayoría parlamentaria en las dos cámaras del Congreso. Esta mayoría le
permitió a Belaúnde poder aplicar sin mayores problemas las líneas
maestras de su plan de gobierno, lo cual, además, no le permitiría encubrir
los fracasos de su Gobierno en la falta de apoyo del Congreso. Sin
embargo, el Gobierno tuvo que soportar una dura oposición por parte del
APRA y de los sectores políticos de izquierda, que luego de más de cuarenta
años habían logrado cohesionar una fuerza política seria con la conformación de la Izquierda Unida (IU) bajo
el liderazgo del izquierdista moderado Alfonso Barrantes Lingán.
Una de las principales y más importantes acciones políticas del gobierno de Belaúnde que merecen
reconocimiento es el retorno de los medios de prensa a sus legítimos propietarios, con lo cual la aceptación
del Gobierno aumentó muchísimo. Sin embargo, esa alta popularidad inicial con la cual comenzó el régimen
se fue diluyendo rápidamente debido a los innumerables desaciertos y actos de corrupción en que
incurrieron los militantes de Acción Popular. Esto generó que los movimientos de oposición al Gobierno
comenzaron a ganar mayor aceptación popular; principalmente el APRA y la IU consiguen beneficiarse del
descontento popular lo cual se plasmaría en las elecciones municipales de 1983, en las cuales el APRA logró
ganar la mayoría de las municipalidades del Perú y en las que resultaría elegido como alcalde de Lima el
líder de la IU Alfonso Barrantes Lingán quien se convirtió en el primer Alcalde limeño de tendencia marxista.
3. ASPECTO ECONÓMICO
Desde un comienzo, el régimen del arquitecto Belaúnde intentó desarrollar una política económica de
corte liberal. Para dicho objetivo, formó un equipo económico compuesto por técnicos como Manuel Ulloa
Elías (primer Ministro de Economía), Pedro Pablo Kuczynski, Richard Webb, Carlos Rodríguez Pastor, Juan
Carlos Hurtado Miller, etc. Muchos de ellos habían estudiado y trabajado en Estados Unidos y se
encontraban identificados totalmente con el liberalismo económico. Entre los principales problemas que
tuvo que afrontar el régimen fue el pago de la deuda externa, la crisis agraria, el problema de la
descapitalización y el crecimiento desmedido de la burocracia estatal. Las primeras medidas tomadas por
el régimen en materia económica fueron disminuir la participación del Estado en la vida económica del
país, la reducción del gasto público y sobre todo el fortalecimiento del sector privado y el fomento de las
inversiones extranjeras. Sin embargo, estas medidas no se llevaron a cabo de la manera en que se había
pensado. El sector empresarial se encontraba bastante debilitado luego de los doce años de gobierno
militar; además, no mostraba el entusiasmo esperado frente a las reformas planteadas.
Además del poco éxito de los intentos por reactivar la economía, el régimen tuvo que hacer frente al
Fenómeno del Niño del año 1983 el cual afectó gravemente toda la costa norte del país, con lo cual nuestra
economía se debilitó aún más. Hacia el año 1983, la crisis económica se agudizó aún más, llevando al
Gobierno a adoptar una política de devaluaciones las cuales incidieron en el alza de los precios las cuales a
su vez, provocaron una reducción en el poder adquisitivo de la población. Algunas cifras estimaban que el
sueldo promedio de los trabajadores públicos llegó a estar entre los $30 y $50 mensuales.
La economía paulatinamente se empezó a dolarizar lo cual provocó a su vez a que los bancos tuvieran que
elevar las tasas de intereses a un 120% anual para así proteger el dinero de los ahorristas. Por otro lado, se
inició una abundante emisión inorgánica de billetes.
En materia comercial, se decretó una apertura a las importaciones, lo cual tuvo como resultado la quiebra de
muchas industrias nacionales, las cuales no se encontraban preparadas para competir con los productos
importados. Otra consecuencia de la crisis económica fue la adopción de un nuevo patrón monetario: El Inti
4. ASPECTO SOCIAL
Como efecto de la agobiante crisis económica, empezaron a producirse cada vez mayor cantidad de
reclamos por parte de los trabajadores tanto del sector público como del sector privado. Organizados en
poderosos sindicatos como la CITE (Central Intersectorial de Trabajadores Estatales), FEB (Federación de
Empleados Bancarios), SUTEP (Sindicato Único de Trabajadores de la Educación Peruana), etc. Los
trabajadores generaron un clima de agitación social que en muchos momentos hizo temer por la estabilidad
del régimen. Asimismo cabe destacar que la situación de inestabilidad social se agudizó con el accionar de
los movimientos terroristas Sendero Luminoso y MRTA, los cuales, para 1984, operaban en más de la mitad
del territorio nacional sin que las fuerzas del orden lograsen diseñar una estrategia efectiva para
combatirlos. En una situación inédita el país tuvo que enfrentar las acciones violentas de dos grupos
subversivos a la vez. La guerra interna no solamente generaba problemas sociales; sino que, además,
desestabilizaba la economía nacional al retirarse los capitales privados por el riesgo que implicaba invertir en
un país en dichas condiciones.
5. ASPECTO INTERNACIONAL
Durante este quinquenio el Perú debió afrontar el conflicto armado de la Cordillera del Cóndor con Ecuador
en el verano de 1981. En dicho conflicto, las fuerzas armadas del país del norte habían transpuesto las
fronteras del Perú e instalaron una base militar en nuestro territorio, la cual sería bautizada luego como
«Falso Paquisha». Las Fuerzas Armadas del Perú actuaron con suma energía y lograron expulsar a las
fuerzas invasoras tras un par de semanas de combates. Como ya sabemos, desde los años sesenta, Ecuador
venía sosteniendo la tesis de la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro de 1942, planteamiento que sin
embargo, no lograría prosperar.
7. OTROS ACONTECIMIENTOS
• Creación de FONAVI.
• Construcción de los penales de Canto Grande y San Jorge.
• En 1985 llegó el Papa Juan Pablo II.
• Apoyó a la Argentina en la Guerra de las Malvinas.
El complejo habitacional Santa Rosa “Ciudad Satélite” 1981: Belaúnde izando nuestra bandera en “Falso
formó parte del plan de desarrollo urbano. Paquisha” recuperado por las FF.AA. tras la invasión
ecuatoriana
1. INTRODUCCIÓN
Para 1985 la situación política y económica del país se presentaba bastante difícil.
La popularidad del régimen había caído a niveles nunca antes visto. Apenas un 5%
de la población respaldaba la gestión de Belaúnde. Es en estas circunstancias en que
se llevó a cabo el proceso electoral de ese año. Los candidatos presidenciales con
mayores opciones a ganar las elecciones fueron Alan García Pérez del APRA, Alfonso
Barrantes Lingán de Izquierda Unida, Luis Bedoya Reyes de la Convergencia
Democrática y Javier Alva Orlandini de Acción Popular. De ellos, García y Barrantes
se presentaban como los más firmes aspirantes a suceder en el cargo a Belaúnde.
Ambos candidatos centraron su discurso político en hacer críticas al régimen saliente
sobre todo en los aspectos sociales y económicos.
Los comicios electorales se llevaron a cabo el día 14 de abril de ese año obteniendo
la victoria el candidato Alan García con el 48% de los votos, seguido de Barrantes
con el 25%. A pesar de su triunfo, García no pudo ser proclamado Presidente pues
era necesario que obtuviera el 50% más uno de los votos válidamente emitidos. Por
tal motivo el JNE tuvo que convocar a una segunda vuelta, tal y como lo contemplaba la Constitución Política
de 1979. Sin embargo, ante la renuncia del segundo candidato - Alfonso Barrantes - a presentarse a dicha
segunda vuelta, Alan García fue proclamado como nuevo Presidente del Perú.
Luego de casi sesenta años el APRA lograba acceder a la Presidencia de la República, tenía presencia
mayoritaria en las dos cámaras del Congreso, lo cual le permitiría gobernar sin mayores obstáculos. García
encarnaba las expectativas de la gran mayoría de los peruanos, los cuales veían en el joven presidente al
líder que pudiese sacar al país de la grave crisis en la que se encontraba sumido.
Asimismo, se dio mucho énfasis en fortalecer la banca de fomento. A través de estas instituciones el
Estado canalizó gran cantidad de dinero para reactivar la economía. La banca de fomento prestaba dinero a
interés casi cero con lo cual se esperaba reactivar el aparato productivo del país. Sin embrago, una falta de
control sobre el uso de esos recursos por parte de los beneficiarios ocasionó que gran parte de dichos
fondos fueran malgastados. De esta manera el régimen aprista estaba «quemando» las reservas de divisas
que el país poseía; y lo que más preocupaba era que los organismos financieros internacionales estaban
limitando el acceso de créditos al Perú. Es así que para el segundo semestre de 1986, el Perú fue declarado
inelegible a nuevos créditos internacionales por el FMI, luego adoptarían similar medida el Banco Mundial y
el Banco Interamericano de Desarrollo. De esta manera el país quedaba aislado del sistema financiero
mundial, con lo cual estábamos en los umbrales de una de las más terribles crisis económicas en toda
nuestra historia republicana.
Otra de las muy cuestionadas medidas económicas adoptadas por el régimen aprista fue el establecimiento
del llamado Dólar MUC (Mercado Único de Cambio), con el cual se benefició a un sector importante de
industriales (los llamados «doce apóstoles»), los cuales tendrían acceso a un dólar barato cada vez que
deseasen importar maquinarias y equipos para sus industrias. Con esta medida el Gobierno buscaba
incentivar el crecimiento del aparato productivo del país. Sin embargo, dicho dinero fue empleado de mala
forma por los beneficiarios, lo cual degeneró en una gran corrupción.
Para 1987, el Perú proyectaba la imagen de un país que no cumplía con sus obligaciones internacionales.
Internamente, si bien la inflación no era notable, la diferencia entre el Inti y el Dólar se hacía cada vez
mayor. Es en estas circunstancias que Alan García tomó una medida que marcaría un antes y un después
en su gobierno. En el mensaje presidencial de julio de 1987, el Presidente anunció a todo el país la
Estatización de la banca. Para García, las instituciones crediticias estaban en manos de un pequeño
grupo de familias que restringían el acceso al crédito a las grandes masas. Ante esta medida, los partidos de
derecha reaccionaron lanzando virulentas críticas en contra del Presidente a quien acusaron de haber
descartado esta medida durante la campaña electoral de 1985. El líder de las protestas antiestatización fue
el novelista Mario Vargas Llosa quien fundó el Movimiento Libertad.
Finalmente la medida nunca fue aplicada en la práctica, ya que su aprobación en el Congreso se frustró. Sin
embargo, la imagen del régimen se había deteriorado ostensiblemente. Los sectores empresariales que
habían apoyado al Gobierno, marcaron distancia con el Presidente; inclusive los «doce apóstoles» le
retiraron su apoyo ya que por aquel tiempo las reservas del país se empezaban a agotar y el régimen ya no
contaba con los recursos para continuar brindándoles el dólar MUC.
A partir de 1988, la situación económica del país se empezó a
deteriorar rápidamente. Las reservas del Estado empezaban a acabarse
y habían sido gastadas de manera irresponsable. Ya no se contaba con
el crédito internacional para obtener dinero “fresco” que sostuviera la
economía. El festín de subsidios a los productos de primera necesidad
y a los principales servicios había terminado con el poco dinero que
tenía el país. Para 1988, el Gobierno se vio obligado a recurrir a la vieja
salida de la emisión inorgánica de billetes, tratando de paliar la falta de
circulante. Esto trajo consigo únicamente un crecimiento desmedido
de la inflación a niveles nunca antes vistos en el país. A partir de ese Durante el gobierno de García, el accionar terrorista
año, se inician las llamadas medidas de ajuste o “paquetazos” con los aumentó en las ciudades especialmente en el campo, donde
la ausencia del Estado llevó a sus pobladores a crear las
cuales el Gobierno pretendía sincerar los precios de los artículos de Rondas Campesinas.
primera necesidad, ya que no había más dinero para poder seguir
subsidiándolos. Todo esto trajo consigo el agravamiento aun más de la economía peruana y de la
popularidad del régimen. Surgen nuevamente las “colas” en los mercados y demás centros de abasto para
adquirir en forma racionada, los alimentos de primera necesidad.
Aparte de todos estos grupos políticos citados líneas arriba, aparecían como siempre, los pequeños grupos
políticos liderados por “desconocidos”. Uno de estos pequeños grupos era Cambio 90, liderado por un casi
neófito en política: el ingeniero Alberto Fujimori Fujimori, ex rector de la Universidad Nacional Agraria La
Molina y conductor de un programa televisivo transmitido por la televisión estatal. Hasta febrero de 1990
todo indicaba que Vargas Llosa y Alva Castro pasarían a la segunda vuelta electoral. Sin embargo, el mes de
marzo fue crucial para el desenlace de la campaña electoral; la imagen del desconocido Fujimori empezó a
crecer de manera lenta pero segura. Al principio fue tomado sólo como un hecho anecdótico, se trataba de
un candidato que sólo aspiraba a llegar a alcanzar una curul en el Senado. Sin embargo, todos los analistas
políticos se equivocaron. La candidatura de Fujimori seguía creciendo de forma cada vez más acelerada.
Finalmente el día de la realización de la primera vuelta electoral, Vargas Llosa obtuvo un escuálido triunfo
con apenas un 34% de los votos, segundo quedó Fujimori con el 25% y tercero Alva Castro con 20% de los
sufragios. La sorpresa se había dado, Fujimori había pasado a la segunda vuelta electoral.
La campaña para la segunda vuelta fue previsible, plagada de mutuas acusaciones con el objetivo de
desprestigiar al rival. Finalmente, como se había supuesto, el APRA y los sectores de izquierda apoyaron al
candidato Fujimori quien obtuvo una contundente victoria. De esta manera, un casi desconocido asumía la
presidencia de la República. Con esto quedaba claro que el electorado se había cansado totalmente de los
partidos políticos de siempre y había apostado por alguien totalmente ajeno a las viejas maquinarias
partidarias y a los vicios inherentes de los políticos profesionales. Sin embargo, al cabo de pocos años,
Fujimori y el régimen caerían en los mismos vicios por los cuales el pueblo había rechazado a los que habían
detentado el poder en el último medio siglo en el Perú.
4. OTROS ACONTECIMIENTOS
LECTURA
S endero Luminoso, tras cierto apaciguamiento de sus acciones, inició lo que consideraba su ofensiva final contra
el “Estado Fascista”, llegando a controlar varias regiones del país. Se alió con el narcotráfico en la selva, lo que
le dotó de recursos económicos y logísticos bastante para equiparse de moderno armamento ligero, incrementando
su capacidad de fuego. Los empresarios privados debían pagar cupos para que sus fábricas o camiones no sean
dinamitados; enviaron a sus familias al exterior, a fin de protegerlas de los secuestros que solía cometer el MRTA,
y el oficio de guardaespaldas, agente de seguridad o «huachimán» fue uno de los pocos que creció en el país. La
población económicamente activa podía ser dividida en tres tercios: el que tenía empleo, aquel que buscaba
empleo y aquel que cuidaba a los que tenían empleo. Vastas zonas populares de Lima eran controladas por los
huestes de Sendero, desde donde se organizaban los «ajusticiamientos selectivos» en medio del terror de la
mayoría de la población.
Las Fuerzas Armadas respondían muchas veces con palos de ciego, desencadenando una guerra sucia que
terminó en más de veinte mil muertos. El poder judicial había perdido toda capacidad de juzgar y castigar a los
terroristas, con jueces amedrentados que liberaban a los reos a la primera de bastos. No obstante, un plan que las
Fuerzas Armadas echaron a andar tras muchas dudas y el temor de varios sectores, pero que a la larga se
revelaría eficaz para combatir a Sendero, fue la entrega de rifles de retrocarga a los campesinos para que se
organizasen en «rondas campesinas» de autodefensa, tuteladas por «licenciados» del Ejército, que generalmente
provenían de la misma región serrana. Las «rondas» contuvieron el avance de Sendero en el campo y aislaron a
los rebeldes de lo que habían sido sus bases de apoyo. Los campesinos habían comenzado a oponerse
fuertemente a Sendero, desde que éste se propuso prohibir sus actividades comerciales, a fin de «hambrear a la
ciudad», así como el intento de expulsar a la Iglesia del campo, y a la industria extranjera que trabajan en favor
de la economía local.
Por su parte, el MRTA se había robustecido económicamente sobre la base de secuestros y robos. Sus
militantes eran de extracción más urbana que rural y su ideología más guevarista que maoísta. Pero sus «buenos
modales» pronto se acabaron. Comenzaron a disputar con Sendero Luminoso el dinero del narcotráfico, en un
momento en que en la selva la coca se convertía en uno de los principales cultivos de la agricultura peruana.
La política del Gobierno con respecto al terrorismo oscilaba entre la indolencia y la violencia desenfrenada. Esta
última fue evidente en los lamentables sucesos de junio de 1986 cuando al mismo tiempo que un congreso de la
internacional socialista se desarrollaba en Lima, los presos terroristas de tres cárceles de Lima se amotinaron.
Siguiendo las órdenes del Gobierno las Fuerzas Armadas debelaron a sangre y fuego el motín, llegando -según
varios testimonios fidedignos- al asesinato de terroristas rendidos. En este trágico incidente murieron cerca de 300
personas y a pesar de todo, tanto Sendero como el MRTA, continuaron sus acciones de violencia por diferentes
zonas del país.
1. Abimael Guzmán era profesor de filosofía en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, en 1962.
2. Tres años después viaja a China y al regresar, empieza a difundir la ideología comunista en Ayacucho.
3. A finales de 1975 renuncia a la universidad y forma el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso.
4. Este grupo armado inicia sus acciones criminales en la localidad de Chuschi, el 17 de mayo de 1980.
5. Hasta 1990, la llamada lucha armada se extendió por la mayoría del territorio nacional.
6. En los dos años siguientes, las acciones terroristas se concentraron en Lima.
7. Guzmán es finalmente capturado el 12 de setiembre de 1992 junto con Elena Iparraguirre.
8. Meses antes y después de su captura, también cayeron importantes mandos de Sendero Luminoso.
9. Hacia 1993, Guzmán planteó desde la Base Naval del Callao un acuerdo de paz que finalmente nunca se
produjo.
10.Según cifras de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), Sendero Luminoso causó la muerte de 31.331
personas, lo que representa el 54% de los 69 mil muertos reportados por grupo de trabajo.
El 12 de setiembre de 1992 era capturado el enemigo público número uno de la nación Abimael Guzmán Reynoso (Presidente Gonzalo) líder del Partido
Comunista y el sanguinario Sendero Luminoso, causante de la guerra civil más cruenta de la historia peruana que cobró 31 331 vidas (según CVR) y
millones de dólares en pérdidas materiales. Se iniciaba así la pacificación del país, lo que permitió la reinserción del Perú en la comunidad económica
internacional. Este hecho se considera la acción más importante del primer gobierno de Fujimori.
Pract iquemos
2. Señala a los principales integrantes del equipo económico del segundo gobierno de Belaúnde.
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3. ¿Cuáles fueron los avances en materia de organización que logró la izquierda peruana durante el segundo
gobierno de Belaúnde?
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4. ¿Cuáles fueron las principales equivocaciones del programa económico del gobierno de Alan García?
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TAREA DOMICILIARIA
2. ¿Cuáles fueron las consecuencias para el Perú de las nefastas medidas económicas del gobierno aprista?
3. Tras los resultados de la primera vuelta electoral de 1990, ¿cuál fue la actitud del APRA frente a los dos
candidatos que pasaron a la segunda vuelta?
4. ¿A quién se le considera como el gran organizador de la izquierda peruana en los años ochenta? ¿Por qué?
I. INTRODUCCIÓN
el gobierno aprista de Alan García y el sanguinario avance de la violencia terrorista de Sendero Luminoso y del
MRTA.
I. ASPECTO POLÍTICO
Uno de los principales problemas que tuvo que afrontar Fujimori fue la carencia de un aparato partidario sólido
que respaldase al Gobierno y que lo nutriese de cuadros para ocupar los principales cargos de gobierno.
Cambio 90, el supuesto partido político de Fujimori era sólo un grupo de amigos que se habían organizados
meses antes de las elecciones de 1990 para intentar alcanzar algunas vacantes en el Congreso, pero de
ninguna manera estaba preparado para asumir la responsabilidad de gobernar un país. Además en el Congreso
ninguna de las fuerzas políticas había logrado alcanzar la mayoría, por lo cual el Gobierno no contaría con un
respaldo incondicional del Parlamento como si lo habían tenido Belaúnde y García en la década anterior. Ante
esta situación de falta de soporte partidario, Fujimori busca apoyo de las Fuerzas Armadas gracias a la
mediación del abogado y ex capitán del Ejército, separado por traición a la patria, Vladimiro Lenin Montesinos
Torres, quien había logrado vincularse con personajes de muy alta jerarquía dentro del Servicio de Inteligencia
Nacional (SIN). Montesinos, con muchos contactos en el Ejército, logró ganar para Fujimori el apoyo de los
institutos armados. Gracias a este respaldo, el nuevo régimen fue
superando los primeros meses de incertidumbre y consiguió gradualmente
ir logrando obtener el control del país.
Es así que avalado en la nueva Constitución que permitía la reelección presidencial, Fujimori presentó su
candidatura. En dichos comicios el Presidente derrotó en primera vuelta y sin ningún problema a su principal
competidor Javier Pérez de Cuéllar. Para el segundo quinquenio 1995-2000 los fujimoristas habían logrado
obtener la mayoría en el Congreso con lo cual el país quedó a merced de los afanes totalitarios de Fujimori y su
asesor Vladimiro Montesinos quien poco a poco iba adquiriendo mayor poder, y que además también tenían de
su lado a unas Fuerzas Armadas débiles y corrompidas por una cúpula militar que encabezaba el nefasto
Nicolás De Bari Hermosa Ríos. Para 1996, el régimen con el apoyo de su mayoría parlamentaria consiguió el
cierre del Tribunal Constitucional, lo cual provocó una serie de reacciones de la
sociedad civil. Es también en este quinquenio que empiezan a aparecer las
primeras denuncias sobre violación a los derechos humanos realizada por grupos
para militares ligados al Servicio de Inteligencia Nacional de Vladimiro
Montesinos. Comienzan asimismo, los atentados sistemáticos contra la libertad de
expresión, siendo el caso de la expropiación de Frecuencia Latina el caso más
flagrante y escandaloso.
El 28 de julio de aquel año Fujimori juramentaba por tercera vez al cargo de Presidente del Perú.
Paralelamente, en las calles de Lima se producía la llamada Marcha de los Cuatro Suyos liderada por Alejandro
Toledo, quien acompañado de miles de peruanos rechazaban la ilegal permanencia de Fujimori en el gobierno.
Aquel día se produjeron violentos sucesos en las calles del centro de la capital, los cuales acabaron con cientos
de heridos y detenidos y con el local del Banco de la Nación incendiado por órdenes de Vladimiro Montesinos,
resultando muertos seis vigilantes de dicha entidad bancaria.
Cabe recordar también que las fuerzas fujimoristas no habían logrado alcanzar nuevamente la mayoría en el
Parlamento. Sin embargo consiguieron que muchos congresistas, elegidos por partidos políticos de oposición,
se pasaran a las filas del fujimorismo tras recibir de Montesinos jugosas sumas de dinero, logrando así la tan
ansiada mayoría parlamentaria. De esta manera se acuñaba el término «transfuga» en nuestro vocabulario
político, para señalar a aquellos parlamentarios que cambiaban de movimiento político.
Pero si hay que reconocer a alguien la implementación del modelo neo liberal en el gobierno de Fujimori, ese es
al segundo Ministro de Economía Carlos Boloña con quien el Perú ingresó realmente en la era del libre
mercado. Es también Boloña el impulsor del proceso de las privatizaciones de la mayoría de empresas públicas
en manos del Estado. Así tenemos la privatización de la Compañía Peruana de Teléfonos, Electro Lima,
AeroPerú, Hierro Perú como los ejemplos más exitosos de este proceso. Sin embargo, éste también tuvo su
lado negativo en el despido masivo de empleados de estas empresas estatales quienes, en su mayoría, no
lograron reinsertarse al mercado laboral.
Tras los diez años de gestión, el balance económico de la administración Fujimori fue positivo; la economía
creció, la inflación se detuvo drásticamente, llegaron mayor número de inversiones privadas, se recuperó el
crédito internacional, hubo mucha disciplina en el manejo de los dineros del Estado. Aunque también es
innegable que el empleo no creció en la medida de lo esperado ni el poder adquisitivo de la mayoría de la
población aumentó.
III. ASPECTO INTERNACIONAL
El gobierno de Alberto Fujimori estuvo definitivamente marcado, en el aspecto internacional por los problemas
fronterizos con el Ecuador. Si bien es cierto que en 1942, que con la firma del Protocolo de Río de Janeiro los
límites con el país del norte habían quedado resueltos, en la práctica esto no fue así pues desde los años
sesenta Ecuador había venido defendiendo la tesis de la nulidad del protocolo. En tal contexto, en 1995 estalló
un violento conflicto armado entre ambos países, el más violento desde la guerra de 1941. El teatro de
operaciones fue la región del Alto Cenepa en la Cordillera del Cóndor. Durante un mes las fuerzas armadas
peruanas lucharon por desalojar a las fuerzas ecuatorianas de la zona denominada Tiwinza.
Finalmente los ecuatorianos permanecerían en dicha zona sin que sean derrotados. Tras largas negociaciones
entre las cancillerías de ambos países y con la mediación de los países garantes del protocolo, cesaron los
enfrentamientos y se inició una larga etapa de negociaciones, las cuales acabarían recién en 1998 con la firma
del Acta de Brasilia entre Fujimori y el mandatario ecuatoriano Jamil Mahuad. En dicha acta acordaron que
Ecuador ratificaba las fronteras establecidas por el Protocolo de Río de Janeiro; a cambio el Perú le cedía al
Ecuador un kilómetro cuadrado en la zona de Tiwinza. Este puede considerarse un importante logro del
gobierno fujimorista pues logró poner fin a una serie de problemas con el Ecuador que se remontaban desde el
siglo XIX.
• En las elecciones del 2000, con signos de fraude, Fujimori derrota a Toledo (quien se retira de la Segunda Vuelta).
• La OEA retira a la Misión de Observadores a cargo de Eduardo Stein.
• Toledo convoca a La Marcha de los 4 Suyos para el 28 de julio.
• Fernando Olivera y Luis Ibérico permiten la difusión del video Kouri-Montesinos el 14 de setiembre.
• Fujimori convoca a Elecciones Generales donde no participaría. Además anuncia la desactivación del SIN.
• En plena crisis del régimen, Valentín Paniagua es elegido titular del Congreso en reemplazo de Martha Hildebrant.
• Montesinos viaja en secreto a Panamá el 23 de setiembre.
• Montesinos retorna sorpresivamente el 23 de octubre y huye el 29 en la madrugada hacia las Islas
Galápagos, hecho que se conocería mes y medio después.
• Ollanta Humala se subleva contra Fujimori y la cúpula montesinista en Tacna el 29 de octubre
• Fujimori viaja a la Conferencia del APEC en Brunei, Asia, sin comitiva el 14 de noviembre.
• El 15 de noviembre trasciende la escala hecha en EE.UU., donde descarga más de 20 bultos, además de la
tramitación de asilo político en Malasia.
• Fujimori deja de participar en la Cumbre Latinoamericana de Panamá, confirmándose su presencia en Japón
aduciendo la negociación personal de préstamos para el Perú (16 de noviembre).
• El 19 de noviembre, vía correo electrónico, Fujimori renuncia a la Presidencia de la República.
• El Congreso declara la vacancia presidencial, tras decretar incapacidad moral permanente de Fujimori el 21
de noviembre.
• Valentín Paniagua como Presidente del Congreso, asume la Presidencia de la República el 22 de noviembre.
LECTURA
LA CONSTITUCIÓN DE 1993
E laborada por el Congreso Constituyente Democrático (CCD), cuyo presidente fue el ingeniero Jaime Yoshiyama
Tanaka. La Constitución fue sometida a Referendum Constitucional en el año de 1993, y fue aprobada por
sólo el 51% de la población, mientras que el 49% restante se opuso. Lo novedoso de la Constitución de 1993 con
respecto a la de 1979, es que se introduce la figura del Tribunal Constitucional, órgano destinado a evitar la dación
de leyes inconstitucionales; se establece una economía social de mercado, donde el Estado se asigna tan sólo un
rol orientador en la economía; desaparece la Reforma Agraria y se garantiza la privatización de la tierra; y se
introduce la figura de la pena de muerte por terrorismo.
Asimismo, se crea el Consejo Nacional de la Magistratura, órgano encargado del nombramiento de jueces, que
hasta entonces era facultad del Presidente de la República; en el plano laboral la Constitución no garantiza
plenamente la estabilidad laboral y solamente protege al trabajador contra el despido arbitrario. Otra reforma
importante con respecto a la Constitución de 1979, es que se permite la reelección presidencial inmediata sólo
para un período presidencial adicional.
Artículo 58. La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economía social de mercado. Bajo este régimen, el
Estado orienta el desarrollo del país, y actúa principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud,
educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura.
Artículo 112. El mandato presidencial es de cinco años. El Presidente puede ser reelegido de inmediato para un
periodo adicional. Transcurrido otro periodo constitucional, como mínimo, el ex-Presidente puede volver a postular,
sujeto a las mismas condiciones.
Artículo 150. El Consejo Nacional de la Magistratura se encarga de la selección y el nombramiento de los jueces
y fiscales salvo cuando estos provengan de elección popular. El Consejo Nacional de la Magistratura es
independiente y se rige por su ley orgánica.
Artículo 201. El Tribunal Constitucional es el órgano de control de la Constitución. Es autónomo e independiente.
Se compone de siete miembros elegidos por cinco años ... Los miembros del Tribunal Constitucional gozan de la
misma inmunidad y de las mismas prerrogativas de que gozan las congresistas ...
Pract iquemos
1. Realiza una breve reseña de la forma en que cómo se desarrollaron los problemas limítrofes con Ecuador
durante el gobierno de Alberto Fujimori.
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2. ¿Consideras que el proceso de privatizaciones fue positivo o negativo para el Perú?¿Por qué?
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3. Señala los que a tu criterio son los principales aciertos del gobierno de Alberto Fujimori.
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4. ¿Por qué se afirma que las elecciones del año 2000 fueron fraudulentas?
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TAREA DOMICILIARIA
1. Señala los que a tu criterio son los principales errores del gobierno de Alberto Fujimori.
2. ¿Cuáles fueron los principales desafíos de Alberto Fujimori al iniciarse su gobierno en 1990?
3. ¿Cuáles fueron las principales características del programa económico neo liberal del gobierno de Alberto
Fujimori?
4. ¿Cuáles son los puntos nuevos que contempla la Constitución de 1993 con respecto a la Constitución de 1979?
2. TRAYECTORIA POLÍTICA
Su carrera política representativa empezó en las elecciones del
8 de junio de 1963, cuando salió elegido Diputado por Cuzco en la lista conjunta del partido Acción Popular y
el PDC, alianza que llevó al líder de la primera formación, Fernando Belaúnde Terry, a la Presidencia de la
República. En aquel entonces-primer gobierno de Belaúnde - fue nombrado Ministro de Justicia.
El Golpe de Estado con el que empezó el gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas expulsó a
Paniagua del Congreso y le preludió un periodo de persecución política. En las elecciones del 18 de mayo de
1980 salió elegido Diputado al Congreso, mientras que el jefe de su partido ganó su segundo mandato
presidencial. En julio de 1982, luego de formar parte de la Comisión Constitucional de la Cámara de
Diputados, se convirtió en Presidente la cámara baja del Congreso, y el 10 de mayo de 1984, después de
dos décadas, retornó al Gobierno como Ministro de Educación. En octubre del mismo año dimitió para
reintegrarse a sus actividades parlamentarias.
Invocando siempre la legalidad de las instituciones reemplazadas por Fujimori, en 1997 Paniagua asumió la
defensa ad honorem de los tres magistrados del Tribunal Constitucional que fueron destituidos por negarse
a avalar una interpretación de la Carta Magna de diciembre de 1993 que permitía la reelección de Fujimori.
Según la polémica Ley de Interpretación Auténtica de la Constitución , aprobada por la mayoría fujimorista
del Congreso, el primer periodo quinquenal reelegible se había iniciado en 1995 bajo la nueva Constitución,
no en 1990, con lo que el titular estaba facultado para un segundo periodo a partir de 2000.
En las elecciones generales del 9 de abril del 2000, que ya desde su convocatoria alimentaba una gran
controversia nacional, Paniagua, número dos del partido como Secretario General nacional subordinado al
dirigente histórico, Belaúnde, fue uno de los tres diputados que AP consiguió colocar en el Congreso
unicameral de 120 miembros. Confirmando la marginalidad a la que habían sido arrojados en 1990 los otrora
partidos dominantes, Paniagua, con 14 335 votos, fue el segundo candidato al Congreso electo con el menor
número de papeletas, indicando hasta qué punto era desconocido por los peruanos.
3. INESPERADO MANDATARIO
La crisis abierta por la negativa de Toledo a aceptar la victoria de Fujimori en la primera vuelta de las
elecciones presidenciales, sobre la que recayeron graves sospechas de fraude, y el subsiguiente boicot al
desempate del 28 de mayo, situaron en el primer plano a Paniagua. El inesperado anuncio realizado por
Fujimori el 17 de septiembre de 2000 de su retirada y la celebración de elecciones anticipadas en el 2001,
abrió una fase de negociaciones entre Gobierno y oposición auspiciadas por la Organización de Estados
Americanos (OEA).
El 16 de noviembre, Paniagua fue elegido Presidente del Congreso en un raro consenso entre partidarios y
opositores de Fujimori. La situación estaba entonces muy tensa por la marcha y el subsiguiente regreso al
Perú en condiciones de impunidad del ex-asesor presidencial Vladimiro Montesinos, para la opinión pública,
responsable de graves delitos contra los derechos humanos y la legalidad de las instituciones.
El desenlace de la crisis empezó el 20 de noviembre cuando Fujimori, desde Japón, envió la carta de
dimisión al Congreso. Al día siguiente la cámara, declaró al mandatario «moralmente incapacitado» para el
desempeño de su cargo y lo destituyó. La vacancia abrió un vacío de poder que durante unas horas creó
una gran confusión institucional. La situación se despejó el día 22 cuando Márquez (Segundo Vicepresidente
del régimen de Fujimori) dimitió, con lo que tocó a Paniagua, después de concedérsele la licencia como
Presidente del Congreso y congresista, la asunción de la banda presidencial, que recibió de la Primera
Vicepresidenta del Congreso, Luz Salgado Rubianes. La toma del mando de Paniagua desató una explosión
de alegría y alivio en el país, que esperaba la pronta normalización de las instituciones y la celebración de
elecciones libres y transparentes en la fecha decidida por Fujimori, abril del 2001.
Lo primero que hizo este gabinete fue destituir a la cúpula militar adscrita a Montesinos y facilitar una
investigación sobre el paradero de 9 200 millones de dólares obtenidos de la privatización de empresas
públicas, que no constaban en las arcas del Estado. El 28 de noviembre el Procurador especial encargado del
caso informó que existía una «conexión demostrable» entre las actividades ilegales de Montesinos y
Fujimori, que irían desde el lavado de dinero al enriquecimiento ilícito.
La sensación del final de la impunidad que había caracterizado la década precedente se diluyó con el
encausamiento de Fujimori, en febrero del 2001, y la captura en Venezuela e inmediato traslado al Perú del
buscado Montesinos, en junio de ese año. En esta dirección se enmarcó también la puesta en marcha de la
Comisión de la Verdad para esclarecer las violaciones de los derechos humanos cometidas al amparo de la
guerra contra la subversión en los años precedentes.
Durante su gobierno también se firmó el contrato de explotación del GAS DE CAMISEA con la empresa
transnacional PLUS PETROL.
La normalización democrática fue un hecho con las elecciones generales desarrolladas impecablemente y
celebradas a dos vueltas el 8 de abril y el 3 de junio del 2001, y culminó con la transferencia de poderes de
Paniagua al vencedor de la consulta, Toledo, el 28 de julio siguiente. Tan sólo dos días antes de la
investidura, la administración saliente se adjudicó otro éxito con los arrestos de dos altos funcionarios del
régimen precedente, la ex Fiscal de la Nación Blanca Nélida Colán y el antiguo jefe de la Oficina Nacional de
Procesos Electorales (ONPE), José Portillo, acusados de corrupción, que, según todos los comentaristas,
finiquitaron los mandatos de Paniagua y de Pérez de Cuéllar con un balance altamente positivo para la
regeneración del sistema político peruano.
Un éxito postrero de Paniagua fue la plasmación, el 11 de septiembre del 2001, de su propuesta de dotar a
la OEA de una Carta Democrática Interamericana para reforzar el compromiso de los Estados miembros con
el modelo de democracia parlamentaria, exponiéndose a ser suspendidos de pertenencia aquellos países
en los que se produzca una regresión al autoritarismo.
1. INTRODUCCIÓN
Culminado el gobierno transitorio de Valentín Paniagua, el Perú volvía tras una década de dictadura al
régimen democrático. Se convocaba a elecciones presidenciales para el periodo 2001-2006, iniciando el siglo
XXI con optimismo y confianza. Los principales candidatos eran el ex presidente aprista Alan García Pérez y
el economista Alejandro Toledo Manrique, líder del partido Perú Posible. Finalmente en segunda vuelta el
candidato Alejandro Toledo vence en las urnas a Alan García el 3 de junio del 2001 y el país esperaba con
esperanza el desarrollo de este gobierno.
2. INICIO DE SU GOBIERNO
Alejandro Toledo anunció una amplia reforma de la institución castrense, la congelación pactada -con los
gobiernos del hemisferio- del comercio de armas, el compromiso de institucionalizar la recientemente creada
Comisión de la Verdad, para esclarecer y reparar las violaciones de los derechos humanos cometidas al
amparo de la guerra contra la subversión, y la convocatoria de una Mesa Internacional de Donantes
presidida por España para la obtención de 500 millones de dólares prioritariamente destinados a los
aspectos sociales. También reiteró que el eje central de su gobierno iba a ser el combate contra el
desempleo, la pobreza, la corrupción y el narcotráfico (en los dos últimos casos a través de una nueva
oficina directamente dependiente de la Presidencia), y subrayó la necesidad de desarrollar la industria
turística como una fuente de ingresos.
Al día siguiente de la juramentación, Toledo completó los actos de inauguración en la ciudadela de Machu
Picchu, donde, flanqueado por sacerdotes indígenas con galas de ceremonial que le ensalzaron como un
nuevo Pachacútec, entroncó simbólicamente el inicio de su mandato quinquenal con el pasado incaico y
proclamó el «nuevo amanecer» del Perú.
2. EVOLUCIÓN DE SU GOBIERNO
El anuncio por parte del presidente Toledo de que la coyuntura
económica era menos robusta de lo esperado y su insinuación de
que el esperadísimo crecimiento del empleo y los salarios y, en
definitiva, la prometida prosperidad, habrían de esperar mejores
tiempos, se produjo cuando ya afloraban, y con intensidad,
muestras de impaciencia y descontento entre la población.
El frente de descontento que más contribuyó a la imagen de un Presidente en la cuerda floja el año 2002 se
dio con motivo del apresurado y no suficientemente explicado proceso de privatización de las empresas
eléctricas Egasa y Egesur, violando una promesa electoral hecha a los ciudadanos de Arequipa. Las
protestas, al principio de ámbito regional, captaron a otros colectivos de trabajadores y actores sociales y en
mayo se extendieron a Tacna, Cusco y la propia Lima, conformando una manifestación nacional de
frustración por el incumplimiento de las promesas sociales de Toledo.
La gravedad de los disturbios en varios departamentos del país, que en Arequipa tenían visos de revuelta
ciudadana, indujo al Presidente a declarar el estado de excepción el 17 de junio por un mes, pero días
después aceptó de las autoridades arequipeñas la suspensión de las privatizaciones, a las que optaba un
único licitador (la empresa belga Tractebel, sospechosa de pagar sobornos a altos funcionarios durante la
etapa de Fujimori), y el levantamiento del decreto de emergencia en el departamento.
Pract iquemos
1. ¿Cuál fue la importancia del gobierno de Valentín Paniagua?
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2. ¿Cuál fue la importancia de la Comisión de la Verdad?
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TAREA DOMICILIARIA
LA GUERRA INTERNA
(1980-2000)
I. INTRODUCCIÓN
Este es el conflicto armado más extenso y prolongado de toda la historia de la República. Durante 20 años las
Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se enfrentaron a los grupos subversivos –Sendero Luminoso y MRTA - en
el afán de restablecer el orden, mientras que los subversivos justificaban sus acciones con la idea de imponer
un nuevo orden político, social y económico. Lamentablemente, en esta guerra interna, se utilizaron métodos
que violaron los derechos humanos acentuados por la exclusión mantenida hacia las poblaciones afectadas por
el conflicto armado.
La población campesina fue la principal víctima. Del total de víctimas reportadas el 79% vivían en zonas rurales
y el 56% se ocupaba en actividades agropecuarias. El 74% de las víctimas de la violencia que azotó el Perú
durante tres gobiernos eran indígenas o “quechuaparlantes”. En cuanto a los desaparecidos, la mayoría
correspondía a las fuerzas del orden pues “Sendero no tenía intención de ocultar los cadáveres”.
Conjuntamente con las brechas socioeconómicas, el proceso de violencia puso de manifiesto la gravedad de las
desigualdades de índole étnico – cultural que aún prevalecen en el país.
La tragedia sufrida por las poblaciones quechuas, aymaras, ashaninkas (los más afectados en la selva), no fue
sentida ni asumida como propia por el resto del país, ello delata el racismo y las actitudes de desprecio
subsistentes en nuestra sociedad.
Respecto a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se sabe que debido a lo inédito de los sucesos empezaron
actuando sin una estrategia adecuada y muchas de sus acciones no fueron fiscalizadas. Es probable que esto
explique los errores cometidos por las fuerzas del orden.
Durante el segundo gobierno de Belaúnde Terry esta guerra fue considerada como un problema marginal y
cuando se incrementaron los actos subversivos los errados diagnósticos fueron cruciales para el asentamiento
de Sendero Luminoso. Acción Popular inició su lucha antisubversiva con las fuerzas policiales que mal
organizadas generaron el rechazo de la población, además el Gobierno toleró y ocultó las principales violaciones
a los derechos humanos de entonces, pues el registro indica que entre 1983 y 1984 se produjo la mayor
cantidad de muertes anualizadas de todo el conflicto causadas por las campañas de SL y la cruenta respuesta
de las FF.AA. (dejaron 19 468 víctimas fatales: 28 % del total estimado).
Inicialmente durante el gobierno de Alan García Pérez se creó e impulsó políticas sociales y judiciales para
reorientar la estrategia contra subversiva sobre todo dirigida a los campesinos y a las regiones más pobres, sin
embargo la masacre en los penales (18 y 19 de junio de 1986) rompe estos esfuerzos. Lamentablemente
durante este gobierno también se encubrió violaciones a los derechos humanos como el asesinato de Cayara.
Finalmente, la aguda crisis económica favoreció el desarrollo de las agrupaciones subversivas. El inicio de la
hiperinflación y el fracaso del programa económico llevaron a la inestabilidad del país.
Fue el régimen de Alberto Fujimori el más extremo, pues, en el afán de combatir a la subversión se convocó a
operadores de inteligencia como Vladimiro Montesinos. La debilidad de los partidos políticos y la amenaza
subversiva hizo que la población tolere en un principio las violaciones a los derechos humanos. Se puso énfasis
en la eliminación selectiva de líderes a manos del «escuadrón de la muerte» denominado “COLINA” cuya
actuación ha sido muy criticada y realizada al margen de las acciones oficiales de las fuerzas del orden. Como
es sabido, la lucha antisubversiva fue utilizada con fines políticos y electorales lo que conllevó a la
descomposición moral, debilitamiento del tejido social y una profunda desconfianza en la esfera pública.
En resumen, durante estos años la guerra interna vivida tuvo las siguientes consecuencias:
Durante la década de los ochenta el Congreso funcionó con mayorías gobiernistas lo que inhibió o debilitó las
capacidades de fiscalización y de formulación legal. Entre 1990 y 1992 el Congreso adquirió otra fisonomía: la
falta de mayoría permitió desarrollar debates y participación más activa en la lucha antisubversiva. Después del
autogolpe, el Congreso no sólo abdicó en su función constitucional de fiscalización, sino que avaló y promovió
el encubrimiento y la impunidad.
El sistema judicial no cumplió sus misiones adecuadamente, ni para la condena dentro de la ley de las acciones
de grupos subversivos, ni para la cautela de los derechos de las personas detenidas, ni para poner coto a la
impunidad con la que actuaban algunos agentes del Estado. Esta situación se agravó con el autogolpe de 1992.
La intromisión del Estado para el cese de magistrados, nombramientos provisionales, inoperancia del Tribunal
Constitucional. Declararon improcedentes los recursos de habeas corpus, aprobaron las leyes de amnistía,
omitieron las denuncias de crímenes, etc.
Los partidos de Izquierda no hicieron el deslinde ideológico necesario frente a las acciones subversivas.
Denunciaron los casos de violaciones de derechos humanos cometidos por el Estado pero no dieron el mismo
trato a los cometidos por SL y el MRTA.
El sistema educativo no fue modernizado por el Estado. Estos espacios fueron aprovechados para la
germinación de nuevas propuestas radicales de extrema izquierda. La responsabilidad del Estado es directa
pues amedrentó y estigmatizó a los docentes y estudiantes permitiendo incluso graves violaciones a los
derechos humanos.
Quienes si jugaron un rol trascendental fueron los medios de comunicación pues realizaron investigaciones y
denuncias arriesgando y perdiendo sus vidas. Las condenas a los abusos y violaciones de derechos humanos
fueron constantes aunque muchas veces estas fueron de carácter comercial, llegando hasta el «amarillismo»
político.
En agosto del 2003, la Comisión de la Verdad y Reconciliación -presidida por el Rector de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, Salomón Lerner Febres- presentó el informe final de las investigaciones
realizadas sobre los casos de violación a los derechos humanos durante las dos últimas décadas del siglo XX.
Luego de detallar las dimensiones del daño causado en nuestro país, se consideraba justa una reparación a los
afectados. Al respecto, la CVR entiende que la reconciliación debe ocurrir en el nivel personal y familiar; en el
de las organizaciones de la sociedad y en el replanteamiento de las relaciones entre el Estado y la sociedad en
su conjunto. Los tres planos señalados deben adecuarse a una meta general, que es la edificación de un país
que se reconozca positivamente como multiétnico, pluricultural y multilingüe. Tal reconocimiento es la base
para la superación de las prácticas de discriminación que subyacen a las múltiples discordias de nuestra historia
republicana.
LECTURA
“…Nuestro informe expone a todo el país la historia de miles de violaciones de los derechos humanos cometidos
en las dos últimas décadas, crímenes de lesa humanidad practicados contra la sociedad y el Estado peruano por
las organizaciones subversivas o desde el Estado peruano por miembros de las fuerzas de seguridad.
Es cierto que esos crímenes, abusos y atropellos no se dieron en el vacío, sino en una sociedad desde antiguo
mal habituada a la violencia contra los más débiles. Sin embargo -queremos afirmarlo con rotundidad- nadie se
debe escudar en los defectos de nuestra sociedad ni en los rigores de nuestra historia para evadir sus
responsabilidades.
Es verdad -y esa es una lección mayor de este informe- que existe una culpa general, la culpa de la omisión,
que involucra a todos los que dejamos hacer sin preguntar en los años de la violencia. Somos los primeros en
señalarlo así. Pero al mismo tiempo advertimos que existen responsabilidades concretas que afrontar y que el Perú
-como toda sociedad que haya vivido una experiencia como ésta- no puede permitir la impunidad. La impunidad es
incompatible con la dignidad de toda nación democrática.
Sin embargo, este informe va, en realidad, más allá del señalamiento de responsabilidades particulares. Hemos
encontrado que los crímenes cometidos contra la población peruana no fueron, por desgracia, atropellos de ciertos
sujetos perversos que se apartaban, así, de las normas de sus organizaciones. Nuestras investigaciones de campo,
sumadas a los testimonios ya mencionados y un meticuloso análisis documental, nos obligan a denunciar en
términos categóricos la perpetración masiva de crímenes coordinados o previstos por las organizaciones o
instituciones que intervinieron directamente en el conflicto.
El triunfo de la razón estratégica, la voluntad de destrucción por encima de todo derecho elemental de las
personas, fue la sentencia de muerte para miles de ciudadanos del Perú. Esta voluntad la hemos encontrado
enraizada en la doctrina del PCP - Sendero Luminoso, indistinguible de la naturaleza misma de la organización en
esos veinte años. Nos hemos topado con aquella razón estratégica en las declaraciones de los representantes de la
organización, que transparentan una disposición manifiesta a administrar la muerte y aun la crueldad más extrema
como herramientas para la consecución de sus objetivos. Por su carácter inherentemente criminal y totalitario,
despectivo de todo principio humanitario, el PCP - Sendero Luminoso es una organización que, en cuanto tal, no
puede tener cabida en una nación democrática y civilizada como la que deseamos construir los peruanos.
Frente a un desafío tan desmesurado, era deber del Estado y sus agentes defender a la población - su fin supremo
- con las armas de la ley. Debe quedar claro que el orden que respaldan y reclaman los pueblos democráticos no
es el de los campos de concentración, sino aquél que asegura el derecho a la vida y la dignidad de todos. No lo
entendieron así los encargados de defender ese orden. En el curso de nuestras investigaciones, y teniendo a mano
las normas de derecho internacional que regulan la vida civilizada de las naciones, hemos llegado a la convicción
de que, en ciertos periodos y lugares, las Fuerzas Armadas incurrieron en una práctica sistemática o generalizada
de violaciones de derechos humanos y que existen fundamentos para señalar la comisión de delitos de lesa
humanidad, así como infracciones al derecho internacional humanitario.
Como peruanos, nos sentimos abochornados por decir esto, pero es la verdad y tenemos la obligación de hacerla
conocer. Durante años, las fuerzas del orden olvidaron que ese orden tiene como fin supremo a la persona y
adoptaron una estrategia de atropello masivo de los derechos de los peruanos, incluyendo el derecho a la vida.
Ejecuciones extrajudiciales, desapariciones, torturas, masacres, violencia sexual contra las mujeres y otros delitos
igualmente condenables conforman, por su carácter recurrente y por su amplia difusión, un patrón de violaciones
de los derechos humanos que el Estado peruano y sus agentes deben reconocer para subsanar.
Tanta muerte y tanto sufrimiento no se pueden acumular simplemente por el funcionamiento ciego de una
institución o de una organización. Se necesita, como complemento, la complicidad o al menos la anuencia de
quienes tienen autoridad y por lo tanto facultades para evitar una desgracia. La clase política que gobernó o tuvo
alguna cuota de poder oficial en aquellos años tiene grandes explicaciones que dar al Perú. Hemos reconstruido
esta historia y hemos llegado al convencimiento de que ella no hubiera sido tan grave si no fuera por la
indeferencia, la pasividad o la simple ineptitud de quienes entonces ocuparon los más altos cargos públicos. Este
informe señala, pues, las responsabilidades de esa clase política que, debemos recordarlo, no ha realizado todavía
una debida asunción de sus culpas en la desgracia de los compatriotas a los que quisieron, y tal vez quieran
todavía, gobernar.
Es penoso, pero cierto: quienes pidieron el voto de los ciudadanos del Perú para tener el honor de dirigir
nuestro Estado y nuestra democracia; quienes juraron hacer cumplir la Constitución que los peruanos se habían
dado a sí mismos en ejercicio de su libertad, optaron con demasiada facilidad por ceder a las Fuerzas Armadas
esas facultades que la Nación les había dado. Quedaron, de este modo, bajo tutela las instituciones de la recién
ganada democracia; se alimentó la impresión de que los principios constitucionales eran ideales nobles pero
inadecuados para gobernar a un pueblo al que -en el fondo- se menospreciaba al punto de ignorar su clamor,
reiterando la vieja práctica de relegar sus memoriales al lugar al que se ha relegado, a lo largo de nuestra historia,
la voz de los humildes: el olvido.
*****
En un país como el nuestro, combatir el olvido es una forma poderosa de hacer justicia. Estamos convencidos
de que el rescate de la verdad sobre el pasado - incluso de una verdad tan dura, tan difícil de sobrellevar como la
que nos fue encomendado buscar - es una forma de acercarnos más a ese ideal de democracia que los peruanos
proclamamos con tanta vehemencia y practicamos con tanta inconstancia.
En el momento en que la Comisión de la Verdad y Reconciliación fue instituida, el Perú asistía, una vez más, a
un intento entusiasta de recuperar la democracia perdida. Y sin embargo, para que ese entusiasmo tenga
fundamento y horizonte, creemos indispensable recordar que la democracia no se había perdido por sí sola. La
democracia fue abandonada poco a poco por quienes no supimos defenderla. Una democracia que no se ejerce
con cotidiana terquedad pierde la lealtad de sus ciudadanos y cae sin lágrimas. En el vacío moral del que medran
las dictaduras las buenas razones se pierden y los conceptos se invierten, privando al ciudadano de toda
orientación ética: la emergencia excepcional se vuelve normalidad permanente; el abuso masivo se convierte en
exceso; la inocencia acarrea la cárcel; la muerte -finalmente- se confunde con la paz.
El Perú está en camino, una vez más, de construir una democracia. Lo está por mérito de quienes se atrevieron
a no creer en la verdad oficial de un régimen dictatorial; de quienes llamaron a la dictadura, dictadura; a la
corrupción, corrupción; al crimen, crimen. Esos actos de firmeza moral, en las voces de millones de ciudadanos de
a pie, nos demuestran la eficacia de la verdad. Similar esfuerzo debemos hacer ahora. Si la verdad sirvió para
desnudar el carácter efímero de una autocracia, está llamada ahora a demostrar su poderío, purificando nuestra
República.
Esa purificación es el paso indispensable para llegar a una sociedad reconciliada consigo misma, con la verdad,
con los derechos de todos y cada uno de sus integrantes. Una sociedad reconciliada con sus posibilidades …”.
BIBLIOGRAFÍA:
- CVR. Hatun Willakuy (versión abreviada del informe final de la CVR)
- Ed. Navarrete, 1° edición, Lima, 2004
- Informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.
ANEXO
MUERTOS ARRINCONADOS *
Pract iquemos
Responde:
TAREA DOMICILIARIA
1. Menciona las causas que llevaron al Perú a la guerra interna vivida entre 1980 y 2000.
3. ¿Cuál fue la actuación de los gobiernos de turno frente a este conflicto social?
4. ¿Qué papel cumplieron la población campesina, la Iglesia y los medios de comunicación en la lucha contra la
violación a los derechos humanos en esta época?
5. ¿Crees que fue importante el trabajo de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación?¿Por qué? Explica.
REPASO II
D urante este bimestre hemos estudiado la evolución social del Perú durante la segunda mitad del siglo XX. Los
50 años transcurridos han sido testigo de grandes cambios que afectaron a nuestro país hasta convertirlo en una
sociedad completamente distinta de la que vivieron los hombres de la primera mitad del siglo XX. Uno de los
cambios principales se expresa en el aumento demográfico del país que pasó de una población de ocho millones
de habitantes a más de 26 millones de habitantes. Dicho crecimiento poblacional afectó principalmente a las
ciudades costeñas, especialmente Lima, que vieron aumentar a sus habitantes. Las principales ciudades costeñas
atravesaron un rápido proceso de urbanización; mientras que las zonas rurales del país debido a las masivas
migraciones se despoblaban.
Los años 80 son particularmente importantes debido al «desborde popular» que se produce en el país. El
Estado y la institucionalidad fueron incapaces de contener el avance de los sectores populares y de la informalidad
como forma de vida social. Esto se produce como consecuencia del fracaso de los proyectos reformistas de
Belaúnde y Velasco. Al «desborde popular» de la década del 80 se le sumó el estallido de la guerra interna –
Sendero Luminoso y MRTA - más terrible que debió enfrentar la sociedad peruana a lo largo de su historia. Todo
esto en medio de la mayor crisis económica –Belaúnde y García- vivida por el Perú durante el siglo XX.
En la década del 90, recurriendo a drásticas medidas económicas y militares, el Perú alcanza la estabilidad
económica y logra pacificar el país después de casi 20 años de guerra interna. El costo social en ambos casos fue
excesivo para los diferentes grupos sociales y pueblos que habitan en nuestro territorio. Las violaciones a los
derechos humanos fueron permanentes durante los años de guerra interna y la cantidad de muertes, según el
informe de la CVR, fue mayor a la de todas las guerras que debió enfrentar el Perú durante su etapa republicana.
Otra característica de esta década fue la institucionalización de la corrupción que terminó debilitando el siempre
frágil sistema democrático del país.
El nuevo siglo comienza con la recuperación de la democracia y la promesa de regenerar nuestra sociedad de la
corrupción vivida durante la década anterior. Sin embargo, es necesario esperar que transcurran los
acontecimientos para realizar un balance de estos años.
Pract iquemos
Elabora la biografía de dos personajes del siglo XX peruano y señala su importancia para nuestra sociedad.