La corrupción en el Perú va en aumento al tiempo que su
economía crece y se manifiesta en su forma tradicional es decir mediante sobornos a funcionarios públicos para apurar tramites de licencias y permiso, asi como también aquellos que se dan en ciertos grupos económicos con acceso privilegiado y a la excluyen a los circuitos del poder público, que por lo general surgen cuando impera en la economía un régimen de mercado libre. RECOMENDACIONES:
Se debe tener voluntad política en el gobierno y en la oposición
y en todos aquellos que pueden contribuir con poco o mucho para denunciar a los culpables. Se debe contar con una sociedad civil organizada y con una prensa de investigaciones que controlen permanentemente las negociaciones de los altos mandatario y de las transacciones que estos realicen, así como también se debe mejorar los controles que se ejercen dentro de las entidades del estado. El gobierno peruano debe determinar reglas claras que tiendan a evitar la concentración de amplias funciones en determinadas entidades del estado, es decir es posible que trabajen en equipo pero con supervisión inmediata de tal modo que ningún funcionario tenga la oportunidad de tomar decisiones por su cuenta.
Se debe reforzar la debilidad de controles en la fase formativa
de los concursos públicos con la finalidad de evitar sobrevaluación y que se trate de un concurso cosmético en el que se dirigió todo para que gane un postor. El sector público debería cerrarle los espacios a la posibilidad de realizar actos corruptos como las sobrevaloraciones. El sector privado debe desarrollar acuerdos gremiales para no pagar coimas a los funcionarios. El caso Odebrecht es un desafío central para la economía y política del país. Si la sociedad civil y nuestras autoridades actuamos con firmeza y decisión, tenemos una oportunidad para detener la corrupción a gran escala y la impunidad que la alimenta.
ADMINISTRACION DE JUSTICIA CONCLUSIONES:
En el Perú no cuenta con un poder judicial capaz de administrar
justicia de manera eficaz y confiable. Una de las causas del mal funcionamiento de la administración de justicia es la falta de independencia que ha demostrado y su sometimiento al poder político.