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“CIUDAD FRAGIL.


(Seis historias de amor sucedidas en Santafé de Bogotá)

A “Ciudad frágil” la constituyen seis cuadros independientes entre sí. Los une el
amor, el lugar en donde sucedieron y el marco de guerra que los acecha. Entre
acto y acto suceden breves y veloces imágenes de calle, ciudad y cuerpos.

La primera historia sucede en 1556, la segunda en 1797, la tercera en 1903, la


cuarta en 1957, la quinta en los años actuales y la última en 1816 ó 2003, da lo
mismo.
I. LA CONQUISTA. 1556. EL VESTIDO.

Personajes:

JUANA GARCIA : Mulata - yerbatera


GOMIAR : Joven esposa de Alcocer
ALCOCER :Funcionario de la corona
RITA : Damisela de Santo Domingo.
ARISTIS : Esclavo de Alcocer
ARZOBISPO

ESCENA I.

Santafé de Bogotá. Chorro de Padilla. 1556. Varias mujeres en un ritual. El


esclavo deja caer agua sobre el cuerpo de Gomiar siguiendo las instrucciones de
Juana, la mulata. Todas miran concentradas una vasija de la cual sale vapor.

JUANA : (A Gomiar) Tienes que sacarla.


GOMIAR : Eso es imposible.
JUANA : Es tu única oportunidad.
GOMIAR : Mis ojos me están engañando.
JUANA : No te asustes con lo que ves, tienes que tener fe.
GOMIAR : Es un espejismo.
JUANA : Los espejismos son verdades desvanecidas por la
incredulidad de las personas.
GOMIAR ¡Pero no puede ser que vea lo que estoy viendo!
JUANA : Estás viendo lo que ves.
GOMIAR : Me da miedo.
JUANA : Para nadie es fácil, si nos descubren aquí nos pueden
matar.
GOMIAR : Está bien.
JUANA : Dime, ¿qué ves en el agua?.
GOMIAR : Veo a un hombre.
JUANA : ¿Y cómo está ese hombre?
GOMIAR : Se ve desnudo.
JUANA : ¿Y sabes quién es?.
GOMIAR : No sé, es viejo y desgarbado. No veo su rostro.
JUANA : Vamos concéntrate, ¿ya ves el rostro?..
GOMIAR : Ahora sí lo veo, ¡Santo Dios! Conozco ese hombre.
JUANA : Vamos, ¿dime quién es?.
GOMIAR : Es mi propio esposo.
JUANA : Sí.
GOMIAR : ¿En qué lugar se encuentra?
JUANA : Por lo que veo, esa es la isla de Santo Domingo.
Obsérvalo. Se encuentra con una dama.

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GOMIAR : Seguramente es una amiga.

Observan escandalizadas.

JUANA : Por lo que desde aquí veo, tu esposo se ha acostado con


la amiga.
GOMIAR : Miserable, ahora entiendo porqué no ha regresado.
JUANA : El calor del mar lo tiene atrapado.
GOMIAR : Según esto, él se encuentra en Santo Domingo y no en
Cartagena, o sea que todavía se demora bastante tiempo
en regresar a Santafé de Bogotá.
JUANA : Por lo menos un año y seis meses. Sin contar el tiempo que
dure navegando entre las piernas de esa damisela. Mira,
obsequia algo a su amante.
GOMIAR : Un vestido.
JUANA : Es un fino vestido.
GOMIAR : A mí nunca me ha regalado una tela tan fina.
JUANA : Es un vestido traído de España.
GOMIAR : Y cuándo esté de regreso, ¿cómo hago para demostrarle la
causa de sus tardanzas?.
JUANA : Fácil, cojamos una prueba.
GOMIAR ¡Eso es imposible!.
JUANA : Aquí todo es posible.
GOMIAR : ¿Cómo hago?
JUANA : Mete la mano entre el agua y saca un pedazo del vestido.
GOMIAR : Me da miedo.
JUANA : Vamos niña, no te pasará nada.

Gomiar hunde la mano entre la vasija y saca una manga del vestido que estaba
viendo.

GOMIAR : ¡Es una parte del vestido!.


JUANA : Es una manga. (Ríen).
GOMIAR : Hemos tomado prueba de lo que está haciendo mi esposo.
JUANA : Anda niña y guarda esa prueba en lugar seguro. Mientras
tanto dale la oportunidad a los hombres de esta desolada
ciudad para que contemplen tu belleza. No te preocupes, tu
esposo está muy ocupado en tierras lejanas y es mucho el
tiempo que falta para su regreso.
GOMIAR : ¿Entonces puedo estar tranquila?.
JUANA : Claro mi niña, puedes tener a tu hijo tranquilamente.
GOMIAR : ¿Cómo sabes que estoy embarazada?
JUANA : En esta ciudad todo se sabe.
GOMIAR : Algunos rumores indicaban que mi esposo se encontraba
en Cartagena, me asusté por que si llegaba y me encontraba
embarazada, me mataba. Yo le prometí que lo esperaría pero
la soledad es aliada del diablo y como todos sabemos nuestro

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señor manda en el espíritu pero el diablo manda en nuestro
cuerpo.
JUANA : ¿Y el padre de esa criatura, quién es?
GOMIAR : No lo puedo decir. Es un secreto.
JUANA : ¿El señor Regente?
GOMIAR : No.
JUANA : ¿El Señor Arzobispo?
GOMIAR : ¡Dios me proteja!
JUANA : ¿Un soldado, un capitán del ejército?
GOMIAR : No.
JUANA : ¿Te has acostado con el viejo Jiménez de Quesada, mi
amo?
GOMIAR : Con tantas preocupaciones, al pobre ya nada se le pone
“derecho”.
JUANA : ¿Te acostaste con el mismo diablo o qué?
GOMIAR : ¡Bueno, ya basta de cuentos!. Basta, yo te pedí que
averiguaras con tu ciencia y con tus artes cuándo llegaba mi
esposo, no que averiguaras sobre mi vida.
JUANA : Vete contenta, bien podéis despedir esa barriga y aún hacer
otra mientras llega tu adorado señor. Ahora larguémonos por
que si nos ven aquí por largo tiempo van a sospechar y nos
pueden acusar de práctica de brujería.(Sale).
GOMIAR : Que Dios nos perdone.

Le indica al esclavo que recoja todo. Se persignan y salen. El esclavo recoge todo
y sonríe malicioso al público..

ESCENA II.

En un burdel de Santo Domingo. Don Alcocer y Rita. En una cama.

ALCOCER : (Ceremonial) El sexo es un don, el don del sexo no todo el


mundo lo posee. Estoy convencido que algunos han sido
elegidos por la mano divina para andar por el mundo
predicando la doctrina de los placeres de la piel. Así como
existen las celebres cofradías que guardan los secretos de la
religión o del poder, así mismo hay cofradías que cultivan las
artes del cuerpo. Creo que tú eres una de esas portadoras
secretas de la ciencia de la cama.
RITA : ¿Tú me amas?
ALCOCER : ¿Cómo dices?. Lo que estamos hablando no tiene nada
que ver con el amor. Al sexo no hay que contaminarlo con
pasiones tan bajas como el amor o el cariño. El sexo es puro.
ALCOCER : Por eso estoy aquí, en Santo domingo, visitándote a ti,
templo de placeres y de cuidados. Mañana otra vez el mar...
RITA : ¿Me extrañarás, querido?
ALCOCER : Todo el riesgo que sea necesario correr por ti estoy

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dispuesto a asumirlo. Estoy dispuesto a amarte contra viento y
marea.
RITA : Fanfarrón, mejor porqué no te callas, mi esposo te puede
oír desde la otra alcoba, ahora está borracho pero en poco
tiempo empezará a rezongar.
ALCOCER : Lo mataré, nada detendrá nuestros deseos y pasiones.
RITA : ¿Y tu esposa?
ALCOCER : (Escondiéndose) ¿Qué?, ¿dónde?, es imposible ella está
lejos, muy lejos allá en Santafé de Bogotá.
RITA : Cállate. Ahora, mi querido bufón, págame por adelantado o
no sigo escuchando tus tonterías.
ALCOCER : Te traigo un hermoso regalo.
RITA : Mas te vale o si no me tienes que pagar con oro.
ALCOCER : Tranquila querida tengo bastante oro para pagar tus
servicios. Busca entre mis valijas.

Ella busca y encuentra dos paquetes.

RITA : ¿Y el otro para quién es?


ALCOCER : Para mi esposa. Es tan fiel.
RITA : ¿Estás seguro?
ALCOCER : No tiene otra posibilidad, ella está educada por su padre quien
me la entregó siendo casi una niña. Ella no conoce de las
maldades del mundo.
RITA : De tentaciones está lleno el mundo.
ALCOCER : Ella es casi una santa verdadera y me espera pacientemente
mientras participo de las tareas de la corona aquí, en el mar
de los Caribes. Además sin que ella lo sepa he dejado un
esclavo de gran confianza, un hombre leal a quien le he dado
ciertas prebendas para que sea agradecido conmigo. Él es
quien se encarga de alejar cualquier pretendiente maligno que
me quiera corromper a mi señora y de vigilarla mientras yo
regrese.

Rita abre el paquete que le ha llamado la atención y saca un lujoso vestido rojo.

RITA : Es hermoso. Dámelo a mí.


ALCOCER : No, es para mi adorable esposa.
RITA : ¿Estás seguro?
ALCOCER : Más que seguro.
RITA : Es hermoso
ALCOCER : Es para mi esposa.
RITA : Siempre soñé con tener un vestido así.
ALCOCER : Eso es imposible, tu oficio no te da para tanto.
RITA : ¿Estás seguro?
ALCOCER : Más que seguro, es muy costoso.
RITA : Obséquiamelo.

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ALCOCER : Jamás.
RITA : Dámelo y yo te daré cosas.
ALCOCER : No hay cosas que paguen un regalo así.
RITA : Te llevaré al cielo entre esta cama.
ALCOCER : Entonces ese vestido es tuyo.
RITA : ¡Gracias mi amor!. Antes me lo colocaré. Es tan lindo.

Ella se lo lleva para colocárselo, pero descubre que le falta una manga.

RITA : Es extraño o te han robado con tu elegante vestido o esta


es una moda muy divertida. Le hace falta una manga.
ALCOCER : Pero estaba completo.
RITA : No sé qué pasó.
ALCOCER : ¿Buscaste bien?.

Buscan meticulosamente.

RITA : ¡Es cierto, la manga ha desaparecido!.


ALCOCER : Es increíble. Estaba completo. Alguien la robó.
RITA : ¿Cómo alguien puede robarse la manga de un vestido?
ALCOCER : Con tanto pobre…
RITA : Hablando de pobres, me pagas o te largas.
ALCOCER : Amor, no es ningún truco, alguien la robó.
RITA : Si quiere mis servicios me pagas ya o llamo a mi marido.
ALCOCER: No, aquí tengo oro
RITA : Sácalo.
ALCOCER : Bueno en realidad no es oro, es plata
RITA : Sácalo.
ALCOCER : Bueno en realidad no es plata es…
RITA : ¿Me estás escamoteando el pago?
ALCOCER : Espera, tengo esta cruz de hierro que me regaló mi madre.
RITA : No sirve para nada.
ALCOCER : Tengo este anillo de oro de mi boda.
RITA : No quiero anillos que después, al venderlos, me detengan
como a una ladrona. Llamaré a mi esposo.
ALCOCER : Espera aquí tengo unas monedas.
RITA : Mas te vale o si no mi esposo te dará de golpes.
ALCOCER : Aquí están.
RITA : Mi amor te amo.

Se acuestan y apagan la luz. Se vuelve a prender la luz.

ALCOCER : ¿Cómo es posible que haya desparecido esa manga?


RITA : No importa.
ALCOCER : Una manga..
RITA : No importa
ALCOCER : ¿Será qué en el viaje alguien se la robó?

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RITA : No importa amor
ALCOCER: Una manga.

La luz se apaga mientras ellos buscan.

ESCENA III.

Un año y seis meses después en Santafé de Bogotá.

ALCOCER : Un año y seis meses después, regresé a Santafé de


Bogotá.
GOMIAR : Un año y seis meses después, regreso a Santafé de Bogotá.
ALCOCER : Y encontré a mi esposa esperándome fielmente.
(A ella). Durante este tiempo, te extrañé amada mía.
GOMIAR : Y me halló aquí, esperándolo fielmente durante este
tiempo. (A él) Yo también te extrañé amado mío.
ALCOCER : Encontré todas las cosas en orden. (A ella).Eres hermosa.
GOMIAR : Encontró todas las cosas en orden, obviamente.(A él)
Gracias cariño.
ALCOCER : Encontré la casa en orden y bastante próspera.
GOMIAR : Encontró la casa en orden, obviamente.
ALCOCER : Y los mismos criados y esclavos.
GOMIAR : Y los mismos esclavos, obviamente.
ALCOCER : En la ciudad, nadie me contó de algún mal comportamiento
de mi esposa.
ARZOBISPO: Hijo mío, tu mujer no ha salido de tu casa en estos años. Sólo
a Misa y nunca ha sabido de algún mal comportamiento.
GOMIAR : En toda la ciudad nadie le habló mal de mí. Rarísimo en esta
ciudad, con tantos chismes.
ALCOCER : Aquí entre nosotros, como buen esposo prevenido dejé un
esclavo de confianza cuidándola y vigilándola.
GOMIAR Aquí entre nosotros, como todo buen esposo precavido, me
dejó un esclavo para que me cuidara y me vigilara.
ALCOCER : Un esclavo fiel...muy fiel.
GOMIAR : Sí fiel, muy fiel, pero también muy guapo.
(suspira por él).

El esclavo pasa con un pequeño en sus brazos.

ALCOCER : Lo único distinto en la casa era un pequeño mulato, huérfano a


quien ella adoptó en forma muy generosa. (A ella) Eres una
santa.
GOMIAR : Lo único nuevo que halló fue este pequeño mulato y al
preguntarme quién era, le dije que era un huérfano a quien
había adoptado, obviamente no le iba a decir que era un hijo
que yo había tenido mientras él estaba por fuera. Soy una
santa.

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ESCENA V.

Entra el Arzobispo..

ALCOCER : Lo que si me pareció extraño señor Arzobispo es que


después de mi llegada ella me exigió que la complaciera en
todos sus caprichos.
GOMIAR : Lo único que le pareció extraño afortunadamente, es que
me puse caprichosa.
ALCOCER : Un día me dijo que tenía que regalarle un vestido como el
que le había regalado a esa dama de Santo Domingo.
GOMIAR Un día le dije que quería un vestido como el que le regaló a
esa puta en Santo Domingo.
ARZOBISPO: No griten.
ALCOCER : (A ella) ¿Y tú como sabes esas cosas?
GOMIAR : Recuerda querido que aquí todo se sabe.
ALCOCER : Alguno de mis amigos de viaje te lo contó.
GOMIAR : No.
ALCOCER : Me lo tienes que decir (Se quita el cinturón).
GOMIAR : Mátame, pero nunca lo sabrás.
ALCOCER : ¿Cómo sabes de damas y de vestidos?, ¿quien te contó
tales infamias?.
GOMIAR : Aquí todo se sabe.
ALCOCER : ¿Quién es el traidor mentiroso que te viene con esas
fantasías? ¡Dímelo!.
GOMIAR : Aquí todo se sabe.
ARZOBISPO: No griten. Son los indios que nos han embrujado. Todo lo han
Convertido en magia perversa.
ALCOCER : (Tratando de ahorcarla).Señor Arzobispo, por más que Intenté,
de las maneras más decentes y del mejor modo, ella no me
quiso contar nada.
ARZOBISPO: Si hijo, Conozco tus modales y sé que así es.

Pausa.

ALCOCER : Entonces decidí cambiar de táctica. (En la posición en la que


tiene a su esposa le da a las malas una botella de licor,
emborrachándola). Decidí seducirla, Señor Arzobispo. (La
levanta y baila con ella, como si esta fuera una muñeca de
trapo). Un día después de cenar y tomar bastante vino, ella se
embriagó y me contó lo que había hecho con la mulata Juana
García y quien estuvo al servicio de don Gonzalo Jiménez de
Quesada
ALCOCER : (A ella). ¿A ver mi amorcito, me vas a contar quién te dijo que
yo regalé ese vestido de fina grana en la isla española?.
GOMIAR : Primero dime tú la verdad y yo te diré quién me lo dijo.

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ALCOCER : Señora mía, es verdad lo de la dama porque un hombre
ausente de su casa y en tierras lejanas, algún entretenimiento
ha de tener. Yo di ese vestido a esa dama.
GOMIAR : Dime, ¿cuándo ella lo estaba se lo estaba probando, qué
faltó?
ALCOCER : No faltó nada.
GOMIAR : Que amigo eres de negar las cosas. ¿No faltó una manga?.
ALCOCER : Es verdad, desapareció y tuve que adquirir más tela para
completar el vestido.
GOMIAR : ¿Y si yo te muestro la manga que faltó la reconocerás?
ALCOCER : ¿Qué estás diciendo?
GOMIAR : ¿La reconocerás?
ALCOCER : Claro, pero es imposible que tú la tengas.
GOMIAR : ¿La reconocerás?
ALCOCER : ¿Tú la tienes?
GOMIAR : Sí.
ALCOCER : Estás loca.
GOMIAR : Sí, la tengo.
ALCOCER : ¿Cómo la vas a tener si despareció en Santo Domingo y no
aquí?
GOMIAR : Suéltame y te la mostraré. ¿Es esta la manga que faltó en
Santo Domingo?
ALCOCER : ¡Ésta es, Santo Dios! y juro a él que he de saber quién la trajo
hasta aquí.

Se inclina ante el Arzobispo.

ALCOCER : Y con esto, tomé la manga y vine ante su señoría, señor


Arzobispo, para que juzgue por su propia cuenta.
GOMIAR Desesperada por la ausencia de tu amor, decidí consultar a
la mulata Juana García. Estaba ansiosa por saber si mi señor
regresaría pronto.
ALCOCER : Por eso estoy aquí, ante su señoría para relatar esto que no
es más que una maraña inventada por el demonio.
GOMIAR : Yo sólo recé todas las noches.
ALCOCER : Es escandaloso lo que el demonio mostró a estas mujeres en
la vasija. Y hay que reparar en la brevedad con que Satanás
les dio la manga ya que apenas dijo una: "quítesela comadre ",
respondió la otra “aquí está" comadre, y la recogió. Sólo el
demonio sabía los pasos de estas mujeres y estaba presto a
servirlas.
GOMIAR : No fue cosa de demonios, señor Arzobispo, fue cosa de amor.
ARZOBISPO: Déjenme pensar en silencio.
.
ESCENA VI.

Aparece el esclavo y coloca en la mitad del escenario unos leños, sonríe al

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público. Sale y regresa con más leños. Después aparece con una enorme cruz
que coloca entre los leños, por último aparece con Juana García prisionera, la
coloca en la mitad de la hoguera y se alista para prenderle fuego.

ARZOBISPO: Decreto. En nombre del rey Felipe II de España, por encontrar


culpables de prácticas malignas, contrarias a Dios y a la fe
católica, a doña Gomiar de Alcocer y a Juana García, se les
condena al fuego en la plaza principal.

(El esclavo prende el fuego).

Pero substanciada la causa y por tocar este asunto a


personas principales que aseguran de las grandes virtudes de
doña Guiomar de Alcocer, señores adelantados como Don
Gonzalo Jiménez de Quesada, el capitán Zorro, el capitán
Céspedes, Juan Tafur, y Juan de Orejuela quienes me han
suplicado, depongo el auto de muerte a ésta por encierro, en
su casa, hasta que se le ordene lo contrario.

Igualmente por petición de dichos señores que han consultado


a la mulata Juana García, le doy como penitencia ponerla en
la iglesia de los conventos de Santo Domingo en horas de
misa mayor en un tablado, con un bozal al cuello y una vela
encendida en la mano, esperando que las demás mujeres de
la ciudad aprendan que no hay que tener creencias malignas,
de magias o de brujas porque en todo el territorio están
prohibidas. (Sale)

(Mientras el Arzobispo lee la sentencia Aristis apaga la hoguera, le ha puesto el


bozal al cuello, la vela en mano y la pasea por la plaza).

GOMIAR : Según ordena mi señor Don Felipe II de España y


obedeciendo el mandato del señor Arzobispo, me retiro a
mi casa a encerrarme y así cumplir mi condena.

VII ESCENA.

En la plaza se ve a Juana García encadenada y siendo paseada por el esclavo.

JUANA : Esclavito, esclavito, aflójame estas cadenas. Mira que yo te


conozco y te he hecho mil favores.

El esclavo le afloja las cadenas sin que lo vean.

JUANA : Que injusticia. Todas, todas, lo hicimos y sola yo la pago!


Dame agüita esclavito.

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El esclavo le da agua sin que lo vean.

JUANA : Esclavito, esclavito que injusticia. Yo que a todos he


ayudado, nadie me quiere ayudar.

El esclavo le indica que haga silencio.

JUANA : Ay esclavo, esclavito yo que te di esas bebidas que te han


dotado de tanta virilidad y te han hecho el esclavo predilecto
de todas las señoras de la ciudad.
ARISTIS : ¡Cállese mulata, ahora me va hacer quemar a mí!.
JUANA : Ay esclavito suéltame, haré un maleficio y cuando me vaya ya
nadie se acordará de mi y nadie te hará reclamos por dejarme
huir.

El esclavo ocultándose suelta a Juana García quien se aleja volando por entre las
montañas. Aparece el Arzobispo.

VIII ESCENA.

ARISTIS : (Exagerando, con mucho misterio y fingiendo susto). Señor


Arzobispo, en el justo momento en que pasamos por los
cerros que quedan a espaldas de Nuestra Señora de las
Nieves, la mulata Juana García, se soltó por su magia, en
medio de un fuego misterioso que me quemó las manos. Por
más que intenté no pude acercarme a ella quien con sus
poderes me empujaba botándome sobre el camino y
dejándome sin fuerzas. Señor Arzobispo, ella, antes de salir
volando por entre los cerros me mandó con estas bebidas
para que se las diera a su excelencia y me dijo que estas lo
aliviarían del insomnio que padece…
ARZOBISPO: Cállate esclavo bandido, Que nadie te escuche. Toma estas
monedas y no le comentes a nadie lo que ha pasado y menos
lo de mi insomnio. Lárgate y si dices algo te mando a azotar.

El Arzobispo toma las botellas, las oculta entre sus ropas, le da unas monedas al
esclavo y sale.

ARISTIS : (Al público) Mi patrón, me encargó de atender a su señora en


“todos” los menesteres de la casa de tal manera que ella no
tuviese que salir, cumpliendo con el castigo otorgado por el
señor Arzobispo.

Se ve la sombra de la mujer bañándose. El esclavo le ayuda echándole agua, al


final se mete también a la tina por solicitud de ella. Se apaga la luz

ALCOCER : (Voz en Off) ¿Cómo se comportó hoy la señora?

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ARISTIS : Bien señor, después de hacer los menesteres de la casa,
vistió una bata y fue al baño de agua caliente.
ALCOCER : (Voz en off) ¿Comprobaste que halla rezado?
ARISTIS : Sí mi señor, comprobé que rezó. Después apagó la vela.
ALCOCER : (Voz en Off) Ya puedes irte a dormir.
ARISTIS : Gracias señor. Pero antes rezaré un poquito ya que me gusta
hablar con Dios.

(Se ven las sombras del Esclavo y de Gomiar en la tina, deleitándose


amorosamente).

Creo mi señor que el próximo domingo iré a bautizarme ya


que esto de vuestras creencias me está gustando mucho.
ALCOCER : (Voz en Off) Bienvenido hijo mío. Ya verás como alcanzas
el cielo con tu buen comportamiento. No te olvides de apagar
las velas. Hasta Mañana.
ARISTIS : Así lo haré mi señor.

Se apaga luz.

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II. LA COLONIA. 1797. LA SOMBRA.

Personajes:

LUISA
PADRE
ANGEL
MATEO
ARZOBISPO
CAMPESINA

Santafé de Bogotá en 1797. En una ventana de una hermosa casona colonial.

LUISA : (Al público y en secreto) ¿Alguien me oye? ¿Por favor me


entienden? Yo hablo castellano. ¿No me entienden? Yo soy de
Santafé de Bogotá, ¿No hay nadie aquí qué sepa hablar
castellano?. ¿Ustedes qué idioma hablan? ¿Cuál?. Yo
necesito alguien que hable castellano. Es que yo soy mujer y
pareciera que hablo un idioma distinto al de ustedes. Necesito
alguien que me sirva de traductor para comunicarme con los
habitantes de esta ciudad.

Aparece el padre de Luisa.

PADRE : Yo seré tu traductor, hija mía.


LUISA : (A disgusto) Gracias Padre mío.
PADRE : Estoy listo, cuando quieras comenzamos.
LUISA : Mi nombre es Luisa Sandoval.
PADRE : Ella dice que su nombre es Luisa Sandoval
LUISA : Soy hija de Españoles nacida aquí, en Santafé de Bogotá.
Estoy enamorada pero yo sé que en 1797 mi destino es ser
monja o casarme con el hombre que mi padre me escoja.
PADRE : Ella dice que en pleno 1797 su destino es servir al señor o
casarse decentemente.
LUISA : No sé porque no nací en otro siglo, en otro tiempo. Hoy la
vida para mí es muy triste.
PADRE : Ella dice que está feliz de haber nacido en estos tiempos.
Ama la vida.
LUISA : Mi padre quiere casarme con Don Pablo Aramburu Zea,
caballero muy respetable, descendiente directo de los
españoles, bastante viejo y achacado.
PADRE : Ella dice que quiere casarse con un descendiente directo
de españoles en estas tierras frías. Es feliz con que su padre
coincida con ella.

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LUISA : En verdad, estoy enamorada, amo con todo mi corazón y
mi alma al Capitán Ángel Ley, gallardo joven de Zaragoza
quien vino con el señor Virrey.
PADRE : (La abofetea).Ella dice que el demonio a veces le aconseja
hacer otra cosa, hacer lo que se la da la gana, pero que
afortunadamente su padre le ayuda a volver por los caminos
de la moral y la virtud.
LUISA : Mi padre no me permite casarme con la persona que amo,
dice que él es aún muy joven, emigrante y sin hacienda.
PADRE : Ella dice que está arrepentida de haber puesto los ojos en
alguien distinto a la persona escogida por su familia.
LUISA : Yo quisiera ser libre, si no acepto casarme con el viejo
pervertido Aramburu Zea, seré obligada a ser monja.
PADRE : Ella dice que también le gustaría ser monja, servir a Cristo
con toda su devoción.
LUISA : Prefiero la muerte…
PADRE : Ella dice que la vida es muy hermosa así. Está
emocionada.
LUISA : (Llorando). Prefiero la muerte.
PADRE : Ella llora de felicidad.
LUISA : Ayúdenme.
PADRE : Es muy feliz. Nos ama.
LUISA : ¡Tengo que huir!
PADRE : Ella dice gracias, muchas gracias.
LUISA : Tengo que huir…
PADRE : (Al publico). Creo que tiene un exceso de felicidad. (Le da
una bofetada).Sin excesos niña mía.
LUISA : (Calmándose, con orgullo y sin llorar). Hay alguien aquí que
sepa hablar castellano. Nadie me entiende. Necesito un
traductor para comunicarme con la ciudad, un traductor que no
sea mi padre.
PADRE : Silencio. (El padre vuelve y la abofetea).
LUISA : Que no sea mi padre.
PADRE : Silencio. (El padre vuelve y la abofetea). . .

Así se quedan varias veces.

II ESCENA

En el mismo lugar.

PADRE : Ahora tú me traduces.


LUISA : Como ordenes padre.
PADRE : Soy el padre y por lo tanto el dueño del destino de esta
criatura hasta que las leyes no dispongan lo contrario.
LUISA : Dice ser el padre y por lo tanto el dueño del... (Lo demás lo
dice muda)

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PADRE : Mi hija dice estar enamorada de un capitán pendenciero
que vino con el Virrey y que fue expulsado de Zaragoza por
buscapleitos y mujeriego. ¿Qué tal que las mujeres de esta
ciudad pudiesen en estos tiempos decidir a quien amar?.
LUISA : (Ella continua gesticulando muda) Lo amo, lo amo. Lo amo.
(Se besa y se entrega a un amado imaginario).
PADRE : (Desenvainando). Ese tipejo sabrá por mi mano como los
andaluces de América defendemos el honor de una hija…

Luisa sigue en lo mismo. El padre furioso se enfrenta a un enemigo imaginario


quien en un dos por tres lo desarma y lo mata

LUISA : (Señalando al padre). A veces sueño que mi amado se


enfrenta a mi padre y lo mata. Después, con mi capitán, nos
vamos muy lejos y nos casamos. (El Padre se levanta) Pero
es sólo un sueño…
PADRE : ¡De tanto desearlo se te puede volver verdad!.
LUISA : Es sólo un sueño. (Entra Ángel y pelea con el Padre. Lo
desarma y lo va a matar.) No lo niego, a veces sueño y
cuando lo va a matar me despierto.
PADRE : ¡Despiértate Luisa ese criminal me va a matar!.
LUISA : No.
PADRE : ¿Qué haces hija, si no te despiertas me matará este
mequetrefe?
LUISA : No te preocupes padre es sólo un sueño.
PADRE : Ni lo intentes, te condenaras en el infierno, despiértate.
LUISA : Estoy dormida padre y yo no tengo la culpa de que el
demonio ponga esas imágenes en mi sueños.
PADRE : ¡Despiértate!
LUISA : No.
PADRE : ¡Auxilio, este infeliz me está matando!.
LUISA : Cuando me despierte ya revivirás.
PADRE : Hija te lo ordeno, no quiero morir.
LUISA : Pero es sólo un sueño.
PADRE : Para ti es un sueño pero para mi es una pesadilla,
despiértate.
LUISA : No.
PADRE : Te lo ordeno.
LUISA : No puedo.
PADRE : Hablaré con el señor Arzobispo.
LUISA : Está bien, me despertaré para evitar tus sufrimientos.
PADRE : Hazlo rápido que este infeliz me está matando.
LUISA : Ya lo haré padre.
PADRE : ¡Hazlo!
LUISA : No sé, algo anda mal
PADRE : ¡Despiértate!

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LUISA : No puedo.
PADRE : Vamos hija, me está matando.
LUISA : Ya basta Ángel, no quiero soñar esto.
PADRE : Despiértate.
LUISA : No puedo.
PADRE : Es tu sueño hija, despierta.
LUISA : No puedo.
PADRE : Hija, ayúdame.
LUISA : Trato pero no puedo.
PADRE : Despiértate.
LUISA : No puedo.
PADRE : ¡Mierda, soy hombre muerto!.

En el sueño, el Capitán Ángel lo mata.

LUISA : (A Ángel) ¿Qué has hecho?


ÁNGEL : No sé, no lo pude evitar, es tu sueño.
LUISA : Es mi pesadilla.
ÁNGEL : Yo no elijo, son tus deseos.
LUISA : Yo no deseo eso, sólo quiero huir contigo.
ÁNGEL : Pero no te despertaste a tiempo.
LUISA : No pude despertarme.
ÁNGEL ; Yo no quiero ser un asesino.
LUISA : Es probable que todavía siga soñando.
ÁNGEL : Todavía estamos a tiempo.
LUISA : Entonces me despertaré.
ÁNGEL : Vamos hazlo, despiértate.
LUISA : Lo haré.
ÁNGEL : Vamos, no quiero ser el asesino de tu padre.
LUISA : Lo haré.
PADRE : (Reviviendo) Vamos hija, aún respiro.
LUISA : Lo haré, yo sólo quiero amar y ser feliz.
PADRE : Despiértate.
LUISA : Ya me desperté.
PADRE : ¡Mientes!
LUISA : Ya me desperté padre.
PADRE : Mientes hija.
LUISA : Mira, ya no estás muerto.
PADRE : Es cierto.
LUISA : Y mi amado ya no está.
PADRE : Es cierto.

Todo vuelve a la realidad.

PADRE : Ahora que sé cuáles son tus sueños, hablaré con el


Arzobispo y te casaré más rápido.
LUISA : Oh Dios, ahora que estoy despierta, empieza mi pesadilla.

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PADRE : Así es la vida hija, si tu sueñas yo sufro y si yo sueño tu
sufres.
LUISA : Vamos padre, despiértate.
PADRE : No quiero.
LUISA : Padre yo no me quiero casar con ese tipo.
PADRE : Es mi sueño.
LUISA : Despiértate.
PADRE : No quiero, no puedo y no debo.
LUISA : Padre es mi felicidad.
PADRE : En mi sueño tu felicidad está en obedecerme. Es tu deber.
LUISA : Despiértate padre, te lo suplico.
PADRE : Es imposible. Yo no sueño. Esto que te pasa es verdad, es
real, mejor descansa que ya mañana hablaremos para
arreglar los asuntos de tu boda. Adiós hija. (El padre sale).

Sigiloso, entra Ángel Ley, el capitán enamorado de Luisa.

LUISA : ¿Estás loco? Si mi padre te encuentra aquí te hace matar.


ÁNGEL : Me cuentan en la calle que tu padre te quiere casar.
LUISA : Me tiene destinada para un amigo suyo.
ÁNGEL : Algo se podrá hacer…
LUISA : Me volveré monja.
ÁNGEL : Allá te volverás loca.
LUISA : No importa, prefiero eso que casarme así.
ÁNGEL : La locura no es la solución.
LUISA : Entonces me volveré sombra.
ÁNGEL : El Arzobispo tiene prohibido esas prácticas.
LUISA : Me volveré sombra.
ÁNGEL : Te excomulgarán.
LUISA : Me volveré sombra.
ÁNGEL : Hablaré con tu padre.
LUISA : Me volveré sombra.
ÁNGEL : Traeré un pelotón de soldados y te sacare de aquí.
LUISA : El Virrey te ahorcará.
ÁNGEL : No te vuelvas sombra.
LUISA : Ya soy una sombra.
ÁNGEL : Te llevarán a la hoguera.
LUISA : No puedo ver, no puedo hablar, soy una sombra.
ÁNGEL : Te encerrarán como loca.
LUISA : Ya estoy encerrada.
ÁNGEL : No te dejarán salir y te tratarán como a una enferma.
LUISA : Ya estoy agonizando.
ÁNGEL : Huiremos.
LUISA : Nos perseguirán.
ÁNGEL : Iremos a Santa Marta. Allí tengo amigos que nos ocultarán
por un tiempo.
LUISA : Está bien huiremos.

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ÁNGEL : Ahora sí podremos soñar juntos.
LUISA : Esta noche pasas por mí. Estaré lista en la ventana.

Aparece el Padre de Luisa.

PADRE : ¿Qué haces aquí sinvergüenza?


ÁNGEL : (Sin ver al padre) Luisa mi amor…
LUISA : Ya queda todo dicho mi amor.
PADRE : Intruso, ladrón, en mi casa.
ÁNGEL : Esto ya no es ningún sueño.
PADRE : (Desenvainando). Ese tipejo sabrá por mi mano como los
Andaluces de América defendemos el honor de una hija.

Pelean. Ángel lo desarma y lo va a matar.

LUISA : (Evitándolo) ¡No, por Dios, es mi padre y le debo respeto!.

Ángel sale.
PADRE : (Muy alterado)Hija, no sólo me humillas públicamente sino
que también evitas mi muerte con honor. Quedarás encerrada
y presa en nuestra casa hasta que desistas de casarte con
ese aventurero y asesino de Zaragoza.
LUISA : Pero te perdonó la vida Padre.
PADRE : No importa, en los ojos se le vio la intención.
LUISA : Te perdonó la vida.
PADRE : Sí, pero para humillarme delante de tí.
LUISA : No es justo…
PADRE : No me vas a enseñar a mi lo que es justo o injusto.
LUISA : Quisiera desaparecerme.
PADRE : Te lo prohíbo.
LUISA : Quisiera volverme sombra
PADRE : No digas estupideces niña.

Luisa desaparece y se ve su sombra en alguna pared.

PADRE : ¡Esto es una mierda. Ahí te quedarás pegada a esa pared


hasta que desistas de tus caprichos!.
LUISA : Te perdonó la vida.
PADRE : Ya cállate y regresa aquí o hablaré con el señor Arzobispo.
Señor Arzobispo, ¿usted conoce a mi Luisa Sandoval?.
ARZOBISPO: (Apareciendo). Nunca he abandonado los asuntos de mis
fieles y sé lo que le pasa a cada uno. Por ejemplo: tu niña es
aquella que no quiere obedecer a su padre.
PADRE : No solamente eso, también está encaprichada con un
capitán aventurero.
ARZOBISPO: Ya se le pasará.
PADRE : Y cuando la reprendo como debe ser se vuelve sombra y

18
se pega a cualquier pared como si fuera cosa del diablo.
ARZOBISPO: Son caprichos de mujer joven. Toma, rocíala con esta agua
bendita y rézale tres aves marías. Ya verás que se le apagan
esos fuegos juveniles. Ahora, para que no se te salga de la
casa rézale en las puertas y ventanas un “padre nuestro” y ya
verás como queda atrapada como mosca sin poder huir.
(Sale)
PADRE : Gracias señor Arzobispo. Usted siempre tan generoso.
(Rezando y rociando el agua bendita). Luisa Sandoval
debes obediencia a tu padre.
LUISA : Aquí estoy padre. No es mi culpa que no me quieras ver.
PADRE : Sólo veo tu sombra.
LUISA : No hay peor ciego que aquel que no quiere…
PADRE : No seas grosera con tu padre, niña de los infiernos.
LUISA : Perdona padre. Perdona.
PADRE : El Arzobispo te manda esta agua y la orden de olvidarte de
tus amores pecaminosos.
LUISA : Pero el Capitán te perdonó la vida.
PADRE : Cállate. No andes por ahí contando el deshonor al que me
has llevado. Te encerraré definitivamente. (Rezando) Padre
nuestro que estás en los cielos…
LUISA : (Regresando) Si esta noche no logro huir o ser raptada por
el Capitán Ángel, la única salida será mi muerte o mi locura.

Mientras dice esto aparecen rejas en su ventana.

III ESCENA.

Saliendo de un estanco de licor. Imágenes de sombras nocturnas que se


multiplican y se cruzan embriagadas. Ángel Ley y su esclavo Mateo aparecen
brindando y bebiendo. Ya están ebrios.

ÁNGEL : Ella me ama y yo la amo.


MATEO : Hemos bebido mucho mi amo.
ÁNGEL : Asaltaré los balcones de su casa y después huiremos para
Santa Marta.
MATEO : Sálvela señor.
ÁNGEL : Por la tarde le he mandado otro mensaje para asegurar lo
Planeado, espero que le haya llegado y me aguarde en la
ventana esta noche.
MATEO : (Cantando) Iremos los dos y salvaremos a doña Luisa
Sandoval. El licor nos ha despejado la mente, nos ha dado la
valentía necesaria y nos ha puesto el cuerpo ligero y veloz.
Estamos lúcidos y ágiles.

Se caen de la borrachera. Se levantan y caen de nuevo, así varias veces. En la


calle cae nieve.

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ÁNGEL : Mierda, es tal mi borrachera que tengo la sensación de que
está nevando en Santafé de Bogotá.
MATEO : No es posible señor. Yo también veo caer nieve. Estamos
graves y fritos.

Los dos hombres se extravían. Se buscan pero, la lluvia, las sombras y la


borrachera no les permite encontrarse El esclavo desaparece.

ÁNGEL : Mateo, no huyas, no me dejes solo en esta empresa.


Esclavo, ¿dónde estás?. (Lo busca pero realmente no se ve
nada). Cobarde criado mío, no es posible que me abandones
cuando más te necesito.

Aparece una sombra.

ÁNGEL : Cobarde y traidor, ¿dónde estabas?, vamos contéstame o


te mato. (La sombra murmura algo débilmente) Perdóneme
Mateo, pensé que te habías escapado y me habías dejado
solo en estas calles peligrosas y que habías desistido de
acompañarme al rescate de mi enamorada. (La sombra se
queja débilmente) Vamos borracho habla, di algo. ¿Qué te
pasa?, yo te dije que no bebieras tanto. (La sombra trata de
alejarse) ¡Alto esclavo! si te largas te mato, tú me debes
obediencia y me tienes que acompañar. (La sombra pareciera
que llorara), ¿Lloras como una Magdalena? Dios mío sólo esto
me faltaba, mi escudero se comporta como una mujer, mi
esclavo que se ha batido contra miles de indios y los ha
vencido ahora llora como una niña.
CAMPESINA: Caballero, por favor, me da miedo irme sola hasta mi casa,
le suplico me acompañe. Voy camino por la calle real hacia
las Nieves.
ÁNGEL : ¡Mierda!, mi esclavo se ha convertido en una anciana.¿Qué
le diré a su mujer?. Tranquilo amigo, yo te llevaré a donde el
señor Arzobispo y él te volverá a tu estado normal.
CAMPESINA: Señor, no sé lo que habla, soy una humilde mujer que se
ha extraviado. La lluvia y la oscuridad no me permiten seguir
para mi casa al otro lado del río.
ÁNGEL : ¿Me quieres decir que no eres mi esclavo convertido en
débil mujer?
CAMPESINA: No sé de qué me habla señor. Pero acabo de ver pasar a
un esclavo borracho. Se metió en el burdel de “Las
Pichoncitas”.
ÁNGEL : Mi esclavo, el cobarde, se ha esfumado cual ladrón…

La campesina llora.

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ÁNGEL : Estimada anciana, de manera que no es usted un hombre.
Me sabrá disculpar pero el trago, la lluvia y la oscuridad no me
permiten apreciar bien.
CAMPESINA: Señor, ayúdeme. Es muy tarde y no está bien para una
mujer caminar sola por estas calles. Voy para el otro lado del
río, hacia la calle de las Nieves…
ÁNGEL : Querida dama. Mi camino es el mismo suyo así que vamos
y nos acompañamos mutuamente.

Caminan y sus sombras se pierden en la noche oscura.

IV ESCENA

Aparece un enorme portón. La campesina al ver a Ángel tan borracho lo hace


seguir. Una vez adentro, la mujer enciende una vela mientras se descubre el
rostro apareciendo una hermosa mujer. Las sombras permiten ver la silueta de un
cuerpo atractivo. La mujer lo invita a su alcoba y le muestra un iluminado y cálido
lecho.

ÁNGEL : (Muy ebrio) ¡Más alucinaciones!. Primero la lluvia se


convirtió en nieve, después mi esclavo se volvió una anciana
débil para no ayudarme en el rescate de mi amada y ahora
esta campesina se ha convertido en semejante bella dama.
Esas bebidas me han embrujado. Tengo que ir a la iglesia…

Intenta salir pero cae sobre la cama. La dama le ayuda a desvestirse. El vuelve a
intentar pararse pero casi no puede.

ÁNGEL : Me tengo que ir. Esto no está bien, me estoy acostando


con mi esclavo transformado en bella dama. (Cogiendo su
espada) ¡Yo soy un varón!. ¡Quien intente mancillar mi honor
lo mataré!. Me he enfrentado a peores enemigos y a todos los
he degollado. Quien se meta con mi dignidad morirá…tengo
que irme…

La mujer le quita cariñosamente la espada y la coloca en la cabecera de la cama,


al lado de un reluciente Cristo. Ella comienza a desnudarse.

ÁNGEL : ¡Mujer tan hermosa!. ¡Que mujer! ¡Dios mío, que mujer!
Juro por Dios que estoy borracho, muy borracho, y borracho
que se respete al otro día no se acuerda de nada. (Se apagan
luces)

V ESCENA

Al otro día. En la misma calle, frente al estanco, se encuentra Mateo bebiendo.

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Llega Ángel.

ÁNGEL : Cobarde esclavo. Anoche me dejaste solo.


MATEO : Señor, la bebida nos iba enloqueciendo.
ÁNGEL : ¿En dónde te metiste?, esclavo traidor.
MATEO : Me fui para la casa señor…
ÁNGEL : Mentiras. Anoche llovió con mal presagio.
MATEO : ¿Y el rapto señor?
ÁNGEL : ¡No pude llegar!.
MATEO : ¿Y doña Luisa Sandoval?, ella lo espera señor.
ÁNGEL : Lo he postergado para mañana por la noche.
MATEO : ¿Y porqué no para hoy?
ÁNGEL : Es que me ha pasado algo muy extraño y he perdido mi
espada.
MATEO : ¿Anoche?. Señor, si el Virrey pasa por estos lados y lo ve
sin espada lo manda a fusilar.
ÁNGEL : Por eso, esta noche tengo que ir a la casa en donde la dejé
olvidada.
MATEO : ¿Pero qué hizo señor para abandonar su arma?.
ÁNGEL : Al salir de aquí me encontré con una humilde mujer que por
arte de magia resultó ser una mujer hermosa que me invitó a
su lecho. Allí, colocó mi espada junto a un crucifijo que tiene
sobre la cabecera y no recuerdo nada más. Esta mañana, al
salir, me ha entregado las llaves de su casa para que regrese
todas las noches que desee. Salí tan apresurado, temeroso de
que la luz del día me delatara ante los vecinos que la espada
se me quedó en la cabecera de la cama.
MATEO : Ahora si entiendo porqué se me perdió anoche señor...
ÁNGEL : ¡Juro a Dios que nada estaba planeado!.
MATEO : ¿En qué lugar dice que queda la casa en donde estuvo
anoche señor?
ÁNGEL : A la vuelta de Nuestra Señora de las Nieves. Una inmensa
casona, de portón rojizo...
MATEO : (Asombrado) ¿La casa de aldaba morisca?
ÁNGEL : Si. Es la única.
MATEO : Eso es imposible, señor estaba muy ebrio anoche. Esa
casa está abandonada desde la época del levantamiento de
los comuneros.
ÁNGEL : ¿Abandonada?. Mientes esclavo, es más lujosa que el
mismo palacio del Arzobispo.
MATEO : Dicen que allí se suicidó la novia de José Antonio Galán, el
jefe comunero, cuando se enteró que a éste lo capturaron y lo
descuartizaron las tropas españolas comandadas por el señor
Arzobispo.
ÁNGEL : No bromees, allí en esa misma casa estuve anoche.
MATEO : Señor, dicen que el fantasma de esa mujer se le aparece a
los soldados borrachos y les roba sus armas.

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ÁNGEL : Mira, aquí están las llaves que ella me dio.
MATEO : Pregúntele a los vecinos señor, esa casa está abandonada
y derruida desde hace mucho tiempo.
ÁNGEL : ¡Es imposible!. ¿Qué pasó anoche?.
MATEO : (Asustado) Vamos a mirar señor. Creo que anoche el
diablo le jugó un mala pasada.

Salen corriendo para la casa de la mujer. Vuelve y aparece un gran portón. Al abrir
se ve una casa derruida, como una tumba, fragmentos de cruces, velas y un ataúd
en lugar del lecho cálido de la noche anterior. Allí, al lado de un crucifijo lleno de
polvo, está la espada de Ángel y al lado del ataúd vacío el velo de la mujer. Ángel
sale de allí desorientado. Mateo, con mucho temor, recoge la espada y deja las
llaves al lado del ataúd. Sale.

VI ESCENA.

Los dos hombres tambaleantes y asustados, sobre la calle real, frente a la puerta
de la casona. Allí se encuentran con un cortejo fúnebre. La acompañan cuatro
dolientes. Una mujer camina en el centro.

ÁNGEL : ¿A quién llevan allí?


DOLIENTE 1: Es el entierro de Luisa Sandoval
DOLIENTE 2: Anoche se dejo morir.
DOLIENTE 3: No quiso comer, no quiso beber.
DOLIENTE 1: Dicen que murió de amor.
ÁNGEL : ¿Y Qué pasó, dónde está su amado?.
DOLIENTE 2: Nadie sabe, dicen que pensaba raptarla, pero ella murió
antes de que él llegara.
DOLIENTE 3: Andará llorando su pena.
DOLIENTE 1: O estará hablando con el alma de esta niña, dicen que
antes de irse, las almas visitan a su ser amado por última vez.
DOLIENTE 2: Otra niña que se muere de amor.
MATEO : ¿Y dónde está su padre y dónde su familia?.
DOLIENTE 3: Su padre, disgustado no asistió.

La muerta se despoja del manto negro y es Luisa Sandoval. Ella se va


despidiendo de su amado mientras desaparece.

MATEO : (Muy asustado) Señor mío, hablaremos con el Arzobispo.


Esto son cosas del Maligno. (Huye)
ÁNGEL : (A Luisa) ¿Mi amor, estás muerta?
LUISA : No sé.
ÁNGEL : ¿Mi amor, estás viva?
LUISA : No sé.
ÁNGEL : ¿Mi amor, estás muerta o estás viva?
LUISA : No importa.
ÁNGEL : ¿Necesito que me digas qué pasó?

23
LUISA : No sé.
ÁNGEL : ¿Entonces por qué vas en ese cortejo?
LUISA : Es mi propio entierro.
ÁNGEL : ¿Qué diablos dices?
LUISA : No sé, serán cosas del diablo.
ÁNGEL : Amor, vine por ti.
LUISA : No existo.
ÁNGEL : ¿Qué eres?
LUISA : Tal vez soy una pesadilla
ÁNGEL : ¿Quién te hizo esto?.
LUISA : Tú.
ÁNGEL : Perdóname.
LUISA : Te esperé varias noches y no llegaste.
ÁNGEL : El diablo me enredó el camino.
LUISA : No importa, ya es tarde.
ÁNGEL : Aún podemos escaparnos.
LUISA : No.
ÁNGEL : ¿Me amas?.
LUISA : Sí.
ÁNGEL : ¿Entonces?.
LUISA : No existo
ÁNGEL : Pero, no es posible, yo te veo.
LUISA : Sí es posible, te esperé mucho tiempo y nunca apareciste.
Ahora seré tu pesadilla. Mejor desaparece, ya no tienes lugar
en mi sueño.

(Se apagan luces).

24
III. LA PATRIA BOBA. 1816. “LOS EXTERMINADORES”.

Personajes:

EL FUGITIVO.
LA FUGITIVA.
EL EXTERMINADOR.
LA EXTERMINADORA.

La clave de este acto está en la repetición y en la repetición, sólo que al final, el


círculo se ira cerrando dramáticamente.

Un hombre y una mujer vestidos de matrimonio en muy mal estado, ya


harapientos y andrajosos. Se encuentran atados y con los ojos vendados.

EL FUGITIVO : Estás hermosa.


LA FUGITIVA : ¿Cómo lo sabes?
EL FUGITIVO : Por tu voz.
LA FUGITIVA : Aún soy hermosa.
EL FUGITIVO : ¿Tienes la piel morena?
LA FUGITIVA : Aún tengo la piel morena.
EL FUGITIVO : ¿Los ojos pardos?
LA FUGITIVA : Aún tengo los ojos pardos.
EL FUGITIVO : Tu corazón aún sabe volar.
LA FUGITIVA : Tengo como corazón una golondrina.
EL FUGITIVO : ¡Huye!

Cambian de posición y actitud.

LA FUGITIVA : ¿Estás ahí, señor?


EL FUGITIVO : Si, aún estoy aquí, señora.
LA FUGITIVA : ¿Aún eres el mismo?
EL FUGITIVO : Si, mi nombre aún es el mismo.
LA FUGITIVA : Bendito amor.
EL FUGITIVO : tú, ¿sigues ahí señora?
LA FUGITIVA : Aún sigo aquí, señor.
EL FUGITIVO : ¿Aún eres la misma, señora?
LA FUGITIVA : Mi nombre aún es el mismo
EL FUGITIVO : Dios nos bendiga, amor .

Cambian de posición y actitud.

25
LA FUGITIVA : ¿Llevas huyendo mucho tiempo?.
EL FUGITIVO : Llevo huyendo varios días.
LA FUGITIVA : ¿De dónde vienes?
EL FUGITIVO : De la aldea.
LA FUGITIVA : ¿Ya llegaron los Exterminadores a la aldea?
EL FUGITIVO : Si, ya llegaron.
LA FUGITIVA : ¡Dios mío, o sea que ya perdimos todo!
EL FUGITIVO : No, todavía no. Nuestros hijos algún día volverán.
LA FUGITIVA : Sí, por ahora solo hay que huir...
EL FUGITIVO : Los Exterminadores llegaron y mataron a casi todos
los habitantes. Algunos alcanzamos a huir.
LA FUGITIVA : Debió ser terrible para los que se quedaron allí, para
los que no alcanzaron a escapar.
EL FUGITIVO : ¿Y tú, de dónde vienes?
LA FUGITIVA : Del campo.
EL FUGITIVO : ¿Allá también llegaron los Exterminadores?.
LA FUGITIVA : Sí. Fue infernal, nadie quedó con vida.

Cambian de actitud y de posición. Desesperados.

LA FUGITIVA : Vamos a morir.


EL FUGITIVO : Es posible que ya estemos muertos. Los
Exterminadores no perdonan.
LA FUGITIVA : ¿Te puedo pedir un favor?
EL FUGITIVO : Sí...
LA FUGITIVA : ¿Antes de volver a morir, me puedo casar contigo?
EL FUGITIVO : Pero, si nos acabamos de conocer...
LA FUGITIVA : Para nosotros ya no existe el tiempo
EL FUGITIVO : Y en dónde nos casamos, y quien nos casará, y que
beberemos...
LA FUGITIVA : Nos casaremos aquí, en el barro, estos harapos me
servirán de traje de novia y Dios será nuestro juez

Entran El Exterminador y La Exterminadora, armados y vestidos con trajes


andrajosos.

EL EXTERMINADOR: ¡Listos!
EL FUGITIVO : (Asustados). Ya vienen.
LA FUGITIVA : Amor, antes de morir, puedo saber ¿quién eres en
realidad?
EL FUGITIVO : No importa, cualquier cosa, un hombre que huye en
la derrota.
LA FUGITIVA : ¡Háblame quiero morir oyendo tu voz!
EL FUGITIVO : Dime que me amas, así aunque nos estén fusilando
hoy, no lo sentiremos.
LA FUGITIVA : ¡Partiremos los dos!
EL FUGITIVO : ¡Llévame con tu vuelo!

26
LA FUGITIVA : ¡Vamos al punto en donde nuestras almas se
confundan!
EL EXTERMINADOR: ¡Apunten!. ¡Fuego!

Pausa.

Los Exterminadores les disparan. Ellos caen. Los Exterminadores en un principio,


hablan con voz fingida. La pareja de fugitivos se levanta y se apresta a ser
fusilada de nuevo.

EL EXTERMINADOR: ¡Otra vez en las mismas!.


LA EXTERMINADORA: ¿Hasta cuándo durará esta agonía?
EL EXTERMINADOR: Pobre aldea, le estamos matando a todas las
personas inteligentes.
LA EXTERMINADORA: La quedarán habitando sólo los imbéciles.
EL EXTERMINADOR: Nosotros los Exterminadores somos muy crueles.
LA EXTERMINADORA: (Quitándole la capucha) Yo te conozco, tu no eres
Exterminador, tú eres de la aldea.
EL EXTERMINADOR: (Asustado, deja de fingir) Los Exterminadores me
atraparon, me perdonaban la vida si me unía a ellos.
LA EXTERMINADORA: Dios nos perdone.
EL EXTERMINADOR: (Quitándole la capucha.) Tú tampoco eres
Exterminadora, yo te he visto en el campo.
LA EXTERMINADORA: (También, asustada, deja de fingir) Me perdonaban
la vida si me unía ellos. Dios me perdone.
EL EXTERMINADOR: Ahora estamos aquí fusilando a nuestros propios
hermanos.
LA EXTERMINADORA: Dios nos perdone.
EL EXTERMINADOR: Debimos morir en la aldea.
LA EXTERMINADORA: (Señalando a El Fugitivo y a La Fugitiva). ¿Y quienes
son ellos, los que nos toca fusilar hoy?
EL EXTERMINADOR: |Dicen que son dos locos. Cuentan que él logró
escaparse de los Exterminadores cuando llegaron a su
aldea. Que en el camino se encontró con esta mujer
quien también huía. Se enamoraron y se casaron. Los
capturamos en plena boda, en medio del barro.
LA EXTERMINADORA: Debieron morir en el río.
EL EXTERMINADOR: No volvieron a hablar. ¡Esperan la muerte! ¡Listos!
(Se colocan las capuchas) Fusilar hombres, en estos
tiempos no es extraño... pero fusilar locos...
LA EXTERMINADORA: Fusilar locos es lo mismo que fusilar ángeles, y
fusilar ángeles es un mal presagio.
EL EXTERMINADOR :¡Apunten! ¡Fuego!

Los Exterminadores disparan. Los presos mueren. Los Exterminadores se


acercan.

27
LA EXTERMINADORA: (En secreto) Tenemos que huir de aquí. No podemos
seguir haciendo esto.
EL EXTERMINADOR: (En secreto) Huyamos, es mejor morir a seguir
haciendo lo que estamos haciendo.
LA EXTERMINADORA: Si, aprovechemos que los Exterminadores están
ocupados. Llevémonos esto (Le quitan el velo de novia
y las vendas a El Fugitivo y a La Fugitiva y se las
ponen). A ellos ya no les sirve. Les dejamos nuestra
ropa, así confundimos a los Exterminadores, (Les
colocan, las capuchas y las armas).
EL EXTERMINADOR: Huyamos.
LA EXTERMINADORA: (Asustada) ¿Vamos a morir?.
EL EXTERMINADOR: Es posible que ya estemos muertos, los Exterminadores
no perdonan.
LA EXTERMINADORA: ¿Te puedo pedir un favor?.
EL EXTERMINADOR: Sí...
LA EXTERMINADORA: ¿Antes de volver a morir, me puedo casar contigo?
EL EXTERMINADOR: Pero, si nos acabamos de conocer...
LA EXTERMINADORA: Para nosotros ya no existe el tiempo.
EL EXTERMINADOR: Y en dónde nos casamos, y quién nos casará, y qué
beberemos...
LA EXTERMINADORA: Nos casaremos aquí, en el barro, estos harapos me
servirán de traje de novia y Dios será nuestro juez.
EL EXTERMINADOR: Vamos, nos van a descubrir. (Intentan salir).

El Fugitivo y La Fugitiva vestidos de militares harapientos se levantan.

EL FUGITIVO: (Deteniendo con su arma a los Exterminadores) ¡Un


momento!.
LA EXTERMINADORA: Pero ustedes están muertos...
EL EXTERMINADOR: Nosotros los matamos.
LA FUGITIVA : Se equivocan, nosotros ya estábamos muertos
cuando ustedes nos mataron.
EL FUGITIVO : A un muerto no se le puede matar dos veces

(El Fugitivo y La Fugitiva encapuchados, apuntan a los Exterminadores quienes


están vestidos como ellos al principio).

EL FUGITIVO : ¡Listos!
EL EXTERMINADOR: ¡Llévame con tu vuelo!
LA EXTERMINADORA: ¡Vamos al punto en donde nuestras almas se
confundan!
EL FUGITIVO: ¡Fuego¡.

El Fugitivo y La Fugitiva disparan. Los Exterminadores caen. El Fugitivo y La


Fugitiva en un principio, hablan con voz fingida. Los Exterminadores se levantan

28
otra vez y se aprestan a ser fusilados de nuevo.

LA FUGITIVA : Otra vez en las mismas.


EL FUGITIVO : ¿Hasta cuándo durará esta agonía?
LA FUGITIVA : Pobre aldea, le estamos matando todas las personas
inteligentes.
EL FUGITIVO : La quedarán habitando sólo los imbéciles.
LA FUGITIVA : Nosotros los Exterminadores somos muy crueles.
EL FUGITIVO : (Quitándole la capucha) Yo te conozco, tu no eres
Exterminadora, tú eres de la aldea.
LA FUGITIVA : (En secreto, asustada, deja de fingir la voz.) Los
Exterminadores me atraparon, me perdonaban la
vida si me unía a ellos.
EL FUGITIVO : Dios nos perdone.
LA FUGITIVA : (Quitándole la capucha.) Tú tampoco eres
Exterminador, yo te he visto en el campo.
EL FUGITIVO : (Deja de fingir) Me perdonaban la vida si me unía a
ellos. Dios me perdone.
LA FUGITIVA : Ahora estamos aquí fusilando a nuestros propios
hermanos.
EL FUGITIVO : Dios nos perdone.
LA FUGITIVA : Debimos morir en la aldea.
EL FUGITIVO : (Señalando al Exterminador y a la Exterminadora.)
¿Y quienes son ellos, los que nos toca fusilar hoy?
LA FUGITIVA : Dicen que son dos locos. Los capturamos
escondiéndose en el río.
EL FUGITIVO : Debieron morir allá. (Apuntando) ¡Listos! (Se coloca
la capucha).
LA FUGITIVA : (Se coloca la capucha) Fusilar hombres, en estos
tiempos no es extraño... pero fusilar locos...
EL FUGITIVO : Fusilar locos es lo mismo que fusilar ángeles, y
fusilar ángeles es un mal presagio. ¡Apunten! ¡Fuego!

El Fugitivo y La Fugitiva disparan. Los Exterminadores caen.

EL FUGITIVO : ¡Dios nos perdone!


LA FUGITIVA : (En secreto y reaccionando) Tenemos que huir de
aquí, no podemos seguir haciendo esto. Dios nos
perdone.
EL FUGITIVO : (En secreto) Vámonos, es mejor que nos maten a
seguir haciendo lo que estamos haciendo.
LA FUGITIVA : Si aprovechemos que los Exterminadores están
ocupados. Esto nos pertenece (Recuperan el velo de
novia y las vendas, se las colocan y quedan como al
principio y les colocan sus ropas ).
LA FUGITIVA : ¡Huyamos!.
EL FUGITIVO : (Asustado) ¿Vamos a morir?.

29
LA FUGITIVA : Es posible que ya estemos muertos. Los
Exterminadores no perdonan.
EL FUGITIVO : ¿Te puedo pedir un favor?
LA FUGITIVA : Sí...
EL FUGITIVO : ¿Antes de volver a morir, me puedo casar contigo?
LA FUGITIVA : Pero, si nos acabamos de conocer...
EL FUGITIVO : Para nosotros ya no existe el tiempo.
LA FUGITIVA : ¿Y en dónde nos casamos, y quién nos casará, y
qué beberemos?...
EL FUGITIVO : Nos casaremos aquí, en el barro, estos harapos te
servirán de traje de novia y Dios será nuestro juez
LA FUGITIVA : Vamos, nos van a descubrir. (Intentan salir).

El Exterminador y la Exterminadora con capuchas y armas se levantan.

LA EXTERMINADORA: (Apuntando con su arma a El Fugitivo y La Fugitiva).


¡Un momento!.
EL FUGITIVO : Pero si ustedes están muertos...
LA FUGITIVA : Nosotros los matamos.
El EXTERMINADOR: Se equivocan, nosotros ya estábamos muertos
cuando ustedes nos mataron
LA EXTERMINADORA: A un muerto no se le puede matar tres veces.
EL EXTERMINADOR: ¡ Listos!. ¡Fuego!.

Pausa.

LA EXTERMINADORA: (Fingiendo la voz) ¡ Otra vez en las mismas!


EL EXTERMINADOR: (Fingiendo la voz) ¿Hasta cuándo durará esta
agonía?
LA EXTERMINADORA: Pobre aldea le estamos matando a todas las
personas inteligentes.
EL EXTERMINADOR: La quedaran habitando sólo los imbéciles.
LA EXTERMINADORA: Nosotros los Exterminadores somos muy crueles.
EL EXTERMINADOR: (Descubriéndola) Tu no eres Exterminadora, yo te
había visto en la aldea.
LA EXTERMINADORA: (Asustada, deja de fingir) Los Exterminadores me
perdonaban la vida si me unía a ellos.
EL EXTERMINADOR: Dios nos perdone.
LA EXTERMINADORA: Tu tampoco eres Exterminador, yo te había visto en
el campo.
EL EXTERMINADOR: (Asustado, dejando de fingir) ¡Los Exterminadores
me perdonaban si me unía a ellos!
LA EXTERMINADORA: Ahora estamos aquí, fusilando a nuestros propios
hermanos.
EL EXTERMINADOR: Dios nos perdone.
LA EXTERMINADORA: (Asustada) Tenemos que salir de aquí, no podemos
seguir matando a nuestros propios hermanos.

30
EL EXTERMINADOR: Vamos, es mejor que nos maten a seguir haciendo lo
que estamos haciendo.
LA EXTERMINADORA: Si aprovechemos que los Exterminadores están
ocupados. (Rodean a los amantes). Llevémonos sus
ropas a ellos ya no les sirven.
EL EXTERMINADOR: (Asustada) ¿Vamos a morir?.
LA EXTERMINADORA: Es posible que ya estemos muertos. Los
Exterminadores no perdonan.
EL EXTERMINADOR: ¿Te puedo pedir un favor?.
LA EXTERMINADORA: Sí...
EL EXTERMINADOR: ¿Antes de volver a morir, me puedo casar contigo?
LA EXTERMINADORA: Pero, si nos acabamos de conocer...
EL EXTERMINADOR: Para nosotros ya no existe el tiempo.
LA EXTERMINADORA: Y en dónde nos casamos, y quién nos casará, y qué
beberemos...
EL EXTERMINADOR: Nos casaremos aquí, en el barro, estos harapos te
servirán de traje de novia y Dios será nuestro juez.
LA EXTERMINADORA: Vamos, nos van a descubrir. (Intentan salir).

El Fugitivo y La Fugitiva vestidos de militares harapientos, se levantan.

LA FUGITIVA : (Deteniendo con su arma a los Exterminadores)¡Un


momento!.
EL EXTERMINADOR: Pero ustedes están muertos...
LA EXTERMINADORA: Nosotros los matamos.
EL FUGITIVO : Se equivocan, nosotros ya estábamos muertos
cuando ustedes nos mataron.
LA FUGITIVA : A un muerto no se le puede matar por cuarta vez.
EL FUGITIVO : ¡Apunten! ¡Fuego!

Pausa.

EL FUGITIVO : ¡Otra vez en las mismas!.


LA FUGITIVA : ¿Hasta cuándo durará esta agonía?
EL FUGITIVO : (Asustado) ¡Huyamos!.
LA FUGITIVA : (En secreto) Sí, es mejor que nos maten a seguir
haciendo lo que estamos haciendo. ¿Vamos a morir?.
EL FUGITIVO : Es posible que ya estemos muertos. Los
Exterminadores no perdonan.
LA FUGITIVA : ¿Te puedo pedir un favor?
EL FUGITIVO : Sí...
LA FUGITIVA : ¿Antes de volver a morir, me puedo casar contigo?
EL FUGITIVO : Pero si nos acabamos de conocer.
LA FUGITIVA : Vamos, nos van a descubrir. (Intentan salir).
EL EXTERMINADOR: (A El Fugitivo y a La Fugitiva). ¡Un momento!.
LA FUGITIVA : Pero si ustedes están muertos...
EL FUGITIVO : Nosotros los matamos.

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LA EXTERMINADORA: Se equivocan, nosotros ya estábamos muertos
cuando ustedes nos mataron.
EL EXTERMINADOR: A un muerto no se le puede matar por quinta vez.
¡Apunten, fuego!
Pausa.

EL EXTERMINADOR: ¡Otra vez en las mismas!


LA EXTERMINADORA: ¡Huyamos!.
EL EXTERMINADOR: Sí, es mejor que nos maten a seguir haciendo lo que
estamos haciendo. (Entregan los vestuarios a los
fusilados y estos les dan las armas)
LA EXTERMINADORA: ¿Vamos a morir?
EL EXTERMINADOR: Es posible que ya estemos muertos los Exterminadores
no perdonan. ¡Vamos!.
EL FUGITIVO : ¡Un momento!
LA EXTERMINADORA: ¡Pero si ustedes están muertos!.
EL EXTERMINADOR: ¡Nosotros los matamos!
LA FUGITIVA : Se equivocan, nosotros ya estábamos muertos cuando
ustedes nos mataron.
EL FUGITIVO : A un muerto no se le puede matar por sexta vez.
¡Apunten, Fuego!

Pausa.

LA FUGITIVA : ¡Huyamos!(Cambian ropas).


EL FUGITIVO : Sí, huyamos (Intenta huir con la Exterminadora.)
EL EXTERMINADOR: ¡Un momento!
LA FUGITIVA : Pero si ustedes están muertos.
EL FUGITIVO : Nosotros los matamos
LA EXTERMINADORA: Se equivocan, nosotros ya estábamos muertos
cuando ustedes nos mataron.
EL EXTERMINADOR: A un muerto, no se le puede matar por séptima vez.

Pausa.

EL FUGITIVO : Huyamos. (Cogiendo de la mano a la Exterminadora)


EL EXTERMINADOR: Huyamos. (Cogiendo de la mano a la Fugitiva).

Los cuatro personajes miran al público.

LOS EXTERMINADORES,
LOS FUGITIVOS : (Al Tiempo y apuntando al público) ¡Un momento!

Los cuatro personajes levantan las manos y se van alejando al fondo del
escenario hasta desaparecer. Se apaga la luz.

Este acto se repite sucesivamente, hasta que el entorno se sacuda, el público

32
reaccione, o los actores se revienten.
VALENTINA SOMBREROS- 1903-
Personajes:
Valentina Sombreros (Tienen que ser varias).
Algunos borrachos

En una calle de mala muerte se oye una mísera canción lejana y se ve a dos o tres
borrachos. Uno de ellos se acerca a Valentina Sombreros, pero cuando le ve el
rostro, se asusta, se persigna y huye. Ella, elegantemente decadente, luce un
inmenso sombrero francés.

VALENTINA SOMBREROS:

(Burlona. Al borracho) Mi borrachito precioso, lárgate para tu casa. Huye,


fuera. Gracias por el sombrero (Lo recoge). Me sirve para mi colección. (Al
público) Es importante coleccionar sombreros, claro que lo importante no es
coleccionar cualquier clase de sombrero. Hay personas que creen que se
trata de acumular y acumular sombreros y cuando tienen bastantes los
abandonan en el baúl o en el cuarto de San alejo. Eso es lo mismo que
coleccionar amantes y en lugar de mandarlos a la cama, enviarlos al
cementerio.

No hay como los sombreros franceses, lo demás es porquería. El sombrero


francés es parte del espíritu del que lo luce. Pero, cuidado, tú no lo luces, él te
luce a ti. Tú haces parte de él, él no hace parte de ti. Si algo no funciona
cuando luces un sombrero francés no es el sombrero el culpable, eres tú. Si
algo hay que botar a la basura no es al sombrero, es que ya tú eres inservible.

¿Qué tal los sombreros españoles que fueron inventados para esconder las
grandes cabezas, o los sombreros ingleses que únicamente los inventaron
para taparse la calvicie prematura? ¿O el caso de los rusos que se inventaron
el sombrero porque les daba frío en sus peludas orejas? ¡No, los sombreros
franceses no fueron inventados!. Ya existían cuando el hombre habitó el
planeta.

Cuando a un hombre le falta un ojo, es un hombre bizco, cuando le falta un


pie, es un hombre cojo y cuando le falta una mano, es un hombre manco.
Pero cuando a un hombre o una mujer le falta su sombrero es simplemente
un idiota sin sombrero.

Observen por ejemplo estos dos tontos (Señala entre los borrachos). Dos
sombreros similares, uno alto y otro corto. Observen el sombrero que eligió
cada uno para salir a la calle. ¡Dime que sombrero luces en la calle y te diré
como eres en la cama!.

Aprecien, uno trae un sombrero alto, inglés, de fino paño, pretende ser un
ciudadano auténtico. Cree que entre más alto sea el sombrero, más inglés va

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a parecer, pero lo que no sabe es que el tamaño de la copa indica que ese
señor tiene un serio problema en las partes nobles. Sí, es cierto, el tamaño del
sombrero es inversamente proporcional al tamaño de su... es decir, los
hombres entre más corto lo tienen, más largo usan el sombrero. Ahora miren
ese otro, usa un sombrero tan cortico, su problema es evidentemente
contrario al del grande. (Le roba un trago a los borrachos que le temen).

(Al público) Voy a donde las damas linajudas de la ciudad a pedir que me
obsequien sus sombreros y la dueña de casa cree que estoy loca y piensa
que esa es la debilidad de mi locura, y entonces me obsequia cualquier
sombrero y entonces yo le digo: Estimada madame, mademoiselle Valentine
no recibir chapoux mugrientos y andrajosos “tan bien conservados”. Déjelos
madame con usted, que todavía le sirven y así como están tal vez le salgan
con su cara...” (Ríe).

Observad como se comportan las señoras de esta ciudad, las ignorantes, las
que no saben quién soy yo, Valentina Sombreros, la amante de José Antonio,
mon petit amour... mi pequeño poeta y prócer de la patria. (Le habla a un
borracho). Mi prócer, mi guerrero valiente. (El borracho se divierte y trata de
acariciarla). Tú que un día te esfumaste entre mis brazos. (Confundiendo al
borracho con su amante ausente) Tú con ese garbo aristocrático (El borracho
le sigue el juego. Ella lo golpea para enderezarlo).

(Al público). Decir que la única persona que sabía de sombreros era mi José
Antonio sería un poco egoísta, porque la otra persona que también sabe en
esta ciudad de la importancia de los sombreros, es el doctor Marroquín, el
viejito que fue presidente de la república y que se quedaba dormido en las
sesiones del congreso.

Era tan anciano, pobre. Se dormía soñando en cómo adquirir un buen


sombrero francés o inglés, pero como era el presidente de un país tan pobre,
no sabía de dónde sacar el dinero. Así fue como un día se le ocurrió vender
un pedazo del país. Vendió Panamá, lo vendió con canal y todo, se lo vendió
al presidente de los Estados Unidos por veinticinco millones de pesos oro.
Con esa platica fue a París y a Londres y se los gastó en sombreros los
cuales los repartió a todos sus partidarios en la ciudad. Desde ahí es que
todos nuestros Petit-habitantes usan sombreros!. Pero como éramos un país
tan pobre y lleno de gente, los sombreros no alcanzaron y el pobre presidente
no pudo vender otro pedazo de país porque a los Estados Unidos no les
interesaba comprar en un país tan desbaratado y entonces otro viejito se puso
bravo porque a él no le dieron sombrero y se fue p’al monte y armó un ejército
para quitarles los sombreros a todos los ciudadanos. Sombrero que veía,
sombrero que se robaba. En medio del susto, a otro ciudadano se le ocurrió
que lo mejor era crear un ejército de cuida-sombreros, sombrero puesto,
sombrero robado, sombrero robado, sombrero puesto y así sucesivamente.

Sombreros parecidos a los que traje de París cuando viví allá. Cuando fui la

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amante de un joven pintor llamado Picasso y cuando abrigué entre mis
sábanas a un indeciso joven de origen argelino al que le decíamos Rimbaud.
Pobre, se enamoró tan perdidamente que se suicidó porque me vine para mi
ciudad y lo dejé sólo.

(Alucinando) José Antonio, mi petit amour, cuando te conocí en París me


enseñaste el gusto por los sombreros. Contigo regresamos aquí para abrir
una casa francesa de pálidas mujeres, de prendas cortas para el deleite de lo
más exquisito de la sociedad masculina. Pálidas enigmáticas, de un exquisito
pálido francés atendían a nuestros correctos ciudadanos. Y que clientes
teníamos, ¿recuerdas?, eran los principales de la ciudad. De ministro para
arriba, obispos y hasta los mismos viejitos Marroquín, por ejemplo.

Y bailamos y bailamos aquella noche azul (Baila con otro borracho) y tú, mi
frágil amor, no acostumbrado a tantas y tan excesivas y calurosas vueltas y
contra vueltas del minué, (El borracho) mas acostumbrado a los vericuetos de
la palabra que al ejercicio del cuerpo, de un momento a otro te esfumaste. (Al
borracho caído. Confundiéndolo) Sí, tú, mi prócer de la independencia, mi
capitán, (Le da una bofetada) ¿por qué tenías que irte para la guerra y
dejarme así, sola?, ¿por qué tenías que irte para que te mataran dejándome
abandonada ?. Yo sé que el deber te llamó... (Vuelve y lo abofetea) ¿Cuál
deber te llamó?, Imbécil, sapo, te ofreciste, te regalaste de voluntario, nadie te
necesitaba, pero claro, el borracho este, el día en que el gobierno hizo la
llamada para aquellos voluntarios que querían ir a salvar los sombreros, tú,
como estabas perdido en el alcohol, se te subió el patriotismo. Tú que eras
tan cobarde, y me tocaba amamantarte todas las noches para que te pudieras
dormir, y eso si sin apagar la luz, porque te cagabas del susto. De un
momento a otro se te subió el macho y claro, cuando todos los otros
borrachos y putas de este bar te aplaudieron, te sentiste el salvador del
mundo. (Se toma un trago y llora) Te fuiste solo porque nadie más era tan
pendejo como para ofrecerse a pelear por los sombreros de unos viejos
cagones, en una guerra ridícula que ya estaba más perdida que pelea de
burro amarrado con tigre. (Desesperada) Borracho, me abandonaste, ebrio
imbécil, y no alcanzaste a llegar al campo de batalla cuando te mataron, (Lo
abofetea) ¿te mataron? , mierda, no eras tan valiente como para que te
mataran. Te mataste accidentalmente. Todo el mundo sabe que de la
borrachera se te disparó el arma y te dio en las pelotas, y te moriste.

Oh, José Antonio, mon petit amour... quédate allí tranquilo, no importa lo que
diga la gente, la gente está loca!.

(Recomponiéndose) Yo tengo que complacerte con mis sombreros elegantes.


Por eso sigo aquí, esperando a que llegue algún caballero de la noche. ¡Con
lo que me pague iré a comprar un sombrero francés!. Así, cuando aparezcas,
podré salir a pasear contigo por el barrio de la Candelaria, recorreremos la
calle de la fatiga y nos perderemos en la calle de la agonía y si algún borracho
se quiere aprovechar de mí, le digo que soy tuya y si insiste en darme un

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beso, pues se lo doy!, yo como buena madmosielle que soy, no me puedo
negar ante los requerimientos de un pobre y desolado ebrio. De pasada le
saco algún dinero y reúno para comprar el sombrero de mañana. Y si insiste
en darme un beso, pues se lo doy! Y si insiste en darme un beso pues se lo
doy. (Ríe y sale cantando) “bésame, quiéreme morenita, que me estoy
muriendo, por esa boquita, tan rojita y fresca...”

Se pierden en la oscuridad del callejón

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IV. LA DICTADURA. 1957. "LA RADIONOVELA "

Personajes:

GUSTAVO : Funcionario oficial.


JULIA : Esposa de Gustavo. Ama de casa
RADIO : Amante de la esposa

ESCENA I

Año 1957. Una ciudad gris y fría como Bogotá. Un hombre y una mujer en su
casa. Él está frente a un espejo. Ella le limpia el saco con un cepillo.

GUSTAVO : (Hablándole al espejo) Hoy es un día decisivo, las cosas van a


cambiar radicalmente. Desde hoy seré otro. Estoy harto de que no
me tengan en cuenta. No estoy de acuerdo con el trato que me
están dando es injusto que hasta ahora no me hayan ascendido.
Hablaré con mi general directamente, él sabe la labor que he
desempeñado hasta ahora. Él sabe de mis capacidades y de mi
lealtad. Tengo la suficiente experiencia para ser el nuevo jefe de
sección. No tengo porque seguir siendo un segundón.
JULIA : Te mereces lo mejor, eres trabajador y leal. El general es sensato
y te va a escuchar. Amor, ya estás listo.
GUSTAVO : Gracias querida, reza por mí. Estos días son muy difíciles para
nosotros los militares. Ayer en la oficina se corrió el rumor de que
se estaba organizando un complot para sacar al general de la
dirección. Investigamos y sólo era eso, un rumor propiciado por
sus enemigos.
JULIA : ¿A qué horas llegarás hoy, mi amor?
GUSTAVO : Imposible saberlo cariño, cuando todo esto se tranquilice volveré a
llegar temprano.
JULIA : A veces me siento tan sola, pasas poco tiempo en casa desde que
el general es presidente, llévame un día de estos contigo, así no
me aburro tanto...
GUSTAVO : Imposible cariño, tu lugar es aquí, la casa del hombre es el mundo
y el mundo de la mujer es su casa. Aquí hay muchas cosas para
hacer, para asear, para planchar... además ahí esta la radio...
escucha las noticias, eso te hará sentir bien, adiós cariño. (Sale)
JULIA : (Para ella misma) Es que desde hace tres años, desde cuando el
general se decidió salvar al país, casi no vienes a casa, a veces
me siento tan sola...

ESCENA II.

37
Prende la radio. Escucha una radionovela y de vez en cuando se limpia una
lágrima.

RADIO : “No puedo alejarme de ti, no puedo dejarte sola por un instante,
cuando me alejo me siento morir, sin ti me muero”.
JULIA : (Suspirando, como si fuera con ella) Ese es el hombre que me
hace falta.
RADIO : “Sufrimientos periódicos, tranquila, con jabón “París–bochica”
obtendrás una belleza ensoñadora, una piel de diosa y unos labios
tiernos. Recuerda jabón París-Bochica una ilusión hecha
realidad”.
JULIA : Ese es el jabón que necesito.

Se oye otra vez la radionovela.

RADIO : Te amo tanto. Abandonaré mi trabajo y me iré contigo, no pasarás


ni un minuto de tu vida sola, te amo...
JULIA : ¡Es el hombre que necesito!
RADIO : “¿Miguel Ángel se irá para siempre con Rocío? ¿Le dará el
anhelado beso a la rosa de sus sueños? Sintonícenos mañana y
conocerá la espectacular continuación de “Luna de arena”, ¡su
radionovela!

Julia cambia de emisora. Sigue planchando.

RADIO : “La doctora Ki-Ki le abre su corazón. Consultorio sentimental de la


doctora en amor. Consúltenos su caso que nosotros se lo
resolvemos”.

Julia decide escribirle.

JULIA : “Estimada Doctora en amor: Soy una mujer casada, mi esposo


trabaja todo el día y regresa a la casa en horas tardías y apenas si
alcanza a comer antes de dormir. No tenemos hijos, él dice que la
situación no esta para eso. Bueno, en realidad ese no es mi
problema, el problema querida doctora en amor, es que me he
enamorado del galán de la radionovela “Luna de arena”.
¡Imagínese que con sólo escuchar su voz me transporto a lugares
inimaginables que a veces me causan pudor y vergüenza! ¿Qué
hago estimada doctora? ¿Es pecado lo que me pasa? ¿No vuelvo
a escuchar “Luna de arena”? Atentamente... la "Atormentada de la
plancha”.

Dobla la carta y la introduce entre la radio. Sigue cepillando.

RADIO : “Querida niña, es muy normal que una mujer encerrada en las
cuatro paredes de su hogar se enamore de una ilusión, de un

38
príncipe azul, de un galán de radio. Es importante que reflexiones
y sepas que es tan sólo un juego de la imaginación. Habla con tu
esposo sobre lo sola que te sientes y trata de hacerlo comprender
que es necesaria su presencia en casa. De todas maneras acude
al padre confesor”.

Luz apagada.

ESCENA III.

Al otro día. Gustavo frente al espejo.

GUSTAVO : Amor, mira un hueco en el saco.


JULIA : Espérate lo arreglo. (Lo cose) Ya está.
GUSTAVO : Ahora mira este otro, debajo del brazo, con razón todos me
miraban en el tranvía.
JULIA : (Cosiendo) Ya está querido.
GUSTAVO : Mira, el botón esta suelto.
JULIA : Ya lo arreglo. ¿Cómo te fue ayer?
GUSTAVO : No pude hablar con mi general estaba muy ocupado, pero hoy si
lo haré. (Revisa el saco y ha quedado pegado el cuello con la
manga) Mira mi amor, se pegó, quedó mal, trae unas tijeras.

Ella sale a buscarlas, Gustavo se arregla el saco ridículamente y decide irse así.

GUSTAVO : Adiós querida. No puedo esperar, voy tarde.


JULIA : (Entrando con las tijeras) Aquí están las tijeras... (Se da cuenta
que él ya se fue) quería contarte que...

ESCENA IV.

Desanimada, cose una enorme tela. Prende la radio.

RADIO : “Cuánto añoro el perfume de esa boca que nunca he de besar,


cuánto deseo las caricias de esa mano de palidez lunar. Fulgida
luna del mes de enero, raudal inmenso de eterna luz, a la lejana
mujer que quiero llévale tiernos mensajes tú..."
JULIA : (Suspirando) ¿Cuál será esa afortunada mujer?
RADIO : Tú.
JULIA : (Se pone nerviosa) ¿Quién?
RADIO : Tú.
JULIA : ¿Yo?
RADIO : Si tú, la rosa que cose y cose sin nunca acabar.

La radio adquiere vida y se acerca seductoramente hacia ella, en el justo


momento en que la va a besar golpean en la puerta. Ella se asusta y despide al
galán-radio pero él no se va, no sabe dónde esconderlo, Julia cae en cuenta y lo

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apaga. La radio vuelve a su lugar.

ESCENA V.

Entra Gustavo afanado, busca algo.

JULIA : Amor, que sorpresa. Por fin decidiste escaparte de tu trabajo, que
alegría tenerte tan temprano en casa.
GUSTAVO : (Desencajado) Ahora no, querida, hay serios problemas en el
ministerio. Siguen los rumores contra el general. He venido por
unos materiales importantes. Creo que las cosas están muy
graves. (Recoge los papeles). Reza por el general. Te amo. No
me esperes esta noche.
JULIA : Cariño, quiero que hablemos. Estoy muy mal...
GUSTAVO : Ahora no por favor, es la patria la que está en peligro, ahora no
hay tiempo. Después hablaremos.
JULIA : Pero amor, me siento muy sola. He tenido unos sueños terribles,
algo raro me esta pasando.
GUSTAVO : Tranquila mi amor, el deber me llama, cálmate. Si te sientes muy
sola escucha la radio, te entretendrás. (Sale).

ESCENA VI.

Julia decide escribirle otra vez a la doctora Ki-Ki

JULIA : “Estimada doctora del Corazón, no he podido hablar con mi


marido, siempre esta ocupado o preocupado por el general, llega
tarde y cansado. No sé que hacer. La aparición del joven de la
radio no es una ilusión, es real, es de verdad, no es un sueño. Me
he propuesto besarlo. ¿Qué hago? ¿Lo beso? ¿Le cuento a mi
marido? Atentamente... la "Atormentada de la aguja”.

Introduce la carta en la radio.

RADIO : “Estimada Atormentada. Es urgente que hables con tu esposo,


por más ocupado que él esté es tu esposo, que no se preocupe
tanto si se cae el país, el país siempre se está cayendo. Cuéntale
que te sientes sola y que es importante tomarse unas vacaciones
para compartir alegrías. Ahora, si tu alucinación es verdadera y no
sólo un sueño, querida atormentada, pues disfrútalo, no solamente
bésalo, disfrútalo. No es fácil en estos tiempos volver realidad los
sueños, no cualquiera puede darse ese privilegio. No le comentes
nada al confesor”.

“Atención, atención, Interrumpimos este programa para dar una


noticia de última hora, los rumores sobre una junta civil y militar

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que presiona la salida del general son cada vez más ciertos. En
estos momentos se asegura que el general está considerando
seriamente su renuncia, atención Bogotá...”

Cambia la emisora.

RADIO : “De pronto se encontraron frente a frente. Por fin estaban los dos
juntos, sin los enemigos de su amor. Ella agradeció a Dios que él
la hubiese encontrado...”
JULIA : (Suspirando) Gracias Dios mío por regresarlo a mi corazón, es
mío y no lo dejaré perder...

La radio vuelve y adquiere vida.

JULIA : (Entusiasmada) ¡Es mío y no lo dejaré perder!

El amante-radio la besa. Se apagan las luces.

RADIO : (En Off). “Urgente, urgente!. Ultimas noticias. Una junta civil ha
pedido la renuncia del general Gustavo Rojas Pinilla. Hoy 10 de
mayo de 1957, se ha constituido una junta civil y militar que se
hará cargo de los designios de Colombia. ¡Atención Bogotá! Ha
caído la dictadura del general Rojas Pinilla quien huye con su
familia al exterior.”

Se oyen ruidos. Pasa el amante vistiéndose.

ESCENA VII

Otro día. Julia y Gustavo. Él está acostado en la mesa. Ella, lo plancha como si
él fuera una prenda más del oficio doméstico.

GUSTAVO : Yo sé que ahora hemos perdido, pero también sé que mi general


algún día volverá al poder.
JULIA : (Contenta) Tranquilo amor, esto pasará rápido y en poco tiempo
estarás otra vez en el ministerio.
GUSTAVO : Pero los traidores a mi general lo van a pagar muy caro. Lo que
hicieron los civiles fue utilizarlo, ahora que había aprendido a
gobernar vienen y lo sacan. Pero él volverá! Nos hemos quedado
sin trabajo. Gracias a Dios conseguí buenos ahorros en el
ministerio. Sobreviviremos decentemente mientras regresamos al
poder. ¡Mi general volverá y las cosas serán distintas!
JULIA : Si mi amor, el general volverá, descansa, tomate el café mientras
tanto, disfrutemos de estas vacaciones obligadas... (Lo besa).
GUSTAVO : Ya volveremos al poder, esto no se va a quedar así. Mi general va
a volver y nosotros seguiremos ascendiendo en el ministerio. No
nos pueden sacar así no más, después de tres años...

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JULIA : (Besándolo) Si mi amor... no te preocupes, veámoslo
positivamente, ahora estás en casa...
GUSTAVO : Espera cariño, prendamos la radio.
RADIO : A pesar de que las cosas han cambiado, no te dejaré nunca, no
importa que tus tías malvadas te hayan obligado a casarte con ese
viejo. Seré tu amor para toda la vida y estaré contigo hasta la
muerte
GUSTAVO : Es increíble, sólo dan radionovelas en lugar de dar noticias, es
increíble. Este país derrumbándose y en la radio pasando esas
tontas historias.
JULIA : Sí mi amor...
GUSTAVO : Por eso es que estamos como estamos.
JULIA : Si cariño, por eso es que estamos como estamos...
GUSTAVO : Mejor busca otra emisora, tenemos que estar pendientes, de
pronto mi general regresa al palacio.

Con sus propias manos, la radio se cambia de emisora encontrando un bello


bolero.

GUSTAVO : Lástima cuando ya tenía convencido al general para que me


ascendiera. La próxima vez, le exijo el ascenso sin darle tantas
vueltas.
JULIA : Sí cariño...
GUSTAVO : Y cuando pase eso te compraré una radio más grande para que
puedas escuchar tus novelas con más pasión, así no te sentirás
sola en casa mientras yo trabajo por la patria.
JULIA : Sí mi amor...

Mientras tanto, el amante-radio se toma el café de Gustavo, baila al ritmo suave


del bolero y acaricia la mano de Julia.

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V. HOY. 2000. "LOS INVESTIGADORES."

Personajes:

VERONICA : Joven estudiante universitaria.


LUCAS :35 años, funcionario de biblioteca.

Biblioteca. Oficina de Lucas. Entra Verónica.

VERONICA : Señor, mi nombre es Verónica y necesito ayuda.


LUCAS : Con mucho gusto señorita, mi nombre es Lucas, ¿en qué
puedo ayudarla?
VERONICA : En la universidad me han encargado realizar una
investigación para mi tesis.
LUCAS : ¿Qué clase de investigación?
VERONICA : Historias de amor sucedidas en esta ciudad
LUCAS : ¿Historias de amor?
VERONICA : Sí, pero no de personas importantes, historias cotidianas
que hallan sido noticia.
LUCAS : ¿Historias cotidianas de amor que hallan sido noticias?, no
es fácil.
VERONICA : Sí, personas comunes que se enloquecieron por amor o se
suicidaron...
LUCAS : Discúlpeme y ¿para qué necesita esas historias
exactamente?
VERONICA : Me he comprometido con la Universidad para hacer mi
tesis final sobre esto: “Historiecillas de amor en la ciudad”.
LUCAS : Veamos que tenemos aquí (Revisan en la computadora):
“Crónicas del amor”, “Noticias de cama”, “Vida privada”,
“Historias no contadas”. Este último creo que es el que nos
sirve. En este libro encontrará historias como la de aquella
alumna que se enamoró de su profesor y que en el momento
en que él le iba a dar un primer beso, ella se imaginó todo lo
terrible que sería su futuro con él: que a lo mejor era casado,
que tendría unos dos o tres hijos, que él nunca dejaría a su
familia por ella y que tal vez la despreciaría públicamente
después de que ella lo besara y se acostara con él...
VERONICA : ¿Y que pasó?
LUCAS : Qué en lugar de darle un beso a su profesor le dio tres tiros
y lo mató, supuestamente, porque en el futuro, él iba a ser un
miserable con ella.

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VERONICA : Que locura.
LUCAS : Lo grave del asunto es que el profesor no era casado, no
tenía hijos y por el contrario, desde hacía un tiempo estaba
enamorado de su alumna y había expresado la intención de
casarse con ella y formar un hogar...
VERONICA : ¡Esas son las historias que necesito!
LUCAS : Este libro está a la derecha, puede cogerlo y revisar si le
sirve...
VERONICA : Gracias señor Lucas, pensé que iba a ser complicado.
LUCAS : ¿Por qué?. En esta ciudad todo el tiempo suceden historias
de amor.
VERONICA : Yo pensaba que en esta ciudad nadie amaba.
LUCAS : Usted es hermosa y joven para decir eso...
VERONICA : No lo digo por mí, lo digo por las noticias, todo el mundo
habla de la guerra, de los odios y de la violencia.
LUCAS : Sí, en esta ciudad el amor hace años dejó de ser noticia.
VERONICA : Claro que a mí no me afecta...
LUCAS : ¿Qué?
VERONICA : Eso de la guerra y de los odios. A mí si me gusta amar.
LUCAS : Es difícil amar en estos tiempos, pero se puede...
VERONICA : Yo puedo, si quiere se lo demuestro señor...
LUCAS : ¿Qué me demuestra?
VERONICA : Que a mí no me afectan los odios, la guerra..
LUCAS : ¿Y cómo me lo demuestra?
VERONICA : ¡Amándolo!
LUCAS : ¿A mí?
VERONICA : Sí.
LUCAS : Esta equivocada señorita, creo que me ha malentendido.
VERONICA : Puedo amarlo ya (Trata de besarlo).
LUCAS : Que pena señorita, esta confundida, creo que es mejor que
tome el libro y se marche, estoy ocupado trabajando.
VERONICA : (Reaccionando) Discúlpeme señor, creo que me dejé llevar
un poco por la ansiedad de mi investigación.
LUCAS : No se preocupe, este es todo el material que tenemos.
Espero que le sirva.
VERONICA : Gracias, perfecto, con esto es más que suficiente por hoy.
LUCAS : Si sigue con ese empeño su investigación será excelente.
VERONICA : ¡Ojalá!
LUCAS : Puede llevarse el libro y traerlo en tres días, sólo tiene que
dejarme su carné de estudiante.
VERONICA : Mil gracias. Aquí está mi carné, Usted es un hombre
correcto y amable. ¡Chao!.

(Sale).

LUCAS : ¡Señorita!
VERONICA : ¿Si?

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LUCAS : Estaba pensando...
VERONICA : ¿Si?
LUCAS : Usted Es muy bonita...
VERONICA : Gracias señor, hasta luego

(Sale).

LUCAS : (Suspirando) Hasta luego.


VERONICA : (Devolviéndose) Señor...
LUCAS : (Asustándose) Dígame señorita...
VERONICA : Quería decirle que...
LUCAS : ¿Qué?
VERONICA : Que Usted también es muy...
LUCAS : ¿Muy qué?
VERONICA : (Arrepintiéndose) Nada, ¡hasta mañana! (Sale).
LUCAS : ¡Señorita!
VERONICA : (Devolviéndose) Señor...
LUCAS : ¡Perdón! , quería decirle que...
VERONICA : ¿Qué?
LUCAS : Pues que usted y yo...
VERONICA : ¿Cómo dice?
LUCAS : No sé, como está buscando historias de amor cotidianas,
tal vez Usted y yo podríamos ser una de esas historiecillas...
VERONICA : ¿Qué me está proponiendo señor?
LUCAS : Nada, sólo que usted es atractiva y me gustaría invitarla a
cenar.
VERONICA : ¡Que atrevido señor!. Nosotros nos acabamos de conocer y
no está bien, yo sólo vine a hacer una investigación sobre el
amor y creo que me ha malentendido. Le agradezco la
gentileza pero no me gusta salir con desconocidos, (Sale).
(Devolviéndose) Claro que no quiero decir que Usted sea un
total desconocido, me parece que trabaja en esta biblioteca
como asesor de investigación. También sé que Usted es
amable pero no está bien salir con alguien que hasta hace dos
minutos no había visto en mi vida. Ya sabe, tanta inseguridad,
los atracos, las violaciones, es mejor no salir, hay que
cuidarse, adiós (Sale).

(Devolviéndose) Claro que no quiero decir que Usted sea un


violador o un atracador, yo lo conozco, bueno no lo conozco.
Se ve que para Usted el trabajo está por encima de cualquier
cosa y eso está bien, por lo tanto y por su permanente
amabilidad puedo asegurar que Usted no me haría ningún
mal, pero como no lo conozco o mejor dicho como lo conocí
hasta hace dos minutos, no sé, es mejor prevenir, Usted sabe,
las apariencias engañan (Sale). (Devolviéndose) No quiero
decir que Usted sea un hombre de apariencias, en realidad

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quien soy yo para hablar de Usted, yo soy la desconocida, he
llegado hasta su oficina y cordialmente, sin desconfiar de mí,
usted me ha colaborado, soy una desagradecida, no
solamente he desconfiado, si no que lo he tratado mal, lo he
tratado de desconocido, de atracador, de violador, de hombre
de apariencias, de señor cuadrado que sólo piensa en su
trabajo. creo que la atrevida soy yo. Me sabrá disculpar,
perdone mi grosería, ya sabe, soy muy joven todavía...
LUCAS : (Entusiasmado) Eso quiere decir que acepta mi invitación...
VERONICA : Jamás, Usted es un atrevido. Adiós. (Sale).
(Reapareciendo) Y... supongamos que acepto su invitación,
¿qué podría suceder?
LUCAS : Suponiendo que acepta, yo la invitaría a cenar a un
elegante restaurante.
VERONICA : Y supongamos que yo acepto cenar en un elegante
restaurante ¿qué pasaría luego?
LUCAS : Usted me diría en dónde y a qué horas la recojo.
VERONICA : Supongamos que yo le digo que a las siete, ¿qué pasaría?
LUCAS : Pasaría a recogerla a su casa a las 7 en punto.
VERONICA : A esa hora estoy llegando, mejor a las ocho...
LUCAS: Esta bien señorita a las ocho...
VERONICA : Y luego ¿qué sucedería?
MARCOS : Llegaríamos al restaurante..
VERONICA : Y después...
LUCAS : Nos tomaríamos unos tragos...
VERONICA : ¿Y?
LUCAS : Y hablaríamos sobre su investigación.
VERONICA : ¿Y?
LUCAS : Y le contaría alguna que otra historiecilla de amor.
VERONICA : Y después de que Usted me cuente esa historia en el
restaurante, ¿qué haríamos?
LUCAS : Nos iríamos a mi apartamento...
VERONICA : ¿Y?
LUCAS : La desnudaría...
VERONICA : ¿Y?
LUCAS : Haríamos el amor...
VERONICA : ¿Y?
LUCAS : Y mañana nos casaríamos.
VERONICA : Sería una bella boda... vestida de blanco. ¿ Y después?
LUCAS : Mi madre lloraría...
VERONICA : ¿Y?
LUCAS : Iríamos de luna de miel al Caribe
VERONICA : Mis amigas se morirían de envidia.
LUCAS : Mis compañeros de oficina también.
VERONICA : ¿Y?
LUCAS : Tendríamos un hijo.
VERONICA : ¡Dos hijos!

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LUCAS : ¡Uno!
VERONICA : ¡Dos!
LUCAS : ¡Uno!. ¡Me caso contigo bajo la condición de tener un solo
hijo!.
VERONICA : ¡Salgo a comer contigo esta noche pero si tenemos dos
hijos!
LUCAS : ¡Uno!
VERONICA : Está bien, por esos detalles no vamos a pelear. Sería una
bella niña...
LUCAS : No. Sería un lindo varón.
VERONICA : Son más lindas las niñas, son más dulces. La niña se
llamaría Verónica como su madre.
LUCAS : No quiero una niña, quiero un varón, ¡las niñas corren
mucho peligro en estos tiempos violentos!.
VERONICA : Los niños son más vulgares y patanes.
LUCAS : Mi padre siempre ha soñado con un nietecito.
VERONICA : Mi madre ha soñado con una nietecita.
LUCAS : Eres caprichosa siempre has hecho lo que se te da la gana.
VERONICA : Esta bien, para que no hables mal de mí, tendremos un
niño.
LUCAS Es lo mejor, ya pensaba hablar con mi abogado.
VERONICA : Y ¿cómo lo llamaremos?
LUCAS : Lucas, como yo, su padre.
VERONICA : Lucas, ¿qué?
LUCAS : Lucas, sólo Lucas.
VERONICA : ¿Lucas únicamente?
LUCAS : Sí, sólo Lucas.
VERONICA : (A un bebe imaginario. Llorando) ¿ Si ves bebito? , tu padre
es un majadero, no fue capaz de darte un apellido. No me
culpes por llamarte Lucas como él, así te llamé porque lo
amaba, pero ahora que estoy despertando y me estoy dando
cuenta de lo miserable que ha sido toda mi vida a su lado,
ahora lo odio. Mañana iremos a la notaría y te cambiaré de
nombre.
LUCAS: Claro utiliza al niño, enfréntalo contra mí, como hacen todas
las madres cuando están perdidas. Y ¿qué nombre le piensas
poner a nuestro hijo, el de tu amante?.
VERONICA : Si, nuestra vida fue un desastre, nuestro matrimonio fue un
fracaso, es mejor terminar con esto de una vez. Tengo
derecho a rehacer mi vida, puedo volver a enamorarme.
LUCAS : ¿Y cómo se llama tu amante?
VERONICA : No te va a gustar.
LUCAS : Dímelo o te quito el niño.
VERONICA : No, ¡eso no!. Está bien, mi amante se llama Lucas.
LUCAS : (Furioso) Ah, bonito nombre el que le piensas colocar a
nuestro hijo; jamás te lo permitiré. Quiero el divorcio.
VERONICA : ¿Ahora si quieres el divorcio? ¡Me dejas con un niño y te

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largas!
LUCAS : Entonces entrégame el niño, yo lo educaré como debe ser.
Tu no vas a tener tiempo, vas a estar ocupada con Lucas,
tu amante.
VERONICA : Y ¿qué crees, qué no sé que andas con otra mujer desde
hace tiempos?. No te hagas el santo. Conozco el nombre de tu
amante...
LUCAS : Ahora resulta que me has perseguido, ¿cómo se llama mi
amante?
VERONICA : Tu amante se llama Mónica, una adolescente irrespetuosa
que llegó hasta la biblioteca para que le ayudaras con una
investigación sobre historias de amor en la ciudad, te persigue.
¿Crees que no lo sé?.
LUCAS : ¡Estás alucinando!
VERONICA : ¿Ahora vas a negar que tienes una amante y que se llama
Mónica?.
LUCAS : ¿Estás segura?
VERONICA : Siempre me has creído tonta, Dejaré de llamarme Verónica
si tu amante no se llama Mónica.
LUCAS Te has equivocado.
VERONICA ¿Lo vas a negar?
LUCAS No lo voy negar, sí tengo una amante.
VERONICA Te das cuenta...
LUCAS Sí, es una adolescente que ronda la biblioteca donde
trabajo y me adora...
VERONICA Te das cuenta...
LUCAS Pero no se llama Mónica...
VERONICA Vas a negar el nombre de esa ...
LUCAS Estás equivocada, mi amante no se llama Mónica.
VERONICA : Dime entonces, ¿cuál es el nombre de esa miserable?
LUCAS : ¿Para qué? , para que le hagas un escándalo...
VERONICA : Dime el nombre de “esa” o no volverás a ver al niño.
LUCAS : No eso no, mi amante se llama... no te va a gustar.
VERONICA : No me importa, dime el nombre ya.
LUCAS : Esta bien, ella se llama Verónica, como tú.
VERONICA : Que nombre tan horrible, ¿cómo es posible que alguien se
llame así?, ¡Jamás te lo perdonaré!.

Envejecen inmediatamente. Suena un teléfono imaginario.

LUCAS : (Contestando) Oficina de archivos de la biblioteca


Municipal.
VERONICA : Hola Lucas, habla Verónica, ¿vas a venir al grado de tu
hijito?
LUCAS : ¿Por qué me avisas hasta ahora, ya han pasado tantos
años?
VERONICA : En todo este tiempo fue imposible localizarte, siempre

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estabas tan ocupado con tus archivos y tus investigaciones.
LUCAS : Y de qué se gradúa, ¿de abogado?
VERONICA : No.
LUCAS : ¿De arquitecto?
VERONICA : No.
LUCAS : ¿De administrador?
VERONICA : No.
LUCAS : Dime, ¿de qué se gradúa?
VERONICA De astronauta.
LUCAS : (Furioso) Desgracia la mía, mi hijo no se llamó Lucas como
su padre sino Lucas como el amante de su madre y ahora, en
lugar de ser un abogado decente, se ha graduado como
astronauta. ¡Inmoral, maldita, lo has arruinado todo, infeliz!, ¡te
mataré! (Saca un revólver, ella levanta las manos).

Se detiene la imagen. Pausa. Suena el teléfono de Verónica. Reaccionan y


vuelven a la realidad.

VERONICA : Habla Verónica, hola mamá, ya salgo para la casa, si ya


encontré la tarea, todavía estoy en la biblioteca, en unos
minutos salgo para allá. (A Lucas) Señor... (Mirando el
revólver) creo que lo mejor es que dejemos la invitación a
comer para otro día...
LUCAS : (Reaccionando y guardando el revólver, perturbado)
Señorita, que pena, creo que tiene razón, es mejor dejar las
cosas así. Creo que no es conveniente salir esta noche a
cenar, ¡Adiós! (Ella sale).
VERONICA : (Devolviéndose)!Señor!
LUCAS : ¿Diga?.
VERONICA : ¿Y el niño?
LUCAS : ¿Cuál niño?
VERONICA : ¿ Luquitas, nuestro hijo?
LUCAS : Señorita, ¿cómo así? Estábamos suponiendo nada más...
VERONICA : ¿Suponiendo?
LUCAS : Era un juego, estábamos suponiendo... Usted lo propuso.
VERONICA : ¿Un juego?
LUCAS : Si, Usted entró a mi oficina y me preguntó que qué pasaría
si tal y tal cosa y yo accedí a su juego...
VERONICA : Señor, ¿Usted piensa que nuestro hijito es sólo un juego?

(Llora).

LUCAS : Pero... yo sólo estaba ayudándola a hacer su investigación.


No la conozco a Usted, hoy es la primera vez que la veo.
VERONICA : (Llorando) Eso es lo que pasa con todos los hombres,
siempre piensan que todo es un juego. Después de que la
utilizan a una, ya ni la conocen. (Calmándose

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repentinamente). Siempre es así, claro como ellos no son los
que tienen los hijos, como ellos no son los que sufren, todos
son iguales. No sé por qué me vine a meter con este tipo...
LUCAS : Pero ¿cuál hijo?, sólo estábamos suponiendo, era una
hipótesis...
VERONICA ¿Usted cree que un hijo es una suposición?, ¿Usted cree
que un hijo es una hipótesis?. ¿Va a negar a su hijo?. ¿Va
a insistir en que todo era un juego?. Después de que hizo
conmigo lo que se le dio la gana, ahora viene a negarlo todo.
¿Por qué fui tan tonta?. (Llorando) Usted es igual a todos los
hombres, me ha engañado. (Reponiéndose) Pero basta, se
acabó este jueguito, de ahora en adelante las cosas serán de
otra manera. Aquí le dejo a su hijo (Le entrega el libro).
Cuando tenga hambre me llama por teléfono o me coloca un
fax, aquí estaré para darle de comer. Allá Usted si no es capaz
de servir para algo, ¡Adiós! (Sale).

(Devolviéndose) Y por lo menos regáleme una flor, así


fuera suponiendo, hoy yo fui la madre de su hijo. ¡Adiós! (Le
da una cachetada y sale).
LUCAS : (Atónito, con el “bebe” en la mano). Pero señorita... sólo era
un juego... era una suposición... yo sólo pensé en invitarla a
salir...

Apagón.

FIN.

Autor: Críspulo Torres B.

Derechos Reservados.

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