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El piano en el siglo XIX.

Desde 1800 los fabricantes se esfuerzan por conseguir un instrumento más


apto para las salas de concierto y satisfacer las demandas de los virtuosos.
Se amplía el registro y según aumenta el tamaño y la tensión de las cuerdas,
se acaba por diseñar a mediados del siglo XIX el armazón de hierro y los
macillos recubiertos de fieltro. Ya se consigue un instrumento capaz de
producir un sonido pleno en cualquier dinámica y de responder a las exigencias
de virtuosismo y expresividad de los pianistas, que requieren más potencia,
más ligereza, más resonancia, más control dinámico y tesitura más amplia.

Broadwood ya había patentado en 1783 el mecanismo de pedal (todos los


constructores de pianos de principios del siglo XIX adoptarán el pedal “celeste”
y el de “resonancia” añadidos por los ingleses; los vieneses y franceses en
primer lugar). Hacia final de siglo ya empieza a montar cuerdas más gruesas,
con mayor tensión y volumen de sonido; desde 1808 experimenta insertando
barras metálicas para soportar este aumento de tensión. El engrosamiento del
macillo fue una consecuencia de este aumento, y así se conseguía una
variabilidad tímbrica más amplia.

A los pianistas de comienzos de siglo XIX les gusta la precisión y potencia de


los pianos ingleses, pero consideran pesado su teclado, por su calada muy
profunda.

El piano cuadrado es ligero, pero el de cola gana en claridad y amplitud de


sonido.

Éste va de las 5 octavas (1780), de los primeros fortepianos de Clementi (fa-1 –


fa5); a las 5 octavas y media de 1795 (hasta el do6, como el Broadwood o
Érard), y luego, en 1810, a las 6 octavas (fa-1 – fa6), aunque John Broadwood
ya construyó uno de 6 octavas en 1795 (do-1 a do6); en 1820, seis y media y
siete en 1830.

En cuanto a la potencia, se investigará sobre la tensión de las cuerdas y los


macillos. Jean Henri Pape tiene la idea de cubrir los macillos con fieltro duro
(1826), descubrimiento que se mantendrá en la actualidad. Cruza los bordones
en 1828.

Aumenta el número de cuerdas a 3 (se prueba con una cuarta, pero no


funciona), aumenta la tensión y el grosor de las mismas, por lo que se debe
reforzar el marco con un refuerzo de hierro. Los ingleses y luego los franceses
aumentan las nervaturas de hierro en el marco, con lo que se gana en
definición y potencia. Son los americanos los que intentan fundir un marco de
hierro en una sola pieza por primera vez: Alpheus Babcock, en 1825.

Los apagadores se van retirando de los sobreagudos, suprimiéndose


definitivamente en 1830.
Son fundamentales también los inventos de Sébastien Érard: el mecanismo de
repetición llamado “con estribo”, por el que el macillo está más cerca de la
cuerda, en 1803; el primer media cola de 1810, en el que acorta las cuerdas de
los bajos; y fundamentalmente el “doble escape” en 1823.

Entre 1820 y 1823 pone a punto el sistema conocido como “doble escape”, por
el que se puede “reatacar” la nota a medio camino. Esto va a ser una de las
bases de la técnica moderna del piano. Este es el sistema usado todavía en los
pianos de cola.

Es también fundamental la invención de la “lira” o soporte para los pedales


debajo del centro del teclado, de esta forma la distancia del cuerpo al
instrumento viene determinada por la largura de brazos y piernas (es
proporcional), con las puntas de los pies se alcanzan los pedales con facilidad;
con las puntas de los dedos, el teclado; y los brazos se pueden cruzar delante
del cuerpo.
Es de suponer lo que implica este avance en lo que respecta a la técnica de
ejecución: una mayor movilidad de brazos, aumentando así la exhibición del
virtuosismo.

Sigue creciendo el mercado de pianos cuadrados (piano – mesa, square -


piano, piano - carré), destinado a aficionados y salones.
Pero éste es reemplazado por el piano vertical, el heredero de los pianos
“jirafa”.
Lo inventa un inglés: Wornum, en 1811, y lo llaman “cottage piano”, “cabinet” o
“pocket grand horizontal”.
Pero anteriormente Isaac Hawkins en 1800, registra la 1ª patente del piano
vertical, y en 1802, Thomas Loud lo construye con cuerdas diagonales.
Matthias Müller, de Viena, también lo construyó, paralelamente a Hawkins.

Es más cómodo de tocar, porque no hay que vencer la fuerza de la gravedad,


aunque el sonido no es tan refinado, pero era económico y fácil de construir.
Sustituyó a mediados de siglo al piano de mesa.

El sistema de cruzamiento de los bordones es patentado en 1828 por Henri


Pape.

Entre 1800 y 1830, los constructores, preocupados por el timbre, añadirán


pedales (hasta 6), que producen timbre de fagot (por el efecto de un papel
sobre las cuerdas graves), y los “jenízaros”, ya que evocan las bandas de la
infantería turca. Sonaban flauta, tamboril, campana, triángulo, pandereta, etc.
Steibelt los usaba a menudo en público.

A partir de 1830 se produce la era de la industrialización.

Érard sintetiza las escuelas vienesa e inglesa e Ignaz Pleyel continúa su


trayectoria.
Los fabricantes de pianos intentan que los pianistas toquen su marca: son los
primeros patrocinadores de la historia económica moderna.

Las fabricas inglesas dominan el mercado, de los métodos artesanos pasan a


las cadenas industriales.

El piano de cola se estabiliza hacia 1850.


La tesitura es de la-2 a la6.

El bastidor se ha reforzado y en EEUU se funde en una sola pieza: John


Chickering lo patenta en un cola en 1843 y Henry Steinway lo ha asociado al
cruzamiento de las cuerdas en 1855 para el piano de mesa, en 1859 para el
piano de cola y en 1866 para el piano vertical.

Entre 1860 – 70, el piano de cola se refina: chasis en hierro fundido de una sola
pieza, macillos de fieltro duro, mayor tensión de las cuerdas, tesitura actual (la-2
– do7).

Se incorporan estas mejoras al piano vertical, convirtiéndose en “mueble”


imprescindible en cualquier casa con un cierto poder adquisitivo. La ley del
mercado se convierte en el eje de la producción.

Se da un “boom” en la fabricación entre 1870 y la 1ª Guerra Mundial.

El mercado lo domina EEUU, y Alemania es el único país europeo que se


adapta a las nuevas normas de la industria.

Ferdinand Blüthner inventa el sistema del “alícuota” (cuerdas tensadas en el


agudo por encima de las cuerdas normales, que afinadas a la 8ª, resuenan por
simpatía).

Henry Steinway adapta en 1874 el pedal “sostenuto” o tercer pedal, que ya


había sido patentado por constructores marselleses (Boisselot & Fils) pero no
tuvo éxito por considerarse perturbador. Fue inventado por Claude Montal en
1862.

Un reflejo del gusto por la investigación mecánica y los inventos en el siglo XIX
son los pianos como el de dos teclados, el piano con “luthéal” (con registros
imitando a la orquesta), y el piano con teclado curvo, en un intento por facilitar
la ejecución (avanza la técnica en la escritura y la extensión del teclado). Éste
se deja de fabricar por su técnica de construcción muy compleja.

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