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¿Qué es la JEP?

Colombia está el próximo año adentrándose en un nuevo sistema de lo


que se llama justicia transicional. Uno puede tener dos extremos para
terminar una guerra: amnistía total o pretender castigar todos los delitos.

Ya nadie piensa que una guerra se puede terminar castigando a las


decenas de miles de personas que cometieron delitos graves en el
contexto de un conflicto armado como el colombiano, de cinco décadas.
Pero tampoco hoy en día se puede hacer lo que por ejemplo se hizo en
Suráfrica, que es decir a todos los perpetradores: vengan a una comisión
de la verdad y, si aceptan todos los delitos, los perdonamos.

Y Colombia es el primer país que intenta, de manera sistemática, tener un


tribunal, una comisión de la verdad y un organismo que garantice alguna
verdad en relación con las personas desaparecidas. Lo nuestro es un
sistema intermedio, estamos en el medio, entre castigo total para todos,
que sería imposible, o amnistía para todos, que sería indeseable y además
imposible desde el punto de vista del Derecho Internacional.

La JEP lo que va a hacer es tener primero una especie de filtro, que son
las salas de justicia. Son 18 personas que han sido ya seleccionadas,
altamente calificadas, magistrados. Allí hay personas que son nuevas para
la justicia y que nunca habrían llegado si no fuera porque el sistema de
selección fue bastante meritocrático, transparente, con criterio de género.
Es la primera vez que más de la mitad de una corte está constituida por
mujeres.

Estas 18 personas filtran y dicen: ‘aquí veo que este delito calificaría para
amnistía o no’ o ‘aquí veo que está persona tiene posibilidad de haber
cometido un delito grave, lo que se llama delito de lesa humanidad o un
crimen de guerra’. Si esas salas determinan que la persona es merecedora
de una investigación y una posible sanción, pasa al tribunal, que está
compuesto por 20 magistrados.

¿Va a ver cárcel efectiva para quienes se sometan a la JEP?


Hay tres niveles de castigo: el más grave es de 15 a 20 años para aquellas
personas (guerrilleros, fuerzas armadas o los terceros que hayan estado
incursos en la guerra en delitos graves, civiles incluso, que van a ser la
minoría) que no reconocen la verdad, no colaboran con la justicia. Y si
resulta que el tribunal encuentra que cometió delitos graves, tiene que
pagar de 15 a 20 años de cárcel.

Ahora, hay personas que pueden reconocer pero tardíamente. Para ellos
hay entre 5 y 8 años de cárcel. Alguien que no compareció ante la JEP y
resulta que las investigaciones encuentran que cometió delitos graves, lo
llaman a juicio y esa persona dice: ‘sí, en efecto, fui cómplice de esta
masacre, yo desaparecí a esas personas o secuestré a estas personas’,
va de 5 a 8 años de cárcel.

Y por último, entre 5 y 8 años de lo que se llama restricción efectiva de la


libertad para aquellas personas que comparezcan desde un inicio,
reconozcan y reparen a las víctimas. No es cárcel efectiva, es alguna
especie de detención en un lugar que la JEP va a tener que determinar,
pero que implica restricción de la libertad.

Aquí están no solo quienes cuenten la verdad, sino que entreguen sus
bienes para reparar a las víctimas, que garanticen que no van a continuar
en disidencia o cometiendo delito después del 1 de diciembre del 2016,
que fue la fecha de corte del conflicto armado en Colombia. Estas
personas podrían ir a una colonia agrícola o, en el caso de las fuerzas
armadas, a unos lugares de detención especiales.

¿Gente que cometió delitos de lesa humanidad puede


someterse a esa restricción efectiva de la libertad?
Sí, si cumplen con las condiciones anteriores, reparan, cuentan toda la
verdad y garantizan que no van a recurrir en sus delitos.

¿Los guerrilleros pueden hacer política sin pasar por la JEP?


Este es un punto que todavía está con una indefinición importante, y que
la ley estatutaria, que se está tramitando en el Congreso, debería despejar.
Creo que en este momento hay una ambigüedad. Es posible, como están
las cosas, que los líderes de la guerrilla pudieran competir para las curules
en el Congreso sin haber pasado por la JEP. Eso es indeseable, porque
hay un asunto, además de político, práctico. ¿Qué pasa si la persona está
en el Congreso y es llamada a juicio? Va a haber una especie de
incompatibilidad entre proceso ante la JEP y la función en el Congreso.
Sería deseable que hubiera más bien una especie de secuencia, entre
comparecen ante la JEP y luego sí poder concursar políticamente.

¿Qué va a pasar con los falsos positivos?


La JEP es un tribunal que tiene cierto margen de interpretación. Lo que
dice el acuerdo es que cobija todos los delitos, de todos los actores del
conflicto, incluyendo las fuerzas armadas. En relación con los falsos
positivos, el debate es si uno puede decir que desaparecer y torturar
personas tuvo que ver con el conflicto armado o si es algo tan aberrante
que no es parte de lo normal de un conflicto armado y, por tanto, estaría
excluido. Eso lo va a tener que determinar la JEP y por lo tanto es
prematuro decir, como lo ha dicho el candidato Vargas Lleras, que los
falsos positivos van a terminar o en la jurisdicción ordinaria o en la JEP.

Y el tema del narcotráfico…


La JEP tiene una fecha de corte para efectos jurídicos, que es el 1 de
diciembre de 2016. Lo que pasó antes está cobijado por la JEP, porque
estaba en el marco de los delitos cometidos dentro del conflicto. Lo que
pase después es justicia ordinaria. Entonces si hoy en día, por ejemplo,
hay algún guerrillero que está cometiendo delito de narcotráfico, va a la
justicia ordinaria, con penas ordinarias.

Y las inhabilidades. Se habla que quienes fueron los


apoderados de los guerrilleros ahora hacen las veces de
magistrados…
Este es un asunto muy delicado que quiero negar enfáticamente. No es
cierto que los magistrados de la JEP sean abogados de guerrilleros. Hay
allí personas de todo tipo de ejercicio profesional. Hay personas que
vienen de activismo en favor de las víctimas. Este tribunal no funciona en
el aire, ellos funcionan dentro del sistema jurídico colombiano.

¿Va a ir el expresidente Álvaro Uribe a la JEP, como lo dijo


Germán Vargas Lleras?
Esto es imposible en relación con las conductas que, no solamente Uribe,
sino que todos los expresidentes hayan podido cometer. Fue explícito que
el fuero presidencial sigue vigente, es decir, ni Uribe ni otros pueden ir a la
JEP por las funciones o actos que cometieron dentro de sus funciones
presidenciales.

¿Lo juzgado en la JEP puede ir a la Corte Penal Internacional?


La CPI es subsidiaria, actúa solamente si al país le ‘quedó grande’ el
juzgamiento y el castigo de las personas responsables por delitos graves.
Yo creo que con este sistema, que es el más garantista que sea ha
diseñado hasta el momento en el mundo en justicia transicional, se
evitaría, si funciona bien, que llegue a la Corte Penal Internacional
cualquier tipo de casos o delitos.

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