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Efectos de la Seguridad Democrática en la búsqueda de Paz con las FARC.

Maria Clara Serrano Macias

A principios del año dos mil, Colombia atravesaba por una de las etapas más difíciles en la
historia. Una economía rota asotada por undrecrecimiento de casi un 5% en el año noventa
y nueve (Estadísticas del DANE, 2003), un Estado destrozado por la incapacidad de ejercer
presencia sobre el territorio colombiano y un pueblo agoviado por todos los agravios
comeitos hacia la sociedad y la escaza efectividad de un gobierno débil. Luego de los
fallidos diálogos de paz en el 2002 del expresidente Pastrana con el grupo guerrillero de las
FARC, se puede establecer que se generaron las condiciones necesarias para que las
posibilidades de cualquier tipo de acuerdo se vieran frustradas. Pues el grupo insurgente
rentabilizó la oportunidad de los diálogos para obtener ventajas militares mientras el Estado
se debilitaba (Ortiz, 2003).

Ante este tenso contexto de frustración, llega en el mismo año a a la presedencia Álvaro
Uribe Vélez con una poítica contrainsurgente ante la pacificación del país de Pastrana, con
su “Seguridad democrática”. Este plan político-militar constaba de cuatro puntos
principales :

 La reconstrucción del Estado y la gobernabilidad democrática: se establece en la


necesidad de arrebatar el control que los grupos insurgentes ejercen en ciertos
territorios del país y reestablecer el control nacional.
 La quiebra de las “económias de guerra”: Por economías de guerra se entienden los
medios de financiación ilícitos de la guerrilla, en específico el tráfico de drogas
como la marihuana, pues estos representaban un ingreso financiero del 41% para las
FARC.
 Superación del empate militar: Uribe dotó a las Fuerzas Armadas de Colombia y a
la Policía Nacional con una superioridad numérica suficiente para ser relevante en
términos estratégicos.
 Negociaciones de paz: Se mantuvieron abiertas las posibilidades de entablar
diálogos de paz ante la comunidad internacional.

(Pizarro, 2002).

Estas estrategias militares y gubernamentales permitieron el fortalecimiento estratégico de


las FFAA en términos de número y equipos de combate. Ya desde el gobierno de pastrana,
el financiamiento del reconocido Plan Colombia se empezó a invertir no solo en la
erradicación de cultivos ilícitos, si no también en la reconstrucción y sofisticación del
Ejército Nacional. Este hecho se constata durante el primer periodo de Uribe, donde se
destinó un 3.7% del PIB hacia la defensa y seguridad interna del país (Caballero, 2002).
Esta vogorización militar nacional conllevó al hecho de contraste de debilitación militar y
estratégica de los grupos armados insurgentes, especialmente de las FARC.

El número de filas combatientes del ejército de las FARC redució significativamente


durante estos primeros cuatro años de gobierno, además el grupo insurgente perdió una
gran cantidad de control sobre territorios de la periferia del país. Con estos hechos, las
guerrillas inician un proceso de debilitamiento militar, estratégico y económico. Pues la
erradicación masiva de cultivos ilícitos limitó el ingreso económico para un sustento
humano y militar de los conjuntos insurgentes. Este declive disminuyó todas las
posibilidades de una victoria de estos grupos al margen de la ley por un medio armado.

Sin embargo, el Estado colombiano no presentaba un triunfo inminente y definitivo contra


estos actores; pues las FARC se vio obligado a modificar su estrategia de combate a una
“guerra de guerrillas”, situación que las FFAA no pudo tomar por las manos y se vio
incapaz de ponerle un fin determinante. Este estado de aparente empate militar entre el
Estado y las FARC, dado por la incapacidad de triunfo entre los bandos, conllevó a la
búsqueda de una salida del conflicto por medio de un acuerdo (Calderón, 2016).

Está claro, que por otra parte, la ideología implantada en la sociedad colombiana a cerca de
los actores en el conflicto armado no facilita la búsqueda de una salida dialogada. Pues
como se pudo evidenciar en el plebicito por la paz realizado por el expresidente Juan
Manuel Santos en el año 2016 ganó el “No”. Este hecho demuestra la objeción del pueblo
colombiano a la reincersión y superación de una etapa de guerra, pues durante el periodo
desde 2002 a 2010, las FARC fue tildado como grupo terrorista y narcotraficante que
carecía de cualquier sentido político y debía ser “eliminado” en el contexto de la guerra.

Esta ideología social, en cierta manera retrasa una adecuada implementación de los
acuerdos de paz, pero como de la misma manera fue adoptada y asimilada por los
colombianos puede ser desarraigada de ellos. Esto se logra moficando esos conceptos, tal
vez erróneos, de los grupos armados guerrilleros en los medios, las noticias y en la política.
Así la sociedad empezará a encontrar una noción distinta sobre como actuó las FARC en
este contexto de conflicto y como actuará en el próximo proceso de post-conflicto.

Ante esta situación, y casi que ejemplo histórico, de un empate militar entre Estado y un
grupo insugente como las FARC que conllevó a la búsqueda de un acuerdo de paz; se
puede usar como estructura para dar fin a otros enfrentamientos de la misma naturaleza. Un
ejemplo de esto es el conflicto con ELN, grupo al margen de la ley que conserva un
objetivo político que se sigue nutirendo con economías ilícitas, características base de las
FARC, puede ser reducido militar y estratégicamente hasta el mismo punto de empate
donde se agoten las posibilidades de un triunfo armado. Hecho que igualmente implantó las
condiciones para encontrar una salida por medio de un acuerdo con las FARC, puede
causar el mismo ambiente similar, en el cual ambos actores armados (Estado y grupo
insurgente) decistan de una lucha armada y opten pactar de una manera diferente el fin a
este combate.

Bibliografía

 Uribe, D. Á., & Pizarro, E. (2003). Colombia. El proyecto de seguridad


democrática de Álvaro Uribe.
 Calderón, R.J. (2016). México. Etapas del conflicto armado en Colombia: hacia el
posconflicto. Latinoamérica 62, pag 227-257.
 Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, © Democracia y Desarrollo.
(2003). El embrujo autoritario: Primer año de gobierno de Álvaro Uribe Vélez.
 Ortiz, R. (2003). Colombia. La estrategia contrainsurgente del presidente Álvaro
Uribe: ¿Fórmula para la victoria o receta para una crisis?. Real Instituto Elcano.
 Caballero, C. (2002). Colombia. La estrategia de seguridad democrática y la
economía colombiana: Un ensayo sobre la macroeconomía de la seguridad. Lectutas
Dominicales, El Tiempo.

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