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Después de que un trozo de espejo maldito le entra en el ojo y lo vuelve insensible, el pequeño

Kay es presa fácil para que la Reina de las Nieves lo atrape y se lo lleve a su territorio donde la
emoción no existe. La reina lo hace prisionero dándole un primer beso que le hiela el corazón y
uno más con el que Kay olvida su vida anterior. La Reina de las Nieves dio otro beso a Kay, y Gerda,
la abuela y todos los demás se borraron de su memoria.

Cuando pasa el tiempo y Kay sigue desaparecido, todos lo dan por muerto, pero su amiga Gerda
no se resignará y animada por el afecto que siente por él, parte sola a su rescate. En su viaje de
búsqueda y exploración Gerda encontrará dificultades y peligros, flores y animales, personajes que
en ocasiones la guiarán y la ayudarán a acercarse a su objetivo y en otras la distraerán de él. La
pequeña Gerda, se enfrentará al mismísimo demonio, creador de un espejo, el cual cae al suelo
rompiéndose en añicos, mismos que, al penetrar en los ojos y en el corazón de la gente, trastocan
sus sentimientos y la manera de captar la realidad, como en el caso de Kay, su amado, quien
víctima del maleficio, confunde el Bien y el Mal lo que lo pierde para la vida quedando así dormido
a los pies de la reina de las Nieves, hasta que Gerda logré rescatarlo de las garras de la reina.

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