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CAUSAS. CABRERA
El conflicto fue provocado en Sarajevo, el 28 de junio de 1914 cuando el heredero del trono
austro-húngaro, el archiduque Francisco Fernando cayó víctima de un terrorista servio. Pero
como es natural, las causas de la guerra eran más profundas, consistían fundamentalmente en
3 antagonismos:
1.- Entre Alemania y Francia, en forma de una enemistad reactivada por la derrota francesa
de 1871, y la pérdida de Alsacia-Lorema.
ALIANZAS.
En el marco de la Primera Guerra Mundial, el Frente Italiano hace referencia a una serie de
batallas libradas entre los ejércitos de Austria-Hungría e Italia, junto con sus respectivos
aliados, en el norte de Italia entre 1915 y 1918. Italia confiaba que uniéndose a los países de
la Triple Entente contra las Potencias Centrales podría rescatar los territorios
históricos italianos en manos de austríacos: el Tirol Cisalpino (actuales provincias
de Trento y Bolzano), Istria, Dalmacia y el puerto de Trieste. Aunque Italia tenía la
esperanza de comenzar la guerra con una ofensiva sorpresa destinada a actuar con rapidez y
capturar varias ciudades Austriacas, se empantanó en una guerra de trincheras similar a
la Frente Occidental.
A pesar de ser uno de los Estados miembros de la Triple Alianza, junto a Austria-Hungría y
Alemania, Italia no declaró la guerra en agosto de 1914 a la Triple Entente, pues consideró
que dicha alianza era de carácter defensivo y la agresión austrohúngara a Serbia no obligaba
a Italia a tomar parte del conflicto.
Históricamente, Italia tenía una larga rivalidad con Austria-Hungría, la cual se remonta
al Congreso de Viena en 1815, después de la derrota de Napoleón y el fin de
las guerras napoleónicas, que concedió varias regiones de la península itálica al Imperio
austriaco, algunas de las cuales continuaban bajo control austriaco, aun después de
la unificación italiana.
RIVALIDADES. CABRERA
la guerra fue fruto del creciente poder de Alemania, que desató las ansiedades de sus
adversarios (Rusia, Gran Bretaña y Francia) y los llevó a formar una alianza. Esa Alemania
cercada buscó la hegemonía e inició una guerra.
Una potencia ascendente. La tasa de crecimiento del producto interno bruto en Alemania era
más elevada que la de otros países, y la parte de la inversión alemana alcanzaba cerca del 20 %
(dos veces supe-rior a la de Gran Bretaña). Estimulada por una fuerte demanda interna, la
agricultura era la más productiva de Europa.
HITTLER. ZAMBRANA
Hitler se trasladó a Múnich en 1913, de este modo evitó el servicio militar en su país (no
deseaba servir junto a eslavos y judíos).
Según Hitler, Alemania perdería la guerra por causa de los judíos y los marxistas, a quienes
acusó de robar a la nación y no prestar servicio militar.
Regresó a Múnich en 1919; se afilió al Partido Obrero Alemán, precursor del partido nazi, en
1919 y se erigió como su líder, en 1921.
Definió a los judíos como una raza y no como una comunidad religiosa, describió el efecto de la
presencia judía como una “tuberculosis racial de los pueblos” e identificó que la meta inicial
del gobierno alemán era la legislación discriminatoria contra los judíos. La “meta final debe ser,
definitivamente, la eliminación total de los judíos”.
Hasta ese momento había estado relegada a tareas domésticas o acompañar a su marido en
los distintos actos sociales. Incluso durante el auge de la Revolución Industrial la mujer quedó
relegada al cuidado de los hijos y sólo algunas – en la mayoría de los casos solteras –
consiguieron entrar en el proceso productivo, pero siempre relegadas y con salarios inferiores
al de los hombres.
La Primera Guerra Mundial crea nuevos papeles para la mujer asumiendo trabajos y
responsabilidades en los que antes habían estado excluidas: así, por ejemplo, las féminas que
trabajaban en el sector bancario creció de unas iniciales 9.500 a casi 64.000.
La incorporación de la mujer al mercado laboral alcanza unas cifras nunca vistas hasta el
momento. Además, asumen trabajos tan dispares como como deshollinadoras, conductoras de
camiones u obreras en la industria armamentística. Así entre Francia y Gran Bretaña más de un
millón y medio de mujeres trabajaron en fábricas de armamento; mientras en Alemania el 38%
de la fábrica bélica Krupp estaba compuesto por mujeres en 1918.
Uno de los hándicaps que se encontraron las mujeres fue lógicamente la resistencia de los
hombres que permanecían en las fábricas. Éstos no aceptaban de buen grado que las mujeres
pudieran desempeñar con la misma efectividad algunos de sus puestos laborales. Otra
preocupación que tenían es si la disminución del salario con las mujeres podía finalmente
perjudicarles. Son, sin embargo, las mujeres las primeras que se movilizan pidiendo una
igualación salarial por ley para evitar esta discriminación.
El gobierno francés fue de los primeros que abordó el tema: así en 1915 establece un salario
mínimo para las mujeres que trabajaban en la industria textil cosiendo una ingente cantidad de
uniformes militares. Posteriormente en 1917 decreta que hombres y mujeres ganen lo mismo
por pieza trabajada. Aun así, pese a la intervención gubernamental, al final de la guerra la
desigualdad sigue existiendo.
El final de la guerra pudo parecer un final a este proceso: la sensación de temporalidad de las
mujeres en el puesto de trabajo persistía, el regreso de los hombres del frente supuso su
reincorporación al mercado laboral y el desplazamiento de las mujeres, la diferencia salarial se
incrementa, etc.
Todo ello se vio beneficiado por la escasez de derechos políticos “reales” de las mujeres: la
inexistencia del sufragio universal en las democracias más avanzadas, pese a las
reivindicaciones de movimientos feministas o ciertas tendencias políticas, llevaron a pensar
que esta discriminación volvería al pasado.
Sin embargo, el final de la Primera Guerra Mundial supuso un cambio definitivo: las pérdidas
humanas o el regreso de soldados cuya capacidad de trabajo era ya nula permitieron que esta
puerta ya no se cerrara. Las mujeres asumieron puestos que muchos hombres no querían,
demostrando su capacidad laboral. Además, la lucha por sus derechos sigue creciendo,
convirtiéndose en una realidad que la clase política no puede evitar. Poco a poco las
principales democracias instauran el sufragio universal, algo que supone un avance
fundamental.
ARGENTINA EN LA GUERRA.
La hegemonía europea había marcado la relación con Argentina, pero la primera guerra
mundial y la pos-guerra marcaron una situación inquietante: el cambio de los esquemas de
referencia. La expansión económica de Estados Unidos beneficiaba a los aliados y enemigos, y
prolongaba la crisis de los perdedores.
Los países latinoamericanos oscilaban en mantener buenas relaciones con Estados Unidos,
mantener vínculos con Europa pero sin involucrarse demasiado. CABRERA
Alemania había comenzado la guerra submarina que provocó el ingreso de Estados Unidos al
conflicto.
En 1917 dos buques argentinos fueron hundidos por las fuerzas alemanas, motivo por el cual el
gobierno argentino expresó formalmente sus protestas, exigiendo el desagravio del pabellón
nacional y una reparación económica por el hundimiento del buque
El gobierno imperial aceptó los reclamos argentinos por el hundimiento del “Monte
Protegido”. Sin embargo, se negó a seguir el mismo procedimiento con el caso del “Foro” por
considerar que transportaba “contrabando de guerra”. Yrigoyen insistió. Y destacó que los
productos alimenticios eran un rubro fundamental del comercio exterior argentino, y que no
podían ser considerados “contrabando de guerra”
el gobierno alemán presionó para que Argentina entrara a la guerra, para poder así impedir el
abastecimiento de productos primarios a los aliados. ZAMBRANA
Ricardo M. Ortiz sostiene que la neutralidad argentina estuvo relacionada con el hecho de
que ésta no era percibida como una amenaza para los intereses británicos, aunque sí para los
norteamericanos. De acuerdo con esta línea de razonamiento, los gobiernos aliados europeos
procuraron básicamente que la Argentina les proveyese sus productos primarios, para lo cual
la neutralidad resultaba necesaria. Para Ortiz, mientras Gran Bretaña impulsó al
gobierno argentino a mantener la neutralidad, Estados Unidos presionó para
que la abandonara.
CONCECUENCIAS.
Estas cifras aumentan si consideramos el tremendo daño físico y psicológico que sufrieron
millones de personas, entre soldados y civiles, durante la guerra.
Incluso dentro de estos datos podemos considerar que los términos en los que Alemania tuvo
que rendirse, fueron los que provocaron el alzamiento de Hitler unos años después. Muchos
historiadores consideran que nunca finalizó la guerra, es decir, sino que sólo fue un largo cese
al fuego hasta el comienzo de la siguiente.
La guerra fue un costo económico significativo para las naciones que participaron en ella.
Alemania y Gran Bretaña gastaron cerca del 60% de lo que su economía producía, teniendo
que elevar los impuestos y pidiendo además dinero prestado a los ciudadanos.
También se imprimió dinero para comprar armas y otros insumos necesarios para las batallas,
lo que contribuyó a la generación de inflación.
La guerra también generó restricciones en el comercio, que fueron exacerbadas por las
políticas proteccionistas exageradas que adoptaron los países. Esto generó un quiebre
globalizado del sistema económico mundial, con consecuencias desastrosas como fue la Gran
Depresión en 1929.
Con el colapso de Rusia bajo la presión de la guerra, los socialistas revolucionarios aumentaron
su poder, convirtiendo la ideología comunista en una fuerza importante dentro de Europa.
Aunque la revolución global que Lenin esperaba nunca llegó, la presencia de una gran nación
comunista en Europa como fue Rusia, con un marcado autoritarismo, cambió el equilibrio en la
política entre Asia y Europa.
En un principio, Alemania se inclinó hacia Rusia, pero posteriormente formó su propia nueva
democracia social.
La Primera Guerra Mundial finalizó cuatro importantes monarquías: la del zar Nicolás II
enRusia tras la que se inició el comunismo de guerra, el reinado del Kaiser Wilhelm
de Alemania, la monarquía del Empeerador Carlos de Austria y el reinado del Sultán del
Imperio Otomano.
De los antiguos imperios surgieron nuevos países, por ejemplo, el Imperio Austro-Húngaro que
se dividió en un número de estados independientes. Rusia y Alemania entregaron tierras a
Polonia.
Así, los países del Medio Oriente quedaron bajo el control de Gran Bretaña y de Francia,
mientras lo que quedó del Imperio Otomano se convirtió en Turquía.
La Primera Guerra Mundial generó importantes cambios sociales, las tasas de natalidad
cayeron abruptamente por la muerte de millones de hombres jóvenes. Además de esto,
muchos ciudadanos perdieron sus hogares y tuvieron que huir a otros países.
El rol de la mujer también cambió, ya que tuvieron que reemplazar a los hombres en las
oficinas y las industrias. En esta línea, comenzaron a aumentar los derechos de la mujer, como
el derecho a voto.
Las clases sociales altas dejaron de tener un rol tan dominante en la sociedad, ya que la clase
media y baja comenzó a demandar sus derechos después de la guerra.
Algunos historiadores consideran que se perdió una generación completa al morir tantos
jóvenes soldados. Además, más de 7 millones de hombres quedaron completamente
inhabilitados para continuar sus vidas normalmente por las secuelas de la guerra.
Las heridas en las personas no sólo fueron físicas- mutilaciones, quemaduras y daños faciales-
sino también psicológicas, dejando un alto costo en consecuencias indirectas, mucho más que
cualquier otra guerra anterior en la historia.