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Discurso de bienvenida al segundo semestre del año escolar 2019.

Querida comunidad del Centro Educacional Rousseau: estudiantes,


profesores, asistentes de la educación, equipo directivo, padres y apoderados.
Reciban todos ustedes un caluroso saludo.

Hoy estamos iniciando la que tal vez sea la parte más difícil del año. Tan
lejos del inicio como del final. Las grandes carreras, los grandes viajes,
presentan a los corredores y los viajeros el momento aciago y angustioso del
medio camino, del mismo modo como hoy el cansancio comienza a hacerse
notar en nosotros, acaso también la impaciencia. Carga sobre nosotros el peso
de lo que hemos logrado, para bien y para mal, con desafíos igualmente a
superar.

Situados en este umbral, podríamos intentar observar como meros


espectadores el paso del tiempo, ansiosos por que el porvenir, el fin de año
llegue pronto, como por su propia cuenta. Contaríamos las horas y los días.
Algunos en clases hasta contarían los minutos a la espera de la campana.
Miraríamos los cambios en las estaciones como si estuviésemos frente al
televisor o alguna otra pantalla. Lo importante, en cualquier caso, sería que el
final de este segundo semestre advenga lo más pronto posible.

¿Consideran ustedes algún problema en esa actitud?

En esta actitud de espectadores no estamos construyendo el futuro, el


futuro no se origina en nuestra acción. Todo lo contrario en esta actitud pasiva
solo nos acaece un porvenir que no es nuestro, muy ajeno a nuestras acciones
responsables. Y resulta que, siguiendo una reflexión de Eduardo Galeano, en
ese caso no seríamos sujetos de nuestra vida escolar, sino objetos de la misma.
Los celulares jugarían con nosotros. Los pasillos de nuestro colegio nos
caminarían. Las escaleras nos subirían. Los problemas matemáticos nos
resolverían. Las oraciones gramaticales nos discursarían.

Nada de eso, queridos estudiantes y compañeros. Este inicio de segundo


semestre debemos asumirlo como una apertura a nuestras propias acciones.
Hagámonos cargo de lo que hemos realizado hasta hoy, ya sea para cambiarlo
y mejorarlo, ya sea para continuar con más fuerza la ruta provechosa que
hemos diseñado. Caminemos los pasillos. Resolvamos los problemas
matemáticos y discursemos las oraciones. Seamos, en definitiva, actores y no
espectadores de esta nuestra propia historia en el Centro Educacional
Rousseau.

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