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DESIGUALDAD 'V DEPENDENCIA

La periferización del Mediterr~neo O<:cidental (s. Xli·XlX)


14. 16 de Mayo de 19114

IV Sesión: Gfnesls del <llpllallsmo


ANDRE NOlJSCHI
Maghreb '1 economía periférica: el comercio exterior en el periodo colonial {s. XIX~XX)

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MAGHREB Y ECONOMIA PERIFERICA:


EL COMERCIO EXTERIOR
EN EL PERIODO COLONIAL (S. XIX-XX)

André NOUSCHI
Universidad de Niza

La historia del Maghreb contemporáneo está domi- de una breve comunicación como la presente, estudiar la
nada por la colonización sufrida en los siglos XIX y XX. evolución de los diferentes agregados y factores econó-
La implantación del dominio francés se prolongó a lo micos; en revancha, el análisis del movimiento comercial
largo de varios decenios a partir de la capitulación de Ar- es un buen indicador. En efecto, el desarrollo de las ex-
gel (5 de julio de 1830) y de la aceptación del régimen de portaciones permite definir la naturaleza e importancia
protectorado por el soberano marroquí. Entre estas fe- de la producción local, mientras que la de las importacio-
chas y 1912 el sistema colonial evoluciona. nes confirma el nivel de las lagunas y los puntos débiles
Sin embargo, detrás de esta evolución es posible per- de dicha producción y, por consiguiente, de la economía:
cibir cierto número de rasgos que confieren a la coloniza- importación y exportación constituyen el anverso y el re-
ción francesa del Maghreb una homogeneidad y una uni- verso del mismo fenómeno. ¿Es preciso decir que para
dad indudables, especialmente visibles en el dominio eco- este análisis el historiador dispone demasiado a menudo
nómico. En los tres países implicados la economía indí- de una documentación estadística lagunar o insuficiente?
gena primero y la economía pura y simple después adqui- Pese a ello, cierto número de hechos aparecen claramente
rieron algunos caracteres que saldrán a la luz una vez ob- a través de los textos de la época. Basta con tener presen-
tenida la independencia. te, en primer lugar, la idea de que la instalación de los
Si queremos resumir el fenómeno con una fórmula franceses en el Maghreb se prolonga entre 1830 y 1912;
cómoda, se puede apuntar que dichos caracteres se com- en segundo, que los países maghrebíes se integran a par-
prenden dentro de la noción de economía periférica, que, tir de entonces en la circulación económica internacional
a su vez, puede ser considerada, simplificando el conjun- brutal o progresivamente.
to de explicaciones, como una economía dependiente. La El comercio en el Maghreb tradicional se veía influi-
cuestión para el historiador es averiguar si tal dependen- do por la naturaleza de sus producciones, que eran esen-
cia resultó del hecho colonial, fue engendrada por él o, cialmente agrícolas y conseguidas por medio de técnicas
más sencillamente, contribuyó a transformar una econo- tradicionales. Dichas producciones son, ante todo, cerea-
mía tradicional en periférica. La naturaleza y el conteni- les (trigo duro, cebada, sorgo) destinados al consumo co-
do de las respuestas están en función de ciertos análisis tidiano; por otra parte, los campesinos de ciertas regio-
relativos a la economía del Maghreb realizados con una nes se consagran a la arboricultura (olivo, árboles fruta-
perspectiva de longue durée. No es posible, en el marco les) y a ciertos cultivos de legumbres (la patata parece
AREAS

desconocerse antes de 1840/1850). En todos los casos el to a Marruecos, el panorama es idéntico. A mediados del 189
nivel de producción está condicionado por la coyuntura XIX la balanza comercial tunecina era ligeramente exce-
climática, es decir, es bastante bajo. Una vez puestas dentaria (importación, 19'6 millones de francos, o sea,
aparte las reservas (para los malos años, para las bestias), 48%; exportación, 21'3, o sea, 520Jo), así como la marro-
el excedente comercializable es reducido 1• La ganadería quí (importación, 550Jo; exportación, 450Jo).
se practica con técnicas similares: los animales permane- El comercio de cada uno de los tres países antes de la
cen expuestos a la intemperie y no son objeto de perfec- instalación de Francia se orientaba en primer lugar hacia
cionamientos zootécnicos; lo esencial de los rebaños se Europa (Espai'ia, Italia, Gran Bretai'ia, Francia) en el ca-
compone de ovinos y caprinos; los bovinos son escasos y so de Túnez y Argelia, mientras que Marruecos expedía
se limitan a ciertas regiones, mientras que los caballos no los productos de su artesanado hacia Africa, la Argelia
se utilizan jamás para la tracción sino para desfiles mili- vecina y la Tunicia. Esta última vendía sus bonetes (che-
tares y combates. En revancha, asnos y mulos son utiliza- chias) al Oriente Medio o a otros países del Maghreb.
dos para el transporte o la tracción, y los dromedarios Observemos, además, que la monetarización estaba rela-
traspasan los bordes saharianos llegando incluso hasta la tivamente limitada; la mediocridad del fenómeno se ex-
orilla del mar. plica por la escasa amplitud de los intercambios comer-
Las exportaciones reflejan a su manera el débil nivel y ciales y por la importancia limitada del metal acuñado.
los diferentes aspectos de la producción. Así, la estadísti- De todas maneras, éste afecta sobre todo a los centros ur-
ca del cónsul de Estados Unidos, Shaler, en 1822 mencio- banos, raros en Argelia, más numerosos en Tunicia y
na únicamente para Argel lana, pieles, cera y plumas de Marruecos 4•
avestruz; otras (la de Venture de Paradis a fines del Por consiguiente, el comercio traduce la mediocridad
XVIII o la de Juchereau de Saint-Denis, un poco poste- de los excedentes comerciales, es decir, el bajo nivel de la
rior a la conquista) hablan de granos, aunque en cantida- producción agrícola y artesanal. También, la limitada in-
des limitadas por estar sometidas a la autorización del serción en los circuitos económicos internacionales: la
príncipe 2• Las estadísticas tunecinas de mediados del masa monetaria es bastante débil en Túnez y Marruecos
XIX citan las pieles, el ganado, el aceite, los granos y la y aún menor en la Argelia precolonial. Estas observacio-
lana, mientras que las relativas a Marruecos ai'iaden al- nes permiten deducir que las economías locales se orien-
mendras y plumas de avestruz: con respecto a estas últi- taban sobre todo hacia el interior, donde las vías de co-
mas, tanto Marruecos como Argel actúan como redistri- municación eran aún rudimentarias. Si se quiere descri-
buidores. Por tanto, la producción agrícola alimenta una bir la economía del Maghreb precolonial sería preciso ha-
exportación harto modesta tanto en Argelia como en Tú- blar de células o de mónadas económicas que viven sobre
nez o Marruecos durante el período precolonial. sí mismas, mediocremente relacionadas entre ellas. Por
¿Juega el artesanado un papel más importante? Una encima o en medio de dichas células aparecen grandes
parte de éste, campesino, provee a sus convecinos los úti- núcleos de población situados en el interior (Constanti-
les necesarios para la vida cotidiana: cacharros, material na, Tlemecen, Medea, Marrakech, Meknés, Fez) o algu-
para arar (comprendidas las partes de metal), alborno- nas ciudades litorales, muy escasas, entre las que destaca
ces, chilabas, tapices, tiendas, etcétera. Resta por aludir Túnez por su pasado prestigioso: es la capital, la Shangai
a los artesanos ciudadanos, dedicados a productos de lu- del Maghreb, como se ha dicho 5• El desequilibrio entre el
jo: cueros y terciopelos bordados, calzados, joyas, che· número y la importancia de Jos centros comerciales del
chias, bonetes, cinturones, vestidos, etc. Todos ellos se interior y los de la costa constituye el mejor indicador de
venden donde se fabrican, y las técnicas son tales que ex- la debilidad del comercio exterior.
cluyen la serie, grande o pequeña. Sin embargo, tanto en A partir del momento en que los diferentes países del
Túnez como en Fez existe una producción importante de Maghreb fueron incluidos en la obediencia francesa, Jos
chechias y babuchas que suponen en ambos casos una ex- datos fundamentales del comercio exterior conocieron
portación notable 3• un cambio radicaL En primer lugar, en el plano aduane-
La balanza comercial era negativa y deficitaria en el ro; después, en el monetario: en realidad, ambos se inter-
caso de Argelia, puesto que las importaciones incluyen fieren. Así, para Argelia, la llegada de las tropas france-
tejidos de algodón, sedas, brocados, productos exóticos sas engendró inmediatamente un extraordinario flujo
y joyas. Tunicia, a mediados del XIX, importa produc- monetario de oro y plata que no hizo sino crecer en los
tos similares, a los que es preciso añadir maderas dora- anos sucesivos 6 • Además, desde el9 de agosto de 18307 la
das, perfumes (en esencia o al natural) y víveres; en cuan- Administración francesa instituyó de facto un régimen
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La periferización del Mediterráneo Occidental (s. XII-XIX)
14-16deMayode 1984

IV Sesión: (Jént'sis del capitaJismc


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Maghreb y economia perirérica: el comercio exlerior en el periodo ..:oloniat (s. XlX-XX)

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aduanero que hace difíciles las exportaciones hacia Fran- la cláusula de nación más favorecida para Francia, Italia
cia y abre Argelia a los productos franceses y extranje- e Inglaterra. La ley del 19 de julio de 1890 admitió con
ros. La ordenanza del 2 de noviembre de 1835 permite a franquicias en Francia un contingente de algunos pro-
Francia tener en Argelia un mercado privilegiado, mien- ductos tunecinos bajo ciertas condiciones; la tarifa del 22
tras que la producción argelina es admitida en Francia de mayo de 1898 puso en vigor un régimen privilegiado
con franquicias, aunque pagando las tasas de los produc- para la importación de productos franceses. Las dos me-
tos franceses si se destina al extranjero. Por último, los didas constituyen, pues, un paso importante hacia la
navíos galos tenían un quasi-privilegio (franquicia prime- unión aduanera. De todas maneras, Francia y Tunicia tu-
ro y monopolio más tarde del pabellón) para el transpor- vieron entre ellas un régimen comercial privilegiado.
te entre Francia y Argelia. Este conjunto de medidas in- Por otra parte, la importancia de los empréstitos con-
serta a Argelia en el mundo francés. traídos por los soberanos tunecinos puso en 1869 el con-
Las disposiciones ulteriores (ordenanza de diciembre junto de las finanzas de Tunicia bajo la tutela de una co-
de 1843, leyes de enero de 1851 y de julio de 1867) tuvie- misión internacional 11 : su independencia queda hipoteca-
ron por objeto asimilar Argelia a Francia en el plano da. La introducción franco-oro (decreto del l de julio de
aduanero. En cuanto al aspecto monetario, el curso for- 1891) incorpora Tunicia al sistema monetario francés,
zoso de las monedas francesas desde 1831 y la prohibi- que sustituye al de la piastra. Un poco más tarde, en ene-
ción de recibir otras monedas impuso el sistema francés 8 • ro de 1906, el privilegio de la Banca de Argelia se extien-
La quasi inflación monetaria consecuente a la ocupación de a Tunicia, después de ser autorizada a «crear estable-
y al aflujo de emigrantes europeos alteró el movimiento cimientos y a emitir billetes pagables al portador y a la
de precios de los productos argelinos; sobre todo, dejó vista en las colonias y protectorados de Africa» (ley de 5
fuera de juego a los productores y favoreció a los inter- de julio de 1900). Así, Tunicia es asimilada, como Arge-
mediarios y a los exportadores. La incorporación al siste- lia, en los aspectos bancario, monetario y financiero. El
ma monetario francés, la creación de la Banca de Argelia comercio exterior en ambos países tendrá por partenaire
en 1850 (banca comercial e instituto de emisión moneta- prioritario a Francia, tanto en lo referente a importacio-
ria) y sus relaciones con el Tesoro y con la Banca de nes como a exportaciones.
Francia reforzaron los lazos de dependencia 9 • Así, la eco- En revancha, en Marruecos el régimen comercial po-
nomía argelina quedó sólidamente amarrada a la de ne a todas las potencias europeas en un mismo plano: el
Francia, tanto más cuanto que la ola de emigrantes incre- de la libertad. El Dahir del4 de junio de 1864 afirma la li-
mentó la demanda de productos importados de Europa bertad comercial en el Imperio cherifiano y confirma el
que la producción argelina era incapaz de satisfacer. Esta espíritu de las diferentes convenciones concluidas con
incapacidad se relaciona con el hecho de que el artesana- Gran Bretaña en 1863. Así, Marruecos se abre a la com-
do urbano nunca tuvo otra clientela que los turcos y ar- petencia internacional. El acuerdo de Algeciras, conclui-
gelinos, cuyo estilo y modo de vida eran parecidos. Pero do en 1906 entre las grandes potencias, va en el mismo
ambos eran radicalmente distintos a los de los europeos, sentido; la diferencia es que todos los estados signatarios
se trate de vestidos, alimentación o habitación. son tratados en un régimen de igualdad. Las importacio-
En consecuencia, el artesanado tradicional periclita, nes son gravadas con un IOO'fo ad valorem o un 2'507o en
perjudicado por la concurrencia de la producción beneficio de la caja especial de Obras Públicas. Marrue-
europea 10• Todo concurre, pues, a socavar las bases de cos, pues, no será un coto cerrado francés, sino un mer-
este sector económico. En cuanto a la agricultura, se sabe cado ofrecido al capitalismo comercial internacional. El
que la guerra de conquista (en el Oranesado, contra Abd tratado de Fez, que dio a Francia el protectorado sobre
el Qader; en el Constantinois, contra Ahmed Bey) consti- Marruecos, no afectó al acuerdo de Algeciras; sólo Ale-
tuyó un perjuicio evidente para la producción y el comer- mania, Austria-Hungría y Rusia {debido a su derrota
cio. El destinado a la exportación escapa en su casi totali- después de la primera guerra mundial) perdieron los be-
dad a los argelinos; sólo algunos negociantes judíos y neficios de dicha acta; para las demás potencias la guerra
musulmanes supieron insertarse en los circuitos interna- no cambió nada.
cionales desde los primeros decenios. Por otra parte, la Banca del Estado marroquí, consti-
El esquema argelino es aplicable, punto por punto, a tuida en 1967, comprende entre sus accionistas las poten-
los otros dos países, aunque presenta algunas diferencias cias que firmaron en Algeciras 12 ; en realidad, de las 14
que no pueden olvidarse. Así, el comercio exterior de Tu- partes del capital (cada parte comprendía 2.000
nicia fue sometido hasta 1890 al régimen de libertad con acciones), Francia tenía tres, y después de la primera gue-
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rra mundial, seis (las tres de Alemania, Austria-Hungría ya no tiene las mismas dimensiones. Debido al aflujo de 191
y Rusia) vuelven a sus manos. Es preciso esperar a 1914 una creciente población europea, a la implantación de la
para que los billetes del Banco de Francia y del de Argelia nueva Administración y, por consiguiente, a la aparición
tengan curso legal y valor liberatorio; en 1918 el presu- de necesidades nuevas e importantes, el nivel de produc-
puesto de Marruecos es establecido en Francia, y en ju- ción aumenta considerablemente y la circulación comer-
nio de 1920 el franco se convierte en la única moneda le- cial toma proporciones impresionantes. Un investigador
gal de Marruecos. Así, en pocos años Marruecos se inte- tunecino ha demostrado recientemente la. organización
gra también en el sistema monetario francés 13 • Esta inte- de una verdadera red de mercados rurales en Tunicia del
gración y la inserción de Marruecos, Tunicia y Argelia en Norte, que convergen hacia el puerto de Túnez y secun-
los circuitos del comercio internacional tuvieron múlti- dariamente hacia Bizerta. Por otra parte, es preciso re-
ples consecuencias. cordar que la red viaria y los ferrocarriles instalados por
En primer lugar, los precios de los productos agríco- los franceses tienen por terminales los grandes puertos,
las y de las materias primas siguen la evolución de la co- por los que llegan y parten los productos agrícolas y mi-
yuntura internacional 14 ; cuando ésta juega al alza, los neros locales y las manufacturas europeas. Los dos ejem-
precios locales suben e, inversamente, bajan cuando la plos más notables son los de las vías férreas Tebessa/le
coyuntura está en fase B. Ello es particularmente claro Kouif - Bona; Metlaoui!Gafsa - Sfax, por las que se ex-
durante la baja de los años 1873/1895 y, por supuesto, en portaba el mineral de hierro y los fosfatos. Así, en 1913
la crisis de 1929. En revancha, la inflación engendrada el comercio de Tunicia se eleva a 323 millones de francos
por la primera guerra mundial atacó a los tres países del (importación, 144,3; exportación, 178, 7), el de Marrue-
Maghreb, pero benefició sobre todo a intermediarios y cos, a 221,6 (importación 181,4; exportación 40,2); de
exportadores. Los productores están en manos de estos los tres países, Argelia presenta el movimiento comercial
últimos, que controlan los dos extremos de la cadena del más importante, pero también el déficit más elevado
mercado. Esta inserción en los circuitos internacionales (-166'2 millones de francos); Marruecos, el volumen
constituye el aspecto menos aparente pero más constricti- más bajo, con un déficit importante 41 '2 millones de
vo del dominio capitalista desde un centro determinado francos), por lo que su significado es distinto del prece-
(París, Londres, Nueva York) sobre la economía de un dente.
país colonial, y, por consiguiente, sobre una economía Cuanto más elevado es el déficit de la balanza comer-
periférica. En ella el productor no influye jamás sobre el cial, la dependencia es mayor. Por tanto, como en el caso
movimiento de los precios, que son fijados, en definitiva, del Maghreb Francia era el principal cliente, la depen-
por el consumidor a través de los intermediarios encarga- dencia en relación con ella se acrecienta y, a la vez, el ni-
dos de su aprovisionamiento. El mercado, pues, arbitra, vel de periferización. Esta dependencia se relaciona con
y lo hace en su favor. En la medida que los nuevos pro- el desequilibrio entre las importaciones y las exportacio-
veedores (América, Asia, Africa) entran en el circuito nes. El crecimiento de las primeras y, sobre todo, de los
económico internacional, el consumidor los pone a todos productos manufacturados de todo tipo relega a segundo
en concurrencia. En realidad, éste no toma jamás en plano los productos locales: la fabricación de estos últi-
cuenta -y ello constituye su fuerza- las condiciones de mos periclita de un decenio a otro. El ejemplo más nota-
producción: la rareza o la abundancia condicionan su ble es el de las chechias tunecinas, concurrenciadas por
comportamiento, su demanda y su precio. Pero el consu- un producto similar, pero menos costoso, vendido por
midor francés, comprador privilegiado de la producción los austro-húngaros en la segunda mitad del siglo XIX,
maghrebí, no puede ignorar el precio extranjero de pro- utilizando la técnica industrial que no poseían los gre-
ductos similares. Por tanto, volens nolens, tiene que in- mios tunecinos 1 ~. Desde entonces las chechias perdieron
fluir el movimiento de dichos precios. Esta subordina- sus mercados extranjeros y, a fines del siglo XIX, este ar-
ción de los productos agrícolas y mineros maghrebíes a tesanado está en crisis. Se trata de un fenómeno similar
una coyuntura mundial fijada fuera de los territorios co- al que observa en Argelia Marius Vachon para el conjun-
loniales productores constituye el símbolo más visible de to del artesanado argelino. Vachon cuestiona sin disimu-
la periferización: el productor maghrebí no controlará en los la concurrencia de productos europeos similares.
adelante los precios de lo que cultiva o de lo que saca del La crisis, pues, es estructural y no coyuntural, dado
subsuelo. que concierne fundamentalmente a las técnicas de pro-
Además, el mercado local que dichos productores ducción, la organización del mercado interior y los mer-
aprovisionaban en el marco de una economía tradicional cados exteriores; la mediocridad de las exportaciones y
DESIGUALDAD Y DEPENDENCIA
La periferizadón dei Medilerráneo Ocddenral (s. Xli~XlX)
14 16 de Mayo de 1984

1V Sesión: G~nesis
del capUaUsmo
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Maghn:b y e<onomia periférica: el comercio exterior en el período colonial (s. XIX·XXl

192 su insuficiencia se deben al nivel y a la naturaleza de las los oleicultores del Sahel de Sousse en los circuitos inter-
importaciones. Teniendo en cuenta el sistema aduanero nacionales.
en el que se incluyen Argelia y Tunicia, ¿se puede imagi- Respecto a la ganadería, la importancia de los reba-
nar que los industriales europeos y/o franceses hubiesen ños de ovinos está en regresión constante; la ganadería
aceptado la concurrencia de los productos coloniales? El itinerante y extensiva no puede acomodarse a las restric-
quasi-pacto colonial en el que las economías de dichas ciones de los recorridos. En el comercio exterior su valor
naciones se encuentran encerradas constituye el obstácu- es muy inferior al del vino y sus derivados. Por último,
lo más importante para el desarrollo de industrias dignas los productos mineros, desconocidos en el comercio del
de ese nombre; aunque existe alguna empresa industrial, Maghreb tradicional, constituyen una parte no desdeña-
el examen de las exportaciones revela que están constitui- ble de las exportaciones desde el Segundo Imperio. Este
das ante todo por productos destinados a la alimenta- había apostado deliberadamente sobre la exportación
ción, sacados de la producción agrícola, más algunas fá- minera argelina para alimentar la industria francesa. La
bricas de cementos, curtidos, una industria química rudi- vía abierta por él será proseguida hasta una fecha tardía.
mentaria, talleres de reparación, algún alto horno del ti- Y en la misma perspectiva debe colocarse la prospección
po Martín ... El nivel era tan bajo que en 1940 la derrota de gas y de petróleo desde 1945 hasta su puesta en valor:
francesa permitió apreciar la dependencia de los maghre- el último avatar ligado a la periferización se encuentra en
bíes y del Maghreb para productos tan elementales como los acuerdos de Evian de 1962, precisamente en la parte
el jabón, por ejemplo. La ruptura de las relaciones ante- consagrada a los hidrocarburos.
riores o su interrupción en el plano comercial demostró Así, pues, sin forzar las cosas, aparece claramente có-
que los países del Maghreb eran incapaces de alcanzar la mo el comercio exterior del Maghreb colonial simboliza
menor autonomía económica. Así, sin forzar las cosas, su dependencia con relación a una Francia y una Europa
podemos decir que la segunda guerra mundial ha suscita- industrial o en vías de industrialización. El mecanismo de
do la toma de conciencia de los inconvenientes engendra- la periferización pasa, en el plano comercial, por la inser-
dos por la periferización de la economía maghrebí. El ción de los tres países del Maghreb en el sistema moneta-
pacto colonial mostraba así de manera espectacular sus rio francés. La Banca de Francia desempeñó el papel de
inconvenientes, no sólo para los maghrebíes, sino tam- un banco central con respecto al Banco de Argelia y Tú-
bién para los europeos, privilegiados hasta ese momento. nez y al Banco de Estado de Marruecos. Estas tres insti-
De hecho, la naturaleza del comercio pesaba sobre los tuciones fueron organismos privados hasta 1936. Liga-
diferentes aspectos de la producción. Esta, como hemos dos al Estado francés por convención, le tenían en cierta
visto, se modifica de diversas maneras. En el aspecto sujeción por medio de los adelantos al Tesoro, y por el
agrícola la demanda del mercado desarrolló el cultivo del hecho de que éste los necesitaba para sus diferentes ope-
trigo blando -hasta entonces casi monopolio raciones de crédito y de banca. Desempeñaron un papel
europeo-, las hortalizas y, por supuesto, la vid 16 • Se ha importante en la circulación financiera ligada al comer-
descrito con frecuencia las incoherencias del cultivo de cio exterior, y sobre todo en las relaciones comerciales
esta última y las dificultades que ha generado tanto en el entre Francia y cada uno de los tres países del Maghreb,
Maghreb como en Francia. También es preciso aludir a de ahí que constituyan uno de los factores de periferiza-
las ilusiones alimentadas en cierta época con respecto a ción y dependencia.
las plantas tropicales. Según algunos, Argelia podía Además, el sistema aduanero instituido por Francia,
abastecer a Francia en primer lugar de algodón, y des- salvo en lo referente a Marruecos, tenía todos los carac-
pués de los productos tropicales y exóticos de los que ca- teres de un quasi-pacto colonial e impedía a los diferentes
recía. Pero las ilusiones desaparecieron pronto para estos países del Maghreb toda posibilidad de industríalízarse,
últimos, aunque no para el algodón, por lo menos hasta sí hubiesen sentido la necesidad de hacerlo. Esta carencia
el Segundo Imperio. Mientras duró, se estimuló el cultivo es tanto más evidente cuanto que entre los maghrebíes los
algodonero por medio de primas, subvenciones, etc. La empresarios -en sentido schumpeteriano del término-
mediocridad de los resultados enterró por largo tiempo no existen. Y el espíritu de empresa, cuando aparece,
esta experiencia sin porvenir. En revancha, hubo ciertos concierne al mundo agrícola, al de los negocios o al co-
éxitos, como la implantación del olivo en Tunicia, el Sa- mercio de distribución. Pero este espíritu de empresa im-
hel de S fax bajo la égida de Paul Bourde. Este alimentará plica una capacidad de inversión que poseen en primer
uno de los principales puestos de exportaciones tuneci- lugar los europeos (es decir, los colonos) y en segundo los
nas. Es también la demanda del mercado la que integra a judíos y ciertos maghrebíes. Suponiendo que dicho espí-
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ritu y dichos medios financieros pudiesen existir, era pre- risienses han perdido la mayor parte de sus mercados, y 193

ciso estar seguro de que el mercado podía absorber la creemos poder afirmar que el gobierno y las cámaras es-
producción local, lo que no era el caso, dado que las ma- tán en estos momentos muy preocupadas por restituir a
nufacturas europeas y sobre todo francesas habían inva- nuestro comercio de exportación su antigua actividad.
dido el Maghreb desde los primeros decenios de la con- La Cámara de Diputados no debe quedar atrás en es-
quista colonial: muy tempranamente, pues, conquistaron te movimiento de opinión. No puede ser indiferente a los
posiciones fuertes. sufrimientos de nuestro comercio y de nuestra industria,
Por tanto, la evolución del comercio exterior refleja a y nosotros creeemos poderle proponer, de acuerdo con
su manera las relaciones de dependencia entre los dife- un gran número de cámaras de comercio, la modifica-
rentes países del Maghreb, Francia y Europa. ¿Debemos ción del senatus consultus del 4 de julio de 1866, que ha
deducir de ello que la colonización constituyó la época abierto el mercado de nuestras colonias a la concurrencia
privilegiada de la dependencia económica? Eso sería olvi- extranjera, así como la ley del 17 de julio de 1867 sobre el
dar que mucho antes de la implantación francesa el régimen aduanero de Argelia.
Maghreb constituía un mercado para la exportación de Restituir a la metrópoli el mercado colonial es para
ciertos productos manufacturados europeos y que ven- nosotros un imperioso deber.
día, salvo alguna excepción, productos agrícolas y esca-
sos bienes elaborados por el artesanado tradicional: an-
tes de que Marruecos fuese ocupado, importaba de Gran
Bretaña productos textiles y metalúrgicos. La implanta- NOTAS
ción francesa abrió, en revancha, todos los grandes puer-
tos y los mercados maghrebíes a sus industriales. Pero l. A. NOUSCH1: L'anky1ose de l'économie médilerranéenme nue au
XVIIIerne el début du XIXeme siecle: le role de l'agriculture. Niza, 1973.
ello acentuó los desequilibrios fundamentales de las ba- 2. W. SHALER: Esquisse de I'Eial d'Aiger. París, 1830; Venture DE PARA-
lanzas comerciales e hizo más precarias las condiciones DIS: Alger á la rin du 18• s. Alger, 1898; Juchereau DE SA1NT-DENJS: Considé-
de la independencia económica. Por la misma razón, re- rations statistiques, hísloriques, militaires el poliliques sur la Régence d' Alger.
París, 1839.
forzó los lazos de dependencia entre en Maghreb y la 3. V. FLEURY: Les induslries indigenes de la Tunisíe, París, 1900.
Europa (y Francia con ella) industrializada. 4. A. NOUSCHI: Enqu~le sur le niveau de vie des population rurales constan·
Por consiguiente, el estudio del comercio exterior con lionoises de la conquete a 1919. Essai d'histoire economique el sociale. París,
1961; P. E. PICARD: La monnaie elle crédil en Algérie. París, 1930.
el Maghreb perq~ite seguir, un año tras otro y un decenio 5. L. VALENSI: Le Maghreb avanlla prise d'Aiger. París, 1973.
después del otro, el grado de dependencia de la economía 6. A. NOUSCHI: «Le travail a Alger dans la premiere moitié du XIX siécle».
En La Force de lravail dans les cilés médilerranéennes du milieu du XVIIIeme sie·
Maghrebí en relación con Europa y/o Francia, constitu- ele au mllieu du XIXeme slecle. Niza, 1975 (Actas de Bendor).
yendo así un indicador satisfactorio del nivel de periferi- 7. MENERVILLE: Diclionaaire de Législation algérienne. Art. «Douanes».
zación de su economía. 8. MENERVILLE: op. cit., art. «Monnaies algéríennes et fran~aises».
9. P. EMILE PICARD: La monnaie el le crédil ... , op. cit.
10. Para estos aspectos, ver A. NOUSCHI: «Le monde du travail a Algern,
* * * op. cit.
11. J. GANIAGE: Les origines du Proleclorat Tunisien. París, 1960.
12. Se trata de los siguientes países: Bélgica, Espai!a, Francia, Gran Bretaí!a,
Ley del 29 de diciembre de 1884 sobre la fijación Italia, Holanda, Portugal, Suecia, Alemania, Austria-Hungría, Rusia y. por su-
del presupuesto de gastos del ejercicio de 1885. puesto, Marruecos.
13. Ver L. MILLIOT: La Tunisie ella Maroc, en A. GIRAULT: Príncipes de
Exposición de motivos: colonisalion el de législatlon coloniaJe. París, 1976.
El comercio de exportación de Francia atravies,a una 14. Cf. A. NOUSCHI: Enqufte sur le niveau de ~le des populalions conslanti-
crisis temible desde hace varios años. Aquellas de nues- noises ... , o p. cit.
15. P. PENNEC: Les lransrormatlons des corps de méliers de Tunls sous l'in·
tras industrias que no tenían rivales y que no tenían nin- fluence d'une economie exteme de lype capitalisle. Túnez 1964.
guna concurrencia en el extranjero, especialmente las pa- 16. Sobre la vií!a, cf. H. ISNARD: La ~igne en Algérie.

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