Está en la página 1de 2

“ SECRETOS FAMILIARES” QUE ENFERMAN:

En terapia, un criterio que nos puede poner sobre la pista de un “secreto de familia” es la
“desproporción” que existe “entre un acontecimiento” “y la reacción emocional que provoca”. “La
reacción parece exagerada”, y “no se encuentra ningún acontecimiento en la vida de esa persona,
en términos de “conflicto programado”, que la justifique”. O bien el síntoma permanece, a pesar
de haber hecho que la persona tomara consciencia de todo su recorrido personal…

Otras veces, otro criterio es el carácter irracional o compulsivo de las reacciones: las personas
tienen la impresión de hacer las cosas en contra de su voluntad, de no poder controlar sus
reacciones, de ser los juguetes de sus emociones. todos estos automatismos, comportamientos
irresistibles, actitudes de fracasos repetitivos, en los que la persona entra en contacto con una
emoción desbordante, son los indicios que nos orientan hacia una eventual herencia familiar.
Personalmente, y a partir de mi experiencia como terapeuta, tendría a pensar que en la historia de
cada uno hay uno o varios secretos de familia…

Para descubrirlos, para volver a entrar en contacto con los dramas ocultos, la primera solución es,
por supuesto, interrogar a los padres y abuelos, pero esto no siempre es posible. Entonces
tendremos que llegar a la fuente por otro camino, otro hilo conductor, que es “la emoción”. Si una
persona sufre un síntoma relacionado con un secreto, significa que de alguna manera está
relacionada con el drama. Cualquier síntoma es el eco de un recuerdo emocional, ya sea personal
o familiar.

Al contactar con el sentimiento que acompaña a un síntoma, es posible reactivar y descubrir los
recuerdos originales. de manera imaginaria, quizás alucinatoria, aunque seguro que metafórica, la
persona encuentra de manera espontánea (en algunos casos, la hipnosis puede ayudar) un
acontecimiento muy preciso y contemporáneo, como si estuviera viviendo la escena. Porque,
repetimos, “el síntoma es una emoción no dicha, es lo inacabado”. Hacer entrar a una persona en
“la emoción” es permitirle recuperar en la conciencia “un acontecimiento que, en cualquier caso
ya se está expresando”.

A menudo, liberarse de los síntomas relacionados con los “secretos de familia” es mucho más
sencillo de lo que uno cree. Porque, aunque se trate de acontecimientos atroces, el hecho de
expresarlos, de sacarlos, hace que ya no estén dentro. Cuando pronunciamos estas palabras,
cuando verbalizamos la toma de conciencia, ya no ocupa el inconsciente. Esto, según Freud,
siempre evoca una abreacción, una descarga emocional (gritos, temblores, lágrimas, etc.)
rápidamente, la persona se siente mucho mejor.

Lo peor viene antes, no después. Las personas suelen tener miedo de lo que descubrirán, no
quieren volver a ese acontecimiento, ese recuerdo, esa violencia. Tienen la sensación de que no
podrán soportarlo. Sin embargo, la realidad es muy distinta:

Una vez que la persona ha empezado el camino, y lleva unos minutos en ese ejercicio, se siente
liberada, aliviada, de manera inmediata. CASI SIEMPRE, LA TOMA DE CONCIENCIA EN LA EMOCIÓN
BASTA PARA CURARSE, AUNQUE SE TRATE DE ACONTECIMIENTOS MUY IMPORTANTES. LA FUERZA
DE ESTOS SECRETOS RESIDE EN SU CARÁCTER INCONSCIENTE, OCULTO, NO DICHO. OPERAN
DESDE LAS SOMBRAS.

Fragmento del libro: El cuerpo como herramienta de curación – Descodificación biológica de las
enfermedades – Autor: Christian Fleche

También podría gustarte