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Cómo Concentrarte Mejor, Evitar Distraerte Y Terminar Todo Lo Que Empiecas
Cómo Concentrarte Mejor, Evitar Distraerte Y Terminar Todo Lo Que Empiecas
como concentrarte
¿Te distraes fácilmente? ¿Por más que lo intentas no logras concentrarte profundamente?…
Te entiendo perfecto, es sumamente frustrante no lograr terminar o avanzar con tus tareas. Muchas
veces, a pesar de que tu alrededor sea óptimo para trabajar o estudiar, son tus pensamientos los
que sabotean tus mejores intentos de concentrarte. Tratar de esquivar las múltiples distracciones
parece una misión imposible que solo los ninjas con gran dominio de mente pueden lograr.
Pero, la buena noticia es que aterrizaste en el lugar correcto. Aquí te explico cómo entrenar tu
mente para lograr concentrarte mejor. Además mientras estás leyendo este artículo ya estarás
poniendo en práctica una efectiva estrategia para entrenar tu mente.
INSTRUCCIONES:
1.- Deja todo lo que estás haciendo que no tenga que ver con leer esto
Es en serio: ignora cualquier mensaje o notificación, bájale dos rayitas a la música, aparta lo que
estás comiendo, y cierra tu puerta… ¿ya?
2.- Haz click en la casilla verde cuando termines cada parte correspondiente
Pero algo te distrae: el teléfono suena; una llamada poco importante, así que decides apagar el
teléfono, cerrar la puerta y poner el anuncio de “no molestar”, por si a caso.
Pero te equivocas…
De repente, salta en tu mente un pensamiento invasor. No sabes por qué razón, pero te acuerdas
de tu desayuno esta mañana: -“¿Por qué la caja de lo cornflakes dice que son de maíz? ¿En verdad
son de maíz?”
Tratas de alejar ese pensamiento como si se tratara de una molesta mosca: -“Ok, ya basta, es
momento de concentrarme”
-“¿Por qué la caja del cereal tiene un gallo? ¿Qué tiene que ver? ¿Y si mejor desayuno el cereal con
el elefante de chocolate? Tiene un poco más de lógica, si las hojuelas son de chocolate, el elefante
tiene que ser de chocolate”
-“Mejor desayuno avena con fruta, justo leí en Habitualmente que desayunar sano me da más
energía”
Por más que intentas apagar todos esos pensamientos y sumergirte en una profunda concentración
¡simplemente no puedes!
Te has preguntado: ¿Por qué no puedes concentrarte bien a pesar de que lo intentas?
Tal vez ya tienes un lugar tranquilo y silencioso para trabajar o estudiar; tal vez tienes la luz adecuada
y el espacio ideal; tal vez tienes toda la intención de terminar tus tareas, pero a pesar de todo esto,
simplemente no logras concentrarte profundamente ni ser más productivo.
Tu cerebro se vuelve una máquina de distracciones, y tú solo te dejas arrastrar por los miles de
pensamientos que cruzan por tu frente fuera de control. Los cuales te hacen procrastinar y te
impiden terminar lo que empiezas.
Si te fijas las distracciones internas son muy pocas, pero son las más problemáticas por una simple
razón: porque tú mismo las creas. Son producto de tu cognición, tus pensamientos y tus recuerdos.
Todo comienza con un pensamiento que aparece en tu mente. Por ejemplo: “¿Cuántos «me gusta»
tendrá la foto que publiqué en facebook?”. El impulso es tan grande que no puedes resistirte y
sigues el curso de este pensamiento, lo que te hace distraerte.
Es solo cuando logras controlar tu propia mente, cuando este tipo de pensamientos pueden ser
esquivados fácilmente.
El ADD es la abreviación de una condición psicológica en el que las personas se vuelven incapaces
de concentrarse en algo por periodos de tiempo prolongados. Y aunque esta condición es real, no
todo el mundo la padece.
Ed Hallowell, ex profesor de la Escuela de Medicina de Harvard, dice que hemos generado un «deficit
de atención cultural».
Estamos entrenado a nuestro cerebro a cambiar la atención una y otra vez, perdiendo la capacidad
de enfocarnos en una sola cosa.
Rebotar entre una actividad y otra parece que solo se trata de un mal hábito, sin embargo, es aún
más que eso, pues estos cambios abruptos de atención entre actividad y actividad, debilitan tu
fuerza mental para mantener tu atención en una sola cosa.
Nos volvemos adictos a la variedad y compulsivamente deseamos dirigir nuestra atención a algo
nuevo, como un pensamiento espontáneo, una notificación, o una nueva actividad.
Y aunque suene extraño, es normal luchar en contra de nuestros deseos más profundos todo el
tiempo. Según un estudio los tres deseos principales contra los que luchamos todo el día son: sexo,
dormir y comer. Pero en la lista también se incluye el deseo de distraerte con una actividad
gratificante, fácil y novedosa 1
El habito de distraerte constantemente (incluso cuando no quieres hacerlo) ocasiona que tu cerebro
no logre ponerse al corriente de forma simultánea con estos cambios de dirección en tu atención.
Me explico mejor:
A esto se le conoce como atención residual y se convierte en tu peor enemiga cuando buscas
trabajar o estudiar concentrado 2
Tal vez recuerdas la típica frase de tu maestra de primaria: «pon atención»; la cual resulta ser una
verdad absoluta en todas las áreas de tu vida adulta.
Lo único que hay que hacer es entrenar tu mente a concentrarse. De esta forma lograrás tener más
control para dirigir tu atención (y mantenerla) a dónde tu quieras.
Terminé la segunda parte, y quiero saber cómo entrenar mi mente
Solo tienes que elegir una actividad pequeña durante tu día a la que puedas darle toda tu atención.
De esta forma tu cerebro aprende a enfocarse en algo, y a esquivar con éxito cualquier pensamiento
distractor.
Es importante que sigas estas 3 reglas antes de elegir esa actividad de entrenamiento:
Muchas actividades quedan descartadas, pues no entrenan tu atención sino que la debilitan. Por
ejemplo si constantemente tienes el impulso de checar tu correo, cambiar el canal de la televisión
o revisar las noticias en facebook o instagram, entonces son actividades descartadas.
Si la actividad entrena tu atención pero perjudica tu salud, el propósito de mejorar tu vida no tiene
sentido. Por ejemplo: comer alimentos poco saludables o fumar son actividades que están
descartadas.
Acepto las reglas y quiero empezar a entrenar mi mente
Evalúa tu rutina diaria y elige una actividad simple (y de corta duración) a la que puedas dirigir tu
atención plenamente por unos minutos (y que cumpla con las 3 reglas que acabas de leer).
Es decir que, se trata de ser consciente de lo que estás haciendo, dirigir toda tu atención y todos tus
sentidos en esa actividad por un periodo corto de tiempo.
Lee un libro
Escucha música
Tiende tu cama
Dibujar o colorear
Tomar un café o té
Leer el diario
Este tipo de actividades cuando se hacen de forma mindfulness, te ayudan a sentirte mejor, a
disfrutar el momento, y sobretodo a entrenar tu mente a enfocarse en una sola cosa a la vez,
controlando el impulso de la distracción.
De esta forma en lugar de entrenar a tu mente a distraerse, estarás haciendo lo contrario: estás
entrenando tu mente a concentrarse.
Este entrenamiento a largo y corto plazo te ayuda a tener el control de tus pensamientos cuando
en verdad necesitas hacerlo.
Seguramente te estás preguntando ¿qué debo hacer durante esa actividad para enfocar mi
atención? ¿qué hago si aparecen de repente pensamientos o impulsos?
Si detectas algún pensamiento, preocupación, deseo, o impulso, simplemente identifica que esta
ahí, se consiente de que aparece y déjalo pasar. Suavemente regresa tu atención a tu actividad.
Por ejemplo:
Si elijo lavarme los dientes y concentrarme en esa actividad, pero de repente empiezo a pensar en
los miles de pendientes que tengo durante el día, quiere decir que mi entrenamiento no está dando
resultado. Por eso, lo que tengo que hacer es ser consciente de que esa preocupación apareció, y
suavemente volver a enfocarme en el movimiento del cepillo, o en el agua fresca en mi boca.
Poco a poco aprenderás a domesticar a tu alocada mente. Se trata de no dejarte llevar por todos los
pensamientos de tu cabeza, y tampoco tratar de eliminarlos.
Un rápido TIP si esos pensamientos «distractores» son recurrentes, entonces escríbelos, verás que
rápido desaparecen y dejan de molestarte.
1. Al dividir una tarea en varios pasos hace mucho más fácil el camino para mantener tu foco.
Cuando tengas una tarea que terminar, divídela en tareas más pequeñas y digeribles.
Después toma una de esas sub-tareas, y escribe en forma de lista la secuencia de pasos que tienes
que seguir para terminarla con éxito.
Marca como realizado conforme avances con cada uno de los pasos.
Verás que fácil es evitar distraerte, pues tu mente queda enganchada con la sensación de logro y
progreso. Lo cual mejora tu productividad enormemente.
Además, esta estrategia te regala una sensación de “flow” o de avance constante, lo que al mismo
tiempo entrena tu capacidad de concentrarte cada vez mejor.
2. Reemplaza el “Debo terminar” con “¿Por dónde puedo empezar?” o “¿Cuándo es la próxima vez
en la que puedo continuar?”
En lugar de sentir ansiedad por todo lo que falta por recorrer, dale a tu mente un enfoque directo
hacia la acción.
Fuente: https://habitualmente.com/como-concentrarte/