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Texto en preparación
Febrero 2004
Índice General
0.1 Al lector . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
0.2 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
3 Ecuaciones constitutivas 47
6 Flujos Irrotacionales 68
6.1 El potencial de la velocidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
6.2 Teoremas de Bernouilli para flujos irrotacionales . . . . . . . . . . . . . . 70
6.3 El movimiento irrotacional de líquidos uniformes . . . . . . . . . . . . . . 71
0.1 Al lector
Estas son notas de un texto, en preparación, sobre las bases teóricas de la dinámica de
fluidos. Se apoyan en un largo trajinar por la enseñanza universitaria de estos temas (más
de treinta años) y en la experiencia de investigación en una área afín como la física del
plasma. Durante muchos años dicté el curso anual de Mecánica II y luego, durante otros
tantos, el curso cuatrimestral de Estructura de la Materia 1, ambos de la Licenciatura
en Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos
Aires. Un intento de redactar un manual para esta rama de la teoría física, que incluyó
una introducción a la magnetohidrodinámica, fueron mis notas (en inglés, reproducidas
via xerox en reducido número de ejemplares) de un curso anual, dictado en 1984 en la
Technishe Universität Graz, de la ciudad de Graz, Austria. El documento actual tiene otro
contenido y un objetivo distinto. El estado del trabajo y la ausencia de figuras reflejan
sólo una etapa de la elaboración, no una decisión del autor.
Existe ahora una excelente introducción a la mecánica de los fluidos en español,
escrita muy recientemente por el Profesor Julio Gratton (accesible en documentos pdf
en el sitio web del Instituto de Física del Plasma, http://www.lfp.uba.ar). Su manual,
ilustrado por muchas figuras, pone mucha atención a los aspectos físicos de la dinámica de
los fluidos y ciertamente ayuda a mejorar la intuición, tan necesaria en esta disciplina, en
virtud de la claridad conceptual que caracteriza el estilo de física que cultiva el Profesor
Julio Gratton.
Mi texto se vuelca, aunque no exclusivamente, hacia los fundamentos de la teoría
y sus aspectos físico - matemáticos. En algunos capítulos se acerca más a un curso
de teoría clásica de campos que a la fenomenología de la física de fluidos. En verdad, el
material de algunos capítulos podría servir de introducción a la teoría de medios contínuos
en general. Sólo más adelante aparece la orientación excluyente hacia la fluidodinámica.
Los expertos advertirán influencias del magnífico artículo de Serrin (en la Encyclopedia of
Physics) y del monumental texto de Batchelor. Lecturas de Truesdell, Coleman, Noll y sus
colaboradores, también han dejado su marca. Todo sumado, mis notas complementan el
manual del Profesor Julio Gratton, ofreciendo una visión más detenida de ciertos aspectos
teóricos de la disciplina, que allí están sólo esbozados. Al lector que se inicia en la materia
recomiendo la lectura del texto del Profesor Julio Gratton en paralelo con el estudio de
mis notas.
Los lectores que desean alcanzar el dominio de esta rama de la física deberán
estudiar el texto de Batchelor ya mencionado, sobre todo los capítulos que exponen los
fundamentos con mucha precisión. Los tomos de la célebre colección de Landau y Lifshitz,
Mecánica de Fluidos y Teoría de la Elasticidad, son siempre una buena fuente de consulta,
aunque con el pasar del tiempo un poco desactualizada. Contienen una excelente serie
de problemas con breve descripción de las soluciones. Sin embargo, no los recomendaría
como texto de cabecera para el principiante. Es muy importante comprender acabada-
mente la fenomenología del movimiento de los fluidos y para ello todo buen estudiante
Bibliografía 5
debería familiarizarse con la maravillosa colección de fotografías publicada por Van Dyke,
dedicando tiempo para observarlas con atención.
En los últimos años se han publicado muchos libros de fluidodinámica, con dis-
tintas facetas y orientaciones: teoría pura, fundamentación matemática, ingeniería, apli-
caciones geofísicas, métodos computacionales, física de los fluidos, etc.. No voy a dar aquí
una larga lista de textos (comentarios críticos se publican en Physics Today y en el Annual
Review of Fluid Mechanics). Sólo me limito a mencionar, como preferencia personal, unos
pocos que recomiendo a la atención de los lectores. Muy bien ilustrado y bien orientado
hacia la enseñanza para físicos es el texto de Faber, quizás un poco elemental pero muy
formativo. Más dotado de herramientas matemáticas se destaca, por la claridad de la
redacción y la buena selección de temas y problemas, el pequeño texto de Acheson. Para
quienes la descripción de los fenómenos y la comprensión física deben ocupar el centro de
la atención, recomiendo el manual de Tritton, que ya va por la segunda edición.
Fausto T. Gratton, marzo de 2004.
0.2 Bibliografía
[Ache] Acheson, D. J., Elementary Fluid Dynamics, Clarendon, Oxford, 1990.
[Batch] Batchelor, G. K., An Introduction to Fluid Dynamics, Cambridge University Press, 1970.
[Faber] Faber, T. E., Fluid Dynamics for Physicists, Cambridge University Press, 1995.
[Gratt] Gratton, J., Estructura de la Materia 1, INFIP, 2001.
[L&L] Landau L. D., and E. M. Lifschitz, Fluid Mechanics, Pergamon , London 1959.
[L&L] Landau L. D., and E. M. Lifschitz, Theory of Elasticity, Pergamon , London 1959.
[Serrin] Serrin, J., Mathematical Principles of Classical Fluid Mechanics, in Encyclopedia of Physics,
Vol. VIII/1, Springer Verlag, Berlin, 1959.
[Tritt] Tritton D. J., Physical Fluid |Dynamics, Clarendon, Oxford, 1988
[Trues] Truesdell, C., and R. A. Toupin, The Classical Field Theories, in Encyclopedia of Physics,
Vol. III/1, Springer Verlag, Berlin, 1960.
[VanD] Van Dyke, M., An Album of Fluid Motion, Parabolic Press, Stanford, 1982.
Parte I
6
Capítulo 1
ELEMENTOS DE CINEMÁTICA Y DISTRIBUCIÓN DE LA MATERIA.
−
→ − →
E i • E j = δ ij , (1.4)
dm = ρ(−
→
x , t)d3 x, (1.19)
tienen ninguna relación con la física atómica, sólo se refieren a una pequeña porción de
materia. La masa contenida en un volumen finito V se expresa como
Z
M= ρ(−
→x , t)d3 x, (1.20)
V
Dado que podemos observar el desplazamiento del volumen coloreado durante un intervalo
de tiempo ∆t, podemos, del mismo modo, calcular también xiL (t + ∆t), el baricentro de
la misma cantidad de materia en un instante sucesivo t + ∆t. Es natural, entonces definir
la velocidad media de esta porción de materia como
¡ ¢ xiL (t + ∆t) − xiL (t)
vi L xj L , t = lim , (1.22)
∆t→0 ∆t
la cual estará asociada con la posición del volumen marcado que hemos elegido al tiempo
t. La velocidad de la descripción espacial es el límite de esta magnitud para volúmenes
infinitesimales, o sea, ¡ ¢
vi (xj , t) = lim viL xj L , t . (1.23)
L→∞
o sea, · ¸
∂Ψ ∂Ψ ¡ ¢
∆Ψ = vi (xj , t) + ∆t + O ∆t2 , (1.27)
∂xi ∂t
¡ ¢
donde O ∆t2 indica la presencia de términos de orden superior al primero que no pre-
cisamos calcular detalladamente. Ahora dividimos por ∆t y pasamos al límite ∆t → 0, y
queda definida la derivada de Ψ siguiendo el movimiento
dΨ ∆Ψ ∂Ψ ∂Ψ
≡ lim = + vi , (1.28)
dt ∆t→0 ∆t ∂t ∂xi
operación que se denomina derivada total. El primer término se llama derivada local, es
la variación de Ψ por unidad de tiempo medida por un observador inmovil (que ve pasar
el fluido por un lugar fijo). El segundo término se llama derivada convectiva, y representa
el cambio por unidad de tiempo asociado con el desplazamiento. La derivada total es la
suma de estos dos tipos de cambio. El operador derivada total
d... ∂... ∂...
= + vi , (1.29)
dt ∂t ∂xi
se aplica a campos escalares, vectoriales, etc., y produce nuevos campos escalares, vec-
toriales, etc., todos, naturalmente, funciones de xi , t, como corresponde a la descripción
espacial. La derivada total en la descripción espacial es conceptualmente la misma mag-
nitud que se obtiene con la derivada parcial respecto de t en la representación material.
Por ejemplo, la aceleración se calcula como
dvi ∂vi ∂vi
ai = = + vk . (1.30)
dt ∂t ∂xk
Esta fórmula para la derivada total de un vector, en este caso de la velocidad, es válida
−
→
sólo en coordenadas cartesianas. Ello es así porque los vectores de base Ei en coordenadas
cartesianas son constantes, mientras que en los sistemas de coordenadas curvilíneas las
bases ortonormales son moviles y en un desplazamiento cambian de dirección. El cálculo de
la derivada total de vectores o tensores en coordenadas curvilíneas conduce a expresiones
más elaboradas.
1.3.2 El gradiente de la velocidad
La notación vectorial sin componentes de la derivada total es la siguiente
dΨ ∂Ψ −
≡ +→
v • grad(Ψ), (1.31)
dt ∂t
donde grad(Ψ) representa el conjunto de derivadas parciales de una magnitud cualquiera
Ψ
∂Ψ
[grad(Ψ)]k ≡ . (1.32)
∂xk
En el caso del vector aceleración
−
→ d−
→v ∂−→
v
a = ≡ +−
→
v • grad(−
→
v ), (1.33)
dt ∂t
Relación entre las dos representaciones y su visualización 13
donde grad(− →
v ) es el tensor de segundo rango cuyas componentes son las derivadas par-
ciales
∂vi ∂vi −→ − →
[grad(−→v )]ki ≡ , grad(− →v)≡ Ek ⊗ Ei , (1.34)
∂xk ∂xk
→ −
− →
En 1.34 se ha indicado con Ek ⊗ Ei un elemento genérico de la base del espacio de tensores
cartesianos de rango dos. El símbolo ⊗ denota el producto tensorial o externo. Nociones
acerca de tensores cartesianos se dan en el apéndice A. Por el momento, el lector no
familiarizado puede limitarse a considerar la primera identidad de 1.34. En la ecuación
1.33 el producto interno −→
v •grad(− →
v ) indica una suma sobre el primer indice de grad(−
→v ),
en este caso sobre el índice k. Otra notación equivalente, que aparece en la literatura, es
la siguiente
−→ d−
→v ∂−→
v ∂−→
v
a = ≡ +− →v • −→ , (1.35)
dt ∂t ∂x
en la cual el operador ∂∂...
−→
x
es tan sólo otra notación para grad(...) y el producto interno
−
→ ∂...
se realiza entre v y ∂ −→ .Más claramente, la parte convectiva se escribe a veces como
x
(−
→v • grad(−→
v )) −
→
v , notación en la que no caben dudas acerca de los participantes del
producto interno.
el campo de velocidades −
→v (−
→
x ); podemos observar que en este caso no depende del tiempo.
−
→
La aceleración a (X, t) en la descripción material vale
µ ¶ µ 2 ¶
ax γ X exp(γt)
= , (1.41)
ay γ 2 Y exp(−γt)
Relación entre las dos representaciones y su visualización 14
ln(χx ) = γt + A, (1.47)
ln(χy ) = −γt + B.
donde los datos xj0 representan la posición del punto de partida de la integración, al cual
convencionalmente se puede asignar λ = 0. Dado que hay siempre un plano que corta
un haz de líneas, podemos como antes poner x01 = x1R = const., para todas las líneas
del haz, mientras que las líneas individuales se distinguen mediante x02 , x03 ; sería errado
entonces creer que la variedad de líneas es ∞3 .
Se puede afianzar estos conceptos con algunos ejemplos. Partiendo del campo de
velocidades 1.40 podemos escribir la ecuación de las líneas de corriente 1.50 (en este caso
sobre el plano x, y)
dx dy
=− , (1.55)
γx γy
o sea
dy y
=− , (1.56)
dx x
la cual muestra que el punto x = 0, y = 0, es un punto crítico del conjunto de líneas. La
última ecuación se puede escribir como
d ln(yx) = 0, (1.57)
de donde resulta
yR
y=± , (1.58)
x
según que tomemos x1R = ±1 junto con un valor arbitrario de yR ≶ 0 para fijar un
punto de referencia sobre cada línea. Las líneas de corriente son familias de hipérbolas
equiláteras con los ejes coordenados por asíntotas. Evidentemente, x = 0, y = 0, es un
punto de ensilladura. Si empleamos, en cambio, la forma 1.53
dx
= γx, (1.59)
dλ
dy
= −γy,
dλ
se obtienen las ecuaciones paramétricas
x = A exp(γλ), (1.60)
y = B exp(−γλ).
Si se desea, se puede identificar λ con un tiempo de recorrido t sobre las líneas, escribiendo
dλ
= 1, (1.61)
dt
y elegir un punto de referencia X, Y en t = 0 de modo que las constantes de integración
(A, B) = (X, Y ). Las ecuaciones paramétricas, entonces, quedan iguales a las ecuaciones
de las trayectorias 1.37. Dado que el campo de velocidades es estacionario, trayectorias y
líneas de corriente coinciden.
1.4.4 Ejemplo de flujo no estacionario
Consideremos un sencillo movimiento no estacionario en un plano, definido por
ax
vx = u0 , (1.62)
1 + γt
vy = u0 ,
donde u0 , a, γ, son constantes. Empleamos 1.51 para obtener las líneas de corriente
Se trata de curvas logarítmicas cuya extensión en sentido vertical aumenta a medida que
pasa el tiempo. Las trayectorias se obtienen con 1.44
−
→ −−→ →
r = χ[χ−1 (−
x , τ ), t], −∞ < τ ≤ t, (1.68)
donde τ representa todos los tiempos pasados, mientras x y t quedan fijos. El lector puede
demostrar que en los movimientos estacionarios las líneas de traza, las trayectorias y las
líneas de corriente coinciden. En el ejemplo 1.65 buscamos la inversa
y escribimos
µ ¶n
1 + γt
rx = x , (1.70)
1 + γτ
ry = y + u0 (t − τ ),
para la ecuación paramétrica de la traza que pasa por (x, y) al tiempo t, −∞ < τ ≤ t.
En el caso particular n = 1, eliminamos τ
ry rx − rx [y + u0 (t + γ −1 )] + xu0 (t + γ −1 ) = 0, (1.71)
donde hay que notar la suma sobre l, el índice de columnas de Jil y donde Cil ≡
cof.algeb.(Jil ) es el cofactor algebraico de Jil . Esta cantidad se define como el deter-
minante del menor formado a partir de Jil mediante la supresión de la fila i y de la
columna l, multiplicado por (−1)i+l . La fórmula 1.73 se lee del siguiente modo, cuando
i = k tenemos precisamente el desarrollo de un determinante por la fila i-esima. Por
otro lado, cuando i 6= k el resultado es cero porque estamos en presencia de un desarrollo
mediante cofactores ajenos a la fila elegida. En nuestro caso J es un determinante 3 × 3,
pero es obvio que la fórmula 1.73 es cierta para cualquier determinante n × n.
Naturalmente J = J(X, t), de modo, que fijado un elemento material X, el jaco-
biano es una función del tiempo que describe sus variaciones a lo largo de la trayectoria
xi = χi (Xj , t). A este punto deseamos conocer la tasa de variación de J por unidad de
tiempo, o sea la derivada total dJ/dt. En los textos de ańalisis se explica que la derivada
de un determinante n × n es igual a la suma de n determinantes, cada uno de los cuales
es igual al determinante original excepto por la fila i-esima, la cual es substituida por las
derivadas de las componentes y el índice i naturalmente corre de 1 a n. Empleando 1.73
como base, la regla para la derivación del jacobiano se escribe como
dJ dJil
= Cil , (1.74)
dt dt
donde hay que notar dos sumas sobre i, l, la suma sobre i produce n determinantes, la
suma sobre l proviene del desarrollo por filas.
Vamos a llevar a cabo la derivada total en la derecha de 1.74 en la descripción
material, puesto que los elementos de matriz Jil están definidos en esa representación1.9
· ¸ · ¸
dJil ∂ ∂χi (Xj , t) ∂ ∂χi (Xj , t) ∂vi (Xj , t)
= = = . (1.75)
dt ∂t ∂Xl Xj ∂X l ∂t t ∂Xl
donde div(−
→v ) es la divergencia del campo de velocidad. El resultado, que se denomina
teorema de la divergencia de Euler, es que la variación relativa del jacobiano por unidad
de tiempo siguiendo el movimiento es igual a la divergencia de la velocidad
1 dJ d ∂v1 ∂v2 ∂v3
= ln(J) = div(−
→
v)= + + . (1.78)
J dt dt ∂x1 ∂x2 ∂x3
1.5.2 Significado y aplicaciones
Apliquemos 1.72, en un tiempo t, a un pequeño volumen τ , ubicado en xi , que contiene
una cantidad de masa dm = ρτ (ver 1.19) la cual en en el tiempo t = 0 ocupaba el
elemento de volumen τ 0 ,
τ = Jτ 0 . (1.79)
Naturalmente ρ es la densidad en xi , t. Puesto que la masa contenida en el volumen
material movil no cambia
dm = ρ0 τ 0 = ρτ , (1.80)
donde ρ0 es la densidad en la posición inicial Xi . Por lo tanto,
ρ(Xj , t)J(Xj , t) = ρ0 (Xj ) (1.81)
es la ecuación de evolución de la densidad en la descripción material. Observamos que
para conocer ρ hace falta conocer J y la distribución inicial de densidad ρ0 . Tomando la
derivada logarítmica en 1.79 y teniendo presente 1.80 obtenemos
1 dJ 1 dτ 1 dρ
= =− = div(−
→
v ), (1.82)
J dt τ dt ρ dt
ecuación que podemos considerar escrita en la representación espacial si empleamos la
expresión 1.31 para la derivada total.
En primer lugar, notamos que la variación relativa de un pequeño volumen por
unidad de tiempo, siguiendo el movimiento, es igual a la divergencia de la velocidad,
calculada en la posición ocupada por el volumen material. La variación de relativa de un
elemento de volumen, que se indica con θ ≡ dτ /τ , se denomina dilatación (o expansión).
Es natural llamar tasa, o velocidad, de dilatación, a la variación relativa de volumen por
unidad de tiempo y emplear la notación θ̇ ≡ (1/τ ) (dτ /dt) (el punto indica la derivada
temporal como en la antigua notación de Newton). Por lo tanto la tasa de dilatación
se calcula mediante la divergencia de la velocidad. El volumen de elementos materiales
donde div(− →v ) > 0 está creciendo y viceversa decrece donde div(− →v ) < 0. El volumen se
−
→
mantiene constante cuando div( v ) = 0. Sea, por ejemplo, el campo de velocidad definido
por 1.40, −→
v = (γx, −γy), su divergencia es nula en todos los puntos (x, y), de manera
que el entero campo de movimiento conserva el volumen: la tasa de dilatación es nula en
todas partes. En cambio, en el ejemplo 1.62, − →
v = u0 [ax/(1 + γt), 1], la tasa de dilatación
vale θ̇ = u0 a/(1 + γt), es decir que se trata de un movimiento con variación de volumen
en todos sus puntos. Notemos, sin embargo, que si las constantes u0 a y γ son positivas
la expansión de volumen disminuye cada vez más a medida que pasa el tiempo.
Un movimiento de materia tal que θ̇ = 0 en todo punto y a todo tiempo se
denomina isocórico, o sea, ocurre a volumen constante, aunque la forma del medio material
puede variar arbitrariamente. En un movimiento isocórico
dJ
= 0, (1.83)
dt
en todo momento y en todo lugar ocupado por el cuerpo. Ello significa que J es un
invariante del movimiento, o sea que se mantiene igual al valor inicial. Pero en t = 0, la
−
→
relación entre −
→x y X es la identidad, o sea que J0 = 1, por lo tanto en un movimiento
a volumen constante J = 1 para todo x, t. Una substancia tal que cualquiera de sus mo-
vimientos es isocórico se dice incompresible. Un fluido incompresible es una idealización,
en los materiales reales esta propiedad es sólo una aproximación, a veces muy buena. Los
ĺiquidos, como el agua, son prácticamente incompresibles.
El teorema de la divergencia de Euler 20
div(−
→
v ) = 0. (1.85)
flujo neto de masa a través de S. El símbolo circular que cruza la integral de superficie nos
recuerda que S es cerrada. La ecuación 1.89 establece un balance de materia: el aumento
(o disminución) de masa que ocurre en V en la unidad de tiempo es exactamente igual
a la ganancia (o pérdida) de masa ocasionada por el movimiento a través de S durante
el mismo intervalo de tiempo. No hay creación ni desaparición de materia durante el
movimiento y por lo tanto la ecuación 1.88 expresa simultáneamente la continuidad del
movimiento y la conservación de la masa. Dicho de otro modo: no hay dentro de V
elementos u artificios ajenos al puro fluir del medio, es decir no hay fuentes o sumideros
de materia. Estos últimos, podrían ser, eventualmente, artefactos dispuestos ad hoc en
V , con el propósito de introducir nuevo material, o de succionar el existente, mediante
tubos, jeringas, u otros artificios. Nada de esto se admite en el balance establecido por la
ecuación 1.89.
El vector ρ− →
v se denomina flujo de masa y representa la masa que pasa en la
unidad de tiempo por una superficie de área unidad, normal a la dirección de − →
v . El
−→ −
→
producto ρ v • n dS es la masa contenida en un elemento de volumen barrido por la
proyección dSn (del área dS sobre un plano perpendicular a − →v ) que se mueve con la
−
→
velocidad | v | durante la unidad de tiempo (dSn = dS × cos( v ∠−
−
→ →
n )). En otras palabras,
−
→ −
→
ρ v • n dS es la cantidad de masa que en la unidad de tiempo atraviesa el elemento
de superficie dS y se considera que sale de V si cos(− →v ∠−→
n ) > 0, que entra cuando
−
→ −
→
cos( v ∠ n ) < 0. La integral de superficie en 1.89 corresponde a la suma algebráica de la
masa contenida en estos volúmenes barridos. Cabe notar que ρ− →
v es también la cantidad
de movimiento (linear momentum) contenida en la unidad de volumen. La coincidencia
del flujo de masa con la cantidad de movimiento (por unidad de volumen) se debe a
razones dimensionales: los conceptos son distintos y deben mantenerse separados aunque
entre ellos existan lazos de familia.
obtenemos una constante, las masa contenida en el volumen movil y no una función del
tiempo como en la sección 1.2. La derivada de 1.90 respecto del tiempo es cero. El
volumen V(t) puede cambiar de forma y tamaño durante el movimiento, pero contiene
siempre los mismos puntos materiales que poseía al comienzo, en t = 0. Existe una
relación biunívoca entre los puntos de V(t), S(t), y los de V(0), S(0). Ningún punto
material se puede escapar del interior de V(t) y un punto perteneciente a S(t) permanece
siempre en la superficie (hipótesis de continuidad, ver sección 1.1) Un punto interior al
volumen permanece siempre en su interior, a lo sumo podría acercarse indefinidamente a
la frontera. Hablando en sentido figurado: si un punto quisiera ”abandonar ” la superficie
se llevaría el contorno consigo.
Sea Ψ(− →
x , t) una magnitud física de interés, escalar, vectorial, o tensorial, definida
por unidad de volumen, de modo que en verdad tiene las dimensiones correspondientes a
la densidad de una cantidad física cualquiera. Tiene sentido, por lo tanto, la integral
Z
I(t) = Ψ(−→
x , t)d3 x, (1.91)
V(t)
Aplicaciones y formas alternativas de la ecuación del transporte. 22
que representa la suma de la magnitud física en cuestión sobre todo el volumen V(t). En
general I(t) varía con el tiempo. Los siguientes son ejemplos de magnitudes que Ψ puede
v , cantidad de movimiento; 12 ρ |−
representar y del significado de I: ρ−
→ → 2
v | , energía cinética;
¯− ¯2
¯ →¯
¯ B ¯ /8π, energía magnética, etc..
La cuestión es ahora el cálculo de la variación de I(t) en la unidad de tiempo,
˙
I(t), siguiendo el movimiento de V(t), naturalmente. Para ello escribimos 1.91 mediante
un cambio de variables de xi a Xj (ecuaciónes 1.7 y 1.72) pasando del volumen V(t) a
V(0) Z ³ − → ´ − →
I(t) = Ψ − →χ ( X , t), t J( X , t)d3 X. (1.92)
V(0)
Ahora podemos derivar respecto del tiempo bajo el signo de integral, puesto que el dominio
de integración ya no depende del tiempo
Z Z µ ¶
˙ ∂(ΨJ) 3 ∂Ψ ∂J
I(t) = d X= J +Ψ d3 X. (1.93)
V(0) ∂t V(0) ∂t ∂t
Esta fórmula representa el teorema del transporte, que se atribuye a Reynolds (1903).
La variación temporal de I contiene no sólo la derivada total de Ψ, como cabe esperar,
incluye también la tasa de dilatación del volumen, θ̇ = div(−
→v ) (ver sección 1.5). El lector
debe notar que este resultado es puramente cinemático, en su deducción no interviene
ningún principio de la mecánica, sólo la hipótesis de la continuidad del movimiento. Vale
la pena notar también que en un movimiento incompresible vale
Z
˙ = dΨ 3
I(t) d x. (1.96)
V(t) dt
para cualquier elección del volumen V . Como la integral debe ser cero para una infinidad
de V posibles, debemos concluir que el argumento de la integral es nulo para todo −
→
x , con
lo cual queda probada la 1.84.
Aplicaciones y formas alternativas de la ecuación del transporte. 23
c) Sea Ψ = ρ−→
v , la integral representa la cantidad de movimiento de la porción
del medio continuo contenida en V
Z
−−→
P (t) = ρ−
→v d3 x. (1.99)
V(t)
Esta ecuación muestra que la variación temporal del momento angular es igual al momento
resultante de las fuerzas de inercia.
e) Si elegimos Ψ = 12 ρ |−
→ 2
v | la integral I es la energía cinética, T , contenida en V
. Para la variación de la energía cinética con el tiempo se obtiene
Z
dT (t) −
→
= v •−→a d3 x, (1.102)
dt V(t)
cuando Z
I(t) = ρΦ(−
→
x , t)d3 x, (1.104)
V(t)
De aquí en más el volumen de integración es fijo (ver 1.5.4) así que podemos intercambiar
libremente la derivada parcial con respecto al tiempo y el signo de integral. Además vamos
a emplear el teorema de la divergencia de Gauss. Resulta, entonces,
Z I
∂
˙
I(t) = 3
Ψd x + v •−
Ψ−
→ →
n dS, (1.107)
∂t V S
donde hemos introducido la superficie cerrada que encierra el volumen y su normal, como
en la sección 1.5.4. Esta es una expresión alternativa del teorema del transporte, en la cual
la derivada temporal de la integral I(t) (definido en 1.91) se expresa mediante cantidades
calculadas sobre un volumen fijo y su superficie. El significado de esta ecuación es claro:
el primer término es la variación temporal de la magnitud Ψ contenida en el volumen,
pero como este último es fijo, tenemos pérdidas y ganancias adicionales debidas al flujo
del medio contínuo a través de la superficie que encierra V .
Por ejemplo, volvamos a la cantidad de movimiento 1.99, aplicando el último
resultado resulta −−→ Z I
dP (t) ∂ −
→
= 3
ρ v d x+ ρ−→ v •−
v (−
→ →
n )dS, (1.108)
dt ∂t V S
o bien, expresando mediante índices las componentes,
Z I
dPi (t) ∂
= ρvi d3 x + ρvi vk nk dS. (1.109)
dt ∂t V S
Ejercicio 1.3 Probar que en todo flujo estacionario las trayectorias coinciden con las
líneas de corriente.
Ejercicio 1.4 Sea un sistema hamiltoniano con f grados de libertad, como los que tra-
ta la mecánica analítica, donde q1 , q2 , ..., qf , son las coordenadas generalizadas, y
p1 , p2 , ..., pf los momentos conjugados. Se denomina espacio de fase del sistema, el
espacio de n = 2f dimensiones cuyos puntos se describen con − →
x = (q1 , q2 , ..., qf ,
p1 , p2 , ..., pf ). En t = 0 los puntos del espacio de fases representan todas las posibles
condiciones iniciales del sistema
−→
X = (q10 , q20 , ..., qf0 , p01 , p02 , ..., p0f ). (1.115)
Con el pasar del tiempo todo punto se mueve de acuerdo con las ecuaciones de Ha-
milton, sujeto a un hamiltoniano H = H(q1 , q2 , ..., qf , p1 , p2 , ..., pf ). El movimiento
del continuo de puntos se denomina flujo hamiltoniano. Puede ser imaginado como
el movimiento de un medio continuo abstracto. Aplicar el teorema de Euler de la
sección 1.5 para demostrar que cualquier volumen del espacio de fase es un invarian-
te temporal. En otras palabras, todo flujo hamiltoniano es isocoro. Este resultado
se denomina teorema de Liouville y tiene una importante aplicación en la mecánica
estadística.
Ejercicio 1.5 En la mecánica de un sistema de puntos j = 1, 2, ..., la cantidad
X
V= mj −
v→ −
→
j • xj (1.116)
j
Demostrar (ver sección 1.6) el teorema del virial para un medio continuo arbitrario
Z I Z
∂
ρ−
→v •−→x d3 x + v •−
ρ(−
→ → v •−
x )(−
→ →
n )dS = 2T + a •−
ρ−
→ →x d3 x, (1.118)
∂t V S V
Utilizando el teorema del transporte para calcular la variación por unidad de tiempo
I˙ij demostrar que la mitad de la variación de la traza es igual al virial (ejercicio 1.5)
1˙
Iii = V. (1.120)
2
div(−
→
v)=0 (1.121)
donde C(t) no depende de s. b) En el mismo tubo del caso precedente fluye ahora un
medio compresible con densidad ρ. A diferencia de a) el movimiento es estacionario,
i.e., v = v(s), ρ = ρ(s). Demostrar que en cualquier posición
A(s)v(s)ρ(s) = C, (1.123)