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AVENTURA EN EL CARIBE

ANDREA ANTURY JOVEN

INSTITUTO TECNICO INDUSTRIAL


ESPAÑOL
FLORENCIA
2019
UNA GRAN SORPRESA

Estábamos frente a la casa y paso el cartero en realidad yo pensé que iba para la

casa de al lado, pero paso esa puerta y se dirigió a la mía y no comprendí como

podía tener el equilibrio en la bicicleta cuando para en mi casa quedamos

paralizados la pelota se me cayó de las manos mayan y yo salimos corriendo a su

encuentro, queríamos ver de qué se trataba. Desde lejos vimos que Mayra firmaba

un papelito mientras el cartero desataba el paquete y se lo entregaba. Se notaba

que pesaba mucho, pues lo levantó con esfuerzo y lo entró a la casa lentamente.

EL MAR
Nos subimos al avión, mi hermano escogió una ventana entonces yo escogí otra

ventana duramos 2 horas viajando tendremos que esperar 1 hora en Bogotá

escogimos las mejore ventanas para ver todo desde las alturas de pronto divise

una enorme mancha, no me la imaginaba tan grande el viaje.


INACIA

Al día siguiente me desperté temprano, el sol entraba por la ventana y

algunos pájaros llegaban hasta muy cerca de mi cama, buscando

alimento. Mogola los ha acostumbrado a buscar dentro de la casa

trocitos de pan y algunos granos. Y algunos ya tienen suficiente

confianza y caminan un poco por las habitaciones. A veces llegan

hasta su almohada y ella dice que le canta en el oído

HECHAS A MANO

Cuando me desperté, busqué a nazi en su cama. No estaba, pero

había dejado una nota: se había ido al mar. Y el abuelo había

madrugado al mercado, a esta hora estaría haciendo las compras.

Desayunamos la abuela y yo solas. Mogola me ofreció un desayuno


exquisito. La arepa de huevo* estaba a la vez tierna y crocante y el

bollo limpio* era de un sabor inolvidable. Y el aroma del café

magnifico.

SECRETOS DE FAMILIA

Toda familia tiene sus historias secretas, algunas chistosas, otras

serias. Desdé hacía tiempo había querido saber más sobre mi familia

paterna, que siempre ha vivido lejos. Porque de la materna me

conozco la vida de muchas generaciones anteriores a la mía. Luego

de la cena mayan y yo nos sentamos en la galería.

MI AMIGA ES FAMOSA
Me acosté pensando que al día siguiente volvería al mar, a primera

hora, aprovecharía bien el tiempo y le pagaría a Ignacia la deuda. Era

muy temprano. Seguía despertándome con los primeros rayos del sol,

como lo hacía siempre en puerto Nariño, pues allí la vida comienza

muy pronto. Aquí, en cambio, la gente se toma su tiempo para estar

con sus amigos, para caminar y charlar y se acuestan demasiado

tarde.

ERA UNA LARGA CARRILERA

Mi hermano se había ido solo a una cita que tenía en el centro de la

ciudad de la ciudad. Iba a encontrarse con luisa, una niña que

conocimos en el viaje a tierra dentro y que vive aquí en Cartagena.


Entendí que quería ir solo, por ello esconde algo. Aunque a nazi no le

gusta hablar mucho de ciertos sentimientos, presiento, por mi intuición,

que está medio enamorado. Nunca nunca lo había visto acicalarse

tanto: se cambió 3 veces de camisa y 2 de pantalón y estuvo

peinándose como media hora. Él no sabe mucho de arreglo personal,

y siempre combina mal los colores.

LA COSINA DE MAGOLA

La casa de los abuelos tiene 2 jardines, uno pequeño adelante, que da

a la calle

Otro más grande, atrás, en el patio. Ellos son buenos jardineros.

Nunca cortan las flores, porque les gusta que sigan en la planta.
LUISA

Había llevado su número telefónico en tres partes distintas, pues no

quería correr riesgos, ¡qué tal que se me perdiera! Estaba nervioso

cuando marque

- ¿luisa?

-con ella habla.

La voz era diferente, como de una persona mayor. Pero en segundos,

como si mi mente tuviera la velocidad del relámpago, saque

conclusiones.

LOS PRIMEROS QUE NO CONOCIAN


Dentro de cuatro días seria la fiesta grande, por eso anoche

comenzaron a llegar los otros invitados. Fabiola había llegado los

primeros y en 2 días habíamos logrado ser muy buenas amigas. Llego

con sus padres, Anita y Julián, y con Felipe, su hermano menor ellos

viven en un pueblito cercano.

LA VICTORIA

Nos fuimos a pasear por la ciudad antigua. Iba mirando los enormes

portones y atisbaban un poco por las puertas entreabiertas. Me

imaginaba a mi abuelo lejano que había sido esclavo caminando por

estas mismas calles hacía casi dos siglos, de pronto cargando una

pesada carreta, como si fuera un burro.


LA OTRA HISTORIA

El otro día, cuando el abuelo nos contó la historia del antepasado

esclavo, mogola dijo” Ahora váyanse a la cama porque tienen sueño,

pero muy pronto yo también les voy a contar otras historias, que

además son parte del pasado de ustedes”. Ahora nos tenía allí

absortos, esperando sus confidencias.

EN LA CALLE DE LA SERPIENTE

Todos se fueron a la playa, pero yo ese día no quise ir. Mi abuela me

dijo

-si quieres, puedes acompañarme a hacer una visita.

-¿ A quiénes vamos a visitar?


-A dos seres maravillosos, que con seguridad nunca vas a olvidar.

Esa presentación hizo que me llenara de curiosidad.

EL PORTAL DE LOS DULCES

Y caminando con la abuela por la ciudad amurallada llegamos al portal

de los dulces.

¡qué descubrimiento! Unas muchachas morenas vestidas de blanco,

de sonrisa amplia y dientes perfectos, como si estuvieran felices en

una fiesta, abrían unas cajitas de vidrio y madera y de allí dentro

sacaban unos dulces hechos por ellas.

EL TESORO
Mi hermana y yo nos levantamos en silencio, aprovechando la

oscuridad de la medianoche para salir sin que nadie se diera cuenta.

Caminos en la punta de los pies para no hacer ruido, pero algunas

tablas del piso estaban sueltas y chirriaron bajo nuestro peso. Miramos

para todos lados. Nadie nos había oído salir.

EL VIAJE A LA ISLA

Estábamos muy contentos conociendo la ciudad, al día siguiente

haríamos un largo paseo por el mar: No sabíamos que nos esperaba

una peligrosa aventura

Luego de ser ferroviario, el abuelo fue lanchero. Y de esa época le ha

quedado una embarcación que usa a veces.


LA TEMPESTAD

Surcamos las olas con las olas con la quilla, al principio eran

pequeñas, pero se fueron haciendo más grandes que la lancha. Al

principio nos reímos con cada salto, cuando volteamos a mirar al

abuelo y lo vimos preocupado. Reviso que cada uno de nosotros

tuviera bien puesto el chaleco salvavidas.

INCOMUNICADOS

El radio que tenía la lancha aun no funcionaba. EL abuelo reviso la

batería. Estaba desconectado. El problema era que se había mojado

el celular del abuelo y no podíamos comunicarnos con nadie

estábamos solos en la lancha a la mitad de lanada.


LAS ESTRELLAS

Dormimos profundamente un rato. Luego comimos las pocas cosas

que aún quedaban. Por fortuna lo más importante: agua. Las niñas

estaban cansadas y se acostaron en unos flotadores que el abuelo

bajó de la lancha después de un largo rato afín el abuelo logro

comunicarse con alguien pues se comunicó y no le prestaron atención

pues pensaron que eran investigadores que ese mismo día habían

salido pero por fortuna el abuelo hizo un S.O.S.

UNA LLAMADA

Esa mañana, antes de comernos lo que el abuelo había pescado, volví

a mirar el celular. Había aparecido un parte de la pantalla. Lo deje de

nuevo en la roca para que le diera el viento, pero no el sol.


LA LLEGADA AL PUERTO

Nuestros padres no dejaban de abrazarnos y tocarnos, les parecía

mentira que estuviéramos vivos y bien.

Tardamos cerca de 2 horas en volver a la bahía, otra vez pasamos por

boca chica, pero sin detenernos.

LA FIESTA

Empezamos a inflar la bomba de múltiples colores. Fabiola las llamaba

globos. Pero lo que más me hizo reír es que allá en la costa las llaman

vejigas.

-como si fueran vejigas de sapo-dijo la abuela.


CREER EN LA ABUELA

Antonio y whyra se fueron esta mañana mi padrea tenía que volver a

trabajar. Se comprendió desde hace 6 meses.

Andrea antury.

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