Los orígenes

Conquista y reparto
Los patriarcas de la tierra (Josue)

El Señor dijo a De Egipto a Moab La época de los

Jericó estaba herméticamente cerrada
Abram: «Deja tu tierra
«Cantaré al Señor, que por temor a los israelitas: nadie salía ni jueces
natal y la casa de tu entraba.
se ha cubierto de gloria:
padre, y ve al país que Entonces el Señor dijo a Josué: «Yo he Entonces el Señor suscitaba
él hundió en el mar los
yo te mostraré. jueces, que salvaban a los
caballos y los carros. puesto en tus manos a Jericó y a su rey.
Yo haré de ti una gran israelitas del poder de los
El Señor es mi fuerza y Por eso ustedes, todos los hombres de
nación y te bendeciré; salteadores.
mi protección, él me la guerra, darán una sola vuelta Pero los israelitas no escuchaban
engrandeceré tu salvó. Él es mi Dios y yo alrededor de la ciudad, formando un a sus jueces, sino que se
nombre y serás una lo glorifico, es el Dios de círculo en torno a ella. Así lo harán prostituían, yendo detrás de otros
bendición. Bendeciré a mi padre y yo proclamo durante seis días.Además, siete dioses y postrándose delante de
los que te bendigan y su grandeza. sacerdotes irán delante del Arca ellos. Se desviaban muy pronto
maldeciré al que te El Señor es un guerrero, llevando siete trompetas de cuerno. El del camino seguido por sus
maldiga, y por ti se su nombre es «Señor». séptimo día, en cambio, ustedes darán padres, que habían obedecido los
bendecirán todos los El arrojó al mar los siete vueltas alrededor de la ciudad, y mandamientos del Señor. Ellos,
pueblos de la tierra». carros del Faraón y su los sacerdotes harán sonar las en cambio, no hacían lo mismo.
Abram partió, como el trompetas. Cuando el Señor les suscitaba
ejército, lo mejor de sus
Señor se lo había A la señal dada con el cuerno, cuando jueces, estaba con el juez y los
soldados se hundió en el salvaba de las manos de sus
ordenado, y Lot se fue Mar Rojo. ustedes oigan el sonido de las
con él. Cuando salió enemigos mientras vivía el juez,
(Ex 1b-4) trompetas, todo el pueblo prorrumpirá porque se compadecía de los
de Jarán, Abram tenía en fuertes gritos de guerra. Entonces los gemidos que les provocaban sus
setenta y cinco años. muros de la ciudad caerán sobre sí opresores y perseguidores. (Jc 2,
(Gn 12, 1-5) mismos, y el pueblo se lanzará al asalto, 16-18)
cada uno hacia lo que tenga adelante».
(Jos 6, 1-5)
 La monarquía

La monarquía unida: Saúl, David,

Salomón (hacia 1020-931)

Entonces se reunieron El rey avanzó con sus Los dos reinos (931-720)
todos los ancianos de hombres sobre Jerusalén,
Israel y acudieron a contra los jebuseos que 11 Entonces el Señor Entonces Resín, rey de
Samuel en Ramá. «Tú ya habitaban en el país. dijo a Salomón: «Porque Aram, y Pécaj, hijo de
eres viejo, le dijeron, y Pero estos dijeron a has obrado así y no has Remalías, rey de Israel,
tus hijos no siguen tus David: «Tú no entrarás observado mi alianza ni subieron a combatir
pasos. Ahora danos un aquí. Los ciegos y los los preceptos que yo te contra Jerusalén.
rey para que nos inválidos bastarán para prescribí, voy a Asediaron a Ajaz, pero
gobierne, como lo tienen impedírtelo». Con esto arrancarte el reino y se lo no pudieron entrar en
todas las naciones». querían decir: «David daré a uno de tus combate.
Samuel tomó el frasco nunca podrá entrar servidores. Sin embargo, Fue en aquel tiempo
de aceite y lo derramó aquí». no lo haré mientras tú cuando Resín, rey de
sobre la cabeza de Saúl: Sin embargo, David vivas, por consideración Aram, recuperó a Elat
Luego lo besó y dijo: conquistó la fortaleza de a tu padre David: se lo para Aram. El desalojó
«¡El Señor te ha ungido Sión, es decir, la Ciudad arrancaré de las manos a de Elat a los judíos, y los
como jefe de su de David. (2 Sm 5, 6-7) tu hijo. edomitas entraron en
herencia! (1 Sm 8,4-5; Pero no le arrancaré todo Elat, donde han
10,1) el reino, sino que le daré permanecido hasta el día
a tu hijo una tribu, por de hoy. (2 Re 16, 5-6)
consideración a mi
servidor David y a
Jerusalén, la que yo
elegí». 1 Re 11, 11-13

El exilio (587-538)
Nabucodonosor deportó a
Babilonia a los que habían
escapado de la espada y
estos se convirtieron en
esclavos del rey y de sus
hijos hasta el
advenimiento del reino
persa.
Así se cumplió la palabra
del Señor, pronunciada por
Jeremías: «La tierra
descansó durante todo el
tiempo de la desolación,
hasta pagar la deuda de
todos sus sábados, hasta
que se cumplieron setenta
años». (2 Cro 36, 20-21)
En el primer año del
reinado de Ciro, rey de
Persia, para se cumpliera
la palabra del Señor
pronunciada por Jeremías,
el Señor despertó el
espíritu de Ciro, el rey de
Persia, y este mandó
proclamar de vida voz y
Exilio y post-exilio
La época persa (538-332)
En el primer año del
reinado de Ciro, rey de
Persia, para se cumpliera
la palabra del Señor
pronunciada por Jeremías,
el Señor despertó el
espíritu de Ciro, el rey de
Persia, y este mandó
proclamar de vida voz y
por escrito en todo su
reino: «Así habla Ciro, rey
de Persia: El Señor, el
Dios del cielo, me ha dado
todos los reinos de la tierra
y él me ha encargado que
le edifique una Casa en
Jerusalén, de Judá. Si
alguno de ustedes
pertenece a ese pueblo,
¡que el Señor, su Dios, lo
acompañe y que suba...!».
(2 Cro 36, 22-23)
La época griega (332-63)
En el séptimo mes todo el
pueblo se reunió como un
solo hombre en la plaza que
se encuentra frente a la
Puerta del Agua, y pidieron
a Esdras que trajera el libro
de la Ley de Moisés, que
Yavé había dado a
Israel. 2 Esdras trajo la Ley
ante la asamblea, en que se
mezclaban hombres y
mujeres, y todos los niños
que podían entender lo que
se iba a leer. Era el primer
día del séptimo mes. 3 Esdras
leyó en el libro, ante todos
ellos, desde la mañana hasta
el mediodía, en la plaza que
está enfrente de la Puerta del
Agua; y todos los oídos
estaban pendientes del libro
de la Ley. (Esd 8, 1-3)
Entonces se les unió el grupo
de los asideos, hombres
valientes en Israel, todos
ellos sinceramente fieles a la
Ley.
También se les unieron y les
prestaron su ayuda todos los
que querían escapar de la
opresión.
Así formaron una fuerza
armada que comenzó a
descargar su ira contra los
pecadores y su furor contra
los impíos. Los demás
tuvieron que salvarse,
huyendo a las naciones
extranjeras. (Mac 2, 42-44)