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Guía de trabajo
Ustedes como docente ya “tienen todo el plan en la cabeza” y han logrado explicitar el
mismo en un proyecto de intervención docente como planificación de la enseñanza,
ahora corresponde desarrollar dicho plan. Proponemos que realicen para esta nueva
etapa HOJAS DE RUTA que les permitirán ir pautando los tiempos, sobre todo, de lo
planificado.
Las HOJAS DE RUTA, NO SON OTRO PLAN. Es la misma UNIDAD DIDÁCTICA que se va
especificando semana a semana al compás de lo que la inmediatez e imprevisibilidad
de la práctica ofrezcan. Al docente practicante le sirve trabajar con este recurso, se
convierte en su “apunte”, en una guía con la cual se ayuda en el desarrollo de la
enseñanza. Como tal es una herramienta que además va configurándose con los
CAMBIOS o AJUSTES necesarios. Ya dijimos al comienzo del Taller de diseño: el plan es
flexible, cambia, admite controversias, segundas opciones y alternativas, también, por
qué no, cambios casi rotundos.
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PROFESORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN- PRÁCTICA DOCENTE II Y MÓDULO DE
INTEGRACIÓN CURRICULAR 2018
Entonces, las HOJAS DE RUTA, se enmarcan, como diseño, en un proceso mayor
estructurado más o menos de esta forma:
¿Cómo realizar las hojas de ruta?: ya dijimos que las mismas no son otro plan, sino el
despliegue semanal de la unidad didáctica con sus ajustes.
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PROFESORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN- PRÁCTICA DOCENTE II Y MÓDULO DE
INTEGRACIÓN CURRICULAR 2018
Cada pareja pedagógica decide qué formato darles, apela para ello a dar cuenta de los
elementos curriculares que necesita tener a mano para seguir la trayectoria del plan.
Mínimamente sugerimos indicar los datos de identificación del curso, la materia y los
profesores; las fechas, los propósitos, los temas, las actividades pensadas, los recursos
del docente y aquellos que usarán los estudiantes, las fases evaluativas. Pero recuerden
que debe ser un documento comunicativo porque también lo leerán otros docentes
que acompañarán en la clase: profesores del curso, profesores de prácticas, profesores
practicantes en co-observación.
Entonces, cada pareja pedagógica opta por el formato, aunque nosotras proponemos
uno por el cual pueden optar. Este formato apela a la narrativa, a otra forma de
escritura que conviene a la práctica docente, y sobre todo a quienes recién se inician en
ella tanto en los planos de la acción como en el de la reflexión.
“En la primera clase, planeo aclarar que durante un mes estaremos viendo
literatura de terror. Pienso que a los alumnos les gustará mucho esta elección ya
que imagino que es un género muy valorado por los adolescentes. Seguramente me
preguntarán qué textos vamos a ver y si vamos a ver una película del género. Si
esto sucede, les puedo aclarar que tanto leeremos cuentos como veremos videos y
pinturas que puedan estar relacionados con el género.
Les diré que creen grupos de no más de 4 personas y repartiré distintos cuentos
pertenecientes al género terror. Pediré que cada grupo designe a un lector (que se
encargará de leer el cuento en voz alta para que el resto del grupo escuche), a
alguien que tome nota acerca de las características que el grupo considera son
propias del género, y los otros dos alumnos serán los expositores.
Cuando todos los grupos finalicen las lecturas los alumnos expositores comentarán
al resto de la clase acerca del cuento que han leído. Una vez finalizado el
intercambio de “experiencias”, cada grupo leerá en voz alta aquellas
características anotadas acerca del género. Se hará una puesta en común e iré
anotando en el pizarrón todo lo que los alumnos digan Busco la reflexión grupal
acerca de lo que consideramos “terror”. Y trataremos de llegar a una conclusión.
Les pediré que anoten en sus cuadernos/ carpetas lo que pudimos sacar como
conclusión, aclarándoles que de ahora en más revisaremos (completaremos,
modificaremos) la definición a la que llegamos.
En el relato, el docente practicante cuenta lo que piensa hacer, por qué, con qué
intensiones pedagógicas, cómo, con qué recursos e incluso explicita por qué con esos
recursos, de alguna manera expone “la clase pensada”, la cocina de lo que cree que va a
suceder. En ese relato, entonces se conjugan todos los elementos de una agenda
renovada de la didáctica porque no se limita a la típica parrilla de los objetivos,
contenidos, actividades y recursos dispuestos en paralelo unos de otros, por el
contrario, la lógica de los alumnos aparece haciéndonos tomar decisiones, pero
obviamente también las lógicas del conocimiento y del contexto.
El plan sigue teniendo el carácter de provisional, de hipótesis de trabajo, tal cual una
vez fue definido en este Taller. Está atento a lo que sucede, pero también, está atento a
lo que el docente cree que va a suceder, a sus pensamientos, a sus propias lógicas en
cuanto a lo que sucede con él y el conocimiento, con él y el contexto en el cual
interviene.
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No imponemos la forma, quienes quieran aventurarse en ella esperamos que
encuentren sus beneficios:
Después de la clase puede volver sobre “la clase pensada”, sobre sus
anticipaciones y seguir la conversación, en el registro de reflexión, con la clase
actuada. Al volver sobre el plan lo revisa, cuestiona, reafirma y con ello vuelve a
producir.
Para finalizar esta guía simplemente terminamos diciendo que todas estas indicaciones
y explicaciones se complementarán en el encuentro presencial del Taller de Diseño.
Esperamos tener un momento colectivo de reflexión sobre los procesos de diseño de
los proyectos de intervención pedagógica en el grupo grande. Y luego, en el grupo
tutorial, continuar con la producción de las primeras hojas de ruta.
Seguimos…