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Nunca es demasiado tarde

Problemática y rumbos de la educación de adultos


Manuel Moreno Castañeda*
* Director de la División de Educación Abierta y a Distancia de la Universidad de Guadalajara (UDG).
El origen
Este problema puede analizarse desde el mismo concepto de la palabra: "adulto",
por las múltiples acepciones que tiene de acuerdo al contexto social en el que se
utiliza y las distintas fases desde las que se ve. Pues si bien, desde un punto de
vista, se consideraría su madurez fisiológica, económicamente habría que
considerar su autosuficiencia, aunque los criterios legales y políticos tomen en
cuenta más bien la edad y los administradores escolares transfieran a la categoría
de adultos a quienes, pasados los quince años de edad, no están en el nivel de
escolaridad correspondiente según los criterios oficiales. Sin embargo, el
problema no es tanto la definición del término, sino el conocimiento de los
sujetos como destinatarios y participantes en los procesos educativos.
Desde el momento en que la educación perdió su carácter espontáneo y
quienes detentaban el poder empezaron a organizarla, controlarla, legitimarla y
decidir quiénes tenían derecho a qué tipo de educación, una gran parte de la
sociedad fue desplazada y los procesos educativos en que se formaban,
deslegitimados y desvalorados.
Esta situación se acentúo a partir de la Revolución Industrial, cuando se hizo
necesaria la masificación de los sistemas escolares, para adiestrar a las personas
en aprendizajes específicos de acuerdo a los intereses de los dueños de las
fábricas.
De esta manera, mientras más personas entraban a la escuela, más se reducían
los aprendizajes legitimados, es decir, más aprendizajes quedaban fuera de las
escuelas, dando lugar a una educación formal institucionalizada y a otra que, de
manera informal, se va logrando en la vida. O en otras palabras:
La reducción de lo "educativo" que pretenden hacer las clases dominantes consiste
en restringir el uso del término a aquellas formas controlables, construidas mediante
determinadas normas, y en las cuales está garantizada –o al menos tiene
posibilidades de triunfo– la dirección impulsada por ellas. (Gómez y Puigrós.
p.15)
Esta separación de saberes por la legitimación, lugar, tiempo o modo en que
eran aprendidos, dio lugar a una discriminación hacia quienes, por su situación
económica o social, no tenían acceso a los conocimientos oficiales y a un
documento que los certificara. Lo mismo sucedía con las personas que asistieron
a la escuela durante un tiempo de su vida y después se aislaron de ella.

Sus rumbos
Como respuesta a esta situación, surge la necesidad de nuevos espacios y
oportunidades educativas para y por quienes, por diferentes motivos, no tuvieron
acceso a la educación escolar en la edad establecida, esto sobre todo en los
grupos sociales más pobres y explotados. De ésta surge una corriente en la
educación de adultos, muy propia de los países de menor nivel de desarrollo,
mientras que, en sociedades privilegiadas la educación de adultos se desarrollaba
más bien en la actualización para el trabajo y el aprovechamiento del tiempo
libre. Esta diversidad de enfoques se hizo evidente, cuando organizaciones
internacionales como la UNESCO empezaron a realizar foros a nivel mundial
para estudiar el problema de la educación de adultos, reuniones que se convertían
en torres de Babel por la confusión de concepciones educativas.
Es así que podemos encontrar proyectos de educación de adultos solamente
enfocados a la capacitación laboral, pensaba ésta sólo en términos de aumentar la
producción y con esto las ganancias de los patrones. Como también se
encuentran acciones que tienden a desarrollar las habilidades para el trabajo con
una intención de desarrollo humano digna y respetuosa para los derechos y
proyectos de vida de los trabajadores.
Lo mismo puede decirse de los proyectos culturales, unos que tienden a
imponer la cultura de las clases o potencias dominantes y otros para promover el
desarrollo cultural endógeno con una intención de rescate y promoción de la
cultura autóctona y auténtica.
La orientación ideológica, es otra de las grandes diferencias en la educación de
adultos. Se participa en estos procesos en la búsqueda de acciones que
promuevan la toma de conciencia, en un desarrollo pleno de las facultades del ser
humano, con una intención liberadora o se reproducen las concepciones y
prácticas que convienen a quienes detentan el poder, con esquemas y objetivos de
domesticación para quienes "reciben educación".
Sin embargo, con todo y esas particularidades, se dan características comunes
a la generalidad de los adultos, como son: Su edad, el hecho de trabajar y el tener
que combinar el estudio con el trabajo, y con ello la integración de su bagaje
cultural, para enriquecer su experiencia educativa. Y precisamente, por sus
especiales circunstancias de vida y de trabajo, surgen para los adultos programas
y sistemas educativos especiales. Que lógicamente también tienen su
problemática particular.

Sus problemas
De entre los problemas que han impedido un avance favorable a los programas
de educación de adultos podemos mencionar:
El enfoque de la educación de adultos, cuando se le ubica sólo como un
problema de educación básica, centrando en el alfabeto y se le trata como algo
que debe o puede aislarse y erradicarse, sin considerar el carácter global y
permanente de lo educativo, sobre todo su relación con todos los elementos del
contexto social y laboral de las personas.
La desvinculación también se da, cuando se trata a la educación de adultos,
como si fuera algo distinto a lo que sucede en los sistemas escolares, esta
diferencia de tratamiento es notoria en cuanto a recursos destinados, nivel
profesional de los docentes, instalaciones, infraestructura, equipamiento, etcétera,
que en general, suelen ser menores que lo dedicado a las modalidades
tradicionales, aunque, afortunadamente, en muchas ocasiones el entusiasmo, la
creatividad y el esfuerzo de quienes participan en la educación de adultos, sacan
adelante y con éxito estos proyectos.
El populismo que ha caracterizado a este tipo de programas y los pocos
recursos que se dedican, la educación de adultos ha sido atendida por voluntarios
que reciben una pequeña gratificación y, por lo mismo, nunca ha sido atendida
profesionalmente por personas especialmente formadas para ello.

Sus principios
Con relación a estos puntos, es preciso que se tenga un concepto claro de la
educación como proceso social global y permanente, como fenómeno histórico
que se da independientemente de la existencia de los sistemas educativos y las
escuelas, aún cuando éstas surgen con el propósito de organizarla, sistematizarla
y legitimarla. Dicho de otra manera, la educación es un proceso abierto a la
sociedad, y los proyectos de educación de adultos deben recuperar la vinculación
con la vida y para ello:
...reconocer el valor de los aprendizajes, independientemente del lugar,
momento o modo en que se obtengan y tener las puertas abiertas de las
instituciones educativas tanto en sus ámbitos físicos, como en sus planes,
programas, medios de estudio y prácticas cotidianas para que tengan
cabida la vida real de las personas y la sociedad.

Se propone
Desescolarizar la educación de adultos, entendida la desescolarización como la
eliminación de barreras y estereotipos burocráticos, que impiden la relación
natural entre educación y vida, esto significa repensar a las instituciones
educativas, ya no como estructuras a priori, únicas y obligatorias para poder
acceder a la educación legitimada, sino como la infraestructura material y
académica organizada como apoyo para que los procesos educativos se den de la
mejor manera.
Como reflexión final diremos que, para entender y desarrollar en todo su
significado y potencialidad el carácter permanente del proceso educativo, como
lo establece la nueva Ley General de educación, es necesario tener una gran
apertura, que nos permita y posibilite aprovechar todas las modalidades y
procedimientos de formación, sin más límites que la imaginación y las
habilidades educativas de los participantes.
Para resolver estos problemas, la nueva tendencia consiste en tratar de
eliminar la barrera que hay entre los dos campos que, a primera vista,
tienen poco en común: la formación en el medio profesional y la formación
en el medio sociocultural. Podemos referirnos al informe que presentamos
ante la Asociación Internacional para el Progreso Social, y que insiste
sobre los puntos esenciales de notas enviadas por las diferentes secciones
nacionales sobre el tema de la utilización del ocio con vistas a la
educación permanente de los adultos: "Si es necesario interpretar el valor
del esfuerzo realizado según estos informes nacionales, diremos que
reflejan la voluntad de pasar del congreso social por el nivel de vida, a la
promoción del hombre por el género de vida. Se trata como lo dice el
informe suizo, de alcanzar la fase social del ‘arte de vivir’ ". (UNESCO, p.
309).
No obstante la gran diversidad de enfoques que recibe la educación de adultos
y la riqueza de manifestaciones y matices que la caracterizan, hay elementos que
les son comunes en sus condiciones y sus rumbos hacia una sociedad educativa
con un concepto total de educación en donde la edad, el tiempo, la distancia y los
esquemas escolares no sean un obstáculo para la formación del hombre.
De ahí que, acordes con el título de este escrito, nunca es demasiado tarde para
aprender, ni para fijarse nuevos rumbos a la educación de adultos hacia la
liberación y la educación plena y total.

Bibliografía:
ESCOBAR, G. Miguel. Paulo Freire y la Educación Liberadora. SEP Cultura/Ediciones El Caballito.
México, 1985.
GÓMEZ, Marcela y Puigrós, Adriana. (Antólogas). La Educación Popular en América Latina. Ediciones El
Caballito/SEP Cultura. México, 1986.
PIAGET, Jean. A dónde va la Educación. Editorial Teide. Barcelona, 1985.
REED, Horace B. y Lee Loughran, Elizabeth. Más allá de las escuelas. Ediciones Gernica. México, 1986.
UNESCO. La Educación en Marcha. Editorial Teide y Editorial de la UNESCO. Barcelona y París, 1976.

http://www.latarea.com.mx/articu/articu6/moreno6.htm

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