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¿QUÉ TAN IMPORTANTE ES LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA?

Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros


que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre,
mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Gálatas 6:1

Desde los inicios de la humanidad, el hombre bajo la inspiración de Dios ha credo

una serie de leyes, normas y estatutos con el objetivo que los miembros de una

determinada comunidad vivan de manera íntegra; así como también se han elaborado

diversas formas de impartir disciplina para quienes transgreden los principios

establecidos.

La iglesia siempre ha estado regida por principios disciplinarios, para que haya una

pureza entre el pueblo y el Espíritu Santo se derrame entre ellos. Dios ha estado al

pendiente de los actos positivos como negativos de sus hijos, de allí sobrevienen

bendiciones o disciplina, pues, Jehová a quien ama corrige, como lo hace un buen

padre, tal y como se manifiesta en Deuteronomio 8: 5-6 “Reconoce asimismo en tu

corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.

Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y

temiéndole”.

Es importante recordar que el poder de una iglesia depende de la santidad de la

misma. Esto fue ilustrado por el relato que encontramos en el capítulo 5: 1- 11 del libro

de Hechos, donde se nos habla de un acontecimiento que ocurrió en los tiempos

iniciales cuando la iglesia se comenzaba a establecer. En este capítulo nos

encontramos con Ananías y Safira, a quiénes el Señor les quitó la vida por haber

mentido con relación a la venta de su heredad. Acciones similares fueron vistas en


medio de la congregación del pueblo de Israel a lo largo de su travesía por el desierto,

donde con cierta frecuencia el Señor incluso terminó quitándole la vida a un grupo de

personas precisamente por haber comprometido Su santidad.

Otro caso de disciplina impartida por el Señor lo apreciamos en Levítico 10, cuando

Dios envía como castigo fuego sobre los hijos de Aarón, Nadab y Abiú, quienes

prendieron fuego extraño en el altar Santo, sin el Altísimo haberlo ordenado; esto nos

indica que no podemos actuar según nuestro propio criterio, que debemos esperar las

ordenes de nuestro Padre Celestial, y que las cosas sagradas hay que respetarlas, que

Dios es celoso en su servicio.

Las situaciones mencionadas anteriormente nos ayudan a ver la preocupación de

Dios con mantener tanto la honra de su nombre como la santidad del pueblo sobre el

cual es invocado su nombre. Lamentablemente, como la iglesia de hoy en día le tiene

más temor a la opinión pública que el debido temor reverente que debiéramos tener

hacia Dios, ha eliminado dentro de sus prácticas la aplicación de la disciplina de la

iglesia.

Ahora surge la pregunta ¿Quién imparte disciplina en la iglesia actual?, pues, esta pregunta

encuentra respaldo válido en el Nuevo Testamento, libro de Mateo:

“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has
ganado a tu hermano. Más si no te oyere, toma aun contigo a uno o dos, para que en boca de
dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a
la iglesia, tenle por gentil y publicano.” Mateo 18: 15-17.
El papel que desempeña el líder o miembro de la iglesia a la hora de impartir

disciplina es esencial, pues, Dios le ha dado autoridad de corregir, reprender,

encaminar a quien haya caído en pecado y reconozca su error para que se aleje del

mal, para corregir hay que hacerlo a través de la palabra, se debe llamar al implicado

aparte y decirle sus faltas y hacerle entender que Dios es misericordioso para

perdonar; así como también es fundamental que haya un arrepentimiento genuino en

quien ha cometido pecado para que reciba el perdón. El líder debe agotar todos los

recursos para corregir a quien haya caído en pecado. Ahora, si el hermano en pecado

no reconoce su falta se procederá a la última instancia, que es la exclusión del servicio

de Dios, pero jamás se le negara el derecho de asistir a la casa del Señor.

Es importante dejar claro que ningún humano tiene derecho de castigar, eso solo le

compete a Dios, pero si puede ejercer la disciplina dentro de la congregación con el fin

de preservar la santidad, la doctrina y el buen testimonio de la grey. Si no se disciplina

a quien ha cometido pecado, es muy probable que el resto de miembros actúen de

manera pecaminosa, y esto da cabida a que el enemigo entre a la iglesia y se apague

el fuego de Dios.

En síntesis, se puede afirmar que la disciplina es la que permite mantener el orden,

la armonía y el buen testimonio de los hijos de Dios; cuando el hermano ha reconocido

su pecado, lo confiesa acepta la disciplina, y como miembros debemos ayudarlo en su

restauración, y no señalarlo, incluso, nuestro Señor Jesús, que fue, es y será Santo, es

una muestra de perdón y amor para con el caído.


¿QUÉ TAN IMPORTANTE ES LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA?

FABIÁN LEIVA
AÑO: TERCERO

HNA. MARÍA PERALTA

DOCENTE

INSTITUTO BÍBLICO GETSEMANÍ

BARRANQUILLA – ATLÁNTICO

2019

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