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En México concluir una carrera profesional no es una garantía para obtener un empleo.

Según datos del INEGI del primer trimestre del 2015, existen en nuestro país 884,237
personas que tienen un grado superior de estudios, pero se encuentran desempleados
y sin una oportunidad inmediata de conseguir un empleo. Ser titulado de una
Universidad, al menos para la cuestión laboral y de ingresos, no tiene mucha importancia,
y es que uno de los retos que enfrentan los recién egresados de las universidades
mexicanas es encontrar un empleo dentro del mercado laboral tan competido. La realidad
en México es muy clara, la tasa de desempleo es más altas para los egresados
universitarios que para los jóvenes que cuentan sólo con nivel de bachillerato. El Instituto
Mexicano de la Juventud señala que la proporción de jóvenes que logran ubicarse en un
trabajo es del 30.7%. De ese porcentaje, uno de cada tres consigue desempeñarse en
actividades vinculadas con su perfil profesional. Desafortunadamente existe un
desequilibrio en cuanto a las habilidades que pueden ofrecer los profesionales recién
egresados, ello en relación a las exigencias que pide el sector laboral, y es que los
empleadores dicen que los jóvenes recién egresados de las universidades no son
capaces de resolver un problema, de pensar y actuar de forma crítica. Para la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las principales
causas del desempleo en los jóvenes profesionistas son la falta de experiencia, la
búsqueda de un sueldo digno que muchos empleadores no quieren pagar, la falta de
dominio en su área o disciplina, y la ineficiencia en la capacitación. La pregunta de
reflexión es: ¿cómo los empleadores pretenden que las condiciones antes señaladas se
cumplan, si los empleadores al contratar jóvenes preparados, pero sin experiencia, los
convierten en un “…y veme a traer esto y veme a traer esto otro” de tu jefe inmediato.
Las empresas no brindan la oportunidad de acceso a la tan afamada “experiencia” que
solicitan cuando desean reclutar nuevo personal. La OCDE estima que con base en las
tendencias actuales, los jóvenes mayores de 22 años tardarán aproximadamente un año
y medio en colocarse en algún puesto y, cuando lo logran, su salario será incluso menor
al que obtiene un trabajador con estudios de secundaria. En promedio 65 de cada 100
egresados, por la desesperación y frustración de no encontrar un empleo, deciden
trabajar en un área diferente a la que estudiaron, se sub emplean en trabajos como
choferes de transportes públicos, empleados en taquerías o se dedican al comercio
ambulante. El panorama que brinda nuestro país para los que están próximos a egresar
es desalentador; porque los universitarios cargados de ilusiones y sueños sabrán que
eso no basta, que los conocimientos adquiridos no son razón suficiente para emplearse.
Consideramos que las universidades deben basar su oferta educativa en los perfiles
requeridos por el mercado laboral, redefiniendo la permanencia de ciertas carreras que
ya resultan obsoletas y, adecuarlas para brindarles a los egresados mayores
posibilidades de encontrar un empleo bien pagado, que no los haga sentirse
decepcionados con su presente y arrepentidos por haber dedicado cuatro o cinco años
de su vida a estudiar. Al gobierno y a los empresarios les corresponde crear buenas
fuentes de empleo y, por supuesto a los jóvenes, les corresponde crear con ideas
creativas sus pequeños negocios que los hagan superarse y salir adelante en este
mundo tan voraz y competido. No es momento de que los egresados universitarios se
queden a la espera de una oportunidad, si la oportunidad no llega se debe tener el talento
para crearla, sólo así México será un país de jóvenes con iniciativa, los cuales logren
sacar lo mejor de sí, no deben esperar una oportunidad, sino arrebatarla de esta
economía capitalista.
Entre los problemas que pueden representar los ninis, cinco de cada 10 participantes
piensan que podrían interesarse en participar en la economía informal, 27% considera
que caerían en la delincuencia y 10% señala que motivaría la migración.
El número de estos jóvenes podría reducirse, de acuerdo a los encuestados, con
programas educativos que eviten el abandono escolar (41%), insertándolos en el
mercado laboral (37%) y creando programas que involucren a los padres de familia
(18%).
Sobre las opciones laborales que podrían ofrecerse, 49% propone programas que les
permitan estudiar y laborar al mismo tiempo, trabajos de medio tiempo (19%), programas
de apoyo al emprendimiento juvenil (11%), como becarios (10%).
En cuanto a las opciones educativas, 17% propone ofrecer programas de becas, 16%
mejores planes educativos y 9% capacitación técnica.
Con respecto a lo anterior, la mayoría de los encuestados afirma que es responsabilidad
del gobierno generar educación de calidad (23%); en cuanto a la responsabilidad de
generar oportunidades de empleo, es del gobierno (24%) y de las empresas (14%).
Otro aspecto importante que resaltó 75% de los participantes, es que las empresas
deben de tomar en cuenta a este sector de la población, ya que son muchos jóvenes que
sí quieren trabajar y no encuentran oportunidades (41%), otros quieren combinar el
trabajo y los estudios y no encuentran alternativas (31%) y hay quienes tienen
habilidades en las nuevas tecnologías que pueden beneficiar a las organizaciones (15%).
En la encuesta participaron alrededor de 1,200 usuarios de OCCMundial, 45% mujeres
y 55% hombres. El 74% del total tiene menos de 25 años y el 12% del total no estudian
ni trabajan.

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