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¿Qué pasa con las licencias ambientales exprés?

2014/09/27 22:00
HTTP://WWW.SEMANA.COM/NACION/ARTICULO/QUE-PASA-CON-LAS-LICENCIAS-AMBIENTALES-EXPRES/404177-3

La propuesta de hacer más expeditos los permisos ambientales para grandes proyectos petroleros, mineros y
de infraestructura ha levantado una enorme polémica.
A pesar de que el ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo, ha sostenido que la propuesta para reducir los tiempos de las
licencias ambientales no va a sacrificar su rigurosidad, muchos ambientalistas han encendido las alarmas. El gobierno
piensa reestructurar dos puntos fundamentales en ese trámite, que en la práctica es el último visto bueno para que un
proyecto minero, petrolero o de infraestructura pueda hacerse. Hoy en día una licencia ambiental se demora cerca de 24
meses en ser expedida lo que para muchos tiene frenados varios proyectos de desarrollo. Lo primero que busca el
gobierno es reducir a 3,5 meses el tiempo de expedición de las licencias y lo segundo volver el proceso oral. La nueva
medida tiene a algunos muy contentos y a otros muy molestos.
La principal crítica a las llamadas licencias exprés, entre quienes están molestos, es precisamente que sean ‘exprés’. Para
muchos ambientalistas este tiempo no alcanza para hacer un estudio serio de los impactos que pueda tener un gran
proyecto. El senador Jorge Enrique Robledo aseguró en una dura carta al gobierno que “las licencias ambientales no
existen para estorbarles a las empresas que hacen las cosas bien, sino para protegernos de las que lo hacen mal”.
Por el contrario, los gremios, los empresarios y muchos sectores del gobierno, consideran que la medida es muy positiva
debido a los excesivos tiempos que se toma la Autoridad de Licencias Ambientales en darle respuesta a sus solicitudes.
Los petroleros aseguran que por esto no han llegado a la meta del millón de barriles. El gremio de la infraestructura dice
algo similar respecto a las carreteras y considera que sin esta reforma obras esenciales serían inviables. Si el gobierno
decide poner en marcha definitivamente esta propuesta, estos serían los principales proyectos que se tramitarían con
este nuevo mecanismo.

Santurbán
El megaproyecto aurífero que la empresa Eco Oro (antes Greystar) quiere hacer en el páramo de Santurbán aún está en
etapa de exploración. La empresa no ha presentado la solicitud de licencia ambiental (lo había hecho en el pasado, pero
la retiró), y está a la espera de que se delimite el páramo para volverlo a hacer. Se beneficiaría de este nuevo trámite.

La Colosa
Lo que sería una de las minas de oro más grandes del planeta también está en etapa de exploración. Anglo Gold Ashanti
lleva varios años estudiando esa región del Tolima y aún no ha pedido licencia, por lo que también la cobijaría el nuevo
decreto.
Las 4G
El presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura, Luis Fernando Andrade, ha defendido el decreto a capa y espada.
Lo considera necesario para que el país pueda cumplir con las llamadas concesiones de cuarta generación que
comprenden 40 proyectos estructurales para el país por un costo cercano a los 47 billones de pesos. El decreto también
elimina la necesidad de tener licencia ambiental para construir dobles calzadas.
La Ruta del Sol
Los más de 1.000 kilómetros de carretera que conectarían a Bogotá con Santa Marta han sufrido por cuenta de las
licencias ambientales. Tanto que se dijo que el 80 por ciento de la obra estaba frenada por esa razón. Algo similar pasa
con la vía Bogotá-Buenaventura. El exministro Manuel Rodríguez asegura que es una irresponsabilidad decir que el
atraso de la infraestructura del país tenga que ver con las licencias ambientales y no con la ineficiencia de quienes están
obligados a hacer las obras.

El “millón” de barriles
Los petroleros siempre han acusado a las licencias ambientales de ser las responsables de que no lleguen a la meta del
millón de barriles. Según la Asociación Colombiana del Petróleo actualmente tienen 113 licencias ambientales en trámite,
muchas de las cuales llevan más de 14 meses esperando. La exdirectora de la Anla, Luz Helena Sarmiento, dijo en su
momento que el problema de esa demora era que las empresas entregaban la información incompleta. La medida es
clave para ellos pues la inminente caída de los ingresos del petróleo se está convirtiendo en una ‘bomba’ fiscal.
Sin licencia para...
Con el nuevo decreto no se soluciona uno de los principales problemas de la minería en Colombia y es el hecho de que su
fase de exploración no requiera de licencia ambiental. Esto es perjudicial tanto para la protección de la naturaleza, pues
la exploración se ha realizado sobre páramos y parques naturales, y para las mismas empresas que no tienen seguridad
jurídica y hacen grandes inversiones en sitios que están vetados.

El ‘Fracking’
Las licencias para utilizar el método de estimulación hidráulica en la extracción de hidrocarburos se tramitarían con este
nuevo decreto. El ministro de Ambiente aclaró que no se van a disminuir los requisitos técnicos para el fracking, sino
solamente a agilizar los términos de los procesos. En este momento apenas están los bloques asignados y no hay
solicitudes de licencia ambiental aún.

Licencias ambientales no serán exprés 2014/10/11 22:00


http://www.semana.com/nacion/articulo/licencias-ambientales-no-seran-expres/405716-3

El gobierno echó para atrás su idea de recortar el tiempo para las licencias ambientales. Este trámite, para muchos
desconocido, es fundamental para el desarrollo del país.
El ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo, anunció esta semana que los tiempos para la expedición de las licencias no se modificarán
con el nuevo decreto. Sin embargo, el tema sigue generando controversias entre los ambientalistas y los gremios minero-energéticos
y de la construcción.
Si hay un tema que ha demostrado qué tan complejo es el debate del desarrollo versus la conservación de los
recursos naturales es el de las licencias ambientales exprés. La sola propuesta del gobierno de minimizar sus
tiempos y requisitos levantó voces a favor y en contra. Y ahora el anuncio del ministro de Ambiente de un
nuevo decreto parece que va a armar otro debate igual.

Cuando el ministro Gabriel Vallejo expuso por primera vez la idea de recortar los tiempos de trámite de las
licencias hubo rayos y centellas. Los senadores Jorge Enrique Robledo y Claudia López lo rechazaron de tajo e
incluso anunciaron demandas. Los ambientalistas, encabezados por el exministro Manuel Rodríguez, cerraron
filas para tumbarlo y la sociedad de ingenieros lo calificó de inconveniente y antitécnico.

Pero no todos estaban descontentos. La Agencia Nacional de Infraestructura, por el contrario, celebró la
medida y anunció que si no pasaba no tenía cómo comprometerse a entregar el paquete de obras que vienen.
Y los petroleros vieron en ella la única solución posible para cumplir la meta del millón de barriles que les ha
sido esquiva en los últimos años.

Por eso, cuando el propio Vallejo anunció que iba a mantener los tiempos de las licencias también causó
revuelo nacional. El jefe de la cartera verde anunció esta semana que había eliminado el exprés de su
propuesta. Pero eso no fue todo. También desaparecieron tres puntos que preocupaban a los ambientalistas. El
primero consistía en dejar de exigir licencia ambiental a las calzadas adicionales y a los túneles adosados, es
decir a las obras que se construyen al lado de otras que ya existen. El segundo eliminaba las licencias de
mejoramiento de infraestructura en áreas protegidas, como páramos y humedales. Y el tercero, que para hacer
fracking se necesitará licencia.

El debate sobre las licencias ambientales es más importante de lo que parece. “Para nadie es un secreto que su
funcionamiento está en una crisis crónica y no es buena idea que siga así. Al menos se abrió el debate”, afirma
el experto ambientalista Carlos Lozano-Acosta. En últimas los proyectos de minería, hidrocarburos o
infraestructura necesitan la licencia para funcionar y a su vez esta es la única protección para que no arrasen
con la naturaleza. Eso, en un país como Colombia, el segundo más biodiverso del mundo, no es de poca
monta.
Pero por otro lado, las licencias también se han convertido en un cuello de botella innecesario para muchos
proyectos que el país necesita. Apenas se creó la Autoridad de Licencias Ambientales, hace más de tres años, el
gremio petrolero se quejaba pues esperaban más de los tiempos de ley para tener un permiso. La razón no
tenía que ver tanto con la complejidad de sus proyectos sino con que esa oficina contaba apenas con tres
técnicos que tenían que compartir el mismo computador y simplemente no daban abasto.

Esa situación mejoró pero dejó en evidencia que la institucionalidad ambiental es precaria frente a los desafíos
económicos del país. Hoy, según la Asociación Colombiana del Petróleo, hay 113 licencias ambientales en
trámite, muchas de las cuales llevan más de 14 meses en espera. Dicen que con solo ocho que les aprueben
llegarían a la meta del millón de barriles.

Algo similar pasa con la infraestructura, punta de lanza de la competitividad del país. Según la Agencia
Nacional de Infraestructura, por esa oficina de licencias tendrán que pasar las llamadas concesiones de cuarta
generación que comprenden 40 proyectos estructurales por un costo cercano a los 47 billones de pesos. Si no
se reforman las licencias, no creen que sea posible cumplir las metas de Colombia en ese frente.

Por esta razón, muchos dicen que el Ministerio de Ambiente puede ser el potro más difícil de montar en este
gobierno. Cualquier decisión que tome Gabriel Vallejo dejará a muchos felices, pero también a muchos
descontentos. Por el momento es evidente que su cartera está escuchando el clamor de varios sectores de la
sociedad que piden que el ambiente ocupe un lugar importante en la agenda de desarrollo del gobierno
nacional.

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