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Teorema del mono infinito

Algo bloquea todas las visiones: algo crece, se esparce, se libera como una serpiente universal
que se traga todo el lenguaje del mundo. Está bien: seamos devorados nuevamente, todos los
días, a toda hora; ya lo hemos intentado todo, absolutamente todo, mentira total, mentira,
mentira, no hemos intentado nada, solo degustar naufragios, solo chocar en bicicleta por
diversión sin buscar ninguna epifanía, solo mirar por la ventana a los extraterrestres jugar
rugby. Me conformo con que me lean pensando que mis palabras son golpes de batería,
golpes de platillo, de caja, de bombo, quién sabe, quizás sea cierto que el universo se reduzca
en última instancia a ondas musicales, a acordes esenciales. Ya no habrían objetos, ni
personas, ni tierra ni agua ni fuego ni Paty Maldonado: sólo melodías, composiciones de
tiempo y ritmo. Me gustaría ser una melodía en Re menor, coqueteando con las tonalidades
de un Fa mayor, una dialéctica de musas solares; si me preguntan yo estoy seguro de todo
excepto de lo que pienso, yo le doy vida a mis poemas sólo para dispararles luego en la
cabeza; los dejo en el piso gritando, sangrando, insultándome por horas: nunca les doy
auxilio. O todo tiene sentido o nada tiene sentido. Como dijo Diego Armando, o blanco o
negro, gris nunca.
19:52

Los días y las noches avanzan


con pies de elefante
haciendo que la sangre
recorra mis venas con pulsos electromagnéticos

he caminado mucho,
he seducido muchas cumbres
he sumergido mi cuerpo en ríos misteriosos
en algún punto ya he incluso olvidado
mi nombre

ahora estoy entre las piernas de Dios


viendo cómo la catástrofe
le hace el amor a mi destino.
&%%### no

Esta noche o mañana tendremos un sueño claramente obsceno


jugaremos fútbol en la cima de una montaña con forma de vagina.
En algún momento alguien pateará al arco y errará
y la pelota caerá eternamente, trágicamente, espectacularmente
en el vórtice inaugural de la montaña-vagina,
y nuestras caras estupefactas se mirarán y el partido
habrá quedado suspendido con el marcador a cero
Cuando eso pase voy a comenzar a cantar una canción a capella
y comenzará el gran gemido universal.
De todas partes llegarán voces de animales, de insectos,
de guitarras desafinadas, de autos tocando la bocina en medio de un taco,
de presidentes siendo disparados, de basquetbolistas en suspensión,
de jaguares africanos corriendo a 123 kilómetros por hora en la sabana.
Subirá la temperatura de una manera claramente volcánica.
Las voces cambiarán el clima, darán forma a nuevas nubes
-nubes con formas escandalosas que yo ni siquiera voy a contar a acá-.
Quizás se echen a perder los frenos de los autos y
haya un incremento en los accidentes de tránsito
quizás estallen algunos televisores por aquí por allá.
En la India todos se lanzarán corriendo al Ganges buscando
los sepulcros de los primeros dioses y los macacos se tomarán la capital.
Nuevas religiones, nuevos Estados aparecerán en el horizonte.
Una gran tormenta de voces solares haciendo temblar lo humano y lo divino
hasta que la pelota sea devuelta por un viento-gemido
y cuando eso pase dejaré de cantar y
volveremos a jugar hasta cambiar el marcador
pero con más cuidado de no errar los
disparos del balón para
evitar tanto
drama
Teoría de la vergüenza ajena

Me duele mucho la guata últimamente


No por la comida (aunque no descarto una posible participación de ella en todo esto)
Sino por la gente, la gente loco, la gente
Qué le pasa
Ya no quiero ver imágenes, ni leer publicaciones
Cada vez me decepciono más

No sé si yo leo el libro o el libro me lee.

Me tiraste al fondo del mar. Dulce desgarro que

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