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TRABAJO TEÓRICO-PRÁCTICO
FINAL
La presión diplomática excluyo a los barcos franceses de los puertos coloniales, pero no
había forma de escapar a los barcos comerciantes ingleses debido a que la Compañía del
Mar del Sur disfrutaba del derecho, obtenido en el tratado de Utrecnt
El catalizador del cambio fue, una vez más, la guerra con Gran Bretaña, cuando la tardía
intervención de España en la Guerra de los Siete Años trajo consigo la captura de
Manila y La Habana, al tiempo que la ocupación inglesa de La Habana producía un
notable aumento de las exportaciones cubanas. En consecuencia, en 1765 a las islas del
Caribe se les dio vía libre para comerciar con los nueve puertos principales de la
península. Al mismo tiempo la absurda práctica de estimar las tasas aduaneras por el
volumen cúbico de la mercancía, conocido como “palmeo”, se sustituyó por una tasa ad
valorem del 6 por 100, que se imponía a todos los productos de exportación. El éxito de
estas medidas hizo posible la promulgación en 1778 del famoso decreto de “libre
comercio”, el cual finalmente abolió el embudo que significaba Cádiz y el sistema de
flotas. Desde entonces el comercio entre los puertos principales del imperio y la
península comenzó a efectuarse por medio de buques mercantes aislados. Las pocas
restricciones que se establecieron para Nueva España se eliminaron en 1789 y el
monopolio de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas se abolió en 1780, al mismo
tiempo que se rebajaron las tasas aduaneras de Cádiz y se dio preferencia a las
manufacturas españolas.
Analice por qué de acuerdo al historiador John Lynch en las reformas borbónicas
se encuentran el antecedente de las revoluciones hispanoamericanas (procesos de
emancipación).
En lo que respecta al rol o relación que se desarrollaba entre la corona del imperio
español y la iglesia se identifica una transición en el nivel de independencia entre ambos
estamentos. El patronato regio es un término referido a las responsabilidades que
asumía la corona en cuanto a religión en sus distintas conquistas, específicamente en la
ubicación y elección de autoridades eclesiásticas en los diferentes territorios como
América. Es así como a los monarcas se les otorgaban los privilegios y
responsabilidades propias de la iglesia a cambio de que en sus procesos de
descubrimiento y conquista se promulgara la evangelización y la normalización de las
poblaciones sometidas a la fe católica. Este propósito o cooperación inter instituciones
sin duda fue uno de las mayores excusas o fundamentos utilizados por los Europeos
para realizar distintos tipos de fraudes y manejos político-económico en la interferencia
del desarrollo de las culturas propias de nuestro continente.
La minería y hacienda como unidad económica se consolido alrededor del siglo XVII,
lo que en los comienzos del proceso de conquista fue uno de los principales proveedores
de recursos para la colonia, como lo fue la minería, con el transcurso de las etapas y
desgaste del imperio fue cediendo y perdiendo su auge como orden social y sistema
principal de trabajo en algunas zonas del continente. Cuando sucede todo este desgaste
es que se incorpora con mayor fuerza la hacienda.
Podemos observar que tanto la hacienda como la minería, son dos actividades que
socavaron la dignidad laboral por medio de distintos métodos de ataduras tales como el
endeudamiento por víveres por parte de los trabajadores o esclavos, casi acercándose a
lo que corresponde al sistema feudal de la edad media europea, condiciones que
otorgaban a la vida de quienes trabajan en la minería la condición de dependientes
totales de los patrones. Quienes además de gozar de las ganancias de las explotaciones
minerales, gozaban con lo que por derecho correspondería hoy en día a la mano de obra.
Bibliografía básica.